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COVID-19 (coronavirus) en bebés y niños

Escrito por el personal de Mayo Clinic

Los niños de todas las edades pueden enfermarse con la enfermedad por
coronavirus 2019 (COVID-19). Pero la mayoría de los niños afectados
generalmente no se enferman con tanta gravedad como los adultos, y algunos
quizás no presenten ningún síntoma. Reconoce los signos y síntomas de COVID-
19 en bebés y niños, por qué los niños quizás se vean afectados de manera
diferente por la COVID-19 y qué puedes hacer para prevenir que se propague el
virus.

¿Cuál es la probabilidad de que un niño contraiga la


enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19)?
Aunque todos los niños pueden contagiarse con el virus que causa la COVID-19,
no se enferman tan frecuentemente como los adultos. En su mayoría, los niños
tienen síntomas leves, o no tienen síntomas.
De acuerdo a la American Academy of Pediatrics (Academia Estadounidense de
Pediatría) y la Children's Hospital Association (Asociación de Hospitales para
Niños), en los Estados Unidos los niños representan aproximadamente un 13 por
ciento de todos los casos de COVID-19. Algunos estudios sugieren que es menos
probable que los niños menores de 10 a 14 años se infecten con el virus que
causa la COVID-19 comparados con las personas mayores de 20 años.
Sin embargo, algunos niños se enferman gravemente con la COVID-19. Podría ser
necesario hospitalizarlos, tratarlos en la unidad de cuidados intensivos o
colocarles un respirador para ayudarlos a respirar, de acuerdo con los Centros
para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Además, los niños con afecciones subyacentes, como obesidad, diabetes y asma,
podrían tener un mayor riesgo de enfermarse de gravedad con COVID-19. Los
niños que tienen una enfermedad cardíaca congénita, afecciones genéticas o
enfermedades que afectan el sistema nervioso o el metabolismo también podrían
tener más alto riesgo de enfermarse gravemente con COVID-19.
Los estudios también sugieren índices desproporcionadamente más altos
de COVID-19 entre los niños hispanos y afroamericanos (no hispanos)
comparados con los niños blancos no hispanos.
En raras ocasiones, algunos niños también pueden desarrollar una afección grave
que parece estar asociada con la COVID-19.

¿Por qué reaccionan los niños de manera diferente ante


la COVID-19?
La respuesta todavía no está clara. Algunos expertos sugieren que los niños
quizás no se vean afectados de manera tan grave por la COVID-19 porque hay
otros coronavirus que se propagan en la comunidad y causan enfermedades como
el resfriado común. Como los niños con frecuencia se resfrían, tal vez su sistema
inmunitario esté preparado para proporcionarles alguna protección contra
la COVID-19. También es posible que el sistema inmunitario de los niños
interactúe con el virus de una manera diferente a la que lo hace el de los adultos.
Algunos adultos se están enfermando porque su sistema inmunitario parece
reaccionar en exceso al virus, lo que causa un daño mayor al cuerpo. Quizás es
menos probable que esto suceda con los niños.

¿Cómo se ven afectados los bebés por la COVID-19?


Los niños menores de 1 año parecen tener un mayor riesgo de presentar una
enfermedad grave con COVID-19 que los niños mayores. Es posible que esto se
deba a que su sistema inmunitario todavía es inmaduro, y que sus vías
respiratorias son más pequeñas, lo que puede hacer más probable que presenten
problemas para respirar si contraen infecciones virales en las vías respiratorias.
Los recién nacidos pueden infectarse con el virus que causa la COVID-19 durante
el parto o por exposición a cuidadores enfermos después del parto. Si
tienes COVID-19 o está esperando los resultados de las pruebas debido a los
síntomas, se recomienda durante la hospitalización después del parto que uses
una mascarilla de tela y que tengas las manos limpias cuando cuides a tu recién
nacido. Está bien tener la cuna de tu bebé junto a tu cama mientras estés en el
hospital, pero también se recomienda que te mantengas a una distancia razonable
del bebé cuando sea posible. Cuando se toman estas medidas, el riesgo de que
un recién nacido se infecte con el virus de la COVID-19 es bajo. Sin embargo, si
estás gravemente enferma con COVID-19, tal vez sea necesario separarte
temporalmente de tu recién nacido.
Los bebés que tienen COVID-19 o a los que no se les puede hacer análisis y no
tienen síntomas pueden recibir el alta del hospital, según las circunstancias. Se
recomienda que los cuidadores del bebé lleven mascarillas y se laven las manos
para protegerse. Se necesitará seguimiento frecuente con el proveedor de
atención médica del bebé, por teléfono, visitas virtuales, o visitas en el consultorio,
por 14 días. Los bebés que dan negativo para COVID-19 pueden ser enviados a
casa desde el hospital.

¿Hay alguna vacuna contra la COVID-19 para niños?


La vacuna contra la COVID-19 de Pfizer/BioNTech está disponible para personas
mayores de 16 años. Algunas empresas han comenzado a inscribir a niños de 12
años en ensayos clínicos para la vacuna contra la COVID-19. Han comenzado a
llevarse a cabo estudios con niños menores.

Síntomas de la COVID-19 en niños


Si bien los niños y los adultos experimentan síntomas similares de la COVID-19,
los síntomas de los niños tienden a ser leves y similares a los del resfriado. La
mayoría de los niños se recuperan en una o dos semanas. Los posibles síntomas
pueden incluir:

 Fiebre o escalofríos
 Congestión nasal o goteo de la nariz
 Tos
 Dolor de garganta
 Falta de aliento o dificultad para respirar
 Fatiga
 Dolor de cabeza
 Dolores musculares o de cuerpo
 Náuseas o vómitos
 Diarrea
 Mala alimentación o falta de apetito
 Pérdida reciente del sentido del gusto o del olfato
 Dolor abdominal
Si tu hijo tiene síntomas de la COVID-19 y crees que podría tener la COVID-19,
llama a su médico. Mantén a tu hijo en casa y alejado de los demás tanto como
sea posible, excepto para recibir atención médica. Si es posible, haz que tu hijo
use un dormitorio y un baño separados de los demás miembros de la familia.
Sigue las recomendaciones de los Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la Organización Mundial de la
Salud (OMS) y el gobierno en relación con las medidas de cuarentena y
aislamiento, según corresponda.
Los factores que se usan para decidir si hacerle a tu hijo la prueba para detectar
la COVID-19 pueden variar según el lugar en el que vivas. En los Estados Unidos,
el médico determinará si es necesario hacer una prueba de diagnóstico para
detectar la COVID-19, de acuerdo con los signos y síntomas de tu hijo, y también
determinará si ha tenido contacto estrecho con alguien que haya sido
diagnosticado con COVID-19. Quizás el médico también considere hacer la
prueba si tu hijo tiene mayor riesgo de enfermarse de gravedad.
Para hacer el análisis de detección de COVID-19, un proveedor de atención
médica usa un hisopo largo para tomar una muestra de la parte posterior de la
nariz (hisopado nasofaríngeo). La muestra se envía luego a un laboratorio para su
análisis. Si tu hijo está tosiendo flema (esputo), eso puede enviarse para análisis.

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