Un Buen Soldado de Jesucristo

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Un Buen Soldado De Jesucristo

«Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo«. 2 Timoteo 2:3

La frase, «como buen soldado de Jesucristo», es un reto a buscar la excelencia de Cristo


en lo que hacemos, es una sentencia que no admite excusas, el texto usa un término
militar que nos habla de valor y disciplina aún en momentos de dificultad.

En este sermón veremos algunas características de un buen soldado de Jesucristo, las


cuales, usted querido hermano, deberá poner en práctica para que tenga una vida cristiana
de victoria hasta el fin

1. El buen soldado de Jesucristo vive interiormente bien


A. Tiene pleno conocimiento de lo que hace

I. Conoce bien la estructura de mando: como buen soldado, el soldado de Cristo conoce


bien de autoridad y se somete a las órdenes que Dios ha establecido sin omitir ninguna, y
sabe que Dios ha establecido sobre él personas con autoridad para que le dirijan.
Cabe resaltar que el que conoce de autoridad nunca se dirige a un superior utilizando
diminutivos, ni seudónimos, ni el solo nombre, considerándolo como igual, no porque que
la autoridad lo exija, más bien porque reconociendo que ha sido establecida por Dios la
obedece, ama, y respeta. Y como mínimo lo llama hermano. He escuchado a algunos que
atrevidamente llaman al Señor Jesús en una forma grosera. Expresiones que dicen mucho
del que las profiere y al oírlas un cristiano que tiene conocimiento de Autoridad Espiritual le
producen molestia.

II. Conoce el poder de las armas que tiene.


Así como todo soldado que va a la batalla recibe previamente una enseñanza sobre cómo
y cuándo usar las armas que le entregan, las cuales no duda en usar en el momento
necesario, también el soldado de Cristo debe estar capacitado para saber cómo y cuándo
usar las armas Espirituales que su Señor le ha entregado, como son: la oración, el ayuno,
la vigilia y la Palabra de Dios. Armas que a aquel que las sabe usar lo hacen un invencible
y Dios le asegura que toda arma que se levante en contra no prevalecerá.

III. Tiene su objetivo claro


El soldado de Cristo sabe a qué lo ha enviado su Señor, y en su vida no hay otro deseo
sino el hacer la obra de Dios, no agradando al mundo sino predicando el Evangelio para
salvación de las almas, arrebatándolas del mundo perdido, del poder de las tinieblas y
llevándolas consigo al reino de los cielos.

IV. Conoce el enemigo y sus estrategias


Tiene muy claro que su pelea no es contra las personas, que Dios no aborrece al pecador
sino al pecado, que su batalla es contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las
regiones celestes (Efesios 6:12). Por eso mantiene vigilante sin enredarse en huecas
filosofías y mucho menos en el materialismo que ha eliminado a tantos.
B. Emocionalmente es una persona estable
No se inmuta ante las vicisitudes de la vida sino que lucha con coraje sabiendo que
siempre obtendrá la victoria
2. Un buen soldado de Jesucristo vive físicamente bien
A. El buen soldado es fácil de identificar
Si hay algo por lo que es fácil identificar a un buen soldado, es en la disciplina al portar
correctamente su uniforme y tratar a los demás

l. En el rostro: porque no es posible que un soldado que sepa que tiene asegurada la


victoria viva amargado, hay que recordar que no puede estar triste un corazón que tiene a
Cristo y… ¿cómo puede un cristiano decir que Cristo cambia, sino ha cambiado ese rostro
de amargura? recuerdo el relato jocoso de un pastor que llegó nuevo a una iglesia y en
una de las jornadas de oración las hermanas que oraban le dijeron : » pastor, ¿nos permite
orar por usted para que reciba el Espíritu Santo?» el pastor enojado, con el ceño fruncido y
en tono fuerte les dice: » yo ya recibí el Espíritu Santo»; las hermanas siguen orando y al
cabo de un rato le dicen nuevamente al pastor: » pastor, ¿nos permite orar para que se le
note el Espíritu Santo? » ¡Es que la presencia de Dios tiene que ser evidente en un
Cristiano!
II. En el vestido: ¿quién dijo que el vestido no importa? Cada una de las instituciones
tiene una forma de vestir que la identifica, por ejemplo la policía, la medicina, los
bomberos, etc. Así también el cristiano debe vestir como cristiano, de forma que las
personas digan: «ese es un hijo de Dios, un evangélico, un cristiano; no un mendigo, un
indigente. Ten presente que el hábito no hace al monje, pero si lo identifica.
III. En el vocabulario: al igual que el vestido, el vocabulario es algo que nos identifica; y
así como en cada una de las ciencias se maneja una terminología, en la iglesia también se
maneja la terminología cristiana, dejando a un lado las palabras corrompidas y de doble
sentido que antes usábamos para adoptar una nueva manera de hablar; ya no hablamos
como nos parece sino como Dios dice. Mientras la persona común habla de ruina, el
cristiano habla de prosperidad, mientras la persona común habla de pecado, el cristiano
habla de santidad etc.
B. El buen soldado goza de buena salud
I. Hay enfermedades hereditarias: Hay enfermedades que algunas personas reciben
físicamente de sus padres sin poder hacer nada al respecto; y espiritualmente hablando,
encontramos que hay personas que viven mal porque han heredado la maldición de sus
padres. Pero Dios quiere sanarle
II. Hay enfermedades que el hombre se busca: Hay enfermedades que el ser humano
podría evitar, pero por su capricho no atiende, sino que por el contrario acelera el proceso
haciendo o comiendo excesivamente cosas que le hacen daño. En el área espiritual
también hay muchas personas que se buscan enfermedades, alguien puede preguntarse
¿cómo? La respuesta es sencilla, no confesando sus pecados, comiendo la Cena del
Señor indignamente, entre otras. Dios lo quiere sanar físicamente pero se debe
comprometer a tener dominio propio y a frenar esos excesos que sabe que lo están
perjudicando y en el área Espiritual arrepintiéndose y confesando sus pecados.
III. Hay enfermedades que sencillamente llegan
Muchas de las enfermedades son por el deterioro en la calidad de vida hoy en día,
enfermedades que simplemente llegan sin explicación o que tal vez siempre estuvieron ahí
hasta el día que se descubrieron o se hicieron evidentes. Así mucho cristiano asiste a la
iglesia por años y es visto como irreprensible, hasta el día que su pecado sale a la luz y,
sintiéndose avergonzado, se rinde ante el enemigo y vuelve a hacer lo que antes hacía,
produciendo desconcierto entre la feligresía. Esta enfermedad también Dios quiere
sanarla.

IV. Pero ninguna de las anteriormente nombradas aquejarán al buen soldado de


Jesucristo.
Es seguro que ninguna de las formas en que una persona puede enfermarse, mencionadas
anteriormente, aquejarán al buen soldado de Cristo, porque si es una enfermedad hereditaria
(maldición generacional) éste es sanado en el momento que acepta a Jesús como su Señor y
Salvador; ahí se cumple lo que dice la Biblia: «por sus llagas fuimos nosotros curados«. Y si
hablamos de las enfermedades que el hombre se busca, el buen soldado de Jesucristo
tampoco las sufre porque tiene buena relación con Dios; lo cual lo lleva a conocer sus
mandamientos y a apartarse de toda iniquidad, sin embargo, cada vez que peca, corre
arrepentido y, confesando sus pecados, busca el perdón de Dios; por eso mantiene sano.

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