UNIVERSIDAD NACIONAL
DE PIURA
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS
POLÍTICAS
“AÑO DEL BICENTENARIO DEL PERÚ: 200 AÑOS DE
INDEPENDENCIA”
TEMA:
EL EXTRANJERO
CURSO:
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO
PROFESOR:
DR. MARCO ANTONIO IYO VALDIVIA
INTEGRANTES:
BENITES CHECA CHARLES JOSE ISRAEL
BENITES PACHERRES SERGIO FELIPE
CHUICA GARCIA SEIFERT SKODA
PUSE LOZADA SHIRLEY INES
MARTINEZ NIMA CAROLINA
CICLO:
IX
SEMESTRE:
I – 2021
1. CONSIDERACIONES PARA LA APLICACIÓN DEL
DERECHO EXTRANJERO
Aplicación De La Ley Extranjera: Código Civil Peruano
Una serie de artículos de las disposiciones generales del libro x se refieren a la forma
cómo debe aplicarse la ley extranjera declarada competente y los medios para
conocer el sentido de ella.
Son los artículos 2051 2053 2052 2055 y 2056. Estas normas establecen las pautas
sustantivas y procesales que permiten al juez y al abogado resolver dudas y
problemas a los que pueden enfrentarse en el momento de aplicar el derecho interno
del país cuya ley ha sido declarada competente.
El artículo 2051 dispone que el ordenamiento extranjero competente debe aplicarse de
oficio por el juez peruano. Hasta la promulgación del código civil de 1984 no se
presentaba Clara la naturaleza de la ley extranjera aplicable en virtud de la norma de
conflicto, existiendo la tendencia de considerarla como un hecho sujeto a la prueba
presentada por las partes o en todo caso aplicable en virtud de alegato de parte. Cabe
resaltar, eso sí, que nuestra Corte Suprema ha declarado más de una nulidad por el
hecho de no haber aplicado a las instancias inferiores la ley extranjera competente.
La situación actual en virtud del artículo 2051 que comentamos, sino Además del
artículo Vll del título preliminar del código civil que obliga a los jueces a la aplicación
de la norma jurídica pertinente, aun cuando está no haya sido invocada por las partes.
El juez se constituye en un guardián activo del estado de derecho. El texto del artículo
2051 nos permite afirmar que el ordenamiento jurídico peruano no considera la ley
extranjera como un hecho, sino como derecho aplicable al caso.
A pesar de lo dispuesto por el artículo 2051, el artículo 2052 permite a las partes
ofrecer las pruebas que estimen pertinentes sobre la existencia, la vigencia y el
sentido de la ley extranjera.
Debemos interpretar a este artículo como una invitación formulada por el legislador a
las partes de un proceso, con la finalidad de que estas ayuden al juez proporcionando
los instrumentos adecuados para la solución del caso. El sentido de la expresión
prueba utilizada en la disposición que comentamos no debe tomarse en su estricta
acepción procesal. Se trata más bien del ofrecimiento de elementos de ilustración que
permitan al juez cumplir con la obligación que le impone el artículo 2051. Esto es claro
por cuanto el derecho no requiere ser probado.
Es de destacar que las posibilidades que las posibilidades hoy de los jueces de
acceder al contenido de la norma extranjera han cambiado radicalmente. El artículo
2052 respondía a una realidad insoslayable. Era muy difícil para un juez con los
elementos de soporte que tenía en los años 80 enfrentar el reto que supone la
obligación de aplicar de oficio el derecho extranjero. La norma contenida en el 2052
permitía a los abogados proporcionar al juez los instrumentos que ayuden a la solución
del caso. Menos importante hoy sirve, sin embargo, de apoyo para la labor
jurisdiccional.
Finalmente, el artículo 2053 establece un mecanismo oficial para la obtención de
informes sobre el sentido y la vigencia de los tribunales extranjeros cuyas leyes
nacionales resultan aplicables. Cabe recordar aquí la existencia de la CONVENCIÓN
INTERNACIONAL SOBRE PRUEBA E INFORMACIÓN acerca del derecho extranjero
(CIDIP ll) ratificado por el Perú.
Aplicación De La Ley Extranjera: Código Civil Peruano
Cuando la norma de conflicto utiliza la palabra ley, no lo hace para referirse a su
concepto formal. La palabra ley así utilizada equivale al concepto “derecho interno de
un país” y comprende no solamente el derecho positivo, sino además todas aquellas
fuentes del derecho admitidas por ese derecho interno.
Esta conclusión fluye con claridad de los artículos siguiente:
El artículo 2055 dispone que el derecho extranjero competente se interpretará de
acuerdo con el sistema a que pertenezca. Declarada competente una ley extranjera, el
juez peruano deberá resolver el caso con los mismos criterios y métodos que utilizaría
un juez de foro a que la ley pertenece, recurriendo a los métodos de interpretación
admitidos en el derecho extyranjero aplicable.
Es importante señalar que el juez peruano deberá tener en cuenta y respetar el
sistema de fuentes de derecho imperante en el ordenamiento jurídico declarado
competente. Si el sistema se basa en la jurisprudencia, como sucede en gran medida
en el derecho anglosajón, en el que los precedentes juegan un rol protagónico, el juez
peruano deberá necesariamente resolver el caso de acuerdo con este sistema
Podría también plantearse situaciones en las cuales el ordenamiento jurídico aplicable
se base en principios de carácter religioso, así por ejemplo el actual derecho de Irán
tiene una piedra angular en las concepciones religiosas mahometanas,
presentándonos una visión del derecho completamente distinta a la occidental. Ante
esa clase de situaciones, el juez peruano deberá analizar muy profundamente todo lo
concerniente a calificación y orden público internacional, después de lo cual, si no
resulta aplicable la excepción aludida, se deberá respetar las fuentes de derecho
previstas por el ordenamiento jurídico extranjero e interpretar las normas con los
mismos criterios religiosos imperantes en aquel país.
El artículo 2056, siguiendo el principio que adelantado, consiste en resolver el caso
como lo haría en su lugar el juez del foro cuyo ordenamiento jurídico resulte aplicable,
somete los conflictos nacionales de leyes producidos al interior de un país a las
normas que al respecto contenga el ordenamiento del propio país.
Así por ejemplo, la ley española, deberá de ser declarada competente, determinará la
pertinencia de las leyes forales, existentes en algunas regiones de España, o en el
caso de los Estados Unidos serían sus normas las que regulen la competencia de las
legislaciones estatales. Esta solución es evidentemente la más lógica y sigue el
principio referido líneas arriba.
2. Migrar es un derecho
La frontera entre México y Estados Unidos constituye el principal corredor migratorio
del mundo, pues es atravesada por más de 60 millones de personas al año.
México es el segundo país con mayor población migrante del mundo, con 12 millones
de mexicanos en el extranjero, por su parte, Hidalgo ocupa el lugar 16 a nivel nacional.
Durante 2020, de Hidalgo partieron 26 mil 206 personas para vivir en otro país, 87 de
cada 100 se fueron a Estados Unidos y la participación de la mujer es cada vez más
frecuente en este flujo migratorio ya que por cada 50 hombres hay 20 mujeres.
Entre los estados con alto grado de intensidad migratoria se encuentran Michoacán,
Nayarit, Guerrero, Guanajuato, Hidalgo, Oaxaca, San Luis Potosí y Zacatecas.
Las principales causas por las que migran las personas es para reunirse con su
familia, trabajar, casarse o estudiar.
Pese a que la pandemia causó estragos económicos y muchos de los sectores
productivos se han estancado, las remesas alcanzaron un máximo histórico de 40 mil
600 millones de dólares, lo que nos muestra que ante el panorama que vive México, la
solidaridad de nuestros migrantes ha permitido asegurar a sus familias un ingreso para
salir adelante.
Las contribuciones de las personas migrantes a nuestro país deben ser
correspondidas con políticas públicas para garantizar sus derechos.
No hay mayor muro o frontera que los que tenemos en nuestra mente, ojalá algún día
existan las condiciones suficientes para que ninguna persona deba abandonar su
tierra y a su familia pero que, cuando decida hacerlo, todas las naciones del mundo
asuman que migrar es un derecho.