Gobierno de Meriño

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FERNANDO ARTURO DE MERIÑO

(1833-1906)

Fernando A. de Merino, hijo de Pedro Meriño y maría Bruna Ramírez campesinos


acomodados nació el 9 de enero de 1833 en Antoncí, Antigua jurisdicción de
Boyá, hoy de Yamasá.

Sus padrinos los trajeron a Santo Domingo y aquí inició sus estudios con el Padre
Gaspar Hernández. En el Seminario tuvo por maestro al Dr. Elías Rodríguez, y
luego, en el Colegio de San Buenaventura, escuchó las lecciones de Alejandro
Angulo Guridi. Destinado a la carrera eclesiástica, hasta que en 1856 pasó a la
Catedral de Santo Domingo, donde adquirió gran predicación. A los 26 años era
vicario apostólico. Pues ya había adquirido fama de buen predicador en Neyba
y San Cristóbal.

Desde joven hubo de intervenir también en la vida pública. Elegido diputado al


Congreso constituyente de 1857, más tarde rompió con Santana por oponerse a
la anexión a España y fue deportado en 1861. Durante su emigración estuvo en
Puerto Rico, en España, donde fue recibido por Isabel II, Y Por último en
Venezuela conoció a Duarte. A su regreso en 1865 fue diputado y presidente del
congreso constituyente. Pero su discurso en la jura de Báez le ocasionó un
nuevo destierro hasta fines del año siguiente, en que la Convención nacional
propuso su elección como arzobispo.

OBRAS DE MERIÑO

Elementos de geografía física, política e histórica de la Republica Dominicana,


Santo Domingo, 1868,

Colección de algunos de sus trabajos oratorios, literarios, religiosos y políticos.


Santo Domingo, 1906. ( Prólogo de Arístides García Gómez y Manuel A.
Machado)

Cartas Pastorales y circulares importantes, Santo domingo 1906.

No recogidas en volúmenes: Catecismo elemental en el Boletín Eclesiástico” de


la Arquidiócesis de Santo Domingo,

Escritos inéditos, en la revista “ Clío”, Julio - Agosto 1935.


GOBIERNO DE FERNANDO ARTURO DE MERIÑO

Luperón respetó el carácter provisional de su gobierno. Procedió a organizar las


próximas elecciones y sugirió la candidatura del Padre Fernando Arturo de
Meriño.

Este fue elegido el 23 de Julio de 1880. Para estas elecciones, lo mismo que
para las próximas, el procedimiento que se utilizó fue el de consultas acuerdos
entre los diferentes jefes azules, siempre siguiendo las recomendaciones de
Luperón, a quien controlaba tanto las actividades militares, como las financias
del partido. Hechas estas consultas, luego se procedió a las votaciones
populares.

En septiembre de 1880, Meriño fue elegido presidente. Su gobierno fue una


continuación del anterior. La sede del Gobierno se trasladó de Puerto Plata a
Santo Domingo. A diferencia de todos los gobiernos anteriores, éste recibió un
gobierno con sus finanzas en orden y con fondos suficientes para desenvolverse.

Meriño tomó posesión el día 1 de Septiembre de 1880 y continuó la misma


política de su antecesor. El partido azul actuaba ahora como un verdadero
equipo en el Gobierno y sus hombres más prominentes trabajaban de mutuo
acuerdo poniendo lo mejor de sus conocimientos al servicio de la consolidación
de la Paz y en la obra de reconstrucción nacional. Las fuerzas armadas quedaron
siempre bajo la influencia del lugarteniente de confianza de Luperón, el General
Ulises Francisco Hereaux, quien fue nombrado Ministro de lo Interior pero tenía
gran influencia sobre el nuevo Ministro de Guerra de Meriño, Francisco Gregorio
Billini, al trasladarse a la sede del gobierno de Puerto Plata a Santo Domingo.
Los demás líderes ejercían las diversas gobernaciones y comandancia de
armas, además de los ministerios y otros puesto de confianza.

En el año siguiente, 1881, los baecistas, bajo las ordenes de Cesáreo Guillermo
y Braulio Álvarez, empezaron a conspirar contra el gobierno azul. Las tropas del
gobierno, bajo el mando de Ulises Heureaux, derrotaron la invasión de Guillermo
y procedieron a fusilar a muchos de los implicados.

Meriño heredó unas finanzas públicas en bastante orden y con suficiente dinero
caja para continuar la obra de gobierno iniciada el año anterior. La atención de
que su gobierno también puso en la administración de las aduanas, le permitió
percibir ingresos más alto que en los años anteriores. También recibió ingresos
procedentes de Haití, cuyo gobierno cumplió con el pago de la primera cuota
adeudada. Y como Luperón salió de viaje a Europa, nombrado ministro
extraordinario y enviado Pleniponteciario del gobierno, Meriño quiso que se
negociara un empréstito de 12 millones de francos que se emplearían en
financiar la introducción de inmigrantes que ayudaran a desarrollar la agricultura
y la industria del país. Luperón contrato ese empréstito pero luego fue
suspendido por la fuerte oposición que le hizo al contrato la junta de crédito de
la Capital, cuyos miembros creían que perderían el negocio que hasta entonces
hacía facilitando créditos al Gobierno.
Meriño Mantuvo durante un tiempo el mismo estilo liberal de gobierno de
Luperón, Pero durante un tiempo el mismo estilo liberal de gobierno de Luperón,
Pero a medida que pasó el tiempo, su gobierno descubrió que los baecista
estaban conspirando en el sur del País bajo el liderazgo de Braulio Álvarez, y
que Cesáreo Guillermo también preparaba una invasión con el auxilio del
Gobernador colonial de Puerto Rico, quien veía con alarma la ayuda que los
azules proporcionaban a los exiliados cubanos y puertorriqueños que luchaban
por la independencia de sus países. Para prepararse contra estas aspiraciones
y, a pesar de que la nueva Constitución lo prohibía, Meriño decreto el día 30 de
Mayo de 1881: Que Todo aquel que fuera apresado con las armas en la mano
contra el Gobierno sería castigado con la pena de muerte. Esta disposición
conocida como el “ Decreto de San Fernando”, porque fue publicado el día de
ese santo, no impidió que los baecistas se lanzaran a la lucha. Esta lucha duró
varios meses, pero Meriño y Heureaux, fusilaron a todos los enemigos que
cayeron en sus manos.

Reproducí un fragmento de su discurso pronunciado en la toma de Posesión del


Presidente Buenaventura Báez: “ Acabáis de hacer la promesa más solemne. En
nombre de, Dios Habéis comprometido vuestra palabra de honor en servir
fielmente los intereses de la República y yo, a nombre de la Nación representada
por esta augusta asamblea que tengo la honra de presidir, acepto el juramento
que prestáis; y desde luego os confieso que delicada en gran manera es la
misión que tenéis que cumplir y abrumador el peso con que graváis vuestros
hombros”.

“ ¡Profundos e inescrutables secretos de la Providencia... !” Mientras vagabais


por playas extranjeras, extraños a los grandes acontecimientos verificados en
nuestra Patria; cuándo parecía que estabais más alejados del solio y que el
poder supremo sería confiado a la diestra victoriosa de alguno de los adalides
de la independencia...! tiene lugar en este país sucesos extraordinarios...

Vuestra estrella se levantan sobre los horizontes de la Republica y se os llama a


ocupar la silla de la primera magistratura tan inesperado acontecimiento tiene
atónitos a mucho que los contemplan empero , yo , que solo debo hablaros el
lenguaje franco de la verdad, que he sido como vos aleccionado en la escuela
del infortunio en la que se estudias con provechos las raras vicisitudes de la vida,
no prescindiré de decirlos que no os alucinéis por ellos; que en los pueblos como
el nuestro valiéndome de la expresión de un ilustre orador americano,” Tan fácil
es pasar del destierro al solio, como del solio a la barra del Senado.

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