Modelo Integrativo
Modelo Integrativo
Modelo Integrativo
La teoría de la mentalización, propuesta ini- que publicamos con un grupo de colegas (Lanza-
cialmente por Fonagy y Target en una serie de tra- Castelli, Bilbao Bilbao, Ramos, Rodrigo 2020).
bajos (1995, 1996, 1997) y formalizada posterior- De todas formas, en ninguno de estos traba-
mente por Fonagy y colaboradores en el año 2002, jos he consignado el modo de trabajar con este
fue manualizada para informar un tipo particular modelo (exceptuando lo relacionado con la for-
de psicoterapia (Mentalization Based Treatment – mulación del caso), así como el tipo de interven-
MBT) en diversos libros, a partir del año 2004 ciones que se utilizan en él, que es lo que pretendo
(Bateman, Fonagy, 2004, 2006, 2016). hacer en el presente artículo a partir del material
Esta forma de psicoterapia ha dado muestras de una paciente no neurótica.
de su eficacia y ha sido adoptada por gran número En lo que sigue sintetizo brevemente algunos
de terapeutas en diversos países. No obstante, su conceptos claves de la mentalización reflexiva y
foco exclusivo en lo que he denominado mentali- de la mentalización transformacional, como así
zación reflexiva, como así también el que no in- también de los distintos módulos que forman
cluya en su marco conceptual otras variedades de parte del Modelo Integrativo. Tras esta reseña
la mentalización ni un conjunto de contenidos y transcribo y comento el material clínico referido,
procesos largamente trabajados en el campo del con la intención de mostrar la forma en que lo he
psicoanálisis, restringe su utilidad clínica en toda trabajado desde el modelo que propongo.
una serie de casos. Por último, llevo a cabo algunas reflexiones
Por esa razón, en el año 2016 propuse un mo- sobre las puntualizaciones y consideraciones pre-
delo integrativo que articulaba la mentalización vias.
reflexiva con una serie de conceptos psicoanalíti-
cos, con lo cual intentaba crear un marco teórico-
La mentalización reflexiva
clínico que fuera más abarcativo para la práctica
de la psicoterapia y conservara, a la vez, los apor- Consiste en un conjunto de capacidades que
tes de la MBT (Lanza-Castelli, 2016a). están básicamente al servicio de funciones cogni-
Posteriormente utilicé este modelo en la for- tivas y de regulación emocional, que posibilitan
mulación del caso (Lanza-Castelli, 2016b, Lanza- relaciones interpersonales a predominio de empa-
Castelli, Bilbao Bilbao, Padrón Padrón, 2019), en tía y comunicación. Recaen sobre los estados
la aplicación del Método para la Evaluación de la mentales propios y ajenos y no sobre los objetos
Mentalización en el Contexto Interpersonal del mundo físico o cultural.
(MEMCI) (Lanza-Castelli, Bilbao Bilbao, 2017) y Podríamos decir que estas funciones cogniti-
en otras aplicaciones clínicas (Lanza-Castelli, vas incluyen una serie de capacidades representa-
2017). cionales y de habilidades inferenciales, las cuales
En una segunda fase de la elaboración del forman un mecanismo interpretativo especiali-
mismo advertí que resultaría de utilidad incluir zado, dedicado a la tarea de explicar y predecir el
también en él la mentalización transformacional, comportamiento propio y ajeno mediante el ex-
que había conceptualizado y articulado con la pediente de inferir y atribuir al sujeto de la acción
mentalización reflexiva con anterioridad (Lanza- determinados estados mentales intencionales que
Castelli, 2013, 2014). den cuenta de su conducta (Gergely, 2003).
Este nuevo formato del modelo fue utilizado Estas capacidades pueden organizarse en cua-
en el análisis de un caso de una paciente límite, tro polaridades: self-otro; interna-externa; cogni-
tiva-afectiva; deliberada-automática.
En lo que hace a esta última polaridad, cabe la mentalización del self, podríamos decir que una
consignar que el mentalizar deliberado es un pro- dimensión clínicamente importante de la misma
ceso preconsciente que, por tanto, funciona con la la constituye la mentalización de la afectividad.
lógica de los procesos secundarios, sujetos a las le- Ésta incluye tres aspectos: a) identificación y de-
yes lógicas y sintácticas que gobiernan nuestro nominación de las diversas experiencias emocio-
pensamiento de vigilia (Freud, 1900, 1911). nales, b) modulación de dichas experiencias, c)
El mentalizar automático incluye lo que lla- expresión de las mismas. Cada uno de estos aspec-
mamos habitualmente intuición, que supone un tos posee un modo básico y un modo complejo.
procesamiento rápido, también preconsciente, de La mentalización de la afectividad consiste en
una variedad de estímulos captados habitual- una forma sofisticada de la regulación emocional,
mente por varios canales sensoriales a la vez. que implica que los afectos son experimentados a
Subrayo el carácter preconsciente de la men- través de los lentes de la autorreflexividad, de
talización reflexiva para diferenciarla con claridad modo tal que se hace posible comprender el sig-
de la mentalización transformacional, una parte nificado subjetivo de los propios estados afectivos
importante de la cual funciona a nivel incons- (Fonagy et al. 2002, Jurist, 2018). Convergen en
ciente y se rige por los procesos que imperan en esta actividad, entonces, también la polaridad
esa región de nuestro psiquismo. cognitiva-afectiva, el polo centrado en lo interno,
Cuando tienen lugar fallas en el mentalizar de la polaridad interna-externa, así como la pola-
reflexivo, éstas se complementan con la activación ridad deliberada, ya mencionada.
de alguno de los modos prementalizadores: equi- Por lo demás, en la base de esta posibilidad de
valencia psíquica, modo simulado, modo teleoló- mentalizar la afectividad se encuentra un proceso
gico. mediante el cual se constituyen las representacio-
En el primero de ellos los pensamientos son nes secundarias para denominar y regular la ex-
vividos como si fueran reales, pero no porque se periencia emocional, considerado como un
confundan con la realidad, como en las alucina- biofeedback social. En él la experiencia emocional
ciones, por ejemplo, sino más bien porque tienen primaria, consistente en una activación fisioló-
igual efecto que un acontecimiento real (Dornes, gica y visceral, es reflejada de una manera contin-
2006, p. 184). gente y marcada por el cuidador primordial (la
En el segundo (modo simulado) existe una madre o su equivalente), lo que permite la consti-
disociación entre las verbalizaciones, fantasías y tución de dichas representaciones, que servirán al
representaciones y la realidad, tanto externa niño para el posterior etiquetamiento y regula-
como interna. En este último caso, las asociacio- ción de sus afectos (Bateman, Fonagy, 2004; Fo-
nes producidas en la sesión, por ejemplo, por más nagy et al., 2002).
que remitan a situaciones importantes de la vida La teoría de la mentalización propuesta por
del paciente, no tienen verdadera eficacia subje- Fonagy y colaboradores se complementa con un
tiva ni favorecen el proceso de cambio, sino que enfoque evolutivo en lo que hace al surgimiento
constituyen una especie de como-si experiencial. de la capacidad de mentalizar y al desarrollo del
En el modo teleológico, finalmente, las accio- self, que tienen lugar en el contexto de las relacio-
nes sustituyen a las palabras como medio de mo- nes de apego y de las interacciones parentales
dificar la mente del otro, o como forma de expre- mentalizadoras (Fonagy et al., 2002).
sión de determinado sentimiento, deseo o necesi- En los últimos años el trabajo con la mentali-
dad. Asimismo, en el modo interpretativo teleo- zación reflexiva ha sido incluido en un contexto
lógico, son las acciones y no las palabras ajenas las más amplio, centrado en la confianza epistémica,
que resultan significativas, por lo que las intencio- que enfatiza la importancia que posee la confianza
nes del otro requieren de algún tipo de acción de que depositamos en la información relevante para
su parte para ser creídas. nuestra vida, referida al mundo social, que nos
Si tomamos ahora en consideración la pri- transmiten otras personas (figuras de apego).
mera de las polaridades mencionadas (self-otro) y Conceptos como el de distintos sistemas de co-
ponemos el acento en el primer polo, esto es, en municación, enseñanza y aprendizaje social,
La paciente trabaja en una empresa, en la sec- relación a sus verbalizaciones- un trabajo de tipo
ción de relaciones humanas y lleva a cabo tareas exploratorio, consistente en sugerirle que llevara
de voluntariado en barrios carenciados de la ciu- a cabo relatos detallados y pormenorizados de las
dad de Buenos Aires. escenas que mencionaba, dejando de lado las ex-
Unos meses antes de venir a consultar había presiones generalizadas y pidiéndole ejemplos es-
interrumpido un análisis anterior, que se extendió pecíficos de los temas a los que hacía referencia.
a lo largo de más de seis años, debido a que en los El objetivo de esta exploración era clarificar
últimos dos años no había logrado casi ningún sus interacciones específicas con las personas pre-
cambio y sentía que el proceso se había estancado. sentes en dichas escenas, junto a los pensamien-
En los comienzos de su análisis conmigo, Ca- tos, sentimientos, creencias, etc. propios y ajenos,
mila manifestó una conducta muy particular, que se activaban en las mismas.
consistente en asociar reiteradamente situaciones Al mismo tiempo, intentaba que identificá-
y problemas actuales con situaciones del pasado ramos los nexos plausibles entre los sentimientos,
y, particularmente, con personas de su historia, de pensamientos y acciones que podían verosímil-
modo tal que remitía una y otra vez distintos as- mente inferirse de su relato.
pectos suyos a identificaciones con dichas perso- De este modo, lográbamos una visión más ge-
nas. nuina y vivencial de lo ocurrido en tales ocasio-
Ante una pregunta que le hice al respecto, nes, con lo cual nos alejábamos del modo simu-
mencionó que posiblemente estaba muy influida lado y nos situábamos en el terreno del mentalizar
por la manera de trabajar de su analista anterior, reflexivo (en tanto las representaciones se enlaza-
el cual -según ella- procedía de esa forma. ban con la experiencia vivencial, en lugar de des-
Le comenté entonces que con este tipo de re- plegarse disociadas de ésta).
lato ella quedaba desdibujada y que era impor- Pronto advertí que a Camila le resultaba muy
tante que explorásemos su experiencia actual con difícil conectarse con su experiencia emocional e
cierto detalle, antes de referirla a situaciones o identificar los sentimientos que experimentaba en
personas del pasado. La paciente aceptó mi pro- esas ocasiones, ya que éstos se hallaban precaria-
puesta, aunque continuó actuando del modo se- mente simbolizados (mentalización transforma-
ñalado por algún tiempo, ya que en ella era bas- cional) y se expresaban como estados de desorga-
tante acentuada la vigencia del modo simulado, nización (en sus horarios, rutinas, relaciones con
en el que las verbalizaciones, fantasías, etc. se en- los demás, etc.), sensaciones de cansancio físico,
cuentran disociadas de su experiencia interior nu- estados globales e indiferenciados como, por ej.,
clear. De esta forma podía desarrollar una serie de una irritabilidad general, acompañada de tensión
razonamientos psicológicos, asociar libremente, muscular y torpeza motriz, algunas somatizacio-
etc., pero esta actividad mental se revelaba total- nes menores, etc.
mente ineficaz para favorecer algún tipo de cam- A la vez, se encontraban desligados de toda
bio, o conducir a una profundización en su expe- representación y de todo nexo con alguna situa-
riencia vivencial más genuina. ción vincular que hubiera sido la desencadenante
Por mi parte, me centré -en los comienzos de de los mismos.
nuestro trabajo en común- no tanto en el conte- Este grado mínimo de simbolización de sus
nido de sus relatos como en su modo de funcio- afectos, me llevó a intervenir poniendo palabras a
namiento mental. Respecto a este último, señalé y sus estados afectivos activados en sesión o fuera
describí reiteradas veces este modo simulado, de ella, no sólo mediante denominaciones de los
mostrándole cómo este tipo de pensamiento diso- mismos, sino utilizando también expresiones que
ciado no tenía resonancia alguna en su experien- incluían alusiones a sensaciones corporales, ce-
cia personal, por lo que, en lugar de resultarle de nestésicas, visuales, etc. (Por ej: “creo que en estos
utilidad la alejaba de sí misma. momentos te sientes deprimida, como dentro de
Simultáneamente desalentaba temporaria- un pozo oscuro y sin salida”; “creo que sientes
mente la asociación libre, ya que ésta tenía lugar dentro de ti como un volcán a punto de estallar,
invariablemente en este modo, y proponía -en tanta es la rabia que tienes”, etc.).
como aquello que habíamos trabajado se iba des- procesos de internalización que iban teniendo lu-
dibujando hasta desaparecer. El hecho de escri- gar en el transcurso de las sesiones (Green, 1997).
birme y de recibir mi respuesta hacían las veces de En la medida en que estos procesos se conso-
una prótesis para el trabajo de representación, a la lidaban progresivamente, el sentimiento de sí de
vez que significaban un nuevo sostén, así como la Camila, antes totalmente dependiente de las acti-
posibilidad de sentirse acompañada por mí más tudes de los demás (ser tenida en cuenta y valori-
allá del tiempo de la sesión. zada), lo que la llevaba a ubicarse en función del
Con el paso del tiempo este proceder fue re- otro buscando reconocimiento, fue volviéndose
sultándole cada vez menos necesario, en la me- paulatinamente más autónomo y más basado en
dida en que iba internalizando el sostén que yo re- sus logros y en su propia autovaloración (consoli-
presentaba para ella y mejorando sus funciones de dación narcisista, internalización de la regulación
representación. de la autoestima y de “objetos buenos” internos).
En el trabajo sobre la fragilidad narcisista de Por esta razón las relaciones con las personas
Camila fue fundamental el vínculo que estableci- significativas (pareja, amigas) dejaron de ser tan
mos, que la paciente experimentaba como soste- dependientes (anteriormente habían sido necesa-
nedor y nutritivo debido a mi interés en su per- rias para el equilibrio narcisista) y se volvieron
sona y en sus dificultades, así como al genuino mas simétricas, a la vez que ella se tornó más in-
afecto que me despertaba y a las actitudes que te- dependiente y más capaz de tolerar las pérdidas,
nía para con ella, como las que acabo de mencio- lo que antes era vivido como un colapso narci-
nar. De la mayor importancia en este punto fue el sista. Pudo también ir descubriendo paulatina-
hecho de darle a entender que la tenía en mi mente (por primera vez!) cuáles eran sus genui-
mente, por ejemplo, manifestándole cómo la al- nos deseos, que tenían que ver con distintas ma-
bergaba dentro de mí en la medida en que recor- nifestaciones artísticas, relacionadas con la figura
daba lo acontecido a lo largo del tratamiento y po- de su padre, que era un eximio músico, antes casi
día establecer nexos con lo sucedido en sesiones totalmente ausente de su universo psicológico.
anteriores. En este aspecto podemos conjeturar un pa-
Este tipo de intervenciones resultaba asi- saje progresivo de la intensa fijación amorosa casi
mismo de utilidad para favorecer la constitución exclusiva a la madre -con la correlativa rivalidad
de nexos entre momentos distintos de su vida, lo con el hermano y el padre, ubicados en ese con-
que le permitía conquistar poco a poco un senti- texto en el lugar de rivales fraternos- al complejo
miento de continuidad existencial que había sido de Edipo positivo, en donde el amor al padre,
siempre muy precario en ella, debido a la fragili- transformado en parte en identificación con él, se
dad mencionada y a la acción del mecanismo de hallaba en la base de los deseos mencionados.
escisión (Green, 1974). Otro aspecto particularmente problemático
Resultaron de importancia también las situa- en nuestro trabajo lo constituyó la destructividad
ciones de “afecto compartido”, ya que “El viven- dirigida hacia sí misma y hacia su propio funcio-
ciar compartido de las mismas emociones re- namiento mental (Green, 2003) lo que tenía entre
fuerza el sentimiento de ser del paciente y, sin otros efectos, distintas perturbaciones del pensa-
duda, lo consolida a nivel narcisista” (Parat, 1993, miento que sería demasiado extenso detallar en
p. 11). este punto. Asimismo, dicha destructividad se ex-
De igual forma, el ayudarla a investir (o rein- presaba en ataques continuos hacia sí misma, au-
vestir) proyectos e ideales reforzaba también su todescalificaciones constantes y una serie de di-
sentimiento de sí, como ha mostrado con detalle versos maltratos, así como en dificultades para
Kohut (1977). crecer en lo amoroso y en lo profesional, debido a
De este modo, tenía lugar una narcisización que la citada destructividad se manifestaba como
del yo que suplía, de alguna manera, las profundas una fuerza que se empeñaba en deshacer lo que
carencias en tal sentido que había padecido en su Camila iba logrando construir.
infancia. En la misma línea se encontraban los Una de las raíces (aunque no la única) de esta
fuerza anti-vida consistía en la interiorización del
odio dirigido inicialmente hacia la madre y que poner el acento sobre su utilidad para el trabajo
volvía contra sí misma por temor a la destrucción clínico (Lanza-Castelli, 2016b; Lanza-Castelli,
del vínculo que la unía a su progenitora, así como Bilbao Bilbao, Padrón Padrón, 2017; Lanza-Cas-
por la presión de un Superyó particularmente telli, Bilbao Bilbao, Ramos, Rodrigo, 2020).
cruel. Este mecanismo se había generalizado par- Como he señalado con anterioridad, ya en las
cialmente y se ponía en juego con aquellas perso- primeras entrevistas resultó claro que Camila te-
nas respecto de las cuales sentía que dependía en nía un funcionamiento mental en el que predomi-
su ser. Los estallidos de furia mencionados más naba el modo simulado, por lo que comenzar con
arriba, cuyo dinamismo centrífugo tenía una di- un enfoque interpretativo, que privilegiara la aso-
reccionalidad opuesta a la señalada en este punto, ciación libre al modo del psicoanálisis “clásico”,
complejizaban y completaban el cuadro, sin que habría sido totalmente contraproducente, ya que
hubiera oposición o exclusión entre estos diversos tal proceder habría conducido a un como-si de
movimientos anímicos. trabajo terapéutico.
Este aspecto de su personalidad (la destructi- En este sentido los aportes de Fonagy y cola-
vidad) resultó particularmente complejo y de di- boradores (2002) sobre dicho modo, me ayudaron
fícil modificación. Las herramientas para abor- a detectarlo tempranamente, a señalárselo a la pa-
darlo consistieron en parte en exploraciones de- ciente y a adoptar un tipo de intervenciones de ca-
talladas de situaciones vividas con la madre, con rácter exploratorio, cuyo objetivo era desacti-
su pareja y en la transferencia, y, fundamental- varlo, favorecer una conexión más genuina de Ca-
mente en interpretaciones y reconstrucciones lle- mila con su propia experiencia vivencial y comen-
vadas a cabo a partir de derivados de lo Incons- zar a propiciar el incremento de su capacidad de
ciente que se expresaban en sueños y en actos sin- mentalizar (mentalización reflexiva).
tomáticos y autopunitivos diversos. Por este camino se hizo claro que la experien-
Llegados a este punto cabe decir que resulta cia emocional de la paciente tenía un grado mí-
claro que las consideraciones vertidas hasta este nimo de simbolización, lo que hizo que el objetivo
momento son parciales, algo esquemáticas y no siguiente de nuestro trabajo fuera llevar a cabo in-
hacen justicia a la riqueza y complejidad, tanto de tervenciones que promovieran dicha simboliza-
la constelación anímica de Camila, como de sus ción (mentalización transformacional).
diversos vínculos y de su historia. No obstante, Y fue sólo con posterioridad a este trabajo
considero que pueden resultar de utilidad para preliminar, que se hizo posible ir incluyendo,
ilustrar la variedad de herramientas que pueden poco a poco, intervenciones de corte interpreta-
ponerse en juego en el Modelo Integrativo, sobre tivo dirigidas a favorecer la toma de conciencia de
las cuales realizaré algunas consideraciones en lo diversos contenidos inconscientes (como los vec-
que sigue. tores del patrón vincular, la destructividad, etc.).
No obstante, vale la pena aclarar que la pro-
moción del mentalizar no se circunscribió sólo a
Consideraciones finales:
los primeros tramos del tratamiento, sino que lo
En este apartado final querría hacer algunos acompañó a lo largo de su recorrido, ya que con
comentarios sobre el tipo de intervenciones que pacientes como Camila dicha capacidad puede
utilicé en el trabajo con Camila, dejando de lado colapsar ante situaciones de elevado arousal emo-
las reflexiones que podrían hacerse sobre el for- cional, aún en períodos avanzados del mismo.
mato cara a cara que implementé, el tipo de en- El modo de vinculación que se estableció en-
cuadre, la contratransferencia, etc. (Green, 2012). tre la paciente y yo, mis actitudes de sostén y cui-
Tampoco incluyo en estas consideraciones -por dado, así como la utilidad que todo ello tuvo en
razones de espacio- la formulación del caso que relación al trabajo sobre su fragilidad narcisista,
elaboré en los comienzos del trabajo con Camila. fue comentado ya con anterioridad.
He desarrollado este tema -que pertenece a la di- Otro tipo de intervenciones fueron de índole
mensión clínica del Modelo Integrativo- con al- interpretativa (focalizadas en su mundo interno,
gún detalle en otras publicaciones y he intentado en sus vínculos y en la transferencia) y otras, por
último, consistieron en reconstrucciones históri- pulsiones, etc.) que carecen de una definición tal
cas de diversos acontecimientos, experiencias y que los vuelva verbalizables. Por su parte, el en-
relaciones interpersonales de su biografía, que se trenamiento autógeno resulta de mucha ayuda
revelaron importantes para lograr una elabora- para aquellos pacientes que tienen trastornos del
ción de los traumas y conflictos anudados a ellos. sueño, que están hiperactivados o que tienen pro-
Como complemento de lo trabajado en el ám- blemas con la regulación emocional, etc. (Hoff-
bito de la sesión, e íntimamente vinculada con mann, 1977).
ello, cabe mencionar la práctica de escritura entre La elección de la actividad de que se trate se
sesiones que Camila llevaba a cabo, la cual impli- hará de común acuerdo con el paciente tras ha-
caba tanto un feedback de lo trabajado en común, berle explicado las razones de nuestra propuesta y
como un diario de autoexploración (Lanza-Caste- se verá también, en cada caso, de qué manera se
lli, 2010). La paciente me enviaba por mail lo que articula e integra dicha actividad con el trabajo
escribía, en los días posteriores a la sesión y mu- llevado a cabo en la sesión.
chas veces retomábamos -en la sesión siguiente- Por último y para concluir este trabajo que-
lo que me había enviado. rría hacer explícita mi opinión de que en casos
La utilidad de esta práctica consistió en man- como el de Camila, en los que encontramos fallas
tener el contacto, según he señalado más arriba, en el funcionamiento mentalizador (reflexivo y
en brindarme un feedback, esto es, en hacerme sa- transformacional), así como diversos tipos de
ber qué había sido lo importante y qué lo que ha- conflictos y problemas, en gran parte de índole in-
bía faltado o fallado de mi parte, según su punto consciente, el enfoque basado exclusivamente en
de vista, y en procesar lo trabajado en común y la teoría de la mentalización reflexiva, esto es, la
poder volver a pensar sobre ello, ampliándolo la MBT, sólo podría dar respuesta a una parte de las
mayoría de las veces con observaciones y reflexio- perturbaciones que aquejan al/la paciente, mien-
nes llevadas a cabo por la paciente en el curso de tras que el resto quedaría fuera de su alcance. Asi-
la semana, y/o con recuerdos y ocurrencias que mismo, un enfoque puramente psicoanalítico fa-
tenían lugar mientras escribía. llaría posiblemente en abordar el caso en la me-
Esta práctica de escritura es una de las activi- dida que propondría de entrada la asociación li-
dades que pueden proponerse en el Modelo Inte- bre, con los riesgos ya mencionados cuando el pa-
grativo para que el paciente lleve a cabo entre se- ciente tiene tendencia a funcionar en el modo si-
siones. Otras actividades -que el paciente reali- mulado (como era el caso de Camila). Por otra
zará eventualmente en la semana, entre una se- parte, las perturbaciones y fallas en la mentaliza-
sión y la siguiente- pueden consistir en ejercicios ción reflexiva y transformacional, que es habitual
de bioenergética, la práctica de diversas expresio- encontrar en estos casos, haría que las interpreta-
nes artísticas (pintura, música, escultura, etc.), la ciones no pudieran ser aprovechadas por el pa-
realización de ejercicios que forman parte del en- ciente, tal como le ocurrió a Camila en el último
trenamiento autógeno (Hoffmann, 1977; Schultz, tramo de su primer análisis.
1959), etc. Por esa razón es que considero que un enfo-
La razón de ser de esta propuesta consiste en que integrativo como el que propongo, que arti-
que, en líneas generales, favorece la implicación cula ambos enfoques, puede brindarnos mayores
del paciente en el trabajo terapéutico, así como su beneficios clínicos, en tanto posee un punto de
protagonismo y su posición activa en el proceso vista más abarcativo y un repertorio de técnicas y
de cambio. A la vez, cada una de estas actividades modalidades de intervención que pueden operar
tiene beneficios específicos que no es posible con- sobre las dimensiones mencionadas, con el mayor
siderar al detalle en este artículo para todas ellas. provecho.
Baste decir que la pintura suele ser un medio de la
mayor utilidad para la simbolización de vivencias
y experiencias traumáticas correspondientes al
período preverbal, así como para dotar de figura-
bilidad a movimientos anímicos (afectos,
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