Bolilla 3
Bolilla 3
Bolilla 3
El autor proyecta una acción sobre un sujeto determinado, pero a causa de la deficiente
realización de la misma, ésta recae sobre otro objeto de la misma especie.
Se quiere matar a una persona determinada pero, por una desviación en el golpe, se mata a otra
distinta.
Ejemplo: A quiere matar a B, hace el disparo, pero B se esquiva y el proyectil impacta en otra
persona C.
Modernamente algunos han propuesto un concurso ideal entre dos delitos: tentativa de homicidio
doloso (respecto a la persona contra quien se dirigió la acción) y homicidio culposo (respecto a la
muerte del extraño).
Para una parte de la doctrina este error no excluiría el dolo, por lo tanto al
producirse el resultado el mismo debe sancionarse con la pena del delito doloso ya que se logra de
cierta forma, el resultado propuesto por su plan.
Para otro sector, este error si excluiría el dolo parcialmente, pero quedaría subsistente la
culpa. (homicidio doloso en concurso real con homicidio culposo).
*ERROR IN PERSONAM.
El error in personam es aquel en el que se produce el resultado querido por el autor, pero el error
recae en el destinatario (identidad de la persona).
El punto importante se encuentra en la tipicidad subjetiva. Por regla general el error en la persona
no excluye el dolo, ya que la identidad de la persona sobre la que recae el resultado es irrelevante
para el derecho penal, porque no forma parte de uno de los elementos del tipo objetivo, además
se establece la equivalencia del valor de las personas.
* DOLUR GENERALIS.
- 1°Dolo = Tentativa.
El autor cree haber consumado ya el delito que quería consumar, cuando en realidad ello no ha
ocurrido todavía, la consumación tiene lugar posteriormente, cuando el autor realiza una nueva
acción en la que no sabe que está consumando un delito.
La acción se da en dos tramos, pero sólo en el primero hay dolo, en el segundo se produce el
resultado, pero sin dolo.
La doctrina no es uniforme:
Doctrina tradicional:
El dolo general es un dolo cuya amplitud permitiría abarcar todo suceso, es decir que, en
estos casos se supone la existencia de un único delito consumado doloso.
Se considera el hecho en forma global y todo el accionar se imputa a título de dolo, por
ende hablaríamos de un homicidio doloso.
La crítica que se le hace es que el dolo tiene que estar presente al momento de
desplegarse la acción, ni antes, ni después.
Doctrina mayoritaria:
Habiendo dos acciones y dos resoluciones diferentes no puede haber otra solución que el
concurso real (tentativa +homicidio culposo).
Ejemplo: “A” planifica matar a “B” golpeándolo fuertemente en la cabeza con un elemento
contundente, luego arrojarlo al río para que parezca un accidente. Al poner en práctica su plan se
produce un retardo en el momento en que se produce el resultado. “B” queda inconsciente al
recibir el golpe. “A” creyéndolo muerto lo arroja al río. La muerte de “B” se produce por asfixia por
inmersión.
Soluciones en la doctrina:
Un sector propone que si el plan fue concebido originariamente de manera tal que todos
los actos habían sido ya pensados antes de comenzar la acción, se dice que habría un dolo general
comprensivo de los distintos actos, y el resultado muerte habría que imputarlo a título doloso.
Homicidio doloso.
En los casos de error in personam (error en la identidad) o aberratio ictus (error en el golpe), la
cuestión se resuelve por aplicación de los principios generales en materia de error y culpabilidad. -
- En el primer caso, hay un error en la identidad física de quien busca matar (se quiere matar a un
tercero pero se mata a un pariente: hay homicidio simple por defecto inicial del elemento
subjetivo; a la inversa, también queda excluida la agravante por inexistencia del vínculo parental).
- En el segundo supuesto (el autor quiere matar a un tercero, efectúa el disparo, yerra y mata a un
pariente) juegan los mismos principios, salvo en aquella circunstancia en la que queriendo matar a
un pariente, efectúa el disparo y mata a otro pariente; aquí el homicidio resulta agravado.
En el caso del dolo general, si la acciones son dirigidas contra uno de los sujetos descriptos en el
art. 80 inc. 1 el homicidio resulta agravado.
A los partícipes se les imputa el delito agravado sólo si saben con certeza la circunstancia
agravante. La clara redacción del artículo 48, en el sentido de que “tampoco tendrán influencia
aquellas cuyo efecto sea agravar la penalidad, salvo en el caso de que fueran conocidas por el
partícipe”; hace que si éste no sabe que el autor mata al padre o al cónyuge no se le pueda
imputar la agravante.
Es un claro caso de imputación subjetiva en la cual no se debe imputar o atribuir más de lo que el
sujeto conoce y quiere hacer. En cambio si sabe, el partícipe se sube al hecho típico y antijurídico
de otro, motivo por el cual el cómplice sabe que se mata abarcado por la agravante.
B) HOMICIDIO ATENUADO POR EMOCION VIOLENTA (ART 81 INC 1°, “a” DEL C.P.).
Artículo 81. 1. Se impondrá reclusión de tres a seis años, o prisión de uno a tres años:
a) Al que matare a otro, encontrándose en un estado de emoción violenta y que las circunstancias
hicieren excusable.
Fundamento:
Es una atenuante del homicidio. La criminalidad del autor es menor, en cuanto a que mata debido
a la fuerza impulsora que está en su ánimo y encuentra su causa en la conducta de la víctima.
Existe una menor culpabilidad debido a la disminución de los frenos inhibitorios del autor, que se
reflejan en una menor capacidad de culpabilidad. Es una consecuencia del principio de
proporcionalidad de la pena, que establece que cuanto menor sea la reprochabilidad, menor será
la pena, y cuanto mayor sea la reprochabilidad, mayor será la pena.
Problemas que surgen del Código Penal suizo como antecedente del Código Penal argentino:
El anteproyecto suizo de 1915 en uno de sus artículos establecía que “si el delincuente ha matado
en estado de emoción violenta y que las circunstancias hacían excusable”.
Con posterioridad culmina en el Código Penal suizo. Fue propuesta por Hafter, modificada por
Thormann.
Nuestro Código adopta la fórmula suiza, que utiliza las palabras “emoción violenta”, alejándose de
los antecedentes nacionales que aludían a la provocación o ímpetu de ira y justo dolor.
- La segunda se consideraba dirigida hacia los seres queridos que son objeto de sus
afectos.
Se intentaba superar los abusos que se habían producido habida cuenta que cualquier impulso
pasional terminaba siendo una atenuante del homicidio. Posteriormente el anteproyecto suizo de
1908 hizo alusión a emoción violenta, sin querer hacer la distinción entre emoción y pasión.
La expresión “quisiera colocar mejor el impulso anímico justificado por las circunstancias que haga
aparecer disculpable el hecho por un motivo ético”, atribuida por Thormann, motivó a la doctrina
argentina a explicarlo.
Fue Ramos quien sostuvo “no basta que haya emoción violenta si no existe un motivo ético
inspirador, el honor herido de un hombre de honor, la afrenta inmerecida, la ofensa injustificada”.
La causa debe responder a motivos éticos, para que las circunstancias del hecho
sean excusables.
Son motivos éticos únicamente aquellos que mueven de una manera adecuada a
una conciencia normal.
Considera a sus autores como muy peligrosos, pero encuentra en ciertos casos,
que puede atenuarse a su favor la pena de homicidio simple, cuando han obrado
en razón de circunstancias excusables por motivos éticos.
Críticas:
La disposición del Código suizo, fue modificada posteriormente, agregándose como otra
hipótesis de atenuación la referencia a la atenuación bajo un estado de “profunda
perturbación”. (Ver fallo pág. 146 tomo Donna).
Peña Guzmán: temió que se aplique de una manera desaprensiva, que se libere de toda
sanción al delincuente por el sólo hecho de invocar el amor como causa de su delito.
Las intenciones no se trasladan a la ley, la ley dice lo que dice. El Código no exige que la
emoción sea ética, sino simplemente que las circunstancias hagan excusable esa emoción.
No integra el tipo penal la índole moral, la eticidad de la causa de la emoción. La tipicidad
está en analizar si el estado de emoción violenta resulta comprensible, y si en cualquier
otra persona, en las mismas circunstancias, caería en tal estado emocional, es decir si
resulta un suceso excepcional.
Concepto de emoción:
Una emoción será más profunda cuanto mayor territorio de la vida anímica
esté incluido en su esfera reciba de ella su colorido y su matiz. Impregna toda
la personalidad y deja un estado de ánimo duradero.
Primitivas:
En cuanto a la similitud, es que ambos son estados psíquicos del individuo, e influyen en su
actuación.
Ambas pueden encuadrar en el tipo penal. Como lo explica Levene: “todo depende, porque no se
puede hablar de emociones o pasiones excusables y de emociones y pasiones inexcusables, ya que
lo que va a determinar la justificación no es la propia pasión o emoción sino las circunstancias que
rodean el hecho en un momento y caso determinado.
También para Creus esta distinción ha sido superada, porque se puede matar fríamente por
pasión, pero la pasión pudo haber provocado el estado de emoción dentro del cual se mata; son
dos cosas distintas, pero no es posible negar que la pasión puede ser el medio para llegar a la
emoción.
La emoción violenta:
La emoción violenta no existe como entidad médica patológica, se trata de un juicio de valor sobre
un estado real que puede ser experimentado por cualquier persona.
Debe ser violenta: en el sentido de que con su intensidad disminuya o se debiliten los
frenos inhibitorios de la voluntad.
Subjetivo:
Que es la emoción.
Normativo:
Consiste en que esa emoción, por las circunstancias dadas, sea excusable, con lo cual lo
que se debe justificar es la emoción, pero no el homicidio.
La causa de atenuación es subjetiva, con lo cual se deben analizar las circunstancias en que
actuó el homicida, tanto antes del hecho como durante el propio homicidio.
El juicio es objetivo, se deben analizar esas circunstancias y las exigencias que tenía el
autor frente a ellas.
La doctrina ha sostenido en forma casi unánime, que no se aplica la atenuante cuando la emoción
no ha tenido ninguna causa externa, sino que surge del propio carácter del autor.
Conlleva a la exigencia de una causa provocadora que debe estar fuera del autor, que excite sus
emociones, tales como la ira, el odio, etc. Éstas son las circunstancias a las que alude la figura.
Soler sostenía que “el juez, al medir y apreciar las circunstancias con las cuales ha de explicar el
estado emotivo, no puede dar lugar a motivos fútiles, a situaciones que nada tienen de
extraordinario, a bromas, a discusiones intrascendentes”.
Esto exige una causa eficiente personal.
Tampoco tiene importancia el tiempo, en el sentido de que puede existir un lapso prolongado
entre la emoción y el homicidio. Piénsese en el autor que soporta la infidelidad del cónyuge y
luego de un tiempo explota y mata.
En síntesis:
Se ha dicho que la ley atenúa el homicidio porque el sujeto activo no ha tenido al momento del
hecho el pleno dominio de sus acciones.
que el estado emocional resulte explicado por las circunstancias que lo envuelven;
que la provocación sea injusta, idónea para producir una reacción de magnitud;
Se ha encuadrado dentro de ésta figura a quien mató al amante de su esposa, habiendo recibido
humillaciones de ambas partes, quienes andaban juntos sin disimular la relación, con
provocaciones y amenazas en su domicilio, lo que provocó un desborde emocional y su reacción
en forma callada y violenta, volviendo a la realidad recién cuando el policía, arma en mano, le
ordena que se detenga.
Se ha atenuado la pena a la mujer que mató al hombre con el que aspiraba a casarse, quien en
momentos de intimidad sexual le exigió actos sexuales aberrantes y ante su negativa la golpeó,
insultó y descalificó.
Se rechazó la atenuante, en el caso que la acusada ni bien ocurrido el hecho tomó un geniol en la
cocina, despertó a su hija diciéndole que mató a su padre, para acto seguido acostarse en la cama
junto a ella fumando un cigarrillo, esperando a que se haga de día para hacer un hueco y sacar el
cadáver, diciendo que no lo hizo antes porque no había luz. Alrededor de las 5 am concluyó. Ante
la pregunta de su suegro sobre el paradero de su hijo, silenció; sumado a que la hija testificó que
cuando su madre le contó el hecho no estaba nerviosa.
Es el último párrafo del artículo 80: “Cuando en el caso del inciso 1° de este artículo, mediaren
circunstancias extraordinarias de atenuación, el juez podrá aplicar prisión o reclusión de ocho (8) a
veinticinco (25) años. Esto no será aplicable a quien anteriormente hubiera realizado actos de
violencia contra la mujer víctima.”
Fundamentos:
El fundamento debe buscarse en la calidad de los motivos que determinan una razonable o
comprensible disminución del respeto hacia el vínculo de sangre, o a la calidad del cónyuge,
razonabilidad que encuentra su génesis fuera del propio individuo. Se trata de una situación
intermedia, en la cual no se dan los requisitos de la emoción violenta, pero sin embargo es justo
atenuar la pena.
Concepto:
- Bertolino: “son todos aquellos supuestos que concurrieren fuera del orden habitual,
común o natural, circunstancias graves o inusitadas, que no fundamentan la emoción violenta,
pero tampoco constituyen circunstancias ordinarias o comunes a todo parricidio
- Nuñez: “pueden referirse a las relaciones del autor con la víctima o a situaciones que,
aunque referidas a la víctima, no se deben a su inconducta.
- Lanaje Araya: “pueden ser una conducta propiamente dicha desplegada por la víctima o
puede asumir la forma de un estado o situación de desgracia que determina que uno o ambos
sean víctima de su propio estado personal.
- Donna: se trata de una forma de culpabilidad disminuida por vía de lo que se puede llamar
por un lado, incapacidad de culpabilidad disminuida, y por otro, una forma de comprensión menor
del injusto debido justamente a la condición en que se encontraba la persona a raíz de esa
situación de parentesco que la ley ha querido resguardar.
- En conclusión: son las que colocan al agente en una situación tal que, por alguna razón, los
vínculos tenidos en cuenta para agravar el delito hayan perdido vigencia en cuanto a la particular
consideración que debían suponer para una persona determinada.
Requisitos:
• Positivos:
- que el hecho traduzca en sí mismo una entidad de tal naturaleza que se halle fuera del orden o
regla natural o común;
- que esa objetividad sea captada subjetivamente por quien actúa y funcione como causa
determinante de la muerte;
• Negativos:
Pena:
Excepción:
“Esto no será aplicable a quien anteriormente hubiera realizado actos de violencia contra la mujer
víctima”.
“Se entiende por violencia contra las mujeres toda conducta, acción u omisión, que de
manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una
relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica,
sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal. Quedan
comprendidas las perpetradas desde el Estado o por sus agentes.
Se considera violencia indirecta, a los efectos de la presente ley, toda conducta, acción
omisión, disposición, criterio o práctica discriminatoria que ponga a la mujer en desventaja
con respecto al varón”.
“Cualquier acción o conducta, basada en su género, que causa muerte, daño o sufrimiento
físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado”.
Contexto de género:
Es un ámbito específico en el que existe una situación de subordinación y sometimiento de
la mujer por el varón, basada en una relación desigual de poder.
Siempre que en dicho ámbito la muerte haya recaído en una persona del sexo femenino.
Si la muerte se produjere sobre una persona del sexo masculino, pueden resultar
aplicables las circunstancias extraordinarias de atenuación sin ningún tipo de limitaciones.
Por lo tanto, la regla beneficia a la mujer, no al hombre víctima del mismo delito.
El problema está en aquellos casos en que la víctima es una persona del sexo masculino
pero “auto percibida del género femenino”. Funciona en este supuesto la restricción de la
fórmula que exige que la víctima sea una “mujer” en sentido biológico; ya que si el
legislador hubiera pretendido que también queden comprendidas las personas aludidas,
entonces lo hubiera establecido en forma expresa.
Otro problema es que la víctima sea una mujer en sentido biológico pero hombre en
sentido normativo. Corresponde aplicar las circunstancias extraordinarias de atenuación
por cuanto la víctima continúa siendo mujer en sentido biológico.
HOMICIDIO PRETERINTECIONAL: ELEMENTOS OBJETIVOS Y SUBJETIVOS (ART. 81. INC 1°, “b”).
Artículo 81.1.Se impondrá reclusión de tres a seis años, o prisión de uno a tres años:
Concepto:
Según Finzi: “hecho en el que la voluntad del reo está dirigida a un suceso determinad, pero el
evento que se produce es más grave”.
El evento ha sobrepasado el delito que el agente tenía en miras, ha excedido el fin que el culpable
se había propuesto.
Antecedentes:
Fue introducido por el proyecto de 1891, pero sin la cláusula final. La ley de Reformas incorporó
este precepto a la legislación positiva.
Breves nociones:
Finzi 1929: “Cuando el propósito del reo fue sobrepasado por el evento ¿Debe imputárselo? ¿A
qué título?
En tercer lugar, están los que afirman que el evento no querido directamente se imputa si
concurren algunas condiciones determinadas o respecto de algunos delitos especiales.
A título de qué se debe imputar el resultado, que debe estar condicionado por lo menos,
casualmente, ¿a título de dolo, de culpa o de una culpa compuesta por dolo?
Soler y Fontán Balestra, sostienen que tiene una estructura mixta, en el sentido que
requiere un dolo de lesión en la base y culpa en el resultado mortal. Previsibilidad del
resultado más grave, no querido directamente. Ésta es la que prevalece en la doctrina.
Elementos:
Subjetivo:
Está constituido por el propósito del autor de causar un daño en el cuerpo o en la salud de
otra persona (ánimo de lesionar). Cualquier otra intención excluye la
preterintencionalidad.
En cuanto al grado de lesión, aparece como razonable admitir todo tipo de lesión en el
ánimo del autor.
En lo que respecta al alcance del dolo de lesión, Núñez y Fóntan Balestra sostienen que es
suficiente con el dolo eventual.
Objetivo:
Está representado por el medio que el autor utiliza para agredir, el cual, según el tipo
penal, no debe razonablemente ocasionar la muerte.
El elemento medio, no sólo hay que tomarlo en abstracto sino también en concreto,
porque un medio no idóneo puede ser apto en determinadas circunstancias o sobre
ciertos sujetos y por el contrario, un instrumento inequívocamente mortífero deja de
serlo por la forma inocua e intencionadamente menos vulnerante con que se lo utiliza.
Ejemplo de delito preterintencional: cuando la víctima fallece a raíz de su caída por golpes de puño
propiados por el procesado, porque ello no constituye un medio razonable para ocasionar ese
resultado final.
Resultado de muerte. Previsibilidad:
El tipo penal exige, para su consumación, que se produzca la muerte de una persona, ocurrida
como consecuencia del accionar del autor. Por ende, debe existir un nexo causal entre la conducta
del autor y el resultado producido.
La muerte de la víctima debe ser un acontecimiento previsible para el autor, pero no debe haber
sido prevista en el caso concreto.
Si el resultado fue previsto como posible y no obstante, frente a esa previsión el autor realizó la
conducta, desaparece la figura preterintencional para dar paso al homicidio cometido con dolo
eventual.
El límite de la responsabilidad penal por el resultado más grave está dado por la previsibilidad;
más allá está el caso fortuito, por el que no se asume ningún tipo de responsabilidad.
Tipos de preterintencionalidad:
Preterintencionalidad homogénea:
Se presenta cuando el mal pretendido y el más grave que luego se produce pertenecen al
mismo delito, de magnitud o intensidad graduable: se quiere causar lesiones leves y se
causan lesiones graves.
Preterintencionalidad heterogénea:
El delito pretendido y el causado son subsumibles en distintos tipos penales, afectan a
distintos bienes jurídicos, pero están relacionados, como se salud, vida, y el menoscabo.
Creus: delito autónomo respecto del homicidio, porque no existe ninguna forma de dolo
respecto de la muerte del otro; se trata de lesiones calificadas por el resultado.
Lo cierto es que nuestro Código Penal no define el delito preterintencional. Sólo hace referencia a
distintas figuras imputables a ese título y a resultados preterintencionales que funcionan como
circunstancias agravantes de ciertos tipos delictivos.
Artículo 82: “Cuando en el caso del inciso 1º del artículo 80 concurriese alguna de las
circunstancias del inciso 1º del artículo anterior, la pena será de reclusión o prisión de diez a
veinticinco años”.
Dicho artículo atenúa la pena del homicidio agravado por el vínculo cuando se ocasiona la muerte
en forma preterintencional de un ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge, con quien se
mantiene o ha mantenido una relación de pareja.
Artículo 85:
1. Con reclusión o prisión de tres a diez años, si obrare sin consentimiento de la mujer. Esta pena
podrá elevarse hasta quince años, si el hecho fuere seguido de muerte de la mujer.
2. Con reclusión o prisión de uno a cuatro años, si obrare con consentimiento de la mujer. El
máximum de la pena se elevará a seis años, si el hecho fuere seguido de la muerte de la mujer”.
Podemos ubicar el delito de aborto dentro del Libro Segundo del Código Penal.
En su primer título se plasman los delitos que atentan contra las personas, en el que podemos
encontrar en su Capítulo I a todos aquellos delitos "contra la vida".
Antes de comenzar a hablar del aborto tenemos que tener primero en claro cuál es su concepto. Si
bien el Código Penal no da una definición de aborto, no por ello se puede decir que no sea posible
definir de manera específicamente jurídica. Se puede conceptuar al aborto de dos maneras
diferentes: jurídicamente y médicamente.
Concepto de aborto:
Jurídicamente:
El concepto legal de aborto, como delito contra la vida, atiende, en su materialidad, a la
muerte provocada del feto, con o sin expulsión del seno materno.
Su esencia reside, desde que el sujeto pasivo es un feto, en la interrupción prematura del
proceso de la gestación mediante la muerte del fruto.
Médicamente:
Desde el punto de vista puramente ginecológico, el aborto atiende a la expulsión del
producto de la concepción provocada prematuramente.
El bien jurídico protegido es la vida del feto, lo que se protege es una vida que, aunque se
desarrolla en las entrañas y a expensas de la madre, merece una protección independiente de la
vida misma de ésta, pero no de su salud. La ley toma en cuenta como elemento distinto para
agravar la pena la muerte de la madre, pero no el daño en la salud que el proceso abortivo implica
en sí mismo (art. 85, Cód. Pen.).
Mientras algunos afirman que el objeto de protección penal es la vida humana anterior al
nacimiento.
Otro sector de la doctrina no limita el objeto de tutela del delito de aborto a un único bien
jurídico, sino que lo extiende a un conjunto de intereses entre los que destacan -además
de la vida humana y la esperanza de vida- el interés demográfico del Estado, la vida e
integridad física de la mujer y su derecho de autodeterminación.
Legislaciones comparadas:
En la ley Argentina:
Siguiendo en esto al código de España de 1848, el aborto esta entre los delitos contra las personas.
Para Núñez:el bien jurídico protegido es l vida del feto, idea que también la sigue
Soler, y se plasmó en el Código Penal de 1960. Con ello se sigue una vieja
tradición en el tema, tanto en Pacheco como en Carrara, para quienes se
atenuaba el castigo, ya que lo que se destruía era un germen, una esperanza de
vida y no una vida definitivamente adquirida.
Antoiisei: afirma que el interés realmente ofendido por este hecho criminal es la
vida humana, ya que el producto de la concepción (el feto) no es spes vitae y
mucho menos pars ventri, sino un ser viviente verdadero y propio, el cual crece,
tiene un propio metabolismo orgánico, y al menos en el periodo de gravidez, se
mueve y tiene movimiento cardiaco
Hurtazo Pozo: establece que el bien jco es el nuevo ser durante el embarazo, y
eso tiene consecuencias en cuanto a la fecundación in vitro, ya que el fruto
obtenido mediante este proceso es idéntico al embrión que surge de la
fecundación llamada natural. Sin embargo, la protección que da el C.P. no alcanza
a la fecundación in vitro, sino solo al feto que se encuentra dentro del seno de la
madre, por lo que también está protegida la madre y su embarazo.
La protección de la vida del feto no está dada únicamente por imperio del CP, sino que, después
de la reforma constitucional de 1994 se les dio jerarquía constitucional a los tratados
internacionales sobre DDHH en virtud de lo establecido en el artículo 75. Inc.22.
Artículo 4 de la CADH (más conocida como Pacto San José de Costa Rica) que
protege el derecho a la vida en general, a partir del momento de la concepción.
Artículo 1 de la Convención sobre los Derechos del Niño, que establece que niño
es todo ser humano menor de 18 años de edad, salvo que, en virtud de la ley que
le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad, aclarando que la
Argentina hizo una reserva al tratado, en donde se aclara que se es niño desde el
momento de la concepción.
Sin embargo, antes de la reforma, algunos autores como Bidart Campos sostenían que el derecho
a la vida ya estaba incluido entre los derechos no enumerados del artículo 33 de la CN., y que por
lo tanto cualquier tipo de aborto era inconstitucional.
Afirma en forma enfática: "Ni siquiera el aborto por motivos terapéuticos, eugenésicos o
sentimentales, podría purgarse. No llegamos a decir que la Constitución obligue a penalizar el
aborto mediante ley, pero sí decimos que cuando lo penaliza -como nuestro Código Penal las
desincriminaciones que a continuación hacen excepción a la punición aparentan revestir
implícitamente el alcance de una especie de autorización legal que, en cuanto tal, sí es
inconstitucional".
Sin embargo admite que puedan existir causales muy restringidas sobre el aborto especial. Pese a
ello, creemos que esta posición confunde, en parte, problemas de antijuridicidad con problemas
de no exigibilidad. Una cosa es que la ley justifique el aborto y otra muy distinta es que exista una
causa de exculpación, que puede existir en la propia ley.
Tanto el Código Civil como el Código Penal protegen la vida desde el momento de la concepción,
ambos protegen con mayor intensidad la vida de la persona nacida que la vida de la persona por
nacer.
Se permite el aborto terapéutico que protege la vida de la madre por sobre la vida de la
persona por nacer.
La mayoría de la doctrina sostiene que el fundamento de la mayor protección radica en que la vida
aniquilada por el aborto no puede considerarse definitivamente adquirida, por ser más una
esperanza que una certeza.
El ovulo humano en el seno materno como capaz de desarrollo es un embrión que es protegido
penalmente desde su anidación hasta el momento en que nace como ser humano. La norma penal
entonces manda no matar a este embrión, salvo casos expresamente permitidos por la ley o
causas de justificación que el ordenamiento jurídico autoriza.
Artículo 85:
1. Con reclusión o prisión de tres a diez años, si obrare sin consentimiento de la mujer. Esta
pena podrá elevarse hasta quince años, si el hecho fuere seguido de muerte de la mujer.
2. Con reclusión o prisión de uno a cuatro años, si obrare con consentimiento de la mujer. El
máximum de la pena se elevará a seis años, si el hecho fuere seguido de la muerte de la
mujer.
De acuerdo al texto legal, el aborto puede ser causado por un tercero que puede haber actuado:
-en contra del consentimiento, expreso o tácito de la mujer, o- con el consentimiento de la mujer.
En el artículo 85 se regula el aborto causado por un tercero, quien es el autor principal del hecho
delictivo, ya que es quien realiza los actos que llevan a muerte del feto o, dicho en otras palabras,
consuma el tipo penal.
La ley incluye en este caso cualquier aborto que se realice sin el consentimiento expreso o
tácito de la madre. Se comprenden todos los supuestos posibles en que el tercero realiza
el aborto sin el consentimiento de la mujer.
Entran los casos de engaño, aprovechando el error de la mujer, ya sea por confianza en el
autor, ya sea por un descuido de ésta. Además, se incluyen los casos de inconsciencia, ya
sea que la mujer ha consentido, por ejemplo para realizarse otra operación, o
directamente como un caso de violencia. También entran en estos casos los de violencia
(vis absoluta) y la coacción (vis compulsiva).
El error del sujeto que cree que tiene el consentimiento de la madre, elimina la agravante,
dado que es un elemento del tipo.
Sin embargo en este tipo penal sólo puede ser sujeto activo el tercero, ya que el artículo
88 del Código Penal castiga expresamente a la mujer que causare su propio aborto, o lo
consintiera.
El consentimiento es un elemento del tipo. La mujer autoriza las maniobras abortivas que
se realizarán, lo que no equivale a que tenga un poder de disposición sobre el bien
jurídico, ya que también este aborto tiene pena.
La mujer consiente expresamente si su manifestación, que puede ser verbal, por escrito o
por signos inequívocos, es en el sentido de que el tercero mate al feto (art. 917, Cód. Civ.).
En cambio, consiente tácitamente si deja que el tercero actúe y no se opone a ello. Debe
conocer que el tercero va a producir la muerte del feto.
b) No se trata solo de ver una relación causal, que es obvio que debe existir, entre el
aborto y la muerte de la madre, sino normativa, esto es como imputar la muerte de
la madre a quien hizo el aborto y es claro que no alcanza lo causal en un dcho. penal
de culpabilidad. Debe existir una relación de imprudencia o de dolo entre la acción
del sujeto q realizar el aborto y la muerte, Dolosa la muerte no debe ser, porque la
pena es de 5 añosmás si es sin cometimiento de dos años más si es con el
consentimiento, lo cual se instala en la escala penal del delito imprudente. Entonces
debe existir una acción imprudente violatoria de un deber de cuidado mínimo para
llevar a cabo el aborto que desemboca en la muerte de la madre.
En cambio si la muere se produce con dolo (ya sea de primer grado o eventual),
rigen las reglas del concurso.
Esta interpretación se ajusta al ppcio de culpabilidad, por una parte, al existir una
relación subjetiva entre el resultado muerte y la imprudencia de la persona y por
otra, en el caso q la muerte sea dolosa, rigen las reglas del concurso, ya que de lo
contrario se estaría castigando de igual manera al aborto más el homicidio, que el
homicidio con dolo eventual. En igual sentido opina Núñez en la doctrina nacional,
admitiendo cualquiera de los tipos de dolo.
*ABORTO PROFESIONAL
Punible
El artículo, tal como está redactado, constituye una clara alteración a regla de la participación
criminal, debido a que, cualquiera sea la calidad y el grado de la intervención de los profesionales
enumerados, éstos quedan sometidos a la pena del delito, sumada, además, la pena de
inhabilitación. El motivo o causa de este artículo está, según Pacheco, en que la profesión de una
facultad científica impone obligaciones de moralidad que no tienen en tal punto los simples
particulares. La medicina es para curar a los enfermos, y no para hacer abortar a las mujeres
embarazadas.
Grisolía, Bustos y Politoff, por su parte, afirman, siguiendo a Cobo del Rosal y Mourullo, que en
estos casos hay mayor reprochabilidad de aquel que actúa desatendiendo deberes que
personalmente incumben al facultativo. De allí que la agravante no se comunica a los partícipes no
facultativos, como ser al inductor del médico.
Sujetos:
Sujeto Activo:
Sólo lo pueden ser las personas mencionadas en la ley, esto es:médicos, cirujanos, parteras o
farmacéuticos, siguiendo en esto al Código español de 1822, que hablaba de médicos, cirujanos,
boticarios, comadrones o matronas.
Como la ley argentina no agregó ninguna otra aclaración, se entiende que la mención de los
sujetos activos es taxativa.
La ley exige que el médico actúe abusando de su ciencia o arte para causar o cooperar en el
aborto, es decir, con malicia. Interpretando una norma similar, Grisolía, Bustos y Politoff, han
sostenido que "la expresión abusando de su oficio [...] sólo puede aplicarse al facultativo que
realiza la acción típica no justificada, motivada por fines ajenos a los principios terapéuticos que
deben guiar su función profesional. Si lo que perseguía era evitar los sufrimientos u otros
conflictos psíquicos o físicos de una paciente, lo que está abarcado por su misión, aunque haya
traspasado el límite de la licitud, no podría considerarse un abuso del oficio en el sentido del
precepto agravatorio.
Similar posición ha sostenido Núñez, en cuanto sólo es abusiva la intervención del médico si éste
actúa maliciosamente para causarlo o cooperar en el aborto. De ninguna manera cuando su
intención es salvar la vida de la madre, o curar mayores males físicos.
la doctrina entiende que se refiere tanto a un obrar físico como psíquico, junto con el
autor, para lograr el fin del aborto.
Sin embargo, Núñez sostiene, en contra de Soler, que no se ha ampliado el grado de
comprensión de la participación, sino que, por la propia actividad profesional, los actos de
estas personas, tienen una connotación distinta a la de terceros no especializados.
*ABORTO PRETERINTENCIONAL:
Artículo 87:“Será reprimido con prisión de dos meses a dos años al que con violencia causare un
aborto sin haber tenido el propósito de causarlo, si el estado de embarazo de la paciente fuere
notorio o le constare”.
Tampoco en esta clase de aborto la doctrina nacional se ha puesto de acuerdo. Las hipótesis con
respecto al aspecto subjetivoque plantearon van desde:
Están los que sostienen que se trata de un aborto culposo (Ramos, Peco, Oderigo y Díaz),
hasta la posición que afirmó que se trataba de un aborto con dolo indirecto (Gómez).
Núñez, por su parte, afirma que se castiga un hecho de violencia contra la madre, con
resultado mortal para el hijo.
La diferencia con el aborto común consiste en que no hay propósito de causar el aborto.
Núñez afirma que se elimina el dolo de propósito, quedando, entonces, sólo un dolo que
no sea directo. Y por ende, "la cuestión se debe sacar decididamente del campo de la
culpa". Y esto porque el legislador no lo ha tipificado de la manera que lo ha hecho para el
tipo culposo, y además la estructura que ha usado el legislador lo ha sacado de la culpa.
Con lo cual se eliminan del artículo 87 del Código Penal todos los abortos causados con
ese fin, y por ende comprende toda violencia que no obedezca a él, aunque el aborto se le
presente como un resultado eventual de la violencia.
Para Grisolía, Bustos y Politoff se trata de un tipo compuesto, por un actuar doloso con
respecto a la violencia, en contra de la mujer, y en cuanto al aborto tanto es aceptable el
dolo eventual como la culpa. No hay duda de que ésta es la opinión más clara sobre el
punto, tanto por la redacción de la norma, como por los principios generales que rigen al
Derecho Penal, en cuanto se debe imputar objetiva como subjetivamente. Entonces, es
lógico que la violencia sea dolosa, y el aborto pueda ser culposo por una parte o con dolo
eventual por otro.
Boumpadre coincide con Lopez Bolado que se está ante un caso de aborto doloso, pero
de DOLO EVENTUAL. Al estar la violencia dirigida contra la mujer, no contra el feto, no
puede configurarse la forma culposa. Si el legislador hubiera querido configurar este tipo
de aborto a título de culpa, lo hubiera tipificado expresamente, como hizo con otras
figuras culposas. La tesis de dolo directo tampoco resulta aceptable, no solo porque
generaría confusión con la forma común del aborto, sino porque la propia descripción
penal lo excluye(“sin haber tenido el propósito de causarlo”)
Toda conducta provocadora del aborto o dirigida a causarlo, debe ser castigada como delito.
Son ejemplos los códigos europeos del siglo XIX, y algunos del siglo XX, como el código español
franquista.
El aborto provocado debe ser castigado como delito en principio, aunque admite supuestos
excepcionales de impunidad. El sistema permite variantes:
Del plazo:
Supone la impunidad de todo aborto consentido cuando es practicado por un médico y
dentro de un plazo establecido legalmente, por lo general dentro del primer período de
gestación, esto es, durante los tres primeros meses de embarazo.
Si el aborto debe ser practicado con posterioridad a dicho plazo, el sistema se
complementa con ciertas indicaciones que están determinadas de antemano.
El aborto constituye un daño de menor entidad que el peligro para la madre o para el
futuro hijo.
Han adoptado este sistema los Códigos de Austria, Dinamarca, Grecia, etc.
De las indicaciones:
Es el modelo por excelencia.
El aborto está prohibido como principio general durante todo el período de la gestación,
aun cuando se introducen ciertas y determinadas excepciones (indicaciones) que tienden
a resolver el conflicto del embarazo no deseado en favor de los intereses de la madre.
Argentina, Paraguay, Brasil, México, etc., lo han adoptado.
Las indicaciones son las siguientes:
Indicación médica:
Denominada necesaria o terapéutica, en la cual la interrupción del embarazo
está permitida cuando se persigue evitar un grave peligro para la vida o la
salud física o psíquica de la madre.
Indicación eugénica:
Consiste en permitir el aborto cuando se presume que el feto nacerá con
graves taras físicas o mentales.
Indicación ética:
Denominada también humanitaria, jurídica, cuya aplicación presupone que el
embarazo ha tenido su origen en un delito de naturaleza sexual, por lo
general, el delito de violación.
Indicación socioeconómica:
Supone que el nacimiento habrá de producir graves problemas de tipo social y
económico a la embarazada o a miembros del grupo doméstico.
Están quienes propugnan la impunidad del aborto sobre la base de un pretendido derecho de la
mujer a interrumpir su embarazo libremente, y por otro lado están quienes invocando el carácter
de valor absoluto de la vida humana, pretenden la incriminación de toda forma de aborto.
Modernamente se considera que teniendo en cuenta las consecuencias negativas del aborto, el
dilema no está en la continuación o no del embarazo, sino más bien entre la intervención médica o
maniobras clandestinas.
Ésta teoría tiene sus raíces en Cicerón, pero ha sido propugnada en Alemania
por Von Liszt, Von Ihering, y sostienen que el concebido no es un bien jurídico
individual, sino un interés de la comunidad, que sólo en ciertos casos puede
ser protegido. La vida del feto no representa un interés ético, sino un interés
demográfico.
El requisito de vida del feto es un presupuesto indispensable para la consumación de este delito,
lo que no significa que la vitalidad fetal deba probarse por una ecografía previa. El embarazo en
términos normales se desarrolla hasta culminar en el parto y nacimiento y nada indica que este
desarrollo se interrumpiera previamente a la intervención practicada.
La acción típica requiere la existencia de un feto vivo, el bien jurídico protegido es la persona por
nacer. También se ha sostenido que aun en la ausencia del feto en gestación, que representa el
corpus criminis, no existe ápice procesal que obstaculice la demostración de la conducta abortiva,
cuando los restantes datos integradores del corpus delicti han concurrido en el caso. suficientes
las confesiones de la partera y la presunta embarazada, si no están corroboradas por prueba
pericial, única prueba idónea para comprobar la existencia de preñez, los signos demostrativos de
la expulsión violenta del feto y demás circunstancias mencionadas en el artículo 225 del Código
Procesal Penal.
Es competente para conocer en el delito de aborto el juez del lugar donde al practicarse las
maniobras abortivas se produjo la muerte del feto, y no el juez de la jurisdicción donde se
extrajeron sus restos con la finalidad primordial de preservar la salud de la mujer. Con respecto a
este punto -competencia-, la doctrina es unánime al considerar que, como se ha dicho
anteriormente, el juez competente es el del lugar donde se practicaron las maniobras abortivas y
se produjo la muerte del feto. Corresponde entender en la causa a la justicia penal que tenga
jurisdicción en el lugar donde se ejecutaron las maniobras abortivas y tiene allí su domicilio la
persona que practicó la operación, aunque la muerte del feto pueda haber ocurrido en otro lugar.
Ello conforme al principio según el cual el hecho punible se estima cometido en todas las
jurisdicciones a través de las cuales se desarrolló la acción y también en el lugar de verificación del
resultado, lo que permite elegir una de dichas jurisdicciones atendiendo las exigencias de una
mejor economía procesal. El médico que efectúa una operación en lugar no apto para ello, sin
tener los medios adecuados, sin poder dejar al paciente en observación y realiza la intervención de
manera imprudente, somete a su paciente a riesgos evitables, por ende tipifica el delito culposo.
La regla de evitabilidad debe determinarse en base a criterios generales, basados en la pregunta
que debe hacer un miembro consciente y sensato del grupo de profesionales del arte de curar,
cuando constata la ausencia de condiciones para ejecutar adecuadamente el tratamiento
correspondiente; su actuar infringe el deber de cuidado si no realiza una consulta necesaria,
entrega el paciente al médico especialista o lo transfiere al hospital. Un exceso de autoestima es
causal de violación de dicho deber.
Si bien no puede responsabilizarse al procesado por el delito de aborto, por no haberse podido
acreditar fehacientemente el estado de embarazo y tampoco corresponde reproche no por
tentativa inidónea, sino por atipicidad de la acción; en cambio debe adecuarse su conducta en la
figura de homicidio culposo (art. 84, Cód. Pen.), al establecerse por plena prueba que la
intervención por vía vaginal practicada por el encausado causaron las lesiones que produjeron una
infección, causa de la peritonitis aguda, tardíamente operada, por demora del propio encausado
en su consultorio, donde la mantuviera toda una noche en observación y medicada, que agrava el
riesgo de producción del resultado no querido, pero sí previsible para un facultativo, cual es el
peligro y finalmente la muerte del paciente. La modificación de la calificación de aborto por la de
homicidio culposo no significa una "alteración del hecho", ya que son tipos legales de un mismo
género, tratados consecuentemente bajo el mismo capítulo respectivo *del Código Penal y
protegen el mismo bien jurídico vida que caracteriza al referido acápite. Además, sólo hay
mutación esencial del hecho cuando los elementos materiales o aun solamente psíquicos (dolo,
preterintencional, culpa que lo constituyen y deben ser jurídicamente valorados, son distintos y
más graves que los especificados en la imputación. Por ello, no hay modificación del hecho cuando
el juez, manteniendo firmes los mencionados elementos, da al mismo hecho una calificación
jurídica distinta de la contenida en la imputación. En cuanto a la constitucionalidad del delito de
aborto, la jurisprudencia ha sostenido que no corresponde declarar la inconstitucionalidad de los
artículos 85, inciso 2, y 88 del Código Penal (posición mayoritaria). El derecho a la vida está
protegido por la Constitución Nacional y también por la Convención Americana sobre Derechos
Humanos -Pacto de San José de Costa Rica (ley 23.054)-. El embrión feto no es parte del cuerpo de
la mujer, se trata de un ser independiente que se está gestando en su interior y sobre los derechos
de la mujer a su intimidad, a disponer de su cuerpo, ha de prevalecer el derecho a la vida de la
persona por nacer, siendo éste de superior jerarquía que la libertad en tanto la presupone. La
protección de quien ni siquiera puede defenderse por sí mismo justifica la intervención del Estado
y la ley prevé el delito de aborto (art. 85, Cód. Pen.), tutelando la vida del feto
independientemente de la de la madre (del voto formando mayoría del Dr. Locio). El Código Civil
(arts. 51, 70 a 74 y concs.) y el Código Penal (arts. 85 a 88) protegen la vida del hombre desde su
comienzo con la concepción y se prolonga en el tiempo a través de una serie de etapas hasta
concluir con la muerte del sujeto (del voto formando mayoría del Dr. Costa). En materia de delitos
contra la vida es condición esencial que la acción se dirija contra otro "ser en el mundo", esto es
alguien que ha nacido y presente signos característicos de humanidad. El sujeto pasivo debe ser
una persona de existencia visible tal como lo prevé la ley penal para el homicidio y las lesiones, por
eso ha de excluirse cuando acontezca antes del nacimiento del ser en gestación, sea cual fuere su
estado -germen, embrión, feto-, porque por sobre los múltiples motivos de nuestro interés ha de
prevalecer la persona de la madre, el respeto de su intimidad, y su derecho a disponer de su
cuerpo tanto como del pensamiento y de todas las manifestaciones de su espíritu. El ser humano
en uso de su libre albedrío puede consumar contra sí mismo la muerte por suicidio, u otra acción
grave pero no fatal, como la amputación de un miembro, lesiones de todo tipo, sin secuela penal
para la consumación o la tentativa. En este esquema se inserta el supuesto de aborto, y habida
cuenta que el feto integra, es una de las partes del cuerpo de la mujer embarazada, por aplicación
de la vieja máxima sobre el que puede lo más puede lo menos, resulta posible que la mujer
concrete alguna de tales decisiones, sea el suicidio, amputación, destrucción de una o varias
partes del cuerpo, o el aborto como objetivo específico o complementario (de la disidencia del Dr.
O'Neill). Corresponde declarar la inconstitucionalidad de las normas del Código Penal
incriminatorias de la mujer incursa en aborto y/o del profesional requerido por la misma al efecto
(arts. 85, inc. 2o, y 88 del Cód. Pen.) Por implicar violación al artículo 19 de la Constitución
Nacional. Este precepto constitucional guarda correspondencia con la preservación de la intimidad
de la mujer y de su libertad en cuanto a disponer de su cuerpo y, no obstante, cuan extrema y
grave sea su decisión -suicidio, autolesión imputación, aborto, etcétera- ha de prevalecer la
garantía constitucional sobre cualquier injerencia estatal y la consiguiente legislación represiva (de
la disidencia del Dr. O'Neill).
Concepto:
Tipo objetivo:
A través de los delitos contra la vida, el Derecho Penal protege fundamentalmente la existencia
físico-biológica del ser humano.
Lo que debe determinarse es a partir de qué momento comienza la protección del bien jurídico.
Tenemos la teoría de la fecundación, según la cual el comienzo de la vida humana se produce con
la fecundación del óvulo con el gameto masculino, es decir, cuando de dos realidades distintas (el
óvulo y el espermatozoide) surge una nueva realidad y distinta (el cigoto), con una potencialidad
propia y autonomía genética, aunque dependa de la madre para subsistir.
Por otro lado, tenemos la teoría de la anidación, que entiende que la vida humana comienza
cuando el óvulo fecundado anida en el útero, algo que sucede aproximadamente a los 14 días de
producida la fecundación. El proceso biológico de la gestación comienza en el preciso momento en
que el óvulo fecundado anida en la matriz de la mujer. Abarca al embrión y al feto, pero no al
preembrión o embrión preimplantatorio.
Hasta el momento en que ocurre la anidación, el embrión no tiene contacto fijo con el
organismo materno, motivo por el cual sólo existe un 50% de probabilidad de su
implantación en el útero y otro 50% de que por causas naturales, no llegue a anidarse. Si
toda destrucción del óvulo fecundado fuera aborto, surgiría el problema de demostrar si
ese óvulo fecundado murió como consecuencia de maniobras abortivas o por causas
naturales.
Si se admitiera que la vida tiene comienzo con la fecundación habría que considerar
aborto la destrucción del óvulo fecundado en el laboratorio (fecundación in vitro), como
también la interrupción del embarazo extrauterino.
Las modernas técnicas de fecundación in vitro han dado lugar a una nueva problemática en el
ámbito penal vinculado a la destrucción de los óvulos fecundados y no implantados, cuestión que
siempre podría resultar dudosa en caso de fijarse el límite mínimo de protección de la vida
humana en la fecundación.
Ala vida del Derecho Positivo, es innegable la diferencia de valoración jurídica entre la vida nacida
y la no nacida.
Algunos autores consideran que el cambio de valoración se produce por "el cambio de
bien jurídico protegido", ya que de tutelarse en ambos casos la vida humana, los
contrastes señalados sólo podrían explicarse como resultado de una decisión arbitraria del
legislador, explicación que naturalmente no es aceptable en un Estado de Derecho.
Otros, por el contrario, afirman que a través de los delitos de aborto y homicidio se
protege un mismo bien jurídico: "la vida humana", cuyo valor no sufre modificación alguna
por los cambios externos y en particular por el nacimiento. El mayor rigor con que el
Derecho castiga los ataques contra la "vida nacida" se explica por motivos ajenos al valor
del bien jurídico.
Una última corriente considera que el nacimiento supone un cambio cualitativo a partir
del cual el valor de la vida se ve fuertemente incrementado.
Tanto el delito de aborto como los tipos de homicidio protegen un mismo bien jurídico: la
vida humana. Lo que sucede es que, a diferencia de otros bienes jurídicos, la vida no es un
fenómeno estático al que le es posible asignar un valor único e invariable. Por el contrario,
durante su desarrollo, este bien se ve sometido a una serie de transformaciones que
inciden en su consideración social, lo que a su vez se refleja en su diversa valoración
jurídica.
Es claro que se está ante un proceso dinámico que el Derecho no debe negar ni rechazar
en ninguna de sus etapas, pero que si puede valorar de distintas maneras en cada una de
ella en su forma normativa. En este sentido, el valor, siempre relativo, tiene ahora frente a
si uno de esos valores casi absolutos que es la dignidad del ser humano, a quien debe
darle protección.
El nacimiento, por su parte, marca el comienzo del proceso de "socialización" del ser
humano, una de cuyas primeras manifestaciones se produce precisamente en el ámbito
jurídico al atribuírsele a la calidad de persona, es decir, la capacidad de ser titular de
derechos y obligaciones. Este cambio fundamental provoca una notable elevación en la
valoración social, y consecuentemente jurídica, de la vida humana. Con el nacimiento el
ser humano se incorpora a la comunidad, pasa a ser un miembro de la sociedad con total
independencia de la madre que lo gestó, y aunque es verdad que el recién nacido sigue
dependiendo de otros para vivir, ya no se trata de una dependencia necesaria de una
única persona. El recién nacido puede vivir sin su madre, el feto no.
Es de notar que el reconocimiento del carácter relativo y variable del valor de la vida
humana entraña el riesgo de un cierto debilitamiento de la protección de tan importante
bien jurídico y puede dar lugar a equívocos que conduzcan a inaceptables distinciones
cualitativas entre los seres humanos.
Debe existir una mujer se embarazada, lo cual presupone la existencia de un feto; de modo que
no se protege al embrión fecundado in vitro, ya que no está en el vientre de la madre. En este
sentido hay, una laguna en la legislación argentina que no regula el tema.
Existe preñez: desde que el semen viril fecunda el óvulo femenino y éste anida en la matriz.
Carece de relevancia que el embarazo se llegue a través de un proceso natural o por inseminación,
quedando excluidos los casos de fecundación in vitro aún en fase de laboratorio.
El delito consiste en la causación de la muerte del feto por distintos medios. Motivo por el cual no
es objeto de protección el feto ya muerto o la mola. No se puede matar lo que ya está muerto.
La discusión, como ya se pudo analizar al tratar el tema desde cuándo se protege la vida humana,
consiste en analizar desde cuándo se considera que existe un feto. Tampoco la doctrina se ha
puesto de acuerdo en este tema.
Para otro sector sólo habrá feto desde el momento que el huevo fecundado se
anidó en el útero.
En cuanto al momento hasta el cual se protege al feto como tal, nos remitimos
a lo dicho cuando hemos fijado posición en el delito de homicidio, aunque
está claro que si ya existe el proceso de nacimiento del niño, no podrá
hablarse del delito de aborto.
Que exista una causación de la muerte del feto generada por las maniobras abortivas:
Es necesario que exista una causación de la muerte del feto generada por las maniobras
efectuadas por la madre o por un tercero, pudiendo ser empleado cualquier medio abortivo.
En principio no habrá problemas con acciones que lleven al aborto: actos positivos del sujeto
activo, ya sea el tercero, ya sea la madre, conducentes a la muerte del feto. Rigen en este aspecto
las reglas generales de la causalidad, o si se prefiere de la llamada imputación objetiva. Los medios
en este caso pueden ser múltiples: mecánicos, térmicos, eléctricos, químicos, psíquicos u
hormonales. Bien dice Hurtado Pozo que no existe nada que no pueda ser utilizado como medio
abortivo, y que, por otra parte, la ley tampoco ha señalado medio alguno especial.
- En cambio en España, González Rus, entre otros, afirma que es posible la comisión
por omisión, "dado que las distintas modalidades delictivas aparecen concebidas
como tipos prohibitivos de causar".
La ley prevé que la muerte del feto debe ser provocada, esto es, el aborto no debe ser
espontáneo. La muerte se dará, tal como hemos venido sosteniendo, con expulsión o sin expulsión
del seno materno.
Sujeto activo:
Tal como está redactada la norma, no hay duda que sujeto activo puede ser
cualquier persona. Sin embargo de acuerdo a la ley argentina, el sujeto activo sirve
para diferenciar las distintas clases de aborto, y las respectivas penas que le
corresponden a cada uno de esos tipos penales. En este sentido la ley ha previsto
el aborto de terceros con y sin el consentimiento de la madre (art. 85, Cód. Pen.).
El aborto practicado por médico, cirujano, partera o farmacéutico (art. 86, Cód.
Pen.) y, por último, el aborto practicado por la propia mujer embarazada (art. 88,
Cód. Pen.).
Sujeto pasivo:
Sólo puede ser el embrión o el feto.
La diferencia entre embrión y feto no quiere decir que se trate de sujetos
distintos, sino sólo de distintos momentos en la etapa de desarrollo de la vida
humana, pero con la misma identidad valorativa.
Acción típica:
Consiste en causar un aborto, provocar la destrucción del producto de la concepción, en las fases
de su desarrollo, dentro del seno materno o por su expulsión provocada.
Los medios:
Cualquier tipo de medio es admisible, sean materiales, físicos o psíquicos, químicos, eléctricos,
térmicos u hormonales. Lo que importa es que con el empleo de tales medios se cause la muerte.
Consumación y tentativa:
Se consuma con la muerte del feto, sea que ella se produzca dentro del seno materno o fuera de
él.
En cambio, si luego de las maniobras abortivas el feto vive se estará frente a una tentativa de
aborto. Esto es que si se hacen maniobras abortivas, el niño nace y muere es claro que la
imputación será de tentativa de aborto, porque las maniobras fueron antes de que naciera la
persona, no deben confundirse las reglas de imputación.
Tipo subjetivo:
En general se debe afirmar que el delito de aborto, salvo el caso del artículo 87 del Código Penal,
es dolos. Es decir, quien actúa, lo debe hacer sabiendo que la mujer está embarazada, la
naturaleza de los medios que utiliza, y que el fin de su acto es la muerte del feto. Lo mismo cabe
para la mujer que practica su propio aborto o que lo consiente.
Núñez afirma que sólo se puede aceptar el dolo directo, esto es el propósito de matar al
feto, "vale decir, proceder para matarlo".
Critica Núñez la opinión de Soler, que afirmaba que se admitía el dolo eventual con
respecto a la muerte del feto, y el dolo directo si era exigible con respecto a la expulsión,
dando como ejemplo el caso de la aceleración del parto. La crítica se basa en que el parto
acelerado es un proceso de nacimiento y no de aborto.
En este sentido lleva razón el autor citado, debido a la posición que hemos tomado, en el
sentido de que habrá homicidio cuando se mate una vez iniciado el proceso de parto.
Donna establece que sólo se admite el dolo directo.
El estado de embarazo constituye un elemento del tipo objetivo, que debe ser probado a través de
la pericia médica. Los llamados “falsos embarazos”, o “embarazos aparentes” deben ser
considerados atípicos por falta de objeto material; al igual que para los embarazos extrauterinos.
También se deduce que no es típica la conducta de prevención del embarazo, aun en los casos,
siguiendo la posición mayoritaria, de dispositivos que eviten la anidación del huevo.
El C.P. alemán resolvió el tema estableciendo que “no se consideraras interrupciones del
embarazo en el sentido de esta ley las conductas cuyos efectos se producen antes de que se dé
termino a la anidación del ovulo fecundado en el útero” lo expuesto, en opinión de Donna, no
significa desconocer que desde la concepción se esté en presencia de vida humana y q, como tal,
deba ser protegida por el ordenamiento jurídico; se trata de cuestiones diferentes. Ocurre que
hasta el momento de la anidación resulta imposible demostrar la existencia del embrión, por lo
que extender la protección de la figura del aborto a estas situaciones va a ocasionar dificultades de
diversa índole que tornarían inaplicable la disposición.
Tampoco será típica la conducta que elimine la llamada preñez aparente. Se acerca esta idea a la
del no castigo de la tentativa con medios mágicos.
La viabilidad del feto es una cuestión de hecho, que como tal, y atento a la jurisprudencia general,
queda al margen del recurso de casación.
El consentimiento (que debe ser prestado por la mujer), sólo tiene relevancia a los fines punitivos,
por cuanto su ausencia determina nada más que un sensible aumento de la penalidad.
El aborto tiene que ser realizado por un tercero, aunque la mujer realice actos de coautoría.
El consentimiento o su ausencia, constituye un elemento del tipo, según cuál sea la clase de
aborto. El aumento de la pena en para casos de falta de consentimiento sólo es aplicable al autor.
El consentimiento puede ser expreso (verbal o escrito) pero nunca presumido, además de ser
prestado por una mujer con capacidad legal (imputabilidad penal).
El aborto se agrava, mediase o no el consentimiento, cuando muere la mujer que ha sido sometida
a maniobras abortivas.
El elemento subjetivo requerido por parte del autor, es el dolo; quien actúa lo debe hacer
sabiendo que la mujer está embarazada, la naturaleza de los medios que utiliza, y que el fin de su
acto es la muerte del feto.
Para Núñez y Gravier: en estos casos es de aplicación la figura del artículo 85, por
cuánto ésta no requiere la consumación del aborto, sino sólo la realización del tipo
del aborto en su forma tentada o imposible.
“Si el hecho fuere seguido de la muerte de la mujer”, la palabra “hecho” debe ser
interpretada, no como aborto consumado, sino como maniobras abortivas (que
pueden abarcar sólo la tentativa).
La agravante abarca tanto al aborto consumado como a la tentativa. Lo decisivo es
la finalidad del autor.
Si se realizaron maniobras abortivas con la intención de matar al feto, aunque éste
no exista y como consecuencia se produce la muerte, el hecho encuadra en el art.
85.
Crítica: cuando el artículo 85 hace referencia al hecho seguido de la muerte de la
mujer, se está refiriendo al aborto y no sólo a las maniobras abortivas.
Parece más conveniente la posición que sostiene que la acción abortiva ejecutada
sobre una mujer no embarazada o con feto muerto, y cuya consecuencia produce
su muerte, configura una hipótesis de muerte culposa encuadrable en el art. 84.
SITUACION DOGMATICA DEL ABORTO SENTIMENTAL (fallos C.S.J.N.). ABORTO DE LA MADRE (art
88 C.P.); TENTATIVA IMPUNE.
1º Si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este peligro
no puede ser evitado por otros medios.
2º Si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer
idiota o demente. En este caso, el consentimiento de su representante legal deberá ser requerido
para el aborto”.
Lo que caracteriza a ambos es que debe ser practicado por un médico diplomado, esto es, por
quien ha obtenido un título universitario respectivo y se encuentra en condiciones de ejercer la
profesión de acuerdo con los requerimientos administrativos que son de obligatorio cumplimiento
(matriculación).
Están excluidos otros profesionales del arte de curar, como ser parteros; o aquellos vinculados a la
medicina como enfermeros, practicantes, farmacéuticos, etc.
Además la mujer debe estar embarazada y haber prestado consentimiento para el aborto.
ABORTO TERAPÉUTICO:
Artículo 86:El aborto practicado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer
encinta, no es punible:
Inc. 1°: Si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este
peligro no puede ser evitado por otros medios.
La doctrina italiana y española, han tratado esta eximente de pena abordándola con arreglo al
régimen del estado de necesidad, posición ésta que ha influido en la doctrina nacional, que
también ha seguido este rumbo. Más modernamente, se ha afirmado que se trata de una causa de
justificación fundamentada en el conflicto de intereses entre la vida en formación y la vida o salud
de la madre.
Para Grisolía, Bustos y Politoff se trata, además de un estado de necesidad, del ejercicio legítimo
de la profesión médica.
La regla que se puede extraer de la ley es que se exigeque exista un conflicto de intereses entre
la madre y la vida del feto, que sólo puede ser resuelto con el aborto, con lo cual la muerte del
feto es la solución menos perjudicial que decide la colisión entre ambos bienes jurídicos que, en
nuestra legislación tienen distinto valor, siendo de mayor valor la vida de la madre.
Se debe hacer notar que, como es realizado por el médico y con fines terapéuticos, no es
necesario que se den ciertas condiciones inherentes al estado de necesidad, tales como la
actualidad, la no inminencia del mal que se quiere evitar. Sólo es necesario que el peligro exista,
basado en la propia lex artis.
Es el caso de la mujer con una dolencia cardíaca o de otro tipo, que queda embarazada y que
según el criterio médico el embarazo o el parto le hacen correr riesgos, por ese motivo se aconseja
el aborto.
Requisitos:
El aborto debe haberse realizado con el fin de evitar un peligro, tanto para la vida como
para la salud de la madre, este es un elemento subjetivo básico, ya que, de lo contrario,
faltaría el elemento subjetivo de toda causa de justificación que llevaría a que la conducta
dejara de estar justificada y pasara a ser típica, ya sea como delito consumado o como
tentativa.
El conflicto no pueda ser evitado por otros medios menos dañosos para la vida del feto.
En síntesis, es un estado de necesidad, sólo que los únicos que pueden practicarlo son los
médicos diplomados, con el propósito de salvar a la vida o la salud de la madre, con base
en los conocimientos especiales del médico. No es preciso que sea un especialista en
obstetricia y ginecología, ya que la ley no exige la especialización y tampoco podría
hacerlo, debido a que el peligro para la madre puede detectarlo otro especialista.
En cuanto al peligro, éste debe ser tanto para la vida como para la salud de la madre; se
incluye no sólo el funcionamiento orgánico, propiamente físico, sino además las
posibilidad cierta de un daño psíquico, tales como las enfermedades mentales, graves
depresiones, tendencias suicidas de la madre, etc. Si el embarazo o el parto puede
producir algún tipo de alteración en la psiquis de la mujer, aunque no sea una genuina
enfermedad mental -tal el caso de una neurosis grave-, el aborto estaría permitido. Los
problemas de diagnóstico no empecen el tema de la interpretación de la ley.
El aborto terapéutico:
Es un tipo permisivo previsto en la parte especial del Código.
El sujeto activo en el aborto terapéutico debe ser un médico
diplomado.
El peligro, si bien debe ser grave puede no ser actual e inminente.
Requiere el consentimiento expreso, previo e informado.
El aborto necesario:
Es un tipo permisivo previsto en la parte general del Código, es un
supuesto de estado de necesidad justificante art. 34 inc.3.
El sujeto activo puede ser cualquier persona.
El peligro debe ser actual e inminente, haciéndose un mal menor para
evitar un mal mayor.
No requiere un consentimiento expreso, previo e informado.
ABORTO EUGENÉSICO:
Artículo 86:El aborto practicado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer
encinta, no es punible:
2º Si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer
idiota o demente. En este caso, el consentimiento de su representante legal deberá ser requerido
para el aborto”.
Para Núñez se trata de un aborto que tiene por fin el perfeccionamiento de la raza. De modo que
esta finalidad eugenésica sobre el bien jurídico, que es la vida en el seno materno, representa para
Núñez la razón justificadora del aborto. Ahora bien, es claro que después del desastre del
nacionalsocialismo esta justificante ha entrado en franco desprestigio. Y la tendencia doctrinaria
es tender a la exclusión de la justificación.
Se trata de una causa de no exigibilidad regulada expresamente por la ley, que lleva a la
impunidad del aborto. Es desde esta perspectiva que hay que analizar este inciso.
La norma fue tratada por nuestros autores y no hay discusión en el caso de la mujer idiota o
demente que ha sido violada, pero no fue aceptada de manera Gral.La ideal de la impunidad del
aborto en todo caso de violaciónpara Núñez, el llamado aborto sentimental no entra en este
artículo
En cambio para Soler, fundamento la posición contraria, afirmando que es sorprendente que la
ley hable primero de violación y después de atentado al pudor. Con lo que se pregunta ¿Qué es el
atentado al pudor del que habla el artículo en cuestión? Y dice que es al acceso carnal a lo que se
llama violación. La cuestión a los efectos de decidir si el aborto sentimental está o no legislado en
la ley, es poder descifrar que es este atentado al pudor que no figura en otra parte del Cód. Penal.
Soler interpreta que la ley no quiso decir, cuando afirma “Si el embarazo proviene de una
violación o de un atentado al pudor”, más o menos lo siguiente: “De una violación o de un hecho
que excluye la copula”, sino de “una violación o de acceso carnal”. De lo contrario, se llegaría al
absurdo de que la segunda parte del artículo estaría demás, porque no diría nada. La base de la
confusión según Soler, surge del antecedente de la ley.
La comisión del Senado había tomado el artículo de la versión francesa del proyecto suizo, y el
equívoco surge por dos causas: el hecho de que la palabra violación sea genérica; el hecho de que
se haya aceptado en el texto de la ley una traducción que es correcta, pero que al incorporarse a
nuestro código resulta equivoca con respecto a la expresión abuso deshonesto. Con esta
interpretación se llega a la conclusión de que la ley previo la posibilidad del aborto en todo caso de
violación. Si se razona con másprofundidad la mujer violada que decide abortar, es decir decide
que no seguiría un proceso del cual ella no participo, sino que se la hizo entrar a la fuerza, que su
autonomía de voluntad fue violentada, tiene el dcho.Constitucional de decir que ese proceso no
seguirá, se trata de un problema que es la colisión entre el mandato normativo de no matar al feto
y la no obligación de soportar a ese mimo feto como obligación impuesta por otro.
Desde otra perspectiva, tampoco se puede admitir una interpretación de la disposición penal que
frente a una violación permite dar muerte al fruto de la concepción, ante la presunción del
nacimiento de una persona insana y a la vez sancionar con penas ese mismo resultado cuando se
produce sobre un feto concebido por una mujer sana.
Jiménez Asua, trato el tema afirmando que este inciso siempre fue interpretado como un aborto
sentimental (caso de violación) y del aborto eugenésico (caso de atentado al pudor sobre una
mujer idiota o demente). Fundamentos de estas conclusiones:
El inc. esta copiado textualmente del artículo 112 del proyecto del código penal suizo 1916
y los comentaristas suizos hacen esa distinción
El agregado del atentado al pudor, con manifiesto yerro técnico, fue para separar el
acceso carnal violento de la violación lato sensu, comprensiva del acceso carnal sobre la
mujer incapaz
La propia comisión del senado que introdujo el precepto en el código dice en el informe
que el problema se planteó en Europa, durante la ult guerra con motivo de las violaciones
de que fueron motivo numerosas mujeres belgas por soldados ebrios.
En síntesis:
- Por un lado están quienes han visto en la disposición sólo un supuesto de aborto
eugenésico (doctrina monovalente), interpretando que las dos expresiones
empleadas en la ley “violación y atentado al pudor”, hacían referencia, como
víctima de la agresión a una mujer idiota o demente. (Núñez).
- Por otro lado están quienes ven una figura comprensiva del aborto sentimental
(caso de violación) y del aborto eugenésico (caso de atentado al pudor sobre la
mujer idiota o demente). (Jiménez de Asua).
En este punto no hay duda en la doctrina de que el aborto es posible. Se exige, como condición
fundamental, una violación o atentado al pudor, que haya dado lugar al embarazo de mujer idiota
o demente.
Según Núñez, la idiotez o demencia debe ser un estado de la mujer en el momento de la violación
o del atentado al pudor. Por lo tanto, si la mujer es normal y posteriormente se vuelve idiota o
demente, no es de aplicación el artículo en cuestión. Sólo podrá hablarse del aborto terapéutico.
También se ha interpretado que como es una regla de justificación, los términos de idiota o
demente no deben ser interpretados en sus términos estrictamente científicos
Se entiende por idiota o demencia a todas las afecciones mentales susceptibles de ocasionar taras
hereditarias.
Tampoco es necesaria la autorización judicial del artículo 140 del Código Civil. Además, es el
médico quien de acuerdo a los criterios de la lex artis determinará si dicha tara hereditaria es
posible.
La norma exige que la mujer de su consentimiento si ha recobrado la razón. En caso contrario, será
el consentí miento del representante el que tendrá valor.
Artículo 88:“Sera reprimido con prisión de uno a 4 años, la mujer que causare su propio aborto o
consintiere en que otro lo causare. La tentativa de la mujer no es punible”.
Tipo objetivo:
Sujeto activo:
Sólo puede ser la mujer que cause su propio aborto o consienta que otro se lo cause.
Sujeto pasivo:
Sólo puede ser el feto que se encuentra dentro del cuerpo de la madre.
Acción típica:
Causar su propio aborto, ejecutar conductas abortivas sobre su propio cuerpo, o consentir que
otro le cause un aborto, en cuyo caso se integra con el art.85.
El tipo exige que se realicen actos de consumación del aborto, de modo que los actos de coautoría
llevan a que se transforme en unaborto consentido por la mujer. Aclarando que en el primer
supuesto la mujer es la propia autora.
Esto no quita que pueda haber actos de complicidad de terceros en el obrar típico de la mujer.
Tipo subjetivo:
Exige el dolo directo de la mujer que debe tener la intención de causar su propio aborto.
Esto lleva a descartar como delito de aborto el supuesto de que la mujer cause su propio aborto
pero sin esa finalidad, como es el caso de que pretenda suicidarse y a raíz de ellos muera el feto
Como la causal consiste en evitar el escándalo y la turbación de la familia, sin utilidad apreciable
para la sociedad que no se sentiría muy alarmada por la ineficaz tentativa, y dado que la pena en
estos casos no tendría ningún beneficio, y causaría grave daño, especialmente al hijo que nacería
vivo, la impunidad es también para los cómplices.
Además es un hecho que sólo queda en la intimidad de la mujer y no tiene repercusión social
relevante.