La Virgen María, ¿Viva o Muerta?
La Virgen María, ¿Viva o Muerta?
La Virgen María, ¿Viva o Muerta?
Maria:
¿Está Muerta
o Viva?
11 El Sello de Dios .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
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e crié católico en el seno de una familia de clase media. Mis padres
me enviaron a la Escuela de la Anunciación, donde recibí mi educa-
ción primaria. Durante los ocho años que asistí a esa escuela se me
requería asistir a misa todos los domingos en la Catedral de la Anunciación,
donde eventualmente serviría por un par de años como monaguillo, asistien-
do a los sacerdotes. Recuerdo bien la belleza de la catedral—sus techos de 30
pies de alto, las hermosas ventanas mosaicas, el mobiliario de oro, los colores
violeta y escarlata, y las estatuas de los Santos, la Madre María, y el Niño Jesús.
No dilaté mucho tiempo en llegar a considerar a la Virgen María más im-
portante para mí que el mismo Jesús. Sentía un amor ferviente y devoto por
ella. Recé miles de Avemarías en mi juventud, algunas veces mientras estaba
arrodillado ante una de las estatuas de la “Madre de Dios”. María estaba en
todas partes. Recuerdo la estatua de la Madona (italiano por mi señora) en el
jardín de mi madre, y el florero con la figura de la Madona que estaba sobre su
tocador. Dentro del florero había hojas de palma, tarjetas religiosas, y cuentas
de rosarios. Por motivo de mi herencia italiana y como feligrés de la Iglesia
de Roma, aprendí con diligencia a respetar y venerar a la Virgen María como
sacrosanta. Oía mencionar su nombre mucho más a menudo que el de Jesús, y
pronto se convirtió en mi más preciado ser “mediador” ante el trono de Dios.
No fue hasta que me gradué de la Escuela de la Anunciación, [la “Anuncia-
ción”, de acuerdo a las enseñanzas católicas romanas, es el anuncio hecho por
el Ángel Gabriel a la Virgen María de que ella iba a ser la madre de Jesucristo,
según se relata en Lucas 1:26-38, y que se celebra cada año el 25 de marzo como
el Día de la Señora] y fui aceptado en la Escuela Secundaria Santa María [otra
escuela dedicada a la Virgen María], donde recibiría los próximos cuatro años
de mi educación, que comencé a cuestionar las enseñanzas del catolicismo. Las
monjas en la Anunciación, que fueron mis únicas maestras por ocho años, me
enseñaron acerca de nuestros primeros padres, Adán y Eva, quienes fueron
creados por Dios y vivieron en el Jardín del Edén. Pero mientras asistía a Santa
María, donde cursaba mis estudios secundarios, sufrí un gran desengaño que
nunca olvidaré. Recuerdo muy bien el día en que el sacerdote, maestro de mi
clase de religión, me dijo, junto a los demás estudiantes, que el relato de Adán y
Eva no debería tomarse literalmente. ¡Que era simplemente un cuento relatado
en la Biblia— y no algo verídico! Esto me perturbó sobremanera y mi confian-
za en las enseñanzas y doctrinas de la Iglesia Católica Romana se dañó. Por esta
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La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
razón yo empecé a poner en duda el sistema en sí. ¿Sería posible que me habían
engañado durante los primeros ocho años de escuela? ¿Qué otras doctrinas me
habían enseñado que no eran ciertas?
No fue hasta veinte años más tarde que finalmente decidí escudriñar las
Escrituras por mí mismo. Mientras estudiaba la Palabra de Dios, descubrí mu-
chas verdades que nunca había aprendido al asistir a las escuelas católicas. En
realidad, encontré que muchas de las doctrinas de Roma eran contrarias a la
Biblia. Una de ellas, por ejemplo, era la de la inmortalidad del alma—la doc-
trina de que los muertos tienen conocimiento. ¿Qué le sucede a una persona
cuando muere? ¿Acaso su alma vive para siempre en la forma de un espíritu
que se eleva al cielo, donde disfruta de eternidad, o baja al Infierno, donde es
atormentada para siempre? ¿Cómo hubieran explicado los sacerdotes, quienes
supuestamente me “corrigieron” respecto a la historia de la Creación, los si-
guientes pasajes de las Escrituras— “El alma que pecare, esa morirá” (Ezequiel
18:20); “Y Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán desper-
tados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua”
(Daniel 12:2)?
¿Te has fijado en las miles de carteleras que han aparecido por todo el país
en los últimos años exhortándote a llamar por teléfono para que escuches un
mensaje de la Virgen María? ¿Por qué se rezan dos billones de Avemarías dia-
riamente? ¿Por qué han visitado Lourdes este año unos cinco millones de per-
sonas, muchas de ellas no cristianas, para beber de sus aguas sanadoras? ¿Por
qué han viajado unos 10 millones de personas a Guadalupe con el propósito
de rezarle a Nuestra Señora? ¿Por qué han ido 15,000 sacerdotes a Medjugorge
desde 1981? ¿Por qué es que más niñas han recibido el nombre de María que el
de cualquier otra figura histórica?... ¿Por qué existe la necesidad de hablar con
ella? ¿Por qué se están introduciéndose en los himnarios metodistas los him-
nos en honor de María?” (Life, diciembre de 1996, p. 45). En todo caso, ¿dónde
está la Virgen María ahora? ¿Está en el cielo con Jesús, o en Nueva York, o en
Florida? ¿O está en el sepulcro durmiendo hasta que Jesús venga? ¿Y qué de los
reportajes de milagros, las visiones, las apariciones, los mensajes, las prediccio-
nes, y las imágenes que lloran y sangran? ¿Qué es lo que está pasando en torno
a María? Según los adeptos del “Movimiento Mariano”, más de 300 apariciones
lo suficientemente significantes como para merecer atención (porque ascien-
den a miles las que han sido reportadas) han ocurrido desde Fátima. “Fátima
es la aparición mariana clave en el siglo veinte. De hecho, el Papa Pío XII señaló
que el mensaje de Fátima era una de las mayores intervenciones de Dios por
medio de María en la historia del mundo desde la muerte de los Apóstoles” (El
Trueno De La Justicia, pág. 138).
El número del 30 de diciembre de 1991 de la revista Time informó que “la
última parte del siglo veinte se ha vuelto la edad del peregrinaje mariano” para
los múltiples santuarios que se han establecido con el propósito de conmemo-
rar estas apariciones de la Virgen María en años recientes. “Estas apariciones
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Mi Adoración a la Virgen María a Temprana Edad
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—Capítulo 2—
La Primera Mentira—
La Inmortalidad Del Alma
E
n los mismos comienzos de la historia de la tierra, Satanás, habiendo
asumido la forma de serpiente, le pronunció la primera mentira a Eva.
Le dijo que si desobedecía el mandato de Dios de no comer del fruto
del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal “No moriréis”, aunque Dios le
había expresamente advertido al hombre que “el día que de él comieres, cier-
tamente morirás” (Véase Gn. 3:4; 2:17). Satanás traicioneramente le aseguró
a ella (otra mentira descomunal) que al comer la fruta “serán abiertos vuestros
ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Gn. 3:5). Amigos míos,
¿estamos todavía creyendo lo que dice el diablo? La Biblia establece claramente
que Dios es “el único que tiene inmortalidad” (1Ti. 6:16). De hecho, la Biblia
contiene además un número de Escrituras que prueban que el hombre mortal
no recibe su inmortalidad hasta la segunda venida de Cristo—en ocasión de
la resurrección (1 Co.15:51-55; Juan 5:28, 29). Ahora, por favor fijémonos en
estas declaraciones inequívocas y autoritativas acerca del estado de los muertos
en Eclesiastés 9:5 y 10: “Porque los que viven saben que han de morir; más
los muertos nada saben....Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo
según tus fuerzas; porque en el sepulcro, a donde tú vas, no hay obra, ni
industria, ni ciencia, ni sabiduría”.
Recuerdo la primera vez que leí estas Escrituras. Inmediatamente me pre-
gunté por qué había yo siempre creído que una persona muerta podía comuni-
carse conmigo a voluntad. ¿Sería este otro de los errores de la Iglesia Romana
que los sacerdotes me habían inculcado? Al fin y al cabo, de acuerdo a la Biblia,
¿no son las sesiones espiritistas reuniones en las cuales el diablo trata de enviar
mensajes funestos a personas incautas a través de un médium humano, quien
supuestamente puede comunicarse con los presuntos espíritus de los muertos?
La principal de las sesiones espiritistas relatadas en la Biblia ocurrió cuando
Saúl visitó a la Hechicera de Endor descrita en las Escrituras como “una mujer
que tenía un espíritu de adivinación”—eso es, una mujer que recibía mensajes
de un ángel maligno que pretendía ser el “espíritu” de una persona muerta de-
terminada, generalmente conocida por el indagador—y le pidió que le hiciera
subir a Samuel de los muertos pues “Jehová no le respondió, ni por sueños, ni
por Urim, ni por profetas” (1 S. 28:6, 7). ¿Desde cuándo acude un hombre de
Dios al diablo buscando consejo cuando el Señor explícitamente ha dicho: “No
os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminán-
doos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios?” (Lv. 19:31; ver también Is. 8:19, 20).
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La Primera Mentira—La Inmortalidad Del Alma
La Biblia dice claramente: “No alabarán los muertos a Jehová, ni cuantos des-
cienden al silencio”, pues cuando un hombre muere, “sale su aliento, y vuelve
a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos” (Sal. 115:17; 146:4).
Entonces, ¿por qué es que la mayoría de las personas, tanto cristianas
como no cristianas, creen en la doctrina de la inmortalidad del alma? A mi
parecer, el problema existe debido a una mala interpretación de las Escritu-
ras. En Génesis 2:7, la Biblia dice: “Formó, pues, Jehová Dios al hombre del
polvo de la tierra, y alentó en su nariz soplo de vida; y fue el hombre en alma
viviente”. La palabra hebrea que ha sido traducida como “alma” en este pasaje
es nephesh. Además de haber sido traducida 428 veces como “alma” en el An-
tiguo Testamento, nephesh también ha sido traducida como sigue: vida—119
veces; persona—29 veces; y criatura—19 veces. “No hay nada en las palabras
traducidas como ‘alma’ o en su empleo en la Biblia, que siquiera remotamente
implique una entidad consciente que sobrevive el cuerpo después de la muerte,
o que atribuya inmortalidad a ella. Nephesh no es parte de la persona; ¡más bien
es la persona!” (Bible Dictionary, por Siegfried H. Horn, Ph.D., p. 1061).
Creo que la confusión es el resultado de una interpretación equivocada
de versículos como el siguiente: “Y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el
espíritu vuelva a Dios que lo dio” (Eclesiastés 12:7). Muchas personas tratan de
usar este versículo para comprobar que el “alma” o “espíritu” es, por lo tanto,
inmortal y que regresa a Dios al experimentarse la muerte. No obstante, según
el concepto hebreo expresado en las Escrituras, el “espíritu” no es otra cosa que
el aliento de vida que mantiene vivo al ser humano y el cual es un préstamo
de parte de Dios que al fin regresa de vuelta al Gran Autor de la vida. Eso es
precisamente lo que quiere decir Job 27:3—“...que todo el tiempo que mi alma
esté en mí y que haya hálito de Dios en mis narices, mis labios no hablarán
iniquidad”.La palabra hebrea que se emplea para “espíritu” es ruach, la cual
se define en el Léxico de Gesenio como sigue: (a) espíritu o aliento; (b) hálito
de las narices; (c) soplo de aire. Cuando el espíritu, es decir, el aliento de las
narices, regresa a Dios, entonces el cuerpo, formado originalmente del polvo
de la tierra, cesa sus funciones normales y comienza su proceso de retorno a
la tierra, su lugar de origen. El individuo ya carente de aliento o respiración
deja de existir como ser viviente, conciente y pensante, y pasa a descansar al
sepulcro hasta ser llamado por la voz de Cristo “en el día postrero” (Juan 6:39).
“No os maravilléis de esto; porque vendrá hora, cuando todos los que están en
los sepulcros oirán su voz, y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección
de vida; más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación” (Juan
5:28, 29). Los justos muertos se levantarán en ocasión de la segunda venida de
Cristo y juntos con los santos vivos serán arrebatados en las nubes a recibir al
Señor en el aire (ver I Ts 4:15-18), pero los muertos impíos no se levantarán
hasta mil años después de la resurrección de los justos. “Mas los otros muertos
no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años” (Ap. 20:5). ¿Cómo
puede alguien “volver a vivir” sin haber primero experimentado la muerte?
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La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
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La Primera Mentira—La Inmortalidad Del Alma
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—Capítulo 3—
El Espiritismo Actual—
Obra Maestra de Engaño
E
ntonces, ¿por qué tanto engaño? ¡Porque el espiritismo está vivo todavía!
Mientras exista el diablo, habrá espiritismo. ¡Y mientras el espiritismo
viva, se perpetuará la mentira de que hay prolongación de vida más allá
de la muerte! Y la inclinación a esta creencia frecuentemente afectará el trabajo
de traductores que por otra parte son bien intencionados. ¿Acaso no se echa
de ver que la trama de un número cada vez mayor de películas gira en torno de
la comunicación entre muertos y vivos? Satanás está trabajando con redoblado
esfuerzo en estos últimos días porque sabe que le queda poco tiempo y que una
de sus armas más efectivas para subyugar al mundo bajo su engañoso control
es el espiritismo, el cual está basado en su gran mentira de que el hombre posee
un espíritu inmortal que trasciende la muerte, y de que es posible que los vivos
reciban luz y beneficios vitales mediante la comunicación con los espíritus de
seres queridos fallecidos. La verdad del caso es que sí se dan las supuestas apa-
riciones de estos seres amados difuntos los cuales se manifiestan tal como eran
en vida y son reconocibles por su fisonomía o rasgos físicos, el timbre de la voz,
y por la información exacta que imparten, la cual es conocida solamente por
los vivos que presencian la aparición y el propio difunto supuestamente apare-
cido. También es conocida por Satanás y sus ángeles caídos quienes procuran
constantemente que las multitudes humanas sigan su diabólico plan, que está
diametralmente opuesto a la gran comisión evangélica de Jesús, cuyo propósito
es preparar al mundo para su gloriosa venida y la destrucción final de Satanás
y su reino.
Así, “La doctrina de que el hombre queda consciente en la muerte, y
más aún la creencia de que los espíritus de los muertos vuelven para servir
a los vivos, preparó el camino para el espiritismo moderno. Si los muertos
son admitidos a la presencia de Dios y de los santos ángeles y si son favorecidos
con conocimientos que superan en mucho a los que poseían anteriormente,
¿por qué no habrían de volver a la tierra para iluminar e ilustrar a los vivos? Si,
como lo enseñan los teólogos populares, los espíritus de los muertos se ciernen
en torno de sus amigos en la tierra, ¿por qué no les sería permitido comunicar-
se con ellos para prevenirlos del mal o para consolarlos en sus penas? ¿Cómo
podrán los que creen en el estado consciente de los muertos rechazar lo que
les viene cual luz divina comunicada por espíritus glorificados? Representan
un medio de comunicación considerado sagrado, del que Satanás se vale
para cumplir sus propósitos. Los ángeles caídos que ejecutan sus órdenes se
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El Espiritismo Actual—Obra Maestra de Engaño
presentan como mensajeros del mundo de los espíritus. Al mismo tiempo que
el príncipe del mal asevera poner a los vivos en comunicación con los muertos,
ejerce también su influencia fascinadora sobre las mentes de aquellos.
“Satanás puede evocar ante los hombres la apariencia de sus amigos falle-
cidos. La imitación es perfecta; los rasgos familiares, las palabras y el tono, son
reproducidos con una exactitud maravillosa. Muchas personas se consuelan
con la seguridad de que sus seres queridos están gozando de las delicias del
cielo; y sin sospechar ningún peligro, dan oídos a ‘espíritus seductores, y a en-
señanzas de demonios’
“Después que Satanás ha hecho creer a esas personas que los muertos
vuelven en realidad a comunicarse con ellas, hace aparecer a seres humanos
que murieron sin preparación. Estos aseguran que son felices en el cielo y hasta
que ocupan allí elevados puestos, por lo que se difunde el error de que no se
hace diferencia entre los justos y los injustos. Esos supuestos visitantes del
mundo de los espíritus dan a veces avisos y advertencias que resultan exac-
tos. Luego que se han ganado la confianza, presentan doctrinas que de he-
cho destruyen la fe en las Santas Escrituras. Aparentando profundo interés
por el bienestar de sus amigos en la tierra, insinúan los errores más peligrosos.
El hecho de que dicen algunas verdades y pueden a veces anunciar aconte-
cimientos da a sus testimonios una apariencia de verosimilitud; y sus falsas
enseñanzas son aceptadas por las multitudes con tanta diligencia y creídas tan
a ciegas, como si se tratara de las verdades más sagradas de la Biblia. Se rechaza
la ley de Dios, se desprecia al Espíritu de gracia y se considera la sangre de la
alianza como cosa profana. Los espíritus niegan la divinidad de Cristo y hasta
ponen al Creador en el mismo nivel que ellos mismos. Bajo este nuevo disfraz
el gran rebelde continua llevando adelante la guerra que empezó en el cielo
y que prosigue en la tierra desde hace unos seis mil años…Muchos hombres
serán entrampados por la creencia de que el espiritismo es tan sólo una impos-
tura humana; pero cuando sean puestos en presencia de manifestaciones cuyo
carácter sobrenatural no pueda negarse, serán seducidos y obligados a aceptar-
las como revelación del poder divino” (El Conflicto de Los Siglos, pp. 607-609).
Por lo tanto, Satanás, en sus esfuerzos para engañar aun a los escogidos en
estos últimos días, obrará por medio de sus demonios para imitar a nuestros
seres queridos fallecidos en la forma de espíritus de parientes y personas co-
nocidas: novios y novias, abuelos y abuelas, tíos y tías, hermanos y hermanas,
padres y madres. Y si es capaz de hacer todo esto, ¿dudaremos de que sea capaz
de realizar una magistral obra de engaño—que un demonio se haga pasar por
la madre de Jesucristo?
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—Capítulo 4—
El Trueno de la Justicia y el
Movimiento Mariano
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l mundo ya se encuentra listo y bien dispuesto para aceptar este engaño
que es casi irresistible. De hecho, en la portada del número de diciembre
de 1996 de la revista Life apareció una foto de una estatua de María con
el siguiente encabezamiento: “Dos mil años después de la Natividad, la madre
de Jesús es más QUERIDA, PODEROSA, y CONTROVERSIAL que nunca.
El Misterio de MARÍA”, El final de este artículo fue de especial interés para
mí. Declaraba: “María...podría conducirnos a una reunión ecuménica de las
iglesias cristianas. Ello nos podría llevar a una mejor comprensión de aquella
joven que dio a luz en Belén hace dos mil años. Llegaríamos a conocer a María...
“¿Podríamos nosotros pedirle a esta muchacha sencilla que dirija lo que se
ha convertido ya no en un culto, sino más bien en una enorme y apasionada
feligresía, un movimiento que requiere un héroe, un rebaño mundial que por
largo tiempo ha exigido más de ella; que en algunas casos ha demandado que
ella misma proclame su propio mensaje? Me pregunto: Si María se transfor-
mara en un ser puramente humano—si la gente pudiera en verdad extender la
mano y tocar a María—¿sería suficiente María?” Amigos míos, cuidado con
aquellos que exponen esta clase de pensamientos y que también se refieren a
María como “Corredentora, Mediadora, y Abogada”. En primer lugar, no hay
en la Biblia ninguna referencia a la Virgen María como “Corredentora” de la
humanidad. El profeta Isaías, refiriéndose a Jesucristo, escribió lo siguiente:
“...y conocerás que yo Jehová soy el Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte
de Jacob” (Isaías 60:16). En el Nuevo Testamento Pablo y Pedro, ambos apósto-
les, aludieron de una manera decidida al precio que se pagó y la sangre que se
derramó para obtener la redención de la humanidad. Pablo dijo: “¿O ignoráis
que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el
cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por
precio; glorificad, pues, a Dios [no a María] en vuestro cuerpo y en vuestro
espíritu, los cuales son de Dios” (1 Co. 6:19,20). Y Pedro nos dice cuál fue el
precio de la redención: “...sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana ma-
nera de vivir...no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre
preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (I
P. 1:18, 19). Sólo puede haber, entonces, un solo Redentor—Jesucristo, quien
pagó el precio del rescate con su propia sangre, habiendo renunciado la vida
infinita en el cielo por venir al mundo a redimir la raza humana perdida. En se-
gundo lugar, ¿cómo puede María ser nuestra “Mediadora” cuando que la Biblia
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La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
Por favor, espero que nadie vaya a pensar que le estoy faltando el respeto
a María al escribir este libro puesto que yo anhelo y le ruego a Dios que me
permita conocerla en la Mañana de la Resurrección cuando los santos salgan
de sus sepulcros. Ella desde luego fue una admirable dama cristiana. Por eso
fue que Dios la escogió para ser la madre del Mesías. Pero cuando Satanás se
vale de la figura de ella como medio para engañar a las almas, entonces yo,
cual centinela sobre los muros de Sión, me veo obligado a tocar la trompeta.
Por consiguiente, tengo que tomar el tiempo para revelar la blasfemia que im-
plican algunos de estos nombres. Primero, permítaseme comentar sobre dos
de los títulos dados a María: “La Inmaculada Concepción” y “Purísima y Sin
Pecado”. ¿Sabía el lector que cuando se menciona el nombre de “Inmaculada
Concepción” casi todo el mundo cree que el título se aplica al nacimiento vir-
ginal de Jesús? Pero esto es una equivocación. La Inmaculada Concepción,
que es una doctrina católica romana, de ninguna manera se aplica a Jesús. Se
refiere al nacimiento de la Virgen María, quien, de acuerdo a la Iglesia Ca-
tólica Romana, fue concebida sin la mancha del pecado original y por eso
es que se la llama “Purísima y Sin Pecado”. He aquí lo que enseña oficialmente
la Iglesia Católica: “...María, la Virgen Madre de Jesús, por los méritos de su
Divino Hijo, fue preservada del pecado original desde el primer instante de su
concepción en el vientre de su madre Santa Ana. Este gran privilegio se llama
la Inmaculada Concepción y fue proclamado un dogma de fe por el Papa Pío
IX en 1854. Se celebra cada año como día de precepto el 8 de diciembre” (Ca-
tecismo Básico, publicado por Pauline Books & Media, 1985, p. 35). La Biblia,
por el contrario, nos dice claramente que “...todos pecaron y están destituidos
de la gloria de Dios...” y “No hay justo, ni aun uno...” (Romanos 3:23; y 3:10).
Además, queda claramente establecido en los registros genealógicos bíblicos,
y también a raíz de que María era una israelita de pura sangre, que ella era
descendiente de Abraham por parte de padre y madre. Ahora, nótese esta de-
claración del Apóstol Pablo en Hebreos 2:16 concerniente a la naturaleza hu-
mana de Jesús: “Porque ciertamente no tomó a los ángeles, sino a la simiente de
Abraham tomó”. Y Abraham vivió con la herencia de una naturaleza humana
caída 2.000 años después que Adán y Eva fueron expulsados del Edén, y varios
siglos después que Dios destruyó el mundo por medio de un diluvio a causa
de la gran maldad de la humanidad. No obstante, la Iglesia Católica y el Mo-
vimiento Sacerdotal Mariano quisieran que creyésemos que María era santa.
De hecho, el bien conocido rezo católico, “El Avemaría,” incluye las palabras:
“Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la
hora de nuestra muerte”. En la obra A Catechism of Christian Doctrine, p. 27, la
Iglesia Católica acredita que dichas palabras fueron compuestas por ella mis-
ma bajo la inspiración del Espíritu Santo. Sin embargo, ni una sola vez en las
Escrituras María es llamada “Santa María” pero es todo lo contrario cuando se
refieren a Jesús. Las Escrituras, cuyo autor es el Espíritu Santo (2 Pedro 1:21),
al referirse a Jesús, lo llaman “el Santo Ser” y “tu santo hijo Jesús.” (Lucas 1:35;
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en miembro de la raza humana con el fin de salvarla, a quien ella debía ponerle
por nombre Jesús. Él era para ella, lo mismo que para el mundo entero, su Sal-
vador— porque el nombre Jesús significa “Jehová [el Señor] salva”.
María en ningún momento se forjó la ilusión de ser la “Madre de Dios”
[frase de origen católico y que forma parte del “Avemaría”] porque ninguno
de los miembros de la Deidad tuvo una madre original. El nombre divino Yavé
o Jehová lleva como significado básico ”El que existe por sí mismo”, o el gran
“YO SOY”. Moisés, quien habló con el gran “YO SOY” por espacio de cuarenta
años, claramente entendía esto. En el Salmo 90, del cual él es el autor, escribió,
“Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios” . Y la profecía de Míqueas 5:2 que
identificó con exactitud a Belén de Judea como el lugar de nacimiento del Me-
sías prometido, lo describe a él como uno cuyas “salidas son desde el principio,
desde los días de la eternidad”. María más bien se consideraba como “bendita
entre las mujeres”, como alguien que había sido “muy favorecida” al ser esco-
gida como el instrumento humano mediante el cual un miembro de la Deidad
podría encarnarse como ser humano para efectuar el rescate de la humanidad
perdida. Ella era la madre del Mesías, el Dios-Hombre, cuando él transfirió
su existencia original a una humana. Se convirtió en el Hijo del Hombre,
pero siguió siendo parte de la Deidad—el Hijo de Dios.
María siempre supo conocer y mantenerse en su lugar. Cuando Gabriel le
informó que milagrosamente concebiría un hijo por intervención del Espíritu
Santo y que “por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo
de Dios.…porque nada hay imposible para Dios”, su humilde respuesta fue:
“He aquí la sierva [en griego,esclava] del Señor; hágase conmigo conforme a tu
palabra” (Lucas 1:35, 37, 38). En el idioma griego “sierva” es doúle, que quiere
decir esclava, por la fuerza o por voluntad propia, siendo éste el caso de María.
Es una palabra que se usa para designar la esclavitud y la servidumbre propia-
mente dichas. Pero aunque la palabra se aplica principalmente a la clase de
relación que se percibe entre una persona y otra, como en la susodicha decla-
ración de María en la que se reconoce como sierva, de todos modos se aplica
a una actitud de sujeción y sumisión de parte del hablante. En todo caso, las
palabras de María claramente dan a entender que ella humildemente se some-
tía a la voluntad de Dios.
Esto vuelve a echarse de ver cuando ella llega de visita a casa de su prima
Elisabet, futura madre de Juan el Bautista—mensajero de Cristo que anuncia-
ría su llegada y su misión—y ambas bajo la inspiración del Espíritu Santo se
saludan. Habiendo Elisabet reconocido a María como “la madre de mi Señor”
(Lucas 1:43), María contestó, como ya se dijo anteriormente: “Engrandece mi
alma al Señor, y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador”. Pero nótese cui-
dadosamente la actitud que reflejan sus comentarios subsiguientes: “Porque ha
mirado la bajeza de su sierva; pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventu-
rada todas las generaciones” (Lucas 1:46-48). El vocablo “bajeza” en el idioma
griego se deriva de una palabra que connota “humillación” o “rebajamiento”,
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y cuadra muy bien con la palabra “sierva” que María se atribuye a sí misma y
que quiere decir “esclava” sumisa. Lo que en efecto está diciendo María es lo
siguiente: ”Socialmente, o en lo que a prestigio se refiere, no soy nadie”. Pero
luego reconoce inmediatamente que el hijo que llevaba en sus entrañas era el
verdadero Héroe cuyas hazañas serían tan admirables y perdurables que todas
las futuras generaciones, aun por toda la eternidad, la llamarían ”bienaventu-
rada” por haber sido un instrumento humano avenible que con la ayuda divina
convirtió en realidad la redención de la humanidad. Cuesta imaginarnos que
una mujer que poseyó un grado tal de humildad pueda surgir en la actualidad
como una persona que se atribuye y hace alarde de títulos pretenciosos y obras
vanagloriosas, así como ha sido delineado en este capítulo. Resulta interesante
notar que no se encuentra en toda la Biblia ni una sola plegaria que se haya
elevado a María, ni tampoco un solo instante en que ella haya socorrido a
alguien o haya prometido que podría o sería capaz de hacerlo.
Jesús es el Salvador del mundo, el Cordero que fue inmolado, el Porta-
dor de pecados, por cuyas llagas y heridas somos curados, la Resurrección y
la Vida, nuestro Sumo Sacerdote y Mediador ante el Padre, la “Simiente” de
la mujer que heriría la cabeza de la “serpiente”, el descendiente de David que
gobernaría desde el trono de David para siempre. De hecho, queridos amigos,
tomen nota de esta hermosa y clara profecía del nacimiento del Mesías y su fu-
turo gobierno sobre el trono de su antepasado humano David pronunciada por
el “profeta evangélico”, Isaías: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado,
y el principado sobre su hombro: y se llamará su nombre Admirable, Conseje-
ro, Dios Fuerte, Padre eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la
paz no tendrán límite, sobre el trono de David, y sobre su reino, disponiéndolo
y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora para siempre. El celo de
Jehová de los ejércitos hará esto” (Isaías 9:6, 7). ¡Esta profecía, amigos míos,
abarca y cumple todos los propósitos divinos!
—16—
—Capítulo 5—
La Mujer de Génesis 3:15
y Apocalipsis 12:1-6
L
os autores de El Trueno De La Justicia también alegan que María se refie-
re a sí misma como la que “aplastaría la serpiente [Satanás],” en el tiempo
del fin,puesto que ella supuestamente es la “mujer” de Génesis 3:15. Exa-
minemos con detenimiento este pasaje bíblico y veamos si esta interpretación
es correcta. En Génesis 3:15, la Biblia dice: “Y pondré enemistad entre ti y la
mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le
herirás en el calcañar”. Este versículo es una profecía y a la vez una promesa de
que algún día cierto Hijo, específicamente un Niño varón, nacería en el mundo
[un descendiente de Eva], para lidiar con el diablo, y que, a pesar de él mismo
ser gravemente herido en la contienda (su muerte en la cruz), de todos modos
vencería al enemigo asestándole un golpe fatal en la cabeza al final de los tiem-
pos. “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también
participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el
imperio de la muerte, esto es, al diablo” (Hebreos 2:14).
En Gálatas 3:16 la Biblia aclara además que “...a Abraham fueron hechas
las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de
muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo”. Así que es fácil
ver que definitivamente no es María sino su simiente, a saber, Jesucristo, quien
finalmente destruye a Satanás. Ahora, volvamos a leer Génesis 3:15 con sus
debidas aclaraciones: “Y pondré enemistad [hostilidad] entre ti [Satanás] y la
mujer [Eva], y entre tu simiente [los seguidores de Satanás] y la simiente suya
[los descendientes de la mujer por vía de Cristo el Libertador]; ésta [Cristo—la
Simiente prometida, el Libertador mismo] te herirá en la cabeza [el golpe de
muerte—la victoria definitiva de Cristo sobre Satanás y la destrucción termi-
nante y eterna de Satanás después del milenio (véase Ezequiel 28:18, 19 y Apo-
calipsis 20:6-9)], y tú [Satanás] le herirás en el calcañar [la muerte de Cristo
en la cruz—una herida grave, pero no permanente, porque él se levantó de los
muertos, teniendo las llaves de la muerte y del Hades o sepulcro (Apocalipsis
1:18), después de haber saqueado por completo el imperio y la potestad de
Satanás]”.
El libro, El Trueno De La Justicia, pretende además que la profecía de Gé-
nesis 3 “se ha cumplido en Apocalipsis 12, donde María es la gran señal en el
cielo: ‘Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida de sol, con la
luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza’. El papa Pablo
VI, en su encíclica de 1967, Signum Magnum, identificó a Nuestra Señora de
—17—
La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
Fátima como la representación bíblica de la Mujer vestida del sol” (El Trueno
De La Justicia, p. 94). El libro además declara que “María, la Mujer vestida de
sol, aparece como una señal y explica los secretos del Libro de la Revelación”
(Id., p. 95).
Ese libro también sostiene que “El 12 de abril de 1947, en Tre Fontane
(Tres Fuentes),Roma, Italia, Nuestra Santísima Madre anunció,‘Yo soy la Vir-
gen del Apocalipsis’ (Ibíd.). El Padre Gobbi, uno de los sacerdotes del Movi-
miento Mariano, quien se dice ha recibido más revelaciones de parte de María
que cualquier otra persona, asevera que la Virgen María le dijo lo siguiente
el 24 de abril de 1980: “Yo soy la Virgen de la Revelación. En Mí, la obra
maestra del Padre se realiza de manera tan perfecta, que Él puede derramar
en Mí la Luz de su predilección. El Verbo asume su naturaleza humana en
mi seno virginal, y así puede venir a ustedes por medio de mi verdadera
función de Madre. El Espíritu Santo me atrae, como imán, hacia lo íntimo
de la vida de amor entre el Padre y el Hijo, me transforma interiormente y
me asimila tanto a Él que me hace su Esposa....Los llevaré [plural] a la plena
comprensión de la Sagrada Escritura” (Id., p. 90).
Amigos, la Biblia nunca nos dijo que María interpretaría las Escrituras,
sino más bien que el Espíritu Santo llevaría a cabo esta función. “Pero Dios nos
las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo
profundo de Dios...Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espí-
ritu de Dios….lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabi-
duría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a
lo espiritual” (1 Corintios 2:10, 11b, 13). De nuevo en Juan 16:13 y 14, Jesús dijo
a sus discípulos: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda
verdad... y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque
tomará de lo mío [de las maravillosas obras de Aquel que es el Camino, la Ver-
dad y la Vida], y os lo hará saber” . De modo que fue al Espíritu Santo, miembro
de la Deidad—y no a un ser creado—que se encomendó la interpretación de
las Escrituras con el propósito de guiar a aquellos que de corazón procuran las
verdades de la Palabra de Dios. No obstante, El Trueno De La Justicia sigue di-
ciendo que María le habló así al Padre Gobbi: “Sobre todo, les leeré las páginas
de su último Libro [Apocalipsis], que están viviendo. En él ya todo está pre-
dicho, aun aquello que ha de suceder. Está claramente descrita la batalla a la
cual los llamo y está preanunciada mi gran victoria.” (Ibíd.).
Estudiemos ahora Apocalipsis 12 con más detenimiento para ver si es ver-
dad que la ”mujer vestida de sol” es la Virgen María. Pero, antes de hacerlo,
establezcamos bien algunos hechos relacionados con el libro de Apocalipsis.
En primer lugar, este libro no es un “misterio”, sino “la revelación de Jesucris-
to....a su siervo Juan” (Apocalipsis 1:1). El nombre Apocalipsis es idéntico en
español a la palabra griega de la cual se deriva y que significa “divulgación,”
“descubrimiento,” o “revelación”. Por lo tanto, el libro de Apocalipsis no ha de
verse como un misterio sino como algo que todo estudiante sincero de la Biblia
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La Mujer de Génesis 3:15 y Apocalipsis 12:1-6
—19—
La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
Apocalipsis 12:1 comienza con la visión que tiene Juan de una madre sim-
bólica que aparece en el cielo “vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y
sobre su cabeza una corona de doce estrellas”. Está encinta y ansiosa de dar a
luz (vers. 2), y Satanás está presente en forma de dragón listo para “devorar a
su hijo tan pronto como naciese” (vers. 4). Milagrosamente, el niño escapa y es
”arrebatado para Dios y para su trono (vers. 5)”.
Si se trata de interpretar estas Escrituras literalmente, conjeturando que la
mujer es la Virgen María, inmediatamente surgen muchas preguntas. Los que
aceptan esta interpretación razonan de esta manera: “Después de todo, ¿no fue
la Virgen María la que dio a luz al Niño Jesús, y no fue su Hijo el objeto pri-
mordial de la saña del diablo? Por lo tanto, ¡la ‘mujer’ tiene que ser María!” A
manera de respuesta, notemos lo siguiente: En primer lugar, Juan vio “una gran
señal” en el cielo e inmediatamente la reconoció como algo de gran importan-
cia para el mundo. Aunque él conocía muy de cerca a María, jamás declaró:
“¡He aquí que veo la figura glorificada de la madre de mi Señor en el cielo”!
En segundo lugar, ¿se ha oído alguna vez de una mujer “con la luna debajo de
sus pies”, o “vestida del sol?” En tercer lugar, ¿se ha visto alguna vez un dragón
y, para colmos, uno que tenga “siete cabezas”? Por lo tanto, estas palabras han
de tener una aplicación simbólica a eventos literales. ¿Y acaso no es esto lo que
esperaríamos descubrir dado que “la revelación de Jesucristo” es algo que Dios
le dio y “la declaró enviándola [a través de señales, o símbolos] por medio de
su ángel a su siervo Juan...”? (Ap. 1:1). ¿Y no era esta una manera excelente
de revelar información confidencial a sus fieles seguidores que vivían bajo un
gobierno totalitario y que para el lector ocioso y desinteresado no resultaba ser
más que una jerga de palabras e imágenes? ¡Cuán sabio es, y cómo cuida de su
pueblo el Dios de las Sagradas Escrituras!
En el antepenúltimo párrafo expresé que una mujer, cuando aparece re-
presentada por una ramera, se entiende que es un pueblo o una iglesia apóstata.
Pero, además de esto, la palabra todavía tiene otro significado cuando se usa
simbólicamente. Así como una ramera puede simbolizar una iglesia impura,
la figura de una virgen puede emplearse como representación de una iglesia
pura. Esto está ejemplificado en las siguientes dos citas de las Escrituras: “A
mujer hermosa y delicada comparé a la hija de Sión” (Jeremías 6:2), y “Por-
que os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para
presentaros como una virgen pura a Cristo” ( 2 Corintios 11:2). Así que, ¿será
posible que la “mujer” de Apocalipsis 12 represente a la “la verdadera iglesia”
y no a la Virgen María? Además, su vestimenta es el “sol”, tiene la ”luna” de-
bajo de sus pies, y luce una corona de “doce estrellas”. ¿Cuál es el significado
de “la mujer” vestida de “sol”? Durante su ministerio, cuando Jesús estaba en
el templo en Jerusalén y el sol salió en todo su esplendor sobre el Monte de los
Olivos, él lo señaló y anunció su misión como Mesías con estas palabras: “Yo
soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá
la luz de la vida” (Juan 8:12). Malaquías, el último de los profetas del Antiguo
—20—
La Mujer de Génesis 3:15 y Apocalipsis 12:1-6
Testamento, describió al Prometido como “el Sol de justicia”. (Mal. 4:2). Cuan-
do estaba en visión en la Isla de Patmos durante la última década del primer
siglo de nuestra era, Juan vio “una mujer vestida del sol”—o sea, ¡vestida de
la gloriosa luz del “Sol de Justicia”! Claramente, este evento trascendental se
aplica al nacimiento del Dios-Hombre, el Mesías. ¡La noticia más importante
de todos los siglos es que el Libertador por largo tiempo prometido ha llegado!
La mujer pulcra—por largo tiempo reconocida por el ahora envejecido Juan
como una representación de los fieles seguidores de Dios tanto en los tiempos
del Antiguo Testamento como los del Nuevo—¡ahora por fin aparece ilumina-
da por el brillante resplandor de su inmediata Presencia!
Además, ella aparece con la “luna debajo de sus pies” . La dispensación
mosaica (la del Antiguo Testamento) acababa de terminar y había sido reem-
plazada por la dispensación evangélica. Así como la luz menor de la luna viene
del sol, de la misma manera el sistema de sacrificios, con su sacerdocio levítico,
fiestas, etc., había reflejado una gloria menor que provenía de tipos y sombras.
Frente a la plena gloria espiritual de la era evangélica, todo ello se ha converti-
do en antitipo y sustancia. La “mujer” lleva “una corona de doce estrellas” que
representa a los doce apóstoles. “Por anticipación, se nos presenta a la iglesia
plenamente organizada, con sus doce apóstoles, antes que aparezca en el esce-
nario el hijo varón, Cristo. Había de quedar así constituida inmediatamente
después que Cristo comenzase su ministerio; y él está más definidamente rela-
cionado con esta iglesia que con la época anterior” (Las Profecías de Daniel y el
Apocalipsis, t. 2, p. 191). Para Juan, con su perspectiva de la conclusión de la Era
Apostólica y el comienzo de la otra descrita en su visión de Apocalipsis 12 que
apenas entraba en sus primeras etapas, dicha anticipación parecería tanto lógi-
ca como apropiada. Y lo es para nosotros también hoy día. Después de todo, los
eventos del nacimiento de Cristo y de su corta vida aquí en la tierra, descritos
en la visión de Juan, tuvieron tanto impacto sobre el desarrollo de la historia de
nuestro mundo que hoy día universalmente se designan los años como antes y
después de Cristo (en español, esto se abrevia con las iniciales a.C. y d. C.). De
toda esta información dilucidada hasta el momento, se desprende el hecho de
que “su hijo”, Jesucristo, nació para la iglesia verdadera. Él fue un don del cielo
para los fieles seguidores de Dios en general, inclusive María, quien formaba
una pequeña pero importante parte de la “mujer” descrita en la visión de Juan.
¿Y quién fue el que le ocasionó sufrimiento y tentación al maravilloso niño
Jesús? “También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escar-
lata...se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz...” (Ap. 12:3,4). En el
versículo 9, nos enteramos que el dragón es “la serpiente antigua, que se llama
diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero” y que en un tiempo procuró
destruir al niño Jesús. ¡Se trata de símbolos! En la visión, el dragón es visto en
el cielo—sin embargo, Jesús, como es bien sabido, había surgido de la tierra.
Entonces, ¿qué representa en la tierra el símbolo del dragón? Todos los que
han oído la historia de la Navidad saben que fue el Rey Herodes quien envió
—21—
La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
soldados a Belén para destruir a todos los niños varones, esperando matar en-
tre ellos a Jesús. Los soldados de Herodes no encontraron al niño Jesús porque
Dios por medio de un sueño le había avisado a sus padres que escaparan. El rey
Herodes era un títere de los romanos. Todo el mundo conoce también a Poncio
Pilato—otro administrador romano—que entregó a Jesús para ser crucificado.
Fue Roma la que intentó destruir a Jesús. El gran dragón escarlata representa
primeramente a Satanás—y en segundo lugar a su agente Roma, que actúa de
parte de Satanás.
“Triunfantemente, después que Satanás y Roma mataron a nuestro Salva-
dor, Jesús se levantó de los muertos y ‘fue arrebatado para Dios, y para su trono’
(Apocalipsis 12:5), donde ‘vive siempre’ como Sumo Sacerdote ‘para interceder
por ellos’ (Hebreos 7:25, 26).
“Frustrado en su intento de dar muerte al Hijo,el gran dragón escarlata
dirige ahora su odio contra la madre del Hijo. Pero la mujer huyó al ‘desierto’,
donde ‘tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil dos-
cientos sesenta días’” [Ap. 12:6] (Dios Revela El Futuro, t. 2, p. 321). Como vere-
mos más adelante, la experiencia de “la mujer” [desde la ascensión de Cristo al
trono de su Padre hasta que el “resto de su simiente” aparezca y termine la obra
de Dios en la tierra poco antes de cerrar el tiempo de gracia en los últimos días]
cuadra mejor con la historia eclesiástica que con la Virgen María.
—22—
—Capítulo 6—
La Profecía de los 1.260 Días y
su Relación con el Papado
L
a profecía de los 1260 días se menciona siete veces en los libros de Daniel
y Apocalipsis. Hay sólo un período de 1.260 días y no dos, como algunos
suponen. Se menciona siete veces para dar a entender que es algo suma-
mente importante: en Daniel 7:25 y 12:7 y también Apocalipsis 12:14, como
tiempo, tiempos (es decir, dos tiempos—el plural más bajo), y la mitad de un
tiempo; en Apocalipsis 11:2 y 13:5, como cuarenta y dos meses; en Apocalipsis
11:3 y Apocalipsis 12:6, como mil doscientos sesenta días. En profecía bíblica,
un año consta de 360 días, y si se multiplica 360 por tres y medio, el resultado
es 1.260. Además, en profecías bíblicas de tiempo, un día equivale a un año.
(Véase Ezequiel 4:6; Núm.14:34.) Por lo tanto, la Biblia nos ha revelado la clave
importante para descifrar la profecía de los 1.260 días: que los 1.260 días en
realidad han de interpretarse como 1.260 años literales.
El instrumento usado por Satanás para dar muerte a Cristo y a muchos
del pueblo de Dios fue el Imperio Romano. Obró particularmente por medio
del rey Herodes, vasallo de los romanos; Poncio Pilato, procurador romano
de Judea; y el emperador romano Nerón, y otros más. Después de la caída del
Imperio Romano Occidental (476 d.C), persiguió al verdadero pueblo de Dios
bajo el disfraz de una organización político-religiosa que tenía raíces en el an-
tiguo imperio de los césares. Esta persecución, que se extendió por un período
de 1.260 años, está representada en Apocalipsis 12:6 como ”el desierto” y en
Mateo 24:21 como la “gran tribulación”. Durante este tiempo perecieron como
mártires millones de fieles del verdadero pueblo de Dios por negarse a seguir
los dictados de la Iglesia Romana. La Biblia había profetizado con exactidud
que el poder papal, representado como un “cuerno pequeño” en Daniel 7:8,
20, 21 y como una bestia “semejante a un leopardo” en Apocalipsis 13:2, haría
“guerra con los santos” . Sólo una organización supuestamente religiosa ha sido
responsable por más persecuciones y muertes de fieles creyentes cristianos que
ninguna otra secta en la historia—¡La Santa Iglesia Católica Romana!
“Paso a paso, el Imperio Romano (la serpiente) ciertamente le dio su po-
der, su trono y gran autoridad [Apocalipsis13:2] a la Iglesia Católica...La cul-
minación se produjo cuando en el año 538 los ejércitos del Imperio [la no
caída división Oriental] expulsaron de Roma a los arrianos ostrogodos... Por lo
tanto, en el año 538 los 1.260 años podrían comenzar.” (Dios Revela el Futuro,
t. 2, p. 328). “En el siglo sexto el papado concluyó por afirmarse. El asiento de
su poder quedó definitivamente fijado en la ciudad imperial, cuyo obispo de
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La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
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La Profecía de los 1.260 Días y su Relación con el Papado
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La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
del pueblo. Allí llegaban en traje de paisano los sacerdotes de estas escuelas
para hojear las revistas pornográficas y novelas que se vendían allí. Yo me es-
condía en el cuarto de atrás porque temía que me vieran. ¡Hoy día lamento no
haberme encarado con ellos por causa de lo que hacían!
Cierta vez yo asistía en la celebración de la Misa como monaguillo junta-
mente con mi hermano. Era la Misa de las seis, o Misa matutina, y el monseñor
mismo estaba oficiando esa mañana. Cada vez que me tocaba echar vino en el
cáliz del monseñor, yo notaba que él le daba varios golpecitos con el codo al
jarrillo del cual yo vertía el vino. Después que lo hizo dos veces, mi hermano
mayor, que tenía mucha más experiencia que yo, me susurró al oído, “Échaselo
todo en su copa” . Pensándolo bien ahora después de tantos años, me doy
cuenta de que aquel “santo” varón era un alcohólico. Pero me falta relatar
otro episodio que fue para mí el más ofensivo de todos. Fue la vez que asistí a
la gran boda católica de mi primo. Durante la recepción, recuerdo haber visto
al sacerdote oficiante frente al bar bebiéndose vaso tras vaso de vino. Los invi-
tados esperaban pacientemente que el sacerdote se uniera a ellos para la cena
y pidiese la bendición sobre los alimentos. Finalmente, alguien tuvo el valor de
susurrarle al oído que los invitados estaban en espera de su compañía y bendi-
ción. Ya ebrio, y tambaleándose por el centro del salón, el buen “padre”impa-
cientemente hizo a la ligera la señal de la cruz con la mano y le gritó a la con-
currencia: “¿Qué esperan? ¡Ya la comida esta bendecida! ¡Empiecen a comer!
—26—
—Capítulo 7—
La Herida Mortal Fue Sanada
A
unque la Iglesia Romana floreció durante el período de los 1.260 años,
Apocalipsis 13:3 nos dice que la bestia por cierto iba a sufrir una heri-
da mortal, y esta profecía se cumplió exactamente en el año 1798. “En
1798, 1260 años después [de 538], el papa fue llevado en cautiverio y la Iglesia
Católica recibió un golpe mortal. Sucedió tal como el Apocalipsis lo había pre-
dicho, con notable exactitud....Durante la Revolución Francesa y al cumplir las
órdenes emanadas del gobierno revolucionario francés, el General Alexander
Berthier [uno de los generales de Napoleón] lanzó una proclama en Roma el
15 de febrero de 1798 para informar al papa Pío VI y al pueblo de Roma que
el papa, de allí en adelante, no volvería a ‘ejercer función alguna.’ ” (Dios Revela
el Futuro, t. 2, p. 328). “Napoleón echó del trono al papa porque los pontífices
habían monopolizado el poder y ellos solos eran la única fuente de orden, paz,
ley, y seguridad” en la Europa Occidental. (The Temporal Power of the Vicar of
Christ, p. 27). En 1798, era la intención de Napoleón que nunca jamás hubiera
otro papa. “El papado desapareció: no quedó ni siquiera un vestigio de su exis-
tencia; y ninguna de las potencias católicas romanas de aquel tiempo intervinie-
ron en defensa suya. La Ciudad Eterna ya no tenía príncipe o pontífice. El que
fue su obispo moría en cautiverio en tierras lejanas, y ya se había proclamado
el decreto prohibiendo la elección de un sucesor” (Rome: From the Fall of the
Western Empire, p. 440). En otras palabras, el gobierno de la bestia recibió una
herida mortal, tal como la Biblia lo había profetizado: “Vi una de sus cabezas
como herida de muerte...” (Apocalipsis 13:3a.) Pero eso no es todo. La profecía
bíblica sigue diciendo: “…pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló
toda la tierra en pos de la bestia” (Ap. 13:3b.)
Aún durante la opresión papal de los 1.260 años, cuando la “mujer,” la
verdadera iglesia de Dios, sufrió tremendas persecuciones, Dios “sustentó” o
cuidó a sus hijos. “Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para
que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada
por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo. Y la serpiente arrojó de
su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrebatada por el río.
Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el
dragón había echado de su boca” (Ap. 12:14-16).
En Apocalipsis 12:14, Dios libra a la mujer de ser arrastrada dándole “las
dos alas de la gran águila”—símbolo apropiado del cuidado paternal de Dios
para con sus hijos. Cuando los israelitas escaparon de la esclavitud egipcia,
—27—
La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
Moisés dijo que Dios los había tomado “sobre alas de águilas” (Exodo 19:4). En
el Salmo 91:4, leemos: “Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás
seguro...” Y en Deuteronomio 32:9-12 leemos: “Porque la porción de Jehová
es su pueblo; Jacob la heredad que le tocó. Le halló en tierra de desierto, y en
yermo de horrible soledad; lo trajo alrededor, lo instruyó, lo guardó como a la
niña de su ojo. Como el águila que excita su nidada, revolotea sobre sus pollos,
extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas, Jehová solo le guió, y
con él no hubo dios extraño”. Muchos cristianos padecieron como resultado
del “torrente” de persecución que la serpiente arrojó de su boca, “pero la tierra
ayudó a la mujer”, dándole amparo en lugares seguros y despoblados. Muchos
cristianos escaparon a lugares tales como los valles de las montañas de los Al-
pes, a las montañas mismas, y a las escasamente pobladas colonias británicas
de Norteamérica. Dicho sea de paso, esto da lugar a una importante pregunta:
¿Cómo puede ser que María haya sido la que huyó del papado hacia el desierto
durante los 1.260 años siendo que ella fue elevada por ese mismo poder—la
Iglesia Católica Romana—para ser adorada? ¿Cómo iban a querer destruir
a la mujer que es una de las columnas de su sistema de culto? ¿Cómo va a
ser, pues, que la Virgen María sea la “mujer” que buscó refugio por espacio
de 1.260 años en un lugar desierto? Además, ¿dónde se registra que la María
literal tuvo la experiencia de ser perseguida y llevada al desierto por el dragón
después de la ascensión de su Hijo Jesús? ¡Esto simplemente no se aplica en
ningún sentido a la Virgen María!
Por otro lado, Satanás con furia implacable procura destruir la verdadera
iglesia de Dios, y persistirá siempre en sus esfuerzos por eliminar a todo cris-
tiano genuino. Furioso y lleno de frustración por no haber logrado la destruc-
ción de la iglesia verdadera durante los 1.260 años, Satanás, en estos últimos
días, dirige sus acerbos ataques contra “el resto de la descendencia de ella, los
que guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo”
(Apocalipsis 12:17). Amigos míos, Satanás se valdrá de cualquier medio para
lograr su propósito de engañar, si fuera posible, aun a los mismos escogidos—
ya sea el Imperio Romano, la Iglesia Católica Romana, o aún las apariciones
espiritistas de la supuesta Virgen María.
“La Iglesia Católica confiesa que es romana. Su nombre oficial actual, que
lo ha sido en el transcurso de la mayor parte de su larga historia es: Santa Igle-
sia Católica, Apostólica, Romana” (Dios Revela el Futuro, t. 2, p. 327). Repase-
mos: Apocalipsis 13:2 dice que “el dragón [en este caso, el Imperio Romano
a través del cual Satanás obraba] le dio [a la Iglesia Católica Romana dirigida
por el papa] su poder, y su trono, y grande autoridad”. “Un trono es símbo-
lo de autoridad. Pero puesto que este pasaje ya contiene las palabras ‘poder’,
‘poderío’ (autoridad), esperamos que ‘trono’ tenga un significado más literal.
Básicamente, un trono es un lugar donde se sienta una persona importante.
Otros términos con el sentido de trono son la palabra griega cathedra, y la
latina sedes, de la cual provienen dos palabras castellanas: ‘cátedra’ y ‘sede’. En
—28—
La Herida Mortal Fue Sanada
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La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
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La Herida Mortal Fue Sanada
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La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
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La Herida Mortal Fue Sanada
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—Capítulo 8—
Otra Característica del Cuerno
Pequeño de Daniel 7—La Blasfemia
A
ntes de reanudar mi tarea de descifrar el papel que ha de desempeñar
la falsa Virgen María en la obra de engaño mundial, me gustaría alu-
dir a unas cuantas más de las características de la “bestia” o “cuerno
pequeño”. La Biblia dice que éste no solamente haría guerra contra los santos
y ejercería el poder por espacio de 1.260 años, sino que también blasfemaría
contra Dios y pensaría en cambiar “los tiempos y la ley” y procuraría que todos
los habitantes de la tierra lo adorasen. (Véase Daniel 7:25; Ap. 13:6-8.)
La Biblia nos dice que el poder papal “abrió su boca en blasfemias contra
Dios, para blasfemar de su nombre” (Ap. 13:6). En realidad, el título de “papa”-
se deriva del vocablo papa, que significa padre. De hecho, muchas naciones del
mundo hoy día reconocen al papa como el “Santo Padre”. También se le conoce
como Pontifex Maximus (Sumo Pontífice) que significa “el Máximo Construc-
tor de Puentes”, lo cual quiere decir que él pretende ocupar el puesto de Cristo
como la verdadera “escalera” (o “puente”) que cruza o se extiende sobre el vacío
entre cielo y tierra creado por el pecado.(Véase Gn.28:12 y Juan 1:51). También
es conocido bajo el nombre de Vicarius Filii Dei (vicario o representante auto-
rizado del Hijo de Dios en la tierra). Así que pretende poseer el título, ocupar
el puesto, y tener la autoridad de Dios el Padre (il papa), Dios el Hijo (Pontifex
Maximus), y Dios el Santo Espíritu (Vicarius Filii Dei [Los siguientes pasajes
bíblicos aclaran que el Espíritu Santo es el verdadero vicario del Hijo de Dios
en la tierra: Juan 14:16-18, 26; 15:26; 16:7, 8, 13, 14]). Por eso es que al ser coro-
nado el papa le colocan sobre la cabeza una triple corona conocida como tiara
para indicar que es rey de cielo, mar, y profundidades.
La literatura eclesiástica abunda en ejemplos de las pretensiones arrogan-
tes y blasfemas del papado. Típicos ejemplos son los siguientes trozos de una
obra enciclopédica mayor escrita por un clérigo católico romano del siglo XVI-
II y, además, otros de fecha más reciente:
“El papa posee una dignidad tan grande y tal excelsitud que no es un mero
hombre, sino que es como si fuera Dios y es el vicario de Dios”.
“El papa es, por así decirlo, es Dios en la tierra, único soberano de los
fieles de Cristo, jefe de reyes, plenipotenciario, a quien el omnipotente Dios ha
encomendado la dirección no sólo de los asuntos terrenales sino también de
los del reino celestial...
“El papa es de tan gran autoridad y un poder tan grande que puede mo-
dificar, explicar, o interpretar hasta las mismas leyes divinas. El papa puede
—34—
Otra Característica del Cuerno Pequeño de Daniel 7—La Blasfemia
alterar la ley divina, ya que su poder no procede del hombre sino de Dios, y
actúa como vicegerente de Dios sobre la tierra con amplitud de poder para
atar y desatar lo concerniente a los miembros de su grey” (Lucius Ferraris, art.
“Papa II,” Prompta Bibliotheca, t. 6, pp. 25-29).
“El papa es infalible...No puede errar cuando, como Pastor y Maestro de
todo cristiano, define una doctrina concerniente a la fe o moral a la que la
iglesia entera ha de adherirse” (A Catechism of Christian Doctrine, p.16).
“Las personas que lo ven—e innumerables millones lo han visto—jamás
lo olvidan. Sus visitas crean una impresión electrizadora que ningún otro ser
humano puede igualar. Eso explica, por ejemplo, por qué en las aldeas rura-
les de Kenya miles de niños, además de una cantidad de gatos, gallos y hasta
hoteles,llevan el nombre de Juan Pablo. La única razón porque una grabación
en disco compacto del papa recitando el rosario con un trasfondo de música
de Bach y Handel se está haciendo tan popular en Europa es que el pontífice
posee un carisma que arrastra. Con razón declaró estupefacta una joven que
lo aplaudía y vitoreaba en compañía de miles de otras personas en un estadio
deportivo en la ciudad de Denver, Colorado: “Yo no reacciono de esta manera
en los conciertos de rock. ¿Qué será lo que tiene ese hombre”?
“...Cuando habla, no sólo se dirige a su grey de más de un billón, sino que
espera que el mundo entero lo escuche. Y su grey y la humanidad entera en
realidad lo escuchan.
“...Juan Pablo también puede imponer su voluntad y no hay ejemplo más
formidable y controvertido de esto que la intervención del Vaticano en la Con-
ferencia Internacional sobre población y desarrollo de la ONU llevada a cabo
en Cairo en septiembre. Allí los emisarios del Papa derrotaron una propuesta
apoyada por los EE.UU. que Juan Pablo temía podría fomentar el aborto mun-
dialmente. Los opositores de esta acción pronostican que sus consecuencias
podrían ser de un carácter catastrófico a nivel mundial, sobre todo en el super-
poblado Tercer Mundo que tanto admira al Papa.
“…El impacto que Juan Pablo ya ha causado en el mundo es formidable y
alcanza desde el nivel global al personal. Ha recorrido más de medio millón de
millas.Es como si fuera él solo un ejército en sí.‘Pasará a la historia como el más
grande de los papas modernos,’ dice el Reverendo Billy Graham. ‘Él ha sido la
firme conciencia de todo el mundo cristiano.’”(Time, 26 de diciembre de 1994/2
de enero de 1995, pp.53, 54). ¿Acaso no fue profetizado en Apocalipsis 13:3
que “se maravilló [se admiró, se asombró] toda la tierra en pos de la bestia”? Y
esto incluye a jóvenes, porque el Stockton Record, como también muchos otros
periódicos principales, publicaron en primera plana el siguiente artículo de la
Prensa Asociada :“¡Un millón de jóvenes se reúnen al llamado del papa!”. La
enorme multitud se congregó para celebrar la Misa en el más sagrado santua-
rio de Polonia durante el sexto Día Mundial de la Juventud celebrado anual-
mente y auspiciado por el Vaticano, e interrumpió a Juan Pablo por unos 10
minutos con aplausos y gritos de ‘Long live the pope!’ (¡Que viva el papa!) ”.
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La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
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Otra Característica del Cuerno Pequeño de Daniel 7—La Blasfemia
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La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
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—Capítulo 9—
Pensará en Cambiar los
Tiempos y la Ley
N
os queda por señalar todavía otro rasgo característico de la bestia—
que “pensará en cambiar los tiempos y la ley” (Daniel 7:25). Nunca
olvidaré el día cuando me enteré que la Iglesia Católica Romana y el
poder papal estaban predichos en la profecía bíblica. Un sábado de mañana
fui invitado a una iglesia local a escuchar a un ministro joven que estaba en-
señando una clase sobre las profecías del libro de Daniel. Aquella mañana él
exponía las profecías de Daniel 7, las cuales revelan las cuatro grandes poten-
cias mundiales que sucesivamente dominarían al mundo. Estos cuatro impe-
rios monolíticos eran Babilonia (el león, vers. 4), Medo-Persia (el oso, vers. 5),
Grecia (el leopardo, vers. 6), y Roma (la cuarta bestia, espantosa y terrible, vers.
7). Luego explicó que de la cuarta bestia, Roma, la cual es “el cuarto reino sobre
la tierra” (vers. 23), saldría un “cuerno pequeño” (versículo 8) que “hablará
palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará
en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y
tiempos, y medio tiempo” (vers. 25).
“Ahora bien, ¿cómo intentaría el poder papal cambiar los tiempos y la
ley?”, preguntaba el joven expositor a su clase. “Además, ¿qué leyes específicas
serían las que Satanás atacaría directamente? Sin duda alguna sería la Ley de
Dios—los Diez Mandamientos”, dijo con aplomo. Pero lo que más me im-
presionó fue cuando empezó a explicar cómo la Iglesia Católica Romana en
realidad cambió la Ley: “Eliminaron el segundo mandamiento, que dice ‘No
te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo,
ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra’’. Inmediatamente me
vinieron a la memoria las imágenes de María, el Niño Jesús, y los Santos en la
Catedral de la Anunciación. ¡Cómo reverenciaba yo las estatuas, especialmente
las de María! Recuerdo haberme preguntado, mientras oía hablar al ministro,
por qué a pesar de todo había estatuas en la catedral cuando el segundo man-
damiento prohibe la adoración de las imágenes? ¡O las estatuas eran una viola-
ción de la Ley de Dios, o el segundo mandamiento, como aquel joven insistía,
en realidad había sido cambiado! ¿Y qué entonces de los íconos que sangran
y las estatuas que lloran? ¿Será posibleque Dios obre milagros a través de
imágenes que él mismo ha prohibido?
Deseoso de aprender más, seguí escuchando con atención lo que el joven
decía acerca del “cuerno pequeño” de Daniel 7: “El papa no sólo ‘pensó’ en
cambiar el segundo mandamiento sino que también alteró la numeración de
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La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
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Pensará en Cambiar los Tiempos y la Ley
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—Capítulo 10—
El Cambio Gradual del Cuarto
Mandamiento Obrado por Satanás
A
sí que todo era cierto. ¡El joven ministro había dicho la verdad aquel
sábado por la mañana! El “cuerno pequeño” de Daniel 7 y “la bestia
semejante a un leopardo” de Apocalipsis 13 es el papado romano, que
pensó cambiar “tiempos y leyes” . Por intermedio de su agente en la tierra,
el papa de Roma, Satanás había logrado cambiar el tiempo en que hemos de
adorar al Creador del séptimo al primer día de la semana y como resultado hay
que tener en cuenta que muchos cristianos, ignorantemente, están guardando
“mandamientos de hombres”. ¿Acaso no nos advirtió Cristo: “Pues en vano
me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres” ? (Mateo
15:9). Amigos, en sus esfuerzos por usurpar el trono de Dios y sentarse a los
lados del norte (Isaías.14:13, 14) como Dios mismo,Satanás ha cambiado los
“tiempos” cambiando el día en que la Biblia dice que hemos de adorar al Crea-
dor! ¡Por medio de este cambio aparente, la criatura Satanás, a través de sus
agentes humanos, pretende la autoridad del Creador, y millones de personas a
través de todo el mundo están sin saberlo rindiéndole homenaje al “padre de
la mentira” al obedecer su mandato de celebrar culto el primer día de la sema-
na—el venerable día del sol—¡el domingo!
“Una vez suprimido lo que descubría el error, Satanás hizo lo que quiso.
La profecía había declarado que el papado pensaría ‘mudar los tiempos y la
ley’ (Daniel 7: 25.) No tardó en iniciar esta obra. Para dar a los convertidos
del paganismo algo que equivaliera al culto de los ídolos y para animarles
a que aceptaran nominalmente el cristianismo, se introdujo gradualmente
en el culto cristiano la adoración de imágenes y de reliquias. Este sistema
de idolatría fue definitivamente sancionado por decreto de un concilio gene-
ral. Para remate de su obra sacrílega, Roma se atrevió a borrar de la ley de
Dios el segundo mandamiento, que prohibe la adoración de las imágenes
y a dividir en dos el último mandamiento para conservar el número de éstos.
“El espíritu de concesión al paganismo fomentó aún más el desprecio de
la autoridad del Cielo. Obrando por medio de directores inconversos de
la iglesia, Satanás atentó también contra el cuarto mandamiento y trató de
echar a un lado el antiguo sábado, el día que Dios había bendecido y san-
tificado (Génesis 2:2, 3), para colocar en su lugar el día festivo observado
por los paganos como “el venerable día del sol”.
“Este intento no se hizo al principio abiertamente. En los primeros si-
glos el verdadero día de reposo, el sábado, había sido guardado por todos los
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El Cambio Gradual del Cuarto Mandamiento Obrado por Satanás
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La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
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El Cambio Gradual del Cuarto Mandamiento Obrado por Satanás
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—Capítulo 11—
El Sello de Dios
E
stimados amigos, basándonos en lo que hemos venido estudiando hasta
el momento, podemos ver claramente que la “bestia” o ”cuerno pequeño”
representa el papado romano. Entonces, ¿qué es la marca de la bestia,
es decir, la marca del papado? Antes de contestar esta pregunta, permítanme
mostrarles lo que es el sello de Dios. Un sello puede ser un emblema, símbolo,
o carta que acompaña un documento legal y le da autenticidad. Está relaciona-
do con asuntos legales. Un sello compone de tres partes: el nombre del oficial
o gobernante, su título, y el territorio sobre el cual tiene jurisdicción. La Biblia
nos da una clave importante para descrubrir dónde se encuentra el sello de
Dios por cuanto dice en Isaías 8:16, “Ata el testimonio, sella la ley entre mis
discípulos”. En realidad, el “nuevo pacto” (Hebreos 8:8) que Dios estableció con
su pueblo tiene que ver con su Ley. Leemos en Hebreos 8:10, “Por lo cual, este
es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor:
pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré
a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo”. En Apocalipsis capítulo 7 y
versículos 2 y 3 dice: “Vi también otro ángel que subía de donde sale el sol, y
tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se
les había dado el poder de hacer daño a la tierra y el mar, diciendo: ‘No hagáis
daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus
frentes a los siervos de nuestro Dios’”. Por consiguiente, podemos concluir que
el sello de Dios tiene algo que ver con la Ley de Dios puesta en nuestras frentes,
es decir, nuestras mentes. Detrás de la frente está una parte del cerebro que se
llama lóbulo frontal donde el ser humano hace sus decisiones de carácter mo-
ral. Es también la parte del cerebro donde se encuentra la consciencia.
La Ley de Dios es conocida como los Diez Mandamientos—sus diez prin-
cipios de amor. También es llamada “la ley real” o “la ley de la libertad” por la
que la humanidad será juzgada, según lo indica el apóstol Santiago. (Véase San-
tiago 2:8-12; Eclesiastés 12:13,14.) De hecho, la Biblia nos da la siguiente defi-
nición del pecado: “El pecado es infracción de la ley [los Diez Mandamientos]”
(1 Juan 3:4). Debido a eso, vale decir que Dios está buscando un pueblo obe-
diente—un pueblo en cuyas mentes está escrita su ley moral, su ley de amor,
y que mejor prefieren morir que infringir sus mandamientos. Merece notarse
que en el mismo seno de los Diez Mandamientos de Dios— los cuales, dicho
sea de paso, es imposible guardar a menos que el Espíritu Santo grabe estos
preciosos principios en el corazón—aparece el sábado, ¡el solo mandamiento
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El Sello de Dios
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La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
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El Sello de Dios
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—Capítulo 12—
El Origen del Misterio: “Babilonia la
Grande, la Madre de las Rameras”
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n el libro de Apocalipsis, capítulo 17, descubrimos aún más claves en
cuanto a la identidad de la “gran ramera” de la profecía bíblica. Pero
además de esto, hay en este capítulo un gran paralelo relativo a la pala-
bra “misterio” que hay que considerar porque es algo que explicará el origen
de la Mariología (cuerpo de creencias, doctrinas y opiniones concernientes a
la Virgen María) y cómo se infiltró dentro de la Iglesia Cristiana. Los primeros
seis versículos del capítulo rezan así: “Vino uno de los siete ángeles que tenían
las siete copas y habló conmigo, diciendo: ‘Ven acá y te mostraré la sentencia
contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas. Con ella han
fornicado los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se han embriagado
con el vino de su fornicación. Me llevó en el Espíritu al desierto, y vi a una mu-
jer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía
siete cabezas y diez cuernos. La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata,
adornada de oro, piedras preciosas y perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro
lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación. En su frente tenía
un nombre escrito, un misterio: ‘BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE
DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA’. Vi a
la mujer ebria de la sangre de los santos y de la sangre de los mártires de Jesús”.
El historiador Alexander Hislop, autor del libro The Two Babylons [Las
Dos Babilonias] se dedicó por años a investigar la conexión que pudiera haber
entre la Babilonia antigua y el sistema de culto papal. He aquí lo que escribió:
“El gigantesco sistema de corrupción moral e idolatría descrito en este pasaje
bajo el símbolo de una mujer que ‘tenía en la mano un cáliz de oro’ (Apoc.
17:4) y da a beber a los habitantes de la tierra ‘el vino de su fornicación’ (Apoc.
17:2; 18:3) es llamado por Dios ‘Un Misterio: Babilonia la grande’ (Apoc. 17:5).
Ninguna persona de mente abierta que haya cuidadosamente investigado este
tema puede dudar que el equivalente del ‘Misterio de Iniquidad’ descrito por
Pablo en 2 Tesalonicenses 2:7 es la Iglesia de Roma...En vista de que el sistema
descrito aquí está de igual manera caracterizado por el nombre de ‘Misterio’,
podemos dar por sentado que ambos pasajes se refieren al mismo sistema. Pero
el lenguaje que se le aplica a la Babilonia del Nuevo Testamento, algo de lo cual
se dará plena cuenta el lector, naturalmente nos remonta a la Babilonia antigua.
La mujer apocalíptica tiene en su mano un cáliz con el cual embriaga a los
habitantes de la tierra, y lo mismo pasaba con la antigua Babilonia. Estando
en todo su apogeo, aquella Babilonia de antaño escuchó por medio del profeta
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El Origen del Misterio: “Babilonia la Grande, la Madre de las Rameras”
Jeremías las palabras divinas que anunciaban su ruina: “Una copa de oro que
embriagó toda la tierra fue Babilonia en la mano de Jehová. De su vino bebie-
ron los pueblos; se aturdieron las naciones” (Jer. 51:7). ¿Y por qué se emplea
un lenguaje idéntico respecto a los dos sistemas? La deducción más lógica
seguramente es que la relación entre ambos es que uno es el tipo y el otro el
antitipo. Ahora bien, así como la Babilonia del Apocalipsis (Apoc. 17:5) está
caracterizada con el nombre de ‘Misterio’, el rasgo característico del antiguo
sistema babilónico eran los ‘Misterios’ caldeos [prácticas religiosas secretas]
que formaban parte integral de ese sistema [que incluía ritos y culto de ciertos
dioses y diosas]. Y es a estos misterios que se refieren claramente, aunque por
supuesto en sentido figurado, las palabras del profeta hebreo al declarar que
Babilonia era ‘una copa de oro’. El consumo de ‘bebidas misteriosas’...era indis-
pensable para aquellos que se iniciaban en estos Misterios. Estas ‘bebidas mis-
teriosas’. Estas ‘bebidas misteriosas’ se componían de ‘vino, miel de abeja, agua,
y harina de trigo’ (The Two Babylons, pp. 4,5). Eran por naturaleza intoxicantes
y, de la misma manera el “Misterio de iniquidad”, en un sentido espiritual, hace
que los habitantes de la tierra se embriaguen con “el vino de su fornicación [sus
doctrinas embriagantes y misteriosas]”.
“Hay vestigios de Los Misterios caldeos hasta los tiempos de Semiramis...la
hermosa pero abandonada reina de Babilonia...la gran ‘Madre’ de los dioses...
la Madre de toda inmundicia..[la cual] elevó la misma ciudad donde tenía su
trono...al nivel de gran sede...de la idolatría y de la prostitución consagrada.
De esa manera llegó a ser esta reina caldea el prototipo de la “Mujer” de Apo-
calipsis que lleva un cáliz de oro en la mano y en su frente el nombre escrito,
‘Misterio: Babilonia la Grande, Madre de las rameras y de las abominaciones de
la tierra’. La figura apocalíptica de la Ramera que lleva un cáliz en la mano es-
taba incorporado hasta en los símbolos idolátricos que provenían de la antigua
Babilonia según se podía ver en las exhibiciones de los mismos en Grecia...y es
extraordinario que en nuestros propios días, evidentemente por primera vez,
la Iglesia Romana ha adoptado esta misma figura como emblema preferido. En
1825...el Papa León XII acuñó una medalla con la estampa de su propia imagen
por un lado y la de una ‘Mujer’ con una cruz en su mano izquierda y un cáliz
en la derecha por el otro y grabadas a su alrededor las palabras ‘Sedet super
universum’, que quieren decir ‘El mundo entero es su sede’.
“...por lo tanto, era preciso que la idolatría, particularmente la abominable
idolatría de un sistema tal como el de Babilonia...fuera introducida sigilosa y
furtivamente...Los sacerdotes eran los únicos depositarios del conocimiento
religioso; sólo ellos eran los herederos de la verdadera tradición por medio de
la cual se podían descifrar los escritos y símbolos de la religión pública y fuera
de una sumisión ciega y absoluta ante ellos, lo que era necesario para salva-
ción no podía saberse. ¡Compárese esto con la historia del papado, y con su
espíritu y modus operandi de siempre y se verá que la relación es exacta! ¿Tuvo
su origen este corrupto sistema de ‘Misterios’ babilónicos en la época ilustrada
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La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
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El Origen del Misterio: “Babilonia la Grande, la Madre de las Rameras”
a que se confiese una vez al mes...la confesión mensual será un remedio par la
Iglesia de Occidente. Se debe transmitir este mensaje al Occidente” (El Trueno
de la Justicia, p. 205).
“Conforme al principio del cual se derivó la idea del confesonario, la Igle-
sia, o más bien el clero, pretendió ser el único depositario de la verdadera fe
cristiana. Así como se creía que únicamente los sacerdotes caldeos poseían la
clave del entendimiento de la mitología babilónica que les había sido transmi-
tida desde los tiempos más remotos, los sacerdotes de Roma se establecieron
ellos mismos como los únicos intérpretes de las Escrituras...Por lo tanto, exi-
gían que se tuviera una fe absoluta en sus dogmas. Toda la humanidad estaba
obligada a creer lo mismo que la Iglesia, mientras ésta podía entonces darle
la forma que quisiera a su fe...En todo sentido, pues, podemos ver cuán apro-
piado es el nombre que Roma lleva escrito en su frente, ‘Misterio: Babilonia la
Grande’” (The Two Babylons, p. 11).
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—Capítulo 13—
Mi Testimonio Personal
Acerca de los Sacramentos
E
s curioso que la palabra “sacramento”, término católico romano que sig-
nifica “un signo visible y tangible mediante el cual Dios se acerca a noso-
tros, se compenetra en nuestras vidas, y nos atrae a sí mismo por medio
de su gracia...se deriva de la traducción latina del vocablo griego misterion , que
quiere decir ‘misterio’” (Basics of the Faith: A Catholic Catechism, p. 151). Tres
de los siete sacramentos o “misterios” son éstos: el Bautismo Infantil, la Sagra-
da Eucaristía en la que Jesús se dice estar real y verdaderamente presente y que
es en realidad un misterio diferente a todos los demás; y el Orden Sacerdotal
por medio del cual aquellos que quedan constituidos como ministros sagrados
o sacerdotes toman el voto de castidad como disciplina de la Iglesia Católica
Romana, a pesar de que la Biblia dice: “No es bueno que el hombre esté solo” y
“...es necesario que el obispo sea irreprochable, marido de una sola mujer, so-
brio, prudente, decoroso...que no sea dado al vino...” (Gén. 2:18; 1 Tim. 3:2,3)
Todo lo que que tenemos que hacer es leer los periódicos para darnos
cuenta del fruto de este “Sagrado Sacramento”. Abundan los informes acerca
del comportamiento vil y promiscuo de los curas célibes. He aquí algunos de
los titulares: “Los Curas y la Pedofilia: Hay que Romper el Silencio”; “Los Casos
de Abuso Sexual Minan el Presupuesto de la Iglesia”; “Litigios por Causa de
Abuso Sexual”; y “Se Informa que el 40% de los Curas Son Homosexuales”. Que
mundialmente los curas homosexuales estén muriendo de SIDA no es nada
de sorprendente.En realidad, en años recientes la Iglesia Católica Romana ha
gastado un billón de dólares en arreglos extrajudiciales de casos concernien-
tes a líos sexuales de los curas. ¿Acaso no fue acertada la siguiente profecía
del apóstol San Pablo?—“Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos
tiempos, algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a
doctrinas de demonios, de hipócritas y mentirosos, cuya conciencia está cau-
terizada. Estos prohibirán casarse y mandarán abstenerse de alimentos que
Dios creó para que con acción de gracias participaran de ellos los creyentes y
los que han conocidido la verdad...” (1 Tim. 4:1-3). En vista de que han sido
expuestas las aventuras o hazañas sexuales de curas supuestamente célibes, las
palabras de Pablo resultan ser hartamente apropiadas: “Hipócritas y mentiro-
sos [así son los prelados que predican la moral, denuncian el homosexualismo
y el aborto, y dicen haber tomado votos de castidad mientras que ellos mismos
practican la depravación sexual], cuya conciencia está cauterizada [insensible,
no funciona]” (1 Tim. 4:2). Roguemos a Dios que ellos se arrepientan de tales
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Mi Testimonio Personal Acerca de los Sacramentos
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La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
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Mi Testimonio Personal Acerca de los Sacramentos
está completamente presente sobre el altar como víctima bajo las apariencias
de pan y vino y es ofrecido de nuevo ante Dios el Padre por la Iglesia como
expiación de los pecados de todo el mundo. Se considera que en cada celebra-
ción eucarística se renueva de un modo incruento (no sangriento) el sacrificio
único y universalmente eficaz hecho libremente por el mismo Cristo en la cruz
para redimir el mundo. ¿Cómo es posible redimir a alguien por medio de un
sacrificio incruento cuando la Biblia claramente dice: “Sin derramamiento de
sangre no hay remisión [de pecado]” (Hebreos 9:22), y “En él [en Jesús] tene-
mos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su
gracia” (Efesios 1:7)? A pesar de esto, según la doctrina católica, “La Santa Misa
es el sacrificio idéntico de la Cruz, dado que Cristo, quien se ofreció a sí mismo
a su Padre Celestial, sigue ofreciéndose a sí mismo de modo incruento sobre
el altar por medio del ministerio de los sacerdotes” (A Catechism of Christian
Doctrine, p. 47). La Misa es el medio por el cual se aplican los méritos del Cal-
vario y es algo que se hace repetidamente. Se ve fácilmente que la doctrina de
la Iglesia Católica Romana contradice las Escrituras. La Biblia dice: “...porque
no entró Cristo en el santuario hecho por los hombres, figura del verdadero,
sino en el cielo mismo, para presentarse ahora por nosotros ante Dios. Y no
entró para ofrecerse muchas veces...pero ahora...se presentó una vez para
siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Y
de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez,
y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para
llevar los pecados de muchos” (Hebreos 9:24-28). “Asimismo, Cristo padeció
una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios...”
(1 Pedro 3:18). Además, ¿que quiso decir Jesús cuando exclamó desde la cruz
poco antes de expirar, ‘¡Consumado es!’?
La Misa es la celebración de la Santa Eucaristía. El sacerdote que ofre-
ce o celebra la Misa, conocido como celebrante , lee y canta en latín. Pero la
ceremonia se traduce a varios idiomas para que todos los presentes puedan
entenderla. La Santa Misa se compone de dos partes básicas: la Liturgia de
la Palabra y la Liturgia Eucarística. Su propósito es “volver a presentar el más
grande evento de la historia de la fe cristiana—el misterio pascual—la pasión,
muerte, resurrección y ascención de nuestro Señor y Salvador Jesucristo...En la
Oración Eucarística durante la cual la solemne Consagración del pan y del vino
se lleva a cabo...los católicos creen que en ese momento, por el poder soberano
y la voluntad de Dios, el pan y el vino de veras se convierten en el cuerpo y la
sangre de Jesucristo”. “Lo que se recibe no es simbólico...sino que realmente
se come el cuerpo de Cristo y se bebe su sangre aunque nuestros sentidos sigan
percibiéndolo como pan y vino...Los cristianos católicos creen que cuando re-
ciben el pan y el vino eucarísticos, están realmente participando del cuerpo y
la sangre de Jesucristo” (Basics of the Faith: A Catholic Catechism, pp. 195,196,
164,165). ¡Qué blasfemia más grande! ¡El sacerdote, o celebrante—una mera
criatura—tiene el atrevimiento de crear, por así decirlo, al mismo Creador!
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La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
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Mi Testimonio Personal Acerca de los Sacramentos
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La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
niveles, algunos cerca del Cielo y otros cerca del infierno”. Y añaden: “María ha
recomendado que se rece por lo menos siete Padre Nuestros, siete Ave Marías
y siete Glorias y el Credo de los Apóstoles, por las almas del purgatorio y sus
intenciones. María ha señalado que las almas del purgatorio esperan nuestras
oraciones y sacrificios” (El Trueno de la Justicia, p. 211). ¡Una vez más, mis
amados amigos, podemos ver claramente que el que promueve este error no
es la Virgen María, sino un demonio disfrazado!
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—Capítulo 14—
Madre e Hijo: Grandes
Objetos de Adoración
A
l seguir comparando las semejanzas entre la antigua Babilonia y la “Ba-
bilonia” del Nuevo Testamento, Hislop se refiere a los objetos de ado-
ración de Babilonia y Roma de la siguiente manera: “En aquellos países
de Europa donde el sistema papal ha alcanzado un desarrollo mayor...ha casi
desaparecido todo vestigio de la adoración del Rey Eterno e Invisible, mientras
que la Madre y el Hijo continuaron siendo los principales objetos de culto. En
este último sentido sucedía exactamente lo mismo en Babilonia. La religión
popular de los babilonios le rendía el mayor homenaje a la Diosa Madre y a
un Hijo, representado en las pinturas e imágenes como un infante o niño en
brazos de su madre. Desde Babilonia, este culto de la Madre y el Niño se pro-
pagó por todo el mundo. En Egipto, la Madre y el Niño eran adorados bajo los
nombres de Isis y Osiris [éste era conocido más a menudo como Horo]...y en
la Roma pagana bajo los nombres de Fortuna y Júpiter...y en Grecia como Ce-
res la Gran Madre y el bebé que llevaba en su seno...y hasta en Tibet, China, y
Japón, los misioneros jesuítas se sorprendieron al descubrir que el equivalente
de la Madona y su niño era adorado con tanta devoción en esos lugares como
en la misma Roma pagana.
“...Ese hijo, pese a que aparecía representado en forma de niño en los bra-
zos de su madre, era en realidad una persona de gran renombre, vasto poder
físico, y de conducta admirable. En la Biblia (Ezequiel 8:14) es conocido como
Tamuz... ‘El Lamentado’” (The Two Babylons, pp. 14, 20,21). Pasemos ahora a
Ezequiel 8:12-14 y veamos si estos datos se aplican al Israel bíblico: “Me dijo:
‘Hijo de hombre, ¿has visto las cosas que los ancianos de la casa de Israel ha-
cen en tinieblas, cada uno en sus cámaras pintadas de imágenes? Porque di-
cen ellos: ‘Jehová no nos ve. Jehová ha abandoinado la tierra’. Me dijo después:
‘Vuélvete, veras que estos hacen aún mayores abominaciones’. Me llevó a la
entrada de la puerta de la casa de Jehová, que está al norte; y vi a unas muje-
res que estaban allí sentadas llorando a Tamuz”. Amigos míos, las palabra
proféticas de Ezequiel tienen una aplicación doble. No sólo se aplican a lo que
ocurría en el santuario de Dios en la antigüedad, sino también a lo que va a
pasar dentro de la iglesia en los postreros días cuando “Babilonia la Grande”
hará que “los habitantes de la tierra” se embriaguen “con el vino de su fornica-
ción [falsas doctrinas]” (Apocalipsis 17:5,2). Dado que una mujer es símbolo
de una iglesia, entonces en el pasaje de Ezequiel que acabamos de citar la iglesia
viene siendo “la casa de Israel” que en su estado de apostasía descarada llora
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La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
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Madre e Hijo: Grandes Objetos de Adoración
y adoradas por todo lugar...Este hijo, adorado en brazos de su madre, era con-
siderado como poseedor de todas las cualidades y se le aplicaban casi todos los
nombres del Mesías prometido. Así como Cristo era conocido en el Antiguo
Testamento por el nombre hebreo de Adonai—el Señor—también a Tamuz le
decían Adonis. Bajo el nombre de Mitras era venerado como ‘el Mediador’. Y
como Mediador y cabeza del pacto de gracia, le decían Baal-Berit—Señor del
Pacto (Jueces 8:33)...Fue así de una manera atrevida y directa que fue instalado
en Babilonia un mero mortal en oposición al ‘Hijo del Bendito’” (Ibíd., pp.
67-70, 73, 74).
Amigos míos ¿no ven ustedes claramente que el papismo es el paganismo
bautizado? Hislop añade: “Si el niño debía ser adorado, mucho más la madre.
Y, en realidad, la madre se convirtió en el objeto de culto favorito. Para jus-
tificar este culto, la madre fue elevada al nivel de la divinidad juntamente con
su hijo, y era considerada como la que estaba destinada a herir la cabeza de la
serpiente...La Iglesia Católica Romana mantiene que no fue tanto la simiente de
la mujer como la mujer misma que heriría la cabeza de la serpiente. Oponién-
dose a toda regla de gramática, traduce la denuncia divina contra la serpiente
como sigue: ‘Ella te herirá la cabeza, y tú la herirás a ella en el calcañar’. Lo
mismo sostenían los antiguos babilonios y así lo representaban en sus templos
[y también hoy en el libro El Trueno de la Justicia].
“Con el correr del tiempo, según iban perdiéndose de vista los hechos re-
lativos a la historia de Semiramis, se declaró audazmente que el nacimiento de
su hijo había sido milagroso y, por lo tanto, ella fue denominada ‘Alma Mater’
[que basado en significados antiguos quiere decir ‘la Virgen Madre’, según lo
explica Hislop en una nota al pie en la página 76]” (Ibíd., pp. 75, 76).
—63—
—Capítulo 15—
El Falso Sello de Dios
E
n el capítulo 11 aprendimos que el sello de Dios es el sábado. El sello de
Dios es una señal externa que nadie sino los ángeles del cielo pueden
ver porque es algo que tiene que ver con el carácter moral de la persona
y revela a quién ella sirve. Así como el sello de Dios está escrito en la frente de
aquellos que constituyen su fiel y leal pueblo, el nombre “Misterio: Babilonia,
Madre de las Rameras” está escrito en la frente de la ramera, y sus seguidores,
conocidos por su falsa adoración y dedicación, recibirán la marca de la bestia en
la frente y en la mano. Cito ahora del libro Trueno de la Justicia, p. 340 , para que
el lector vea cómo definen sus autores lo que es el sello de Dios: “Y clamó en mis
oídos con fuerte voz: ‘Acercáos los que habéis de castigar la ciudad!’ Y llegaron
seis hombres por el camino de la puerta superior del lado del septentrión, cada
uno con su instrumento destructor en la mano...y, llamando al hombre vestido
de lino que llevaba el tintero de escriba, le dijo: ‘Pasa por en medio de Jerusalén y
pon por señal una cruz en la frente de los que se duelen de todas las abominacio-
nes que en medio de alla se cometen’. Y a otros les dijo: ‘Pasad en pos de él en la
ciudad y herid. No perdone vuestro ojo ni tengáis compasión: viejos, mancebos
y doncellas, niños y mujeres, matad hasta exterminarlos, pero no os lleguéis a
ninguno de los que llevan la cruz. Comenzad por el santuario’ (Ezequiel 9:1-6)”.
Nótese por favor que los autores solamente citan Ezequiel 9:1-6. Ruego al
lector que ahora mismo tome la Biblia y la abra al capítulo 9 de Ezequiel. ¿Se
encuentra allí la palabra “cruz” en alguno de sus versículos? La Biblia simple-
mente dice: “... ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y claman
a causa de todas las abominacioines que se hacen en medio de ella (vers. 4)
y “matad a viejos, a jóvenes y vírgenes, pero a todo aquel sobre el cual esté la
señal, no os acercaréis...’ (vers. 6). No importa cuál sea la versión de la Biblia
que se esté consultando, ¿aparece la palabra “cruz” en estos pasajes? ¿Y por qué
no? ¡Sencillamente porque no está allí! ¿Cómo es posible que confiemos en
partidarios del Movimiento Mariano que tienen la osadía de añadirle palabras
a la Biblia que no aparecen en los idiomas originales?
La única explicación que he podido encontrar de la señal mencionada por
el profeta Ezequiel son las notas al pie de algunas biblias que en resumen dicen
que la señal era literalmente una taw, última letra del alfabeto hebreo que en la
antigua escritura hebrea tenía forma de cruz. Según la New Catholic Version
[Nueva Versión Católica] de la Douay-Confraternity Bible , esta fue la conclu-
sión de San Jerónimo y otros intérpretes.
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El Falso Sello de Dios
—65—
La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
—66—
El Falso Sello de Dios
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La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
Merece notarse que aquellos que son destruidos por no tener la “marca” o
sello de Dios (véase Ezequiel 9:4) son los que han estado practicando la abomi-
nable idolatría que se registra en el capítulo anterior, Ezequiel 8. En Ezequiel
8, el profeta describe algunas de las costumbres atroces de los “ancianos de
Judá”—los sacerdotes que han ofendido al Dios verdadero. Ezequiel ve en la
entrada o puerta del altar (es decir, en la iglesia, lugar dedicado al culto del
Dios verdadero) imágenes de falsos dioses, y de una en particular que provo-
caba la ira de Dios —“la imagen del celo” (vers. 3). Esta imagen provocaba el
celo de Dios era la Madona Babilónica, reina del cielo, que llevaba a su niño
entre brazos. Hislop sostiene que la Iglesia Católica no puede mitigar o atenuar
“el carácter execrable de aquel culto idolátrico” identificando esta imagen con
la Virgen María y el Niño Jesús (The Two Babylons, p. 88). Entiéndase bien
que el equivalente moderno del antiguo culto babilónico de la Diosa Madre y
su Hijo es la adoración dentro de la Iglesia Católica Romana de la imagen de
la Virgen (llamada Madona) y el Niño Jesús. ¿Por qué es execrable o abomina-
ble este culto? Porque la falsa “Madona”, en nombre de Jesús, el Hijo de Dios,
conduce a multitudes de personas a la perdición. Sin embargo, es la voluntad
de Dios que estas mismas víctimas extraviadas reciban la eterna salvación por
medio del sacrificio infinito de Cristo, nuestro verdadero Redentor. ¡Lo que
está ocurriendo es un sacrilegio y una blasfemia! Pero hay que darse cuenta de
que las víctimas en Ezequiel 9 son los mismos idólatras, ¡incluyendo aquellos
que forman parte del Movimiento Mariano que han perpetuado la mentira de
que el sello de Dios es la señal de la cruz en la frente de las personas! Querido
lector, nunca olvides que Dios mediante su Santo Espíritu quiere restaurar en
nosotros su propia imagen, que el hombre perdió en el Edén (véase Génesis
1:26; 2 Pedro 1:3,4; 2 Corintios 3:18).
—68—
—Capítulo 16—
La Madona de Roma es la Madona
de la Antigua Babilonia
L
os autores idólatras del libro El Trueno de la Justicia estos idólatras de-
claran audazmente: “Lo que estamos presenciando es la intercesión de
la Santísima Virgen María, Reina del Cielo y verdadero faro de luz para
todos los cristianos” (p. 5). Pero ¡María está muerta—muerta y sepultada! Y
las personas que dicen haber visto a la Virgen María realmente están siendo
engañadas por un espíritu maligno. Y las estatuas de la Virgen no son más que
montones de yeso a los cuales se les ha dado la forma de la Madona babilónica
que le dio origen. Estas son palabras fuertes, pero ¿serán verdaderas? Si acaso
alguien tuviese alguna duda, que vuelva a mirar la portada de este libro. ¡Con
razón el Segundo Mandamiento que prohibe la adoración de imágenes—y que
dicho sea de paso fue escrito por el mismo dedo de Dios (Éxodo 31:18)—con-
tiene un lenguaje tan fuerte! ¡Con razón el Papa de Roma, que está sumido en
el paganismo, quitó el segundo de los Diez Mandamientos—porque pronuncia
el juicio de un Dios celoso contra todos los que lo infringen, y aun sobre sus hi-
jos y los hijos de sus hijos! “No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que
esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
No te inclinarás a ellas ni las honrarás,porque yo soy Jehová, tu Dios, fuerte,
celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuar-
ta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia por millares a los
que aman y guardan mis mandamientos” (Éxodo 20:4-6). Estimado lector, ¡en
ninguna otra parte de la Ley de Dios encontraremos palabras tan fuertes como
estas: “los que me aborrecen”! Dios verdaderamente se ofende y con justa razón
es llamado “Dios celoso” que visita la maldad de los antepasados idólatras so-
bre los descendientes que siguen sus prácticas paganas, a no ser que se arre-
pientan. Dios, en su infinita misericordia, podrá pasar por alto la ignorancia
y hacer todo lo posible para ganarse su afecto, pero si persisten en transgredir
sus leyes después de haber recibido el conocimiento necesario, ¿por cuánto
tiempo más retraerá Dios su mano? Esto es algo que nadie sabe. Oseas 4:6 dice,
“Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste
el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; puesto que olvidaste la ley de tu
Dios, también yo me olvidaré de tus hijos”.
Me resulta sumamente interesante que el profeta Jeremías también tenía
algo que decir en cuanto a la adoración de imágenes y falsos dioses en Israel, y
que lo hizo de una manera bien directa. Mientras estuvieron en Egipto como
exiliados desamparados, en lugar de convertirse en testigos de Dios contra el
—69—
La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
paganismo que los rodeaba, los israelitas se dedicaron a esta forma de idolatría
tanto como los mismos egipcios. Jeremías fue enviado por Dios para anunciar
la ira de Dios contra su pueblo si este persistía en rendirle culto a “la reina del
cielo”, pero sus amonestaciones cayeron en oídos sordos. “Entonces todos los
que sabían que sus mujeres habían ofrecido incienso a dioses ajenos, y todas
las mujeres que estaban presentes, una gran concurrencia, y todo el pueblo que
habitaba en tierra de Egipto, en Patros, respondieron a Jeremías, diciendo: ‘No
escucharemos de ti la palabra que nos has hablado en nombre de Jehová,
sino que ciertamente pondremos por obra toda palabra que ha salido de nues-
tra boca, para ofrecer incienso a la reina del cielo y derramarle libaciones, como
hemos hecho nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros jefes, en las
ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén. Entonces tuvimos abundancia de
pan, fuimos felices y no vimos mal alguno” (Jeremías 44:15-17).
Alexander Hislop, autor de The Two Babylons, declara: “La práctica del
culto de la diosa-madre que lleva al niño en sus brazos siguió observándose en
Egipto hasta que entró el cristianismo. Si el Evangelio hubiera llegado con po-
der al vulgo, la adoración de esta reina-diosa se hubiera echado abajo. Para la
mayoría, el Evangelio llegó sólo de nombre. Por lo tanto, en vez de expulsar a la
diosa babilónica, en muchos de los casos solamente le cambiaron el nombre.
Fue llamada la Virgen María y, junto con su niño, los cristianos profesos
la adoraban con el mismo fervor que antes lo hacían abiertamente los que
eran paganos declarados...Significaba que si se aceptaba que Cristo era en
verdad y propiamente Dios, digno de recibir honores divinos, entonces su ma-
dre, de la cual él heredó solamente su naturaleza humana, también tenía que
ser aceptada en el mismo nivel que él y, por tanto, debía ser exaltada muy por
encima de toda criatura y adorada como parte de la Deidad. La divinidad de
Cristo depende enteramente de la divinidad de su madre. El papismo así es...
Sin embargo, esto es copia exacta de la doctrina de la antigua Babilonia respec-
to a la gran diosa-madre. La Madona de Roma es, entonces, la misma que la
Madona de Babilonia. La ‘Reina del Cielo’ de uno de los sistemas es la misma
que la del otro...La Madona Romana y la Madona Babilónica son la misma
cosa” (The Two Babylons, pp. 82, 83, 85). ¡Con razón Alexander Hislop tituló
su libro The Two Babylons [Las Dos Babilonias] ya que la Babilonia del Nuevo
Testamento no es más que una versión moderna de la Babilonia del Antiguo!
En muchos de los casos sólo el nombre se le ha cambiado. Por ejemplo, las es-
tatuas de los dioses del Panteón, antiguo templo situado en Roma y dedicado al
culto de todos los dioses, se encuentran ahora en el Museo del Vaticano, excep-
to la gran estatua de Júpiter, la cual ha sido modificada, retitulada y asentada en
el trono de la Basílica de San Pedro en Roma en forma del apóstol San Pedro.
Millares de peregrinos le besan los pies a Júpiter pensando que es la estatua del
apóstol San Pedro.
Hislop señala otro rasgo característico común a las dos Madonas, la de
Babilonia y la de Roma: el nimbo o círculo luminoso (halo o aureola) que
—70—
La Madona de Roma es la Madona de la Antigua Babilonia
frecuentemente rodea sus cabezas, al igual que la de los Santos y de Cristo. ¿Cuál
fue el origen de esta figura? ¿En qué parte del vasto contenido de las Sagradas
Escrituras dice que la cabeza de Cristo estaba rodeada de un disco o círculo de
luz? Lo que de ninguna manera se encuentra en las Escrituras, se encuentra en
las representaciones artísticas de los grandes dioses y diosas de Babilonia. El dis-
co o halo, pero especialmente el círculo, “eran los bien conocidos símbolos de la
Deidad Solar, y figuraban mayormente en el simbolismo del Oriente. La cabeza
de la Deidad Solar aparecía rodeada de este círculo o disco. Era el mismo caso
en la Roma pagana. Apolo, como hijo del Sol, frecuentemente era representado
así. Las diosas que pretendían tener parentezco con el Sol, a menudo eran re-
presentadas con el nimbo o círculo luminoso alrededor de la cabeza...y así está
representada también la Madona de Roma moderna” (Ibíd, p. 87).
Amigos míos, permítanme ahora citar los últimos versículos del capítulo
8 del libro de Ezequiel: “Me llevó a la entrada de la puerta de la casa de Jehová,
que está al norte; y vi a unas mujeres que estaban allí sentadas llorando a
Tamuz. Luego me dijo: ‘¿No ves, hijo de hombre? Vuélvete, verás aún mayores
abominaciones que estas[mayores aún que la imagen del celo] ’. Me llevó al
atrio de adentro de la casa de Jehová, y vi que junto a la entrada del templo
de Jehová, entre la entrada y el altar, había unos veinticinco hombres, con sus
espaldas vueltas al templo de Jehová y con sus rostros hacia el oriente y adora-
ban al sol, postrándose hacia el oriente...Pues también yo procederé con furor:
mis ojos no mirarán con piedad, no tendré compasión. Gritarán a mis oídos
con gran voz, pero no los escucharé” (Ezequiel 8:14-16, 18).
Estimado lector, del pasaje anterior podemos inmediatamente extraer dos
puntos, además de los que ya hemos discutido. En primer lugar, “unas mujeres”
y no solamente una mujer, “estaban allí sentadas llorando a Tamuz”, dios de
Babilonia. ¿Recuerdas las palabras que estaban escritas en la frente de la rame-
ra de Apocalipsis 17?—“MISTERIO: BABILONIA LA GRANDE,LA MADRE
DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA”?. Nó-
tese que la “Madre” tiene sus “Rameras” o sea, hijas rameras. Aparentemente,
hay una cantidad de otras iglesias apóstatas que están siguiendo los caminos o
dogmas de su madre, Roma. ¿Quiénes son estas hijas? En segundo lugar, “las
mayores abominaciones que estas” tienen que ver con la adoración del sol. De
alguna manera, la adoración del sol al estilo babilónico se ha infiltrado en las
iglesias. ¿Tiene ésto algo que ver con las iglesias de los Estados Unidos de Nor-
teamérica? ¿De qué manera adoran ellas el sol? ¿Tendrá algo que ver con el do-
mingo—día venerado en los Estados Unidos y en todas partes del mundo y que
es contrario al día que el Señor señaló como día de culto? Contestaremos todas
estas preguntas en el capítulo siguiente que trata sobre “la marca de la bestia”.
—71—
—Capítulo 17—
La Marca de la Bestia y el Papel de
Estados Unidos en la Profecía Bíblica
E
l capítulo 13 de Apocalipsis comienza con el relato de una bestia que
sube del mar. Lo primero que notamos es que esta es una bestia com-
puesta o mixta. Es “semejante a un leopardo, sus pies eran como de
oso y su boca como boca de león. El dragón le dio su poder, su trono y gran
autoridad” (Apocalipsis 13:2). Según el relato, es una bestia con cuerpo de
leopardo y es, como ya se ha dicho, una representación del papado romano.
Las cuatro bestias que componen esta bestia híbrida y representan a Babilo-
nia, Medo-Persia, Grecia y Roma son las que el profeta Daniel vio en visión
según está registrado en Daniel 7. Conste que la Roma papal heredó algunos
de los rasgos característicos de cada una de estas fieras, evidentes todavía
en las prácticas del presente sistema de religión falsa conocido como la Igle-
sia Católica Romana. De Babilonia, el papado heredó el sacerdocio pagano;
de Medo-Persia, la adoración del sol; de Grecia, las filosofías humanas; del
dragón o la Roma Pagana, su poder, trono, y autoridad [y aun el título de
Pontifex Maximus propio del sumo sacerdote y que los césares habían usur-
pado, como también el latín, idioma común de la Roma Pagana, que hasta
el día de hoy es el idioma oficial de la sede papal]. Por lo tanto, es acertada y
muy apropiada la descripción del sistema papal como una bestia que subía
del mar, o sea, de lugares populosos, (véase Apocalipsis 17:15), y compuesta
de partes prestadas, vale decir, con rasgos característicos de otras bestias o
reinos. (Véase Daniel 7:23.) Puesto que es la primera de las dos bestias que
aparecen en este capítulo, nos referimos al papado como la primera bestia de
Apocalipsis 13.
Pero el profeta dice: “Después vi otra bestia que subía de la tierra. Tenía
dos cuernos semejantes a los de un cordero...” (Apocalipsis 13:11). Tanto la
apariencia de esta bestia como la forma en que sube nos indican que la nación
que ella representa es diferente a las otras que fueron presentadas bajo los sím-
bolos anteriores. Los grandes reinos que han gobernado el mundo les fueron
presentados a Daniel como animales carnívoros de aspecto monstruoso que
subían mientras “los cuatro vientos del cielo combatían en el gran mar” (Da-
niel 7:2). En Apocalipsis 17 un ángel explica que las aguas representan “pue-
blos, muchedumbres, naciones y lenguas” (Apocalipsis 17:15). Los vientos son
un símbolo de lucha o guerra. Los cuatro vientos del cielo que combaten en el
gran mar representan las terribles escenas de conquista y revolución por medio
de las cuales los reinos adquirieron su poder.
—72—
La Marca de la Bestia y el Papel de Estados Unidos en la Profecía Bíblica
—73—
La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
que la tierra y sus habitantes adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue
sanada’ (Apocalipsis 13:11-14).
Los cuernos como de cordero y la voz de dragón del símbolo indican una
extraña contradicción entre lo que profesa ser y lo que practica la nación así
representada. El ‘hablar’ de la nación son los actos de sus autoridades legisla-
tivas y judiciales. Por esos actos la nación desmentirá los principios liberales y
pacíficos que expresó como fundamento de su política. La predicción de que
hablará ‘como dragón’ y que ejercerá ‘toda la autoridad de la primera bestia’
anuncia claramente el desarrollo del espíritu de intolerancia y persecución de
que tantas pruebas dieran las naciones representadas por el dragón y la bestia
semejante a un leopardo. Y la declaración de que la bestia con dos cuernos
‘hace que la tierra y sus habitantes adoren a la primera bestia’ indica que la
autoridad de esta nación será empleada para imponer alguna observancia en
homenaje al papado.
“Semejante actitud sería abiertamente contraria a los principios de este
gobierno, al genio de sus instituciones libres, a los claros y solemnes reconoci-
mientos contenidos en la Declaración de la Independencia y contrarios final-
mente a la Constitución. Los fundadores de la nación procuraron con acierto
que la iglesia no pudiera hacer uso del poder civil, con los consabidos e inve-
vitables resultados: la intolerancia y la persecución. La Constitución garantiza
que ‘el Congreso no hará ley alguna por la que adopte una religión como ofi-
cial del Estado o se prohíba practicarla libremente’ y que ‘nunca exigirá una
declaración religiosa como condición para ocupar ningún empleo o mandato
público de los Estados Unidos’. Sólo en flagrante violación de estas garantías
de la libertad de la nación es cómo se puede imponer por la autoridad civil la
observancia de cualquier deber religioso. Pero la inconsecuencia de tal pro-
cedimiento no es mayor que lo representado por el símbolo. Es la bestia con
cuernos semejantes a los de un cordero—que profesa ser pura, mansa, inofen-
siva—y que habla como un dragón.
“‘Diciendo a los habitantes de la tierra que le hagan una imagen a la bes-
tia...’ Aquí tenemos presentada a las claras una forma de gobierno en el cual el
poder legislativo descansa en el pueblo, y ello prueba que los Estados Unidos
de Norteamérica constituyen la nación señalada por la profecía.
“¿Pero qué es la ‘imagen de la bestia’? ¿Y cómo se la formará? La imagen
es hecha por la bestia de dos cuernos y es una imagen de la primera bestia.
Así que para saber a qué se asemeja la imagen y cómo será formada, debemos
estudiar los rasgos característicos de la misma bestia: el papado.
“Cuando la iglesia primitiva se corrompió al apartarse de la sencillez del
Evangelio y al aceptar cosltumbres y ritos paganos, perdió el Espíritu y el poder
de Dios; y para dominar las conciencias buscó el apoyo del poder civil. El re-
sultado fue el papado, es decir, una iglesia que dominaba el poder del estado y
se servía de él para promover sus propios fines y especialmente para extirpar la
‘herejía’. Para que los Estados Unidos formen una imagen de la bestia, el poder
—74—
La Marca de la Bestia y el Papel de Estados Unidos en la Profecía Bíblica
religioso debe dominar de tal manera al gobierno civil que la autoridad del
estado sea empleada también por la iglesia para cumplir sus fines.
“Siempre que la iglesia alcanzó el poder civil, lo empleó para castigar a los
que no admitían todas sus doctrinas. Las iglesias protestantes que siguieron las
huellas de Roma al aliarse con los poderes mundanos, manifestaron el mismo
deseo de restringir la libertad de conciencia. Ejemplo de esto lo tenemos en
la larga persecución de los disidentes por la iglesia de Inglaterra. Durante los
siglos XVI y XVII miles de ministros no conformistas fueron obligados a aban-
donar sus iglesias, y a muchos pastores y feligreses se les impusieron multas,
encarcelamientos, torturas y el martirio.
“Fue la apostasía lo que indujo a la iglesia primitiva a buscar la ayuda del
gobierno civil, y esto preparó el camino para el desarrollo del papado, simbo-
lizado por la bestia. San Pablo lo predijo al anunciar que vendría ‘la apostasía’,
y se manifestaría ‘el hombre de pecado’ (2 Tesalonicenses 2:3). De modo que la
apostasía en la iglesia preparará el camino para la imagen de la bestia.
“La Biblia declara que antes de la venida del Señor habrá un estado de
decadencia religiosa análoga a la de los primeros siglos. ‘En los últimos días
vendrán tiempos peligrosos. Habrá hombres amadores de sí mismos, avaros,
vanidosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,
sin afecto natural, implacables, calumniadores, sin templanza, crueles, enemi-
gos de lo bueno, traidores, impetuosos, engreídos, amadores de los deleites más
que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella’
(2 Timoteo 3:1-5). ‘Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos tiem-
pos, algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a
doctrinas de demonios...’ (1 Timoteo 4:1). La obra de Satanás irá acompañada
‘de hechos poderosos, señales y falsos milagros, y con todo engaño de iniqui-
dad...’ Y todos los que ‘no recibieron el amor de la verdad para ser salvos’ serán
dejados para que acepten el ‘poder engañoso para que crean en la mentira’ (2
Tesalonicenses 2:9-11). Cuando se haya llegado a este estado de impiedad, se
verán los mismos resultados que en los primeros siglos.
“Muchos consideran la gran diversidad de creencias en las iglesias pro-
testantes como prueba terminante de que nunca se procurará asegurar una
uniformidad forzada. Pero desde hace años se viene notando entre las iglesias
protestantes un poderoso y creciente sentimiento en favor de una unión ba-
sada en puntos comunes de doctrina. Para asegurar tal unión, debe necesa-
riamente evitarse toda discusión de asuntos en los cuales no todos están de
acuerdo, por importantes que sean desde el punto de vista bíblico.
“Carlos Beecher, en su sermón predicado en 1846, declaró que el pastora-
do de ‘las denominaciones evangélicas protestantes no está formado sólo bajo
la terrible presión del mero temor humano, sino que vive, y se mueve y res-
pira en una atmósfera radicalmente corrompida y que apela a cada instante
al elemento más bajo de su naturaleza para tapar la verdad y doblar la rodilla
ante el poder de la apostasía. ¿No pasó así con la iglesia romana? ¿No estamos
—75—
La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
reviviendo su vida? ¿Y qué es lo que vemos por delante? ¡Otro concilio general!
¡Una convención mundial! ¡Alianza evangélica y credo universal!’ (Sermón,
‘The Bible a Sufficient Creed’, pronunciado en Fort Wayne, Indiana, el 22 de
febrero de 1846). Cuando se haya logrado esto, en el esfuerzo para segurar
completa uniformidad, sólo faltará un paso para apelar a la fuerza.
“Cuando las iglesias principales de los Estados Unidos, uniéndose en pun-
tos comunes de doctrina, influyan sobre el estado para que imponga los decre-
tos y las instituciones de allas, entonces la América protestante habrá formado
una imagen de la jerarquía romana, y la inflicción de penas civiles contra los
disidentes vendrá por sí sola.
“La bestia de dos cuernos hace [ordena] ‘que a todos, pequeños y grandes,
ricos pobres, libres y esclavos, se les pusiera una marca en la mano derecha o en
la frente, y que ninguno pudiera comprar ni vender, sino el que tuviera la mar-
ca o el nombre de la bestia o el número de su nombre’ (Apocalipsis 13:16,17).
La amonestación del tercer ángel es: ‘¡Si alguno adora a la bestia y a su imagen
y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la
ira de Dios!’ ‘La bestia’ mencionada en este mensaje es la primera bestia, o sea,
la bestia semejante a un leopardo, de Apocalipsis 13, el papado. La ‘imagen de
la bestia’ representa la forma de protestantismo apóstata que se desarrollará
cuando las iglesias protestantes busquen la ayuda del poder civil para la impo-
sición de sus dogmas. Queda aún por definir lo que es ‘la marca de la bestia’.
“Después de amonestar contra la adoración de la bestia y de su imagen,
la profecía dice: ‘Aquí está la perseverancia de los santos, los que guardan los
mandamientos de Dios y la fe de Jesús’ . En vista de que los que guardan los
mandamientos de Dios están puestos así en contraste con los que adoran la
bestia y su imagen y reciben su marca, se deduce que la observancia de la ley
de Dios, por una parte, y su violación, por la otra, establecen la distinción entre
los que adoran a Dios y los que adoran a la bestia.
“El rasgo más característico de la bestia, y por consiguiente de su imagen,
es la violación de los mandamientos de Dios. Daniel dice del cuerno pequeño,
o sea del papado: ‘Pensará en cambiar los tiempos y la la ley’ (Daniel 7:25). Y
San Pablo llama al mismo poder el ‘hombre de pecado’, que había de ensalzarse
sobre Dios. Una profecía es complemento de la otra. Sólo adulterando la ley
de Dios podía el papado elevarse sobre Dios; y quienquiera que guardase a
sabiendas la ley así adulterada daría honor supremo al poder que introdujo el
cambio. Tal acto de obediencia a las leyes papales sería señal de sumisión al
papa en lugar de sumisión a Dios.
“El papado intentó alterar la ley de de Dios. El segundo mandamiento, que
prohibe el culto de las imágenes, ha sido borrado de la ley, y el cuarto man-
damiento ha sido adulterado de manera que autorice la observancia del primer
día en lugar del séptimo como día de reposo. Pero los papistas aducen para
justificar la supresión del segundo mandamiento, que éste es inútil puesto que
está incluido en el primero, y que ellos dan la ley tal cual Dios tenía propuesto
—76—
La Marca de la Bestia y el Papel de Estados Unidos en la Profecía Bíblica
que fuese entendida. Este no puede ser el cambio predicho por el profeta. Se
trata de un cambio intencional y deliberado. ‘Pensará en cambiar los tiempos y
la ley’. El cambio introducido en el cuarto mandamiento cumple exactamente
la profecía. La única autoridad que se invoca para dicho cambio es la de la igle-
sia. Aquí el poder papal se ensalza abiertamente sobre Dios. [Recordemos que,
de acuerdo al ‘Papa II’, los papas tienen el derecho de modificar las leyes divinas,
autoridad que les es dada por Dios y no por los hombres. ¡Pura blasfemia!]
“Mientras los que adoran a Dios se distinguirán especialmente por su res-
peto al cuarto mandamiento—ya que éste es el signo de su poder creador y
el testimonio de su derecho al respeto y homenaje de los hombres,—los ado-
radores de la bestia se distinguirán por sus esfuerzos para derribar el mo-
mumento recordativo del Creador y ensalzar lo instituido por Roma. Las
primeras pretensiones arrogantes del papado fueron hechas en favor del do-
mingo...; y la primera vez que recurrió al poder del estado fue para imponer la
observancia del domingo como ‘día del Señor’. Pero la Biblia señala el séptimo
día, y no el primero, como el día del Señor. Cristo dijo: ‘El Hijo del hombre es
Señor aun del sábado’. El cuarto mandamiento declara que ‘El séptimo día [sá-
bado] es de reposo para Jehová tu Dios’. Y por boca del profeta Isaías el Señor
lo llama ‘Mi día santo’ (Marcos 2:28; Éxodo 20:10; Isaías 58:13).
“El aserto, tantas veces repetido, de que Cristo cambió el día de reposo,
está refutado por sus propias palabras. En su sermón sobre el monte, dijo: ‘No
penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolir, sino a
cumplir, porque de cierto os digo que antes que pasen el cielo y la tierra, ni una
jota ni una tilde pasará de la Ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera
que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños y así
enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; pero
cualquiera que los cumpla y los enseñe, este será llamado grande en el reino de
los cielos’ (Mateo 5:17-19).
“...Los católicos romanos reconocen que el cambio del día de descanso
fue hecho por la iglesia, y declaran que al observar el domingo los protes-
tantes reconocen la autoridad de ella. En el Catecismo Católico de la Religión
Cristiana, al contestar una pregunta relaltiva al día que se debe guardar en obe-
diencia al cuarto mandamiento, se hace la declaración: ‘Bajo la ley antigua, el
sábado era el día santificado; pero la iglesia, instruida por Jesucristo y dirigida
por el Espíritu de Dios, substituyó el sábado por el domingo; de manera que
ahora santificamos el primer día y no el séptimo. Domingo significa día del
Señor, y es lo que ha venido a ser’.
“Como signo de autoridad de la iglesia católica, los escritores católicos
citan ‘el acto mismo de cambiar el sábado al domingo, cambio en que los pro-
testantes consienten...porque al guardar estrictamente el domingo, ellos reco-
nocen el poder de la iglesia para ordenar fiestas y para imponerlas so pena de
incurrir en pecado’.—H. Tuberville, An Abridgement of the Christian Doctrine,
p. 58. ¿Qué es, pues, el cambio del día de descanso, sino el signo o marca
—77—
La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
—78—
La Marca de la Bestia y el Papel de Estados Unidos en la Profecía Bíblica
haya sido expuesta así a las claras ante los hombres, y ellos hayan sido llamados
a escoger entre los mandamientos de Dios y los mandamientos de los hom-
bres, será cuando los que perseveren en la transgresión recibirán ‘la marca de
la bestia’.
“La más terrible amenaza que haya sido jamás dirigida a los mortales se
encuentra contenida en el mensaje del tercer ángel. Debe ser un pecado ho-
rrendo el que atrae la ira de Dios sin mezcla de misericordia. Los hombres
no deben ser dejados en la ignorancia tocante a esta importante cuestión; la
amonestación contra este pecado debe ser dada al mundo antes que los juicios
de Dios caigan sobre él, para que todos sepan por qué deben consumarse, y
para que tengan oportunidad para librarse de ellos. La profecía declara que el
primer ángel hará su proclamación ‘a toda nación, tribu, lengua y pueblo’. El
aviso del tercer ángel, que forma parte de ese triple mensaje, no tendrá menos
alcance. La profecía dice de él que será proclamado en alta voz por un ángel que
vuela por medio del cielo; y llamará la atención del mundo.
“Al final de la lucha, toda la cristiandad quedará dividida en dos gran-
des categorías: la de los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de
Jesús, y la de los que adoran la bestia y su imagen y reciben su marca. Si
bien la iglesia y el estado se unirán para obligar ‘a todos, pequeños y grandes,
ricos y pobres, libres y esclavos’ a que tengan ‘la marca de la bestia’ (Apocalip-
sis 13:16), el pueblo de Dios no la tendrá. El profeta de Patmos vio a ‘los que
habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, sobre su marca y el
número de su nombre, de pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios. Y
cantaban el cántico de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero...’ (Apo-
calipsis 15:2,3)” (El Conflicto de los Siglos, pp. 493-503).
Estén alerta, amigos míos. Las profecías que acaban ustedes de leer se van
a cumplir dentro de poco. La bestia está haciendo sus movidas estratégicas.
El 7 de julio de 1998 el Vaticano publicó la Carta Apostólica del Papa Juan II
titulada Dies Domine-Cómo Santificar el Día del Señor, un documento de 104
páginas de largo. Esta carta constituye un ataque directo contra el Cuarto Man-
damiento de la Ley de Dios que ordena la observancia del sábado o séptima día
de la semana y contra el mismo Creador que lo instituyó. El Punto 67 de Dies
Domini dice lo siguiente: “Los cristianos naturalmente se esforzarán para que
las leyes civiles respeten su derecho de guardar el domingo como día santo…
Es preciso que el domingo sea santificado.” El mismo día el diario The Denver
Post publicó esta cita del Vaticano: “Los que lo violen deben ser castigados
como herejes”.
La agenda de Roma, tan notoria en la epístola Dies Domini, se echa de ver
también en el subtítulo de la Exhortación Apostólica dada por Juan II a los lí-
deres y laicos católicos romanos en la Asamblea Sinódica efectuada en Ciudad
de México el 22 de enero de 1999, a saber: El Camino Hacia la Conversión,
Comunión y Solidaridad en América. La Iglesia Católica insiste en la soli-
daridad la cual se tiene que lograr en América en el tercer milenio cristiano
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La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
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—Capítulo 18—
La Nueva Eva de la Nueva
Era Venidera
A
migos míos, los eventos finales serán rápidos “porque el Señor ejecu-
tará su sentencia sobre la tierra con justicia y prontitud” (Romanos
9:28). Por lo tanto, Satanás, sabiendo que le queda poco tiempo, obra
diligentemente para engañar al mundo por medio de sus sofismas engañosos,
y el Movimiento Sacerdotal Mariano es uno de sus instrumentos más efectivos.
Esta entidad continúa su ataque contra las verdades de la Palabra de Dios ale-
gando que María es la “Segunda o Nueva Eva” porque, como nuestra presunta
“Corredentora, Mediadora y Abogada” ella desempeña un papel de mayor im-
portancia en lo que se refiere a nuestra salvación. De hecho, la Virgen apareció
en la portada de la revista Newsweek del 25 de agosto de 1997. En su artículo
de primera plana titulado “Hail Mary“ [Ave María] se comentó que “hay un
creciente movimiento dentro de la Iglesia Católica en favor de que el papa pro-
clame un nuevo y controvertido dogma: que María es la Correndetora. ¿Lo
hará antes del fin de este milenio?” Añadió Newsweek: “En el espacio de los
últimos cuatro años, el papa ha recibido 4.340.429 firmas procedentes de 157
países—un promedio de 100.000 por mes—en favor de la propuesta doctrina”.
¿Acaso dice la Biblia en Juan 3:16 que “De tal manera amó Dios al mundo
que dio a la Virgen María , para que todo aquel que cree en ella no se pierda,
sino que tenga vida eterna?¡Por supuesto que no! Fue Cristo quien llevó los pe-
cados del mundo. A él se le llama el segundo Adán porque asumió la naturaleza
humana y transitó por el suelo en que cayera el primer Adán. “Ciertamente no
socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham...en
todo semejante a sus hermanos...para expiar los pecados del pueblo” (Hebreos
2:16,17). Aún así, los autores de El Trueno de la Justicia osadamente porfían
que en vista de que Cristo fue concebido en el vientre de María por interven-
ción del Espíritu Santo [véase Mateo 1:18,20], entonces María es la esposa del
Espíritu Santo y juntos ellos extienden el llamado, “El Espíritu y la Esposa
dicen: ‘¡Ven!’. El que oye, diga: ‘¡Ven!’ . Y el que tiene sed, venga. El que quiera,
tome gratuitamente del agua de la vida” (Apocalipsis 22:17). ¡Pero ese no es
el sentido de este versículo! La “esposa” en este versículo se refiere a la ciudad
santa, la Nueva Jerusalén. La Biblia dice claramente: “Y yo, Juan, vi la santa
cuidad, la nueva Jerusalén, descender del lcielo, de parte de Dios, ataviada
como una esposa hermoseada para su esposo”. “Entonces vino a mí uno de
los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras
y habló conmigo, diciendo: ‘Ven acá, te mostraré la desposada, la esposa del
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La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
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—Capítulo 19—
El Acto Capital del Drama del Engaño:
Satanás se hace pasar por Cristo
M
is estimados amigos, yo creo que muy pronto la falsa Virgen María,
que es obra de demonios, va a aparecer en el mundo en forma corpo-
ral y por medio de esta obra maestra de Satanás millones de personas
inocentes van a ser engañadas. Y posiblemente esta falsa María (un demonio
disfrazado) presente a su Hijo, un falso Jesús, al mundo. Y ese Jesús no será otro
que el mismo Satanás. Si sucede así, ¡entonces este será el acto capital de los
engaños del diablo! Pero es posible que antes de que esto ocurra veamos demo-
nios haciéndose pasar por los apóstoles, como por ejemplo Pedro y Pablo, que
hablarán contradiciendo lo que una vez escribieron por inspiración del Espíritu
Santo cuando estuvieron en la tierrra. He aquí una muestra de este tipo de pro-
fecía: “Después de los tres días de obscuridad, San Pedro y San Pablo, bajarán
del Cielo, predicarán en el mundo entero y eligirán un nuevo Papa. Una gran luz
brillará de sus cuerpos y se posará sobre el cardenal que será nombrado Papa. El
cristianismo se difundirá por todo el mundo. Él será el Santo Pontífice escogido
por Dios para soportar la tormenta. Al final, tendrá el don de hacer milagros y su
nombre será alabado por toda la tierra. Naciones enteras volverán a la Iglesia y la
faz de la tierra será renovada. Rusia, Inglaterra y China volverán a la Iglesia” (El
Trueno de la Justicia, pp. 363, 364). Es peligroso concluir que “ver es creer”. Sata-
nás se vale de este concepto falaz para engañar a todos los habitantes del mundo.
No sé si Satanás con sus artificios infernales hará transcurrir la escena
relatada en el párrafo anterior exactamente como ha sido descrita, pero sí estoy
bien seguro de que las Escrituras nos advierten que “estos son falsos apóstoles
de Cristo,obreros fraudulentos, que se disfrazan de apóstoles de Cristo. Y
esto no es sorprendente, porque el mismo Satanás se disfraza de ángel de
luz. Así que, no es extraño que también sus ministros se disfrazan de ministros
de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (2 Corintios 11:13-15).
“Pronto aparecerán en el cielo signos pavorosos de carácter sobrena-
tural, en prueba del poder milagroso de los demonios. Los espíritus de los
demonios irán en busca de los reyes de la tierra y por todo el mundo para
aprisionar a los hombres con engaños e inducirlos a que se unan a Satanás en
su última lucha contra el gobierno de Dios. Mediante estos agentes, tanto los
príncipes como los súbditos serán engañados. Surgirán entes que se darán por
el mismo Cristo y reclamarán los títulos y el culto que pertenecen al Redentor
del mundo. Harán curaciones milagrosas y asegurarán haber recibido del cielo
revelaciones contrarias al testimonio de las Sagradas Escrituras.
—83—
La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
“El acto capital que coronará el gran dama del engaño será que el mismo
Satanás se dará por el Cristo. Hace mucho que la iglesia profesa esperar el
advenimiento del Salvador como consumación de sus esperanzas. Pues bien, el
gran engañador simulará que Cristo ha venido. En varias partes de la tierra, Sa-
tanás se manifestará a los hombres como ser majestuoso, de un brillo deslum-
brador, parecido a la descripción que del Hijo de Dios da San Juan el el Apoca-
lipsis. (Apocalipsis 1:13-15.) La gloria que le rodee superará cuanto hayan visto
los ojos de los mortales. El grito de triunfo repercutirá por los aires: ‘¡Cristo ha
venido! ¡Cristo ha venido!’ El pueblo se postrará en adoración ante él, mientras
levanta sus manos y pronuncia una bendición sobre ellos como Cristo bende-
cía a sus discípulos cuando estaba en la tierra. Su voz es suave y acompasada
aunque llena de melodía. En tono amable y compasivo enuncia algunas de las
verdades celestiales y llenas de gracia que pronunciaba el Salvador; cura las do-
lencias del pueblo, y luego, en su fementido carácter de Cristo, asegura haber
mudado el día de reposo del sábado a domingo y manda a todos que santifi-
quen el día bendecido por él. Declara que aquellos que persisten en santificar
el séptimo día blasfeman su nombre porque se niegan a oír a sus ángeles, que
les fueron enviados con la luz de la verdad. Es el engaño más poderoso y resulta
casi irresistible. Como los samaritanos fueron engañados por Simón el Mago,
así también las multitudes, desde los más pequeños hasta los mayores, creen en
ese sortilegio y dicen: ‘Este es el gran poder de Dios’. (Hechos 8:10)
“Pero el pueblo de Dios no se extraviará. Las enseñanzas del falso Cristo
no están de acuerdo con las Sagradas Escrituras. Su bendición va dirigida a los
que adoran la bestia y su imagen, precisamente aquellos sobre quienes dice la
Biblia que la ira de Dios será derramada sin mezcla.
“Además, no se le permitirá a Satanás contrahacer la manera en que ven-
drá Jesús. El Salvador previno a su pueblo contra este engaño y predijo clara-
mente cómo será su segundo advenimiento. ‘Porque se levantarán falsos cristos
y falsos profetas, y harán grades señales y prodigios, de tal manera que enga-
ñarán, si es posible, aun a los escogidos. Ya os lo he dicho antes. Así que, si os
dicen: ‘Mirad está en el desierto’, no salgáis; o ‘Mirad, está en los aposentos’, no
lo creáis, porque igual que el relámpago sale del oriente y se muestra hasta el
occidente, así será también la venida del Hijo del hombre”. (S. Mateo 24:24-27,
31; 25:31; Apocalipsis 1:7; 1 Tesalonicenses 4:16,17.) No se puede remedar se-
mejante aparición. Todos la conocerán y el mundo entero la presenciará.
“Sólo los que hayan estudiado diligentemente las Escrituras y hayan reci-
bido el amor de la verdad en sus corazones, serán protegidos de los poderosos
engaños que cautivarán al mundo. Merced al testimonio bíblico descubrirán
al engañador bajo su disfraz. El tiempo de prueba llegará para todos. Por me-
dio de la criba de la tentación se reconocerá a los verdaderos cristianos. ¿Se
sienten los hijos de Dios actualmente bastante firmes en la Palabra divina para
no ceder al testimonio de sus sentidos? ¿Se atendrán ellos en semejante crisis a
la Biblia y a la Biblia sola?” (El Conflicto de los Siglos, pp. 681-683).
—84—
El Acto Capital del Drama del Engaño: Satanás se hace pasar por Cristo
¡Oh, amigos, no se trata de que estas cosas pudieran suceder sino más bien
de cúando van a suceder! Los mismos autores del libro El Trueno de la Justicia
profesan creer que así como María dio a luz a Jesús y lo trajo al mundo por
primera vez, ella misma será la que anunciará su Segunda Venida al mundo.
Esto es algo que ellos dan por sentado: “Así como Juan Bautista preparó el ca-
mino para la primera venida de Jesús, María prepara el camino para Su Segun-
da Venida. María proclama la próxima llegada de un mundo una era nuevos,
y el triunfo de Su Corazón Inmaculado y el Segundo Pentecostés (el derra-
mamiento del Espíritu Santo) darán lugar al Reinado del Sagrado Corazón de
Jesús. El 23 de octubre de 1990, Nuestra Madre Santísima habló, a través del
Padre Gobbi, acerca del glorioso reinado de Jesús y de su Segunda Venida: ‘El
reino glorioso de Cristo, que será instaurado entre ustedes con la segunda ve-
nida de Cristo al mundo, está cerca. Este es su retorno en gloria. Es su retorno
glorioso, para instaurar entre ustedes su reino y devolver a toda la humanidad,
redimida por su Preciocísima Sangre, al estado de Su nuevo Paraíso terrenal.
Lo que se está preparando es algo tan grande como jamás ha existido desde
la creación del mundo’” (El Trueno de la Justicia, pp. 12, 13).
La conclusión de los autores de El Trueno es que, en base de sus expectati-
vas y pronósticos, no sólo se verán mayores apariciones de María en un futuro
no muy lejano (tal vez en forma completamente corporal para que millones
de personas la puedan ver), sino que se verán también cantidad de otros fenó-
menos, como, por ejemplo, la manifestación permanente en el cielo de la cruz
roja pagana a la vista de todos (en forma de la “T” de Tamuz). Además, “ella
ha prometido dejar una señal visible para toda la humanidad en Medjugorje,
lugar de sus apariciones” (Art. “The New Fatima”, Newsweek, 25 de agosto de
1997, p. 52; El Trueno de la Justicia, p. 214). Otros dicen que hacia el año 2000
María dejará una señal prominente que será vista por el mundo entero. No
nos queda otro remedio que esperar para ver si es cierto. Y la falsa “Madre
de Dios”, junto con todos los esfuerzos ecuménicos del papa, ¿inclinarán la
balanza de la opinión pública en favor de la unión de todas las iglesias del
mundo y el retorno de sus “hijas” rameras al seno de su madre? Amigos, no
sólo es todo esto posible sino que María, que según la doctrina católica nunca
vio currupción y fue elevada al cielo, puede ser la que unifique a todas las igle-
sias para perseguir fines comunes bajo el impulso del espiritismo en su aspecto
moderno— ¡el movimiento de la Nueva Era! Así se formará una triple unión
de catolicismo, protestantismo apóstata y espiritismo sobre la base de doc-
trinas comunes: la santidad del domingo [o culto del dios-sol de Babilonia
conocido por los partidarios de la Nueva Era como “padre”] y la doctrina
de la inmortalidad del alma [que ellos conocen sencillamente como “reen-
carnación”]. Dios ha predicho que esta triple unión ha de llevarse a cabo, y
se lo reveló a Juan en el siguiente lenguaje simbólico: “Vi salir de la boca del
dragón [el sortilegio o espiritismo pagano], de la boca de la bestia [la Iglesia
Católica Romana], y de la boca del falso profeta [el protestantismo apóstata],
—85—
La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
—86—
—Capítulo 20—
Epílogo:
El Mensaje de los Tres Ángeles
A
ntes de dar por terminado este libro, quiero decirles a mis lectores que
yo amo a los católicos. De hecho, casi todos mis parientes con católi-
cos romanos. Por lo tanto, que no se interprete mi mensaje como un
ataque contra las personas que son católicas. Mi propósito es desenmascar el
sistema católico romano y darlo a conocer por lo que realmente es: el Anti-
cristo. Muchos de los que pertenecen a esta denominación religiosa son cris-
tianos verdaderos. No es mi intención, en ninguna manera, ponerme a juzgar
el corazón de estos individuos. Más bien he querido demostrar la falsedad del
sistema del cual son miembros devotos. Creo que esto es muy necesario, par-
ticularmente en estos días en que dicho sistema está procurando imponer sus
ideas y prácticas babilónicas o paganas en el mundo entero, bajo el disfraz de
un Nuevo Orden Mundial. En días como los nuestros, se aplica perfectamente
la siguiente declaración bíblica: “Porque sus pecados han llegado hasta el cielo”
(Apocalipsis 18:5).
Muchas veces mis propios padres me han preguntado: “¿Por qué andas
criticando la afiliación religiosa y las creencias de los demás?” Créanme, mis
amigos, no me complazco en exponer los pecados de Babilonia, pero lo hago
por mandato de Dios porque el Anticristo ha intentado usurpar su trono y su
poder, y las multitudes que lo siguen se van a perder. Otros me dirán, “¡Eso
no es amor, y tú profesas ser cristiano!” Tenemos que recordar el siguiente
pensamiento: “El verdadero amor se esfuerza en primer lugar por honrar a
Dios y salvar las almas. Los que tengan este amor no eludirán la verdad para
ahorrarse los resultados desagradables que puede tener el hablar claro. Cuando
las almas están en peligro, los ministros de Dios no se tendrán en cuenta a sí
mismos, sino que pronunciarán las palabras que se les ordenó pronunciar y se
negarán a excusar el mal o hallarle paliativos” (Profetas y Reyes, p. 104). En el
campo de batalla entre el Bien y el Mal, lo Verdadero y lo Falso, la Verdad y la
Mentira, donde está en juego el destino eterno de las personas, ¿tendría sentido
abstenerse del escrutinio de las falsas creencias sencillamente porque se trata
de religión? Al fin y al cabo, ¡de eso mismo se trata en esencia “el gran conflicto
entre Cristo y Satanás”!
Amigos, la guerra entre Cristo y Satanás se ha estado librando por siglos.
Dice Apocalipsis 12:7, “Entonces hubo una guerra en el cielo: Miguel y sus
ángeles luchaban contra el dragón. Luchaban el dragón y sus ángeles, pero no
prevalecieron ni se halló ya lugar para ellos en el cielo”. Así que el gran conflicto
—87—
La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
—88—
Epílogo: El Mensaje de los Tres Ángeles
y sus resultados son eternos (véase Malaquías 4:1,3; Judas 7)] delante de los
santos ángeles y del Cordero. El humo de su tormento sube por los siglos de los
siglos [el vocablo griego aion indica un lapso de tiempo, bien sea corto o largo,
dependiendo de la gramática de la oración. Los impíos reciben su castigo con-
forme a sus obras. Claramente, la duración del castigo de uno será diferente a
la de otro. El que sufrirá por más largo tiempo será Satanás. No obstante, todos
los impíos serán consumidos totalmente (véase Apoc. 20:12-14; 2 Tes. 1:8,9; y
una vez más, Mal. 4:1,3]. No tienen reposo de día ni de noche los que adoran a
la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre. Aquí está la
perseverancia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios [no
los de Roma] y la fe de Jesús [porque es sólo por la fe en Cristo y mediante su
gracia que podemos obedecer sus mandamientos]”.
¡El Mensaje de los Tres Ángeles es el más solemne de todas las Escritu-
ras por cuanto es la última amonestación al mundo antes de que termine la
gracia una vez por todas! Realmente, no es tan difícil comprender las profe-
cías del libro de Apocalipsis cuando se sabe lo que significan las señales y los
símbolos. Recuerdo cuando leí por primera vez los Mensajes de los Tres Án-
geles después de haber recibido sabiduría y entendimiento de lo alto. Me ena-
moré de ellos y sentí un profundo deseo de compartirlos con todo el mundo,
y ruego a Dios que esta sea tu experiencia también, por cuanto ellos contienen
el mensaje de salvación. Comparte este libro con el mayor número de per-
sonas posible. ¡Envíaselo por correo a tus amigos y familiares y, si puedes,
a una ciudad entera! Pero no importa lo que hagas, ¡por favor hazlo pronto!
Dios te recompensará ricamente. Tenemos la promesa divina: “Bienaventurado
el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en
ella escritas, porque el tiempo está cerca” (Apocalipsis 1:3). Que la gracia del
Todopopderoso Dios sea con ustedes, mis amados hermanos, y no olviden que
no tienen nada que temer porque el Señor de los Ejércitos y su verdad al fin
triunfarán.
“Después de esto vi otro ángel que descendía del cielo con gran poder
[un cuarto ángel se une a los Tres Ángeles de Apocalipsis 14:6-12 dándole más
ímpetu al mensaje], y la tierra fue alumbrada con su gloria. Clamó en voz po-
tente, diciendo: ‘¡Ha caído la gran Babilonia! Se ha convertido en habitación
de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo y en albergue de toda
ave inmunda y aborrecible, porque todas las naciones han bebido del vino
del furor de su fornicación. Los reyes de la tierra han fornicado con ella y los
mercaderes de la tierra se han enriquecido con el poder de sus lujos sensua-
les’. [¿Se equivoca Dios aquí al hablar en una forma tan negativa acerca de un
sistema global supuestamente religioso que rechaza la última amonestación
misericordiosa de Dios—el Mensaje de los Tres Ángeles; que impone castigos
amenazando la vida de los fieles que proclaman las últimas amonestaciones
divinas bajo el gran poder del Espíritu Santo; que voluntariamente se somete
a ‘los poderes de las tinieblas’ en la forma del espiritismo? ¿Acaso porque su
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La Virgen Maria: ¿Está Muerta o Viva?
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