LITURGIA 2A TANDA Ejercicios Espirituales

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Domingo 28 de Junio: Celebración de apertura

Canto de Entrada

Lector 1: Hermanos, nuestras Constituciones en el artículo 91 nos recuerda que nuestra


voluntad de conversión se renueva en el retiro mensual y los ejercicios espirituales
anuales (C.91) este tiempo de recuperación espiritual nos decía nuestro santo fundador
es la síntesis de todas nuestras prácticas de piedad.

Lector 2: En el esfuerzo personal y comunitario de nuestra conversión continua, vemos


este espacio como un momento de gracia y de encuentro con el Señor que al igual que
en el pasaje del joven rico, no ha mirado con amor y nos invita a entregarlo todo por el
reino de Dios. Para nosotros, hijos de Don Bosco sumergidos en la actividad cotidiana
como cualquier apóstol, estamos sujetos a los peligros de la superficialidad y el
desgaste.

Lector 3: a la luz del Evangelio de Jesús y “En camino de conversión siendo místicos en
el espíritu tras las huellas de Don Bosco y de Santa Teresa de Ávila”, dejemos que en
estos ejercicios actué el Espíritu Santo de Dios en cada uno de nosotros y así cambie
nuestra mente, corazón y vida con miras a nuestra misión.

Presidente: en el nombre del Padre… Amén

La gracia de nuestro Señor Jesucristo resucitado y que nos ha prometido la presencia


del Espíritu Santo que procede del Padre, esté siempre con todos ustedes.

Todos: Y con tu Espíritu

Canto y ENTRONIZACIÓN DEL SIGNO: Cuadro de Don Bosco

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Presidente: Queridos hermanos en Cristo, nuestra mística se expresa en lo


profundamente humano de nuestra vida personal y comunitaria, Don Bosco vivió y nos
transmitió un estilo original de unión con Dios que vivimos siempre y en cualquier lugar.
La experiencia del encuentro con el Señor pide una respuesta personal, que se
desarrolla en un camino de fe y profunda relación con Dios. Atentos a la llamada del
Padre a través de su Palabra, hagamos de este tiempo de silencio interior y de
formación continua un tiempo privilegiado para crecer en nuestro compromiso de ser
místicos en el espíritu llevándonos así a la nueva evangelización en medio de los
jóvenes.

Pidamos hermanos las luces del espíritu santo, don del padre prometido por Jesús,
para que su fuerza edificadora sea la gran protagonista de estos días entre nosotros.
Invocación al espíritu santo cantada.

Presidente: Oremos…Resplandezca sobre nosotros, Padre omnipotente, el esplendor


de tu gloria, Cristo luz de luz, y el don de tu Espíritu Santo, confirme en los corazones
de tus fieles, nacidos a la vida nueva tu amor. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro
Señor, Amén

I VÍSPERAS DE SANTOS PEDRO Y PABLO


Salmo 116
Comentador: Este salmo es una doxología por las maravillas que Dios ha realizado en
medio de su pueblo: Firme ha sido su misericordia con nosotros. Y, como entre todas
estas maravillas de Dios la resurrección de Jesucristo es la culminación de todas.
 
Salmo 147
Comentador: Dios, que creó el mundo por la palabra, nos ha enviado su Palabra, que es
el Hijo, para librarnos del destierro, para construir la nueva Ciudad Santa, para darnos la
paz, para establecer su reino, para darnos sus palabras, que son palabras de vida
eterna.

Cántico Ef. 1, 3-10: El Plan Divino de la Salvación


Comentador: La historia humana tiene un sentido imperceptible al humano saber, pero
manifiesto a quien Dios se lo revela. Para poder comprender necesitamos que nos
ilumine la sabiduría y la prudencia procedentes de lo alto. A la vez que alabamos al
Padre de las luces, pidámosle que la «Luz penetre en nuestras almas». Que Ella nos
conduzca a la plenitud del misterio de Dios.

MOMENTO CON LA PALABRA DE DIOS


Comentador: El Espíritu Santo que habita en nosotros es el que nos posibilita
entregarnos a Dios, a los hermanos y a los jóvenes en un mismo ofrecimiento de amor.
Que la escucha de la Palabra de Dios en esta noche nos permita renovar nuestra
fidelidad al Padre y al terminar estos ejercicios espirituales a ejemplo de los Santos
Pedro y Pablo, salgamos con prontitud al mundo a anunciar la Buena Nueva y así
transmitir a todos la alegría incontenible que tenemos en nuestro corazón: Jesús, el
Señor.

Del santo Evangelio según San Mateo 5, 13- 16


Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal deja de estar salada, ¿cómo recobrará su
sabor? Ya no sirve para nada, así que se la tira a la calle y la gente la pisotea. Ustedes
son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se
enciende una lámpara para ponerla debajo de un cajón. Por el contrario, se pone en lo
alto para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de
todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que
está en el cielo.
Palabra del Señor.

Reflexión del P. Inspector.

Oración Coral

Presidente: El Señor ha puesto su mirada sobre nosotros; su confianza y su esperanza;


el Señor Dios ha hablado y cuenta con nosotros.

Coro 1: Jesús cuenta con nosotros para devolver la luz donde hay oscuridad; cuenta
con nosotros para poner Amor y ternura allí donde hay egoísmo, tristeza y angustia.

Coro 2: Cuenta con nosotros para luchar por la paz, en medio de un mundo donde
muchas veces la solución se encuentra recurriendo al uso de la fuerza.

Coro 1: Jesús cuenta con nosotros para que tu Palabra y liberación llegue al último
rincón de la tierra; cuenta con nosotros para dar buenas noticias.

Coro 1: Jesús ha puesto su mirada en nosotros y nos dice que seamos sal y luz de la
tierra. Sal y luz para dar sentido a la vida; para hacer ver que merece la pena ser vivida
desde el proyecto de Jesús.

Coro 2: Nosotros queremos ser sal de la tierra y luz del mundo porque la Buena Noticia
no ha perdido su vigencia; porque nunca como hoy su papel es importante, porque
siempre tendremos algo que decir.

Coro 1: Cuenta con nosotros, Señor, queremos ser luz que ilumine y muestre el
verdadero rostro de Dios, el Dios del Amor. Por eso con el corazón lleno de paz te
decimos, Cuenta con nosotros, Señor.

(Se continúa la oración de vísperas con la antífona al Cantico Evangélico).

Lunes 29 de Junio: María, mujer mística en el


espíritu.

Oración de San Pedro Y San Pablo


Salmo 62, 2-9
Comentador: El salmo 62 moviliza los sentimientos más profundos, la experiencia religiosa
más genuina, que originó nuestra vocación. ¿No recordamos aquel día en que, abandonándolo
todo, le dijimos: «Oh Dios, Tú eres mi Dios»?
Cántico Dn 3, 57- 88.56
Comentador: Hemos experimentado la bendición de Dios. Bendición es la vida que nos
da, el pan de cada día, la conservación de nuestro ser; bendición de Dios es Jesús que Él
nos entrega en el acontecimiento de muerte y de resurrección. Bendición de Dios es el
marco cósmico que nos rodea, este maravilloso mundo que se regenera
incansablemente como símbolo de la indeficiente fecundidad de Dios.

Salmo 149
Comentador: La comunidad religiosa está llamada a ser testigo de la paz escatológica
del Reino: en ella se ha de anticipar la seguridad de que Dios Padre ofrece la paz del
Espíritu.

Lectio Divina
Invocación al Espíritu Santo

Solista: Ven a mí, Espíritu Santo, Espíritu de sabiduría:


dame mirada y oído interior
para que no me apegue a las cosas materiales,
sino que busque siempre las realidades del Espíritu.

Coro: Ven a mí, Espíritu Santo, Espíritu de amor:


haz que mi corazón
siempre sea capaz de más caridad.

Solista: Ven a mí, Espíritu Santo, Espíritu de verdad:


concédeme llegar al conocimiento de la verdad
en toda su plenitud.

Coro: Ven a mí, Espíritu Santo,


agua viva que lanza a la vida eterna:
concédeme la gracia de llegar
a contemplar el rostro del Padre
en la vida y en la alegría sin fin.
Amén.

Lectura del Evangelio: Mateo 7,1-5


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No juzguéis, para que Dios no os juzgue,
porque Dios os juzgará del mismo modo que vosotros hayáis juzgado y os medirá con la
medida con que hayáis medido a los demás. ¿Cómo es que ves la mota en el ojo de tu
hermano y no adviertes la viga que hay en el tuyo? ¿O cómo dices a tu hermano: «Deja que
te saque la mota del ojo», si tienes una viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de
tu ojo y entonces podrás ver para sacar la mota del ojo de tu hermano.
Palabra del señor

Reflexión1

• No juzgar, y no seréis juzgados. La primera condición para una buena convivencia


comunitaria es no juzgar al hermano, es decir, eliminar los preconceptos que impiden la
convivencia transparente. ¿Qué significa esto concretamente? El evangelio de Juan da
un ejemplo de cómo Jesús vivía en comunidad con sus discípulos. Jesús dice: “Ya no les
llamaré servidores, porque un servidor no sabe lo que hace su patrón. Les llamo
amigos, porque les he dado a conocer todo lo que aprendí de mi Padre” (Jn 15,15).
Jesús es un libro abierto para sus compañeros. Esta trasparencia nace de su total
confianza en los hermanos y tiene su raíz en su intimidad con el Padre que da fuerza
para abrirse totalmente a los demás. Quien convive así con los hermanos y hermanas,
acepta al otro como es, sin ideas preconcebidas, sin imponer condiciones previas, sin
juzgar al otro. ¡Aceptación mutua sin fingimiento y en total trasparencia! Este es el ideal
de la nueva vida comunitaria, nacida de la Buena Nueva que Jesús nos trae de que Dios
es Padre/Madre y que, por tanto, todos somos hermanos unos de otros. Es un ideal tan
difícil y atrayente como aquel otro: “Sed perfecto como el Padre celestial es perfecto”
(Mt 5,48).

• Ver la brizna y no percibir la viga. Enseguida Jesús da un ejemplo: “¿Cómo es que miras
la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo? ¿O
cómo vas a decir a tu hermano: ‘Deja que te saque la brizna del ojo’, teniendo la viga en
el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la
brizna del ojo de tu.” Al oír esta frase, solemos pensar en los fariseos que despreciaban
a la gente tildándola de ignorante y se consideraban mejores que los demás (cf. Jn 7,49;
9,34). En realidad, la frase de Jesús sirve para todos. Por ejemplo, nosotros como
consagrados podemos llegar a pensar que somos mejores que los demás cristianos.
Que ellos son menos fieles al evangelio que nosotros. Vemos la brizna en el ojo del
otro, sin ver la viga en nuestros ojos. Esta viga es la causa por la cual, hoy, mucha gente
tiene dificultad en creer en la Buena Nueva de Jesús.

• Recuerda: Todo acto de desamor respecto a los otros nos perjudica a nosotros y a
ellos, porque niega nuestra recíproca fraternidad basada en la filiación divina. El Señor
nos ha dicho que no juzguemos, porque él no juzga, sino que salva, justifica. Jesús vino,
en efecto, a dar la vida, dejándose juzgar y condenar por los hombres. Su verdadero
juicio sobre el mundo es la cruz: un amor ilimitado y misericordioso por todos, sin
1
Tomada de http://ocarm.org/es/
excepción. Todo hombre reviste a sus ojos el valor del amor que Dios tiene por él, y
tanto amó Dios al mundo que dio por nosotros a su Hijo amado. En consecuencia, el
acto de no juzgar nos hace dar un paso, y un paso de gigante, en dirección hacia esa
tierra prometida a la que nos conducen las más humildes manifestaciones de
delicadeza, de amor y de respeto a nuestros hermanos. El Señor nos llama, en efecto, a
desarraigarnos, a salir de nosotros mismos, sólo para que le encontremos, pero
mientras dure nuestra peregrinación terrena sólo podemos verle en esos iconos suyos
que son nuestros hermanos.

Medita

¿Cómo son tus relaciones fraternas? ¿Son trasparentes y espontáneas o por el contrario
son ambiguas y utilitaristas? ¿Aplicas con caridad la corrección fraterna? ¿Ves en tu
hermano la manifestación concreta de la filiación Divina? ¿Amas a tus hermanos?

Invitación: «ser cristiano [consagrado] significa esencialmente pasar de ser para sí


mismo a ser para los demás»2

Compartir grupal

¿Cuál es el elemento que me ha parecido más significativo del Evangelio de este día?
¿Qué relación se puede establecer entre el llamado a purificar el juicio respecto a los
hermanos y la tarea de ser místicos en el espíritu? …

Oración

Dios de Abrahán, nuestro Padre en la fe, tú nos llamas cada día también a nosotros por
nuestro nombre y nos empujas a lo largo de caminos desconocidos, a menudo
misteriosos e imprevisibles. Danos un corazón dócil y obediente, para que nos dejemos
guiar por tu voz y salgamos de las seguridades que nos aprisionan, para fiarnos
únicamente de ti, que eres nuestro Padre. Enséñanos, a lo largo del camino, a amar a
quien pongas a nuestro lado porque son nuestros hermanos, para llegar juntos a la
verdadera tierra prometida. Por Cristo, nuestro Salvador.

Eucaristía

Monición de entrada

La liturgia de este día, nos llama la atención sobre nuestro modo de relacionarnos con
nuestros hermanos, presenta la necesidad de ‘aprender a juzgar’ la debilidad de los
demás, actuando según la misericordia de Dios. Dispongámonos a celebrar con
verdaderos sentimientos de fraternidad nuestra eucaristía, pidiendo al Dios de la vida

2
Joseph RATZINGER, Fe, esperanza, amor (Barcelona: Herder, 2012),83.
que incentive en nuestra Inspectoría el florecimiento de una actitud de fraternidad que
sea signo del amor de Dios para con todos sus hijos.

Monición a las lecturas

La vida fraterna se robustece cuando reconocemos que todos estamos en continua


conversión, de ese modo, cada cual se empeña en sostener a los hermanos, evitando los
juicios faltos de caridad, prevaleciendo en palabras y gestos de misericordia y amor.

Celebración del Medio día: “María mujer mística”

Canto Mariano

Lector 1: María la mujer llena de gracia, es nuestro ejemplo de oración asidua, tranquila
y silenciosa, no una oración desesperada sino una oración dedicada que se prolonga a
lo largo de la vida. Su amor maternal se vuelve serena exigencia para nosotros, en
unión con ella aprendemos meditar los acontecimientos de la vida en cada uno de
nuestros corazón.

Lector 2: recordamos hoy a la mujer obediente del Fiat, la Madre castísima y poderoso
auxilio del pobre, nos confiamos en sus manos maternales y a Ella le pedimos que haga
fecundo este tiempo de renovación de nuestro espíritu.

Guía: Hermanos, convencidos que María está presente entre nosotros y continua su
misión de Madre de la Iglesia y Auxiliadora de los cristianos, nos confiamos a Ella
humilde sierva en la que el Señor hizo obras grandes, para ser en entre los jóvenes,
testigos inagotables de su Hijo. (C 8). Con estos sentimientos iniciemos este santo
rosario con la señal de la cruz que nos recuerda el amor que Dios nos tiene. En el
nombre del Padre…

MISTERIOS GOZOSOS
Lector 1: en la contemplación de los misterios de gozo, culmina y se dilata nuestra
participación, con María, en los acontecimientos de la salvación realizados en Cristo.

Lector 2: María, asociada totalmente al triunfo del Hijo, de la misma manera, que
glorificada ya en los cielos en cuerpo y alma, es imagen y principio de la Iglesia que
habrá de tener su cumplimiento en la vida futura, así en la tierra precede con la luz al
peregrinante pueblo de Dios como signo de esperanza cierta y de consuelo (LG68)
PRIMER MISTERIO: LA ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS.

Guía 1: Dios irrumpe en la vida de María a través de la mediación del Ángel Gabriel para
manifestarle la vocación a la que ha sido llamada, a nosotros nos sigue llamando para
encomendarnos a una misión en el seno de la Iglesia y en el mundo a través de
múltiples mediaciones.

Hemos de permanecer atentos para descubrir la llamada que Dios nos hace a servirle
de diferentes modos en el fragor del día a día.

SEGUNDO MISTERIO: LA VISITACIÓN DE MARÍA A SU PRIMA ISABEL

Guía 2: En el silencio del camino hacia la casa de Isabel, María medita sobre el don
recibido. En la ayuda prestada a su prima, en el servicio desinteresado a quien lo
necesita, se fragua el sentido de toda vocación.

La llamada se traduce siempre en actitudes y gestos de amor y servicio hacia los demás,
especialmente los que más lo necesitan.

TERCER MISTERIO: EL NACIMIENTO DE JESÚS

Guía 3: en el misterio de belén, en la desnudez y la humildad del portal, se hacen


presentes la gracia y la misericordia de Dios como un don para toda la humanidad. Ante
semejante gesto de amor, sólo cabe el silencio de María y José y el reconocimiento de
la grandeza de Dios por parte de los pastores que vienen a adorar al niño recién
nacido.

Canto Mariano.

CUARTO MISTERIO: LA PRESENTACIÓN DEL NIÑO JESÚS EN EL TEMPLO

Guía 4: José y María, fieles a la tradición judía de presentar al primogénito varón a Dios,
acuden al templo a realizar su ofrenda. De esta manera, nos enseñan una actitud
cristiana fundamental; la de presentar y ofrecer continuamente la propia vida, con sus
aspiraciones e ilusiones, sus gozos y preocupaciones a Dios Padre, fuente y origen de la
propia existencia.

QUINTO MISTERIO: EL HALLAZGO DEL NIÑO JESÚS EN EL TEMPLO

Guía 5: el gesto de Jesús está cargado de una fuerte connotación simbólica: en medio
de los maestros y doctores de la Ley, comienza a explicarles las escrituras, en el templo,
el lugar de la presencia de Dios. Los sacerdotes también han de escudriñar la palabra de
Dios para ofrecernos una palabra actual y relevante que oriente nuestra vida cristiana a
través de la predicación y guía de la comunidad eclesial.

ACTO DE ABANDONO

Los salesianos, congregados en la unidad del Padre,


Del Hijo y del Espíritu Santo, adoramos y agradecemos en el corazón
De don Bosco el amor infinito que amó tanto al mundo,
Que le entregó a su Hijo único y le envió al Espíritu Santo
Para la redención y santificación del hombre.

Te suplicamos renueves para nosotros


El inefable testamento de la Cruz,
Cuando legaste al apóstol Juan
El título y calidad de Hijo de tu Madre María.

Repite también para cada uno de nosotros:


“Mujer, ahí tienes a tu hijo”,
Para que siempre sepamos vivir con María en casa.
Que ella viva maternalmente con nosotros,
Nos tome de la mano y sea nuestra inspiradora
En la evangelización de los pequeños y los pobres.

María auxiliadora, madre de la Iglesia,


Hoy nos abandonamos en ti,
Personal y comunitariamente,
En tu bondad e intercesión.
Con gozo te proclamamos Madre y Guía
De nuestra congregación.

Acoge, te rogamos, este filial acto de abandono


Y haz que participemos cada vez más
En el testamento de tu Hijo en el calvario.

Por Él, con Él y en Él


Nos proponemos a vivir y trabajar incansablemente
En la construcción del reino del Padre.

María Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros. Amén.

Bendición final

Canto Mariano.
II Vísperas de San Pedro y San Pablo

Salmo 115
Comentador: Una vez recuperada la salud, el salmista ansía hacer manifestaciones de
gratitud a su Dios por el beneficio obtenido, y quiere corresponder con un sacrificio de
alabanza, declarándose siervo de Dios.

Salmo 125
Comentador: En la boca de los cristianos este salmo debe ser la oración escatológica de
un pueblo que, aunque sufre aún en el destierro y está lejos del reino, se sabe ya
salvado por la resurrección de Cristo, el primer hombre repatriado, pensar en el triunfo
del hombre, tal como resplandece en la carne del Resucitado, nos parece un sueño, pero
es ya realidad; el Señor ha estado grande con nosotros realmente. 

Cántico Ef 1, 3-10
Comentador: Nuestra identidad se encuentra arraiga en el misterio insondable de Dios.
Emanamos como personas y como comunidad de su misteriosa actividad creadora y
liberadora. Dios Padre nos ha dado la vida, la Vida que es Cristo para vivificarnos y
liberarnos definitivamente del reino de la corrupción y de la muerte.
Martes 30 de Junio: 13ª semana del Tiempo
Ordinario

Oración de Laudes

Salmo 23
Comentador: Este es un salmo muy apto para empezar la oración de la mañana para
Nosotros, cuerpo de Cristo en la tierra que avanzamos acompañándolo a lo más alto de
los cielos. Por medio de este salmo pidamos al Señor que las acciones del nuevo día
nos hagan dignos de vivir en su presencia.

Cántico Tb 13, 1-10


Comentador: hoy el pueblo de Dios vive una nueva diáspora en un mundo que no
comparte nuestra fe cristiana; también la Iglesia debe ser evangelizadora de quienes
desconocen el rostro de Dios revelado por Cristo

Salmo 32
Comentador: De este salmo emerge la fuerza de la Palabra creadora y de la providencia
solícita del Señor para con sus fieles. Por ello, el salmista invita a los justos a esta bella
oración tan apropiada para el comienzo del nuevo día.

Lectio Divina
Invocación al Espíritu Santo

Solista: Espíritu Santo, eres viento:


Asamblea: llévame donde quieras;
S: eres brisa:
A: déjame respirar lo nuevo;
S: eres fuerza:
A: levántame del suelo;
S: eres vida:
A: dame pasión por la vida;
S: eres alimento:
A: nútreme de tu savia;
S: eres luz:
A: ilumíname con tus rayos;
S: eres calor:
A: calienta mi existencia;
S: eres libertad:
A: hazme libre;
S: eres fecundidad:
A: cúbreme con tu sombra;
S: eres agua viva:
A: dame de beber;
S: eres respuesta:
A: dame fuerza para decir sí al Padre, al Hijo y a ti, Espíritu Santo. Amen.

Lectura del Evangelio: Mateo 7,6.12-14


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No deis lo santo a los perros, ni echéis
vuestras perlas a los puercos, no sea que las pisoteen, se vuelvan contra vosotros y os
destrocen. Así pues, tratad a los demás como queráis que ellos os traten a vosotros,
porque en esto consisten la Ley y los profetas. Entrad por la puerta estrecha, porque es
ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran
por él. En cambio, es estrecha la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y son
pocos los que lo encuentran.
Palabra del señor

Reflexión3
Discernimiento y prudencia al ofrecer las cosas de valor. “No deis a los perros lo que es
santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus
patas, y después, volviéndose, os despedacen” (7,6). A primera vista, este “dicho” de
Jesús parece extraño a la sensibilidad del lector moderno. Puede presentarse como un
verdadero enigma. En verdad se trata de una manera de decir, de un lenguaje semítico
que requiere ser interpretado. En tiempo de Jesús, como en la cultura antigua, los
perros no eran muy apreciados porque se consideraban semisalvajes y callejeros. No
profanar las cosas santas es, a fin de cuentas, una invitación a usar la prudencia y el
discernimiento. En el AT las cosas santas son la carne para el sacrificio (Lv 22,14; Nm
18,8-19). También la prohibición de echar las perlas a los puercos resulta
incomprensible. Para los hebreos, los cerdos son animales impuros, como el colmo de
la repugnancia. Por el contrario, las perlas son lo más precioso que puede haber. La
advertencia de Jesús se refiere a aquel que sacia a los perros callejeros con la carne
consagrada y destinada al sacrificio. Tal comportamiento resulta malvado y con
frecuencia imprudente, pues normalmente a los perros no se les daba de comer y,
movidos por su hambre insaciable, podían retroceder y asaltar a sus “bienhechores”. A
nivel metafórico, las perlas indicarían las enseñanzas de los sabios y las
interpretaciones de la “torâh”. En el evangelio de Mateo, la perla es imagen del reino
de Dios (Mt 13,45ss).

3
Tomado de http://ocarm.org/es/content/lectio.
El camino a seguir. Al final del discurso (7,13-27) Mateo pone, entre otras cuestiones,
una exhortación conclusiva de Jesús, que invita a hacer una elección decisiva para
entrar en el reino de los cielos: la puerta estrecha (7,13-14). La palabra de Jesús no es
sólo algo que hay que comprender e interpretar, sino que sobre todo ha de formar
parte de la vida. Ahora bien, para entrar en el reino de los cielos es necesario seguir un
camino y entrar en la plenitud de la vida atravesando una “puerta”. El tema del
“camino” es muy apreciado en el AT (Dt 11,26-28; 30,15-20; Jr 21,8; Sal 1,6; Sal 118,29-30;
Sal 138,4; Sb 5,6-7, etc.). El camino representado en las dos puertas conduce a metas
diversas. Una significación coherente de las advertencias de Jesús sería que a la puerta
ancha se une el camino ancho que conduce a la perdición, es decir, recorrer un camino
ancho siempre es agradable, pero esto no se dice en nuestro texto. Más bien parece
que Mateo coincide con el concepto judío de “camino”: siguiendo Dt 30,19 y Jr 21,8 se
encuentran dos caminos que se contraponen, el de la muerte y el de la vida. Saber
elegir entre dos modos diversos de vida es decisivo para entrar en el reino de los cielos.
El que elige la vía estrecha, la de la vida, debe saber que está llena de aflicciones; al
decir estrecha indica que en el sufrimiento se encuentra la prueba de la fe.

Llamemos a su puerta: Llamemos fuerte, os digo, y mientras caminamos cantemos:


«Oh Dios, tú eres mi Dios, desde el alba te deseo» (Sal 62,1). Ocupémonos de las cosas
divinas para no seguir estando atados a las cosas humanas y, de este modo, como
verdaderos peregrinos, esté siempre presente en nosotros el anhelo de la patria. Allí,
después, todas las generaciones que hayan hecho el camino tendrán diferentes suertes
según sus méritos: los peregrinos buenos reposarán en la patria, los malvados serán
expulsados de ella. No amemos, pues, más el camino que la patria: esta última es de tal
condición que es nuestro deber amarla. Conservemos firme en nosotros esta
convicción, de suerte que vivamos en el camino como viajeros, como huéspedes del
mundo, sin apegarnos a ninguna pasión, sino de modo tal se colmen nuestras almas de
la belleza de las realidades celestiales y espirituales. Esforcémonos por complacer a
Aquel que está presente en todas partes, para que, con una buena conciencia,
podamos pasar felizmente de este mundo a la bienaventurada morada eterna de
nuestro Padre, de la tierra de los muertos a la de los vivos. Allí veremos cara a cara al
Rey de reyes que reina con justicia, a nuestro Señor Jesucristo, al cual sea la gloria por
los siglos de los siglos. Amén (Columbano, Instrucciones, IX, passim).

Medita
-¿Te dejas guiar y atraer por la vía estrecha y exigente del evangelio?
-¿Sigues más bien la vía ancha y fácil, que consiste en hacer lo que a uno le place o lo
que conduce a satisfacer los propios deseos, y que pasa por alto las necesidades de los
demás?

Invitación: «La decisión básica cristiana –ser cristiano- supone dejar de girar en torno a
uno mismo, alrededor del propio yo, y unirse a la existencia de Jesucristo» 4.
4
Joseph RATZINGER, Fe, esperanza, amor (Barcelona: Herder, 2012), 84.
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« ‘Levantaos, no tengáis miedo’. Esta invitación del Maestro se dirige obviamente a
cada cristiano. Pero con mayor motivo a quien ha sido llamado a dejarlo todo y, por
consiguiente, a arriesgarlo todo por Cristo. De modo especial es válida siempre que, con
el Maestro, se baja del monte para tomar el camino que lleva del Tabor al Calvario» 5.

Oración
Oh Señor, danos tu Espíritu para que nos enseñe a discernir cuál es el camino adecuado
que hemos de recorrer. Habla tú en nuestro corazón y repítenos continuamente: «Soy
yo, no temas», cuando ir contra la corriente y seguir el camino angosto nos parezca
únicamente una insensatez: que tu paz y tu alegría nos hagan estar siempre
íntimamente seguros de que tú -el Dios fiel- no defraudas nunca y que por tus caminos,
angostos al principio, corremos por la inexpresable suavidad del amor y llegamos a la
vida eterna. Amén.

Eucaristía

Monición de entrada
El amor de Dios hace que nuestra vida adquiera sentido, cuando nos invita a
permanecer en él, comprendemos que la esencia de nuestro actuar es hacerlo ver en el
mundo; lo cual es para nosotros, la misión en la que desgastamos todas nuestras
fuerzas. Ese amor que nos invita en este día a congregarnos en la mesa de la vida, nos
sostenga en el camino de consagración, a fin de ser siempre fieles al compromiso
adquirido cruzando día a día la puerta estrecha de la generosidad sin reproche.

Monición a las lecturas


Somos convocados a proteger, compartir y acrecentar el tesoro de la gracia Divina,
mediante la puesta en práctica de la generosidad completa a la voluntad de aquel que
nos ha llamado a dejarlo todo y seguirlo. La palabra de Dios nos recuerda que hemos
adquirido el tesoro de la redención, a la vez, somos depositarios de la misión de
compartir al mundo entero la promesa de Reino de Dios.

Celebración del Mediodía: “LA VIDA CONSAGRADA:


como Don Bosco”

5
Juan Pablo II, La vida consagrada 40.
Lector 1: Don Bosco, bajo la inspiración del Espíritu Santo, tuvo viva conciencia de ser
llamado por Dios a una misión en favor de los jóvenes más pobres, signos de lo alto,
cualidades naturales, consejos de personas prudentes y llenas de Dios, circunstancias
que se acumularon providencialmente, lo convencieron de que Dios lo había
enriquecido con dones singulares y lo llamaba a una entrega total a los jóvenes :
“Tengo prometido a Dios que incluso mi último aliento será para mis pobres jóvenes”.

Lector 2: El señor nos ha dado a don Bosco como padre y maestro, lo estudiamos e
imitamos admirando en él una espléndida armonía entre naturaleza y gracias.
Profundamente hombre de Dios y lleno de los dones del espíritu santo, vivía como si
viera al invisible. (C 21)

Lector 1: con la motivación de ser en medio de los jóvenes signos y portadores del amor
de Dios y sintiéndonos instrumentos de Él para anunciar su palabra desde nuestra
acción pastoral iniciemos este momento de encuentro comunitario.

Canto Salve Don Bosco Santo

(Entrada de La Reliquia de Don Bosco)

Presidente: En el nombre del Padre…


La gracia de nuestro señor Jesucristo que nos ha llamado por nuestro nombre a
seguirlo más de cerca para ser entre los jóvenes más pobres signos de su amor este con
todos ustedes.

Todos: y con su espíritu

Presidente: Hermanos; llevar el Evangelio es llevar la fuerza de Dios para arrancar y


arrasar el mal y la violencia, para destruir y demoler las barreras del egoísmo; el santo
padre el Papa Francisco nos ha recordado que Jesús no ha dicho “ve”, sino “vayan:
todos somos enviados juntos a dar testimonio en primera persona del amor del Dios.

Del Santo Evangelio según san Juan 10, 11-16


Yo soy el buen pastor: el buen pastor su vida da por las ovejas. Más el asalariado, y que
no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve al lobo que viene, y deja las
ovejas, y huye, y el lobo las arrebata, y esparce las ovejas.  Así que, el asalariado, huye,
porque es asalariado, y no tiene cuidado de las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco
mis ovejas, y las mías me conocen. Como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y
pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil;
aquéllas también me conviene traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.
Palabra del Señor
Reflexión del presidente

Lector 1: Don Bosco sigue siendo el guía que ilumina nuestras opciones de hoy, lo
imitamos como modelo de servicio a los jóvenes. El decreto perfectae caritatis nos pide
volver a las fuentes y volver a las fuentes es dirigir nuestra mirada hacia nuestro
fundador, volver a don Bosco significa: amarlo, estudiarlo, imitarlo, invocarlo y hacerlo
conocer.

Lector 2: en el marco de estos ejercicios espirituales donde se nos pide ir tras las
huellas de Don Bosco, celebremos el don de Don Bosco para el mundo y para la Iglesia,
celebremos la santidad de un hombre que supo vivir con los pies en la tierra y con la
mirada puesta en el cielo. Al santo de la juventud, al santo de la mirada y el brazo
siempre abierto. El santo de la familiaridad y de la alegría que nos lleva a comprender a
un Dios que es Amor.

Lector 3: Responder la llamada de Dios responder, la llamada a ser santos como


nuestro fundador, dando nuestra vida como él, trabajando con y para los jóvenes como
él, pues el mismo Don Bosco quería que cada uno de los suyos hiciéramos lo mismo que
él hacía. El reto que nos plantea el Papa Francisco es el de respondernos en este año de
la vida consagrada el ¿si, y como, nos dejamos interpelar por el evangelio; si este es
realmente el Vademecum para la vida cotidiana y para las opciones que estamos
llamados a tomar? En un mundo donde los jóvenes son traicionados, explotados,
abusados el Señor ha puesto en nuestras manos un estilo de vivir donde reina el
respeto por el muchacho, a su grandeza, y a su fragilidad, a su dignidad de hijo de Dios.

Presidente: Hermanos la comunión sacramental nos une a Cristo, por tanto estamos
llamados a vivir como Él con un estilo propio, con una forma de amar que se entrega sin
reservas, siendo visiblemente alegres lo que deriva de la donación libre y gratuita de sí,
con el corazón abierto a la oración humilde y constante, estos son valores evangélicos
de los que nosotros salesianos, tenemos particularmente necesidad para nuestra
misión. En el silencio de nuestro corazón los invito a que cada uno responda a las
siguientes preguntas:

 ¿Estoy contento con la vocación salesiana?


 ¿Estoy decidido a seguir con don Bosco hasta el final de mi vida?
 ¿Me considero verdadero y humilde hijo suyo siempre al servicio de todos,
especialmente los jóvenes?
 ¿Tengo verdadera estima de las constituciones, de los reglamentos y de nuestras
tradiciones de familia?
 ¿Aprecio, estudio e imito a Don Bosco, a quien Dios y la Iglesia me han dado como
padre?

VENERACIÓN A LA RELIQUIA DE DON BOSCO


Presidente: Hermanos don Bosco vive en todo aquel que quiere servir al Señor en los
jóvenes y en el que sufre. Por eso todos aquellos que vivimos y disfrutamos de su
carisma estamos llamados a perpetuar su memora y su acción en el mundo de hoy. Con
el gozo que nos da ser salesianos acerquémonos a su adoración.

Cantos Salesianos

Oración por el Bicentenario.

Vísperas
Salmo 19
Comentador: Este breve himno propone un doble motivo para alabar a Dios: su infinita
grandeza, que trasciende todos los límites del universo, y su admirable
condescendencia, que lo mueve a “inclinarse” bondadosamente hacia la tierra, para
elevar a los más pobres y desamparados.

Salmo 20, 2-8. 14


Comentador: La alabanza expresada en este Salmo se fundamenta en el poder creador
del Señor y en su bondad para con los pobres y oprimidos. Dios le otorga al hombre la
posibilidad de reconocer sus designios, pero le exige que sea siempre fiel al proyecto
de instauración del Reino de justicia y misericordia para toda la humanidad.

Cántico Ap 4, 11; 5,9-10. 12


Comentador: Nuestra identidad se encuentra arraiga en el misterio insondable de Dios.
Emanamos como personas y como comunidad de su misteriosa actividad creadora y
liberadora. Dios Padre nos ha dado la vida, la Vida que es Cristo para vivificarnos y
liberarnos definitivamente del reino de la corrupción y de la muerte.
Miércoles 01 de Julio: 13ª semana del Tiempo
Ordinario

Oración de Laudes
Salmo 35
Comentador: Empezamos hoy nuestra jornada escuchando un salmo sapiencial que
puede ayudarnos a orientar, desde los primeros momentos del día, nuestra conducta.
Este salmo presenta ante nuestros ojos un doble cuadro: la conducta
del malvado arrogante y la actitud del hombre humilde que se acoge a la sombra de las
alas de Dios.

Cántico Jdt. 16, 2-3.15-19


Comentador: El Cántico de Judit es la oración de acción de gracias con que concluye la
narración de la victoria de la heroína judía sobre el terrible Holofernes; La fe en esta
victoria pascual nos hace cantar nuestro Te Deum en esta primera hora de la mañana,
cuando aún no hemos experimentado ninguna victoria. La palabra del Señor es
suficiente para que de nuestra esperanza brote la acción de gracias

Salmo 46
Comentador: La comunidad religiosa está llamada a ser testigo de la paz escatológica
del Reino: en ella se ha de anticipar la seguridad de que Dios Padre ofrece la paz del
Espíritu.

Lectio Divina
Invocación al Espíritu Santo
Coro 1: Ven, Creador, Espíritu amoroso,
ven y visita el alma que a ti clama
y con tu soberana gracia inflama
los pechos que criaste poderoso.

Coro 2: Tú, que abogado fiel eres llamado,


del Altísimo don, perenne fuente,
de vida eterna, caridad ferviente,
espiritual unción, fuego sagrado.

Coro 1: Tú te infundes al alma en siete dones,


Fiel promesa del Padre soberano;
Tú eres el dedo de su diestra mano;
Tú nos dictas palabras y razones.

Coro 2: Ilustra con tu luz nuestros sentidos;


del corazón ahuyenta la tibieza,
haznos vencer la corporal flaqueza
con tu eterna virtud fortalecidos.

Coro 1: Por ti nuestro enemigo desterrado,


gocemos de paz santa duradera,
y siendo nuestro guía en la carrera,
todo daño evitemos y pecado.

Todos: Por ti al eterno Padre conozcamos,


y al Hijo, soberano omnipotente,
y a ti, Espíritu, de ambos procedente
con viva fe y amor siempre creamos.

Lectura del Evangelio: Lucas 1,57-66.80


Se le cumplió a Isabel el tiempo y dio a luz un hijo. Sus vecinos y parientes oyeron que
el Señor le había mostrado su gran misericordia y se alegraron con ella. Al octavo día
fueron a circuncidar al niño y querían llamarlo Zacarías, como su padre. Pero su madre
dijo: -No, se llamará Juan. Le dijeron: -No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre.
Se dirigieron entonces al padre y le preguntaron por señas cómo quería que se llamase.
El pidió una tablilla y escribió: Juan es su nombre. Entonces, todos se llevaron una
sorpresa. De pronto, recuperó el habla y comenzó a bendecir a Dios. Todos sus vecinos
se llenaron de temor, y en toda la montaña de Judea se comentaba lo sucedido.
Cuantos lo oían pensaban en su interior: « ¿Qué va a ser este niño?». Porque,
efectivamente, el Señor estaba con él. El niño iba creciendo y se fortalecía en su
interior. Y vivió en el desierto hasta el día de su manifestación a Israel.
Palabra del Señor.

Reflexión6
El evangelista Lucas se preocupa de contar, al comienzo de su evangelio, la infancia de
Juan el Bautista junto a la infancia de Jesús: un paralelismo literariamente bello y rico
desde el punto de vista teológico. Cuando «se le cumplió a Isabel el tiempo» (v. 57) dio
a luz a Juan: este nacimiento es preludio del de Jesús. Un niño que anuncia la presencia
de otro niño. Un nombre -el de Juan- que es preludio de otro nombre: el de Jesús. Una
presencia absolutamente relativa a la de otro. Un acontecimiento extraordinario (la
maternidad de Isabel) que prepara otro (la maternidad virginal de María).

6
Tomado de: http://www.santaclaradeestella.es/ORACIONES/LECTIO_DIVINA.
Una misión que deja pregustar la de Jesús. No viene al caso contraponer de una
manera drástica la misión de Juan el Bautista a la de Jesús, como si la primera se
caracterizara totalmente y de manera exclusiva por la penitencia y la segunda por la
alegría mesiánica. Se trata más bien de una única misión en dos tiempos, según el
proyecto salvífico de Dios: dos tiempos de una única historia, que se desarrolla
siguiendo ritmos alternos, aunque sincronizados.

Sabemos que la misión de Juan el Bautista fue sobre todo preparar el camino de Jesús;
de ahí que valga la pena meditar sobre el deber de preparar la manifestación de Jesús
tanto en las almas como en la historia. Es éste un deber que incumbe a cada verdadero
creyente. Preparar es más que anunciar. Es preciso poner al servicio de Jesús y de su
proyecto salvífico no sólo las palabras, sino toda la vida. Desde esta perspectiva
podemos captar el sentido de la presencia de Juan el Bautista en los comienzos de la
historia evangélica: con su comportamiento penitencial, Juan quiso hacer comprender
a sus contemporáneos que había llegado el tiempo de la gran decisión; a saber, la de
estar del lado de Jesús o en contra de él.

Con el bautismo de penitencia, Juan quería hacer comprender que había llegado el
tiempo de cambiar de ruta, de invertir el sentido de la marcha, precisa y exclusivamente
a causa de la inminente llegada del Mesías-Salvador. Con su predicación, Juan el
Bautista quería sacudir la pereza y la inedia de demasiada gente de su tiempo, que de
otro modo ni siquiera se habría dado cuenta de la presencia de una novedad
desconcertante, como fue la de Jesús. Ahora bien, fue sobre todo con su «pasión»
como Juan el Bautista preparó a sus contemporáneos para recibir a Jesús:
precisamente para decirnos también a nosotros que no hay preparación auténtica para
la acogida de Jesús si ésta no pasa a través de la entrega de nosotros mismos, a través
de la Pascua.

Medita:
 La Iglesia ha visto siempre en Juan Bautista, aquel que prepara el camino del Señor.
¿Tiene esto alguna importancia para nuestra vida de discípulos misioneros?
 San Juan afirmaba que él tenía que menguar para que el Cordero surgiera, en tus
labores pastorales de cada día ¿estás permitiendo que Jesús crezca y esforzándote
por disminuir cada día para gloria de su Nombre?

Invitación: «lo que constituye al hombre es la apertura al todo, al infinito. El hombre se


hace hombre cuando se trasciende infinitamente. Es pues más hombre cuando menos
encerrado está en sí mismo, cuando está menos ‘limitado’»7.

Compartir Grupal
Comparte con tus hermanos el mensaje que la palabra de Dios te ha dado en este día.

7
Joseph RATZINGER, Fe, esperanza, amor (Barcelona: Herder, 2012), 71.
Oración
Oh Dios de nuestros padres, tú nos llamas a ser «voz»: concédenos reconocer tu
Palabra, reconocer la única Palabra de vida eterna, para que anunciemos esta Verdad a
todos nuestros hermanos. Oh Dios de nuestros padres, tú nos llamas a ser «el amigo
del Esposo»; hazme solícito a preparar los corazones de los hombres, para que estén
bien dispuestos a acogerlo. Oh Dios de nuestros padres, tú nos llamas a señalar el
Cordero de Dios a los hombres: haz que nunca me ponga sobre él, sino que él crezca y
yo mengüe. Amén

Eucaristía

Comentario de entrada
Lector 1: Con júbilo nos unimos a la Iglesia para celebrar la gran solemnidad del
nacimiento de Juan el Bautista, el precursor de Nuestro Señor Jesucristo.

Lector 2: En su entrega generosa a la voluntad de Dios, nos sentimos llamados a vivir de


manera radical nuestro compromiso de consagrados.

Lector 1: Dispongámonos para vivir a profundidad esta celebración, a fin de que la


bondad del señor no cese de derramarse en nuestro corazón y continúe animando
nuestra vida de fe.

Lector 2: Iniciemos esta celebración eucarística con sentimientos de gratitud a Dios por
conceder a la Iglesia, hombres y mujeres entregados a la tarea de dar a conocer al
cordero y extender el Reino de Dios al mundo entero.

Celebración del mediodía: CON LOS JÓVENES, PARA LOS


JÓVENES
Canto de entrada

Presidente: Hermanos, nos reunimos en esta ocasión para orar y recordar el campo de
misión específico hacia el cual somos enviados: los jóvenes. Durante este momento de
oración y reflexión, pensando y profundizando en nuestras motivaciones y
convicciones, renovemos, desde la oración o el diálogo con Dios el compromiso que
hemos asumido con Él y las fuerzas que se agotan cada vez que emprendemos nuestra
misión. En el nombre del Padre, del Hijo…
Lectura y reflexión

Momento I: Predilección por los jóvenes

Lector 1: Constituciones – Artículo 14.


“Nuestra vocación tiene el sello de un don especial de Dios: la predilección por los
jóvenes. ‘Me basta que seáis jóvenes, para que os ame con toda mi alma’. Este amor,
expresión de la caridad pastoral, da sentido a toda nuestra vida.

Por bien de ellos ofrecemos generosamente tiempo, cualidades y salud: ‘Yo por
vosotros estudio, por vosotros trabajo, por vosotros vivo, por vosotros estoy dispuesto
incluso a dar mi vida’”.

Lector 2: ¿Cómo vivo en mi apostolado u obra específica esta predilección por los
jóvenes? ¿Qué acciones emprendo para que ellos se acerquen a Dios o profundicen en
su opción vocacional? ¿Soy testimonio y transparencia del amor de Dios? ¿Mi SER
salesiano refleja la predilección por los jóvenes?

(Momento de silencio)

Presidente: Señor, haz que, como Don Bosco, los jóvenes sean el campo predilecto de
nuestro trabajo pastoral y evangélico, para de tal manera llegar a ser signos de tu amor
misericordioso y redentor, para que sus vidas adquieran sentido y sean luz para otros
jóvenes. Amen.

Momento II: Los jóvenes nuestra zarza ardiente

Lector 1: Capítulo General XXVII – Numeral 52.


Los jóvenes son «nuestra zarza ardiendo» a través de la cual Dios nos habla. Es un
misterio para respetar, acoger y a partir del cual discernir las orientaciones más
profundas, ante el cual hay que quitarse las sandalias para contemplar la revelación de
Dios en la historia de todos y de cada uno. Esta fuerte experiencia de Dios nos permite
responder al grito de los jóvenes.

Lector 2: Numeral 59.


La asistencia salesiana es un aspecto fundamental de nuestra espiritualidad. Estar con
los jóvenes y acercarse a ellos, ganar su confianza y acompañarlos en su asentimiento
de fe, nos permitirá encontrar a Dios y escucharlo, para entregarles todas nuestras
fuerzas «hasta el último aliento» y dar testimonio del don de nuestra vida, de acuerdo a
la lógica de la cruz. Viviendo de esta manera, participamos en el dinamismo pascual,
seguros de que la belleza de la resurrección colma de alegría y de paz el auténtico don
de nosotros mismos.
Lector 1: ¿He sentido en los jóvenes la presencia de Dios? ¿Cómo siento que Dios me
habla a través de los jóvenes? ¿Cómo puedo sentir a Dios en los jóvenes, para reconocer
lo que debo hacer o cómo debo actuar? ¿Conozco a los jóvenes con quienes trabajo?
¿En lo que llevo de vida salesiana consagrada, me he desgastado siempre por el bien de
los jóvenes de mi obra o apostolado? ¿Entregando mis energías en el trabajo de mi
pastoral, he sentido que se lo entrego a Dios?

(Momento de silencio)

Presidente: Dios, Padre bueno, tú que nos has llamado a seguirte más de cerca, con una
vocación específica, permítenos reconocerte, verte, oírte y sentirte en los jóvenes con
quienes, según nuestra obra específica, trabajamos a diario, entregando todas nuestras
fuerzas y siendo portador de tu amor para todos. Danos la gracia de perseverar en esta
misión que nos has encomendado. Amen.

Momento III: Compromiso vocacional y pastoral

Lector 1: Capítulo General XXVII – Numeral 72.


Para ser SERVIDORES de los jóvenes es necesario pasar:
1. de la distancia con los jóvenes a la presencia activa y entusiasta en medio de ellos,
con la pasión del Buen Pastor.
2. de una pastoral de conservación a una pastoral «de salida», que parte de las
necesidades profundas de los jóvenes más pobres, considerados en su entorno
familiar y social.

Lector 2: ¿Qué compromiso he de renovar frente a Dios con respecto a mi trabajo


pastoral? ¿Es la actitud del Buen Pastor mi mayor motivación para mi apostolado
particular? ¿Busco a los jóvenes, preocupándome por ellos, o espero que lleguen a mi
obra? ¿Qué actitudes debo cambiar, renovar o adquirir respecto al trabajo pastoral que
desempeño?

(Momento de silencio)

Presidente: Señor Jesús, haz que, por la fuerza de tu Espíritu, seamos siempre para los
jóvenes como el buen pastor que se preocupa por sus ovejas. Enséñanos a perseverar
en la oración y en el testimonio visible, creíble y fecundo de nuestra consagración, para
que todos nuestros destinatarios tengan y alcancen la Vida que Tú nos das. Amen.

(Canto)

Oración comunitaria: El Credo Salesiano (Todos)

Creemos que Dios ama a los jóvenes. Tal es la fe que está en el origen de nuestra
vocación y que motiva nuestra vida y todas nuestras actividades pastorales.
Creemos que Jesús quiere compartir su vida con los jóvenes, que son la esperanza de
un futuro nuevo y llevan dentro de sí, oculta en sus anhelos, la semilla del Reino.
Creemos que el Espíritu se hace presente en los jóvenes y que por su medio quiere
edificar una comunidad humana y cristiana más auténtica. Él trabaja ya en cada uno y
en los grupos; les ha confiado una tarea profética para que la realicen en el mundo, que
es también el mundo de todos nosotros.
Creemos que Dios nos está esperando en los jóvenes, para ofrecernos la gracia del
encuentro con él y disponernos a servirle con ellos, reconociendo su dignidad y
educándolos en la plenitud de la vida... Amén.

Bendición final:
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amen.

Vísperas
Salmo 26 (A dos coros en sus dos partes)
Comentador: Este salmo evoca la felicidad de quienes, por nuestra comunión en Cristo,
somos también herederos de las bendiciones de la nueva alianza.

Cántico Cf. Col1, 12-20


Comentario: Nosotros los redimidos, al igual que Moisés y los Israelitas después de
cruzar el Mar Rojo, estamos invitados a entonar nuestro canto de alabanza y acción de
gracias a Dios por la liberación que el Cordero nos ha obtenido.
Jueves 02 de Julio: 13ª semana del Tiempo Ordinario

Laudes
Salmo 56
Comentador: Los consagrados corremos el peligro de sobrevalorar nuestras obras,
creyendo que ellas son la fuente de nuestro mérito, las que nos justifican ante Dios.
Podemos sentir una cierta satisfacción interior porque hemos «cumplido» con el
proyecto de oración, de trabajo y de servicios a los jóvenes, o porque observamos con
un cierto escrúpulo las Constituciones. Y, sin embargo, con todo ello nos vemos
precisados a decir con el salmo 142: “No llames a juicio a tu siervo, pues ningún hombre
vivo es inocente frente a ti”.

Cántico: Jr 31, 10-14


Comentador: Es el tiempo de gozo, de alegría y de regocijo porque Dios ha cumplido las
promesas a su pueblo. La esperanza y la confianza se ponen en quien se sabe que no
defrauda.

Salmo 47
Comentador: A Dios, que llama y congrega, se dirige este gran canto de acción de
gracias, pues “el Señor aprecia a sus fieles, que confían en su misericordia”.

Lectio Divina
Invocación al Espíritu Santo

Coro 1: Ven, Creador, Espíritu amoroso, ven y visita el alma que a ti clama, y con tu
soberana gracia inflama los pechos que criaste poderoso.

Coro 2: Tú que abogado fiel eres llamado, del Altísimo don, perenne fuente de vida
eterna, caridad ferviente, espiritual unción, fuego sagrado.

Coro 1: Tú te infundes al alma en siete dones, fiel promesa del Padre soberano; Tú eres
el dedo de su diestra mano, Tú nos dictas palabras y razones.

Coro 2: Ilustra con tu luz nuestros sentidos, del corazón ahuyenta la tibieza, haznos
vencer la corporal flaqueza, con tu eterna virtud fortalecidos.

Coro 1: Por ti nuestro enemigo desterrado, gocemos de paz santa y duradera, y siendo
nuestra guía en la carrera, todo daño evitamos y pecado.
Coro 2: Por ti al eterno Padre conozcamos, y al Hijo, soberano omnipotente, y a ti,
Espíritu de ambos procedente, con viva fe y amor siempre creamos. Amen.

Lectura del Evangelio: Mt 7, 21-29


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No todo el que me dice “Señor, Señor”
entrará en el reino de cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el
cielo. Aquel día muchos dirán: “Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y
en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?”.
Yo entonces les declararé: “Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados.” El que
escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente
que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, salieron los ríos, soplaron los vientos y
descargaron contra la casa; pero no se hundió porque estaba cimentada sobre roca. El
que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre
necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los
vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.»
Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les
enseñaba con autoridad, y no como los escribas.
Palabra del Señor.

Reflexión8
1. Pase de entrada al reino de Dios. Jesús señala una condición indispensable para
entrar en el Reino: cumplir la voluntad de Dios. Éste es el aval de pertenencia por el que
él nos reconoce como hijos suyos y discípulos de Jesús. No basta confesar a Cristo, tan
sólo de palabra, como Señor glorioso y resucitado de entre los muertos; hay que unir el
cumplimiento de la voluntad del Padre. Solamente así nuestra justicia, santidad y
fidelidad serán mayores que la de los escribas y fariseos, como deseaba Jesús.

Para ilustrar la necesidad de esta fe práctica, la fe que nos salva, la fe que actúa por la
caridad (Gál 5, 6), expone Jesús la parábola de las dos casas, construidas una sobre
roca y otra sobre arena. El verdadero discípulo de Cristo es el hombre sabio que edifica
sobre roca, y el falso es el hombre necio que construye su casa sobre arena movediza.
El primero escucha y cumple la palabra del Señor; el segundo la escucha, pero no la
pone en práctica. De ahí su ruina y descalificación, porque la fe sin obras es estéril; más
aún, está muerta (Sant 2, 17.20). “Obras son amores, y no buenas razones”, reza el
proverbio.

Dios nunca empieza exigiendo, sino dando. El imperativo moral cristiano se funda en el
indicativo del don de Dios, que nos hace hijos suyos, hombres nuevos por el bautismo
en Cristo muerto y resucitado. Lo primero es siempre le amor de Dios; después,
lógicamente, se nos urge una respuesta personal mediante la conversión del corazón y
la fidelidad cotidiana al Señor.

8
Tomado de: CABALLERO, Basilio. La palabra cada día. Madrid: Ediciones Paulinas, 1990. 402-403.
De esta manera uniremos fe y obras, creencias y conductas, y evitaremos un escollo
frecuente, causa del desprestigio y anti testimonio cristiano: el divorcio entre fe y vida
por parte de quienes se confiesan creyentes y practicantes.

2. El ejemplo de Cristo, para evitar engaños. Cumplir la voluntad de Dios supone


conocer el querer divino. ¿Dónde encontrar una guía segura que nos libre de ilusiones y
subjetivismos? En la persona y conducta de Jesús, quien pudo afirmar: “Mi alimento es
hacer la voluntad del Padre que me envió” (Jn 4, 34). Y en el momento de la prueba
suprema, en su pasión, repetía: Padre, no se haga mi voluntad sino la tuya (Lc 22, 42).
En el discurso del monte que ha precedido en fragmentos diarios, hallamos un
excelente resumen de su pensamiento y de las actitudes básicas de quien se propone
ser su discípulo. Tenemos una cierta tendencia a suavizar las rotundas afirmaciones de
Jesús, tildándolas de radicalismo verbal o literario. Una de ellas es la del Evangelio de
hoy: “No todo el que me dice ‘Señor, Señor’ entrará en el reino de los cielos, sino el que
cumple la voluntad de mi padre está en el cielo”. Puede uno incluso realizar milagros en
nombre de Cristo y no ser reconocido por él como suyo, porque no son los labios, sino
el corazón, la voluntad y las obras lo que cuenta para lograr el pase de entrada al reino
de Dios.

No podemos soslayar los serios interrogantes que nos plantea la palabra de Jesús.
Amar a Dios amando a los hermanos es el cuadro completo de la voluntad divina sobre
cada uno de nosotros, que queremos construir sólidamente sobre la roca y piedra
angular que es Cristo.

Medita
¿A qué clase de cristianos pertenecemos? ¿Somos la casa sobre la roca o sobre la arena?
¿Nuestra vocación y consagración salesiana está sobre la roca o sobre la arena? ¿Soy
dócil y busco encontrar y asumir la voluntad de Dios en mi vida y apostolado? ¿Cuánto
considero que soy de Cristo para que no se me diga: “Nunca os he conocido”?

Invitación: «El sentido, es decir, el suelo en que nuestra existencia puede permanecer y
vivir, no se puede construir, solo se puede recibir»9

Compartir grupal
La palabra de Dios es la fuente inagotable que alimenta nuestros corazones,
ayudándonos a afianzar en el interior, una actitud de continua conversión que se
proyecta en una vivencia más radical de nuestra consagración. La voz de nuestros
hermanos nos ayude a descubrir el mensaje de esperanza que en este día se nos ofrece.
A partir de las preguntas o inspirados por algún extracto del evangelio, compartamos
con nuestros hermanos aquello que nos ayude a continuar este camino de
afianzamiento de nuestra pertenencia a Dios.

Oración
9
Joseph RATZINGER, Fe, esperanza, amor (Barcelona: Herder, 2012), 21.
Padre bueno, dame prudencia para construir mi vida sobre la roca de tu Palabra,
afianza mi corazón en ti para que seas el suelo en el cual mi existencia pueda
permanecer y vivir. En tus manos quiero descansar señor, hazme siempre dócil a tu
gracia para que edifique firmemente en tu presencia una luz que ayude a iluminar la
tiniebla de la necedad que abruma la vida de nuestros hermanos. Confío en que eres mi
roca firme, ayúdame a edificar en ti un instrumento que te glorifique y santifique a mis
hermanos. Amen.

Eucaristía
Monición de entrada:
El seguimiento de Cristo, para que sea visible, creíble y fecundo, exige una perfecta
coherencia entre nuestras palabras y nuestras obras. Cuando lo que hacemos
manifiesta lo que creemos, la cosecha de nuestro trabajo apostólico será abundante. La
liturgia de hoy nos invita a que, buscando la voluntad de Dios, construyamos nuestra
casa sobre la roca.

Monición a las lecturas:


El discipulado requiere disciplina, esfuerzo y sacrificio para llevar a cabo la voluntad de
Dios en nuestras vidas, dando testimonio de la confianza y la fe en Dios por medio de
un trabajo transparente. Escuchemos la Palabra de Dios que nos invita a construir
nuestra vida sobre la roca, para no ser desconocidos por Jesús.

LA CULTURA VOCACIONAL
Adoración Eucarística por las vocaciones
Canto de Entrada

Comentador 1: en la presencia viva de Jesús Eucaristía, ponemos en acción de gracias el


don de la vocación a la vida consagrada con el cual nos ha bendecido a cada uno de
nosotros.

Comentador 2: oremos también por las vocaciones a la vida consagrada, trayendo en


este momento, la vida de tantos hombres y mujeres que son llamados por Dios a seguir
a Cristo Jesús en Castidad, Pobreza y Obediencia. Hermanos que comparten la
comunión de la vida y se entregan a la misión de construir el Reino de Jesús en las
fronteras del mundo, entre los más pobres y necesitados.

Comentador 3: acudamos juntos a este encuentro con nuestro primer ‘promotor


vocacional’, Dios; quien en su misericordia ha querido llamarnos a seguir consolidando
su Reino de amor. Oremos con confianza al dueño de la viña, para que continúe
enviando nuevos obreros que se entreguen generosamente a la construcción de un
mundo donde reine la paz y el amor.

Presidente: Bendito y alabado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar


R\: Sea para siempre bendito y alabado

Presidente: Nos postramos ante Ti Señor para adorarte; contemplando amorosos tu


amor sin límites manifestado en la cruz con la que te has hecho perpetuo en este
sacramento admirable y con el cual te has convertido en sustento para todos quienes
te seguimos. Gracias también a ti Dios Padre, porque suscitaste en Don Bosco el deseo
de consolidar una familia de religiosos y laicos seculares encargada de la formación de
la juventud que más necesita conocerte, que más necesita del bien humano y espiritual
para aprovechar el don de la vida que tú mismo les has dado.

Te pedimos que nos envíes tu Espíritu para que nuestra oración sea verdadera, y así
como ese mismo Espíritu transformó este pan en tu Cuerpo, así Él nos transforme en
ofrenda agradable al Padre, en la entrega a Él de todo nuestro ser, para ser de nuestra
condición de religiosos un medio con el que manifestemos tu amor a quienes nos
envíes y convierta a tu Iglesia en tu Cuerpo vivo y presente en el mundo.

Todos: Amén

Momento de oración personal

Canto a la Palabra

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos (Mc. 10, 17-22.28-30)
En cierta ocasión se acercó un joven a Jesús y le preguntó: -«Maestro bueno, ¿Qué debo
hacer para obtener la vida eterna?» Jesús le respondió: -« ¿Por qué me llamas bueno?
Sólo Dios es bueno. Ya conoces los mandamientos: no matarás, no cometerás
adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre».

Él contestó: - «Maestro, todo eso lo he cumplido desde niño». Jesús lo miró con cariño
y le dijo: -«Una cosa te falta; vete, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres; así
tendrás un tesoro en el cielo. Luego, ven y sígueme». Ante esta respuesta, el joven se
entristeció y se alejó, pues poseía muchos bienes. Pedro le dijo a Jesús: -«Nosotros lo
hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús respondió: -«Les aseguro que todo
aquel que haya dejado casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o tierras
por mí y por el Evangelio, recibirá aquí en la tierra cien veces más de lo que ha dejado,
junto con persecuciones, y recibirán en herencia la ‘vita eterna’».
Palabra del Señor.

Breve Reflexión Sobre La Lectura o tiempo de interiorización personal


Amor hasta el extremo 10

Cristo Amigo, consciente de que había llegado el momento de volver a su Padre, al


celebrar la Última Cena, «habiendo amado a los suyos, los amo hasta el extremo». El
extremo, el límite: les lavó los pies, les dejó el mandamiento del amor y se quedó para
siempre con ellos y con nosotros por medio de la Eucaristía. Y así Jesucristo, en un
contexto pascual, con unos gestos y unas palabras nuevas sobre un poco de pan y de
vino, instituye el sacramento de su amor. Se va, pues al día siguiente morirá, pero en
realidad en su ingenio divino se las ha arreglado para para quedarse con nosotros.

Se da sin medida ni límite de tiempo ni de lugar, quedándose totalmente a mi


disposición. Cada vez que participo en la santa misa o le visito en el sagrario tengo la
oportunidad de percibir su amor a mí, porque se ha quedado para ser mi amigo, mi
hermano, mi compañero fiel en quien puedo confiar en todo momento y circunstancia.

El encontró la formula. La eucaristía contiene todo porque es Él. […] La eucaristía


como sacrificio, banquete y compañía es la prueba más contundente de que «Dios es
amor»; de que en el amor lo más importante y específico es la entrega, el darse, la
oblación. Lo demás es siempre accesorio y desempeña un papel secundario. Nos
enseña en qué consiste el amor que debemos mostrarle y el que desea recibir de
nosotros. Y elige esta manera tan sencilla, tan familiar, tan suya. Él quiere permanecer
en nosotros.

La Eucaristía, el amor de Cristo hasta el extremo, no pertenece al pasado, no puede


envejecer. Jesucristo sintió el anhelo de que su hora no pasara y logro que aquella hora
se detuviera y, sin detener el tiempo, perpetuó su sacrificio. Dios, la Palabra creadora se
ha hecho uno como nosotros, se ha encarnado y ha llegado al extremo del amor: «lo
que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos,
lo que contemplaron y tocaron nuestras manos…, lo que hemos visto y oído, os lo
anunciamos…»

Por eso podemos exclamar: hemos creído en el amor de Dios. La seguridad y certeza de
nuestra fe se funda en una persona, en un amigo; repitámoslo una vez más: «no se
comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro
con un acontecimiento, con una persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con
ello, una orientación decisiva»11.

Momento de oración personal

Oremos juntos por las vocaciones


10
Héctor GUERRA; Juan Pablo LEDESMA, Venid y veréis, la experiencia de un amor que nos acaba (Barcelona:
Planeta, 2009), 109-111.
11
Benedicto XVI, Deus Caritas est, 1.
Presidente: Oh Dios, que nos llamas a seguirte más de cerca en el servicio de los
jóvenes, haz que encontremos en ti la fuerza para proclamar el Evangelio del Reino y
poder así adorarte con corazón sincero junto a quienes pones cada día en nuestro
camino.

Oremos juntos diciendo: Escucha Padre, nuestra oración.

• Por la Iglesia de Cristo, para que sigamos siendo signo claro y visible de su amor
a los hombres y mujeres de hoy. Oremos al Señor.

• Por todos los hermanos en el mundo que hacen parte de la Sociedad de San
Francisco de Sales, para que sigamos siendo fieles al carisma de nuestro
fundador, San Juan Bosco. Oremos al Señor.

• Por nuestros destinatarios, para que en cada una de nuestras obras te vean a ti,
te conozcan y se sientan llamados a vivir según tus designios de amor en pro de
un mundo donde reine la justicia y la misericordia. Roguemos al Señor.

• Por todos los jóvenes en el mundo, para que en el encuentro con Cristo
Eucaristía descubran el plan de felicidad que Él ha propuesto para los que
acogen su Palabra. Oremos al Señor.

Presidente: Jesucristo, Salvador del mundo, que a orillas del mar de Galilea llamaste a
los apóstoles para constituirlos fundamento de la Iglesia y portadores del Evangelio, te
pedimos que hoy sigas fijando tu mirada en nuevos obreros de tu mies, Invitándolos a
seguirte en obediencia, pobreza y castidad, para mayor Gloria de tu nombre. Dales luz
que disipe sus dudas, decisión para que te sigan y se embarquen contigo hacia la
construcción del Reino del amor. Infúndeles confianza y sabiduría para llevar tu Palabra
y el testimonio de tu Amor a los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Tú que eres
nuestro Salvador, ayer, hoy y por los siglos de los siglos. Amén.

Canto Eucarístico

Presidente: Les diste pan del cielo


R/: Que contiene en sí todo deleite.

Oremos…
Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tu Pasión, te
pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu
Sangre, que experimentemos constantemente el fruto de tu redención. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos.
R/: Amén
Bendición con el santísimo

Presidente:
Bendito sea Dios
Bendito sea su santo Nombre
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
Señor danos Salesianos
Señor danos muchos Salesianos
Señor danos muchos Salesianos Santos

Canto Final

Vísperas

Salmo 29
Comentador: Sólo en la presencia de Dios lograremos la consistencia y la energía para
ejercer la misión. Somos como un soplo, como una sombra que pasa. Pero con la mano
del Señor podremos llevar adelante la misión victoriosa que nos ha confiado y
reconocerla cantando un cántico nuevo.

Salmo 31

Comentador: Sólo en la presencia de Dios lograremos la consistencia y la energía para


ejercer la misión. Somos como un soplo, como una sombra que pasa. Pero con la mano
del Señor podremos llevar adelante la misión victoriosa que nos ha confiado y
reconocerla cantando un cántico nuevo.
Cántico Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a: el juicio de Dios.
Comentador: Este himno, exalta al Padre por haber llevado a cumplimiento el plan de
salvación, a la vez que honra al hijo por haber sido, gracias a su sacrificio, el que llevó a
término la gran promesa de redención.

Viernes 03 Santo Tomás, Apóstol

Laudes

Salmo 62
Comentador: Cuando Dios mismo acusa y nos pone delante los pecados, el hombre
sólo puede reconocerse culpable; pero puede apelar a la misericordia de Dios. De este
modo se consuma la justicia, el plan de salvación que va preparando Dios.

Cántico: Dn 3, 57-88.56
Comentador: Cuando Dios nos justifica, nos salva, y de este acto magnífico de
misericordia es que nace el sentimiento de la plena gratitud, porque ha perdonado y ha
liberado al pueblo de su culpa y cautiverio. La alabanza es un acto adoración, de
agradecimiento por su justicia.

Salmo 149
Comentador: Dios, que creó el mundo por la palabra, nos ha enviado su Palabra, que es
el Hijo, para librarnos del destierro, para construir la nueva Ciudad Santa, para darnos la
paz, para establecer su reino, para darnos sus palabras, que son palabras de vida
eterna.

Lectio Divina
Invocación al Espíritu Santo

Solista: Ven Espíritu de Dios creador y visita el hogar de tus fieles; haz un templo de
Gracia su pecho con el don de tu santa presencia.

Asamblea: Tú el amor que consuela a los hijos, como eterno regalo del padre; caridad,
fuente viva de gracia, llama eterna de amor verdadero.
Solista: Ilumine tu luz nuestros ojos y tu amor se derrame en el alma, tu poder nos
sostenga en la lucha y renueve las fuerzas cansadas.

Asamblea: Haz que triunfen tus hijos del mal y que reine la paz en sus almas; sé la mano
que venza en sus luchas, el sendero que guíe sus pasos.

Solista: Muéstranos el misterio sagrado, el amor de Dios Padre y de Dios Hijo, fortalece
la fe del creyente que ha nacido a la vida divina.

Asamblea: Demos gloria por siempre a Dios padre y a Jesús triunfador de la muerte, y al
Espíritu, vida del alma, alabanza y honor para siempre. Amen.

Lectura del Evangelio: Mt 8, 1–4


En aquel tiempo, al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente. En esto, se le acercó
un leproso, se arrodilló y le dijo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme.» Extendió la
mano y lo tocó, diciendo: «Quiero, queda limpio.» Y en seguida quedó limpio de la
lepra. Jesús le dijo: «No se lo digas a nadie, pero, para que conste, ve a presentarte al
sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés.»
Palabra del Señor.

Reflexión12
El anuncio testimonial de Jesús en la montaña termina con una frase de la multitud:
“Jesús enseña con autoridad y no como los maestros de la ley” (Mt 7, 29). El testimonio
de Jesús goza de la autoridad divina y no hace parte de las doctrinas de los teólogos
oficiales del judaísmo. El anuncio ahora evidencia la otra cara de la moneda, las
acciones compasivas de Dios.

Un leproso no solo necesita la curación, sino también la purificación para volver a la


comunidad, ser autorizado a regresar a su familia. En Israel muchos ven la lepra no solo
como una enfermedad sino como un castigo divino (Num 12, 10-12). El leproso es un
excluido de la comunidad (Num 5, 2); Lev 12, 45-46); no puede entrar en Jerusalén y si lo
hace será castigado con 40 azotes y sacado a la fuerza (Kel. Tos. 1, 8), él no tiene
posibilidad de acceso a Dios.

Estamos delante de un círculo vicioso, el leproso solo puede acercarse a dios si está
limpio y puro, pero solo Dios lo puede purificar, pero como no puede acercarse vive sin
esperanza. Por eso Jesús extiende su mano, lo toca y le dice: “Quiero, queda puro”; y
de inmediato la lepra le desapareció. Para Jesús, la voluntad de Dios se anunció en el
Padrenuestro (Mt 6, 9-13), ya no hay barreras que les impidan a los seres humanos
acercarse y entrar en comunión con el Padre.

12
Tomado de: Cardona, Hernán. Pan de hoy. Medellín: Junio de 2015.
Para muchos judíos solo los puros y limpios podían acercarse a Dios, para Jesús, por el
contrario, la acogida del amor de Dios nos hace puros. Jesús trasgrede la ley y toca al
leproso; también el leproso quebrantó la ley porque se acercó a Jesús. Según la ley,
Jesús es ahora un impuro por tocar al leproso, pero como don de Dios, el leproso
queda curado.

Para ser admitido en la sociedad y en la familia, el recién curado debía recibir de los
sacerdotes un certificado de idoneidad (Lev 14, 1-32). El testimonio de Jesús al enviar al
purificado donde los sacerdotes, es otra índole, Dios actúa al contrario de cuanto
enseñan los maestro de la ley. Este testimonio es para los sacerdotes una invitación a la
conversión.

Preguntas para la reflexión personal


¿Cuántas veces acudo a Dios buscando su perdón, para que me limpie? ¿Soy capaz de
desacomodarme para salir a servir a quien me necesita? ¿Soy capaz de tocar al impuro,
al pobre, al que sufre para darle ánimo y fuerza en su sufrimiento o dificultad? ¿Me
siento enviado por Dios a los hermanos más pobres a calmar sus sufrimientos y
ayudarles en sus dificultades?

Invitación: «Por eso la fe, la confianza y el amor son, a fin de cuentas, una misma
cosa, y todos los contenidos en torno a los cuales gira la fe no son sino aspectos
concretos del cambio radical, del ‘yo creo en ti’, del descubrimiento de Dios en el rostro
del hombre Jesús de Nazaret»13

Momento de compartir: ¿Qué actitud te llama la atención de los personajes del


relato evangélico? ¿Qué mensaje podemos descubrir para nuestra realidad actual?

Oración
Señor, ayúdame a reconocer a mi prójimo como un compañero en el camino que todos
recorremos para encontrarnos contigo. Haz que vea tu obra en mí señor y que al
acercarme cada día a tu presencia, reconozca que estas actuando en mí, transformado
mi corazón para que vaya siendo siempre tuyo en medio de mis hermanos. Amén.

Eucaristía: Por los Salesianos Difuntos

Monición de entrada:
El papa Francisco motivaba a los sacerdotes a acercarse al pueblo, estar en medio de
ellos para comprender sus necesidades y ayudarles profundamente. Nos motivaba a
“oler a oveja”. Celebremos la liturgia de hoy que nos recuerda a un Jesús, que saltando
13
Joseph RATZINGER, Fe, esperanza, amor (Barcelona: Herder, 2012), 27.
leyes excluyentes, se acerca al leproso y lo toca para curarlo. Acoger a cada persona,
sin importar su condición, es una actitud fundamental para quienes conforman el reino
de amor del Padre. En esta Eucaristía hacemos memoria de nuestros hermanos
salesianos difuntos que buscaron encarnar en su proyecto de vida la figura de Jesús
Buen Pastor, mediante la entrega de la vida en el servicio de los jóvenes más
necesitados.

Monición a las lecturas:


La Palabra de Dios hoy nos dice que es dichoso quien teme al Señor y sigue sus
caminos. Quien, con fe y confianza, se acerca a Él para pedir estar limpio, y dejando
atrás la comodidad y el orgullo, está con las personas que más lo necesitan, es quien
camina en la voluntad de Dios que quiere llegar a todos sus hijos, en especial, los
excluidos y los pobres. Escuchemos.

Acción de gracias:
Dios Padre, Tú nos llamado para seguirte bajo el carisma específico y la espiritualidad
de nuestro padre Don Bosco. Te agradecemos que, aun conociendo nuestra debilidad y
humanidad, nuestras fortalezas y dificultades, nos hayas llamado a ser testigos de tu
amor para todos los jóvenes, en especial, los pobres, y que, estando con ellos,
motivemos la fe en tu amor y tu gracia, que limpia y purifica los corazones, dando
sentido a cada vida. Gracias, Señor, Dios Padre Bueno, por nuestra vocación específica
de salesianos religiosos y por la vida y el testimonio de tantos hermanos salesianos que
se encuentran ya gozando de tu presencia.

Celebración del Medio día: Jornada Penitencial


Signo: Jofaina

El agua del amor de Dios nos purifique de nuestra soberbia y nos haga permanecer
siempre en su presencia amorosa.

Monición de entrada

Lector 1: "Es más fácil ver la paja en el ojo ajeno, que la viga en el ojo propio". Por eso
es más cómodo descargar nuestras culpas sobre los demás, que aceptarlas como
propias y pedir perdón.

Lector 2: Nos estamos acostumbrando a que unos amontonen los méritos y a cargar las
culpas sobre los demás, sobre los pobres y sencillos, sobre los que siempre callan,
sobre el tonto de turno, sobre los marginados.
Lector 1: Nuestra miseria y "cara dura" llega hasta tal extremo que pretendemos
disculparnos, acusando a los demás y pidiendo justicia, cuando debemos pedir perdón.
El caso es no reconocer nuestras fallas, nuestras faltas y pecados.

Lector 2: Pero Jesús, en el Evangelio nos dice:- "El que esté libre de pecado que tire la
primera piedra". En esta Celebración Penitencial Comunitaria vamos a reflexionar sobre
este tema y vamos a reconocer nuestras faltas y pecados, para pedirle perdón a Dios.
No vamos a cargar nuestras faltas, una vez más, sobre los demás, sino que vamos a
sentirnos pecadores ante Dios, quien viene a acogernos con su misericordia infinita.

Canto

Saludo del sacerdote: Dios Padre, siempre dispuesto al perdón, esté con todos
nosotros…

Oración
Señor Jesús, tu nos enseñaste a no condenar sino a perdonar a todos, venimos a tu
presencia a reconocer que algunas veces hemos fallado al mandato del amor fraterno,
concédenos reconocer nuestra culpas y enmendar debidamente nuestra falta de
caridad. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.

Lectura del Santo Evangelio según San Juan. (8,1-11)


En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de
nuevo en el Templo y todo el pueblo acudía a Él, y, sentándose, les enseñaba. Los
letrados y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en
medio, le dijeron: - Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La
ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; Tú, ¿qué dices? Le preguntaban esto
para comprometerlo y poder acusarlo.
Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en
preguntarle, se incorporó y les dijo: - El que esté sin pecado, que le tire la primera
piedra. E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron
escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos, hasta el último. Y quedó sólo
Jesús, y la mujer en medio, de pie. Jesús se incorporó y le preguntó: - Mujer, ¿dónde
están tus acusadores?, ¿ninguno te ha condenado? Ella contesto: - Ninguno, Señor.
Jesús dijo: Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.
Palabra del Señor.

Me confronto con la palabra

Lector 1: El que acusa se cree inocente y se siente seguro de que no está cometiendo
falta y presume que se verá libre de caer en aquello que está acusando. Jesús no
condena a esta mujer. ¡Qué diferente es la actitud de Jesús!, el verdaderamente justo
en comparación a la actitud de estos fariseos que se tienen por justos y condenan a los
demás. También en la vida cotidiana ocurre algo semejante: No suelen ser los inocentes
los que acusan y condenan, sino más bien los culpables.

Breve silencio

Lector 2: Pensemos en un aquella ocasiones en que olvidamos la misericordia de Dios


para con cada uno de nosotros, dedicándonos a juzgar a los demás, desvirtuamos
nuestra tarea de ser portadores del amor de Dios. ¿Soy consciente del amor de Dios?
¿Eh experimentado la misericordia de Dios en mi vida? ¿Estoy dispuesto a la escucha y a
la comprensión? ¿Estoy disponible al perdón de las falencias de los demás?

Breve silencio

Lector 1: La mayor miseria del hombre y la más generalizada, consiste en no ver la viga
en los propios ojos y descubrir la paja en los ajenos. Por extraño que parezca, la
tremenda realidad de los propios pecados no le ciega a uno para ver las culpas de los
otros, antes bien induce a descubrirlas y a denunciarlas con mayor facilidad.

Breve silencio

Lector 2: ¿Cuándo corrijo a los demás, lo hago con caridad? ¿Me esfuerzo por ayudar a
transformar el ambiente comunitario y educativo a través del testimonio de escucha,
acogida y perdón? ¿He sido injusto al hablar de alguien, lo he juzgado mal?

Breve silencio

Lector 1: En la medida en que el pecado se aproxima más a nuestra responsabilidad y es


más nuestra la culpa, estamos más interesados en excusarnos. Los escribas y fariseos
que sorprenden a la mujer adúltera y la denuncian difícilmente reconocerán que toda
su denuncia no es más que un pretexto para disimular su mayor injusticia
-Reconozcamos nuestro pecado: Jesús, que conoce las intenciones de estas personas y
su hipocresía, les dice: "El que esté libre de pecado que tire la primera piedra".

Breve silencio

Lector 2: Jesús no critica aquí el ejercicio de la justicia en la sociedad humana y no exige


la inocencia del juez para que su sentencia sea válida y legítima. Pero quiere advertirnos
a todos del peligro que corremos de eludir nuestra propia responsabilidad y pecado al
erigirnos espontáneamente en jueces de los demás. Quiere también que cada uno
reconozca su propio pecado. Pues sólo el reconocimiento del propio pecado pone al
hombre en situación propicia delante de Dios que perdona al impío. El que ya se tiene
por justo no puede esperar el perdón de Dios.

Breve silencio
Lector 1: El reconocimiento del propio pecado nos pone en trance de comprender el
pecado de los demás y de saber perdonar como nosotros mismos hemos sido
perdonados por el Señor. Los que se reconocen pecadores y no inculpan a los demás
disimulando su propia culpa, entran así en un orden nuevo en el que brilla para todos el
sol de la misericordia infinita de Dios.

Breve silencio

Lector 2: ¿Soy consciente de que he fallado a mi compromiso de amor a los demás?


¿Creo que Dios me acoge con su misericordia y me retorna a la gracia de su presencia?
¿Vivo la experiencia de la gracia de Dios frecuentando el sacramento de la
reconciliación? ¿Creo en la eficacia de la confesión o la celebro como un acto exterior
que no afecta para nada mi vida? ¿Soy consciente de la necesidad de Dios que renueve
mi vida frecuentemente? ¿Me someto con docilidad a Dios?

Breve Silencio

Canto penitencial

Petición Comunitaria de Perdón

Coro 1: Yo sé que me quieres, Señor, porque eres bueno,


porque tienes un corazón sensible, perdóname;
limpia mis bajos fondos de pecado,
y de mis caídas continuas, levántame.

Coro 2: Me siento pecador ante ti, que eres santo,


y mi pecado está agarrado a mí.
¡Cómo soy!: contra ti, contra ti sólo pequé
y tus ojos han visto con pena mi corazón manchado.

Coro 1: Qué alegría saber que eres Padre, y también justo y recto,
y que juzgas sin chantajes ni partidismos.
Lo siento; yo nací manchado por la culpa
y antes de nacer estuve envuelto en tinieblas.

Coro 2: Tú me miras fijamente y amas lo puro y limpio dentro de mí


y me hablas suavemente como amigo en el silencio.
Abrázame y tu amor me cambiará el corazón,
sé mi amigo y caminaré hacia la cumbre.

Coro 1: Devuélveme, que lo perdí, el gozo y la alegría,


y toda mi vida salte en fiesta.
Somos amigos: olvida el mal que hice,
y ayúdame con tu amistad a renovarme.

Coro 2: Que nazca en mí, como una fuente, un corazón puro,


y una voluntad firme, Señor, fragua en mí;
quiero ver tu rostro alegre a mi lado
y tu fuerza en mí me acompañe siempre.

Coro 1: Dame, te lo pido, la alegría de tu salvación,


y un corazón sincero que se juegue todo por ti;
les diré a los jóvenes que tus caminos son formidables
y a los que pecan sin conocerte que prueben lo que eres Tú.

Coro 2: Dame vida, que yo amo el vivir, Tú que eres el Dios de la Vida.
Y con ella diré a los hombres y mujeres que contigo todo es posible.
Abre mi corazón y mis labios, hacia ti, Señor,
para que diga cuanto te quiero.

Coro 1: Ya sé que Tú no andas con pamplinas,


y que no quieres de mí moneda suelta.
Lo que Tú me pides es un corazón arrepentido;
un corazón sincero y noble es lo que quieres.

Coro 2: Sé bueno conmigo y con los otros


y fortalece nuestras vidas indefensas.
A ti nuestra vida dura de cada día te ofrecemos,
para que Tú, Dios nuestro, sobre tu altar,
encuentres nuestro don y lo recibas con alegría.

Todos: Devuélvenos, te lo pedimos, el gozo y la alegría,


y toda nuestra vida salte hoy en fiesta.
Somos amigos: olvida el mal que te causamos,
y ayúdanos con tu amistad a convertirnos.

Presidente:
Haznos señor Jesús, como tú: Pobres, humildes, serviciales, solidarios, generosos,
castos y compasivos. Con la Oración que tú mismo nos enseñaste nos dirigimos a
nuestro padre y le suplicamos nos ayude en este propósito de conversión. Padre
Nuestro (cantado)

Acción de Gracias

(Unísono)
Dios, Padre bueno, te damos gracias por el perdón recibido.
Aquí nos tienes, dispuestos a hacer eficaz la luz recibida, abiertos a tu llamada.
Queremos proclamar que Tú vives, y que tu misericordia es eterna.
Bendito seas por los siglos de los Siglos. Amén.

Presidente

Dios Padre nos Bendiga y ayude a ser testigos del perdón celebrado. Y la bendición de
Dios todopoderoso, Padre, Hijo y espíritu Santo Descienda sobre Ustedes.

El señor rico en misericordia nos ha concedido el abrazo de su paz. Vayan a compartirla


con todos sus hermanos.

Canto Final.

Vísperas
Salmo 115
Comentario: Es ésta la alabanza que hoy está en nuestra boca; es ésta la alabanza que
hoy, humilde y ardorosamente, hemos de proclamar. Mantengamos encendida nuestra
antorcha. Enardezcamos su llama con el fuego de nuestro amor. Que las próximas
generaciones puedan recibir de nosotros su fuego encendido y su luz esplendorosa.
Que se difunda la memoria de su inmensa bondad. Que nuestra alabanza no tenga fin.

Salmo 125
Comentario: Es ésta la alabanza que hoy está en nuestra boca; es ésta la alabanza que hoy,
humilde y ardorosamente, hemos de proclamar. Mantengamos encendida nuestra antorcha.
Enardezcamos su llama con el fuego de nuestro amor. Que las próximas generaciones puedan
recibir de nosotros su fuego encendido y su luz esplendorosa. Que se difunda la memoria de su
inmensa bondad. Que nuestra alabanza no tenga fin.

Cántico Ef 1, 3- 10 Canto de los vencedores


Comentario: El Canto del Apocalipsis es respuesta de alabanza al Señor victorioso, que
hemos experimentado anticipadamente. Manifestamos en nuestra oración no aquello
que vemos, sino aquello que con toda certeza esperamos: la manifestación total del
Reinado de Dios, renovación y recreación de todas las cosas y de todos los hombres y
pueblos.
04 de Julio: sábado de la 12ª semana del T Ordinario
Eucaristía: Renovación de la Profesión

Monición de Entrada
La primacía de Dios es plenitud de sentido y alegría para la existencia humana, porque
el hombre ha sido hecho para Dios y su corazón estará inquieto hasta que descanse en
él. Al finalizar nuestros Ejercicios Espirituales, convencidos de que el Señor nos llama a
renovar nuestra fe, pidamos en esta eucaristía por todas las necesidades de nuestra
congregación, las de nuestra inspectoría y las de todos nuestros destinatarios. Con la
alegría de sentirnos plenamente amados por Dios damos inicio a nuestra celebración.

SALMODIA

Salmo 118
Comentario: Nuestra vida no se hace inútil en la medida en que envejecemos: «En la
vejez seguirá dando fruto», «está lozano y frondoso». Vivir en la presencia del Señor es
la garantía del constante influjo de la Vida en nuestra carne mortal.

Cántico Ex 15, 1-4. 8-13.17-18


Comentador: Nos ha recogido el Señor por su llamada de diversos lugares y familias. Y
aquí impulsa nuestro éxodo hacia la Tierra, que aún no poseemos. Somos comunidad
de peregrinos, atraídos por una patria seductora, que apenas vislumbramos.

Salmo 116
Comentario: Nosotros, religiosos, lo hemos dejado todo para vivir plenamente nuestra
filiación divina y constituir entre nosotros la fraternidad de los hijos e hijas de Dios. Así
le damos melodía a este gran acompañamiento de toda la creación.

RENOVACIÓN DE LA PROFESIÓN RELIGIOSA.


Dios padre,
Tú me consagraste a Ti el día de mi bautismo.
Como respuesta al amor de Jesús,
Tu hijo, que me llama a seguirlo más de cerca,
Y conducido por el Espíritu Santo,
Que es luz y fuerza yo con plena libertad te ofrezco todo mi ser
Comprometiéndome a entregar todas mis energías a quienes me envíes,
Especialmente a los jóvenes más pobres,
A vivir en la sociedad salesiana
En comunión fraterna de espíritu y acción,
Y participar, de este modo,
En la vida y en la misión de tu Iglesia.

Por esto, en presencia de mis hermanos


Renuevo votos de vivir obediente, pobre y casto,
Según el camino Evangélico
Trazado en las constituciones salesianas.

Tu gracias, padre,
La intercesión de María Santísima Auxiliadora,
De san José, de San Francisco de Sales
Y de san Juan Bosco,
Y mis hermanos salesianos,
Me asistan todos los días
Y me ayuden a ser fiel.

OFERTORIO
PAN Y VINO: cuando una fraternidad se alimenta del cuerpo y la sangre de Jesús, se
hace una sola cosa con El, y es capaz de contagiar la alegría que viene de Dios. Junto al
pan y al vino te presentamos Señor, nuestro trabajo fruto del Sí de cada uno de los
salesianos que conformamos esta comunidad inspectorial. Un sí de radicalidad un sí
que es para siempre.

ACCIÓN DE GRACIAS

Lector 1: Don Bosco hizo de su vida un continuo Magníficat, porque tenía la certeza de ser
elegido por Dios para contagiar su ternura siendo portador del mensaje de esperanza que da
serenidad y alegría.

Lector 2: al finalizar estos ejercicios espirituales, te damos gracias Señor por el don de nuestra
vocación, por ayudarnos a responder con generosidad y entrega durante todos estos años a tu
llamada, permítenos por tu gracia Padre, permanecer siempre fiel a ti, siendo dóciles al Espíritu,
solícitos en la caridad y alegres en el servicio de nuestros jóvenes.

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