Teoria y Practica de La Terapia Grupal Corey
Teoria y Practica de La Terapia Grupal Corey
Teoria y Practica de La Terapia Grupal Corey
Teoría y práctica
de la terapia grupal
Gerald Corey
Desclée De Brouwer
Biblioteca de Psicología
GERALD COREY
TEORÍA Y PRÁCTICA
DE LA TERAPIA GRUPAL
BIBLIOTECA DE PSICOLOGÍA -
DESCLÉE DE BROUWER
Título de la edición original:
Theory and practice of group counseling
© 1995, 1990, 1985, 1981, Wadsworth, Inc. Bilmont, California 94002
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, dis-
tribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización
de los titulares de propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede
ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y sgts. del Código Penal).
El Centro Español de Derechos Reprográficos (www.cedro.org) vela por el respeto de los cita-
dos derechos.
El autor
Agradecimientos
* Mi grupo familiar
* Mi grupo de amigos
* Mis colaboradores
* El grupo de estudiantes de servicios humanos
* Los miembros de nuestros grupos residenciales
* El grupo de Brooks/Cole que publica nuestros libros
^
Prefacio
Reconocimientos
Muchas de las revisiones que se han efectuado en esta obra desde su pri-
mera edición en 1981 han surgido en el contexto de los comentarios con estu-
diantes, colegas y profesores que usan el libro. Esos estudiantes y
profesionales a quienes yo imparto cursos siguen aportándome mucha infor-
mación y la mayoría de mis ideas surgen de los comentarios que ellos hacen.
El continuo desafío colaborador de mis amigos y colegas (a quienes ofrezco
clases y seminarios y con quienes co-lidero grupos) mantiene activo mi
aprendizaje y me proporciona la motivación para seguir ejerciendo, impar-
tiendo clases y escribiendo. Estos amigos y colegas son Patrick Callanan,
Mary Moline, J. Michael Russell, Veronika Tracy y George Williams, todos
ellos profesores en la Universidad Estatal de California en Fullerton; deseo
reconocer especialmente la influencia en mi vida y en mi obra de mi esposa y
colega Marianne Schneider Corey con quien trabajo regularmente. Su crítica
y feedback han sido de valor especial al preparar estas revisiones y muchas
de las ideas de este libro son el producto de nuestras largas discusiones sobre
la terapia grupal.
Los comentarios de quienes revisaron la obra antes y después del manus-
crito me han ayudado a modelar el producto final. Las personas que revisaron
el manuscrito completo de la cuarta edición y me ofrecieron su apoyo y feed-
back crítico fueron J. Ezell de la Universidad de Marymount, Penina Frankel
de la Universidad Nacional-Louis, Barbara Herlihy de la Universidad de
Houston-Clear Lake, Joseph R. Moms de la Universidad de West Virginia y
David G. Zimpfer de la Universidad de Kent State.
Las siguientes personas revisaron los apartados correspondientes a los
aspectos multiculturales y proporcionaron comentarios críticos y sugerencias
útiles sobre formas de incorporar la diversidad cultural a la práctica de la
terapia grupal:. Victoria D. Coleman de la Universidad de Purdue, Farah A.
Ibrahim de. la Universidad de Connecticut; Frederick T L. Leong de la Uni-
versidad Estatal de Ohio, Noreen Mokuau de la Universidad de Hawaii,
Zebra Mooman, estudiante de servicios sociales en la Universidad Estatal de
California, Paul B. Pedersen de la Universidad de Syracuse, Ronnie Priest de
la Universidad Estatal de Memphis, Derald Wing Sue de la Universidad Esta-
tal de California; Hayward, Sandra Wathen, doctorante en la Universidad, de
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 15
- El autor - 7
- Agradecimientos 9
- Prefacio 11
PRIMERA PARTE
3.Liderazgo en el grupo 81
SEGUNDA PARTE
8. Psicodrama 257
TERCERA PARTE
APLICACIÓN E INTEGRACIÓN
Hoy en día más que nunca, los profesionales de la salud mental deben
afrontar el desafío de elaborar nuevas estrategias tanto para la prevención
como para el tratamiento de problemas psicológicos. Aunque existe la posi-
bilidad de la terapia individual, limitar los servicios a este modelo ha dejado
de ser práctico, especialmente en estos tiempos caracterizados por las dificul-
tades económicas. Desde mi punto de vista, la terapia de grupo proporciona
una alternativa para sobrellevar este desafío. Por una parte los grupos permi-
ten a los terapeutas trabajar con más de un cliente al mismo tiempo y por otra
parte el proceso grupal conlleva ventajas específicas de aprendizaje. La tera-
pia de grupo puede ser el tratamiento seleccionado por muchos sectores de la
población. Sin embargo, si el trabajo en grupo debe ser efectivo, los terapeu-
tas necesitan una base teórica y deberán encontrar formas de aplicar creativa-
mente estas teorías a la práctica.
rísticas centrales de los estadios que configuran la historia vital del grupo,
prestando especial atención a las funciones del terapeuta en cada uno de los
estadios. Estos capítulos se centran también en las funciones de los miembros
de un grupo y en los posibles problemas asociados a cada estadio de la evolu-
ción del grupo.
La Segunda Parte del texto está diseñada para proporcionarle una visión
general de los distintos modelos teóricos que subyacen a la terapia de grupo,
de tal forma que usted pueda analizar la conexión existente entre la teoría y la
práctica. Se han seleccionado diez modelos para presentar una perspectiva
equilibrada. Más concretamente, se ha seleccionado el modelo psicoanalítico ^
Este libro versa sobre la terapia de grupo. Existen diversos tipos de grupos
terapéuticos y la mayoría de ellos comparten las metas, los procedimientos,
las técnicas y los procesos terapéuticos en los grupos. Sin embargo difieren
con respecto a los objetivos específicos, el rol del terapeuta, el tipo de perso-
nas que integra el grupo y el énfasis que se concede a los aspectos de preven-
ción, resolución, tratamiento y desarrollo. Para esclarecer estas similitudes y
diferencias, la descripción de la terapia de grupo de este apartado va seguido
de breves comentarios sobre la psicoterapia de grupo, los grupos estructura-
dos y los grupos de auto-ayuda. La terapia de grupo persigue objetivos pre-
ventivos y curativos. Generalmente el grupo terapéutico tiene un centro de
interés específico que puede ser educativo, vocacional, social o personal. El
grupo implica un proceso interpersonal que potencia los pensamientos, senti-
mientos y conductas conscientes. A menudo los grupos terapéuticos están
orientados hacia el problema, su contenido y centro de atención está determi-
nado por los =miembros , quienes normalmente son individuos con buen fun-
cionamiento, que no requieren una reconstrucción extensiva de la
personalidad y cuyos problemas están relacionados con el desarrollo de tareas
en su espacio vital. La terapia de grupo se orienta hacia el crecimiento siendo
su centro de atención el descubrimiento de los recursos internos de los miem-
bros. Los participantes pueden estar padeciendo una crisis situacional y con-
flictos temporales o pueden estar esforzándose por modificar' algunas
26 I NTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO
Metas
Ventajas
la obra Grupos: Proceso y Práctica (M. Corey & Corey, 1992) se describen
ejemplos de estos grupos y se ofrecen sugerencias sobre la organización de
los mismos y las técnicas aplicables para manejar los problemas específicos
de cada uno de ellos. A continuación se presenta un breve comentario sobre
el valor de la terapia de grupos para múltiples poblaciones específicas.
Psicoterapia de Grupo
Grupos Estructurados
Los clientes de los grupos que usted dirige llegarán con sus valores, cre-
encias y acciones específicas que están influenciados por su cultura, raza o
etnia, sexo, religión, experiencia histórica con la cultura dominante, nivel
socioeconómico, educación, perspectiva política, estilo de vida y región geo-
gráfica. D. W. Sue (1992) nos recuerda que la composición de la población de
los Estados Unidos se está modificando con mucha rapidez y que los tera-
peutas se verán enfrentados a la elección de los caminos que han de tomar. El
camino más transitado es el del monoculturalismo y etnocentrismo que ofre-
ce cierta seguridad y confort. La otra vía es el multiculturalismo que recono
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL ^ 39
salud mental y los servicios sociales (Atkinson, Morten & Sue, 1993; Chu &
Sue, 1994; Ho, 1984; Lee, Juan & Horn, 1984; Leong, 1992; Mokuau, 1985;
Pedersen, 1994; D.W. Sue, 1992). Existen diversas razones que explican este
uso limitado e inapropiado de los servicios terapéuticos existentes. Una expli-
cación del hecho se refiere al fracaso de los profesionales de la salud mental
para evaluar, observar y encauzar los aspectos culturales. En algunos momen-
tos los consultores pueden pasar por alto realidades culturales. Además, los
valores culturales de los clientes pueden inhibir la utilización de los servicios
porque en algunas culturas se emplean más los procesos terapéuticos informa-
les que los recursos formales. Algunos clientes mantienen valores que les
alientan a resolver por sí mismos sus propios problemas y hacerlo, dicen, es
muestra de mayor madurez que solicitar ayuda de otras personas (Ho, 1984).
Otras explicaciones del fenómeno de la escasa asistencia de las minorías a los
servicios incluyen la falta de conocimientos de los servicios existentes, las
dificultades del lenguaje, la inaccesibilidad geográfica o comunitaria y los
conflictos entre el sistema de valores del cliente y los valores que subyacen a
los enfoques terapéuticos occidentales contemporáneos (Mokuau, 1985).
Como este patrón de escasa utilización no se modificará a corto plazo, parece
importante examinar la naturaleza y efectividad de los mecanismos de ayuda
utilizados por los diversos grupos culturales en Norteamérica.
Los terapeutas que hacen referencia a la terapia multicultural aseguran a
menudo que muchos enfoques no logran satisfacer las complejas necesidades
de los clientes procedentes de diversas minorías y etnias debido a las percep-
ciones esteriotipadas y estrechas de dichas necesidades. Los asiático-america-
nos, afroamericanos, hispanos, americanos nativos y otros miembros de
grupos minoritarios abandonan las terapias significativamente antes que los
clientes euro-americanos. Esta tendencia está ocasionada frecuentemente por
barreras culturales como las dificultades del lenguaje, los valores de clase y
valores culturales que impiden la formación de una buena relación terapéuti-
ca (Atkinson et al., 1993; Mokuau, 1987; Pedersen, 1994; D.W. Sue & Sue,
1990).
Si usted espera acoger diversidad en sus grupos, como es el caso en la
mayoría de los entornos laborales, le será importante aceptar el reto de modi-
ficar sus estrategias para satisfacer las necesidades específicas de las pobla-
ciones especiales.- La Asociación Americana de Psicología ha elaborado
Consejos para Profesionales de los Servicios Psicológicos que atienden a
Poblaciones Diversas Étnica, Lingüística y Culturalmente (1993). Estas
reglas subestiman la responsabilidad de los terapeutas por conocer los valores
culturales de sus clientes antes de prestar un servicio de salud mental. Ellos
subrayan la importancia de disponer de un marco de trabajo sociocultural
donde pueden incluirse los diversos valores, estilos interactivos y expectati-
vas .culturales. Una práctica multicultural efectiva requiere tanto el conoci-
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA CRUPAL 41
Las minorías étnicas y raciales pueden desplegar conductas que los tera-
peutas del grupo pueden interpretar como resistencia. Es importante diferen-
ciar entre la conducta no cooperativa como manifestación de resistencia y
como duda a participar plenamente en el proceso grupal. A veces estos clien-
tes no se resisten sino que son reacios o en otros casos simple y respetuosa-
mente educados. Solicitar la participación más activa a tales clientes
demostraría la escasa comprensión o aprecio de los valores culturales subya-
centes de dichos clientes. Por ejemplo, el silencio en el grupo no siempre
debe interpretarse como el rechazo a participar. Los clientes tranquilos pue-
den pensar que mantenerse en silencio es mejor que hablar en exceso o ver-
balizar sin haber pensado con anterioridad. Su tranquilidad podría reflejar el
temor a ser percibidos como centro de atención. Pueden estar esperando a ser
impulsados por el terapeuta del grupo, a quien perciben con respeto por su
estatus como figura de autoridad. Algunos clientes pueden dudar a hablar
sobre su familia. Esta duda no debería interpretarse necesariamente como
rechazo obcecado a la apertura y la transparencia. Estos clientes podrían estar
influidos por tabús que les impiden comentar abiertamente los problemas
familiares.
cultural de cada uno, algunas de las conductas grupales esperadas pueden ser
muy exigentes y pueden contradecir el principio del condicionamiento cultu-
ral del individuo.
Es importante que los terapeutas de grupos ayuden a los miembros a iden-
tificar con claridad la razón de hallarse en un grupo. Los clientes deberán
identificar los resultados que esperan obtener de este proceso. El terapeuta
puede ayudarles a conocer su estado actual y sus deseos de logro. Es impor-
tante que los miembros se percaten de que la terapia grupa! implica un cam-
bio. Deberían ser concienciados de las posibles consecuencias del cambio no
sólo para ellos mismos sino también para los otros significativos. Algunos
clientes pueden verse rechazados por sus familias si llegan a ser muy abiertos
y directos en sus declaraciones o se inclinan hacia el individualismo.
La adecuada preparación de los miembros es una de las mejores formas de
incrementar los cambios de una experiencia grupal exitosa para todos los
clientes. La preparación puede incluir el comentario de los valores de los
miembros y el modo en que el grupo puede favorecer la consecución de las
metas personales. La adecuación de las metas y propósitos del grupo al con-
texto cultural de cada miembro es fundamental, esta es la principal razón para
comentar los objetivos del grupo y la importancia de que sea cada miembro
quien establezce sus propias metas. En algunos momentos, las metas pueden
ser consistentes con los valores culturales de los clientes pero el proceso o los
métodos empleados para obtener tales metas pueden ser antagonistas con
estos valores.
como un ataque personal (Ho, 1984; Leong, 1992). Para determinados indivi-
duos la confrontación generaría una pérdida significativa de su compostura,
dificultando su vuelta al entorno grupal. Si tales individuos se sienten insulta-
dos, es probable que también se sientan rechazados o enfadados y estos senti-
mientos pueden consolidar su resistencia a la implicación en el grupo. Para
estos clientes la confrontación puede ser el factor que determine el abandono
del grupo.
general desde el que puede operar, sin embargo usted necesitará aplicar estos
principios a los casos concretos. Como observará al estudiarlos, las reglas
ofrecen un punto de partida para los profesionales y proporcionan una
referencia para los tipos de terapia grupal. Gran parte de este capítulo hace
referencia a los factores éticos y profesionales que los trabajadores de grupos
encuentran normalmente. Es conveniente desarrollar una conciencia ética y
reflexionar sobre estos factores antes de empezar a liderar algún grupo.
sólo durante un período inicial limitado. Los miembros reacios deberían tener
la posibilidad de comprobar qué y cómo se trabaja en el grupo y después de,
digamos, tres sesiones, decidir si desean o no volver al mismo. Evidentemen-
te pueden producirse consecuencias para los clientes que decidan no conti-
nuar con el tratamiento. La práctica ética requiere que los terapeutas analicen
estos aspectos con los clientes que le son enviados.
Los miembros pueden esperar ser respetados por el grupo y no ser objeto
de coerción o presión indebida del grupo. Con respecto a este asunto, la regla
de la ASGW (1989) dice: "Los terapeutas protegen los derechos de los miem-
bros contra las amenazas físicas, intimidación, coerción y presión indebida de
los compañeros en la medida de los posible".
Por una parte, es inevitable cierto grado de presión grupal, además en
muchos momentos puede ser incluso beneficiosa desde el punto de vista °tera-
péutico. Las personas del grupo se enfrentan a sus opiniones y conductas de
auto-derrota, admiten lo que están haciendo y determinan si desean o no per-
manecer del mismo modo. Por otra parte, en las sesiones se genera presión a
hablar en público, a comentar aspectos personales, a adoptar ciertos riesgos y
a ser honesto con el grupo. Es necesario que el terapeuta diferencie entre pre
54 FACTORES ÉTICOS Y PROFESIONALES EN LA PRÁCTICA CON GRUPOS
Sión nociva y presión terapéutica. Las personas pueden necesitar cierto grado
de presión para vencer sus formas habituales de resistencia.
En este mismo orden, es bueno recordar que el propósito del grupo es
ayudar a los participantes a encontrar sus propias respuestas y no presionar a
un individuo a hacer algo que el grupo considere apropiado. Los miembros
pueden convertirse fácilmente en objeto de ansiedad innecesaria si se les
acosa para que se comporten de determinada manera. También se puede pre-
sionar a los miembros para que participen en las actividades de comunicación
y en ejercicios no verbales diseñados para favorecer la interacción. Es básico
que los terapeutas sean sensibles a los valores de los miembros que no acce-
den a participar en ciertos ejercicios de grupo. Los terapeutas deben mencio-
nar periódicamente que los miembros del grupo cuentan con esta opción. Una
buena experiencia para el terapeuta consiste en enseñar a los miembros el
modo de resistir presiones grupales excesivas y el modo de rechazar amable-
mente la participación en actividades que les disgustan.
Los miembros disponen del derecho a hacer un uso óptimo de los recursos
en el grupo. En algunos momentos ciertos miembros pueden mostrar conduc-
tas problemáticas como la monopolización del tiempo del grupo, el relato de
historias, preguntas excesivas, interpretar al resto de los miembros, aconsejar
o animar cuando no es apropiado. Tales conductas dejan poco tiempo para
aquellos miembros que desean trabajar sobre sus problemas. La ASGW
(1989) sugiere que: "Los terapeutas garanticen un uso equitativo del tiempo
grupal para cada miembro, invitando a los miembros silenciosos a implicarse,
reconociendo los esfuerzos de comunicación no verbales y reduciendo el mal
uso o monopolización del tiempo por parte de algunos miembros".
Aunque los terapeutas no tienen la obligación de asumir la responsabili-
dad total de intervenir para silenciar a los miembros que están perjudicando
al grupo, deberían percibir la situación y trabajar con el grupo; de tal manera
que ningún miembro absorba la energía del grupo, ni dificulte el trabajo pro-
ductivo de los demás. En mi opinión es tarea del terapeuta enseñar a los
miembros monopolizadores a ser más conscientes de la presentación de sí
mismos que hacen al resto de los miembros. Sin ser excesivamente críticos o
duros, los terapeutas pueden ayudar a los miembros a aprender a ser específi-
cos y a evitar perderse en los detalles de la historia. Pueden enseñar a los
miembros a compartir la responsabilidad para que se maximicen los recursos
del grupo. Esto incluye enseñar a los miembros a pedir lo que desean, gene-
rando la sensación de limitaciones de tiempo durante las sesiones y enfren-
tándose adecuadamente cuando observan que algún miembro está
interrumpiendo el proceso grupal.
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 55
El Derecho a la Confidencialidad
ten que usted es serio con respecto a la confidencialidad existen más probabi-
lidades de que ellos se preocupen también por mantenerla. Finalmente,
corresponde al grupo respetar y mantener la necesidad de confidencialidad.
La ASGW de Trabajo Grupal (1989) hace múltiples alusiones a este res-
pecto sugiriendo que "los terapeutas protejan a los miembros definiendo con
claridad el contenido de confidencialidad, su importancia y las dificultades
implicadas en su cumplimiento". Otras sugerencias son:
das a sí mismo o a otros. Esta prescripción atañe también a los casos de abuso
o negligencia de menores o incesto. En un caso extremo, si un miembro del
grupo amenaza seriamente con herir a otra persona, usted debería consultarlo
con su superior o con otros colegas, advertir a la posible víctima e incluso
notificarlo a las autoridades encargadas. La amenaza puede no involucrar a
otras personas; los clientes pueden mostrar conductas extrañas como "tener
visiones" o "escuchar voces" diciéndoles que - se mutilen, en tales casos usted
debería seguir los pasos que le permitan ingresarlo durante cierto tiempo.
Si usted dirige un grupo en un centro público correctivo o en un hospital
psiquiátrico, es probable que usted deba adoptar otras responsabilidades ade-
más de la de terapeuta del grupo; por ejemplo, usted deberá registrar en el
informe del cliente ciertas conductas este que muestra en el grupo. Al mismo
tiempo, su responsabilidad hacia los clientes le exige comunicarles que usted
está registrando y transmitiendo cierta información. En general encontrará
que usted tendrá más posibilidades de lograr la cooperación del grupo si es
sincero que si oculta sus informes y por lo tanto se coloca en la posición de
violador de sus confidencias.
Como los grupos pueden actuar como catalizadores del cambio personal,
conllevan también riesgos para los miembros del grupo. La naturaleza de
estos riesgos - que incluye cambios vitales que originan rupturas, confronta-
ciones hostiles y destructivas, socialización dolorosa entre los miembros, etc.
y lo que el terapeuta puede hacer a este respecto es el objeto de esta sección.
Es irreal esperar que un grupo no conlleve riesgos porque cualquier aprendi-
zaje vital implica arriesgarse. Sin embargo, es responsabilidad ética del tera-
peuta asegurar que los futuros miembros del grupo conocen los riesgos
potenciales y adoptan precauciones a este respecto.
La ASGW recomienda que el terapeuta subraye los riesgos personales
implicados en cualquier grupo, especialmente los referentes a los posibles
cambios vitales y que ayude a los miembros del grupo a examinar su disposi-
ción a encarar dichos cambios. Como mínimo se espera que el terapeuta
comente con los miembros las ventajas y desventajas de un grupo determina-
do, que prepare a los miembros para manejar cualquier problema que pueda
surgir en la experiencia grupal y que permanezca alertas a los temores y
reservas que los miembros puedan tener.
- También corresponde al terapeuta disponer de un conocimiento amplio y
profundo sobre las fuerzas que operan en el grupo y sobre el modo de movili-
zar dichas fuerzas para lograr fines éticos. Si los terapeutas no proceden con
precaución, los miembros pueden perder los beneficios del grupo e incluso
pueden resultar psicológicamente dañados por el mismo. Las vías para redu-
cir estos riesgos incluyen el conocimiento de los límites de los miembros, el
respeto a sus peticiones, el empleo de un estilo invitador frente a uno dicta-
dor, evitar enfrentamientos insultantes, describir la conducta en vez de juz-
garla y presentar las sospechas de forma sugerente en vez de forzar
.
bar sus cambios y preferir a la persona que era antes de implicarse en la tera-
pia grupal.
2. Algunas veces un miembro individual puede singularizarse como la
"cabeza de turco" del grupo. Los otros miembros pueden apiñarse y conver-
tirlo en el objeto de hostilidades y otras conductas negativas. En tales casos,
el terapeuta debe actuar para eliminar estos sucesos.
3. El enfrentamiento o confrontación, un instrumento valioso y poderoso
en el grupo, puede ser malempleado, especialmente cuando se usa para ata-
car a otro de forma destructiva. Las intervenciones intrusivas, las tácticas
excesivamente confrontativas del terapeuta y las presiones a los miembros
para que sobrepasen sus límites producen a menudo resultados negativos. En
tales casos, una vez más, los terapeutas (y también los miembros) deben
estar en guardia para evitar conductas que puedan provocar riesgos psicoló-
gicos graves en los participantes. Para reducir los riesgos de la confrontación
no constructiva, los terapeutas pueden modelar el tipo de confrontación que
se centra en conductas específicas y evita la emisión de juicios sobre los
miembros. Se puede enseñar a los miembros a hablar sobre uno mismo y
sobre las reacciones propias ante cierto patrón de conducta de otro miembro
determinado.
Una forma de minimizar los riesgos psicológicos de los grupos consiste en
extender un contrato donde el terapeuta especifica sus responsabilidades y los
miembros explicitan sus obligaciones con respecto a lo que desean explorar y
lograr en el grupo. Estos contratos reducen las posibilidades de que los
miembros sean explotados o que abandonen el grupo sintiendo que han - teni-
do una experiencia negativa.
Otro modo de evitar los riesgos innecesarios reside en la capacidad del
terapeuta para reconocer los límites de su competencia y restringir su activi-
dad a los grupos para los que se halle debidamente preparado y experimenta-
do. Por último, el terapeuta del grupo es responsable de minimizar los
inevitables riesgos psicológicos asociados a la actividad grupal. Para asumir
adecuadamente esta responsabilidad, el terapeuta debería desarrollar un perí-
odo de práctica supervisada como se describe más adelante en el capítulo.
péutico y la asistencia social solicitan cada vez más contenidos éticos y legis-
lativos. En parte estas tendencias pueden estar relacionadas con la creciente
vulnerabilidad de los profesionales de la salud mental hacia los abusos.
La mayoría de las organizaciones profesionales recomiendan a sus miem-
bros que sean conscientes de los patrones comunitarios y del impacto que la
conformidad o la desviación de estos patrones ejercen sobre su práctica. Estas
organizaciones manifiestan explícitamente que los profesionales evitarán la
explotación de la relación terapéutica, no perjudicarán la confianza necesaria
para que una relación sea terapéutica y evitarán las relaciones duales si inter-
fieren con los objetivos terapéuticos. Normalmente los códigos éticos reco-
miendan prudencia contra los intentos de aunar las relaciones sociales o
personales con las profesionales.
necesitan para trabajar con efectividad con los diversos tipos de miem-
bros que se encuentren en sus grupos. Si no cuentan con esta base fun-
damental, cubren sus limitaciones solicitando supervisión o recibiendo
más formación.
* Los terapeutas son conscientes del modo en que su propio entorno cultu-
ral, actitudes, valores, creencias y sesgos influyen sobre su trabajo y se
esfuerzan por corregir los prejuicios que puedan tener.
* Los terapeutas reconocen que la etnia y la cultura influyen sobre la con-
ducta.
* Los terapeutas respetan los roles de las jerarquías familiares y comunita-
rias correspondientes a la cultura del cliente.
* Los terapeutas respetan los valores y creencias religiosas y espirituales
de los miembros.
* Los terapeutas ayudan a los miembros , a determinar los momentos en
que las dificultades tienen su origen en el racismo o en similares, para
no personalizar, inadecuadamente los problemas.
* Los terapeutas consideran el impacto de los factores sociales, ambienta-
les y políticos adversos al evaluar los problemas y diseñar las interven-
ciones.
* Los terapeutas se esfuerzan por eliminar sesgos, prejuicios y prácticas
discriminatorias. En su práctica desarrollan la sensibilidad a factores
como la opresión, el sexismo y el racismo.
grupos y algunos consejos práctico para los terapeutas que trabajan con
miembros musulmanes ha sido escrito por Banawi y Stockton (1993).
que hace falta para crear cohesión y confianza en el grupo a través de sus
propias resistencias, temores y momentos incómodos en el grupo, al ser con-
frontados o al debatirse con sus problemas en un contexto grupal.
Además de ayudar a resolver los conflictos personales y aumentar la auto-
comprensión, un grupo de crecimiento personal puede ser un valioso recurso
educativo. Una de las mejores formas para aprender a ayudar a los miembros
de un grupo con sus problemas consiste en participar uno mismo como
miembro y vivenciar tales experiencias.
Yalom (1985) recomienda una experiencia grupal para todos los futuros
terapeutas. Algunas de las ventajas que sugiere consisten en experimentar el
poder del grupo, aprender en qué consiste la auto-apertura, llegar a apreciar
las dificultades que conlleva implicarse uno mismo, aprender a nivel emocio-
nal lo que se sabe intelectualmente y ser consciente de la propia dependencia
del poder y conocimientos del terapeuta del grupo. Yalom cita investigacio-
nes donde se ha encontrado que entre el 60 y el 70 por ciento de los progra-
mas de formación de terapeutas de grupo ofrecen algún tipo de experiencia
grupal personal.
Remley (1992) critica que los profesores de los cursos sean al mismo tiem-
po los terapeutas de los grupos experienciales. El autor también coincide en
que enseñar en un curso sin la experiencia concurrente es insatisfactorio. Para
evitar el problema ético, combina los enfoques didácticos y experienciales en
sus cursos de terapia grupal pero no es él quien dirige el grupo experiencial. El
se limita a a la mitad didáctica del curso utilizando para ello diversos métodos
educativos. La otra mitad experiencial consiste en un grupo de encuentro diri-
gido por un terapeuta experimentado que no imparte clases. Otros profesiona-
les que ocasionalmente lideran los grupos son graduados' que desean obtener
créditos adicionales en grupos avanzados de terapia, terapeutas de centros
locales que desean liderar grupos a cambio de los servicios de consulta y pro-
fesionales del centro de psicología de la universidad. Los estudiantes de Rem-
ley, sin embargo, revelan información personal en sus impresos del curso. El
autor considera que es útil la naturaleza auto-reflexiva de estos impresos y
recomienda no modificar estas tareas sólo con el fin de evitar que los estudian-
tes expresen sin intención información privada. Manifiesta que sus estudiantes
y él mismo se hallan de este enfoque del curso.
Forester-Miller y Dunc an (1990) han identificado algunas guías que en su
opinión , podrían reducir los posibles riesgos asociados a la combinación de la
experiencia de crecimiento personal y el curso:
* La experiencia de crecimiento personal no debería relacionarse con el
proceso de selección para matricularse o continuar en el programa.
* Ningún aspecto de la vida personal del estudiante, su sistema de valores
o conducta en el grupo, será tenido en cuenta al evaluar la ejecución del
estudiante en el grupo experiencial.- Los estudiantes sólo deberían ser
evaluados con respecto a la adquisición de destrezas
^
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 79
Liderazgo en el grupo
Este capítulo comenta la influencia del terapeuta del grupo, como persona
y profesional, sobre el proceso grupal. Tras comentar las características per-
sonales de los terapeutas efectivos, se analizan las destrezas y técnicas nece-
sarias para el éxito en el liderazgo, las funciones específicas y los roles de los
terapeutas de grupo. Este capítulo le proporcionará suficiente información
sobre estos factores cruciales para favorecerle la total comprensión de los
dos siguientes capítulos referentes a los estadios en el desarrollo de los gru-
pos. Los temas 'tratados en este capítulo constituyen también un importante
preludio para los capítulos teóricos de la Segunda Parte.
miembros del grupo. Los terapeutas llevan a todos los grupos sus cualidades,
valores y experiencias vitales personales. Para favorecer el crecimiento en las
vidas de los miembros, los terapeutas deberán vivir sus propias vidas orienta-
das hacia el crecimiento. Si desean potenciar la auto-investigación honesta de
los otros, deberán disponer del coraje para desarrollar una auto-exploración.
Si esperan inspirar a otros a abandonar sus formas de ser amortiguadas,
deben tener la voluntad de buscar nuevas experiencias para ellos mismos. En
resumen, la dirección de grupo más efectiva es la reflejada por el tipo de vida
que los miembros del grupo ven demostrar al terapeuta y no por las palabras
que le oyen decir.
No digo que los terapeutas de grupo deben ser seres auto-relizados que
hayan resuelto satisfactoriamente todos sus problemas. La cuestión no es si el
terapeuta tiene o no problemas sino si dispone de la voluntad para esforzarse
en vivir de la misma forma que anima a los miembros a hacerlo. Más impor-
tante que el producto final es la voluntad de observarse continuamente y ver
si la propia vida refleja valores vitales. La clave del éxito como terapeuta de
grupo es el compromiso de no dejar nunca de luchar para llegar a estar cada
vez más realizado como ser humano.
Personalidad y Carácter
hagan ,algo que ellos mismos no están preparados para hacer, deben mostrar
que tienen voluntad de cuestionarse a sí mismos. La auto-confrontación
puede adoptar la forma de formular y responder preguntas como las siguien-
tes:
1
84 LIDERAZGO EN EL GRUPO
Un Comentario Final
y aún hoy en día sufren momentos difíciles. Tales dudas sobre la propia capa-
cidad son un problema menor cuando se dispone de la voluntad para seguir
formándose y para trabajar bajo supervisión.
Ansiedad Inicial
Antes de dirigir su primer grupo sin ninguna duda se sentirá ansioso por
hacer que empiece el grupo y por mantenerlo en marcha. En otras palabras,
se formulará cuestiones como estas con cierto grado de turbación:
Auto Apertura
-
.
to y no hacen revelaciones sobre sucesos personales pasados, facilitan el
movimiento del grupo.
Cuando los miembros del grupo muestran una conducta que usted consi-
dera problemática, debe ser consciente de la tendencia a responder con senti-
mientos fuertes. En el capítulo anterior se mencionó la importancia de ser
consciente de la contratransferencia y de aprender a manejar con efectividad
los propios sentimientos. Usted puede sentirse amenazado por aquellos
miembros que dominan y tratan de controlar el grupo, puede sentirse enfada-
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL
91
do con los miembros que muestran una conducta resistente, puede responsa-
bilizar al grupo en general o a ciertos clientes en particular por el ritmo lento
o la falta de productividad del grupo y puede adoptar de forma personal cual-
quier signo de resistencia.
Si usted ignora sus propias reacciones, en esencia se escapa de las interac-
ciones que se producen en el grupo. Sus respuestas - sean sentimientos, pen-
sámientos u observaciones - son a menudo el recurso más poderoso a su
disposición para manejar con efectividad las conductas resistentes. Como ha
visto, cuando los terapeutas de grupo experimentan su propia terapia grupa!,
aumentan las posibilidades de conocer sus puntos ciegos y posibles vulnera-
bilidades. Con frecuencia, los -miembros "difíciles" que más nos afectan son
aquellos que nos recuerdan aspectos de nosotros mismos que en el momento
actual rechazaríamos.
La supervisión es lo más útil para manejar la contratransferencia. Como
estudiante de prácticas usted dispone de la oportunidad de examinar con su
supervisor y grupo de compañeros sus sentimientos de atracción o de rechazo
hacia ciertos miembros y en el proceso aprenderá mucho sobre usted mismo.
Si dirige un grupo sin ningun ayuda y no dispone de supervisión, es impor-
tante que consulte con un profesional cualificado para poder resolver los pro-
blemas que pueden subyacer a sus sentimientos contratransferenciales. Una
de las ventajas de trabajar con un coterapeuta es que su compañero puede
ofrecerle un valioso feedback desde una perspectiva objetiva y ayudarle de
este modo a ver cosas que pueden hallarse fuera de su conciencia. El tema del
manejo de la contratransferencia se comenta en el Capítulo 6.
La mayoría de los grupos que usted dirija se encontrarán bajo los auspi-
cios de algún tipo de institución - un sistema escolar, una organización comu-
nitaria de salud mental, un hospital psiquiátrico, una clínica o un centro de
rehabilitación local o estatal. Al dirigir grupos en un entorno institucional,
uno descubre rápidamente que el dominio de la teoría y práctica del liderazgo
de grupos no garantiza el éxito de los grupos. Ser capaz de manejar con efec-
tividad las demandas y normas institucionales en algunos momentos puede
ser tan importante como ser un profesional competente.
.
* prestar atención a los focos resistentes del grupo y ayudar a los miem-
bros a percibir cuándo se estancan y por qué lo hacen.
* animar a los miembros a expresar abiertamente sus sentimientos y
expectativas.
* enseñar a los miembros a centrarse en sí mismos y en sus sentimientos.
* enseñar a los miembros a comunicarse directa y llanamente entre sí.
* trabajar para crear un clima de seguridad que motive a los miembros a
adoptar riesgos.
* motivar a los miembros cuando intentan aprender conductas nuevas.
* potenciar un estilo interactivo miembro-a-miembro y no miembro-a-
terapeuta.
* animar a la exposición abierta de conflictos.
* asistir a los miembros en la superación de obstáculos que dificultan la
comunicación directa.
* ayudar a los miembros a finalizar temas cuidando cualquier asunto pen-
diente en el grupo.
PROTECCIÓN. Sin asumir una actitud paternal hacia el grupo, los tera-
peutas deben ser capaces de salvaguardar a los miembros de los riesgos físi-
cos y psíquicos innecesarios asociados a su pertenencia al grupo. Aunque el
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA CRUPAL 99
mero hecho de participar en un grupo no conlleva ciertos riesgos, los terapeu-
tas pueden intervenir cuando perciben que puede derivarse algún daño psico-
lógico de una serie de interacciones grupales. Por ejemplo, se requiere la
intervención cuando un miembro está siendo tratado injustamente o cuando
se dirige hacia una persona una avalancha de sentimientos del grupo.
El terapeuta debe ser hábil para prevenir a los miembros de los posibles
peligros adherentes a la participación grupal sin atemorizarles con miedos
innecesarios sobre estos riesgos. Si los terapeutas son sobreprotectores, la
libertad de los miembros para experimentar y aprender a partir de su propia
experiencia se ve restringida. Si los terapeutas no son suficientemente protec-
tores, los miembros pueden lamentar las consecuencias negativas de la expe-
riencia grupal.
Otras conductas que deben cuidar y bloquear los terapeutas cuando sea
conveniente, son: presentar excusas para justificar el fracaso a efectuar cam-
bios, no mantener las confidencias, invadir el área privada de un miembro,
dar consejos continuamente, relatar historias, cotillear, apoyar inadecuada-
mente e interpretar errónea o inapropiadamente. Cualquiera que sea la con-
ducta, el bloqueo debe ser efectuado cortés y. suavemente
requeridas para finalizar una sesión grupal o concluir con el grupo de forma
satisfactoria incluyen sugerir a los miembros la aplicación de lo aprendido o
manejado en el grupo a las situaciones cotidianas, efectuar la evaluación y el
seguimiento, sugerir otras fuentes de ayuda y estar a disposición del indivi-
duo para posibles consultas si surge la necesidad.
Hasta hace poco tiempo se había escrito bastante poco sobre el tema
específico de la formación de terapeutas efectivos de grupo multicultural.
Además de las destrezas previamente mencionadas se requieren conocimien-
tos y destrezas especiales para manejar grupos culturalmente diversos.
Como he dicho anteriormente, se empieza a adquirir esta competencia cuan -
o el terapeuta es consciente de cualquier valor, sesgo o actitud cultural que
102 LIDERAZGO EN EL GRUPO
D.W. Sue y sus colegas (1992), como podrá recordar, han elaborado un
marco de trabajo conceptual sobre las competencias y normas de la terapia
multicultural. Incluye tres áreas: creencias y actitudes, conocimiento y destre-
zas. A continuación se presenta la versión resumida y adaptada de los autores.
:-:^
cualquier miembro que formule una pregunta recibe toda la atención sin nin-
gún esfuerzo por implicar al resto de los participantes en la interacción.
Cuando una sesión grupal se inicia pobremente, puede dificultar el logro de
cualquier trabajo importante durante el resto del encuentro.
• El modo de concluir una sesión es tan importante como la forma de ini-
ciarla. He observado a algunos terapeutas que dejan pasar el tiempo y des-
pués anuncian bruscamente: "Se ha acabado nuestro tiempo, nos volveremos
a ver la próxima semana". Gran parte del potencial valor del encuentro se
pierde porque el terapeuta no ha sintetizado ni evaluado la sesión. La apertura
y la finalización efectivas de cada sesión garantizan la continuidad de una
sesión a otra. La continuidad posibilita a los participantes pensar en lo ocurri-
do en el grupo cuando se hallan fuera de él y esforzarse por aplicar lo apren-
dido en el entorno diario. El terapeuta debe facilitar también la tarea de
auto-evaluación del nivel de participación de los miembros y el suyo propio
. en cada sesión.
I. Se puede pedir a' los miembros que resuman brevemente lo que deseen
conseguir en la sesión. Yo prefiero las "ruedas" rápidas donde cada miembro
identifica los aspectos o problemas que podrían ser examinados en el grupo
durante la sesión. Antes de centrarse en una persona es conveniente dar a
todos los miembros como mínimo una oportunidad para que expongan al
grupo lo que desean trabajar durante la reunión. De este modo se puede ela-
borar una agenda flexible y si varios miembros están interesados por aspectos
similares, la agenda permitirá la implicación repetida de diversos miembros.
2. Puede ser también útil que las personas tengan la posibilidad de expre-
sar cualquier idea o pensamiento sobre la sesión anterior o mencionar cual-
quier aspecto no resuelto durante la misma. Los aspectos pendientes entre los
miembros o entre los miembros y el terapeuta pueden dificultar el avance del
programa y la agenda diaria porque la agenda oculta interfiere continuamente
con el trabajo productivo hasta que sea expuesta en la superficie y manejada
apropiadamente.
3. Se puede pedir a los participantes que cuenten los logros y/o dificulta-
,. des encontrados durante la semana. Teóricamente han experimentado otras
Mimas de conducta fuera del grupo, se comprometen a efectuar las "tareas de
casa" y trabajan en base a planes de acción concretos. Incluso aunque no
todas estas actividades deseables hayan tenido lugar se puede emplear pro-
ductivamente el tiempo inicial para compartir los éxitos o comentar proble
mas específicos.
106 LIDERAZGO EN EL GRUPO
la sesión.
Normalmente, los miembros no evalúan automáticamente su grado de
implicación en el grupo o la amplitud de los logros conseguidos. El terapeuta
puede guiar a los participantes a reflexionar sobre las limitaciones temporales
del grupo y sobre el grado de satisfacción referente a . la participación. Los
miembros necesitarán también ayuda para evaluar el grado en que progresan
hacia sus metas y la efectividad con que opera eI grupo. Si esta evaluación es
periódica y está bien hecha, los miembros tienen la oportunidad de formular
un nuevo plan para el grupo antes de que sea demasiado tarde. Consecuente-
mente, es menos probable que abandonen el grupo sintiendo que no han con-
seguido lo que esperaban al unirse al grupo.
En resumen, las destrezas del terapeuta para cerrar una sesión proporcio-
nan unidad a la experiencia grupal y consolidan el aprendizaje producido
durante la sesión. A continuación se presentan algunos pasos que pueden
efectuar los terapeutas hacia el final dé cada sesión semanal para ayudar a los
miembros a evaluar su participación y para relacionar al grupo con su expe-
riencia diaria:
ríos sobre la dirección del grupo pueden ser muy útiles para estimular el pen-
samiento y la acción de los miembros.
GRUPOS CODIRIGIDOS
TABLA 3.1
Nota: El formato de esta tabla está basado en el artículo de Edwin J. Nolan "Leaders-
hip Interventions for Promoting Personal Mastery", en Journal for Specialists in
Group Work, 1978, 3 (3), 132-138.
Estadios iniciales en el desarrollo
grupal
Si usted desea que un grupo tenga éxito, necesita dedicar un tiempo consi-
derable a la planificación. En mi opinión, la planificación debería empezar
con la elaboración de un borrador de la propuesta. Los aspectos que deberán
TEORÍA Y PRACTICA DE.oLA TERAPIA CRUPAL 119
ción son subjetivos. De cualquier modo, ciertas reglas pueden ayudar al tera-
peuta a tomar esta decisión de forma más consciente. Encuentro que a menu-
do es difícil prever cuál de los candidatos saldrá beneficiado del grupo.
Durante la entrevista individual muchas veces las personas describen de
forma vaga sus expectativas del proceso grupal. Pueden sentirse asustados,
tensos, pueden adoptar una actitud defensiva y pueden enfocar la entrevista
individual del mismo modo que harían con una entrevista laboral, especial-
mente si piensan que la admisión en el grupo depende de ésta. En mi expe-
riencia he encontrado personas que tratan de ser vagas es sus respuestas y que
se esfuerzan por contestar lo que creen que yo espero oír, casi de forma idén-
tica a lo que harían en una entrevista laboral.
El criterio básico para la selección de los miembros del grupo es determi-
nar si contribuirán a la labor del grupo o por el contrario serán contraprodu-
centes. Algunas personas pueden absorber de tal forma la energía del grupo
que quede poco para el trabajo productivo. En el mismo orden, la presencia
de determinadas personas puede dificultar el logro de la cohesión del grupo.
Esto es frecuente con los individuos que sienten necesidad de monopolizar y
dominar, con los clientes hostiles o agresivos con necesidad de actuar y con
las personas excesivamente centradas en sí mismas que conciben el grupo
como una audiencia. Otros que también deberían ser excluidos de la mayoría
de los grupos son las personas en situaciones de crisis extremas, personas con
tendencias suicidas, con personalidades sociopáticas, personas excesivamente
suspicaces o aquellas que carecen de la suficiente fuerza del ego y tienen ten-
dencia a la conducta fragmentada y extraña. Es difícil afirmar categóricamen-
te que cierto tipo de persona debería ser excluida de todos los grupos, como
norma podríamos decir que el tipo de grupo debería determinar la admisión o
rechazo de los miembros. Así, un alcohólico puede ser excluido de un grupo
de crecimiento personal pero puede ser un candidato idóneo para un grupo de
individuos afectados por problemas de adicción, adictos al alcohol, a otras
drogas o a los alimentos.
Si la entrevista individual de selección es una oportunidad para que el
terapeuta evalúe a los candidatos y determine lo que estos desean lograr de la
experiencia grupal, es también una posibilidad para que los futuros miembros
lleguen a conocer al terapeuta y desarrollen un sentimiento de confianza. La
forma en que esta entrevista inicial sea dirigida está muy vinculada al estable-
cimiento del nivel de confianza en el grupo. Por esta razón subrayo el inter-
cambio de doble vía durante la entrevista, en espera de que los miembros se
.sientan libres para preguntar cualquier aspecto que les ayude a decidir si
desean o no participar en el grupo. Algunas consideraciones que yo hago son:
¿Parece esta persona dispuesta a hacer lo necesario para ser un miembro pro-
ductivo del grupo?, ¿Ha tomado la persona la decisión de participar en el
grupo o ha estado influido por opinión de alguna otra persona?, ¿Dispone el
122 ESTADIOS INICIALES EN EL DESARROLLO CRUPAL ó
Cuando los miembros del grupo han sido seleccionados, surge la siguiente
cuestión: ¿Cuál es la responsabilidad del terapeuta en la preparación de los
-miembros para que obtengan el máximo beneficio de la experiencia grupal?.
En mi opinión la preparación sistemática es imprescindible y se inicia duran-
te la entrevista individual de selección y continua durante las primeras sesio-
nes iniciales. La preparación consiste en examinar con los miembros sus
temores, metas y malentendidos, los aspectos básicos del proceso grupal, los
riesgos psicológicos asociados a la participación grupal y las formas para
minimizarlos, los valores y limitaciones de los grupos, la experiencia grupal
y la necesidad de confidencialidad. Esta preparación puede realizarse en una
reunión preliminar de todos los miembros que vayan a formar parte del
grupo.
Además de la entrevista individual con cada persona anterior a la forma-
ción del grupo, dedico la sesión inicial como instrumento de selección. La
sesión inicial es un buen momento para hablar de los objetivos del grupo,
para comunicar a los miembros la distribución temporal, para examinar algu-
nos posibles aspectos que serán considerados en el grupo, para comentar las
normas y pautas básicas y para iniciar la puesta en contacto de los miembros.
Como soy partidario de que las personas decidan cuanto antes si están dis-
puestos o no a participar en el grupo y a ser miembros activos, animo a los
participantes a considerar la primera sesión como una oportunidad para ayu-
darles a tomar tal decisión.
La estructuración del grupo, incluida la especificación de las normas y
procedimientos debería efectuarse al inicio de la historia grupal. Aunque
parte de esta estructuración se haya realizado o al menos iniciado en la sesión
126 ESTADIOS INICIALES EN EL DESARROLLO GRUPAL
primeras sesiones. Les animo a formular cualquier duda o pregunta que tuvie-
ran sobre el proceso grupal.
Pido a los miembros que antes de acudir a cada sesión piensen en los
aspectos personales que desearían plantear en el grupo para proceder a su
examen. Aunque tengan un índice establecido cuando llegan a la sesión, pro-
curo que mantengan una actitud flexible hacia el trabajo de otros aspectos
que puedan surgir espontáneamente en las interacciones con otros miembros.
Como sigo pensando que la lectura, reflexión y escritura ayudan a los miem-
bros a centrarse en sí mismos, trato de motivarles para que lean determinados
libros. Les pido también que escriban un diario donde pueden anotar espontá-
neamente las diferentes reacciones que tienen en el transcurso de la sesión y
en los períodos que transcurren entre dos sesiones. Se les anima a presentar
en el grupo lo esencial o la síntesis de lo escrito en sus diarios. De este modo
se les enseña a valorar el trabajo continuado que se ha iniciado durante la
sesión. Se repite una y otra vez la importancia del grupo para poner en prácti-
ca las conductas nuevas, que el grupo no es un fin sino el medio para adquirir
nuevas formas de pensamiento, sentimiento y conducta. Así, se les invita
continuamente a probar nuevos estilos de conducta durante las sesiones para
comprobar si desean efectuar algunos cambios.
inicial con los primeros días que una persona pasa en un país extranjero, que
sufre la necesidad de 'aprender los rudimentos de un nuevo idioma y las dife-
rentes formas de expresarse.
1 ción de los miembros y los esfuerzos por asegurar que el grupo sea adecuado
para sus posibilidades es muy importante, como también lo es la forma de
1 presentar las reglas básicas del grupo. Los terapeutas que se muestran intere-
sados en el bienestar de los miembros individuales y del grupo en su totalidad
engendran confianza. Comentar cuestiones como los derechos de los partici-
1 pantes, la necesidad de confidencialidad y la necesidad del respeto mutuo
demuestra que el terapeuta dispone de una actitud seria hacia el grupo. Si los
1
terapeutas tienen interés es probable que los miembros también inviertan
esfuerzo propio en el grupo.
De estos comentarios no debería deducirse que el desarrollo de la confian-
1 za es tarea exclusiva de los terapeutas. Es cierto que los terapeutas pueden
engendrar confianza a través de sus actitudes y conductas, pero el nivel de
1
confianza depende también en gran parte de los miembros, individual y
colectivamente.
Los miembros plantean normalmente algunos temores y algunas esperan-
1 zas en el grupo. Los participantes confiarán más en el grupo si se les motiva
para exponer sus temores porque al comentarlos es probable descubrir que
1
muchos de ellos son compartidos por los restantes miembros. Si un miembro,
por ejemplo, se preocupa por su incapacidad para expresarse efectivamente y
alguna otra persona expresa el mismo problema, casi invariablemente se esta-
1 blecerá un vínculo entre ambos.
Los silencios y la incomodidad son características de la sesión inicial.
Mientras más desestructurado sea el grupo, mayor será la ansiedad y la ambi-
1 güedad sobre el comportamiento en el grupo. Los miembros dudan y tratan
de hallar la forma de participar. Según progresan las sesiones, los miembros
1 encuentran más fácil plantear aspectos y participar en la discusión. La mayo-
ría de las veces estos aspectos tienden a ser seguros (al principio) y se hacen
comentarios sobre terceras personas o sobre material lejano. Esta es una
1 forma en que los miembros prueban las aguas. Es como si estuvieran dicien-
do "Yo revelo una parte de mí, ni profunda ni sensible, y veré como me tratan
1 los demás".
terapeuta y por el hecho de que el grupo no procede de la forma que les gus-
taría. Este es un factor central en el grupo y la confianza puede verse dañada
o reforzada dependiendo de la forma en que se manejen los sentimientos
negativos. Si el conflicto se plantea abiertamente en el grupo y los sentimien-
tos negativos se reciben de forma no defensiva, existen más posibilidades de
modificar la situación que provoca dichos sentimientos. Sólo entonces, el
grupo puede avanzar a un nivel más profundo de trabajo. Lbs miembros se
sentirán seguros para arriesgarse más y ser capaces de centrarse en problemas
personales significativos y de expresar sentimientos presentes.
Según los miembros revelen más de sí mismos, el grupo incrementa la
cohesión, recíprocamente esta cohesión incipiente fortalece la confianza que
existe en el grupo y crea la atmósfera conveniente para que los miembros
prueben nuevas formas de comportamiento en el grupo. Cuando los miem-
bros confían unos en otros, confían también en el feedback que reciben, que
pueden usar en la medida que ensayan conductas recientemente adquiridas en
sus entornos cotidianos.
La ansiedad brota del miedo a dejarse conocer por los otros más allá del
nivel de la imagen pública. La ansiedad resulta también del temor a ser juzga-
do e incomprendido, de la necesidad de más estructura y de la falta de clari-
dad en las metas, normas y ' conducta esperadas en la situación . grupal. Según
los participantes vayan confiando más en los miembros del grupo y en el
terapeuta, serán cada vez más capaces de compartir sus asuntos personales y
esta apertura reducirá su ansiedad a dejarse conocer.
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 139
1 •
:competitividad, la rivalidad, las posturas cambiantes, la lucha por el liderazgo
y las discusiones frecuentes por el procedimiento de toma de decisiones y
división de responsabilidades. Schutz (1973a) señala que en este punto la
1 ansiedad de los participantes se relaciona con el exceso o falta de responsabi-
lidad y el exceso o defecto de influencia.
El conflicto entre los miembros del grupo suele ser con frecuencia el
resultado de la transferencia. Los miembros pueden tener reacciones intensas
hacia el resto de sus compañeros; examinando estas reacciones hacia indivi-
duos específicos del grupo, pueden descubrir algunos vínculos importantes en
el modo de transferir sentimientos por personas significativas de sus vidas
hacia los otros. A continuación se añaden algunas afirmaciones que pueden
ser representativas de las reacciones de transferencia:
* "Pareces tan virtuoso. Cada vez que empiezas a hablar desearía abando-
nar la sala". -
* "Me preocupas porque tienes el aspecto de un ordenador en buen estado.
No percibo ningún sentimiento tuyo".
* "Tus esfuerzos por preocuparte por todos los presentes me preocupan.
Rara vez pides nada para ti pero siempre estás dispuesto a ofrecer
algo".
DESAFÍO AL TERAPEUTA DEL GRUPO. Los conflictos también suelen
implicar al terapeuta del grupo. Usted puede verse desafiado en su área profe-
sional o personal. Puede verse criticado por ser "tan reservado" y no revelar
suficiente sobre sus cuestiones personales, o puede ser criticado por ser "uno
del grupo" y revelar demasiado sobre su vida privada. Aquí se presentan
algunos comentarios que puede oír de los miembros de su grupo:
* "Usted se comporta como un juez, fría e impasiblemente".
* "Independientemente de lo que haga, siento que nunca será suficiente
para agradarle. Espera demasiado de nosotros".
* "Realmente usted no tienen interés personal por nosotros. Siento que
usted sólo realiza su trabajo y que nosotros no contamos".
* "No nos concede libertad suficiente. Usted controla todo".
* "Usted presiona demasiado a las personas. Siento que no se muestra dis-
puesto a aceptar una negativa".
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 141
Los terapeutas deben ser especialmente activos durante los estadios pri-
mero y segundo del grupo. Durante el estadio de transición san importantes
la intervención y estructuración activas porque normalmente los participantes
no han aprendido aún a trabajar con efectividad a solas. Cuando surge un
conflicto, por ejemplo, algunos miembros pueden intentar cambiar de tema y
plantear uno más agradable u otras formas de evitar el conflicto. Los terapeu-
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA CRUPAL 145
COMENTARIOS FINALES
En muchos de los grupos adultos que dirijo, surgen temas humanos comu-
nes que la mayoría de los miembros pueden vincular a sus vidas indepen-
1 marme con lo que tenía. Ahora veo que mis sentimientos no difieren
tanto de los sentimientos de los jóvenes aquí presentes".
* "Tengo esperanzas en el futuro, incluso aunque sepa que me queda un
largo camino que recorrer y que éste, no siempre será fácil".
* "Aquí hay muchas personas hacia las que me siento cercano y he com-
probado que hemos ganado esta confianza dejándonos conocer los
unos a los otros".
* "La intimidad provoca miedo pero también recompensa".
* "Las personas pueden llegar a ser bellas cuando abandonan sus másca-
ras"
* "He aprendido que la soledad que sentía era común a todos miem-
bros de este grupo".
dose en ellos, los participantes pueden contactar sinceramente unos con otros
y generalmente expresan con bastante exactitud lo que experimentan en la
actualidad. Las interacciones ganan en honestidad y espontaneidad porque
los miembros muestran más voluntad para arriesgarse a revelar sus reaccio-
nes.
Por otra parte, la auto-apertura no implica revelar los secretos propios más
profundos, ni ahondar en el propio pasado, tampoco conlleva "dar salida a
todo" ni expresar cualquier reacción nimia hacia los otros. La auto-apertura
no debería confundirse con el relato de historias referentes a sí mismo, ni
debería permitirse que la presión grupal dicte los límites de la intimidad pro-
pia. En algunos momentos, en sus intentos por mostrarse "abiertos y hones-
tos" o al percibir la presión de los otros, algunos miembros pueden decir más
de lo necesario, para ser entendidos. Su auto-apertura es tan extensa que nada
permanece en privado y consecuentemente se sienten privados de su digni-
dad.
Al trabajar con poblaciones culturalmente diversas, recuerde que la auto-
apertura se valora altamente en la mayoría de los enfoques terapéuticos tradi-
cionales que se incluyen en este libro. Sin embargo, la auto-apertura es ajena
a los valores de muchos grupos culturales. Esta importancia concedida a la
auto-apertura por la mayoría de los enfoques terapéuticos entra en conflicto
con los valores de algunos grupos étnicos de origen europeo que subrayan la
i mportancia de mantener los problemas "dentro de la familia". Los clientes
culturalmente diferentes puede necesitar más tiempo para decidirse a hacer
revelaciones, para garantizar que hacerlo no es arriesgado, lo que normal-
mente implica probar al terapeuta y a los otros miembros del grupo.
Salvo que los clientes luchen contra los obstáculos que se interponen fren-
te a la auto-apertura, su participación en el grupo será muy limitada. Como
terapeuta, usted puede reconocer que algunos individuos con ciertos antece-
dentes étnicos y culturales se enfrentarán a mayores dificultades al compartir
sus sentimientos, reacciones y al revelar sus luchas internas. Usted puede
ayudar a tales clientes mostrando respeto por sus valores culturales y al
mismo tiempo animándoles a expresar sus expectativas sobre usted y sobre el
grupo. Con su apoyo y la comprensión de los miembros del grupo, se halla-
rán en una posición idónea para clarificar sus valores correspondientes a la
auto-apertura y podrán decidir el grado en que desean darse a conocer. Una
buena línea de salida consiste en comentar las dificultades de auto-revelación
en el entorno grupal.
constituye una de las formas más importantes para que se produzca el apren-
dizaje en el grupo. Puede ser de gran ayuda para la persona que examina un
problema, trata de resolver una situación difícil o intenta diferentes formas de
conducta. A continuación se incluyen algunos aspectos que pueden ayudar a
los miembros a aprender a dar y recibir feedback:
Algunas veces los miembros hacen declaraciones globales como "Me gus-
taría recibir feedback". Si tales clientes han revelado poco, es difícil devol-
verles muchas reacciones. Los miembros deben aprender a solicitar y dar
feedback específico. Es útil atender al feedback sin actitud defensiva, escu-
char realmente lo que otros desean comunicarnos y posteriormente pensar en
lo que deseamos hacer con dicha información. Según progresa el grupo hacia
el estadio de trabajo, los miembros están más dispuestos a ofrecer y recibir
feedback.
•
* El nivel de confianza y cohesión es alto.
* La comunicación en el grupo es abierta e implica la expresión exacta de
grupo constituido por los mismos miembros durante toda la existencia del
mismo y cuya terminación se produce en una fecha predeterminada.
Del mismo modo que la formación del grupo y las actividades preparato-
crias del terapeuta influyen poderosamente sobre el proceso grupa! en sus
diversos estadios, el trabajo que debe efectuar el terapeuta cuando el grupo ha
alegado a su fin es también de suma importancia. Existen dos aspectos vincu-
lados dinámicamente con la finalización satisfactoria del desarrollo de un
upo: el seguimiento y la evaluación. Las preguntas que deben formularse
on: .¿Qué tipo de seguimiento debería establecerse tras la finalización del
grupo?, ¿Cuál es la responsabilidad del terapeuta en la evaluación de los
resultados de un grupo?, ¿Cómo puede ayudar el terapeuta a los miembros
ara evaluar la efectividad de su, experiencia grupal?.
168 ESTADIOS FINALES EN EL DESARROLLO GRUP4L
La Sesión de Seguimiento
Por último, a menudo añado un breve cuestionario que los miembros corn_
pletan cuando se vuelven a reunir para la sesión de postgrupo. Los miembros
evalúan las técnicas usadas, al terapeuta del grupo, el impacto del grupo
sobre ellos y el grado en que piensan que han cambiado como consecuencia
de su participación en el grupo. Las siguientes cuestiones están diseñadas
para obtener información relativa a determinados aspectos:
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SEGUNDA PARTE
Enfoques teóricos
de la terapia grupal
El enfoque Psicoanalítico de
Grupos
INTRODUCCIÓN
El Proceso Terapéutico
El Inconsciente
está más allá del alcance de la terapia grupal tal y como se practica general-
mente, los terapeutas deben conocer el funcionamiento de los procesos
inconscientes. Esta comprensión les proporciona un marco de trabajo concep-
tual que les ayuda a dar sentido a las interacciones del grupo incluso cuando
el inconsciente no se maneje directamente con los miembros.
Ansiedad
rentes conductas defensivas. En muchos casos las defensas que se emplea ron
en la niñez cuando fuimos amenazados permanecen y vuelven a aparecen
cuando nos sentimos amenazados en el grupo. Uno de los principales valoren
terapéuticos del grupo consiste en que los individuos pueden llegar a ser
conscientes de sus estilos defensivos de interacción gracias al feedback del-
terapeuta y de los miembros restantes. Una vez que son conscientes, los,
miembros son capaces de seleccionar formas directas de manejar las situacio.
nes productoras de ansiedad según surgen en el grupo.
En el patrón de interacciones del grupo terapéutico se manifiestan multi-
tud de defensas del Yo típicas:
del grupo" como fuente de sus problemas. Algunos hombres pueden culpa r a
la frialdad de sus madres como razón para evitar la cercanía de las mujeres
del grupo. Tales miembros pueden disponer de una justificación muy elabora-
da sobre la desaparición de sus problemas si sus esposas o hijas cambiaran.
/Resistencia
Transferencia
Contratransferencia
De vez en cuando los sentimientos del terapeuta se enredan con la rela-
ción terapéutica, obstruyendo o incluso destruyendo su objetividad. Según la
teoría psicoanalítica, la contratransferencia consiste en una re esta emocio-
d te euta al cliente, resultado de una percepción r istor-
nal inconsciente^,el
.:.: sionada de la conducta del cliente. Wolf (1983) especifica que ningún
terapeuta analítico está totalmente libre de implicarse en la transferencia y
contratransferencia. Kutash y Wolf (1983) describen la contratransferencia
como. "la respuesta inconsciente, involumari inapropiada temporalmente
ratific arte del teca euta a las demandas de transferencia del acierte" (p.
135).
Cuando la contratransferencia está presente, los terapeutas reaccionan a
194 b
EL ENFOQUE PSICOANALÍTICO DE GRUPOS
TÉCNICAS BÁSICAS
mente sus familias pero desde una nueva perspectiva. Los miembros prop or,
cionan sustitutos familiares para sacar a la luz las reacciones transferenciale s
Son conscientes del grado en que recrean su propia familia de la niñez en
cualquier entorno grupal e invisten inadecuadamente a otros con cualidade s
que caracterizaban a sus primeras relaciones.
El malequilibrio de grupo se produce cuando los miembros del grupo se
sienten tan cómodos entre sí que evitan el desafío de las defensas de los
otros. Los miembros tratan de controlar y reducir su ansiedad evitando el
conflicto e inconscientemente negocian la supresión de los temas que activan
la ansiedad e ignoran el material estresante aunque potencialmente inductor;?.
del crecimiento.
Asociación Libre
Interpretación
/La interpretación es una técnica terapéutica usada en el análisis de las aso-
ciaciones libres, sueños, resistencias y transferencia. Al interpretar, el tera-
peuta señala y explica el significado subyacente de la conducta. Las
interpretaciones van dirigidas a acelerar el proceso terapéutico del descubri-
miento del material inconsciente. Se supone que las interpretaciones correctas
y temporalizadas pueden ser usadas por el cliente para integrar nuevos datos
que le conduzcan a nuevos insights. La interpretación requiere mucha destre-
zajSi el terapeuta fuerza al cliente con sus interpretaciones dogmáticas, los
1 clientes tenderán a cerrarse y adoptar una actitud defensiva. Si se presentan
interpretaciones correctas pero en un momento inadecuado, los clientes pue-
den combatir contra el proceso terapéutico y resistirse a otras intervenciones.
1 Scheidlinger (1987) mantiene que una interpretación es simplemente una
hipótesis que independientemente de la elegancia con que haya sido concebi-
1 da, está sujeta a confirmación o rechazo. Sugiere que cuando los miembros
del grupo rechazan una interpretación del terapeuta, esto puede significar que
la interpretación no es acertada en vez de que el individuo muestra resisten-
1 cia. El autor señala que la correcta temporalización de una interpretación en
la terapia de grupo conlleva la disposición de un miembro dado a entender y
aceptarla y la disposición del resto de los miembros. Añade que las interpre-
taciones prematuras pueden generar una ansiedad indebida que conduce a una
considerable resistencia. El modo de expresar las interpretaciones y la mane-
ra de presentarlas, según Scheidlinger, afectarán al grado en que serán consi-
deradas por los miembros. Este autor formula sus interpretaciones a modo de
preguntas, una práctica que trasmite su naturaleza hipotética.
/Las interpretaciones que se presentan como hipótesis y no como hechos
suelen ser aceptadas por los clientes.3Por ejemplo, Sam sigue haciendo inter-
venciones inadecuadas cuando otros miembros expresan sentimientos inten-
sos y de este modo hace que los otros pierdan el contacto con sus
sentimientos. El terapeuta interviene y manifiesta: "Sam, pareces querer ani-
mar a Julie tratando de convencerla de que todo se. resolverá. Tengo ;la
impresión de que te sientes incómodo cuando ves sufrir a una persona, :por
eso te apresuras a eliminar ese dolor de la persona. ¿Podría ser que tu,mismo
intentas evitar las experiencias dolorosas?". Este comentario advierte a S am
•
198 ó EL ENFOQUE PSICOANALÍTICO DE GRUPOS
La Sesión Alterna
Wolf y sus colaboradores (1972) mencionan dos metas de los igs psi-
coanalíticos características de los estadios finales del Y des-arrollo de unsrupo:
Vayudar m émbros a encontrar formas más efectivas de relacionarse con
otras personas y motivarles para que crezcan como personas con el fin de que .
puedan pensar independientemente y mantenerse por sí mismos. La técnica
de la sesión alterna parece ser útil para la consecución de ambas metas. La
sesión alterna tiene lugar, sin el terapeuta del grupo, en casa de uno de los
miembros. Estas sesiones sin terapeuta. van dirigidas a crear una atmósfera de
intimidad que estimule la participación desinhibida.
Al enumerar las ventajas de la sesión alterna, Mullan y Rosenbaum (1978)
mencionan el desarrollo de la cohesión grupal, el aumento del potencial crea-
tivo de cada miembro y de la función terapéutica del grupo así como la sensa-
ción de pertenencia al grupo. Mullan y Rosenbaum consideran que la
ausencia del terapeuta conlleva la adopción de responsabilidades, la búsqueda
de nuevas metas y valores, diferentes patrones de relación y esfuerzos mutuos
para manejar problemas, todos ellos factores que contribuyen a una mayor
autonomía de los miembros. La sesión alterna proporciona también formas de
probar la autonomía recientemente adquirida, porque la capacidad de los par-
ticipantes para funcionar sin el terapeuta puede ser indicativo de su disposi-
ción a separarse del terapeuta. Por último, la sesión alterna puede favorecer
las sesiones regulares porque confirma la confianza del terapeuta en la capa-
cidad de los miembros para usar sus propios recursos dentro del grupo con el.
fm de trabajar por la acción personal y la integración social.
Para ser capaz de desempeñar todas estas funciones con efectividad, los
terapeutas de grupo tienen la obligación suprema de entender sus propias
dinámicas a lo largo del proceso terapéutico. Para hacerlo pueden necesitar
supervisión ocasional. Su propia psicoterapia personal puede ser muy útil
para ayudarle a reconocer las señales de contratransferencia y las formas en
que influyen sus propias necesidades y motivaciones sobre el trabajo grupal.
Wolf y sus asociados (1972) son representativos de los terapeutas psicoa-
nalíticos que se centran en la relación terapeuta/cliente y en la importancia de
las características personales del terapeuta de grupo. Tras trabajar dentro del
marco del grupo analítico durante muchos años, han llegado a la conclusión
de que el éxito depende no sólo de los constructos teóricos y técnicos del psi-
coanálisis sino también del terapeuta como persona. Aseguran que el centro
de atención del psicoanálisis se ha ido modificando gradualmente desde la psi-
codinámica del paciente a la relación existente entre el terapeuta y el cliente.
En este mismo orden, según Wolf (1983), la función más significativa del
terapeuta de grupo consiste en promover las relaciones interpersonales de los
miembros más allá de la existente con el terapeuta. Wolf sugiere que la exclu-
siva implicación con el terapeuta puede aislar al cliente y conducirle hacia
una relación simbiótica. Al potenciar la interacción entre los miembros se
amplían las posibilidades del cliente y se potencia su crecimiento.
Intróducción
Freud denominaba fase anal a los siguientes dos años de la vida porque la
zona anal empieza a ser la más significativa para la formación de la persona-
lidad. Las tareas fundamentales que debe dominar el niño durante este perío-
do incluyen aprender a ser independiente, aceptar el poder personal y
aprender a expresar sentimientos negativos como celos, odio, agresividad y
deseo de destrucción. De este modo, es durante esta fase cuando los niños
inician su camino hacia la autonomía. Desempeñan un papel cada, vez más
208 EL ENFOQUE PSICOANALÍTICO DE GRUPOS
L
1 TEORÍA Y PRÁ\ TICA DE LA TERAPIA GRUPAL
o
209
1 nir quiénes son y qué son capaces de hacer, en resumen, para lograr el control
psicológico de sus vidas. Aquí . también, el grupo ofrece la oportunidad de
investigar el modo en que se desarrolló originariamente el propio estilo emo-
1 cional dependiente y de aprender formas concretas para confiar más en uno
mismo.
1 (3 a 6 Años)
1 Erikson por otra parte, manifiesta que la tarea básica de los años preesco-
lares consiste en establecer un sentido de la competencia e iniciativa. Este es
el momento para prepararse psicológicamente para el desempeño de activida-
des que tienden a desarrollar una imagen externa positiva caracterizada por la
capacidad para iniciar y sostenerse. Pero, si no se les permite adoptar como
mínimo algunas de sus propias decisiones o si sus decisiones son ridiculiza-
das, pueden desarrollar un sentido de la culpabilidad ante la propuesta de ini-
1 ciativas. Normalmente, evitarán adoptar una actitud activa y dejarán que sean
otros quienes decidan por ellos.
¿Cuáles son las características de las personas que disponen de un sentido
1 de la iniciativa?. Les gusta aceptar nuevos retos, tienden a establecer metas y
hacer lo necesario para alcanzarlas, se motivan solos, disponen de niveles
En el grupo puede ser estimulada para ver las posibles conexiones entre sus
sentimientos de inadecuación y algunos sucesos que ocurrieron cuando se
hallaba en la escuela primaria. Quizá sufrió algunas experiencias de aprendi-
zaje negativas como la manifestación pública o privada de alguno de sus pro-
fesores de que ella era una estúpida y no podía aprender. Mientras que Raquel
no pueda superar sus sentimientos no podrá satisfacer las demandas del cole-
gio, probablemente deberá volver a los sucesos traumáticos de su niñez, revi-
virlos y expresar el dolor que entonces sintió. Con el apoyo del grupo puede
experimentar otra vez muchos de sus sentimientos enterrados y empezar a
observar desde una perspectiva diferente los acontecimientos pasados. En
algún momento llegará a la conclusión de que no debe abandonar su carrera
académica ahora a consecuencia de algún suceso que ocurrió en la escuela.
Raquel puede ser dañada más que ayudada por la experiencia grupal salvo
que reconozca su patrón de inferioridad en su vida, que será revivido en el
grupo. Ella podría temer también el fracaso como miembro. Dada su dinámi-
ca, es probable que se disponga a fracasar y que influya sobre los miembros
restantes para que la consideren como un fracaso y como un "rechazo del
grupo". Si el resto de los miembros comparten sus sentimientos negativos
sobre su implicación en el grupo, se puede generar un círculo vicioso difícil
de romper. Yalom (1985) cita con pruebas demostrables que un miembro que
no es aceptado como válido por los miembros (o por sí mismo) puede ser
dañado por la experiencia grupal. Es importante que los miembros aprendan a
reconocer los patrones que se originaron durante su niñez y que inevitable-
, mente se repetirán en el grupo.
los del período adulto. Erikson retomó este tema en el momento donde lo
dejó Freud y dedicó mucha atención a los últimos estadios, especialmente a
la adolescencia. El autor consideró la crisis que caracteriza a la adolescencia,
la crisis de identidad, como la más importante de la vida.
¿A qué se refiere E rikson con crisis de identidad?. El autor considera que
la mayoría de los conflictos de la adolescencia se relacionan con el desarrollo
de una identidad personal. Los adolescentes luchan por definir quiénes son,
hacia dónde van y cómo conseguirán llegar allí. Debido a los múltiples cam-
bios que se producen en este período, físicos y sociales así como por las diver-
sas presiones sociales, muchos adolescentes presentan dificultades para
encontrar una identidad estable. Experimentan presiones del centro educativo,
de los padres, de sus compañeros de grupo, de los miembros del otro sexo y de
la sociedad en general y estas demandas son frecuentemente conflictivas. En
medio de esta tormenta, el adolescente debe decidir por cuál de estas variadas
expectativas opta. Si el adolescente fracasa, se produce la confusión de roles,
y la persona carecerá de fines y dirección en los siguientes años de su vida.
¿Cuáles son algunas de las características conductuales de las personas
que disponen de un sentido de la identidad?. Estas personas cuentan con un
auto-concepto estable, una sensación clara de las metas, son menos suscepti-
bles a la presión de sus compañeros, normalmente se aceptan a sí mismos,
son capaces de adoptar decisiones sin vacilar, asumen la sensación de respon-
sabilidad por lo que suceda con ellos y son capaces de intimar física y emo-
cionalmente con individuos seleccionados sin sentirse perdidos ellos mismos
(Hamachek, 1988).
Otra de las tareas difíciles y portadoras de ansiedad que deben efectuar los
adolescentes consiste en clarificar e integrar los valores propios en un sistema
orgánico que sea personalmente significativo. Con el fin de desarrollar una
filosofía personal de la vida, los adolescentes deben tomar decisiones corres-
pondientes a diversos aspectos: ética y moralidad, sexualidad, creencias reli-
giosas, expectativas en la vida, valores en las relaciones íntimas, educación y
profesión. Al enfrentarse a estos retos los jóvenes necesitan modelos adecua-
dos porqué la mayoría de los valores no se aprenden por instrucción directa
sino mediante el contacto con personas que inspiran con el ejemplo. A menu-
do los modelos son inadecuados o incluso inexistentes. Los adolescentes son
especialmente conscientes de la doble moral de los adultos y su tolerancia a
la falsedad es muy baja. Están más influidos por lo que observan que por lo
que les dicen que deben hacer.
Mahler (1968) es una figura clave en la evolución del enfoque de las rela-
ciones objetales. La autora centró sus estudios en las interacciones entre el
niño y la madre durante los tres primeros años de vida y formuló teorías
sobre los sucesos intrapsíquicos de estos primeros años. Mahler cree que el
individuo empieza en un estado de fusión psicológica con la madre y progre-
sa gradualmente hacia la separación. La crisis y residuos pendientes del pri-
mer estadio de fusión, así como los progresos de la individuación, tienen una
profunda influencia en las relaciones posteriores. Las relaciones objetales en
los estadios posteriores se construyen sobre la búsqueda del niño de recone-
xión con la madre (St. Clair, 1986).
/ El desarrollo psicológico puede ser considerado como la evolución de la
forma en que los individuos se diferencian a sí mismos de los otros. En el tra-
bajo grupal los participantes pueden experimentar la reproducción de los
patrones infantiles en sus interacciones presentes. Por ejemplo, Un miembro
del grupo que parece muy implicado con los otros en una de las sesiones
puede parecer distante y alejado en la siguiente, haciendo que el resto se pre-
gunte qué sucedió con el nivel de trabajo que parecía haber logrado. Este
patrón podría reproducir lo que Mahler denomina la "ambivalencia" de un
niño que retrocede y avanza entre el deseo de ser mantenido por la madre y el
de ser libre para moverse y explorar. -"
Kernberg (1975, 1976) y Kohut (1971, 1977, 1984). Kohut mantiene que las
personas son más sanas y mejores cuando pueden sentir la independencia y la
vinculación, alegrándose de sí mismos y también siendo capaces de valorar a
otros .
222 EL ENFOQUE PSICOANALÍTICO DE GRUPOS
Para Yalom (1985), la terapia grupal con clientes límites es coherente con
el estudio que acabamos de citar. Desde su, perspectiva, el problema central
.reside en el área de la intimidad y el . grupo ofrece los factores terapéuticos de
cohesión y prueba de realidad. El autor añade que si estos individuos pueden
aceptar el feedback y las observaciones propuestas por los otros miembros y
si su conducta no es altamente molesta, el grupo puede ofrecerles un refugio
seguro del estrés diario. Aunque los individuos con dinámicas límites pueden
expresar necesidades y temores primitivos y caóticos, están continuamente
confrontados con la realidad a través del proceso grupal lo que les ayuda a
mantener estos sentimientos bajo algún tipo de control. Si el grupo empieza a
`y: , ignorar a . los miembros límites, ellos asumen roles perversos y actúan en e
gr po haciendo fracasar la terapia.
1, 224 EL ENFOQUE PSICOANALÍTICO DE GRUPOS
1
miembros que manifiesten públicamente las formas en que esperan que su
propia resistencia interfiera en el trabajo grupal. La resistencia es normal-
mente inconsciente, sin embargo los miembros del grupo a menudo hacen
i revelaciones sorprendentes. Algunos miembros parecen saber bastante bien
que se engañarán a sí mismos y se resistirán al cambio intelectualizando,
siendo excesivamente sumisos o excesivamente hostiles con el resto de los
1 miembros o convenciéndose a sí mismos de que sus problemas no ejercen
mucha presión. Si los miembros reconocen sus conductas resistentes cuando
1 surgen, cuentan con la posibilidad de hacer algo al respecto. Algunos de los
mecanismos de defensa más sutiles pueden evidenciarse sólo con el paso
del tiempo como es el caso del desplazamiento de sentimientos o la proyec-
1 ción.
Los conceptos psicoanalíticos de ansiedad y mecanismos de defensa del
1 Yo que surgen como forma de manejar la ansiedad son muy útiles para los
terapeutas de grupo. Aunque en algunos grupos el terapeuta puede evitar las
interpretaciones y el trabajo elaborativo de las estructuras defensivas, es
1 necesario aprender a respetar las defensas y a reconocer como se desarrollan
y se manifiestan en las interacciones grupales. El manejo de las defensas con-
tra la ansiedad proporciona un marco de trabajo útil para el trabajo grupal
intenso. Los miembros tienen la oportunidad de desafiar algunas de sus estra-
tegias defensivas y en el proceso de aprendizaje de formas comunicativas no
defensivas, pueden aprender también nuevas formas de respuesta.
--'La transferencia y la contratransferencia influyen también sobre el trabajo
grupal Aunque no todos los sentimientos entre los miembros y el terapeuta
son el resultado de estos procesos, un terapeuta debe ser capaz de entender su
valor y su papel. Encuentro útil el concepto de[proyección para examinar
ciertos sentimientos en el seno del grupo, porque las proyecciones dirigidas al
terapeuta y a otros miembros son señales valiosas de conflictos no resueltos
de la persona y pueden elaborarse productivamente en el grupo.)
El grupo puede usarse también para recrear situaciones de la infancia que
siguen teniendo impacto sobre el cliente. En la mayoría de los grupos, los
individuos perciben sentimientos de atracción, agresividad, competitividad,
'.".evitación y algunos más. Estos sentimientos pueden ser similares a aquellos
ue los miembros sentían en el pasado hacia personas significativas. Así, los
embros probablemente encontrarán en su grupo madres, padres, herma-
nos y amantes simbólicos. Estas transferencias en el grupo y los intensos
entos -
que los caracterizan normalmente son a
vías fructíferas expío
228 EL ENFOQUE PSICOANALÍTICO DE GRUPOS
sociales, culturales y políticos que influyen sobre los problemas del indivi-
duo. Es probable que los clientes con ingresos bajos no puedan acceder a una
terapia psicoanalítica. Este hecho se agudiza al trabajar con una perspectiva a
largo plazo y análisis profundo, que puede chocar con el entorno social y la
perspectiva interpersonal y ambiental del cliente. La terapia psicoanalítica
tiene menos interés en la resolución de problemas a corto plazo que en la
reconstrucción de la personalidad a largo plazo. Las personas con escasos
1 los niños.
La creciente cifra de personas con dificultades económicas pone en cues-
tión la posibilidad de los enfoques psicoanalíticos tradicionales para el traba-
1 jo gripal. Una perspectiva de sistemas, incluyendo el rol de la familia, la red
de amigos y familiares y los factores sociales y ambientales pueden ser más
compatibles con los antecedentes socioeconómicos y culturales de algunos
,grupos de clientes.
En su crítica a la terapia psicodinámica de largo plazo, Strupp (1992)
reconoce que este enfoque se mantendrá como un lujo para la mayoría de las
personas de nuestra sociedad. Reconociendo que un gran número de terapeu-
tas se han visto influidos por el espíritu ecléctico hace el siguiente pronóstico
1 sobre la práctica psicodinámica: "Este [nuevo] movimiento refleja una salida
definitiva de la ortodoxia junto con una mayor apertura de los terapeutas para
adaptarse a las circunstancias cambiantes y para adaptar las técnicas "a las
necesidades variables de los pacientes así como a las demandas de nuestra
sociedad multifacética" (p. 25).
1
/Aplicación del Enfoque Psicoanalítico a Poblaciones Multiculturales
1 Independientemente de la orientación teórica, es importante especificar
los criterios que se establecen para que una teoría sea apropiada para clientes
pertenecientes a minorías étnicas. Un criterio básico es la coherencia entre los
conceptos y los principios centrales de la teoría y los valores culturales de los
clientes que van a ser atendidos (Julia Yang, comunicación personal, 14
Junio, 1993). La cuestión básica que deberá formularse es: ¿Cómo puede
modificarse la terapia grupa] para que sea más efectiva que los métodos tera-
péuticos tradicionales o individuales? Al evaluar todas las teorías que se pre-
sentan en este libro, es importante tener en cuenta el 'modo en que los
supuestos y conceptos claves de cada teoría se ensamblan con los valores cul-
"turales de los diversos grupos de .clientes.
230 EL ENFOQUE PSICOANALÍTICO DE GRUPOS
1
no se reconocen, muchas minorías étnicas pueden sentirse alienadas por el
terapeuta y por el proceso grupa'. Por último, esta recomendación reafirma el
concepto más profundo y más ambiguo del psicoanálisis, según el cual noso-
1 tros estamos para escuchar atentamente todo lo que tengan que decirnos los
clientes (Casement, 1991).
Atkinson, Thompson y Grant (1993) sugieren que los problemas de clien-
1 tes procedentes de minorías étnicas o raciales surgen más de las experiencias
discriminatorias pasadas que de las dinámicas internas. Pensemos en los
1 siguientes ejemplos:
1 * Una estudiante hispana puede mostrar una auto-estima baja y puede que
sus sentimientos de. inadecuación se deban al feedback negativo que
continuamente le han proporcionado sus profesores o a las asiduas bur-
1 las de sus compañeros.
1
Cuando no existe un equilibrio entre las fuentes internas y externas de
problemas, se responsabiliza al cliente de su condición.
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Terapia Grupal Adleriana
INTRODUCCIÓN
lo que le estuviera permitido. Adler prestó_ más atención __a la psicología del
crecimíertta .que a la psicopatología de la personalidad. Tras nueve años de
asociación, se separaron adoptando Freud la, posición del desertado.
Otra de las diferencias entre Freud y Adler se refiere a las poblaciones
con las que trabajaban ambos. Freud se centraba en_psicodinámicas indivi-
^
duales de poblaciones neuróticas y el psicoanálisis freudiano se limitó casi
exclusivamente a clientes acaudalados. Por el contrario, Adler era un psi-
quiatra con orientación política y social y un gran interés por las personas
corrientes; parte de su misión consistió en llevar la psicoterapia a la clase tra-
236 TERAPIA CRUPAL ADLERIANA
CONCEPTOS CLAVES
El sistema de Adler subraya más los determinantes sociales que los aspec-
tos biológicos de la conducta, su dirección hacia una meta y su natural eza de
propósitos definidos. Este enfoque "socioteleológico" implica que las perso-
nas están motivadas fundamentalmente por fuerzas sociales y se esfuerzan
por T lggrar ciertas metas. Es primordial el esfuerzo por lograr significado, "un
movimiento hacia la consecución de la meta para lograr una iidentidad_única y
para pertenecer" (Dinkmeyer et al., 1987, p. 16). La búsqueda de significado
está relacionada con nuestros sentimientos básicos de inferioridad frente a los
otros, lo que nos motiva para esforzarnos por lograr dominio, superioridad,
poder y por último perfección. Los sentimientos de inferioridad pueden ser la
fuente de la creatividad; la perfección, no el placer, es la meta de la vida.
El .enfoque genético/causal de Freud observa la conducta como dirigida
ó TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 237
Holismo
social. El interés se dirige más hacia los factores interpersonales que hacia los
intrapersonales. El terapeuta trata de entender la situación social del cliente y
las actitudes de éste al respecto. Percibir a las personas en relación con los
sistemas sociales es básico para la terapia grupal y familiar.
238 TERAPIA GRUPAL ADLERIANA
Teleología
Fenomenología
Adler fue quizá el primer gran teórico que impulsó la orientación fenome-
nológica hacia la terapia. Su psicología es fenomenológica porque se interesa
por el modo subjetivo a través del cual las personas perciben su mundo. Esta
perspectiva personal incluye los puntos de vista, creencias, percepciones y
conclusiones del individuo. Las personas dan significado a sus experiencias.
Además, cada individuo es el creador y la creación, "el pintor y la obra" de
su propia vida. Los humanos son seres creativos que deciden sus acciones
basándose en sus percepciones subjetivas. (Sherm an & Dinkmeyer, 1987, p.
8).
Como observará en los siguientes capítulos, muchas teorías contemporá-
neas han incorporado esta noción de la percepción subjetiva que el cliente
tiene de la realidad o la visión personal del mundo como factor básico para
explicar la conducta. Algunos de los enfoques grupales con perspectiva feno-
menológica son el psicodrama, la terapia existencial, la terapia centrada en la
persona, la terapia Gestalt, las terapias cognitivas y la terapia realista.
Creatividad y Elección
1 "¿Y qué hizo usted?". Desarrolló un estilo para desafiar a los clientes con el
fin de que éstos fueran más conscientes de las formas en que podían adoptar
un rol de participante activo en situaciones que percibían como problemáti-
1 cas. Su terapia trataba de mostrar á los clientesque_ aunque ellos no podían
m odificar directamente la conducta ajena, tenían _muchoopoder para cambiar
1
sus propias reacciones y actitudes hacia los otros.
1
Sentimiento Social
1 con los otros. Un autor inglés no identificado señala que el sentimiento social
significa "ver con los ojos de otro, escuchar con los oídos de otro, sentir con
el corazón de otro" (Ansbacher & Ansbacher, 1956, p..135).
La Psicología Individual supone que nuestra felicidad y éxito están
ampliamente relacionados con las interacciones sociales en la comunidad. No
podemos ser entendidos cuando se nos aísla del contexto social en que nos
hallamos inmersos. Fundamentalmente estamos motivados por el deseo de
pertenencia : Sólo podemos:_ actualizar nuestras_ potencialidades dentro de un
gu
mp).
Adler (1964) manifiesta que los humanos sentimos mucha necesidad de
240 TERAPIA GRUPAL ADLERIANA
los otros y que sólo cuando lo logramos, podemos actuar con la valentía de
encarar y manejar los problemas vitales. Añade que debemos dominar satis-
factoriamente tres tareas importantes: establecer relaciones de amistad z__esta-
blecer relaciones íntimas y c_contribuir a la sociedad (normalmente a través del
trabajo). Dreikurs y Mosak (L966, 1967) añaden otras dos tareas adicionales:
la tarea propia (dirigirse a sí mismo) yola tarea espiritual. Adler mantiene que
el grado en que compartimos satisfactoriamente con otros y nos interesamos
por el bienestar de éstos es un índice del ajuste global de nuestra personalidad
y del nivel de madurez. En otras palabras, el sentimiento social es un criterio
de salud mental que refleja nuestra capacidad para dar y recibir y nuestra
voluntad de cooperar en favor del beneficio de todos (Sherman & Dinkme-
yer, 1987, p. 12).
Este concepto clave de sentimiento social conlleva implicaciones para la
terapia grupal; las metas generales de un grupo son el aumento de la auto-
estima y el desarrollo del sentimiento social. Erlrupo trata 'encontrar los U-
sos supuestos demiembros
los que les impiden sentir adecuadamente e
interesarse por los otros. Este concepto se aplica a la terapia grupal estructu-
rando el grupo de tal forma que los miembros satisfagan algunas de sus nece-
sidades de afiliación con otros. Centrarse en si mismo y consecuentemente
alienarse es el polo opuesto al sentimiento social y se percibe como uno de
los mayores problemas de la sociedad contemporánea. Se -espera que uno de
los resultados de la experiencia grupal sea el crecimiento de los miembros
hasta que se acepten a sí mismos y a los demás, incluso aunque todos noso-
tros seamos imperfectosjPor esta razón, la mayoría de los terapeutas adleria-
nos se muestran contrarios a preseleccionar a los miembros de un grupo
porque el proceso tiende a destruir la heterogeneidad y además va en contra
de la aceptación de los diferentes niveles de imperfección comunes a la
mayor parte de la sociedad. Los adlerianos creen que los grupos deberían
acoger a• todas las personas que deseen participar en ellos y_no excluir a las
personas que más los_necesitan (James Bitter, comunicación personal, 17
Septiembre, 1992). Los miembros lograrán una mayor capacidad para expre-
sar el sentimiento social a partir del establecimiento de relaciones significati-
vas con otros y siendo miembros productivos de la sociedad.
Inferioridad/Superioridad
1
(1974), los sentimientos de inferioridad y el intento de compensarlos perdie-
ron con los años la importancia que originalmente les concedió Adler. En sus
últimos textos Adler menciona con mayor _frecuencia la meta del éxito y la
1 urgencia para el logro de la perfección y el auto-dominio, o iiegár á se'r lo que
somos capaces de ser.
1 Rol de la Familia
1 que puedan vivir dentro del seno familiar (Powers & Griffith, 1987).
Los niños incorporan muchas de las características personales de sus pro-
genitores y aprenden mucho sobre la vida observando e interactuando con
1 ellos (Sherman & Dinkmeyer, 1987). Dreikurs, sin embargo, considera que
las relaciones entre los hermanos son más influyentes sobre el desarrollo de
1 la personalidad que las relaciones entre el niño y los padres. Además, el sig-
nificado que las personas conceden a su propia posición en la constelación
familiar y a las posiciones de sus hermanos es más importante que el deriva-
1 do de las edades cronológicas de los hermanos.^Las características de la per-
sonalidad de cada individuo de la familia, las inclinaciones emocionales entre
los miembros, el tamaño de la familia y el sexo de los hermanos son factores
de la constelación familiar. La posición del niño y el rol de la familia influye
sobre ;el posterior desarrollo de la personalida4Powers & G ri ffith, 1987).
/Powers y Griffith manifiestan que los miembros jóvenes de, la familia
reproducen una forma de relacionarse que llegará a ser parte vital de su estilo
de vida. Añaden que la familia no es un sistema encapsulado fuera de la
comunidadi Una vez recogido el material sobre la constelación familiar del
cliente, se elabora una síntesis para facilitar las interpretaciones. La síntesis
242 TERAPIA CRUPAL ADLERIANA
contiene los puntos fuertes y débiles del cliente y se emplea para ayudar a los
clientes a lograr una mayor comprensión de la influencia que la familia ha
ejercido sobre ellos.
Powers y Griffith mencionan específicamente los siguientes como temas
cruciales que deberán ser incluidos en la síntesis de la constelación familiar:
orden de nacimiento, atmósfera familiar, valores familiares, línea de direc-
ción masculina (las características, actitudes, intereses y competencias corres-
pondientes al padre y no compartidas por la madre), línea de dirección
femenina (las características, actitudes, intereses y competencias correspon-
dientes a la madre y no compartidas por el padre), el rol del cliente en la
familia, el rol de los hermanos, los modelos de rol y las alianzas, la experien-
cia del vecindario y la escuela durante la infancia y adolescencia, la experien-
cia del reto sexual durante la adolescencia y los principales aspectos que
permanezcan no resueltos desde la niñez y adolescencia. También es impor-
tante tener en cuenta la etnia, religión, medio social y económico relatados
por el cliente. Estos factores sirven más como material para la auto-percep-
ción y para la propia visión del mundo que como la causa de los mismos.;
Estilo de Vida
Trastornos de Conducta
Adler considera los trastornos emocionales como "fracasos en la vida".
au,■■■.. --
t
auto-frustrantes. -
/ 4. ver alternativas y hacer nuevas selecciones.
1
quier cosa que deseen, porque en toda terapia grupal es necesaria la firmeza
de un espíritu de respeto (Sonstegard et al., 1982). Sonstegard y sus colabo-
radores señalan que es esencial lograr la^ cooperación del cliente para que la
1 terapia grupal sea efectiva. El aterap utaj' el cliente trabajan .juntos, hacia
metas conjuntamente acordadas. Los adlerianos creen que la terapia, indivi-
mitología personal; las personas se comportan como si los mitos fueran rea-
les, porque para ellos, son verdaderos. Mo____sa s mencima cinco errores básicos:
1 ,(1) sobregeneralizaciones,'(2) metas imposibles,'3) falsas percepciones de la
vida y de sus exigencias, (4) negación del propio valor y'5) valores falsos.
Durante la fase de evaluación la principal tarea del terapeuta consiste en
integrar y sintetizar los datos obtenidos en la investigación del estilo de vida
e interpretar el modo en que las nociones erróneas y la mitología personal
influyen sobre el cliente. Esto se efectúa de forma clara y concisa para que
los clientes puedan reconocer sus propias dinámicas y concretar sus evalua-
ciones. El análisis del estilo de vida es un proceso continuo y ayuda al cliente
y al terapeuta a elaborar un plan terapéutico. Según Dreikurs (1969), el análi-
sis del estilo de vida y de sus fuerzas psicodinámicas puede efectuarse tanto
de forma individual como grupal, pero el formato grupal ofrece ciertas venta-
as definitivas:
"Las metas y movimientos del paciente se hacen más visibles en la inte-
racción con los miembros de su grupo que en la limitada interacción entre
él y el terapeuta. Además, el terapeuta no depende sólo de los informes
verbales del paciente sobre sus interacciones con otros fuera de la sesión
terapéutica; puede observarle en acción durante la sesión. Normalmente,
el paciente responde de diferente manera cuando es confrontado por uno
de los miembros del grupo a cuando se halla a solas con el terapeuta.
Ciertas fachadas de su personalidad pueden ser más pronunciadas, o visi-
bles [pp. 44-45]."
Fase 3: Insight
grupo permite a los miembros apreciar aspectos propios en las otras personas.
Los autores añaden que las revelaciones personales y las interpretaciones que
se efectúan durante las sesiones grupales son muy útiles para la persona a
quien van dirigidos y para los otros miembros del grupo, que aprenden de
estas revelaciones. Una de las ventajas del grupo es que los insights y las afir-
maciones de los otros miembros tienen más peso que las observaciones e
interpretaciones efectuadas por el terapeuta.
En el contexto grupal la fase del insight va dirigida a ayudar a los partici-
pantes a entender por qué funcionan como lo hacen. Los miembros aprenden
sobre sí mismos examinando sus propias metas, mitología personal y estilo
de vida. El grupo facilita el proceso de obtención del insight porque al mismo
tiempo que los miembros experimentan su propia resistencia, pueden obser-
var también la resistencia de sus compañeros. Existen similitudes suficientes
en las actitudes erróneas básicas y en las falsas motivaciones de todos los
miembros como para permitir que éstos se observen a sí mismos en los otros
y se ayuden mutuamente.
La interpretación es una técnica que facilita el proceso de obtención de
insight del propio estilo de vida. La interpretación se centra en los motivos
que subyacen a la conducta del individuo para hacer lo que hace en este
momento y en este lugar. Con un marco de referencia externo, el. terapeuta
ayuda a los participantes a observar sus conductas desde una perspectiva
diferente y así lograr el acceso a una gama más amplia de alternativas (Dink-
meyer et al., 1987). Las interpretaciones nunca deben ser impuestas al clien-
te; se presentan de forma sugerente a modo de hipótesis: "¿Podría .ser ...?",
"Tengo una impresión que me gustaría compartir contigo ...", "Me parece que
... ". Por lo tanto, las interpretaciones son manifestaciones de final abierto
que pueden examinarse en las sesiones grupales. El fin último de este proceso
es que los clientes lleguen a entender, su propio rol en la creación de un pro-
blema, las formas en que están perpetuando dicho problema y lo que pueden
hacer ellos para mejorar la situación.
Fase 4: Reorganización
que algunas veces aprenden más de lo que ven hacer a los terapeutas, en el-
grupo y en sus vidas personales, que de lo que éstos dicen. Esto implica que.
el terapeuta debe tener un sentido claro de su propia identidad, opiniones y
sentimientos. Además debe ser también consciente de las condiciones básicas-
fundamentales para el crecimiento de los clientes: empatía, respeto, interés,` `
1 infantil mientras que los formados por Dreikurs pueden solicitar entre seis y
doce recuerdos como parte de la entrevista para determinar el estilo de vida.
Dreikurs solicitaba un número de recuerdos infantiles que permitieran formar
1 Lei
un patrón. Como se ha mencionado previamente, los terapeutas adlerianos no
tienden a seguir un procedimiento específico ni están limitados a aplicar
1
determinadas técnicas. Puede haber tantos métodos como terapeutas. El crite-
rio básico es que las técnicas terapéuticas se correspondan con la teoría y con
el cliente. De este modo, se anima a los terapeutas a crecer personal y profe-
sionalmente siendo creativos.
Uno de los puntos fuertes del enfoque adleriano es que sus conceptos son
1 aplicables a los grupos tanto en los entornos clínicos como en los escolares
(Sonstegard et al., 1982). Como hemos visto, su énfasis en los factores socia-
1 les lo hace apropiado para trabajar en grupos, incluyendo grupos de asesora-
miento dé padres, grupos de profesores y de familias.
• Es difícil valorar la contribución de Adler a la práctica terapéutica con-
temporánea. Su influencia se ha extendido más allá de la terapia grupal lle-
gando hasta el movimiento comunitario de salud mental, incluyendo a
algunos paraprofesionales (Ansbacher, 1974). Abraham Maslow, Viktor
Frankl, Rollo May y Albert Ellis han reconocido su deuda con Adler. Frankl.
y May ven en él al precursor del movimiento existencial por su defensa de la
1 libertad de elección de los humanos y de la responsabilidad plena de lo que
hacen consigo mismos. Esta perspectiva le convierte también en el precursor
del enfoque subjetivo de la psicología, con énfasis en los determinantes pro-
pios de la conducta: valores, creencias, actitudes, metas, intereses, significa-
dos personales, percepciones de la realidad y esfuerzos por lograr la
auto-realización. Además, la perspectiva adleriana es congruente con muchas
otras escuelas psicológicas, como la terapia Gestalt, la terapia realista, la tera
la racional emotiva, la terapia cognitiva, la terapia centrada en la persona y
la logoterapia. Todos estos enfoques se basan en un concepto similar de la
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Psicodrama
INTRODUCCIÓN
comentar las experiencias que habían tenido durante la misma. Moreno des-
cubrió que los problemas personales, y también las reacciones, de los mierra_
bros de la audiencia influían no sólo en la elección del tema sino también en
el modo en que los participantes representaban sus papeles. Descubrió tam-
bién que tanto las personas implicadas en la obra como las personas de la
audiencia experimentaban una descarga psicológica de sentimientos reprimi-
dos (catarsis). El Teatro de la Espontaneidad le condujo a elaborar un conjun-
to de métodos y técnicas terapéuticas especializadas que posteriormente
incorporó al psicodrama.
✓El psicodrama está diseñado para facilitar a través del rol play, la expre-
sión espontánea y dramática de sentimientos. Uno de sus valores en el trabajo
grupal es que permite al máximo número de personas interpretar varios roles
y recibir feedback sobre el impacto que dichos roles producen. Las técnicas
del psicodrama se combinan perfectamente para producir interacciones gru-
pales, explorar problemas interpersonales, experimentar con nuevas formas
de acercamiento a los otros significativos de nuestras vidas y reducir los sen-
timientos de aislamiento. (Aunque la terapia psicodramática está orientada a
lo interpersonal, a menudo se examinan también aspectos intrapersonales de
las vidas de los miembros del grupo). Zerka Moreno, esposa de J.L. Moreno,
manifiesta que "el psicodrama representa una de las formas más importantes
de cambio del tratamiento a nivel individual de la persona al tratamiento en
situación grupal, del tratamiento por métodos verbales hacia el tratamiento
por métodos activos" (1983, p. 158).
De todos los enfoques comentados en este libro, el psicodrama es teórica-
mente el más apropiado para los grupos. Sin embargo, su metodología tam-
bién puede adaptarse al trabajo con familias, parejas e incluso con clientes en
psicoterapia individual.
CONCEPTOS CLAVES
Creatividad
Espontaneidad
-
situación o una respuesta nueva a una situación viejá. Las cualidad 6s esen cia- .
les de la espontaneidad incluyen la apertura, la frescura en el acercamiento, la
voluntad de tomar iniciativas _riesgos y la integración de las realidades
externas con el propio mundo interno de ensamientosl `sentimientos.La
espontaneidad ñódhécónFúndirse con la impulsividad porque la primera
PSICODRAMA
Encuentro y Tele
Greenberg (1974) define encuentro como aquello que ocurre cuando los
individuos confrontan inmediata y significativamente a los otros significati-
vos . en el escenario psicodrarnático. El encuentro se produce siempre en el
contexto del presente, independientemente de que la representación se refiera
a un acontecimiento pasado o futuro.
Moreno escribió un pequeño libro cuyo título es Invitación al Encuentro,
y del cual a menudo se cita el siguiente pasaje:
Un encuentro de dos`: ojo con ojo, cara con cara....
Y te miraré con tus propios ojos
Y me mirarás con los míos.
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 261
Referirse al Presente
^
Catarsis e Insight
catarsis y lograr así insight. Una vez que las personas se permiten la libertad
de descargar las emociones intensas que les han estado controlando, inician el
•
crítico proceso del logro del control sobre sus sentimientos. Gradualmente
llegan a la comprensión emocional y cognitiva de que no necesitan seguir
viviendo como lo hacían en el pasado)
Prueba de Realidad
Teoría de Roles
El Escenario
El escenario es el área donde tiene lugar la representación. Representa una
extensión del espacio vital del protagonista y como tal debería de ser sufi-
cientemente grande para permitir el movimiento del protagonista, los egos
auxiliares y el director. El escenario consta normalmente de sillas, una mesa y
otros accesorios que intensifiquen la función dramática. Cuando un protago-
nista sale del grupo, se mueve hacia este área para crear el psicodrama. Si no
se dispone de un escenario real, una zona del recinto puede ser destinada a tal
fin.
conseguir una nueva perspectiva del problema. Haskell describe las siguien-
tes funciones específicas de los directores psicodramáticos (1975, pp. 161-
164):
El Protagonista
una carga emocional y que sea relevante para el psicodrama del protagonista.
Los egos auxiliares cumplen otras funciones: (1) manifestar las impresio-
nes recibidas del protagonista, al menos durante el inicio del psicodrama; (2)
investigar la interacción entre el protagonista y sus propios roles; (3) interpre-
tar esta interacción y relación y (4) actuar como guía terapéutica para ayudar
al protagonista a desarrollar y mejorar la relación (Z. T. Moreno, 1987). Los
egos auxiliares efectivos pueden aumentar el poder y la intensidad del psico-
drama. Algunas formas de lograrlo son motivando, intensificando la acción y
reflejando al protagonista. Los auxiliares animan al protagonista para que
éste se implique más profundamente en el aquí y ahora del drama, lo cual
tiende a intensificar la implicación de los miembros y del protagonista.
El protagonista selecciona normalmente a los miembros del grupo que le
servirán como egos auxiliares. Estas elecciones se hacen por razones cons-
cientes e inconscientes. Algunas elecciones se efectúan en base a caracterís-
ticas de los miembros del grupo similares a las personas significativas que
participaron en la situación. Cuando una selección se hace sobre esta base, es
probable que la interacción entre el protagonista y los egos auxiliares sea más
espontánea, real y efectiva. Los directores pueden hacer excepciones a esta
regla si desean que un miembro asuma un determinado rol por su potencial
terapéutico.
Aunque es el protagonista quien conoce la naturaleza de los problemas, el
director le ayudará a preparar y mostrar a los egos auxiliares cómo interpretar
sus roles. Esto se logra a veces, explicando al ego auxiliar algunos de los
antecedentes de la persona que debe interpretar y la impresión del estilo de
esa persona. Los protagonistas pueden enseñar al ego auxiliar el estilo de
conductas de la persona significativa interpretando también esa parte.
- Los egos auxiliares usan la información transmitida por el protagonista en
el ensayo de roles. Es responsabilidad del director evaluar si esta representa-
ción beneficia -más al protagonista o a ellos mismos. En el último caso, el
director puede redirigir a los egos auxiliares. EL director debería asegurar
que estos aspectos se comentan en la etapa de comentarios, porque normal-
mente suelen tener implicaciones terapéuticas significativas para los egos
auxiliares. No . debería fometarse la idea de que el psicodrama es un proceso
grupal y que el trabajo terapéutico dispone de un gran potencial terapéutico.
Se puede permitir a los egos auxiliares cierta libertad de expresión en sus
interpretaciones. Interpretar el papel de otra persona puede servir de vehículo
1
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 269
La Audiencia
Incluso cuando las personas del grupo no son protagonistas ni egos auxi-
liares en un psicodrama, pueden beneficiarse de forma vicaria. Pueden identi-
ficarse con el protagonista, pueden experimentar la descarga de sus propios
sentimientos mediante la empatía y pueden conseguir insight sobre algunos
de sus conflictos interpersonales. Este otro grupo de miembros - la audiencia
- proporciona un apoyo y feedback muy importantes para el protagonista.
Una escena de acción va seguida normalmente de un comentario que implica
a todo el grupo. Se pide a estos miembros que compartan algunas de sus
experiencias relacionadas con la escena que -acaban de presenciar y que pro-
porcionen feedback al protagonista sobre formas alternativas de manejar la
situación. Dada la diversidad y heterogeneidad del grupo, las reacciones de la
audiencia pueden ayudar al protagonista a comprender el impacto que produ-
ce en los otros.
La Etapa de Dramatización
/Ensayo Conductual
Cambio de Papel
que se mantenga fiel al drama según la percepción de los hechos que tiene el
protagonista.
La segunda función del cambio de papel y la más importante es animar a
los protagonistas a empatizar con una persona significativa en su vida. Al
asumir el rol de esa persona en el psicodrama, empiezan a desarrollar una
apreciación más profunda del mundo de esa persona. El cambio les permite
experimentar el entorno desde una perspectiva diferente. Normalmente, el
director sugiere el cambio de papel cuando cree que el protagonista se podría
beneficiar si "caminara con los zapatos" de la persona con quien está experi-
mentando el conflicto.
Zerka Moreno (1983) señala que los protagonistas deben representar la
verdad tal y como la sienten desde su propia postura subjetiva, indepen-
dientemente de que su representación parezca muy distorsionada al resto de
los miembros o al terapeuta. Por ejemplo, Jack presenta a su hija, interpreta el
papel de Laura y muestra la típica respuesta de su hija. Cuando Jack "pasa a
ser" Laura, otro miembro asume el rol de padre. Al interpretar el rol de Laura
tal y como él lo experimenta, Jack puede empezar a entender mejor los senti-
mientos de su hija. Una variante consiste en que el -director formule preguntas
a Jack mientras éste interpreta el papel de su hija. Esta técnica proporciona al
director y al grupo una imagen más nítida de cómo percibe Jack a su hija y
cómo piensa él que ella le percibe.
El cambio de papel se considera como uno de los instrumentos más pode-
rosos del psicodrama y sirve a diferentes objetivos (Fine, 1979):
✓ Doble 'res
4 . Soliloquio
La Tienda Mágica
La "tienda mágica" se usa como técnica de calentamiento y puede efec-
tuarse a lo largo de la fase de dramatización. Esta técnica se emplea fre-
cuentemente con los protagonistas que no perciben con nitidez sus valores,
que se hallan confusos con respecto a sus metas y que encuentran dificultades
para establecer prioridades entre sus valores. Por turnos individuales, los
miembros del grupo regatean con el "tendero", que cuenta con el poder de
conceder a cada miembro su deseo más preciado. Un ego auxiliar o el direc-
tor asume el rol de "tendero" de la tienda mágica repleta de cualidades imagi-
narias. Estas cualidades no están en venta, pero pueden trucarse. Así, los
clientes intercambian cualidades que poseen por cualidades que desean. Jack,
por ejemplo, puede querer intercambiar su estilo competitivo por la capaci-
dad de mostrarse abierto y afable con su hija. Esta técnica puede ayudar a
Jack a evaluar sus prioridades y ver lo que le impide lograr lo que desea en su
relación con su hija.
Proyección Futura
La técnica de la proyección futura está diseñada para ayudar a los miem-
bros del grupo a expresar y clarificar los problemas que tienen con el futuro. ;f
Estas preocupaciones futuras no sólo se comentan sino que un acontecimien- '" .r
to futuro se anticipa, se traslada al presente y se representa. Estas preocupa- p;
ciones pueden incluir los deseos y esperanzas, el temor al mañana y las metas
que proporcionan alguna dirección a la vida. Los miembros crean un tiempo
y lugar futuros con personas seleccionadas, trasladan esta situación al presen-
te y obtienen una nueva perspectiva del problema. Los miembros pueden
representar tanto la versión que ellos desean idealmente que suceda o'la ver-
sión del posible resultado más horrendo.
Zerka Moreno (1983) manifiesta que el futuro ha sido una dimensión nor-
malmente olvidada en la práctica terapéutica. Cuando los participantes repre-
sentan en el psicodrama la anticipación de sucesos como si estos estuvieran
ocurriendo en el aquí y ahora, logran aumentar de la conciencia de sus posi- `€ "V u]
bles opciones. En este sentido, el psicodrama puede ser considerado como un
ensayo de vida (Starr, 1977).
Una vez que los miembros clarifican sus esperanzas en un resultado parti-
cular, se hallan en mejor posición para dar los pasos específicos que les per-
mitan lograr el futuro que desean. Volviendo al caso de Jack, puede
sugerírsele que practique el tipo de diálogo ideal que desearía mantener con
su hija en el plazo de un año. Jack puede también cambiar de papel, manifes-
tando todas las cosas que desearía que ella le conteste. Puede proyectarse más
aún y comentarle sus diferentes actitudes durante el año anterior. Si Jack
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 283
logra una sensación clara del tipo de relación que desearía con ella y si acepta
su propia responsabilidad en la calidad de la relación, puede empezar a modi-
algunas
ficar de las formas en que se dirige a su hija.
Los métodos orientados a la acción que han sido descritos en este capítulo
pueden integrarse dentro del mismo marco que otros enfoques. Yo valoro las
técnicas activas y el role play del psicodrama fundamentalmente porque
guían a los participantes a la experiencia directa de sus conflictos reales.
Carezco de la paciencia suficiente para escuchar discursos inacabables sobre
problemas porque me dice la experiencia que los miembros se benefician
poco con sólo hablar de sí mismos de forma aislada y narrativa. [Para que los
participantes aprendan sobre sí mismos, es fundamental que se establezca un
role play que coincida con la situación específica
Tiendo a emplear métodos psicodramáticos cuando un miembro tiene un
conflicto que pueda ser representado o dramatizado de alguna forma. Consi-
dero que estos métodos son útiles no sólo para la persona que se halla en el
centro de la dramatización sino también para el resto de los participantes. La
mayoría de las veces que he usado el psicodrama ha aumentado la partici-
pación de los miembros del grupo.[Este método vincula a las personas porque
ofrece oportunidades para que éstas sean más conscientes de que sus propias
luchas son también las luchas de los demás
Las personas a menudo no perciben posibles alternativas de relacionarse
con las personas significativas de sus vidas. En el psicodrama, los miembros
[
del grupo pueden mostrar otras formas de respuesta y así proporcionar a las
personas otros marcos de referencia. En una situación de role play, por ejem-
plo, Noreen se dirige a su marido, Roger, con una letanía de pequeñeces: es
un egoísta, no se preocupa por ella, no muestra sus sentimientos o no com-
parte realmente su vida con ella.) Otros miembros puede mostrar a Noreen
una forma diferente de dirigirse a Roger que no sea acusadora y que no oca-
sione la cerrazón y el desinterés de éste por sus quejas.
Brunner/ Mazel.
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1
INTRODUCCIÓN
(Yalom, 1980). Se basa en el supuesto de que los humanos somos libres y por
lo tanto responsables de nuestras elecciones y acciones. Somos los arquitec-
tos de nuestras vidas y diseñamos los proyectos para ello. Una premisa exis-
tencial básica es que no somos víctimas de las circunstancias, porque en gran
medida somos lo que nosotros hemos escogido ser. De este modo, una de las
metas del proceso ter péutico consiste
__. en desafiar
_._.____ a los clientes para que des-
cubran alternativas y escojan entre ellas. Como ha señalado van D_eurzen-
Smith (1988), la terapia existencial es,_ en_ definitiva, _ un_ proceso para
examinar el valor y significado de lo que podemos encontrar en la vida. La
tarea básica del terapeuta consiste en animar a los clientes para que conside-
ren los aspectos que son más serios y obtengan una dirección en la vida. El
enfoque existencial asume la capacidad del individuo para adoptar decisiones
bien informadas sobre su propia_
La terapia existencial implica el examen de las opciones para crear una
vida con significado. Para muchos de nosotros, el reconocimiento de las for-
mas en que nos hemos mantenido en calidad de víctimas marca el inicio del
cambio. Podemos reconocer que no debemos permanecer como víctimas
pasivas de nuestras circunstancias y por lo tanto podemos llegar a ser cons-
cientemente los autores de nuestra vida.
CONCEPTOS CLAVES
,/ Auto conciencia
-
Otro tema existencial hace referencia a que las personas somos seres auto-
determinados, libres para escoger entre diferentes alternativas y por lo tanto
responsables de dirigir nuestras vidas y forjar nuestros destinos. Según el
punto de vista existencialista, las personas somos arrojadas al mundo y nues-
tro modo de vida y lo que llegarnos a ser son el resultado de nuestras propias
elecciones. Como manifiesta Sartre (1971), nuestra existencia nos viene dada,
pero no tenemos ni podemos tener, una "naturaleza" o "instancia" fja. Cons-
tantemente tenemos que encarar la elección del tipo de persona que queremos
llegar a ser y durante toda nuestra vida, debemos seguir escogiendo. Sartre
subraya: "El hombre condenado a ser libre lleva sobre sus hombros el peso
de todo el mundo; él es responsable del mundo y de sí mismo como forma de
ser" (p. 553). Para Sartre, los seres humanos somos libres porque no somos
nada sino lo que hacemos y lo que hacemos no es el resultado de nuestro
pasado. Sin embargo, tenemos mucha tendencia a excusarnos, actuando así a
"mala fe".
Russell (1978) manifiesta que desde el punto de vista de Sartre, nada en el
mundo tiene significado independiente de nosotros y nosotros somos los res-
ponsables del mundo como lugar con significado. Russell añade: "Cada vez
que actuamos, escogemos y nos creamos a nosotros mismos tal y como dese-
amos ser, y esto no concluye nunca - lo que somos no se fija nunca - pero se
crea en cada uno de los hechos que nos constituyen" (p. 262). Los seres
humanos somos responsables de las consecuencias de nuestras acciones y de
cualquier error en la actuación: "Yo determino el significado de mi mundo
dando valor a mi situación. ... Cuando me veo como autor de mis acciones y
(consecuentemente) del significado que doy a mi mundo, logro un aumento
de la sensación de responsabilidad por ello" (p. 261).
Viktor Frankl, un psiquiatra existencial, subraya la relación existente entre
libertad y responsabilidad e insiste en que la libertad nunca nos puede ser eli-
minada, porque como mínimo nos queda la posibilidad de escoger la actitud
hacia cualquier muestra de circunstancias. Para apoyar tal afirmación, Frankl
(1963) hace referencia a su propia experiencia en un campo de concentración
alemán, donde los prisioneros carecían de cualquier atisbo de libertad. El
autor manifiesta que incluso en esa situación de extrema impotencia, las per-
sonas podían, en última instancia, seguir dirigiéndose a sí mismas porque la
actitud que asumían hacia su propio sufrimiento era una elección propia: "En
última instancia, la vida consiste en adoptar la responsabilidad de encontrar la
respuesta correcta a los problemas y en completar las tareas que continua-
mente se exigen a cada individuo" (p. 122). Frankl cree que la libertad huma-
na, no es la libertad de las condiciones sino, la habilidad para adoptar una
actitud firme frente a las condiciones.
298 EL ENFOQUE EXISTENCIAL DE GRUPO
útiles en la familia de origen pero que ahora crean dificultades al cliente fuera
de la familia original" (p. 67). El autor señala también que la logoterapia gru-
pal es también un tratamiento posible para los niños, adolescentes y adultos
que no convivan con sus grupos familiares naturales o que se hallen convi-
viendo en un grupo incapaz de apoyar sus cambios.
Yalom (1980) manifiesta que el grupo proporciona las condiciones ópti-
mas para el trabajo terapéutico sobre la responsabilidad personal. Si el grupo
se centra en el presente, se puede animar a los miembros a percibir el modo
en que crean para sí mismos una posición de víctima. En opinión de Yalom,
los miembros son responsables de la posición interpersonal que asumen en el
grupo, lo que también proporciona una imagen de su comportamiento en las
situaciones cotidianas. Los miembros que se describen como víctimas de las
condiciones externas pueden ser desafiados. Mediante el feedback, los miem-
bros pueden aprender a percibirse a través de los ojos de otras personas y así
aprender las formas en que su conducta afecta a otros. Además, captan el vín-
culo existente entre el contexto grupal terapéutico y las situaciones cotidianas.
En base a estos hallazgos, pueden responsabilizarse para iniciar los cambios.
Según Yalom, el terapeuta del grupo existencial motiva a los miembros a
asumir la responsabilidad genuina de su funcionamiento como grupo. De este
modo, los miembros individuales aprenden vías para asumir una mayor res-
ponsabilidad en sus vidas:
La terapia interactiva del grupo potencia la asunción de responsabilidad
no sólo haciendo a los miembros conscientes de su contribución personal
a las situaciones vitales insatisfactorias, sino también acentuando el rol de
cada miembro en la conducta del grupo. El principio subyacente es que si
los miembros asumen la responsabilidad del funcionamiento del grupo,
entonces son conscientes de que disponen de la capacidad (y la obliga-
ción) de asumir la responsabilidad de todas las esferas vitales [p. 240].
Ansiedad Existencial
aceptado sin críticas los valores religiosos de sus padres y había llegado a
depender de su iglesia para tornar decisiones. En este momento de su vida se
debatía con los valores que le habían acompañado durante toda su vida. A
través del trabajo grupal, llegó a percibir con más nitidez que si deseaba cre-
cer, debía de ser más responsable de sus elecciones. De este modo, decidió
buscar dentro de sí misma la fuerza y la dirección. Esta decisión le reportó
una gran dosis de ansiedad. Continuamente se preguntaba: "¿Estoy haciendo
lo que debo?" y "¿Qué sucederá si las decisiones éticas que adopto por mi
propia cuenta son erróneas?".
Ann necesitó cierto tiempo para empezar a confiar en sí misma y aún más
para dejar de recurrir a algún tipo de autoridad ,para obtener respuestas y
seguridad. Progresivamente empezó a experimentar una nueva sensación de
poder, el sentimiento gratificante de que era ella quien dirigía su vida, incluso
aún manteniendo la lucha con los conflictos y las dudas. Probablemente
seguiría viviendo más cómodamente si hubiera continuado confiando en las
pautas externas, de cualquier forma, cuando se percató de que había permiti-
do que otras personas adoptaran las decisiones importantes que sólo a ella
correspondían, comprobó también que había renunciado al control de su vida.
Cuando escogía por decisión propia seguía sintiendo ansiedad porque carecía
de la garantía de estar haciendo lo correcto.
Muerte y No existencia
El existencialista considera la muerte como un aspecto esencial para el
hallazgo del significado y sentido de la vida (Heidegger, 1962). La vida tiene
significado precisamente porque finaliza: el presente es valioso porque es
todo lo que en realidad tenemos (May, 1983). Nuestra naturaleza temporal
nos hace sentir la urgencia para de algo en nuestras vidas, para escoger entre
afirmar la vida tratando de llegar a ser la persona que somos capaces de ser o
permitir que la vida transcurra por nosotros y en algún momento llegar a
comprobar que nunca hemos estado realmente vivos. Yalom (1980) sintetiza
esta idea del siguiente modo:
La muerte y la vida son interdependientes: aunque la naturaleza física
de la muerte nos destruye, la idea de la muerte nos salva. El reconoci-
miento de la muerte contribuye a la sensación de intensidad de la vida,
proporciona un cambio radical en la perspectiva de la vida y puede trans-
portarnos desde un modo de vida caracterizado por las diversiones, la
tranquilidad y las ansiedades insignificantes hasta un modo de vida más
auténtico [p. 40].
Así pues, los humanos, como las únicas criaturas con un fuerte sentido del
futuro, deben enfrentarse al hecho del final de la vida, que Heidegger (1962)
denominó "cese de la posibilidad". Como muchos de nosotros tememos la
realidad de nuestra propia muerte y la ansiedad que se asocia con dicho
temor, tratamos de escapar de la conciencia de . esa realidad. Pero el precio
por intentar huir de la confrontación con la no existencia es enorme. En pala-
bras de May (1961): "El precio de negar la muerte es la ansiedad indefinida,
la auto-alienación. Para llegar a entenderse completamente, el hombre debe
confrontar la muerte, llegar a ser consciente de la muerte personal" (p. 65).
Frankl (1963) coincide con May y añade que la calidad y sentido de nuestras
vidas no depende de cuánto vivamos sino del cómo lo hagamos.
/EJEMPLO. En otra de mis obras, I Never Knew I Had a Choice (Corey &
Corey, 1993), comento el concepto de libertad en la muerte, la idea de que
incluso al morir tenemos la posibilidad de escoger con respecto a cómo nos
enfrentamos y manejamos lo que nos sucede. Según escribía este apartado del
libro, un amigo y miembro de un grupo anterior, Jim Morelock, estaba
muriéndose y me permitió usar su nombre y compartir algunos de los
momentos significativos de su muerte.
7Jim tenía 25 años de edad. Estaba rebosante-de vida y parecía esperarle un
futuro brillante cuando descubrió que sufría un tipo raro de cáncer. En el grupo
Jim comentaba sus temores a la muerte y expresaba su rabia por el hecho de
no ser capaz de poner en práctica mucho de lo que había aprendido sobre sí
mismo porque su tiempo era limitado. En palabras suyas: "He aprendido por
fin que tengo mucho que ofrecer y que merezco ser querido. ¡Me encantaría
segun- dando vueltas ,y disfrutar de todas esas,personas que me quieren!".
Su propio empeño y el interés activo en la vida, así como la terapia y la
experiencia grupal capacitaron a Jim para encarar la muerte con valor y para
infundirle sentido. Incluso después de saber que su enfermedad_era terminal,
continuaba estudiando en la universidad porque le gustaba el contacto con las.
personas. Decidió no permanecer en el hospital y no someterse a la quimiote-
rapia, fundamentalmente porque no deseabaprolongar su v ida si_nole__per ni-
tía vivirla plenamente. Jim decidió aceptar a Dios en su vida, lo__que le_ dio
paz y serenidad. Hizo la mayoría de las cosas que quiso hacer, manteniendo
un interés activo en la vida y en el mundo que le rodeaba. Jim se preocupó de
los asuntos pendientes más que ninguna otra persona que yo conozca. Dijo
todo lo que quiso decir a su familia y a los amigos cercanos y arregló todos
los preparativos de su funeral, incluso pidió a su esposa, Marianne, que agra-
deciera a todos la asisitencia al funeral.
Jim me demostró que su estilo de muerte no era diferente de su estilo de
vida y con él he aprendido mucho sobre la muerte y sobre la vida. Poco antes
w:r:
306 EL ENFOQUE EXISTENCIAL DE GRUPO
La Búsqueda de Sentido
Con el apoyo del grupo, los participantes pueden encontrar la fuerza para
crear un sistema de valores internamente derivado que sea coherente con su
forma de ser. Este proceso genera normalmente ansiedad, por lo menos
durante un tiempo, y se hallarán indecisos en ausencia de valores definidos.
La tarea del terapeuta consiste en recordar a estas personas que aprender a
desarrollar la auto-confianza necesaria para mirar en uno mismo, descubrir
los valores propios y vivir de acuerdo con ellos, es un proceso largo y difícil
y requiere determinación y paciencia.
La Búsqueda de Autenticidad
/El teólogo Paul Tillich (1952) usa la frase "el coraje de ser" para transmi-
tir la esencia del espíritu necesario para afirmarnos y para vivir desde dentro.:;
/Descubrir, crear y mantener el núcleo en la profundidad de nosotros mismos
es una lucha difícil e interminable/
Según van Deurzen-Smith (1988), tal autenticidad es más un proceso que
un resultado estático final. En resumen, se trata de ser sinceros con nosotros
mismos. Vivir auténticamente implica dedicarnos a hacer lo que nosotros
consideramos significativo. Este tipo de vida proporciona una profunda sen-
sación de paz interior; de cualquier modo, la autenticidad no es fácil de
lograr. Sólo cuando dejamos de intentar curarnos de las paradojas de la vida,
dice van Deurzen-Smith, podemos estar completamente vivos. La autora
sugiere que "la tierra es un lugar en algún sitio entre el cielo y el infierno,
donde se puede tener mucho dolo r y mucha alegría y donde cierto grado de
sabiduría puede cambiarlo todo" (1988, p. 238).
Cuando tenemos una existencia auténtica, continuamente logramos ser la
persona que somos capaces de ser. Vivir auténticamente conlleva también
conocer y aceptar los propios límites. El "Sermón de la Serenidad" ofrece un
buen ejemplo de este conocimiento y aceptación: "Dios me concedió la sere-
nidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el coraje para cambiar las
cosas que puedo y la sabiduría para advertir la diferencia".
/Una cita con un sentido diferente, que Frankl tiende a usar es la admoni-
ción de Goethe: "Si tomamos al hombre tal y como es, lo empeoramos; pero
si lo tomamos como debería ser, le ayudamos a llegar a ser lo que puede ser".
Frankl concibe que la tarea del terapeuta es desafiar a los clientes para que
lleguen a ser auténticos y completos implicándose y comprometiéndose en
sus vidas. Su logoterapia, relacionada con las dimensiones espirituales.y aspi-
raciones superiores de las personas, proporciona la inspiración que permite
buscar continuamente el coraje necesario para vivir auténticamente. La esen-
cia de la propia definición se registra en un refrán que leí en una iglesia en
Hawaii: "Lo que eres es un regalo de Dios para tí, lo que haces de tí mismo
es el regalo que haces a Dios".
Las personas que ignoran sus dictados internos en una búsqueda perenne
de la conformidad se pierden en los valores estándars de otros.[Uno de los
temores más comunes expresados por las personas en los grupos se refiere a
observarse honestamente y descubrir que "sólo somos cáscaras vacías sin
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 309
ningún núcleo ni sustancia" -.)Por lo tanto, temen eliminar las máscaras y pre-
textos porque una vez perdidos éstos, no quedará nada.
La culpa es un concepto relacionado con la falta de autenticidad. La culpa
existencial brota de la sensación de ser incompleto y de comprobar que esta-
mos observando nuestra vida a través de unos ojos ajenos. Por último, la pér-
dida de la sensación de ser produce la enfermedad psicológica hasta el punto
de permitir a otras personas que diseñen nuestra vida y nosotros experimenta-
mos una existencia restringida.
,
!IMPLICACIONES PARA EL TRABAJO GRUPAL. Un grupo proporciona
un contexto poderoso para observarse a sí mismo, decidir el grado en que uno
es .una persona en pleno funcionamiento en vez de el reflejo de lo que otros
esperan y considerar las decisiones que pueden ser más auténticamente pro-
pias. Los miembros pueden compartir abiertamente sus temores ante la posibi-
lidad de vivir de forma incompleta y comprobar cómo han comprometido su
integridad. El grupo ofrece muchas oportunidades para abordar los retos de la
vida. Los miembros pueden descubrir gradualmente las formas a través de las
cuales han ido perdiendo su dirección y pueden empezar a ser más sinceros
consigo mismos. Aprenderán que los otros no pueden proporcionarles res-
puestas fáciles a los problemas de la vida. Realmente, el terapeuta del _grupó
existencialista no prescribe_ soluciones fáciles prque sabe que esto es _incohe-
rente con la ayuda a los miembros para que vivan de forma auténtica.
siendo lo que ellos desean?, ¿Puedo dar a los otros y al mismo tiempo recibir
yo misma?". Estas preguntas indicaban la creciente conciencia de Marta de la
necesidad de ser una persona con su propio derecho y de su deseo de vivir
i, una existencia auténtica. Las preguntas que se formulaba mostraban también
su conocimiento sobre las dudas y luchas que uno debe resolver por sí mismo
L cuando es libre para escoger.
/Aislamiento y Relación
Los existencialistas creen que en última instancia estamos solos, que sólo
nosotros podemos dar sentido a nuestras vidas, decidir cómo vamos a vivir,
encontrar nuestras propias respuestas y decidir si seremos o no seremos.
Como la conciencia de nuestra soledad produce miedo, algunos de nosotros
tratamos de evitarlo iniciando relaciones superficiales y actividades frenéti-
cas, confiando en que así se eliminará nuestro temor y angustia.
Los seres humanos tenemos también la posibilidad de experimentar nues-
tra soledad e intentar encontrar un centro de significado y dirección dentro de
nosotros mismos. Sólo si hacemos esta elección y tenemos éxito en el esta-
blecimiento de nuestra propia identidad como individuo podemos relacionar-
nos genuina y significativamente con los otros__ Debemos permanecer solos
antes de estar realmente cerca de otros.
Existe una paradoja en la proposición de que las personas estamos
existencialmente solas y acompañadas. Sin embargo, es esta misma paradoja
la que describe la condición humana. Nosotros somos seres sociales y depen-
demos de las relaciones interpersonales para desarrollar nuestra naturaleza
humana. Tenemos el deseo de la intimidad, la esperanza de ser significativo
en el mundo de otra persona y el deseo de sentir que la presencia de otra per-
sona es importante en nuestro mundo. Pero, si no somos capaces de estar
solos y encontrar nuestra propia fortaleza dentro de nosotros mismos, no
podemos mantener relaciones valiosas con otros, basadas en la complementa-
ción y no en la deprivación.
pueden encontrar en los otros las respuestas sobre el sentido y propósito de la '-
vida. Si su lucha por la auto-conciencia tiene éxito, llegan a reconocer que
independientemente del valor de las relaciones, en última instancia se halláis
solos.
/Las amistades que establecen los participantes en el grupo son valiosa
porque a través de éstas, los miembros aprenden a relacionarse fuera del
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 311
grupo. En un grupo, las personas reconocen sus propias luchas en los otros y
esto normalmente genera vínculos. Aunque acepten que en última instancia
se hallan solos, reconocen también que no se hallan solos en sus luchas y que
los otros, también, tratan de analizarse valientemente para establecer sus pro-
pias identidades
/EJEMPLO. El caso de Zeke muestra que una persona puede estar con
otras y al mismo tiempo estar muy sola. Durante una sesión grupal, Zeke dijo
que se sentía ajeno a todos los miembros restantes del grupo y se describió a
sí mismo como un "espectador que parece fuera de sitio". Le pregunté si
deseaba experimentar la sensación de separación real del grupo y observarnos
desde la distancia. Accedió a abandonar el recinto, se sentó en el balcón y
observó lo que ocurría a través de la ventana. Le pedí que fuera consciente de
lo que pensaba y sentía mientras permanecía fuera observando. Le pedimos
que volviera al grupo cuando estuviera dispuesto a hablar sobre lo que había
experimentado mientras permanecía fuera.
CCuando volvió, Zeke dijo que por primera vez se había percatado de la
seguridad que le proporcionaba el rol de espectador y que estaba dispuesto a
hacer algo diferente. Le pregunté si estaría dispuesto a acercarse a todas las
personas del grupo y completar estas dos frases: "Una forma de mantenerte
alejado ha sido ...", "Una forma de mostrarme más cercano contigo es ...".
si desean desarrollar una relación terapéutica efectiva con los miembros. Uno
de los roles_ que corresponden al terapeuta existencial consiste en crear la
alianza terapéutica, porque se supone que el cambio vendrá dado por la rela-
ción en sí. Este clima favorecedor del cambio no se producirá si el terapeuta
mantiene una orientación estrictamente objetiva, si se halla psicológicamente
ausente del grupo y si es meramente un técnico especialista pero impersonal.
Bugental (1987) expresa así de bien esta idea:
La alianza terapéutica es la poderosa unión de fuerzas que apoya y for-
talece el largo, difícil y frecuentemente doloroso trabajo de la psicotera-
pia. La concepción del terapeuta no se corresponde aquí con el
técnico-observador desinteresado, sino el de una compañía humana com-
pletamente viva para el cliente. En este sentido mi opinión se opone visi-
blemente a la concepción tradicional del terapeuta como director
experimentado pero objetivo del proceso terapéutico [p. 49].
sus propias vidas que les permita aventurarse con los clientes sin perderse.
Van Deurzen-Smith manifiesta que el terapeuta que se halla a completa dis-
posición de los clientes mientras éstos examinan sus aspectos más profundos,
transmite también que su propio ser está sujeto a cambio. En el esfuerzo tera-
péutico, tanto los miembros como el terapeuta del grupo pueden transformar-
se si se permiten el contacto con la vida.
En el contexto grupal, el cambio no se origina sólo en la relación con el
terapeuta sino también en las relaciones con los otros miembros. Así pues, el
rol principal del terapeuta es potenciar las relaciones significativas entre los
participantes. Esto puede hacerse ayudándoles a centrarse en los problemas
existenciales básicos y proporcionándoles un clima que favorezca el examen
profundo de los mismos. La comunidad terapéutica se establece así, en base a
las luchas comunes que comparten los participantes. Los miembros se com-
prometen a confrontarse unos a otros en presencia de potenciales indebida-
; mente empleados y conductas no auténticas' y a apoyarse entre sí en el
esfuerzo común por abrirse el propio camino.
' El terapeuta establece no el tono del grupo mediante la aplicación de téc-
nicas o haciendo algo sino siendo y llegando a ser alguien. Mullan (1978)
describe el modo en que los desafíos del terapeuta del grupo provocan los
cambios de personalidad en los miembros (incluyendo cambios de pensa-
miento, sentimiento y conducta). Las sesiones del grupo tienden a modificar
las formas convencionales de percibir el mundo de los miembros. Cuando su
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 313
status quo es sacudido, tienen más oportunidades para enfrentarse a sí mis-
mos y cambiar.
grupo existencial puede ser el medio para motivar a los miembros a enfren-
tarse valientemente a sí mismos y a manejar los aspectos no auténticos de
su existencia.
nar ayuda a los clientes para encarar la verdad de sus vidas. Para aquellos que
perciben al terapeuta como al director que les guía o como al sustituto del
progenitor, este enfoque tendrá poco que ofrecer
* Ser un terapeuta existencial efectivo requiere un gran grado de madurez,
experiencia vital y formación y supervisión intensiva. Es fácil prever los
peligros derivados de un terapeuta que sólo dispone de conocimientos
superficiales de este enfoque y que se engaña a sí mismo y a los clientes
tratando de pensar que posee la sabiduría requerida.
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C 11
b : OFSCL—S' E ,E) g Of '4 6
- -
P 3
P. 30
- -
C f•I 1(46c,t "),L1
INTRODUCCIÓN
/Antecedentes Históricos
tes individuales. Rogers creía que mediante una relación permisiva, los_clen-
tesserían capaces de aumentar su insight sobre la naturaleza de sus . ,proble-
mas y entonces iniciarían una acción_ constructiva basada en su nueva
auto-comprensión. Durante los años 50, Ro_gersdesa rrrolló y mejoró sus hipó-
---...
CONCEPTOS CLAVES
(Braaten, 1986; Thorne, 1992). Rogers (1987b) mantiene que estas hipótesis
han sido comprobadas en multitud de situaciones con grupos divergentes, de
diferentes culturas y de diferentes nacionalidades. Rogers manifiesta que
estas condiciones nucleares no son sólo condiciones necesarias para una tera-
pia efectiva sino también suficientes.
Rogers (1986b) añade otra característica de la relación que promueve el
crecimiento y que a su parecer no puede estudiarse empíricamente: la presen-
.cia. Asegura que cuando el terapeuta se halla presente _ :en su punto- máximo
,
impida examinar sus propios problemas. Los terapeutas que ocupan el centro
de interés del grupo con excesiva frecuencia pueden estar usando el grupo
como plataforma para ventilar sus problemas personales.
Empatía
En los seminarios de formación que dirigimos mis colegas y yo, los parti-
cipantes dirigen grupos y posteriormente reciben nuestro feedback y el de los
miembros. Muchos de nuestros estudiantes expresan sentimientos de inade-
cuación como terapeutas y cierta sensación de frustración e incapacidad; les
parece apreciar poco cambio en los miembros de los grupos que dirigen y
perciben que sus clientes se resisten y no disfrutan asistiendo a los grupos. En
muchos aspectos, los problemas que acosan a estos estudiantes pueden ser
relacionados con el hecho de que las condiciones de escucha activa, empatía
y aceptación positiva faltan en alguna medida en los,grupos. A continuación
se añade una lista de problemas específicos que obstruyen el progreso grupal:
han cometido tales actos. Pero es importante tratar de apartar las reacciones
propias al menos durante el curso del grupo. Y es posible ver a estas personas
como algo más que "personalidades antisociales", "criminales", etc. Relacio-
nado con la falta de aceptación positiva están la impaciencia, la frialdad, el
sarcasmo y la hostilidad hacia los clientes. Salvo que el consultor reconozca
estas actitudes, existen pocas posibilidades que las modifique y muchas de
que siga dirigiendo grupos sin éxito.
/* Falta de esperanza en el proceso terapéutico. Los conceptos de atención
y aceptación positiva yacen sobre la idea de que las personas pueden cambiar
y mejorar su condición personal. En nuestros seminarios encontramos tera-
peutas que dirigen grupos sólo porque es su trabajo pero no confían en la
efectividad de la terapia grupal. En un clima donde el entusiasmo, la motiva-
ción y la confianza en los grupos se hallan ausentes, no es sorprendente que
los terapeutas no obtengan éxitos en sus grupos. En definitiva, ¿Cómo pode-
mos esperar que los miembros del grupo confíen en el proceso terapéutico
cuando el terapeuta no lo hace?. En tales casos es lógico que no se produzcan
cambios y que los miembros se resistan y no disfruten con la participación
grupal.
persona motiva a los miembros a examinar las incongruencias entre sus ideas,
sus conductas, los impulsos de sus sentimientos internos y la experiencia sub-
jetiva. En la medida que los miembros son más conscientes de estas incon-
gruencias internas, se amplía la visión que tienen de sí mismos.
El enfoque centrado en la persona asume que los miembros necesitan un
entorno grupal y tiempo para expresar lo que ordinariamente temen expresar.
Dada la naturaleza no estructurada del enfoque y que el facilitador no actúa
como el terapeuta tradicional, los miembros del grupo, que están acostumbra-
dos a seguir los mandatos de autoridades, deberán confiar en sí mismos para
establecer una meta y dirección. El facilitador que no actúa como un experto,
ni va a salvar a los_
miembros, ayuda a éstos á empezar a escucharse así mis-
mos y a los otros. Se les motiva para que se esfuercen y se expresen y de este
esfuerzo extraerán la base para aprender a confiar en sí mismos.
En resumen, para ayudar a delinear las diferencias entre el enfoque centra-
do en la persona y otros modelos terapéuticos, incluyo algunos procedimien-
tos terapéuticos que normalmente se exclamen del repertorio del facilitador:
r
* escuchar de forma activa y sensible
* reflejar
* clarificar
"* sintetizar
• * compartir experiencias personales
• * relacionar entre sí a los miembros del. grupo
• * moverse al ritmo del grupo en vez de intentar dirigirlo
* afirmar la capacidad de auto-determinación del cliente
Para ser justos, debe mencionarse que los últimos desarrollos del enfoque
centrado en la persona permiten al terapeuta compartir sus reacciones, con-
frontar a los clientes con cautela y ser activos en el proceso terapéutico (Lie-
taer, 1984). Los facilitadores efectivos del enfoque centrado en la persona no
se hallan restringidos por reglas rígidas y en algunas ocasiones hacen
muchas de las cosas que, he incluido en el listado de los procedimientos
excluidos del repertorio del facilitador. Es básico en este enfoque que los
338 EL ENFOQUE GRUPAL CENTRADO EN LA PERSONA
-Y'
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 339
ó
EL PROCESO GRUPAL
Rogers (1980) señala que existen similitudes entre los grupos terapéuticos
y los grupos de encuentro. El proceso es muy similar independientemente de
que las personas se agrupen en busca de ayuda para manejar problemas serios
(grupo terapéutico) o en busca de experiencias de crecimiento personal
(grupo de encuentro). Este enfoque se ha empleado con diversas poblaciones
como clientes terapéuticos, terapeutas, miembros de sistemas escolares,
administradores, estudiantes de medicina, grupos conflictivos, drogadictos y
asistentes, personas representantes de diferentes culturas e idiomas, grupos de
trabajadores en formación. Con -el desarrollo del movimiento de grupos, el
enfoque centrado en la persona se interesó más por la reducción del sufri-
,miento humano, por la conciencia transcultural y por la resolución de conflic-
tos internacionales (Raskin, 1986a, p. 285).
TEORÍÁ°Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 343
me inclino a pedirles que hagan distintas cosas algunas de las cuales puede
ser mirar a otra persona del grupo y hablar directamente a esta persona sobre
la tristeza, hablar a otra persona como si fuera significativa o revivir un acon-
tecimiento pasado como si estuviera ocurriendo ahora. Cuando los miembros
plantean un problema o algún asunto pendiente con personas significativas en
sus vidas, normalmente se intensifican sus sentimientos. A través de cierta
estructura terapéutica, trato de darles el ánimo y el apoyo que necesitan para
que mantengan su dolor personal y efectúen un avance crucial. Cuando dicen
que les gustaría cambiar su forma de comportarse con alguien que quieren, a
menudo les sugiero que hablen a esta persona simbólicamente en el grupo, en
un ejercicio de role play. A través de esta estructura los miembros pueden
beneficiarse probando diferentes alternativas y también del 'feedback que
reciben de sus compañeros. Estas técnicas o experimentos surgen de la situa-
ción fenomenológica y están destinadas a facilitar una auto-exploración más
profunda, lo que difiere sensiblemente de presionar a los individuos a sentir
ciertas emociones.
Esta directividad del terapeuta no se limita a las sesiones grupales, se
amplía también a la ayuda a los individuos para que pongan en práctica en
sus vidas diarias lo aprendido en las sesiones del grupo. Como yo creo que
los miembros pueden beneficiarse de la asistencia terapéutica para convertir
sus insights en programas de acción, soy partidario de asignar tareas destina-
das a ayudar a los clientes a desafiarse a sí mismos para hacer cosas difíciles.
Aunque _normalmente pido a los clientes que efectúen las tareas, algunas
veces las presento a modo de sugerencia o invitación. Estas intervenciones
orientadas a la acción están destinadas a capacitar a los miembros a adoptar
decisiones sobre los aspectos que desean cambiar y a que adquieran cierta
práctica pensando, sintiendo y comportándose de forma diferente. Yo supon-
go que la mayoría de los facilitadores del enfoque centrado en la persona no
se sentirían cómodos con los métodos orientados a la acción que he descrito.
estas sesiones había comprobado que los problemas expresados diferían poco
de los sentidos por grupos similares de profesionales de los Estados Unidos.
/Descubrió que un clima psicológico producía ciertos resultados predictibles
en los Estados Unidos, en Sudamérica, en Europa y Sudáfrica así corno en
Rusia (Rogers, 1987a).
Los grupos centrados en la persona han logrado mucha popularidad en
Japón, y los investigadores han dirigido multitud de estudios en este país.
Murayama, Nojima y Abe (l 988) señalan que los miembros de estos grupos
experimentan normalmente sentimientos de inferioridad al expresar su punto
de vista durante los encuentros de grupo. La dificultad de las personas japone-
sas para expresarse cuando sienten de forma diferente a los otros se debe en
parte al sentimiento de vergüenza que atribuyen a expresar sus diferencias.
Los hallazgos de las investigaciones demuestran que los clientes japoneses
prefieren ocultar sus sentimientos en vez de expresarlos. Debido a esta tenden-
cia, las sesiones grupales suelen caracterizarse por silencios prolongados,
durante los cuales los miembros esperan que alguna otra persona rompa el
silencio. Los facilitadores japoneses tienden a ser más directivos, en parte por-
que los miembros esperan que sean ellos quienes tomen las iniciativas. Mura-
yama y sus colaboradores concluyen: "Los grupos centrados en la persona han
constituido un gran factor en la orientación de personas que han vivido-en la
sociedad japonesa. La aplicación de la teoría centrada en la persona ha - contri-
buido al desarrollo de un ser humano más maduro y sabio" (1988, p. 490).
Como hemos visto, uno de los aspectos más importantes de la terapia cen-
trada en la persona reside en la escucha activa, que es fundamental para el tra-
bajo grupal efectivo. Este enfoque se basa en la importancia de prestar
atención a los mensajes profundos que los clientes emiten en el grupo. La
empatía, la presencia y el respeto a los valores de los clientes son actitudes y
destrezas particularmente importantes para el trabajo grupal con poblaciones
culturalmente diversas. Al trabajar con ciertos clientes americanos con antece-
dentes japoneses, por ejemplo, el terapeuta debería ser consciente de sus dudas
para revelar sus sentimientos. Los terapeutas centrados en la persona deberían
respetar la norma cultural relativa a la expresión de sentimientos propios y no
limitarse a presionar para la expresión inmediata de sentimientos. Deberían
ayudar a los clientes a trabajar desde el marco de referencia de sus valores.
Aunque el enfoque centrado en la persona ha contribuido significativa-
mente al trabajo de grupos con poblaciones sociales, políticas y culturales
diversas, existen también algunas limitaciones para ponerlo en práctica den-
tro de los servicios públicos de salud. Muchos de mis clientes que vienen a
una clínica de salud mental o que están recibiendo algún otro tipo de trata-
miento pueden necesitar una experiencia grupal más estructurada. Este es el
caso de los grupos de tiempo limitado, los grupos abiertos cuyos miembros
cambian cada poco tiempo, los grupos orientados a la tarea y los grupos corra-
348 EL ENFOQUE GRUPAL CENTRADO EN LA PERSONA
ría concluirse que este enfoque no es adecuado para trabajar con poblaciones
étnica y culturalmente diversas. Mientras algunos clientes prefieren un estilo
activo y directivo, otros responden bien ante un terapeuta menos directivo.
Las investigaciones sugieren que la idoneidad y la efectividad de los estilos
terapéuticos dependen en gran medida de los valores culturales y de la pers-
pectiva del mundo que caracteriza al individuo (Mokuau, 1987). Es un error
asumir que un estilo de liderazgo es efectivo para cualquier cliente. El poten-
cial de cambio terapéutico se maximiza cuando el terapeuta trabaja con los
clientes de forma compatible con sus estilos de aprendizaje preferibles, los
cuales suelen estar normalmente influidos por los antecedentes culturales
(Cain, 1990b).
Atkinson D. R., Morten, G., & Sue, D. W (1993). Counseling American minorities:
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TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 351
11 Terapia de la Gestalt
INTRODUCCIÓN
CONCEPTOS CLAVES
✓ Metas Terapéuticas
puede decir a su padre: "Quiero decirte lo mucho que me gustaría ser cariño-
sa contigo, pero temo que si lo hago tu no lo vas a valorar. Temo equivocar-
me en lo que digo y alejarte aún más de mí".
Como la terapia Gestalt se centra en el poder del presente, la mayoría
........._
de
las técnicas van destinadas a establecer contactos más cercanos entre los
clientes y las situaciones que experimentan y a aumentar su conciencia de lo
que están sintiendo en cada momento. Del mismo modo que hay ventajas al
centrarse en el aquí y ahora, se roan desventajas si se eliminan el pasado
y el futuro. E. Polster (1987) observa que un centro de interés excesivamente
li mitado, con un énfasis altamente concentrado en el aquí y ahora, cerrará de
antemano cuestiones como la continuidad de los compromisos, la implicación
de los propios actos, la dependencia y la capacidad de respuesta aotros.
/Conciencia y Responsabilidad
Como los miembros necesitan energía para trabajar en las sesiones grupa-
les, los terapeutas de la Gestalt prestan especial atención a la localización de
la energía, a su uso y a su bloqueo. La energía bloqueada puede ser_ asemeja-
da a una resistencia,_c ue puede hacerse visible en el cuerpo de diversas for-
mas. Un miembro experimentará la tensión en el cuello y en los hombros y
otro la experimentará a través de una respiración entrecortada. Otra persona
hablará normalmente con un tono de voz suave, guardando su poder. Otras
formas de manifestación de éstos bloqueos de energía pueden ser mantener la
boca cerrada (como temiendo que algo pueda salir de ella), balancerse, mirar
al suelo o al aire como evitando el contacto con los ojos ajenos, mantener el
propio cuerpo apretado y cerrado, hablar de forma rápida y precipitada, mos-
trarse emocionalmente plano y otras sensaciones orgánicas como calor y sen-
sación de enrojecimiento, mareos, movimientos repetitivos de pies o manos o
sequedad de garganta.
Al comentar el valor de dedicarse a la energía de los clientes en el trabajo
terapéutico, Zinker (1978) dice que los clientes no son conscientes de su ener-
gía o de la localización de la misma y pueden experimentarla de forma negati-
va. Desde su punto de vista, la ter pia en el mejor de los casos es "un proceso
vívido de aprovisionamiento de los fuegos internos de la conciencia-_y__ --
del
contacto del cliente" (p. . :, 24). Este proceso implica una relación terapéutica
que despierta y alimenta al cliente sin que ello agote la eneríá del terapeuta.
Zinker mantiene que el trabajo - del terapeuta en la ayuda a los miembros loca-
liza las formas de bloqueo de la energía y les ayuda a transformar- esta energía
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TEkAPIA GRUPAL 363
impass. Perls describió el impass como el lugar donde las personas eVitañ- la
experiencia de sentimientos amenazadores y tratan de manipular a otros
jugando a ser incapaces, estúpidos, estar perdidosyconfusos. stos juegos
permiten a los clientes permanecer inmóviles, evitando hacer así lo que deben
de hacer para resolver los asuntos pendientes que les presionan.
Una de las funciones del terapeuta consiste en desafiar a los +clientes p ara
que atraviesen el i nass y_posibiliten así su crecimiento. Esta es una func ió n
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL
difícil porque en un punto del impass los clientes piensan que no tienen posi-
bilidad de supervivencia; simplemente no confían en encontrar dentro de sí
los medios para hacerlo. Por lo tanto abandonan sus propios ojos y oídos tra-
tando desesperadamente de manipular a otros para que vean y oigan por
ellos. Si los terapeutas no actúan con prudencia, pueden acabar atrapados en
las manipulaciones de sus clientes. Si tratan de "ayudar", pueden potenciar la
dependencia y reforzar la idea de los clientes de que ellos no disponen de la
habilidad para manejar sus vidas. Entonces los clientes pueden rendirse a sus
expectativas catastróficas y evitar el desafío de los temores que les mantienen
inmovilizados.
✓El terapeuta debe confrontar a los clientes para que éstos encaren lo que
hacen y para que decidan si desean o no desarrollar su potencial. Esta con-
frontación consiste en retar a los clientes para que experimenten plenamente
cualquier bloqueo o barrera que encuentren dentro de Sí y para que se pongan
en contacto con la frustración resultante del sentimiento de inmovilización. ✓
Aunque los terapeutas gestálticos animan a sus miembros a asumir la res-
ponsabilidad de lograr su propio nivel de conciencia, pueden además adoptar
un rol activo en la presentación de experimentos que ayudan a los miembros
a localizar sus recursos. Zinker (1978) señala que el terapeuta funciona como
un artista, inventa experimentos con los clientes para aumentar la variedad de
conductas de éstos. La función del terapeuta consiste en crear una atmósfera
y estructura donde pueda surgir la creatividad e inventiva del grupo. En este
orden, la tarea central del terapeuta es organizar el grupo conectando entre sí
.
relación. Las técnicas deben ser adaptadas a cada cliente y deben ser la exten-
sión del encuentro terapéutico, un encuentro basado en la experiencia mutua
del cliente y el terapeuta.
M. Polster (1987) describe la naturaleza y la finalidad de los experimentos
de esta forma: "El experimento es una técnica de la Gestalt" destinada a res-
taurar el punto de inmovilización de la vida de una persona. Es una forma de
recuperar el vínculo entre la deliberación y la espontaneidad trasportando al
mismo recinto terapéutico las posibilidades de acción" (p. 318). A través de
los experimentos los clientes son capaces de confrontar las crisis de sus vidas
interpretando sus relaciones problemáticas en la seguridad del contexto tera-
péutico. Polster menciona algunas de las formas que pueden adoptar los
experimentos gestálticos: dramatizando un recuerdo doloroso, imaginando un
encuentro temido, interpretando el rol de un progenitor, creando un diálogo
entre dos partes de uno mismo, atendiendo a un gesto dominante y exageran-
do cierta postura. Una de las funciones del terapeuta consiste en observar si el
experimento parece demasiado seguro o demasiado arriesgado.
Los terapeutas tienen la posibilidad de inventar sus propias técnicas (o
experimentos), que son básicamente la ampliación de la propia personalidad
del terapeuta. Así pues, los terapeutas deben basarse y estar en armonía con-
sigo mismos y estar presentes para los clientes. Si los clientes deben alcanzar
la autenticidad, necesitarán el contacto con un terapeuta auténtico sobre una
base genuina "yo/usted".
Para Zinker (1978), los terapeutas creativos poseen unos antecedentes per-
sonales ricos, permanecen abiertos a diversas experiencias vitales y son
capaces de celebrar la vida en su totalidad. En resumen, son capaces de usar-
se a sí mismos como la persona que funciona con el rol de terapeuta. Además
de ser maduros y personas integradas, los terapeutas creativos poseen tam-
bién ciertas capacidades, habilidades y destrezas técnicas. Fuera de su actitud
experimental, se usan a sí mismos, a otros miembros del grupo, objetos y
acontecimientos del entorno grupal al servicio de la invención de visiones
nuevas de los miembros. Algunas de las destrezas específicas que menciona
Zinker en relación con el funcionamiento creativo de los terapeutas son:
A partir de este comentario del rol y funciones del terapeuta del grupo
gestáltico debería entenderse que el liderazgo conlleva mucho más que el
planteamiento de una técnica después de la otra. Lo que sea el terapeuta
como persona y su modo de funcionamiento en el grupo, extrayendo aporta-
ciones de sus conocimientos técnicos, son factores críticos que determinan el
poder del liderazgo.
APLICACIONES Y TÉCNICAS
1 Ejercicios de Lenguaje
1 mismos.
Debería señalarse que los siguientes ejercicios de lenguaje requieren gran
habilidad por parte del terapeuta. Salvo que los miembros, con ayuda del
1 terapeuta, sean capaces de prestar atención al impacto de su estilo de lengua-
je, llegarán a sentir que todo lo que dicen o hacen está sujeto a escrutinio
1 innecesario.
nas ajenas al grupo son tan diferentes de los que estamos aquí". En cada uno
de estos casos la palabra pero descalifica la afirmación que la precede. Sin
exagerar la auto-conciencia, el terapeuta puede animar a los miembros a fijar-
se en el impacto que produce el uso de los nexos adversativos y condiciona-
les. Se puede pedir a los participantes que sustituyan el nexo pero por el nexo
y y que experimenten la- omisión-de coletillas como quizá, posiblemente,
supongo que, podría-ser convirtiendo así lo mensajes ambivalentes en afirma-
ciones directas.
t
"deberías": "Yo debería estar interesado en lo que me dicen los miembros de
este grupo", "Debería preocuparme por todos y cuando no lo hago me siento
mal", "Debería expresar sólo los sentimientos positivos", etc. La lista de
1 "debo/deberías" es interminable en la vida cotidiana y en la situación grupal.
Los miembros podrían ser conscientes corno mínimo de la frecuencia de sus
"debería" y de los sentimientos de incapacidad que los acompañan.
Un modo de aumentar la propia conciencia de las limitaciones impuestas
por el modelo "debería" consiste en , experimentar cambiando las frases
"Tengo que" o "Debería" por "Decido que". Por ejemplo, si Fred dice, "Odio
seguir en la escuela, pero tengo que hacerlo porque mis padres esperan que lo
haga", en su caso podría decir "No me gusta la escuela y yo decido permane-
1 cer ahí porque no quiero tener una bronca con mis padres".
1 Lenguaje No verbal
* Marilyn tiende a hablar con un tono de voz suave y con la boca muy
apretada. El terapeuta le invita a hablar dirigiéndose a todo el grupo y
exagerando estos manierismos. Ella puede "convertirse en su boca apre-
tada" y decir algo como "Estoy guardando mis palabras y a mí misma
de vosotros. No voy a ser abierta y si queréis algo de mi tendréis que
buscarlo vosotros".
* John se dirige siempre como si estuviera dando un discurso a una
audiencia. Los miembros del grupo le han dicho que su voz y su estilo
de hablar crea una barrera entre él y los otros. Se le podría pedir que se
ponga en pié frente al grupo y que dé un discurso, quizá sobre el valor
de dirigirse a las personas de forma tan alejada.
t;
grupo es aburrido para ellos o que alguien del grupo les hace enfadarse. Un
ejercicio gestáltico destinado a ayudar a los individuos a reconocer sus senti-
mientos en vez de proyectarlos sobre otras personas se conoce como "Yo me
responsabilizo de ...". Pauline dice sentir que el grupo la excluye y le hace
sentirse extraña. El terapeuta puede sugerirle que construya afirmaciones para
los miembros como "Me siento como excluida del grupo y yo me responsabi-
lizo por este sentimiento de exclusión" o "Me siento como una extraña y me
responsabilizo de este sentimiento".
La falta de voluntad para asumir la responsabilidad es un problema fre-
cuente tanto en los grupos como en la vida. Cuando estamos asustados, enfa-
dados o confusos y decimos, "Me haces sentir mal", delegamos el control en
otras personas y negamos la posibilidad de dirigir nuestras propias vidas. El
terapeuta gestáltico confronta ,a los participantes cuando muestran esta con-
ducta para que éstos lleguen a reconocer y aceptar sus sentimientos en vez de
proyectarlos sobre los demás.
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 373
Las Ruedas
En este ejercicio una persona se dirige uno a uno a todos los miembros del
grupo y dice algo que de común no comunicaría verbalmente. Por ejemplo,
supongamos que Larry se considera a sí mismo como un hombre auto-reali-
zado que no necesita nada de nadie. Aunque no diga esto de sí mismo, el
tema de "Lo puedo hacer sólo" ronda en gran parte de su vida. Con el propó-
sito de ver hasta que punto este aspecto determina realmente lo que hace, se
le podría pedir que se ponga en pié frente a cada miembro del grupo y diga a
la otra persona algo sobre sí mismo y después añada, "... y [o pero] puedo
hacer cualquier cosa por mi propio pié". De este modo, Larry se dirige a Sue
y dice, "Nunca pido a nadie que me proporcione apoyo emocional, y algunas
veces me siento solo ... pero yo puedo hacer cualquier cosa solo". Después se
dirige a Marie y dice, "Yo adopto todas las decisiones de mi empresa ... y
puedo hacer todo solo". La finalidad de este experimento es que Larry sienta
en su totalidad lo que implica hacer todo solo. Por último puede decidir conti-
nuar haciendo todo por su propia cuenta pero siendo consciente del precio
que debe pagar por ello, o puede llegar a ver que necesita confiar sólo en sí
mismo y que puede ser independiente al mismo tiempo que permite a otros
que hagan cosas para él de vez en cuando.
A continuación se- incluyen algunos otros ejemplos del uso de las ruedas:
* Paul dice que tiene miedo a las mujeres. Podría hacer una rueda y decir
a cada mujer. "Te tengo miedo porque ..." o "Si me acercara a tí ...
* Susan se preocupa de aburrir a las personas del grupo. Se le puede suge-
rir que haga una rueda y complete la siguiente frase frente a cada perso-
na, "Una forma en la que podría aburrirte es ..." o "Te aburrirías si yo ..."
Pam dice que se siente distante del resto del grupo, aunque le gustaría
sentir cierta identificación. Podría hacer la rueda y experimentar com-
pletando la frase "Una forma de sentirme distante de tí es ..." o "Soy
distinta a tí en ..."
Enfoques de Fantasía
La experimentación en el grupo co n diversas situaciones fantásticas puede
.
tran asertivos. Así pueden comparar lo que sienten cuando son pasivos con lo
que sienten cuando son capaces de pedir lo que desean.
• Los enfoques de fantasía pueden ser útiles para manejar las expectativas
catastróficas que con frecuencia provocan la sensación de parálisis. Los
miembros que temen expresar lo que piensan y sienten a alguien que aman
pueden ser guiados a través de una situación fantástica en la cual dicen todo
lo que desean decir pero temen expresar. Básicamente, la persona habla en el
aquí y ahora a su amado/a (como si estuviera presente) frente al grupo. El
terapeuta puede decir: "Tu madre [u otra persona significativa] se encuentra
en esta silla vacía. Acércate a la silla y dile lo que más deseas comunicarle
pero nunca hasta el momento lo habías hecho. ¿Qué sientes ahora?, ¿Te gus-
taría decir lo que sientes?. Dile ahora todas las cosas terribles que suponías
que podían pasar si le decías lo que le ocultabas". Existe un posible valor
psicológico en la elaboración de estos sentimientos con la seguridad del enfo-
que fantástico, porque la persona puede ser capaz de descargar los sentimien-
tos sumergidos. Recuerde que no es necesario que la persona exprese estos
sentimientos en la vida real; de hecho, hacerlo sería poco prudente.
* La fantasía puede emplearse para expresar y explorar sentimientos de
vergüenza y culpa. En la técnica conocida como "Yo guardo un secreto", el
terapeuta pide a los miembros que fantaseen sobre un secreto bien guardado.
No se les pide que desvelen el secreto al grupo sino sólo que se imaginen
revelando el secreto a los otros. El terapeuta puede preguntar: "¿Qué piensan
las personas de tí?", "¿Cómo te sientes después de haber permitido que otras
personas conozcan tu secreto?".
* La fantasía puede ser útil y. segura para examinar los temores de los
miembros con respecto a la implicación en el grupo. Por ejemplo, se puede e
pedir a los miembros que imaginen lo que más temerían que suceda en el
grupo. Si por ejemplo, algunos miembros temen ser rechazados por el grupo,
se les puede sugerir que imaginen que todas las personas les están rechazando
sistemáticamente y después trabajar con los sentimientos asociados con esta
fantasía.
Ensayos
Técnicas de Inversión
El Ejercicio de la Exageración
Este experimento implica ser más consciente de las señales y claves suti-
les que enviamos a través de nuestro lenguaje corporal. Se exageran los
movimientos, posturas y gestos para . que comuniquen significados más níti-
dos. Exagerando repetidamente el movimiento o gesto, la persona experimen-
ta con mayor intensidad los sentimientos asociados a la conducta y reconoce
mejor su significado interno.
Por ejemplo, si el terapeuta observa que Sandy asiente con la cabeza 'siem-
pre que alguien habla, le puede pedir que se dirija a cada miembro del grupo
y que no deje de asentir con la cabeza al mismo tiempo que pone palabras a
esta acción. Otros ejemplos de conductas que permiten trabajar la técnica de
la exageración son sonreír mientras se expresan emociones negativas .o.dolo-
rosas, apretar los puños, mover repetidamente un pié, cruzar los brazos.
fuertemente y señalar fijamente con un dedo a alguien.
Jill, una participante del grupo, dice, "¡Me siento sobrecargada al escuchar
todos los problemas que se presentan aquí!". En una sesión anterior Fred la
confrontó por haber intervenido apresuradamente tratando de hacer que éste
se sintiera mejor mientras trabajaba con conflictos que tenía en la familia.
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 379
1 de árbitro familiar, haciendo siempre lo mejor para aplacar las batallas fami-
liares. Jill dijo en un momento que estaba harta de cargar con problemas aje-
nos porque le pesaban demasiado.
Una técnica para trabajar con el material que proporciona Jill consiste en
pedirle que coja algunos objetos pesados y los mantenga mientras mira a cada
persona del grupo. Se le podría invitar a introducirse en la experiencia de
pesadez y el sentimiento de sobrecarga. Por ejemplo, mientras aguanta los
objetos pesados, puede hacer una rueda y completar la frase "Mirándote me
siento cargada por ...", o puede decir a cada miembro algo como "Mira, per-
míteme coger todas tus cargas, realmente disfruto cargando con los proble-
mas ajenos y no sabría que hacer si no tuviera todos estos problemas sobre
mí". Aunque ella diga que está harta de cargar con los problemas ajenos, le
animamos a rendirse a la parte de sí misma que se siente sobrecargada y a
experimentar comentando a los otros los beneficios de ser así. Una vez más,
este experimento está relacionado con el experimento de inversión y el expe-
rimento de la silla vacía donde se pide al miembro que represente las dos
polaridades. A menudo la mejor forma de descubrir el aspecto de nosotros
mismos que manifestamos desear consiste en permanecer con la parte de
nosotros que queremos evitar.
Trabajo de Sueños
sueño en una proyección de uno mismo y que todas las diferentes partes son
expresiones de los propios lados contradictorios e incoherentes. Por lo tanto,
los sueños contienen mensajes existenciales. Representan nuestros conflictos,
nuestros deseos y los temas centrales de nuestras vidas. Recopilando todos
los detalles del sueño - recordando a cada persona, suceso y estado anímico
y después interpretando cada una de esas partes, se logra aumentar la
conciencia sobre los lados opuestos de uno mismo y sobre la diversidad de
1 sentimientos. La persona llega a apreciar y aceptar sus diferencias internas y
a integrar las fuerzas conflictivas, constituyendo cada pieza del sueño un. vía
1
380 TERAPIA DE LÁOGESTALT
Rainwater (1979) ofrece algunas sugerencias útiles para examinar los sue-
ños:
Existen muchas oportunidades para que los terapeutas del enfoque gestálti-
co practiquen su creatividad con poblaciones diversas. Las personas de muchas
culturas prestan más atención a las expresiones no verbales que al contenido de
la comunicación oral. Algunos clientes pueden_. expresarse mejor de forma no
verbal que mediante las palabras. Por ejemplo, los terapeutas pueden sugerir a
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 385
los miembros que se fijen en sus gestos, expresiones faciales y en lo que expe-
ri mentan en su cuerpo. Si un miembro del grupo, Eduardo, dice que se siente
amenazado, el terapeuta puede invitarle a prestar atención a sus reacciones y
sensaciones corporales. Si Eduardo está debatiéndose entre dos lados de sí
mismo, cada mano podría representar un lado del conflicto. Una de las venta-
jas de los experimentos gestálticos es que pueden adaptarse a la forma única en
que un individuo percibe e interpreta su cultura. Evidentemente, antes de intro-
ducir las técnicas gestálticas, especialmente con miembros de diferentes cultu-
ras, es necesario que los clientes estén debidamente preparados.
El uso de la imaginación y la fantasía puede aportar muchas posibilidades
si los miembros se hallan preparados y si existe un alto grado de confianza en
el grupo. Supongamos que Anita trata de manejar un asunto pendiente rela-
cionado con la muerte de un ser querido. Anita puede tratar de resolver este .
1
386 ° TERAPIA DE LA GESTALT
de la terapia Gestalt pueden ser útiles para entender a los americanos nativos.
La conducta no verbal, sin llegar a estereotipar al cliente, puede proporcionar
mucha información. Thomason (1991) recomienda a los terapeutas que se
dirijan a cada cliente de forma individual y para ello se fijen inicialmente en
su comunicación no verbal. Nos recuerda también que muchos americanos
nativos evitan el contacto ocular, hablan sólo con un tono de voz bajo y sus
apretones de manos son suaves. Sugiere que la observación de la conducta no
verbal del cliente puede evitar falsas interpretaciones por parte del terapeuta
y el aumento del rapport. \\
Aunque existan algunas limitaciones para el empleo de lag técnicas gestál-
ticas con miembros procedentes de diversas culturas, esto no implica que sea
inservible en entornos multiculturales. La resistencia de tales clientes puede
superarse con intervenciones de tiempo muerto por parte del terapeuta, las
intervenciones gestálticas pueden ser útiles para ayudar a los miembros a tra-
bajar sobre algunas de sus luchas y resistencias más profundas. La forma de
presentación de las técnicas a los clientes determina más los resultados obte-
nidos que las técnicas en sí.
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1 Análisis Transaccional
INTRODUCCIÓN
/Antecedentes Históricos
1
res, algunas de las cuales no son funcionales y adoptan nuevas decisiones que
son funcionales. La finalidad de la terapia redecisional es ayudar a las perso-
nas a desafiarse a ^ sí mismas para descubrir formas en las que se perciben
1 como víctimas y ayudarlas a hacerse cargo de sus vidas decidiendo ellas mi_ s-
mas cómo quieren cambiar.
1 Presupuestos Básicos
1
1 mas y sus opciones para ejecutar cambios sustantivos en sus vidas.
Otro presupuesto básico del AT es que todos nosotros somos responsables
de lo que hacemos, de las formas en que _pensamo y de cómo nos sentimos.
1 Las otras personas no nos hacen sentir de una determinada manera, más bien
respondemos a las situaciones en base a nuestra capacidad de elección (R.
Goulding, 1987).
1
1
Base Teórica del Enfoque Grupal
CONCEPTOS CLAVES
Niño puede ser el Niño Natural, es decir, el ser espontáneo, impulsivo, abier-
to, vivo, expresivo y a menudo encantador pero poco formado que hay en
cada uno de nosotros, o el Niño Adaptado, la versión domesticada del Niño
Natural y la parte de nosotros que aprende a acomodarse a las expectativas de
otros para obtener la aceptación y la aprobación.
En el grupo de AT, primero se enseña a los miembros a reconocer en que
estado del ego funcionan en cada momento con el propósito de capacitarlos
para decidir conscientemente si este estado u otro sería el más idóneo y útil
para la situación. Por ejemplo, un miembro que normalmente responde a los
otros según el estilo de Padre Crítico y que desea ser más tolerante hacia los
otros debe reconocer su estado habitual del ego antes d e dar ningún otro paso
para cambiar.
Una premisa básica del enfoque de AT es que los seres humanos necesitan
recibir'caricias" físicas y psicológicas para desarrollar la sensación de con-
fianza en el mundo y la base para quererse a sí mismos. Existen multitud de
pruebas que confirman que la falta de contacto físico puede perjudicar el cre-
cimiento y desarrollo infantil, en casos extremos, incluso puede conducir a la
muerte. Las caricias psicológicos, señales verbales y no verbales de acepta-
ción y reconocimiento, son también necesarias para las personas como con-
firmaciones de su valor.
Las caricias pueden_ ser . ,positivas Ja
gátiv s. Las caricias positivas, que
expresan cercanía, afecto o aprecio verbalmente, con la mirada, con una son-
risa, con un gesto o con una caricia, se perciben :como necesarias parar el
desarrollo de personas psicológicamente sanas. Las caricias negativas,Nque
hacen sentir a los seres humanos como personas sin valor, se perciben como
perjudiciales para un desarrollo .sicoló_ico sano. Curiosamente, a pesar de
sus efectos negativos, las caricias ' negativas son preferibles a la ausencia de
caricias, es decir, a ser ignorados. Todos conocemos casos de niños que, sin-
tiéndose ignorados y 6widad s, actúan .para provocar las caricias negativas
de suss progenitores porque tales respuestas _son la única forma de reconoci-
miento que pueden obtener de ellos.
Se enseña a los miembros del grupo de AT a_ reconocer las caricias gue les
motivan] a sensibilizarse a las formas en que se descartan ellos mismos.
Cojamos, por ejemplo, a una participante del grupo llamada Sara, quien con-
tinuamente se humilla con comentarios auto-críticos; o no recuerda o olvida
con facilidad el feedback positivo que logra de los miembros restantes. Cuan-
do se le hace un halago . sincero, encuentra siempre ' la forma , de reducir su
importancia o hacer un chiste del mismo. Cuando es el foco de atención posi-
tiva o recibe alguna señal de dulzura, afecto o interés se siente extremada-
39 ANÁLISIS TRANSACCIONAL ó
Mandatos y Contramandatos
Decisiones y Redecisiones
eso otra vez" o "Dejaré que sean otros quienes decidan" hasta "Yo soy estúpi_
do y siempre seré estúpido". Del mismo modo, el mandato "No seas tu"
puede evocar decisiones como "Ocultaré lo que realmente soy" o "Seré
alguien distinto" o "No seré nadie" hasta "Me mataré y entonces me acepta-
rán y me querrán".
Independientemente de los mandatos que haya recibido una persona y de
las decisiones derivadas de los mismos, el análisis transaccional mantiene
que las personas pueden cambiar modificando sus decisiones, aprendiendo a
redecidir. Los Goulding desarrollaron en sus grupos una atmósfera donde se
desafía a los miembros desde un principio a adoptar nuevas decisiones para sí
mismos. Robert Goulding (1975) preguntaría durante la fase inicial del
grupo: "¿Qué decidiste hacer para enroscar tu vida y qué vas a decidir ahora
para desenroscarla?" (p. 246).
Un grupo vinculado a la adopción de nuevas decisiones requiere trasladar-
se a las escenas infantiles en las que adoptó las decisiones auto-limitadoras.
El terapeuta del grupo puede facilitar este proceso con cualquiera de las
siguientes intervenciones: "Mientras hablas, ¿qué edad sientes que tienes?",
"¿Te recuerda lo que dices a algún momento de tu infancia?", "¿Qué imáge-
nes cruzan por tu mente en este momento?", ¿Podrías exagerar ese gesto que
acabas de hacer?. ¿Qué sientes?. ¿Qué escenas recuerdas mientras experi-
mentas ese gesto?". Mary Goulding (1987) dice que existen muchas formas
de ayudar a un miembro a volver a los puntos críticos de la infancia. "Una
vez allí", añade, "el cliente reexperimenta la escena, y entonces la revive en
la fantasía de alguna forma nueva que le permita rechazar las viejas decisio-
nes" (p. 288). Cuando los miembros experimentan una redecisión a través de
la fantasía, diseñan experimentos para practicar la nueva conducta y para
reforzar su redecisión.
Pensemos en el siguiente ejemplo de una - participante llamada Helga, que
revive escenas con sus padres en las que recibe caricias positivas por fracasar
y caricias negativas cuando tiene éxito. Al parecer fue en esos momentos
cuando aceptó el mandato "No tengas éxito". El grupo le reta a examinar si la
decisión, que ha podido ser funcional e incluso necesaria en el pasado, sigue
siendo adecuada en el presente. Puede redecidir que "Lo voy a hacer, y tendré
éxito aunque no sea lo que deseeís de mí".
Otro miembro, Gary, es capaz de ver que respondió al mandato de su
padre "No crezcas" decidiendo comportarse de forma inmadura e incapaz.
-
1
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 397
necesito. Tu aceptación no vale el precio que debo pagar por ella. Soy capaz
de decidir por mí mismo y de mantenerme sobre mis dos pies. Seré el hombre
que quiero ser y no el hombre que tu deseas que sea".
En este trabajo de redecisión Helga y Gary se introducen en el pasado y
1 crean en la fantasía escenas en las que pueden rechazar con seguridad deci-
siones viejas o actuales inapropiadas porque ambos cuentan con una com-
1
prensión del presente que les capacita para revivir la escena de una forma
nueva. Según los Goulding, es posible modificar el final a las escenas origi-
nales donde se adoptaron las decisiones, un nuevo final que a menudo provo-
1 ca un nuevo inicio que y permite al cliente pensar, sentir y actuar de formas
revitalizadas.
1 Juegos
1
nas tienen en la infancia. Estos rackets se mantienen seleccionando las.
situaciones que los apoyaran. Por lo tanto, las personas que normalmente se
sienten deprimidas, enfadadas o aburridas pueden estar recogiendo activa-
1
398 ANÁLISIS TRANSACCIONAL
Las decisiones sobre uno mismo, _el propio mundo _y_ las relaciones, que
uno mantiene con los otros se cristalizan durante ios primeros cinco años de
vida. Tales decisiones son básicas para la formulación de una posición ante la
vida, que se desarrolla en los roles del guión de la vida. Generalmente, una
vez que la persona haya decidido una posición en la vida, existe la tendencia
a mantenerla fija salvo que se produzca alguna intervención, como una tera-
pia, que modifique las decisiones que la subyacen. Los juegos se emplean
para ,apoyar y mantener las posiciones vitales y para interpretar el guión de
vida. Las personas buscan seguridad manteniendo lo que. „_.familiar incluso
399
1
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL
1 sación de "bienestar".
La posición Yo estoy mal _ Tu estás bien corresponde a la persona depri-
mida, que siempre se siente incapaz en comparación con los otros. Normal-
1 mente tales personas sirven a las necesidades ajenas en vez de a las propias y
.
individual dentro del seno grupál más que a facilitar la interacción entre los
miembros del grupo y favorecer así la terapia efectuada por los miembros. En
los grupos de AT el terapeuta asume un rol activo como principal agente del
cambio (Kapur & Miller, 1987). El centro de interés se dirige hacia las inte-
racciones entre el terapeuta del grupo y los miembros individuales. El tera-
peuta ocupa una posición central en el grupo y trabaja cada vez con un
cliente.
3
del ego no es suficiente para empujarlos más allá de los lugares en los que se
hallan bloqueados. La forma en que el terapeuta ayuda a los miembros a
introducirse en el estado Niño del ego y a adoptar una nueva decisión, se des-
cribe brevemente en las estapas de redecisión de la terapia grupal que se pre-
sentan a continuación.
xión se dedica mucho esfuerzo a buscar las pruebas de las decisiones infanti-
les de los participantes, tratando de descubrir el mandato original que se halla
en la base de estas decisiones infantiles y que determina los tipos de caricias
que la persona ha recibido para apoyar el mandato original.
Una función importante del terapeuta del grupo es alertar a los miembros
a responsabilizarse de sus pensamientos, sentimientos y conducta. Se reta a
los miembros cuando emplean expresiones como "no puedo", "quizás", "si
no fuera por", "intentar" y otras que les alejan de su propio poder. El terapeu-
ta crea también un clima de grupo donde los miembros se percatan rápida-
mente del modo en que mantienen sus sentimientos negativos de forma
crónica a través de su conducta y su fantasía. Es tarea del terapeuta retarlos
para que descubran posibilidades alternativas.
Los Goulding consideran que los clientes cambian rápidamente, sin nece-
sidad de años de análisis: Consecuentemente, subrayan los aspectos redeci-
sionales de la terapia de AT sobre el presupuesto de que cuando los clientes
perciben que son responsables de sus decisiones anteriores, entonces cuentan
con el poder para modificar tales .decisiones. Este enfoque ayuda a los partici-
1 pantes a reexperimentar las situaciones emocionales infantiles para generar la
energía capaz de movilizarlos de los lugaresen los que se hallan bloqueados
(M. Goulding & Goulding, 1979). Tal movilización, según los Goulding,
exige a los participantes que recuerden y revivan situaciones donde estén
implicadas las figuras reales de los progenitores. Los participantes reexperi-
mentan a través de la fantasía la forma en que sus padres actuaban y el aspec-
to que tenían; el terapeuta crea un clima psicológico que permita a los .
del terapeuta a los clientes (Enns, 1993). Parece que el grupo de AT presenta
algunas ventajas para el examen de los problemas derivados del sexo y la
socialización del rol sexual, incluyendo su énfasis en el poder de los miem-
bros. Además, en un grupo de-AT el poder diferencial entre el terapeuta y los
miembros es menos pronunciado que en la mayoría de las formas de terapia
individual. Desde la perspectiva feminista, cuando las mujeres participan en
los grupos, disponen de más oportunidades para desafiar las ideas del tera-
peuta y son capaces de comparar su realidad con la de otras mujeres (Enns,
1993).
Los grupos de AT ofrecen posibilidades de trabajo preventivo y curativo;
proporcionan también una estructura educativa y terapéutica. Considero
importante que la información dada en los grupos de AT se equilibre con el
trabajo experiencial dirigido a implicar cognitiva y emocionalmente a los
miembros. Yo soy partidario de integrar los conceptos del AT con la práctica
de técnicas gestálticas. Evidentemente esto es lo que han logrado los Goul-
t ding. Trabajando con la base teórica del AT, han usado una combinación de
métodos terapéuticos, incluyendo el psicodrama, la fantasía e imaginación,
las técnicas gestálticas, la terapia conductual, la desensibilización, los proce-
dimientos de terapia familiar y la psicosíntesis. Manifiestan que los gestálti-
cos ortodoxos no proporcionan suficiente feedback cognitivo y que los
t terapeutas ortodoxos del- AT rara vez potencian el intenso trabajo emocional
que conduce a la ruptura del bloqueo que impide el crecimiento.
Existen multitud de posibilidades para integrar las perspectivas del AT y
de la Gestalt en el trabajo grupal con niños (Tudor, 1991). Los grupos de
Tudor son educativos y terapéuticos y tienen el fin de potenciar la salud men-
tal. Tudor establece un marco de trabajo que vincula el desarrollo infantil con
las fases del ciclo gestáltico y con los mandatos del AT que son relevantes a
cada edad.
del AT deciden qué aspectos desean cambiar. Sus contratos les protegen de la
imposición de los valores culturales del terapeuta.
El AT proporciona también un enfoque estructurado que permite a los
clientes observar las conexiones existentes entre lo que aprendieron en sus
familias y sus actitudes hacia las personas. Muchos clientes consideran útil
este tipo de estructura porque les ayuda a entender la influencia que su cultu-
ra ha ejercido sobre ellos. Piense, por ejemplo, en los siguientes mandatos
que puede escuchar entre sus clientes: "No llores o no muestres tus lágrimas
en público", "No confrontes a tus padres", "Vive de acuerdo a las expectati-
vas de tus progenitores o familia", "No te preocupes en exceso de tí mismo",
"No muestres tu debilidad", "No hagas comentarios negativos en público",
"No llames la atención", "Respeta siempre a tus mayores", "Piensa en lo
mejor para tu familia [comunidad] y no en tus propios intereses", "No ganes
a expensas de otros", "No hables de tu familia o de los problemas familiares
con desconocidos". Estos mandatos culturales pueden ser un buen inicio para
la exploración en el grupo.
Es necesario que los terapeutas respeten los mandatos culturales de los
clientes y al mismo tiempo que establezcan un clima donde los miembros
puedan empezar a cuestionarse el grado en que han aceptado estos mensajes.
En este mismo orden, el terapeuta debería evitar desafiar a los clientes con
excesiva premura para reducir así las posibilidades de abandono. La confron-
tación directa de los mandatos culturales será interpretada por muchos clien-
tes corno la señal de que el terapeuta no respeta sus valores o de que éste
desea imponer su propio sistema de valores.
Una limitación de la aplicación del AT a la práctica de grupos multicultu-
rales consiste en la dificultad que la terminología puede conllevar para algu-
nos clientes. Aunque los terapeutas aseguran que el AT es simple y fácil de
entender, muchOs clientes pueden encontrar dificultades con la complejidad
de conceptos como la estructura y dinámicas de los juegos y los subcompo
nentes de varios estados del ego. Antes de desafiar los guiones de vida de _ los
miembros del grupo los cuales frecuentemente se hallan enraizados en su
herencia cultural, los terapeutas deberán asegurarse de haber establecido una
.relación de confianza y de que los clientes han demostrado su disposición a
cuestionarse las tradiciones familiares. En algunas culturas se considera tabú
dudar sobre las tradiciones familiares, comentar tales asuntos en grupos no
familiares o permitir que otros desafíen estas tradiciones. El enfoque del con-
trato usado por la mayoría de los terapeutas del AT puede ser útil para que
estos clientes dispongan de la responsabilidad de decidir qué aspectos de su
vida familiar desean compartir así como para decidir qué valores familiares
están dispuestos a cuestionar. Si los miembros del grupo asumen esta respon-
sabilidad para formular contratos específicos, se reducirán sensiblemente las
posibilidades de confrontaciones inadecuadas.
410 ANÁLISIS TRANSACCIONAL
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Ó
INTRODUCCIÓN
Los enfoques conductuales son cada vez más frecuentes en la terapia gru-
pal. Una de las razones de su popularidad es Cel énfasis que estos enfoques
hacen en enseñar a los clientes habilidades de auto-manejo que ellos pueden
usar para controlar sus vidas, para manejar con efectividad los problemas
presentes y futuros y para funcionar bien sin terapia continuada]Los escrito-
res de orientación conductual como Watson y Tharp (1993), han dedicado
diversas obras al - tema de la ayuda a las personas para[trabajar en busca de
"la conducta Auto-controlada". Esta meta se logra mediante variadas técnicas
cognitivas y conductuales orientadas a la acción. La mayoría de estas técni-
ca terapéuticas son procedimientos que los clientes usan a solas para resol-
ver problemas interpersonales, emocionales y de toma de decisiones.)
,/El término terapia de la conducta se refiere a la aplicación de una diver-
sidad de técnicas y procedimientos basados en diferentes teorías del apren-
dizaje) Como ninguna práctica contemporánea de la terapia conductual se
ciñe a una teoría simple, no existe un modelo, de grupo simple que, en tér-
minos estrictos, pueda denominarse "grupo conductual". Más bien,Cvarios
tipos de grupos operan en base a principios conductuales y de aprendizaje.]
/La terapia conductual se conceptualiza mejor como una orientación general
de la práctica clínica que se basa en el enfoque experimental del estudio de
la conducta.✓
414 TERAPIA CONDUCTUAL DE GRUPO
CONCEPTOS CLAVES
aprender conductas más efectivas para manejar las situaciones que pro-
ducen estrés y enfado
/La tarea del terapeuta consiste en ayudar a los miembros del grupo a des-
menuzar las metas generales y globales en metas específicas, concretas y
medibles que puedan lograrse de forma sistemática)Por ejemplo, si un miem-
bro del grupo afirma que le gustaría sentirse más cómodo en las situaciones
sociales, el terapeuta le pregunta: "¿De qué forma específica te sientes incó-
modo?, ¿Bajo qué condiciones te sientes incómodo?, ¿Podrías darme algu-
nos ejemplos concretos de las situaciones en las que te sientes incómodo?,
¿De qué forma específica te gustaría cambiar tu conducta?". El grupo puede
ayudar a los miembros a formular respuestas a estas difíciles preguntas.
Plan de Tratamiento
Una vez que los miembros hayan especificado sus metas, se establece un
plan de tratamiento para conseguirlas. Las técnicas conductuales están Orien-
tadas a la acción, por lo tanto, se espera que los miembros hagan cosas, no
sólo reflexionar pasivamente y dedicarse exclusivamente a comentar sus pro-
blemas. Las técnicas más frecuentemente utilizadas son aquellas que favore-
cen la interacción grupal como el modelado, el ensayo de conductas, las
tareas para casa, el feedback, el entrenamiento y la información. Todas estas
técnicas se definen y comentan a lo largo del presente capítulo.
Evaluación Objetiva
miento. Arnold Lazarus (1986, p. 65) manifiesta que el cambio duradero _está
en función de la combinación de técnicas, estrategias y modalidades. Aunqu e
defiende las virtudes del eclecticismo técnico, añade que es conveniente evi-
tar la aplicación de técnicas al azar en base a preferencias o impresiones sub-
jetivas. Subraya que la finalidad de la terapia conductual es formular un
marco de trabajo conceptual coherente que permita (1) la especificación de
metas y problemas, (2) la especificación de técnicas de__tratamiento para
lograr estas metas y remediar estos problemas y (31 la medición sistemática
del éxito de estas técnicas.
* Los terapeutas dirigen las entrevistas de ingreso con los futuros miem-
bros, durante las mismas se efectúan la evaluación inicial y la orienta-
ción preliminar.
* Otra función del terapeuta consiste en enseñar a los participantes el pro-
ceso grupál y la forma de obtener el máximo beneficio del grupo. El
terapeuta explica la finalidad del grupo, orienta a los miembros sobre las
actividades y la estructura de las sesiones, repasa las expectativas de los
miembros y ofrece sugerencias sobre el modo de obtener un beneficio
personal del grupo.
* Los terapeutas dirigen la evaluación continua de los problemas de los
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 419
sólo cuando existe alguna razón para pensar que se está interponiendo en el
proceso terapéutico -1 Por otra parte, Lazarus (1986) halla ciertas caracterís-
ticas de personalidad asociadas con los terapeutas de mucho éxito. Tales tera-
peutas poseen un gran respeto genuino por las personas, flexibilidad,
1
responsabilidad, una perspectiva no enjuiciadora, cercanía personal, mucho
sentido del humor, voluntad de practicar lo que predican y sentido de cohe- l
rencia y autenticidad. En resumen, los terapeutas Tde un grupo conductual
deben ser técnicos expertos y deben poseer también las cualidades humanas
para establecer el clima de confianza e interés necesario para el uso efectivo
de estas técnicas terapéuticas.
Etapa Inicial
1
terapia individual es que ofrece a los miembros una gran variedad de modelos
sociales y de roles para imitar. El modelado se ejecuta por el terapeuta y por
los participantes.
1 ¿Cuáles son las características de los modelos efectivos?. Las revisiones
de las investigaciones (Bandura, 1969) indican que un modelo similar al
observador en edad, sexo, raza y actitudes es más probable que sea imitado
1 que un modelo diferente al observador. Los modelos que disponen de cierto
grado de prestigio y estatus tienden a ser más imitados. Si el cliente difiere
1 mucho del modelo en muchas de estas características, el cliente tiende a per-
cibir la conducta del modelo como irreal. Además, los modelos que son corn-
petentes en sus ejecuciones y que muestran cercanía tienden a aumentar los
i efectos del modelado. Los modelos deberían ser reforzados en presencia del
observador tanto como sea posible y los observadores deberían ser reforzados
1
constructivas y ha modificar las estructuras cognitivas. El efecto del modela-
do se potencia con otros tres procedimientos: ensayo de conducta, prepara-
ción y feedback del grupo (Rose, 1989).
1 ENSAYO DE CONDUCTAS. La finalidad,del ensayo de conductas es pre-
1
parar a los miembros para ejecutar las conductas deseadas fuera del grupo,
cuando las señales del modelado no están a disposición del _cliente. Las nue-
vas conductas se practican en un contexto seguro que simule al mundo real.
424 TERAPIA CONDUCTUAL DE GRUPO
o por el terapeuta del grupo. Hay dos aspectos característicos del feedback: la
alabanza y el ánimo por la conducta ejecutada y las sugerencias específicas
para corregir o modificar errores. El feedback es una parte útil del aprendiza-
je de nuevas conductas, especialmente cuando es constructivo, específico y
positivo. Rose y Edleson (1987) sugieren las siguientes pautas para ofrecer
feedback sobre la ejecución del ensayo de un miembro en el grupo:
* Antes de que los miembros del grupo ofrezcan feedback deben ser for-
mados mediante ejercicios de grupo para dar y recibirlo.
* El feedback positivo se da primero para que el miembro pueda ser refor-
zado inmediatamente.
* Al criticar una ejecución, el observador dice lo que podría haber sido
efectuado de forma diferente.
* El feedback efectivo es específico y se centra en las conductas.
* El terapeuta o un miembro del grupo repasa el feedback.
t
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPA', 427
1
usan durante el entrenamiento en la resolución de problemas. A lo largo del
proceso terapéutico, se enseña a los clientes técnicas de auto-control y se les
anima a reforzar su propia ejecución satisfactoria. Además, cuando los clien-
tes han observado al terapeuta (o a otros modelos) demostrando los procedi-
mientos efectivos de resolución de problemas, se supone que asumen un rol
más activo. En este momento, el terapeuta funciona como un consultor, pro-
porcionando pautas, feedback y animando y evaluando las aplicaciones en la
vida real (Rose, 1989).
1 Etapa Final
1 real para favorecer esta generalización. Los miembros ensayan lo que desean
decir a las personas significativas de su vida y practican conductas alternati-
vas. Durante la etapa final pueden ser de gran valor el feedback de los miem-
t bros del grupo y la preparación. Se programan las sesiones de forma
sistemática para que las nuevas conductas puedan ser trasladadas al mundo
1
real. Aunque la preparación para la generalización y el manteninliento del
cambio presenta un interés especial en la etapa final, es una característica de
todas las fases del grupo.
428 TERAPIA CONDUCTUAL DE GRUPO
Laeneralización
g de los cambios desde el grupo
g P terapéutico
P hasta la vida 11
cotidiana se logra en gran medida por las siguientes acciones del terapeuta
del grupo (Rose, 1989; Rose & Edleson, 1987):
_
gación. Estas sesiones ofrecen a los miembros oportunidades para revisar lo
aprendido, para actualizar al grupo ; so bre su progreso y para animar a los
miembros a contabilizar los cambios o la falta de los mismos. Sabiendo que
van a ser controlados, los miembros sienten más presión para mantener y
aplicar la disciplina que han aprendido en el grupo. Se les anima a hacer uso
de sus compañeros y a descubrir recursos alternativos (como otros grupos u
otras formas de terapia) para continuar con sus progresos.
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 429
APLICACIONES Y TÉCNICAS
efectuar el rol play. Cuando los miembros aprenden destrezas de rol play, se .
les enseña a elaborar situaciones que les dirijan hacia el entrenamiento en las
430 TERAPIA CONDUCTUAL DE GRUPO
APLICACIONES Y TÉCNICAS
t
430 TERAPIA CONDUCTUAL DE GRUPO
Otro objetivo es enseñar a las personas a expresarse de una forma que refleje
sensibilidad hacia los sentimientos y derechos de los demás. Los individuos
sinceramente asertivos no defienden sus derechos de forma rígida pasando
por alto los sentimientos y opiniones de los demás.
* Hay un seguimiento de las tareas para casa completadas por cada uno de
los miembros.
* En cada sesión hay una presentación didáctica referida a algún aspecto o
técnica cognitiva.
* Existen muchas oportunidades para practicar las habilidades en situacio-
nes específicas.
* Se enseña a los miembros a aplicar los ejercicios para el manejo de la.
ansiedad y el estrés.
* Se asignan tareas para el intervalo entre sesiones.
desarrollo de las tareas de casa y las experiencias personales que deseen com-
pletar. Los resultados de estas tareas se controlan cautelosamente en las
siguientes sesiones y si los clientes no las completan, el terapeuta junto con
los miembros consideran las razones de los fracasos. Las sesiones de segui-
miento y de ayuda mutua suelen tener lugar en períodos de 3, 6 y 12 meses
como incentivo para que los clientes continúen practicando y refinando sus
destrezas de manejo. En vez de considerarla como intervención limitada, el
EIE puede ser una parte . del programa de manejo del estrés que amplía los
beneficios del entrenamiento hasta el futuro.
Los grupos de orientación conductual pueden ser útiles para las personas
que desean aprender las habilidades necesarias del auto-manejo. Áreas en las
que una persona puede aprender a controlar su conducta y provocar el cambio
auto-controlado son los abusos de alcohol, alimentos o cigarrillos y la auto-
disciplina inadecuada en el trabajo o en los estudios. Algunos individuos no
pueden lograr ciertas metas laborales porque sus esfuerzos se ven limitados
por la falta de organización; no saben dónde iniciar un proyecto, cómo soste-
ner los esfuerzos o cómo evitar el desánimo que sienten al no lograr sus
metas. En estas u otras áreas similares, los grupos conductuales para la modi-
ficación auto-controlada pueden proporcionar las pautas y la planificación
necesaria para que se produzca el cambio. Si usted está interesado en un tra-
tamiento detallado de modificación auto-controlada y estrategias de auto-
manejo, consulte en Watson y Tharp (1993).
ción con el terapeuta y el tipo de estrategias de tratamiento que serán más úti-
les para cada cliente y bajo qué circunstancias particulares. La principal cues-
tión es: ¿Quién o qué es mejor para este cliente particular?. La flexibilidad y
versatilidad terapéutica se valoran mucho en la orientación multimodal
(Lazarus, 1987b, 1989a, 1998b, 1992a, 1992b).
La esencia del enfoque multimodal es la premisa según la cual los seres
humanos son complejos en su formas de moverse, sentir, imaginar, pensar y
relacionarse. Según Lazarus (1989b), existen siete áreas fundamentales en el
funcionamiento de la personalidad: conducta, respuestas afectivas, sensacio-
nes, imágenes, cogniciones, relaciones interpersonales y funcionamiento bio-
lógico. Aunque estas modalidades son interactivas, pueden ser consideradas
como funciones discretas y defendidas como divisiones útiles.
El terapeuta multimodal considera que una evaluación inicial y el pro-
grama tratamiento completo debe incluir cada una de las siete modalidades
del BASIC I.D. (letras que se corresponden con las iniciales de los términos
ingleses, behaviour .= conducta, affect = afecto, sensations = sensaciones,
imagery = imaginación, cognition = cognición, interpersonal relationships =
relaciones interpersonales y drugs/biology = drogras/biología). De este
modo, el BASIC I.D. constituye el mapa cognitivo que garantiza que cada
aspecto de la personalidad reciba atención específica y sistemática. Además,
la terapia multimodal conlleva la corrección de los pensamientos irraciona-
les, de las conductas desviadas, de los sentimientos desagradables, de las
imágenes de interés, de las relaciones estresantes, de las sensaciones negati-
vas y de los posibles desequilibrios biológicos. Se supone que los clientes
tienen dificultades con un número específico de problemas consecuente-
mente, conviene aplicar un número de tratamientos específicos. Si el tera-
peuta fracasa ,en su intento de coincidir con la modalidad presentada por el
cliente, éste a menudo tiende a sentirse incomprendido. Es axiomático que
la terapia debería iniciarse donde se halla el cliente y después avanzar hacia
áreas más productivas de discurso (Lazarus, 1989b). El cambio duradero se
concibe como una función de la combinación de técnicas, estrategias y
modalidades. La meta final de la terapia multimodal es reducir el sufrimien-
to y potenciar el crecimiento personal con la mayor brevedad posible
1992b).
Existen algunos otros presupuestos básicos que subyacen a la terapia mul-
timodal. En primer lugar, los terapeutas deben ser personas efectivas. En
segundo lugar, necesitan una variedad de destrezas y técnicas para manejar
los diferentes problemas planteados por los clientes. En tercer lugar, deben
ser técnicamente eclécticos, es decir, deberían ser capaces de aplicar técnicas ,
de cualquier disciplina que haya demostrado ser efectiva para el manejo de
los problemas específicos. En cuarto lugar, deben disponer de un marco teóri-
co que guíe su ejercicio.
440 TERAPIA CONDUCTUAL DE GRUPO
Lazarus (1992a, 1992b) apunta los siguientes cinco principios que encar-
nan la esencia de la perspectiva multimodal: (1) los seres humanos actúan e
interactúan en base a las siete modalidades del BASIC I.D., (2) estas modali-
dades se hallan interrelacionadas y deben ser consideradas como un sistema
interactivo, (3) una evaluación objetiva se logra mejor a través del examen de
cada una de las siete modalidades y de la interacción que se produce entre
ellas, (4) un enfoque comprensivo del tratamiento implica la corrección espe-
cífica de los problemas que se han advertido a lo largo del BASIC I.D. y (5)
los trastornos psicológicos son producto de factores tales como los sentimien-
tos conflictivos, la falta de información, la falta de habilidades interpersona-
les y los problemas existenciales.
Según Lazarus (1992a) la esencia de la posición multimodal es que el tra-
tamiento de sólo uno o dos problemas significativos no producirá una mejoría
significativa. Evidentemente, incluso si se da el cambio, es probable que se
produzca una recaída salvo que los clientes identifiquen las áreas problemáti-
cas de todas las modalidades básicas. No es suficiente seleccionar un único
área de exploración. Una de las principales ventajas de la orientación multi-
442 TERAPIA CONDUCTUAL DE GRUPO
modal es que ofrece un enfoque de siete puntas como núcleo del trabajo tera-
péutico.
La investigación preliminar del BASIC I.D. del cliente extrae algunos
ternas centrales y significativos que pueden ser productivamente explorados
en el grupo. Las preguntas preliminares van seguidas por un cuestionario
detallado del historial del individuo. Una vez establecido el perfil BASIC I.D.
de la persona, el siguiente paso consiste en el examen de las interacciones
entre las diferentes modalidades. Esta segunda fase de trabajo intensifica las
facetas específicas de las áreas problemáticas de la persona y permite al tera-
peuta del grupo entender a la persona de forma más global así corno elaborar
estrategias efectivas de tratamiento y manejo.
Lazarus (1982) cree que es mejor formar grupos que sean relativamente
homogéneos con respecto a las áreas problemáticas y a las metas. Ejemplos
de tales grupos son las personas interesadas en aprender a ser más asertivas,
las personas interesadas en perder peso, parejas interesadas en mejorar la
comunicación en sus relaciones y los individuos que desean dejar de fumar.
La terapia grupal se considera particularmente apropiada (y el tratamiento a
escoger) cuando existe alguna razón para pensar que otras personas favorece-
rán el proceso de aprendizaje, el abandono de aprendizajes anteriores y el
reaprendizaje. Si la evaluación del BASIC I.D. revela que el cliente tiene una
auto-imagen negativa y sentimientos de inadecuación, entonces la terapia
multimodal de grupo puede ser útil. Del mismo modo, para los clientes cuyas
evaluaciones revelen dificultades interpersonales, la terapia grupal ofrece
algunas ventajas frente al tratamiento individual.
En opinión de Lazarus (1982) el grupo de tiempo limitado (20 sesiones
aproximadamente) parece ser el formato más , efectivo. Cuando finaliza el
grupo, los miembros pueden someterse a una terapia individual o participar
en otro grupo. Lazarus ha descubierto que este formato dinamiza el aprendi-
zaje, el abandono de aprendizajes previos y. el reaprendizaje, la base de la 1_
terapia multimodal. En términos de los métodos-que se usan en las sesiones
,
de tareas para casa y otros métodos basados en la ejecución que al uso exclu- ^
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Terapia racional emotiva
- INTRODUCCIÓN
CONCEPTOS CLAVES
1 ✓ La Teoría A-B=C
1 La denominada teoría A-B-C de la personalidad y trastorno emocional es
central en la teoría y práctica del REBT. La teoría A-B-C mantiene que cuan-
1 do las personas tienen una reacción emocional en el punto C (Consecuencia
emocional), tras algún suceso Activador en el punto A, no es el hecho en sí
1 (A) el que causa el estado emocional (C), aunque pueda contribuir en él, sino
que se trata del sistema de Pensamientos (B), o los pensamientos que las per-
sonas tienen sobre el hecho, los que originan C. Por ejemplo, si usted se sien-
1 te rechazado y dolido (C) por el hecho de no haber sido ascendido en su
trabajo (A), no es el hecho de no ser ascendido lo origina su dolor, sino su
1
pensamiento (B) sobre el hecho. Pensando que no haber recibido la promo-
ción implica que usted es un fracasado y que sus esfuerzos no han sido apre-
ciados y que estos deberían ser apreciados, usted "construye" la consecuencia
1 emocional de sentirse rechazado y dolido. Así pues, los seres humanos son en
gran medida responsables de crear sus propios trastornos emocionales
mediante pensamientos que asocian con los acontecimientos de sus vidas.
i Ellis (1986a) mantiene que las personas disponen de la capacidad para
modificar significativamente sus cogniciones, emociones y conductas. Según
1 el autor, las personas pueden lograr esta meta evitando preocuparse por el A
y reconociendo y resistiéndose a la tentación de explayarse en las consecuen-
cias emocionales en C. Pueden optar por examinar, desafiar, modificar y
1 desenraízar B, los pensamientos irracionales que guardan sobre los aconteci-
mientos activadores en A.
Según Ellis (1980), los seres humanos tenemos una fuerte tendencia a
valorar nuestros actos y conductas corno "buenas" o "malas". y además a
valorarnos a nosotros mismos como persona total en base a nuestras ejecucio-
nes. Manifiesta que las personas pueden aceptarse a sí mismas- o considerarse
merecedoras simplemente porque se encuentran vivas. No necesitan compro-
bar su valía siendo queridas o aceptadas por otros en razón de sus acciones.
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 461
Metas
I Base Teórica
Más de 35 años de experiencia en la dirección de grupos REBT ha confir-
mado la idea de Ellis de que un grupo es particularmente efectivo para ayudar
a sus participantes a obtener una personalidad constructiva y cambios del
comportamiento. A continuación se presenta una síntesis de las ventajas de
los grupos REBT que Ellis (1977c) comenta:
Aunque Ellis emplee esta largo listado de razones para apoyar su perspec-
tiva de la conveniencia del REBT para el trabajo grupal, estas mismas razo-
nes apoyan la aplicación grupal de la mayoría de los restantes modelos
terapéuticos comentados en la presente obra. Por lo tanto, los aspectos
comentados por Ellis pueden ser considerados por cualquier terapeuta que se
encuentre elaborando la base teórica de un programa de terapia grupal, inclu-
so si posee una orientación diferente de la REBT.
Desde una perspectiva cognitiva la REBT demuestra a los clientes que sus
pensamientos y auto-revelaciones mantienen sus trastornos. Cuenta con
varias técnicas para eliminar estas cogniciones de auto-condena y para ense-
ñar a las personas' a adquirir un enfoque más racional ante la vida. En un
grupo REBT se efectúan muchos esfuerzos por pensar, disputar, debatir,
desafiar, persuadir, interpretar, explicar y enseñar. A continuación se descri-
ben algunas de las técnicas cognitivas que se emplean con frecuencia en un
grupo REBT.
sí solos. Además, las tareas propuestas por los miembros del grupo tenderán a
ser más gustosamente llevadas a la práctica que aquellas asignadas por el
terapeuta (Ellis, 1984c).
humor enseña a los miembros del grupo a reírse no de sí mismos sino de sus
pensamientos de auto-condena. Reduce ciertas ideas que los clientes guardan
tenazmente hasta un grado absurdo, mostrándoles la naturaleza contradictoria
y ridícula de estas perspectivas. Aunque la introducción precipitada e inapro-
piada del humor puede ocasionar problemas, "una vez establecida la confian-
za, los miembros se hallan más dispuestos a percibir la ridiculez de algunas
de sus formas y pueden divertirse riéndose de sí mismos. Un ejemplo de apli-
cación del humor consiste en hacer que los miembros canten las canciones
cómicas publicadas por Ellis en su cancionero A Garland of Rational "Songs
(1977b). Algunos clientes sienten mejoría al cantar para sí esta canciones
cuando experimentan ansiedad o depresión.
actividad como creen que deberían. El rol play libera emocionalmente a los
miembros y les permite actuar de multitud de formas nuevas. Puede provocar
el cambio del pensamiento, sentimiento y conducta del cliente.
En un grupo REBT, el rol play conlleva también la evaluación cognitiva
de -los sentimientos y pensamientos experimentados. De este modo, si un
miembro trata de manejar con más efectividad el rechazo de su padre que le
exige perfección, puede adoptar un rol distinto del que le caracteriza normal-
mente, un rol en el que ya no se siente victimizado por la falta de aprobación
de su padre. Después esta persona efectúa el análisis cognitivo de los senti-
mientos experimentados durante la representación del rol. A tal efecto -puede
responder a preguntas como:
Además de estas tareas que se efectúan durante las sesiones grupales, los
terapeutas pueden sugerir a los miembros que realicen tareas en el mundo
real. A los individuos que temen pasar por los subterráneos, volar en aviones
o tomar el ascensor, se les anima a que realicen repetidamente estas activida-
des que son fuente de ansiedad. Por ejemplo, las personas con miedo a los
ascensores pueden tomar el ascensor 20 veces al día durante un mes al mismo .
mismo cuando los miembros no efectúan las tareas para casa. Ellis (1993)
dice. que "a los clientes difíciles se les sugiere que quemen un billete de cien
^
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA CRUPAL 475
esta idea es lógica?, ¿Cómo sería tu vida si siguieras viviendo en base a esos
presupuestos?, ¿Crees que serías diferente si pudieras cambiar algunos de
estos pensamientos básicos?, en caso afirmativo ¿de qué modo?, ¿Qué accio-
nes puedes hacer ahora, es este grupo y en tu vida diaria que te ayuden a
cambiar algunos de los pensamientos que tienes?".
En resumen, valoro el énfasis de la REBT en el pensamiento por la impor-
tancia que la conceptualización tiene en la producción del cambio emocional
y conductual. Aunque concedo valor a la catarsis y a la expresión de senti-
mientos pasados acumulados, he descubierto que para que una experiencia
emocional produzca un impacto significativo, es necesario tratar de entender
el significado de la experiencia. La REBT proporciona un marco de trabajo
para esta dimensión cognitiva vital.
Al igual que cualquier otro enfoque orientado en la acción, la REBT insiste
en convertir en acción los insight recientemente adquiridos. El método de tare-
as para casa es una vía excelente para convertir los insights en programas de
acción concretos. En mis grupos a menudo sugiero tareas que puedan efectuar-
se en el grupo y que permitan a los clientes practicar nuevas conductas y expe-
rimentar con una forma de ser diferente. Recuerdo, por ejemplo, a Donal, un
cliente mayor que evitaba a las mujeres de su grupo porque estaba seguro de
que ellas no deseaban perder su tiempo con él. Le pregunté si quería cambiar
este patrón y respondió que le gustaría establecer contacto. Así pues, le sugerí
que aquella tarde seleccionara a las tres mujeres de nuestro grupo con quienes
prefería hablar e iniciara una conversación con ellas. La conducta que le sugerí
era experimental y nueva y pretendía ayudarle a ver qué pasaba y después deci-
dir si deseaba o no continuar con este nuevo estilo de conducta. Recuerde que
estas sugerencias no sólo pueden ser propuestas por el terapeuta, se puede ani-
mar a los miembros para que_ establezcan sus propias propuestas.
La REBT se aplica más facilmente con los clientes que desean aceptar su
propia responsabilidad en la creación de sus dificultades. Como hemos men-
cionado previamente, es compatible con -un enfoque existencial. Además,
incorpora fácilmente técnicas específicas elaboradas por otros sistemas
(como la terapia conductual o la terapia adleriana). Las técnicas gestálticas
también pueden introducirse de forma creativa para trabajar el área emotiva.
Ellis (1987a) admite que la REBT presenta sus limitaciones,- pero su
comentario al respecto se refiere más a las limitaciones del cliente (como la
resistencia) que a cualquier otra limitación -de la teoría ó práctica. El autor
comenta algunos puntos fuertes de la REBT como:
vas, emotivas y conductuales que pueden ser efectivas incluso con los clien-
tes difíciles.
La REBT ha sido incorporada a la educación, a los negocios y a las
comunicaciones. Ellis la considera corno la terapia individual y grupal
que se extiende hacia la terapia del área educativa general y de los
medios de comunicación. Manifiesta que sus principios se adaptan a
aplicaciones en el hogar, en las escuelas, en las instituciones sociales, en
los centros comunitarios y en los hospitales (Wessler, 1986).
larmente cuando estos valores son presionados por el terapeuta del grupo"o en
algunos casos por los miembros restantes del grupo. Por lo tanto, es esencial
que los terapeutas de la REBT sean muy conscientes de sí mismos y de sus
propias motivaciones. Esto conlleva que el nivel de conocimiento, formación,
perceptividad y objetividad de juicio del terapeuta sean particularmente ^
i mportantes. Quizá una forma de garantía ética para los terapeutas que emple-
an el procedimiento de la REBT consiste en comentar abiertamente este
aspecto en el grupo y prevenir a los miembros de la presión al cambio en
alguna dirección definida, en una que se oponga a su sistema de valores.
Otra posible limitación del enfoque REBT de grupos es la posibilidad de
la presión grupal contra los miembros que se resisten a ciertos cambios. Aun-
que el feedback tiene un gran valor potencial, en definitiva es el miembro
receptor del feedback quien decide lo que hace con él. Si los miembros pre-
sionan, persuaden y tratan de elaborar el pensamiento de otro miembro, los
resultados son como mínimo cuestionables porque la misma integridad del
miembro individual se ve condenada.
Si la REBT se lleva a cabo tal y como sugiere Ellis, sin embargo, estos
peligros se reducen considerablemente. Ellis rara vez se cuestiona los deseos,
preferencias, valores o moralidad de sus clientes. Lo que cuestiona son sus
"debes", "deberías" y las exigencias irracionales. Si alguien dice, "Yo deseo
un amor romántico" o "Prefiero abstenerme del sexo", Ellis rara vez mostra-
ría desacuerdo. Sin embargo, si una persona dice "Yo debo ser amada román-
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA C RUI'AL 479
ticamente"o "Yo tengo que ser abstinente bajo cualquier condición" desafia-
ría tales perspectivas y animaría al cliente a modificarlas por preferencias.
Ellis cree que la REBT, que muestra a los clientes que incluso la racionalidad
es deseable pero no necesaria, reduce el fanatismo, el absolutismo y los tras-
tornos emocionales, incluyendo el posible absolutismo de los miembros y del
terapeuta.
Algunos critican a Ellis por lo que perciben como su perspectiva negativa
de los valores espirituales y su posición normalmente antagonista hacia la
religión. Yo creo que Ellis confrontaría a los clientes que considera "devotos
rígidos y religiosos dogmáticos". Ellis (1992a) manifiesta que a través de sus
escritos ha explicado que la religión, en su definición más usual, no es irra-
cional y tampoco conduce al trastorno emocional. Sin embargo, mantiene qué
la "religiosidad devota" (religiosidad rígida y dogmática que confía totalmen-
te en un poder sobrenatural o divino) tiende a ser dañina emocionalmente.
Realmente no corresponde al terapeuta decidir por el cliente que la confianza
en un poder superior sea irracional, salvo que esto determine un sentimiento
de total impotencia del cliente para ayudarse a sí mismo.
Es conveniente advertir que muchas personas pueden practicar la REBT
de forma diferente al estilo de Ellis. Los principios y técnicas de la REBT
deberían diferenciarse del estilo confrontativo que caracteriza a Ellis. Un
terapeuta puede hablar suave y educadamente y emplear los conceptos y
métodos de la REBT.
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INTRODUCCIÓN
CONCEPTOS CLAVES
Aunque todos los seres humanos poseen estas necesidades, cada individuo
satisface las suyas de forma diferente. Las personas elaboran internamente un
"álbum de fotos" de sus deseos específicos que contiene las imágenes preci-
sas del modo en que desean satisfacer sus necesidades. La responsabilidad
consiste en aprender a satisfacer realistamente estas necesidades humanas
básicas y la esencia de la terapia consiste en enseñar a las personas a aceptar
esta responsabilidad. Las personas actúan con un fin: moldear su entorno,
como el escultor moldea la piedra, para adaptarlo a sus propias imágenes
internas. Estas metas sólo pueden lograrse con mucho esfuerzo (Wubbolding,
1988).
Un objetivo principal de la terapia realista es enseñar a las personas for-
mas más adecuadas de satisfacer sus necesidades y de lograr lo que desean en
la vida. En palabras de Glasser, "Lo que decidimos hacer está en nuestras
manos y la meta de la terapia realista es ayudar a los clientes a entender y
poner en práctica opciones mejores que las empleadas hasta el momento"
(1989, p. 8). Es tarea del terapeuta aconsejar a los clientes que escojan vías
de comportamiento más apropiadas que las que han estado seleccionando. Se
requieren muchas habilidades terapéuticas para persuadir a los clientes de que
son ellos quienes han escogido precisamente aquello de lo que se quejan y
para demostrar que les beneficiaría escoger conductas más efectivas (Glasser,
1992). Los seres humanos tenemos un grado significativo de control sobre
nuestras vidas y mientras más efectivo sea el control que ponemos en acción,
más satisfechos nos sentiremos.
Orientación Existencial/Fenomenológica
Conducta Total
Identidad de Éxito
La meta fundamental de la terapia realista, es ayudar a las personas a
lograr una identidad satisfactoria , es decir, aprender conductas más efectivas
para la satisfacción de las necesidades. Las personas que poseen una identi-
dad de éxito se perciben a sí mismas como capaces de dar y aceptar amor, de
sentir que son significativas 'para otros, de experimentar una sensación de
auto-estima, de implicarse con otras personas y de satisfacer sus necesidades
sin hacerlo a expensas de otras personas.
Las personas que acuden a una terapia normalmente tienen una "identidad
de fracaso": se perciben a sí mismas como no amadas, rechazadas y no desea-
das, incapaces de implicarse íntimamente con otros, incompetentes para corn-
prometerse y generalmente inútiles. Las personas solicitan una terapia porque
sufren psicológicamente y porque no están logrando lo que desean de la vida.
Normalmente, los individuos con identidad de fracaso responden a los retos
con un "No puedo", una profecía auto-cumplida que conduce a una mayor
falta de éxito, lo que a su vez refuerza la auto-percepción negativa y. por últi-
mo hace a las personas percibirse como inútiles, fracasadas en la vida. Corno
la terapia realista asume que en última instancia somos seres auto-determina-
dos, que llegamos a ser lo que nosotros mismos decidimos ser, el sistema está
designado para enseñar a las personas a modificar la conducta que potencia la
identidad de fracaso y a desarrollar la conducta que conduce a la identidad de
éxito.
cia entre lo que querernos, las i mágenes de nuestra cabeza y lo que tenernos
en el momento. El presupuesto subyacente a la teoría del control es que
"nuestra conducta es siempre nuestro mejor esfuerzo para controlar el mundo
y a nosotros mismos como parte de ese mundo para lograr satisfacer mejor
nuestras necesidades" (Glasser, 1989, p. 5).
Glasser (1989) mantiene que la teoría del control muestra que la única
conducta que podemos controlar es la nuestra. La única forma de controlar
los acontecimientos de nuestro entorno se efectúa a través de lo que nosotros
decidimos hacer. Nuestros sentimientos no están controlados por otras perso-
nas o por los acontecimientos. Los seres humanos no somos esclavos psicoló-
gicos de los otros, ni nos hallamos atrapados por nuestro pasado o presente,
salvo que así lo decidamos.
Normalmente cuando los individuos solicitan una terapia se debe a su
incapacidad para manejar sus vidas. La mayoría de las personas creen que
sufren dolor psicológico porque son víctimas de otras personas o de aconteci-
mientos externos que no pueden controlar. La premisa de la teoría del control,
sin embargo, es que las personas son capaces de controlar todas las facetas de
sus vidas, incluyendo su forma de sentir y en gran medida, incluso su salud.
Glasser manifiesta que lo esperanzador de la teoría del control es el hecho de
que las personas puedan escoger lo que hacen y su forma de sentir. Por lo
tanto, con el asesoramiento de un terapeuta eficiente, lo_ s individuos pueden
aprender a elegir mejor. En palabras de Glasser:
El mensaje de la teoría del control es que una vez comprendidas las
ideas básicas, específicamente las necesidades, las imágenes en las cabe-
zas y el concepto de conducta total, independientemente de lo malas que
parezcan las cosas, podemos elegir mejorar nuestras vidas, siempre y
- cuando estemos dispuestos a hacerlo [1989, p. 2]. _
El Entorno Terapéutico
pueden ser útiles para lograr progresos significativos en dirección a los cam-
bios deseados. Esta idea fue muy bien comprendida por mi hija Heidi al refe-
rirse a un proverbio chino que dice: "Un viaje de miles de millas se empieza
con el primer paso. Así pues, ¡Empieza a andar!".
* Un plan efectivo implica hacer algo. El plan debería conllevar un pro-
grama de acción y debería estar formulado en términos de lo que ha de
hacerse.
* El terapeuta anima a los miembros a elaborar planes que éstos pueden
ejecutar independientemente de lo que hagan los otros. Por lo tanto, el tera-
peuta se centrará en los miembros y no en el mundo externo que rodea a éstos
y que a menudo se halla fuera de su control. Los miembros pueden aprender
que sólo tienen control sobre su propio mundo interior de deseos y sobre sus
sistemas conductual y perceptual. Si los miembros esperan que otros cam-
bien, entonces el cambio es contingente a otros. Los buenos planes son espe-
cíficos y concretos. Los terapeutas pueden ayudar a los miembros a
desarrollar la especificidad mediante la formulación de preguntas como:
"¿Qué?", "¿Dónde?", "¿Con quién?", "¿Cuándo?" y "¿Con qué frecuencia?".
* Los planes efectivos son repetitivos, es decir, se ejecutan regularmente,
si no diariamente. Para que los miembros del grupo superen los síntomas
negativos como "deprimirse", "sentir ansiedad", pensamientos negativos y
dolencias psicosomáticas, es fundamental que los sustituyan por síntomas
positivos. Estos síntomas incluyen sentimientos de alegría y confianza, pen-
samiento racional, actividades saludables, dieta y ejercicio y otras cualidades
t=
positivas que son parte del propio programa de crecimiento personal. Las per-
sonas no cambian practicando nuevas conductas sólo cuando las ganas les
acompañan sino repitiendo continuamente los elementos positivos de su pro-
grama.
* Los planes deberían tener un sentido inmediato, es decir, deberían ser
llevados a la práctica tan pronto como sea posible. Los terapeutas pueden for-
mular a sus clientes preguntas como: "¿Qué estás dispuesto a hacer hoy para
empezar a cambiar tu vida?", " Dices que te gustaría divertirte más, ¿qué vas
a hacer ahora para divertirte?". El mensaje que transmiten estas preguntas es
que los miembros tienen la capacidad para controlar sus vidas efectuando
cambios inmediatos.
* La planificación efectiva conlleva actividades centradas en el proceso.
Por ejemplo, los miembros pueden manifestar ser capaces de hacer: 30 minu-
tos de footing cada día, dar tres cumplidos a su hijo, sustituir las comidas
poco sanas por otras más nutritivas, destinar dos horas semana les a trabajos
voluntarios y coger las vacaciones que desean. '
* Antes de que los miembros lleven a cabo su plan, conviene evaluarlo en
el grupo y obtener el feedback de , los miembros .restantes y del terapeuta.
Deberían preguntar si su plan es realista y posible y. si se relaciona con lo, que
TEORÍA Y PRACTICA DE LA TERAPIA GRUPAL, 503
necesita y desea. Una vez ejecutado el plan en la vida real, conviene evaluar-
lo otra vez. Los miembros pueden volver al grupo y comentar el grado de
éxito del plan. Con las aportaciones del grupo, pueden reconocer las caren-
cias del plan, de qué modo puede especificarse más o cómo puede ser necesa-
rio modificarlo.
.Í_ Para que los clientes se comprometan con su plan, es útil escribirlo y fir-
marlo. Además, tanto el terapeuta como los demás miembros pueden ayudar-
le mediante el refuerzo a lograr un plan efectivo.
clientes. Si los miembros dicen una y otra vez que desean y esperan cambiar,
se les puede plantear la siguiente pregunta: "¿Lo harás; y cuándo lo harás?".
El peligro reside en que el miembro no lleve a la práctica su plan, lo que con-
duciría a un aumento de la frustración y se añade a los fracasos de la persona.
La terapia realista trata de evitar este problema evitando exigir a las personas
compromisos irracionales o imposibles.
cian ningún motivo de humor en sus vidas. Al insistir en los síntomas negati-
vos, dejan poco espacio para la levedad. Evidentemente, la aplicación del
humor debe ser adecuadamente temporalizada. Los terapeutas pueden equi-
vocarse si hacen chistes sobre los clientes antes de haber establecido la rela-
ción terapéutica. Debe existir un clima de confianza en el grupo que permita
a los miembros ser espontáneos y reírse unos de otros. Una vez que el grupo
ha logrado un cierto nivel de cohesión, es más probable que el humor produz-
ca resultados positivos. El humor terapéutico no es sarcástico, no ridiculiza a
los clientes y no muestra falta de respeto. El humor terapéutico conlleva un
mensaje educativo, correctivo y ayuda a los clientes a ganar perspectiva de
las situaciones. Cuando los miembros han superado el lugar en que se halla-
ban estancados o la fuente de su dolor emocional, pueden ser capaces de ver
las cosas desde un punto de vista más alejado e incluso pueden reírse de los
mismos aspectos sobre los que previamente han llorado.
El terapeuta puede modelar el humor espontáneo y bienintencionado,
puede ser visiblemente humano y real y puede usar el humor para presentar
una interpretación de los miembros del grupo. Desde la posición de los
miembros, la aplicación del humor proporciona nuevas formas de auto-expre-
sión y flexibilidad para percibirse desde un punto de vista alegre y vital.
Algunos miembros caracterizados por la actitud solemne y grave pueden
beneficiarse del humor que les ayudará a superar el exceso de seriedad. Ade-
más, ser capaz de reír y apreciar la parte absurda de la condición humana
potencia las habilidades interpersonales. Los miembros pueden participar
plenamente del humor compartido, se produce una sensación de catarsis a la
que normalmente sigue la auto-apertura. El humor puede desempeñar un
papel importante en la vida del grupo en su totalidad como fuerza cohesiva.
Cuando los miembros han logrado algún cambio, la terapia realista favo-
rece la estructura para elaborar planes específicos, para formular contratos de
acción y para evaluar su nivel de éxito. En la mayoría de mis grupos he des-
cubierto que es útil emplear estos procedimientos orientados a la acción para
ayudar a los miembros a ejecutar en la vida real lo que aprenden en el contex-
to grupal. Además, también pido a los miembros que establezcan los térmi-
nos de su contrato en el grupo y que informen al grupo sobre los resultados
de sus esfuerzos para conseguirlo.
Otros aspectos de la terapia realista que valoro incluyen la idea de no
aceptar excusas por no haber cumplido con los contratos y la evitación de
cualquier forma de castigo o culpabilización. En mi opinión, si las personas
no ejecutan el plan, es importante comentar con ellos lo que se interpuso en
el camino. Quizá establecieron nietas irreales y elevadas o quizá existe una
discrepancia entre lo que dicen que quieren cambiar y lo que de hecho quie-
ren cambiar. (Se puede creer en la conducta, no siempre se puede creer en las
palabras).
Aprecio también la insistencia de la terapia realista en que el cambio no se
producirá con el insight solamente, los miembros tendrán que hacer algo dife-
rente después de determinar que su conducta no sirve para satisfacer sus
fines. Cada vez soy más escéptico sobre el valor de la catarsis como - vehículo
terapéutico salvo que el alivio de las emociones acumuladas vaya seguido de
un plan de acción. Mis colegas y yo hemos trabajado con grupos de personas
que parecen haberse inmovilizado por su excesiva insistencia en los senti-
mientos negativos y por su falta de voluntad para iniciar la acción que condu-
ce al cambio. Por lo tanto, continuamos retando a tales miembros para que
analicen el poco valor de esperar que otros cambien. Les sugerimos que sean
ellos quienes asuman que las personas significativas de sus vidas no cambia-
rán nunca, lo que implica que son ellos quienes deberán adoptar una actitud
más activa en el moldeado de su propio destino. Valoro los esfuerzos de Glas-
ser para enseñar a los clientes que la única vida que pueden controlar es la
suya propia. De este modo, el centro de interés no se halla en lo que hacen
otras personas o en cambiar a otras personas sino en ayudar a los miembros a
cambiar sus propios patrones de actuación y pensamiento.
Los miembros del grupo deben buscar dentro de sí mismos las alternativas.
Como otros miembros y el terapeuta no aceptarán las racionalizaciones referi-
das a su conducta de fracaso, los miembros se ven forzados a decidir por sí
mismos 'Si desean o no cambiar. Aplicado al ejemplo que hemos descrito en
este capítulo, podemos ver que el terapeuta no permitirá al joven recluso que-
jarse indefinidamente sobre el rechazo de sus padres, sobre sus dificultades en
la vida o sobre sus múltiples fracasos. Independientemente de las razones que
le llevaron allí, ahora se halla en la institución y deberá decidir sobre el lugar
al que le dirige su conducta. Creo que la formulación adecuada de preguntas
510 TERAPIA REALISTA DE GRUPO
por parte del terapeuta es una de las aportaciones más importantes de este
enfoque. Evidentemente, es importante que los terapeutas formulen preguntas
abiertas que ayuden a los miembros a cuestionarse las respuestas y eviten los
interrogatorios que harían a los miembros sentirse bombardeados.
La terapia realista anima a los clientes a analizar las posibilidades de
libertad con que cuentan junto con las responsabilidades que conlleva esta
libertad. En este sentido, la terapia realista es una forma de terapia existen-
cial. Como se ejerce habitualmente, el énfasis se halla en las necesidades,
deseos, auto-evaluación y elecciones internas que han hecho los clientes
( Wubbolding, 1988). Debido al interés de los sistemas perceptual y conduc-
tual, la terapia realista puede ser también considerada como un enfoque cog-
nitivo conductual, que se interesa por la comprensión del mundo interno
subjetivo de los clientes. Esta perspectiva fenomenológica ayuda al terapeuta
a entender más plenamente la forma en que los clientes perciben su mundo y
tal perspectiva es un medio excelente para establecer el rapport necesario
para crear una relación efectiva cliente/terapeuta. Entender el mundo personal
del cliente no significa que el terapeuta tenga que adoptar un enfoque "blan-
do", por el contrario, puede demostrar su interés negándose a abandonar al
cliente. El terapeuta convencido de que el cliente puede cambiar suele ser a
menudo el catalizador que introduce y activa la sensación de optimismo.
Una de las aportaciones de la terapia realista es su carácter directo y claro.
Aunque sus principios claves sean simples, básicos y prácticos, no debería
pensar que el método es necesariamente simple para su aplicación a las situa-
ciones grupales. Deben dominarse y practicarse algunas destrezas. El uso
efectivo de los métodos en los grupos requiere la práctica y la supervisión.
La terapia realista puede ser útil para grupos de padres, grupos compues-
tos por padres o hijos y adolescentes que presentan problemas de comporta-
miento y que se ven continuamente involucrados en problemas en la escuela,
con grupos de profesores que trabajan con diversidad de estudiantes, grupos
de personas que reconocen que su estilo de vida no sirve para ellos y grupos
de personas que se hallan en una institución como condena por una conducta
criminal que han ejecutado. El enfoque se adapta bien a las intervenciones
breves en situaciones terapéuticas de crisis. Puede ser útil para trabajar con
clientes que se ven a sí mismos como víctimas de las acciones abusivas de
otras personas. También se aplica en terapias de desintoxicación. En muchas
de estas situaciones con poblaciones diversas, sería inadecuado iniciar una
terapia a largo plazo que ahonda en la dinámica inconsciente y en la explora-
ción intensiva del pasado:
La terapia realista parece ser efectiva para distintos terapeutas en diferen-
tes grupos y ha sido satisfactoriamente aplicada en contextos educativos, en
instituciones correctivas, . en diversos centros de salud mental y en la práctica .
privada. Sus principios pueden ser usados por padres, terapeutas, consultores,
TEORIA Y PRACTICA DE LA TERAPIA GRIPAL 511
cubrir mejores formas para satisfacer sus necesidades. Este enfoque propor-
ciona a los miembros instrumentos para ejecutar los cambios deseados, espe-
cialmente durante la fase de planificación. Con el apoyo y ayuda de los otros
miembros y del terapeuta, los clientes pueden desarrollar planes de acción
específicos y posibles. Dentro de este contexto, los miembros pueden ser ase-
sorados para acercar el mundo externo al mundo interno de sus deseos. Si sus
planes no siempre son satisfactorios, estos miembros pueden plantear en las
sesiones las situaciones concretas que fueron objeto de dificultad. Este tipo
de especificidad y la dirección que provee un plan específico facilitan el tra-
bajo con los clientes minoritarios en los grupos.
Una de las limitaciones de la aplicación de los principios de la terapia rea-
lista con minorías étnicas, gays, lesbianas y mujeres es que estos clientes pue-
den sentir que el enfoque no reconoce algunas de las fuerzas ambientales que
operan contra ellos en la vida diaria. Por ejemplo, la discriminación, el racis-
mo, la homofobia y las actitudes negativas hacia los disminuidos son realida-
des desafortunadas y estas fuerzas impiden que muchos clientes minoritarios
logren lo que desean de la vida. Si el terapeuta del grupo no acepta estas res-
tricciones ambientales o no está interesado en el cambio social paralelo al
cambio individual, los miembros pueden sentirse no entendidos. Existe el
peligro de que algunos terapeutas realistas sobrestimen la capacidad de estos
clientes para hacerse cargo de sus vidas. Estos miembros pueden abandonar
el grupo prematuramente creyendo que el terapeuta o los miembros restantes
no aprecian plenamente sus esfuerzos diarios. Más que un error del enfoque
realista, esta es una limitación de algunas personas que lo practican.
Como hemos visto, algunos clientes se muestran reacios a decir lo que
desean. Su cultura no les ha reforzado para pedir de forma asertiva lo que
deseaban y de hecho, pueden estar socializados para pensar más en lo que
favorece al grupo social que a sus propios deseos-individualistas. Al trabajar
con personas de este tipo, la terapia realista debe ser "suavizada" de alguna
forma y tales clientes no deberían de ser presionados para que declaren abier-
tamente sus deseos.
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TERCERA PARTE
Aplicación e integración
1 Ejemplo de un Grupo en Acción:
Varias perspectivas
Con el fin de dar una imagen más global del funcionamiento de los dife
rentes enfoques comentados en la Segunda Parte, en este capítulo se describe
un modelo de grupo en acción. Se examinan las diferentes formas en que los
terapeutas de diversas orientaciones tratarían algunos factores y aspectos
específicos del trabajo grupal. Se describe la forma de emplear todas las
orientaciones con un grupo de diez personas y dos co-terapeutas. Así pues,
para simplificar este proyecto, se efectúa una breve descripción de los miem-
bros del grupo y de sus problemas y después se describe la funcionalidad de
las diferentes orientaciones terapéuticas para cada caso. Con este fin, he
seleccionado los temas típicos que surgen en muchos grupos. Presento cada
tema y después describo cómo lo enfocarían las diversas orientaciones. Debe
mencionarse que este capítulo refleja mis propios sesgos y experiencias con
respecto a dichos temas grupales. La aplicación real de cualquier modelo
específico, así como las técnicas y estilo del terapeuta, serían naturalmente
diferentes a mi descripción.
EL GRUPO MODELO
con efectividad las demandas de la vida diaria. Estos adultos podrían ser
denominados "neuróticos normales"; aunque ninguno de ellos mostraba tras-
tornos graves, todos experimentaban la ansiedad suficiente como para solici-
tar una terapia para manejar más satisfactoriamente sus problemas
personales.
Todos los miembros del grupo han recibido antes algún tipo de terapia
individual, participan voluntariamente en el grupo y están de acuerdo en acu-
dir a todas las sesiones de grupo que se celebrarán semanalmente con una
duración de dos horas. El grupo se reunirá durante 20 semanas, tiempo en el
que no se admitirá en el grupo a ningún otro miembro nuevo. Antes de deci-
dir la participación en el grupo y asistencia a todas las sesiones del mismo,
los miembros tomaron parte en una presesión en la que conocieron a los tera-
peutas y determinaron si deseaban o no comprometerse con este tipo de expe-
riencia grupal.
Emily (23 años, soltera, vive en casa con sus padres y estudia en la uni-
versidad): espero lograr el suficiente coraje como para tratar de hacer cosas
por mí misma. Aunque no me gusta vivir con mis padres porque me limita,
debo admitir que también es cómodo.
Ed (60 años, ingeniero, divorciado en dos ocasiones, ahora vive solo, ha
tenido problemas de alcoholismo durante años): Tengo miedo de estar aislado
pero también tengo miedo de que las personas me rechacen. Quiero aprender a
manejar estos miedos, mi depresión y ansiedad sin tener que recurrir al alcohol.
Beth (55años, viuda con dos hijos adolescentes que viven con ella, ha
dedicado la mayor parte de su vida a cuidar de sus hijos y de otras perso-
nas): Quizá podría aprender a pedir algo para mí sin sentirme culpable por
ello.
Robe rt (28 años, soltero, asistente social, le resulta difícil establecer rela-
ciones interpersonales cercanas, tiene miedo a las mujeres y tiende a "usar-
las"): Algunas veces me siento muerto e insensible y me pregunto si
cambiaré algún día. Espero trabajar mis miedos sobre la cercanía de las muje-
res.
Joanne (35 años, tres hijos y un matrimonio desgraciado, hace poco que
ha vuelto a la universidad): Decidí permanecer al lado de mi marido hasta
finalizar mis estudios y conseguir un buen trabajo y hasta que los niños vayan
al instituto. Quiero reexaminar esta decisión y decidir si el precio que pago
por ello es demasiado alto.
Sam (34 años, casado, odia su trabajo de mantenimiento y quiere cambiar-
lo pero no se siente seguro para hacerlo): Además de adoptar algunas deci-
siones vocacionales, espero acabar este grupo sintiéndome mejor conmigo
. mismo y con mis posibilidades.
Sharon (25 años, secretaria de dirección, vive con un hombre a pesar de
las objeciones de sus padres): Estoy confusa sobre mis expectativas con. res-
pecto a este grupo. Ahora me siento culpable por haber decepcionado a mis
padres, pero no sé si el grupo será útil para mí.
_ Randy (47 años, profesor, ha sido abandonado por su mujer que se llevó
los niños con ella): No puedo concentrarme. Sigo pensando en ella y en los
niños. Quiero ser capaz de resolver la ira y el dolor que siento la mayor parte
del tiempo.
522 EJEMPLO DE UN GRUPO EN ACCIÓN: VARIAS PERSPECTIVAS
Judy (38 años, soltera, profesora de universidad, lucha por encontrar senti-
do a la vida): Me sigo preguntando, "¿Es esto todo lo que depara la vida?".
Me parece que cuento con multitud de razones para sentirme bien, pero
muchas veces me siento vacía. Quiero revisar mis valores y ver si aún siguen
siendo válidos.
Boyd (22 años, estudiante, últimamente ha experimentado momentos de
pánico, ansiedad y algunos brotes de depresión): Ha habido momentos en los
que he deseado suicidarme y esto me asusta. Espero comprender algunos de
mis sentimientos. Espero también descubrir que no soy el único que siente de
esta forma.
,-
1
A continuación se presentan las síntesis de lo que podrían decir los tera-
peutas de diferentes modelos para tratar de clarificar los fines y metas gene-
rales del grupo. Las afirmaciones contribuirán a crear un clima de
confianza.
1 conjuntamente".
Durante los primeros estadios del grupo, los miembros expresan normal-
mente su temor a implicarse y muestran resistencia hacia cualquier intento de
sondeo de problemas personales. Algunos miembros temen involucrarse en el
grupo mientras otros parecen dispuestos a expresar sus miedos y empezar a
trabajar. Tanto si se exponen dichos temores como si no, tienden a producir
cierta ambivalencia: el deseo a auto-revelarse se equilibra con la falta de dis-
posición a exponerse. A continuación se incluyen algunas expresiones típicas
de ambivalencia:
* ¿Por qué tengo que revelar mis sentimientos privados en este grupo?,
¿Para qué servirá esto?.
* Tengo miedo a implicarme porque puedo hacer el ridículo.
* Temo que si digo lo que realmente pienso y siento, el grupo me rechace.
* Si me veo tal y como soy, puedo descubrir que no hay nada dentro de mí.
* Temo implicarme excesivamente en el grupo, podría aumentar mis pro-
blemas.
* Si me implico demasiado en el grupo, tengo m iedo de depender de él
para resolver los problemas que debería resolver solo.
* En este momento mi vida es bastante cómoda, si me implico demasiado 111;
i_I 3
en el grupo, podría abrir una lata de termitas que después no sabría reco-
ger.
* Tengo miedo de que el grupo elimine mis defensas y después sea vulne- .
rable.
*. De algún modo temo abrirme a otros, no sólo por lo que ellos puedan
pensar sino también por lo que yo pueda descubrir en mí. mismo.
* Quiero protegerme. Si m e acerco mucho a las personas del grupo, senti-
ré una pérdida real cuando concluya.
TEORIA Y PRACTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 527
Algunos Enfoques Terapéuticos
cosas en las que me hallo, cosas que terno no llegar a decir nunca". Después
se pide a Randy que se dirija al escenario y que diga esas cosas que teme no
ser capaz de decir nunca. Cuando lo ha hecho, se le pide que se "convierta en
su mujer" y, en este rol, que diga todas las cosas que imagina que ella diría.
Esta inversión de roles se continua hasta que el grupo pueda captar la forma
en que Randy percibe a su esposa.
A continuación se pide a Randy que escoja a un miembro del grupo para
interpretar el rol de su esposa. Selecciona a Joanne y empieza a expresar su
dolor, sus sentimientos de soledad y la pérdida. Joanne (como esposa simbó-
lica) responde. Su dolor puede convertirse en ira y empezar a descargar la
agresividad contenida que sigue bloqueando con las manifestaciones de auto-
condena. En este punto, Robert, el miembro con dificultades para relacionar-
se con las mujeres, es escogido como el doble de Randy y se coloca cerca de
él y grita muchas de las cosas que Randy parece estar olvidando a consecuen-
cia de la culpa que siente. Teniendo a alguien que hable por él, Randy puede
llegar a aliviar su ira más intensa y profunda.
Cuando esta escena ha cumplido su propósito, el terapeuta puede pedir a
Randy que fantasee sobre un futuro que desearía, digamos, cinco años más
tarde. Se le pide que interprete una escena de este futuro tal y como desearía
que fuera, interpretando tanto el rol de su mujer como el propio. Durante el
curso de este psicodrama Randy recuerda que el abandono de su esposa le
hizo recordar el abandono de su madre cuando ésta se divorció de su padre.
La importancia de esta conexión sería subestimada por el terapeuta, quien
sugerirá a Randy que maneje esta experiencia de la niñez en otro momento
del grupo.
deseará nunca tener nada con él. De este modo, los terapeutas le retan para
que ataque esta idea de auto-condena. Se le pide que interprete una invitación
a una cita con una mujer del grupo y el co-terapeuta masculino le ayuda en su
interpretación mostrándole cómo ser asertivo. Randy tiene la oportunidad de
comentar sus temores a implicarse otra vez, lo que puede ayudarle a empezar
a diferenciar entre los temores racionales e in- acionales. Recibe tareas para
casa tales como iniciar y mantener una conversación con alguna mujer de su
trabajo. Se le pide que registre por escrito sus reacciones a estos encuentros y
que comente los resultados al grupo durante la siguiente sesión. M
GRUPO ADLERIANO. Al trabajar con el terna de la soledad y el aisla-
miento, los terapeutas prestarían atención a la constelación familiar de Randy
y a sus recuerdos de la infancia. Se supone que desea pertenecer, ser útil y
contar con un lugar significativo en su familia de origen. Un terapeuta dice:
"Randy, describe a cada uno de tus hermanos tal y corno los recuerdas. Me
gustaría saber cómo te veías a tí mismo en relación a cada uno de los herma-
nos". Randy responde: "Recuerdo lo sólo que me sentía en casa cuando era
niño. Mi hérmano mayor acaparaba toda la atención y yo estaba seguro de
que nunca llegaría a alcanzarle. A menudo sentía que no pertenecía a nuestra
familia, especialmente cuando mi hermano estaba allí. Yo no podía conseguir
nada de atención, hiciera lo que hiciera. Mientras digo esto recuerdo los sen-
timientos de soledad que tenía frecuentemente cuando era niño".
El terapeuta adleriano puede examinar con Randy las formas en que trata
de ganar-simpatía. Un terapeuta podría preguntar: "¿Eres consciente de la
forma que desarrollaste para lograr atención ante el rechazo familiar?". En
base al presupuesto de que toda conducta persigue un propósito, se pide a
Randy que examine las formas en que recibió atención y para qué sirvió esta
atención.
los terapeutas quienes adoptarán el rol de sus padres. En este rol play ella
comentará a sus padres las cosas que desearía cambiar en su relación.
con mujeres. Según describe sus luchas, menciona muchas veces que a menu-
do se siente aletargado y emocionalmente muerto. Le preocupa que haya algo
malo en él, porque le resulta difícil interesarse por los compañeros del grupo
que expresan dolor psicológico. En sus propias palabras: "Cuando algunos de
vosotros comentáis aspectos `importantes', me siento aislado, algo así como
frío y separado. No me identifico con ninguna persona de aquí y esto me hace
pensar si seré capaz de interesarme por alguien o si tengo capacidad para rela-
cionarme íntimamente con alguna persona. Me siento como muerto en mi
interior". Los temas que se plantean y examinan en el grupo incluyen el
miedo a la intimidad (y la necesidad de intimidad), los sentimientos de aisla-
miento y muerte y en cierta medida, los sentimientos de desesperanza.
'`
`^_ '_j
r` ú= cas de relajación y desensibilización para iniciar el trabajo sobre el miedo a la
intimidad de Robert. Las técnicas de relajación, que se enseñan a todo el
grupo, consisten en tensar y relajar sistemáticamente todos los músculos del
organismo. Se practican diariamente en casa.
Una aplicación práctica de las técnicas de relajación a las dificultades de
Robert puede efectuarse del siguiente modo: Se le pide que elabore una jerar-
quía imaginaria de las situaciones interpersonales ordenadas desde las que
menos cantidad de ansiedad producen hasta las que más producen. Entonces
^ 534 EJEMPLO DE UN GRUPO EN ACCIÓN: VARIAS PERSPECTIVAS
se le pide que use las técnicas que ha aprendido para relajarse completamen-
te. A continuación se le guía a través de la fantasía en una de las situaciones
interpersonales, que según el grado de la jerarquía, genera el menor grado de
ansiedad, por ejemplo, ver a una mujer por la que se siente atraído. Después
se le presentan fantasías de situaciones que implican gradualmente mayor
ansiedad. Tan pronto corno Robert siente ansiedad, se le pide que "desconec-
te" esa escena y que se relaje. De este modo puede llegar a sostener fantasías
sobre situaciones que provocan ansiedad, por ejemplo, acercarse a una mujer
e iniciar una conversación con ella.
En otra sesión, Robert puede practicar ensayos de conducta, colocándose
en una situación de la vida real en el grupo. Por ejemplo, tras invitarle a asu-
mir que Sharon es una mujer con quien le gustaría salir, un terapeuta puede
preguntarle: "¿Cómo harías saber a Sharon que estás interesado por ella?.
Imagina que tu y Sharon salís juntos. ¿Cómo sería vuestra conversación?.
Imagina que le dices adiós. ¿Qué le dirías sobre tus sentimientos hacia ella y
la tarde que has pasado con ella?, ¿Qué crees que podrías decir?". Después de
este ensayo, el terapeuta pide a Robert que escoja a una mujer de su entorno
diario con quien le gustaría establecer contacto y que desarrolle, con la ayuda
de otros miembros del grupo, una tarea para casa relacionada con ese contac-
to, una tarea que deberá poner en práctica durante la semana y comentar des-
pués al grupo durante la siguiente sesión.
.
escena específica y relevante con sus padres a los 10 años de edad. Con
ayuda de los terapeutas trata de experimentar la escena tan en profundidad
como sea posible, incluyendo los sentimientos de desesperanza que sintió
cuando era niño. De este modo, puede comprobar que una decisión relativa a
la cercanía de las personas que adoptó cuando era niño era útil en aquel
momento pero no es apropiado para sus actuaciones presentes.
A continuación de esta reconstrucción, con la cual Robert puede experi-
mentar la intensidad de su miedo a la cercanía, los terapeutas le sugieren que
emplee sus facultades cognitivas preguntándose el cuándo y el por qué de la
decisión pasada y le piden que medite sobre la forma en que dicha decisión
impide sus relaciones en el presente. Por último, pueden desafiarse algunos
de sus mandatos como "No te acerques", "Nunca dejes que las personas
sepan lo que sientes", "No confíes en las mujeres", "No sientas".
para sentir lo - que siente y compartir estos sentimientos con el grupo. De esta
forma, alguien como Ed, que se auto-condena con la desaprobación y el
rechazo y espera el mismo tratamiento de los demás, puede sentir por primera
vez que es aceptado y aceptable. Fortalecido por esta nueva imagen de sí
mismo, se encuentra en una posición mucho mejor para analizar las razones
que se hallan tras su hábito alcohólico.
en el centro del grupo para comentar sus percepciones sobre la forma en que
su vida ha perdido el significado y para examinar su sensación de vacío en
mayor profundidad. Cuando este diálogo haya finalizado, el terapeuta invita a
otros miembros a comentar aspectos de su vida que se han viciado. Tornado
estos comentarios como base, los terapeutas pueden trabajar con Judy, Boyd
o cualquiera de los otros miembros sobre diferentes temas:
Al trabajar con. Judy, los terapeutas del grupo existencial pueden_ centrarse
en algunos. de los cambios que ha seguido, para encontrar significado en su
vida, por ejemplo, su trabajo, sus relaciones con los demás y sus actividades
de ocio. Desde la perspectiva existencial, la ansiedad que siente a consecuen-
cia de su "vacío" no se percibe positivamente corno una posible fuerza de
crecimiento. El hecho de que se cuestione sus valores para determinar el
grado en que siguen siendo significativos para ella, indica que tiene disposi-
ción al cambio. Su ansiedad se considera como una respuesta natural ante la
posibilidad de cambio.
Al trabajar con Boyd, los terapeutas del grupo existencial pueden observar
más allá de i las implicaciones obvias de sus pensamientos suicidas y descubrir
el grado de vitalidad que siente con respecto a la vida que aún le queda. Tam-
bién en este caso la ansiedad sobre los impulsos mortales puede considerarse
como señal positiva, como si dijéramos: "Quiero de la vida más de lo que
recibo. No quiero conformarme con la mera existencia, ¡Quiero estar vivo!
En resumen, su ansiedad será percibida como un ímpetu para cambiar su vida
en la dirección que el, cliente quiere vivir.
GRUPO ADLERIANO. En los casos de Ed, Boyd y Judy, todos ellos bus-
cando el sentido de la vida, los procedimientos adlerianos pueden ser apro-
.
piados. Los terapeutas adlerianos asumen que las personas están motivadas
por los objetivos, la función de un grupo es ayudar a los miembros a identi-
ficar sus objetivos vitales. Esto se efectúa pidiéndoles que observen las razo-
nes, de sus luchas y esfuerzos. Se pueden formular preguntas como: "¿Qué
buscas?, ¿Hacia dónde te diriges?, ¿Qué opinas del principal objetivo que da
sentido a tu vida?". En los casos de miembros como Boyd, Judy y Ed se
presta atención a su plan de vida, incluidos los objetivos ficticios. Por. ejem-
plo, Ed en su infancia desarrolló una imagen ficticia de lo - que le gustaría ser
TEOR1A Y PRACTICA DE LA TERAPIA CRUPAL. 541
Este proceso puede ayudar a Judy a establecer conexiones entre las dife-
rentes partes de su sueño y su propia vida. Aparentemente teme que las per-
sonas la perciban como alguien brillante e inteligente con mucho que ofrecer
(un pozo lleno)„ porque en realidad no tiene nada valioso que ofrecer (un
pozo vacío). Aunque la técnica gestáltica de interpretación de sueños no
resuelve su problema del vacío ni concluye con su búsqueda de sentido, le
ayuda a experimentar su vacío y a ser consciente de su temor a ser la respon-
sable de mantener alejadas de su vida a las personas.
* Comportándose como una niña, Sharon dice ahora todas las cosas que
pensó y sintió pero que nunca dijo cuando sus padres le privaron del
afecto.
TEORIA Y PRACTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 543
,,, Ella pide a sus padres (como niña) que la respeten y le permitan hacer su
propia vida.
Los padres simbólicos interpretan su i - ol rechazándola o aceptándola.
* Otros miembros del grupo se expresan en lugar de Sharon y comentan
las cosas que ella no puede.
•* Sharon proyecta una escena con sus padres en el presente donde se desa-
rrolla la interacción que ella desearía tener. En este caso ella prepara a
1 los padres simbólicos para que éstos se comporten como ella desea.
1
544 EJEMPLO DE UN GRUPO EN ACCIÓN: VARIAS PERSPECTIVAS
padres.
parte tanto corno puedas. Mantén tus ojos fijos en el suelo y di a todos ellos
cuánto necesitas su aprobación, después discúlpate por causarles proble-
mas".
Con ayuda de este ejercicio Sharon puede llegar a ser consciente de su
estilo general de expresar indecisión y de la forma en que invita a las perso-
nas a apiadarse de ella. Corno le gustaría negar su actitud de disculpa, este
ejercicio trata de exponer este aspecto exagerándolo. Los terapeutas pueden
pedirle que traiga a sus padres al recinto y que hable con ellos abierta y cán-
didamente, en la forma que le gustaría. A continuación se le pide que cambie
de sitio y que se coloque en el lugar de sus padres para responder a lo que
acaba de decirles y para revelar lo que éstos podrían pensar de ella aunque no
lo digan. Este cambio de roles se mantiene hasta que Sharon pueda identificar
todos los asuntos pendientes de su pasado que se interponen ahora en su
camino. En el proceso puede trabajar sobre sus sentimientos de resentimien-
to, ira o temor hacia sus padres.
Proyección de Futuro
1 Otro instrumento que uso según el curso se acerca a la finalización es el
desarrollo de las fantasías. He descubierto que la mayoría de las veces los
1 participantes no se permiten imaginar creativamente la forma en que desearí-
an experimentar su vida. Para ayudarles a conseguirlo, les pido que se imagi-
1 nen a sí mismos en alguna circunstancia futura ideal, una técnica que usa el
enfoque gestáltico y el psicodrama. Al aplicar esta técnica puedo sugerir:
1 * Imagina que acudimos a una reunión del grupo dentro de . cinco años y
que nos reunimos para comentar los cambios que se han producido en
mit:ir a los miembros comentar, con cierta perspectiva, el sentido o valor del
grupo para cada uno de ellos y para comprobar en qué grado han cumplido su
contrato.
La experiencia me ha enseñado que los miembros tienden a olvidar algu-
nas de las cosas aprendidas y a reducir el valor de lo que hicieron en el grupo.
Para evitar que esto suceda y para ayudar a los miembros a retener lo apren-
dido, sobre otras personas, sobre las luchas humanas, sobre la vida y sobre sí
mismo, les pido que en la última sesión repasen los insights específicos que
tuvieron a lo largo del curso del grupo.
Una vez más, "en la sesión final hago uso de los principios conductuales,
concretamente la aplicación de los principios del feedback para ayudar a los
miembros a fortalecer las percepciones que han logrado durante el curso del
grupo. Por ejemplo, a menudo pido a los miembros que completen .para cada
uno de los participantes del grupo frases como:
Í
EJEMPLO DE UN GRUPO EN ACCIÓN: VARIAS PERSPECTIVAS
1 Comparaciones, contrastes e
integración
Con el fin de impartir una dirección significativa a sus grupos, los tera-
peutas deben considerar sus propias metas grupales. ¿Cuáles deberían ser las
metas específicas de un grupo determinado y quién debería determinarlas?,
¿Cómo puede ayudar el terapeuta a los miembros del grupo a elaborar metas
significativas para ellos?, ¿Cómo influye la orientación teórica del terapeuta
sobre el proceso de definición de metas?, ¿Es posible establecer metas basa-
das en diferentes orientaciones teóricas?.
Para ayudarle a encontrar los denominadores comunes de las metas carac-
terísticas de los diferentes modelos teóricos e integrar estos modelos, en la
Tabla 17.1 se incluyen las metas terapéuticas básicas de cada uno de los enfo-
ques grupales comentados en los capítulos precedentes. Cuando lea la tabla,
recuerde que la diversidad de metas puede simplificarse considerando las
metas como un continuo que oscila entre los objetivos generales, globales y a
largo plazo y los objetivos específicos, concretos y a corto plazo. Los enfo-
ques grupales existenciales y los orientados a la relación tienden a emplear
metas más amplias y los sistemas de orientación cognitiva o conductual se
centran en metas precisas, observables y a corto plazo. Las metas de los extre-
mos del continuo no son necesariamente contradictorias, es cuestión del grado.
de especificidad con que se hayan definido. De este modo, es posible la con-
vergencia de ambos extremos si los terapeutas cuidan que las metas concretas
a corto plazo sean componentes de otras metas más amplias a largo plazo.
La mayoría de las perspectivas teóricas coinciden en la importancia de la
formulación de las propias metas específicas por parte de los participantes del
grupo. Cuando los terapeutas deciden que conocen lo mejor para los partici-
pantes y presionan a éstos para que acepten las metas del terapeuta, normal-
mente se encuentran cón la :resistencia. Para asegurarse, los terapeutas
deberían formular algunas metas globales para el grupo, pero tales metas no
deberían infringir la libertad de los miembros para escoger las metas persona-
les que darán la dirección al trabajo grupal. La definición individual d e metas ^i
es un proceso continuo que necesita ser constantemente reevaluado.. El. tera-
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPA'. 553
peuta puede ser de incalculable ayuda a este respecto animando a los miem-
bros a formular metas claras y específicas y ayudándoles a determinar la
forma de trabajar para conseguir dichas metas.
}_
pendencia y no necesiten de la presencia del terapeuta para iniciar y dirigir
cada acción del grupo.
2. Los terapeutas de grupo deben orientar a los miembros sobre el proceso
grupal, enseñarles a aprovechar el grupo y ayudarles a adquirir conciencia de
las dinámicas grupales. Estas metas se logran motivando a los miembros a
observar la dirección que está tomando el grupo, a determinar si existen
barreras que impiden trabajar con efectividad y a ser conscientes de cualquier
agenda oculta que podría obstruir la marcha del grupo.
3. Los terapeutas de grupo deben ser capaces de escuchar atenta y sensi-
blemente. Sólo atendiendo a la comunicación verbal y no verbal de los parti-
cipantes pueden ayudarles a progresar hacia un nivel más profundo de
auto-exploración y auto-comprensión. Si faltan las destrezas de escucha acti-
va no es posible la empatía y comprensión genuina entre el terapeuta y los
i participantes.
4. Los terapeutas de grupo son responsables de crear un clima adecuado
para examinar los aspectos personales significativos. Primero deberá estable-
eerse la confianza en el grupo y el terapeuta desempeña un rol primordial en
554 COMPARACIONES, CONTRASTES E INTEGRACIÓN
ó
1
556 COMPARACIONES, CONTRASTE§E INTEGRACIÓN
dad en la dirección del grupo y se espera que sean activos, trabajen seriamen-
I;
te y practiquen entre las sesiones.
En el otro extremo del continuo se hallan los terapeutas que anuncian al ini-
cio del grupo que los miembros son los responsables de sus propios logros.
Este tipo de liderazgo es característico del terapeuta de grupo centrado en la
persona quien atribuye a los participantes la capacidad para saber lo que real-
mente más les conviene. El terapeuta no asume la responsabilidad de dirigir
activamente el proceso grupal, funciona como un facilitador que trata de crear
un clima de confianza y seguridad que permita a los miembros examinar en
profundidad temas personales y descubrir los recursos necesarios en sí mismos.
En algún punto intermedio del continuo se hallan los terapeutas gestálticos.
Normalmente son activos porque intervienen con técnicas que proporcionan
estructura al grupo pero insisten también en que los miembros se responsabili-
cen de sus propias experiencias. El proceso grupal se concibe como una forma
de ayudar a los participantes a adquirir conciencia de su modo de negar la res-
ponsabilidad personal y de aprender a confiar en uno mismo para obtener el
propio apoyo. Los terapeutas son responsables de ser conscientes de su propia
experiencia a lo largo del proceso grupal y de introducir técnicas apropiadas
para intensificar el trabajo grupal. Los, miembros son responsables de plantear
aspectos que desean investigar en el grupo y de hacer sus propias interpreta-
ciones. En la Tabla 17.3 se presenta una síntesis de las diversas posiciones teó-
ricas en relación a la estructura y división de responsabilidades.
En mi opinión, los terapeutas de grupo deben lograr un equilibrio entre la
responsabilidad extrema de la dirección del grupo y la total ausencia de res-
ponsabilidad. Si el terapeuta considera que los clientes son incapaces de cui-
dar de sí mismos, pronto empiezan á acostumbrarse a esta expectativa.
Además de minar la independencia de los miembros, los terapeutas que asu-
^^^
Las técnicas son útiles como catalizadores para la acción grupal y como
instrumentos para mantener en marcha al grupo. l ero las técnicas son. sólo
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL 557
Cada una de las teorías presentadas en este libro han sido examinadas en
razón de su relevancia en la Tabla 17.5, cada perspectiva tiene ciertos con-
ceptos o técnicas que pueden contribuir a una terapia grupal multicultural
efectiva, pero todas ellas presentan algunas limitaciones y se requiere precau-
ción en el uso de algunas de las técnicas que se derivan de determinadas teo-
rías (ver Tabla 17.6). El eclecticismo técnico parece ser especialmente
necesario al trabajar con diferentes antecedentes culturales. Se puede dañar a
miembros de un grupo si esperamos que se adapten a todas las características
de una teoría determinada, tanto si los valores concomitantes a la teoría coin-
ciden con sus propios valores culturales como si no. En vez de presionar al
cliente para que se acomode a las dimensiones de una única teoría, el terapeu-
ta debería adaptar la teoría y la práctica-a las necesidades indio uales de
cliente. E te requisito exige a los terapeutas que conozcan diversas cul-
Este
turas, que sean conscientes de su propia herencia cultural y que dispongan de
las destrezas necesarias para asistir a clientes diferentes en el logro de sus
necesidades dentro de la realidad de sus culturas.
Es esencial que los terapeutas sean capaces dé evaluar las necesidades
individuales de los clientes. Dependiendo de la naturaleza étnica y cultural de
los miembros, así como de los problemas individuales que un miembro plan-
tea en el grupo, el terapeuta deberá mostrar flexibilidad en la aplicación de
diversas estrategias terapéuticas. Algunas veces, algunos clientes necesitarán
más dirección e incluso consejo. Otros dudarán antes de comentar aspectos
.
vista parece ser resistencia puede ser la respuesta de un cliente a años de con-
dicionamiento cultural y de respeto por ciertos valores y tradiciones. Esto nos
conduce a la familiaridad de los terapeutas con diversos enfoques teóricos y a
la capacidad para emplear y adaptar sus técnicas de forma tal que se acomo-
den a la persona-en-el-entorno. No es suficiente ayudar a los miembros a
adquirir insight, a expresar emociones reprimidas o a efectuar ciertos cam-
bios de conducta. El desafío de los terapeutas consiste en hallar estrategias
prácticas para adaptar las técnicas que han elaborado y para capacitar a los
clientes a cuestionarse el impacto que su cultura sigue ejerciendo sobre su
vida y para adoptar decisiones sobre las facetas de su vida que quieren cam-
biar. Ser un terapeuta efectivo implica reflexionar sobre la influencia que su
propia cultura ejerce sobre usted y sobre sus intervenciones grupales. Esta
conciencia será un factor crítico para lograr que se sensibilice a los antece-
dentes culturales de los miembros de sus grupos.
bros que evalúen sus deseos y determinen si éstos son realistas. La terapia
realista reta también a los miembros para que observen su conducta y decidan
si les aporta algún beneficio. Si los miembros evalúan que su conducta habi-
tual no es útil, entonces se puede iniciar el proceso de modificación de con-
ductas. Los miembros encuentran dificultades para iniciar su cambio, si no
cuentan con ayuda para la evaluación de sus deseos, necesidades y conducta
habitual. La consideración prudente de esta evaluación personal es una forma
de implicar a los miembros y de motivarles para que hagan algo diferente.
Evidentemente, la capacidad para la dirección de grupos implica mostrar a
los miembros lo que el grupo puede hacer en su beneficio.
Aunque soy partidario de la meta existencial de aprender a vivir más crea-
tivamente aceptando la libertad y responsabilidad, creo que las metas deben
ser más explícitas para que los miembros perciban los pensamientos, senti-
mientos y acciones que desean modificar y puedan aprender a efectuar tales
cambios. Una forma de ayudar a los miembros a especificar sus metas consis-
te en pedirles que las escriban. Pueden ser útiles preguntas como las siguien-
tes: "¿Qué desearía cambiar de mí mismo?, ¿Me conduce alguno de mis
pensamientos a sentimientos que no desearía tener?, ¿De qué me gustaría
tener más y de qué menos?, ¿Qué me gustaría hacer para producir los cam-
bios es pecíficos que he dicho que quiero hacer?, ¿Qué metas a corto plazo
desearía lograr en este grupo?".
_
miento, puede ayudar a los participantes a iniciar la observación de sus temo-
res y defensas.
3 Existen formas para combinar las perspectivas psicoanalíticas y adlerianas
de la resistencia. Los miembros del grupo reexperimentan normalmente algu-
nos sentimientos pasados que tuvieron en su familia original. La rivalidad
entre hermanos, la posición en el grupo, los sentimientos de aceptación y
rechazo, las luchas por la atención y el éxito, los aspectos de autoridad, el
manejo de los sentimientos negativos y los traumas infantiles afloran a la
superficie en la experiencia grupal. Las personas pueden estancarse en el sen-
tido evolutivo a consecuencia de situaciones inconclusas que ahora obstruyen
su capacidad para funcionar con. efectividad. En muchos aspectos el grupo
recuerda a la propia -familia de origen. Trabajando sobre estas proyecciones,
transferencias, atracciones y otros sentimientos hacia el resto de los miem-
564 COMPARACIONES, CONTRASTES E INTEGRACIÓN
bros del grupo, los miembros pueden experimentar con nuevas formas de
pensamiento sobre sí mismos y sobre los demás.
Una vez que haya concluido el grupo, la principal tarea de los miembros
consiste en aplicar lo aprendido en el seno del grupo a un programa de acción
cotidiano para que puedan funcionar de forma auto-dirigida. Me parece con-
veniente dedicar también cierto tiempo a las entrevistas individuales con cada
miembro si es posible, y organizar una sesión grupal de seguimiento. Tales
procedimientos favorecen la responsabilidad y la objetividad de los miem-
bros y del terapeuta al evaluar el impacto del grupo sobre los miembros. Una
vez más, los enfoques conductuales subrayan la importancia de esta objetivi-
dad y evaluación que permiten al terapeuta efectuar futuras modificaciones
basadas en los aspectos que se han mostrado efectivos. Los procedimientos
de seguimiento proporcionan' también una válvula de seguridad porque si los
miembros abandonan el grupo con sentimientos negativos o no resueltos
como mínimo pueden comentarlos con el terapeuta.
En este punto sería conveniente que usted reflexionara sobre los principales
insights que ha logrado d e la lectura de esta obra. Sobre todo, piense en las teo-
rías que parecen ser de mayor aplicación práctica para la comprensión de su
situación presente. Podría considerar los cambios que desearía hacer y los
enfoques que le podrían proporcionar las estrategias necesarias para modificar
pensamientos, sentimientos y conductas específicas. Este es un buen momento
para revisar lo que ha aprendido sobre su propia capacidad para establecer rela-
ciones efectivas con otras personas. Especialmente importante es la revisión de I
cualquier característica personal que podría potenciarle o limitarle el desarrollo
de unas relaciones de trabajo sólidas con los miembros de sus grupos.
Una vez efectuada esta revisión del aprendizaje personal significativo, le
sugiero que pondere también lo aprendido sobre el proceso grupal. En mi -
experiencia he observado que entre el primer y el último día de los cursos
introductorios de terapia grupal, los estudiantes descubren que lo que el pri-
- mer día les parecía una masa excesiva de conocimientos y un abanico dema- j
siado amplio de teorías, se convierte en una cantidad manejable de
compresión de las bases terapéuticas. Además, espero que usted sea paciente
y reconozca que muchos de los fundamentos teóricos que ha leído en este
libro adquirirán un significado nuevo cuando logre más experiencia práctica
en el liderazgo de grupos. Lo mismo ocurre con muchos aspectos éticos y
profesionales que se han comentado aquí. Me parece fundamental que refle-
xione sobre estos aspectos básicos, que empiece a formular su propia posi-
ción frente . a ellos y que los comente - con sus colaboradores o compañeros.
Aunque la experiencia le enseñe mucho, se hallará mejor equipado cuando se
encuentre con ellos si antes ha reflexionado al respecto.
- Cuando lea las siguientes tablas de síntesis de las diez teorías (de la Tabla
17.1 a la Tabla 17:6), considere por qué enfoques en particular se inclinaría
con respecto a las siguientes dimensiones: (1) metas de la terapia grupal, (2)
funciones y rol del terapeuta de grupo, (3) grado de estructuración y división
de responsabilidad, (4) técnicas grupales y (5) adaptación de las teorías a la
práctica terapéutica multicultural.
Espero que este libro le haya animado a pensar productivamente sobre el
proceso grupal, a leer y a aprender más sobre los temas que hemos examina-
do juntos y a concebir la experiencia grupal como miembro y corno terapeu
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL ^ 571
TABLA 17.1
REVISIÓN COMPARATIVA DE LAS METAS
DEL GRUPO
MODELO METAS
^_
perimentar las relaciones familiares de la infancia. Para
desenterrar los sentimientos asociados a acontecimientos
pasados que siguen influyendo sobre la conducta habitual.
Para facilitar el insight sobre los orígenes del trastorno
psicológico evolutivo y estimular una experiencia emocio-
nal correctiva.
Alderiano Para crear una relación terapéutica que anime a los partici-
pantes a explorar sus presupuestos básicos de la vida y a
conseguir una compresión más amplia de sus estilos de vida.
Para ayudar a los clientes a reconocer sus puntos fuertes y
su poder de cambio. Para animarles a aceptar la responsabi-
lidad plena del estilo de vida que han escogido y de cual-
quier cambio que deseen efectuar.
TABLA 17.1
MODELO METAS
1
submetas más específicas).
4
Terapia Racional Para enseñar a los miembros del grupo que son responsables
Emotiva de sus propios trastornos y para ayudarles a identificar y eli-
minar el proceso de auto-adoctrinamiento mediante el cual
mantienen vigentes sus trastornos. Para eliminar la impre-
sión irracional y auto-punitiva de la vida y sustituirla por
otra más tolerante y racional.
I
574 COMPARACIONES, CONTRASTES E INTEGRACIÓN
TABLA 17.2
REVISIÓN COMPARATIVA DEL ROL
Y FUNCIONES DEL TERAPEUTA
MODELO ROL DEL TERAPEUTA
TABL A 17.2
1
576 COMPARACIONES, CONTRASTES E INTEGRACION
TABLA 17.3
REVISIÓN COMPARATIVA DEL GRADO DE
ESTRUCTURACIÓN Y DIVISIÓN DE RESPONSABILIDAD
MODELO ESTRUCTURACIÓN Y RESPONSABILIDAD
TA BLA 17.3
MODELO ESTRUCTURACIÓN Y RESPONSABILIDAD
1 Terapia
nar en el grupo.
1
578 COMPARACIONES, CONTRASTES E INTEGRACION
TABLA 17.4
REVISIÓN COMPARATIVA
DELAS TÉCNICAS GRUPALES
MODELO TÉCNICAS
111
^ -;
TABLA 17.4
MODELO TÉCNICAS
TABLA 17.5
REVISIÓN COMPARATIVA DELAS CONTRIBUCIONES
A UNA TERAPIA MULTICULTURAL
MODELO CONTRIBUCIONES
1 TABLA 173
1 MODELO CONTRIBUCIONES
i Terapia
Racional Emotiva
Este enfoque proporciona las vías para cuestionarse los pro-
pios pensamientos y para identificar los valores que ya no
son funcionales. Su interés por el pensamiento y la raciona-
lidad (frente a la expresión de sentimientos) puede ser acep-
table para muchos clientes. En los procesos de
TABLA 17.6 t
REVISIÓN COMPARATIVA DE LAS LIMITACIONES
EN UNA TERAPIA MULTICULTURAL
1
MODELO LIMITACIONES
TABLA 17.6
MODELO LIMITACIONES
Terapia Realista Este enfoque enfatiza el poder sobre la propia vida, ,sin
embargo algunos miembros esperan modificar su entorno
externo. El terapeuta debe tener en cuenta el rol de la discri-
minación y el rácismo y ayudar a los clientes a manejar las
realidades sociales y políticas. .
Los conceptos y técnicas claves de diez enfoques teóricos de la terapia
grupal...
Las destrezas necesarias para ser un terapeuta efectivo de grupo multi-
cultural...
Los dilemas que normalmente deben afrontar los terapeutas de grupo...
Encontrará estos temas y muchos más en este estudio que hace Jerry Corey
sobre la teoría y práctica de la terapia grupal.
"Este libro es líder en el área de la terapia grupal. Es comprensivo, claro y
conciso y el autor se esfuerza por articular aspectos muy complejos facilitando
su comprensión y aplicación. El tratamiento que hace de los aspectos multicul-
turales debería servir como modelo para integrar este tema con los restantes".
Joseph R. Morris, Western Michigan University
"El libro de Corey favorece el auto-aprendizaje del lector, proporciona una
explicación útil de sus perspectivas sobre diversas teorías y estrategias y ofrece
un modelo excelente sin categorizarlo de prescriptivo".
David Zimpfer, Kent State University
" Me alegra ver que se han incluido aspectos relacionados con el trabajo
grupal de etnias y culturas múltiples. Este material constituye una introducción
útil para la complejidad del quehacer grupal multicultural/étnico y subraya la
necesidad de sensibilización ante esta área
Susan J. Ezell, Marymount University
GERALD COREY, licenciado en psicología y doctorado en la University
of Southe rn California, es profesor del Departamento de Servicios Humanos
y de Terapia en la California State University en Fulle rton.
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Biblioteca de Psicóloaíci
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