Este documento describe cómo Nichiren Daishonin perseveró en la práctica del Sutra del Loto a pesar de la oposición y persecución, revelando así su estado de Buda inherente. Aunque fue llevado a ser ejecutado, sobrevivió para continuar propagando la enseñanza. Demostró que cualquiera puede alcanzar la iluminación en este periodo de post-Ley si practica tal como él enseñó invocando Nam-myoho-renge-kyo.
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Este documento describe cómo Nichiren Daishonin perseveró en la práctica del Sutra del Loto a pesar de la oposición y persecución, revelando así su estado de Buda inherente. Aunque fue llevado a ser ejecutado, sobrevivió para continuar propagando la enseñanza. Demostró que cualquiera puede alcanzar la iluminación en este periodo de post-Ley si practica tal como él enseñó invocando Nam-myoho-renge-kyo.
Descripción original:
Propósito de practicar el Sutra del Loto en el Último Día de la Ley
Este documento describe cómo Nichiren Daishonin perseveró en la práctica del Sutra del Loto a pesar de la oposición y persecución, revelando así su estado de Buda inherente. Aunque fue llevado a ser ejecutado, sobrevivió para continuar propagando la enseñanza. Demostró que cualquiera puede alcanzar la iluminación en este periodo de post-Ley si practica tal como él enseñó invocando Nam-myoho-renge-kyo.
Este documento describe cómo Nichiren Daishonin perseveró en la práctica del Sutra del Loto a pesar de la oposición y persecución, revelando así su estado de Buda inherente. Aunque fue llevado a ser ejecutado, sobrevivió para continuar propagando la enseñanza. Demostró que cualquiera puede alcanzar la iluminación en este periodo de post-Ley si practica tal como él enseñó invocando Nam-myoho-renge-kyo.
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Practicar
el Sutra del loto
en el Último Día de la Ley
El propósito del Sutra del loto es liberar a las personas del sufrimiento y permitirles lograr la iluminación. El Sutra predice que eso no es tarea fácil. En el décimo capítulo, “Maestro de la Ley”, el Sutra dice: «Puesto que el odio y los celos hacia este Sutra abundan incluso durante la vida de El Que Así Llega está en el mundo, ¿cuánto peor será después de su muerte?» (The Lotus Sutra and Its Opening and Closing Sutras [El Sutra del loto y sus Sutras de Inicio y cierre], pág. 203). Se predijo a esta época, el Último Día de la Ley, como una de tiempos caóticos en los que la correcta enseñanza del Buda se pierde y en la que se ataca a los que se esmeran en propagarla. La historia ha demostrado que los que viven para una causa noble experimentan oposición, pero semejantes personas tienden a darle la bienvenida al obstáculo como fuerza impulsora, así como un avión utiliza la presión del viento para elevarse en el cielo. El budismo ve los obstáculos como oportunidades para fortalecerse y como fuente propulsora para lograr los objetivos. Nichiren Daishonin comprendió las predicciones del Sutra del loto y asumió cada dificultad, esforzándose incansablemente para despertar a la gente a su estado de Buda inherente. Perseveró y triunfó ante cada persecución, demostrando así la validez del Sutra y demostrando ser el devoto verdadero. Estableció la práctica de invocar Nam-myoho-renge-kyo e inscribió el Gohonzon para que las generaciones futuras puedan revelar plenamente su estado de Buda inherente. Bien tarde, en la noche del 12 de septiembre de 1271 Nichiren fue llevado a una playa, cerca de Kamakura, llamada Tatsunokuchi que era un sitio de ejecuciones. Al comprender que su vida podría terminar pronto, expresó una gran alegría ante la posibilidad de dar su vida por el Sutra del loto. Seguidamente, un objeto brillante cruzó el cielo, asustando a los soldados que estaban a punto de decapitarlo (ver “Las acciones del devoto del Sutra del loto”, Los escrito de Nichiren Daishonin”, pág. 807–8). Escribe al respecto: «El duodécimo día del noveno mes del año pasado, entre las horas de la rata y del buey (es decir, entre las once de la noche y las tres de la mañana), esta persona llamada Nichiren fue decapitada. Es su alma la que ha llegado hasta la isla de Sado” (“La apertura de los ojos”, END, pág. 285). Aunque había sobrevivido, escribe que fue «decapitada» para indicar que el «yo» que hasta entonces era él, había terminado, y que su «alma», o verdadero yo despierto a su estado de Buda inherente llegó a Sado. Por mantener su juramento de propagar la Ley Mística, a la vez que se levantaba ante la persecución «descartó lo transitorio y reveló lo verdadero», mostrando su identidad genuina de Buda.
Revelar la Budeidad en esta existencia, tal como somos
Al descartar su identidad transitoria, Nichiren Daishonin no se convirtió en una persona distinta, ni en un ser en particular, sino que más bien reveló su estado de Buda tal como era él, como una persona común, y siguió esforzándose por la felicidad de los demás, a la vez que vencía las persecuciones. El presidente Ikeda explica que «“descartar lo transitorio y revelar lo verdadero” significa establecer un yo tan firme que podemos sobrepasar cualquier tribulación dolorosa, desterrar la oscuridad, y manifestar la naturaleza esencial de todos los fenómenos. Mientras mayor es la dificultad que enfrentemos, mayor es el brillo del estado de Buda. Establecer semejante yo es el camino del logro de la Budeidad en esta existencia. Por manifestar la fe para vencer los obstáculos es que pulimos nuestra humanidad en el verdadero sentido» (Living Buddhism, febrero de 2003, pág. 41). La vida victoriosa de Nichiren se levanta como modelo de la persona común que logra la Budeidad, por perseverar contra todo obstáculo para propagar la enseñanza humanista del Sutra del loto. Demostró la verdad del Sutra del loto: que cualquier persona en el Último Día de la Ley que practica tal cual él enseña, logra la Iluminación.
Todos podemos ser Budas de ilimitada alegría
Nichiren Daishonin corporizó el profundo estado de iluminación llamado «Buda de la alegría ilimitada». Esta misma condición de vida magnánima se encuentra en todos nosotros. El presidente Ikeda describe ese estado de vida como de «absoluta libertad, luminoso y sin trabas». Además dice que «abunda en misericordia por todos los seres vivos y en solidaridad altruista por los que sufren. Irrumpe con sabiduría inextinguible y energía espiritual, y desborda de infinita fuerza vital, buena fortuna y beneficio. Y arde con la valentía de batallar contralas tendencias negativas dentro de uno y de los demás, sin temerle a nada» (Living Buddhism, mayo de 2002, pág. 44). Nichiren reveló este maravilloso estado en medio de los tiempos oscuros del Último Día, así como la flor de loto se abre en un pantano. Inscribió el Gohonzon para que todos podamos disfrutar del mismo eterno estado de Buda. Escribió: «Yo, Nichiren, he inscrito mi vida en tinta sumi; por eso, crea en el Gohonzon con todo su corazón. La voluntad del Buda es el Sutra del Loto, pero el alma de Nichiren no es otra cosa que Nam-myoho-renge-kyo» (“Reply to Kyo’o”, END,pág. 433). Describe al Gohonzon como el espejo claro por el cual todos podemos percibir y hacer realidad nuestro verdadero potencial de Budas. Cristaliza el deseo primordial del Buda de conducir a todas las personas a la iluminación. Los presidentes fundadores de la Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi, Josei Toda y Daisaku Ikeda han creado un rico legado de practicar tal cual enseñó Nichiren, sobrepasando obstáculos fuertes y persecuciones para cumplir el gran juramento del logro del kosen-rufu. Los miembros de la SGI llevan a cabo este juramento a través de sus actividades diarias para compartir los principios humanistas del Sutra del loto con los demás, constituyéndose en ejemplos de esos principios en su hogar, en su trabajo y en sus comunidades.
—Preparado por el departamento de estudio de la SGI-USA.