Siete Pasos de Obediencia Libro 1
Siete Pasos de Obediencia Libro 1
Siete Pasos de Obediencia Libro 1
Aden Gingerich
Ernesto Stubhar
ISBN–13: 978-1-61778-193-3
ISBN–10: 1-61778-193-2
Libro 1
Lección 1: El bautismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Alvin Snyder
Lección 2: La santa cena . . . . . . . . . . . . . . . . . Loyal Troyer
Lección 3: El matrimonio . . . . . . . . . . . . . . . . Dallas Witmer
Libro 2
Lección 4: El lavatorio de los pies . . . . . . . . . . Byard Shank
Lección 5: El velo de la mujer cristiana . . Wayne Wenger
Lección 6: La salutación cristiana . . . . . . . . Harvey Miller
Lección 7: La unción con aceite . . . . . . . . . . Menno J. Brunk
3
Prefacio
La experiencia cristiana no se termina cuando uno se convierte.
Dios desea que sus hijos anden con él todo el tiempo. Él quiere que
vivan separados del mundo para que él reciba la gloria y para que ellos
sean una bendición a la comunidad. Cuando Jesús dijo: “Vosotros
sois la sal de la tierra”, dio a conocer que su pueblo ha de tener un
carácter distinto al del mundo. Al igual que la sal, su pueblo no puede
esconderse. Su misión es enriquecer y preservar todo lo que lo rodea
—porque es el pueblo de Dios.
El propósito de este curso es enseñarnos cómo Dios desea que ande-
mos. Es por ello que nuestro mayor anhelo es que el mismo despierte
en nuestros tiempos un respeto por las ordenanzas cristianas.
Hemos procurado, pues, enseñar sólo lo que está de acuerdo con la
Biblia. Estamos convencidos de que el Nuevo Testamento definitiva-
mente enseña estas ordenanzas. Estas ordenanzas son bíblicas, dadas
por Dios, inspiradas por el Espíritu Santo. Y son para todo cristiano
de toda época y de toda nación.
—La publicadora
4
Estimado estudiante
Este curso ha sido diseñado para su edificación y goce espiritual.
Los escritores del mismo sinceramente han hecho un gran esfuerzo
por presentar la base bíblica para cada una de estas siete ordenanzas.
A menos que usted se entregue diligentemente al estudio, estas en-
señanzas serán como la semilla que cae junto al camino —no crece.
El curso en sí está compuesto por dos libros. El primer libro trata
tres ordenanzas: el bautismo, la santa cena, el matrimonio; y el segun-
do libro trata cuatro ordenanzas: el lavatorio de los pies, el velo de la
mujer cristiana, el saludo cristiano y la unción con aceite.
Estudie cuidadosamente las partes El propósito del estudio y El plan
de la lección. Las mismas le darán una idea de los puntos principales
expuestos por el autor. Tal vez usted se sienta motivado y desee usar
la parte Para leer y estudiar en sus devociones privadas antes de hacer
la lección o inmediatamente después de terminarla.
Al final de cada lección se encuentran las preguntas sobre el estudio.
Usted puede usar este libro y la Biblia para contestarlas. Una vez que
haya contestado correctamente las preguntas, busque al final del libro
el examen que corresponde a la lección. Este examen es para averi-
guar lo que usted ha aprendido. Esperamos que usted haga el examen
sin ninguna ayuda. Al terminar el examen, entréguelo o envíelo a su
instructor. Luego se le enviará el siguiente libro correspondiente a este
curso para que pueda continuar su estudio.
Ciertamente Dios le bendecirá en el estudio de su palabra. Espe-
ramos que complete pronto la primera lección y que saque el mayor
provecho de la misma.
5
¿Qué es una ordenanza?
Una ordenanza es un arreglo o una práctica establecida por una
persona con autoridad. En la iglesia decimos que las ordenanzas son
aquellas ceremonias o prácticas establecidas por Dios por medio de
su palabra, escritas para que las cumplan sus hijos.
Cada ordenanza tiene un significado espiritual; simboliza una parte
de nuestra vida cristiana. Cumplir una ceremonia o mantener una prác-
tica no tendrá valor alguno a menos que la misma esté acompañada de
fe y una vida espiritual. Sin embargo, creemos que estas ceremonias,
siendo ordenanzas establecidas por Dios, son de gran valor en la vida
de la iglesia. Es por ello que cada cristiano las querrá obedecer porque
ha experimentado la verdad que simbolizan y porque ama al Señor que
las ordenó. Jesús dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos”.
6
Lección 1
El bautismo
cristiano
Alvin Snyder
e pentíos, de vosotros.
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yb —Hechos 2.38
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c
El bautismo cristiano
El propósito del estudio:
Enseñar el significado del bautismo cristiano y los requisitos para
su administración
Para leer y estudiar:
1. 1 Corintios 10.1–2: El bautismo de Moisés
2. Números 8.7; 19.21: El bautismo del Antiguo Testamento (una
ceremonia por aspersión)
3. Mateo 28.19; Marcos 16.16: El mandato del bautismo
4. 1 Pedro 3.21: El propósito del bautismo
El plan de la lección:
A. Los diferentes tipos de bautismos
1. El bautismo de Juan
2. El bautismo del Espíritu Santo
3. El bautismo cristiano
4. El bautismo de sufrimiento
Bendiciones
Marcos 16.16: Salvación
Hechos 2.42: Compañerismo
Hechos 2.46:
Hechos 4.32: Unidad
Gálatas 6.2:
Hebreos 13.17: Cuidado de pastores fieles
10
El bautismo cristiano
Deberes
Hebreos 10.25: Asistir a los cultos
Hebreos 13.17:
1 Corintios 16.2: Ayuda monetaria
Gálatas 6.2:
Gálatas 6.10:
Medite:
• ¿Goza usted de la comunión con su congregación local?
• ¿Obedece usted las reglas de su congregación local?
• ¿Ayuda usted en cualquier manera que pueda?
2. Un testimonio
El bautismo es necesario para establecer quién puede formar parte
de la iglesia cristiana. Por medio del bautismo la iglesia muestra su
confianza en la sinceridad de la persona. Por lo tanto, nadie que no sea
sincero debe ser bautizado. En cada relato que aparece en las escrituras
acerca del bautismo vemos que fue administrado cuando la persona
demostraba que ya había nacido de nuevo. Nunca fue administrado
para producir el nuevo nacimiento.
En los siguientes pasajes, escriba lo que prueba que los candidatos
eran creyentes antes de su bautismo.
1. Hechos 2.41:
2. Hechos 8.37–38:
3. Hechos 16.33:
El mero hecho de pedir el bautismo y someterse a ello es un testi-
monio a la iglesia. Esto muestra a la iglesia que uno ha renunciado a
sus deseos anteriores y que busca estar bajo la bendición y la autoridad
de Cristo y su iglesia. Primera de Corintios 10.1–2 nos da un ejemplo
de esto mismo con relación al Antiguo Testamento: “Y todos en Moisés
fueron _________ en la nube y en el mar.” En ese bautismo los hijos
11
El bautismo cristiano
de Israel renunciaron a la vida pasada en Egipto y se sometieron a la
nueva vida bajo el liderazgo de Moisés.
Aunque es ordenado por Dios, el rito del bautismo no compensa
ninguna insinceridad de parte del individuo.
Conclusiones:
• Tiene que haber arrepentimiento verdadero sin el cual el bautismo
será sin provecho.
• El arrepentimiento verdadero sin el bautismo deja a la persona
sin la seguridad del bienestar de su alma.
• Un creyente arrepentido que espera el bautismo es salvo porque
es solamente cuestión de tiempo y oportunidad hasta que lo
experimente.
• Una persona que rehúsa ser bautizada no puede ser salva porque
desobedece un mandamiento claro de Dios.
Medite:
• ¿Es genuino su arrepentimiento?
• ¿Pueden ver sus hermanos creyentes su verdadera condición
espiritual o trata de esconderla de ellos?
• ¿Cuenta su congregación local con su obediencia y lealtad?
3. Un símbolo
Cuando Pedro y sus compañeros vieron que el Espíritu Santo había
descendido sobre los que se habían congregado en la casa de Cornelio,
inmediatamente administraron el bautismo (véase Hechos 10.44–48).
Esto da a entender la relación directa entre el bautismo cristiano y el
bautismo del Espíritu Santo. El bautismo cristiano es una representa-
ción hermosa del bautismo del Espíritu Santo. En el bautismo cristiano
el agua es derramada sobre el creyente así como el Espíritu Santo es
derramado sobre los creyentes (véase Hechos 2.17; 10.45). El agua
simboliza algo más. Simboliza el lavamiento del Espíritu Santo en la
vida del creyente (véase Tito 3.5). Recuerde que los símbolos tienen
significado únicamente para los que han experimentado la verdad que
ellos significan.
12
El bautismo cristiano
13
El bautismo cristiano
C. Las condiciones para el bautismo cristiano
Aun antes que uno pueda empezar la vida cristiana, la persona
tiene que tener un entendimiento espiritual. Hay dos grupos de gente
que no tienen este entendimiento. El primer grupo incluye a los que
no pueden entender, como es el caso de los niños y los que no tienen
el juicio cabal. Estos no tienen que dar cuenta por su ignorancia. El
segundo grupo, descrito en Mateo 13.15, consta de los que pueden
entender pero no quieren. Estos están condenados delante de Dios.
Ninguno de estos grupos es apto para el bautismo.
1. Disposición para recibir la verdad
En Hechos 8.26–39, Felipe empezó muy sabiamente su conversa-
ción con el eunuco, diciendo: “¿Entiendes lo que lees?” La respuesta
del eunuco demostró su buena voluntad de aprender. Este deseo de
aprender la verdad es una condición necesaria para el bautismo.
En las siguientes citas escriba quiénes fueron los que recibieron el
bautismo y qué dijeron o hicieron que indica que estaban dispuestos
a aprender.
14
El bautismo cristiano
2. Fe verdadera
Otra condición para el bautismo que necesita ser evidente es la fe.
Escriba Hebreos 11.6:
Nuestra fe tiene que ser sincera. “Esta es la obra de Dios, que creáis
en el que él ha enviado” (Juan 6.29). “Si crees de todo corazón, bien
puedes [ser bautizado]” fue lo que dijo Felipe al eunuco.
La fe es el paso fundamental del hombre para reconciliarse con
Dios. La fe es más que sólo asentir con la mente que Dios sí existe. La
fe es confiar completamente en la palabra de Dios; confiar sin lugar a
dudas que él hará lo que ha prometido. Tener fe quiere decir arrodi-
llarse ante el Señor Jesucristo y obedecer todos sus mandamientos. La
fe es el medio por el cual recibimos la vida eterna: “Pero éstas se han
escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para
que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Juan 20.31).
Medite:
• ¿Cree usted en Dios? (Véase Hebreos 11.6.)
• ¿Cree usted que Jesucristo es el Hijo de Dios? (Véase Mateo 16.16.)
• ¿Cree usted que Cristo murió por sus pecados? (Véase Juan 3.16.)
3. Arrepentimiento
Un requisito fundamental para el bautismo es el arrepentimiento
verdadero. Medite en 2 Corintios 7.9–11. Esta es una descripción del
arrepentimiento bíblico.
Medite:
• ¿Está usted verdaderamente arrepentido de su vida pecaminosa?
• ¿Está usted dispuesto a confesar y dejar hasta el último pecado
que encuentre en su vida?
• ¿Está usted resuelto a no volver a caer en pecado?
• ¿Tiene usted una conciencia limpia?
• ¿Ha hecho usted la restitución necesaria?
• ¿Aborrece usted los pecados de su vida pasada?
• ¿Tiene usted un celo vivo para vivir por Dios?
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El bautismo cristiano
Pedro instaba a la multitud a que tomaran una decisión bien pro-
funda cuando les dijo: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros”
(Hechos 2.38).
Cuando uno se ha arrepentido y está verdaderamente dispuesto a
recibir la verdad entonces puede estar seguro de que Dios le dará vida
nueva por medio del poder de la resurrección de Cristo. El bautismo
simboliza esta salvación. Es la aspiración y el testimonio de “una buena
conciencia hacia Dios” (1 Pedro 3.21). La salvación es para todos los
que la deseen, como dijo Pedro: “En verdad comprendo que Dios no
hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que
le teme y hace justicia” (Hechos 10.34–35).
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El bautismo cristiano
2. El consejo de la iglesia
Es bueno pedir consejo a la iglesia antes de recibir personas por
medio del bautismo. Es posible que otros en la iglesia hayan observado
algo malo en la vida del candidato que los pastores no han visto. Esta
práctica ayudará a mantener pura la iglesia. Y si el consejo de la iglesia
es favorable entonces esto animará al candidato fiel.
3. Un testimonio público
“Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor.” Esta frase de
Romanos 10.9 nos invita a testificar públicamente que tenemos fe en
Jesucristo. Esto es una condición para la salvación y debe ser siempre
parte del servicio de bautismo. Escriba el testimonio del eunuco en
Hechos 8.37:
Medite:
• ¿Siente usted vergüenza de hablar a otros acerca de Jesús?
• ¿Siente usted vergüenza de vivir para Jesús? Lea Marcos 8.38.
4. El modo más conveniente
Dios tiene un plan para preservar la verdad y promoverla. Las
ordenanzas nos enseñan la verdad. Por eso, no debemos practicar las
ordenanzas en una manera que no armonice con la verdad que ellas
nos enseñan.
Creemos que el modo de bautizar con agua debe armonizar con el
modo que Dios usa para bautizar a los nuevos creyentes con el Espíritu
Santo. Los dos bautismos están estrechamente vinculados en Hechos
1.5 y en otras escrituras.
El cumplimiento de Hechos 1.5 lo tenemos en Hechos 2. En el día
de pentecostés Dios bautizó a los 120 discípulos con su Espíritu Santo.
Y, ¿qué modo usó? Hechos 2.17–18 lo hace evidente: “Derramaré de
mi Espíritu.” Además, en el caso de Cornelio el Espíritu Santo fue
derramado sobre él (véase Hechos 10.45).
El derramamiento del agua se ajusta a todos los ejemplos bíbli-
cos del bautismo. Es muy probable que el carcelero de Filipos fuera
bautizado en el patio de la cárcel (véase Hechos 16.32–34). Es lógico
concluir que el bautismo de Cornelio y su grupo fuera hecho en su casa.
17
El bautismo cristiano
En el caso de Felipe y el eunuco (Hechos 8), no podemos utilizar las
palabras “y descendieron ambos al agua” para probar que el eunuco
fue sumergido, como algunos enseñan. Dadas las circunstancias, lo
más práctico para ellos era ir donde estaba el agua para realizar el
bautismo, no importa cuál método utilizaron.
Derramar el agua es también más conveniente por ser más práctico:
este modo de bautismo puede ser administrado en cualquier situación,
ya sea en el polo norte, en el desierto árido o en el cuarto de un enfermo.
No obstante, queremos llamar la atención con respecto a la ense-
ñanza del modo del bautismo: cualquiera que pone mérito de salva-
ción en el modo del bautismo se equivoca. El tal no reconoce que el
bautismo con agua es solamente un símbolo externo de lo que Dios
hace por medio de su Espíritu Santo en el corazón del creyente. Lo
que realmente importa es que seamos bautizados por el Espíritu Santo,
que vivamos una vida nueva y que seamos bautizados con agua en
obediencia al Señor.
18
El bautismo cristiano
b.
c.
d.
19
El bautismo cristiano
5. Una persona debe ser bautizada por el Espíritu Santo antes de
ser bautizada con agua. (¿Verdadero o falso?)
6. El bautismo cristiano es:
a.
b.
c.
7. ¿Qué cita bíblica demuestra que el bautismo cristiano une al
converso con la iglesia?
8. Ser bautizado y ser miembro de una iglesia traen tanto bendi-
ciones como deberes. Escriba dos de cada uno:
a. Bendiciones:
b. Deberes:
14. Una persona que rehúsa ser bautizada no puede ser salva. ¿Por
qué?
20. ¿Por qué los pastores deben pedir el consejo de la iglesia antes
de bautizar a alguien?
21
El bautismo cristiano
21. El bautismo de agua (salva, no salva) a una persona.
22. El bautismo de agua es solamente un
externo de la obra redentora que Dios hace en el creyente por
medio de Cristo y el Espíritu Santo.
ALTO
Examen
Repasa esta lección antes de hacer el examen 1 que se encuentra
al final de este libro.
22
Lección 2
La santa cena
Loyal Troyer
Haced de mí.
esto en —Lucas 22.19
memoria
La santa cena
El propósito del estudio:
(1) Enseñar lo que la Biblia enseña acerca de la santa cena y
(2) advertir sobre la existencia de doctrinas erróneas sobre esta or-
denanza.
Para leer y estudiar:
1. Éxodo 12.1–28: La pascua judaica
2. Mateo 26.26–29; Marcos 14.22–25; Lucas 22.19–20: La ins-
titución de la santa cena
3. 1 Corintios 11.17–34: La corrección de prácticas no apropiadas
4. 1 Corintios 5: La pureza de la iglesia
El plan de la lección:
A. Su institución
1. ¿Cuándo fue instituida?
2. ¿Por qué en ese tiempo?
B. Su significado
1. El sacrificio de Cristo por nosotros
2. La unidad de los creyentes en Cristo
3. Más sobre el simbolismo
B. Su significado
1. El sacrificio de Cristo por nosotros (Marcos 14.22–24;
Lucas 22.15–20; 1 Corintios 11.23–26)
En la primera santa cena, Cristo usó dos cosas simbólicas: el pan
y el fruto de la vid. El pan simboliza su cuerpo que fue partido tan
cruelmente. Los azotazos rasgaron su espalda, las espinas de la corona
agujerearon su cabeza, los clavos traspasaron sus manos y sus pies
y una lanza abrió su costado. La copa, o el fruto de la vid, simboliza
la sangre que corrió de su cuerpo herido. La sangre de Cristo es la
única cosa que Dios acepta como medio de perdón por los pecados
del hombre. Es por medio del sacrificio de Jesús que cualquiera que
desea puede ser reconciliado o hecho uno con Dios. De esa manera
cualquier persona llega a ser parte de la gran familia de Dios.
2. La unidad de los creyentes en Cristo (1 Corintios 10.16–17;
12.27)
El pan es hecho de muchos granos de trigo que han sido molidos
y mezclados para hacer un solo pan. El jugo también se compone de
muchas uvas que han sido exprimidas hasta fluir en un solo líquido.
25
La santa cena
Por tanto, participar de la santa cena es un testimonio de la unidad
de la iglesia en Cristo Jesús. La Biblia dice del pan: “¿No es la comu-
nión del cuerpo de Cristo?” Es decir, por medio de Cristo los cristianos
son llevados a una unión estrecha. Cada vez que participamos en un
servicio de la santa cena damos testimonio de que como cristianos
tenemos mutua comunión.
3. Más sobre el simbolismo (Juan 6.44–65)
Jesús, el Hijo de Dios, estuvo dispuesto a dejar el cielo y venir al
mundo. Tomó en sí carne y sangre humana, vivió una vida perfecta y
dio su cuerpo en sacrificio por nosotros. Su carne crucificada y resu-
citada y su sangre derramada nos traen la salvación. El pan y la copa
son símbolos; no llegan a ser el cuerpo o la sangre literal de nuestro
Señor. Cada vez que participamos de estos símbolos recordamos la
muerte redentora de nuestro Señor.
En Juan 6.63, Jesús demuestra que sus palabras son Espíritu; son
verdad; dan vida. Por lo tanto, participar de la santa cena y a la vez
menospreciar su palabra sería hipocresía.
C. Requisitos para los participantes (1 Corintios 11.27–34)
Participar en la santa cena es algo serio. Nos preparamos para par-
ticipar en tan solemne comunión al hacer dos exámenes.
1. El examen de uno mismo
Cada miembro de la iglesia tiene que permitir que el Señor escudriñe
su vida por medio de la palabra y del Espíritu Santo. Esto se hace a través
de la lectura de la Biblia, la oración y el ayuno. Cada uno debe tener un
corazón que esté dispuesto a hacer cualquier arreglo en su vida que le pueda
ser revelado. (Lea 1 Corintios 11.28 y 2 Corintios 13.5.) Si una persona
participa de la santa cena sabiendo que hay pecado en su vida entonces
trae condenación sobre sí. Tal persona se hace culpable del cuerpo y de
la sangre de Jesús (véase 1 Corintios 11.27). Eso también causa daño a la
iglesia al privarla de las bendiciones de Dios (véase 1 Corintios 11.29–30).
2. El examen de toda la iglesia
La congregación, guiada por los ministros, debe examinarse para ver
si hay pecado entre sus miembros. Si se halla pecado en un miembro,
éste debe arrepentirse; de otra manera no le será permitido participar
26
La santa cena
de la santa cena. El apóstol Pablo dice en 1 Corintios 11.31: “Si, pues,
nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados”. Esto
quiere decir que si no nos examinamos a nosotros mismos entonces
seremos juzgados.
En el versículo que sigue leemos: “Mas siendo juzgados, somos
castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mun-
do”. Este juicio no puede referirse al juicio final. En aquel día será muy
tarde recibir castigo para escapar de la condenación. Los versículos 31
y 32 claramente hablan de otro juicio: el juicio que la iglesia necesita
hacer con respecto al miembro que no se ha juzgado a sí mismo de
acuerdo con la palabra.
27
La santa cena
santa cena nos hacen recordar el cuerpo partido y la sangre derramada
de Cristo.
2. Consubstanciación (La unión de dos substancias o natura-
lezas —doctrina luterana)
Al igual que la teoría de la transubstanciación, la consubstanciación
también afirma la presencia real del cuerpo y de la sangre del Señor,
pero dice que coexisten con los elementos naturales. Según esta teoría,
el pan, aunque sea realmente pan, también contiene el cuerpo físico del
Señor. Y el fruto de la vid, además de ser jugo de uva, es la sangre de
Cristo. Los que enseñan esta teoría creen que este cambio se efectúa
sin la consagración del sacerdote.
Esta teoría está sujeta a los mismos errores que la otra. En cuanto a
las cualidades físicas del pan y de la copa es evidente que ambos son
sólo símbolos. Y en cuanto a la presencia de Cristo en la santa cena
está claro que la misma es completamente espiritual.
3. Participación abierta
Participación abierta quiere decir “permitir que participe en la
santa cena cualquier persona que se sienta digna de participar”. Los
que practican la santa cena abierta no quieren juzgar a los que desean
participar. Ellos creen que la santa cena abierta está de acuerdo con los
principios del evangelio el cual, dicen ellos, es un evangelio de amor.
No obstante, existen varias objeciones a esta teoría:
• Es difícil armonizar esta teoría con los pasajes bíblicos ya citados que
dan énfasis al examen de uno mismo y al examen de toda la iglesia.
• La base de la santa cena no es sólo el amor entre los participantes,
sino unidad en la fe y en la comunión con el Señor Jesucristo.
• La santa cena abierta menosprecia la comunión entre los que
participan. Los que practican la santa cena abierta dicen que la
misma destaca la comunión que uno tiene con Dios, no con los
hombres. En este caso, ¿cuál sería el propósito de celebrarla en
la capilla? ¿Por qué no celebrar cada cual la santa cena en su
casa, consigo mismo y con el Señor? Y si es verdad que no es
necesaria la comunión con los demás participantes, ¿por qué no
deberíamos entonces admitir a todo criminal y hereje?
• La santa cena abierta admite a la mesa del Señor a los que no se
pueden admitir como miembros de la iglesia. Hay iglesias que
28
La santa cena
admiten en la santa cena a toda clase de personas con tal que
profesen ser cristianos. ¿Por qué ser más estrictos con los que
quieren ser miembros que con los participantes de la santa cena?
Los únicos que lógicamente pueden defender la santa cena abierta
son los que admiten como miembros a toda clase de gente sin
importar su fe o su práctica.
• Existe un contraste extraño entre esta teoría y el principio bíblico
de la unidad. ¿Por qué debiéramos tener un servicio de comunión
cuando se reconoce que no tenemos unión espiritual? Dos o más
personas que no están dispuestas a asociarse como miembros en
la misma iglesia tampoco están en condiciones de cenar juntos
en el mismo servicio. Observemos este servicio en una manera
digna de su nombre: comunión (la santa cena) implica unión
esencial de fe y vida.
E. La santa cena limitada*
Según la Biblia, solamente los que tienen una plena unidad en Cristo
deben participar juntos en la santa cena. Creemos que la iglesia tiene
la responsabilidad de decidir quiénes deben participar y quiénes no.
Esto es bíblico por las siguientes razones:
• Está conforme a los requisitos bíblicos de la unidad. Los parti-
cipantes han de ser un cuerpo unido en Cristo (véase 1 Corintios
10.15–17).
• Expresa la unión espiritual de los participantes.
• Permite que la iglesia mantenga pura la santa cena del Señor. Aun
las personas que parecen estar de acuerdo con la iglesia, pero
están contaminadas con pecados secretos, no deben participar
(véase 1 Corintios 11.27–29). Cada persona debe examinarse a
sí mismo antes de participar en la santa cena (véase 1 Corintios
11.28; 2 Corintios 13.5).
• Hace posible que la iglesia cumpla con el requisito bíblico: “No quie-
ro que vosotros os hagáis partícipes con los demonios” (1 Corintios
10.20). Al limitar la santa cena a los que reconocen la autoridad de la
iglesia se evita la necesidad de juzgar a miembros de otras iglesias.
*
Tomado de “Doctrina de la Biblia”, Daniel Kauffman, editor, © 2003 Publicadora Lámpara y Luz,
publicado con permiso del dueño de los derechos literarios de la edición en inglés, “Doctrines of
the Bible”, © 1928 Mennonite Publishing House, Scottdale, Pa. 15683, EE.UU.
29
La santa cena
Los que están contaminados con el pecado deben ser excluidos de
la santa cena (véase 1 Corintios 10.18–21).
• Basa la santa cena en la unidad y en la comunión cristiana y no
en la amistad social.
• Protege a los miembros de la iglesia de la hipocresía de fingir
ser uno en fe y en vida, tal como significa la santa cena, cuando
no están dispuestos a tener comunión el uno con el otro en la
misma iglesia.
30
La santa cena
31
La santa cena
11. Para participar en la santa cena es necesario:
a.
b.
12. Si una persona participa en la santa cena sabiendo que tiene pecado
en su vida, trae condenación a sí mismo. (¿Verdadero o falso?)
13. Un participante que toma de la santa cena con pecado en su vida
causa a la iglesia, privándola de las
de Dios.
14. Explique la teoría de la transubstanciación.
ALTO
Examen
Repasa esta lección antes de hacer el examen 2 que se encuentra
al final de este libro.
32
Lección 3
El matrimonio
Dallas Witmer
Honoroso matrimonio.
sea en —Hebreos 13.4
ot dos el
El matrimonio
El propósito del estudio:
Enseñar el plan original y perfecto de Dios en cuanto al matrimonio.
Afirmar que este plan es la regla que debe cumplirse en la actualidad
y destacar tanto las bendiciones como las responsabilidades que nos
proporciona esta sagrada unión.
Para leer y estudiar:
1. Génesis 2.18–24: Dios instituye el matrimonio
2. Éxodo 21.7–11: El matrimonio conforme a la ley
3. Mateo 19.3–9: Cristo reafirma el plan original de Dios para el
matrimonio
4. 1 Corintios 7: Instrucciones del Nuevo Testamento para el
matrimonio
5. Efesios 5.22–23; Romanos 12.9–21: Reglas de Dios para un
matrimonio feliz
El plan de la lección:
C. El matrimonio cristiano
1. El divorcio y las segundas nupcias constituyen pecado
2. La poligamia está excluida del plan de Dios
3. La lealtad de los cónyuges tiene que ser absoluta
4. Los cristianos deben casarse solamente con cristianos
D. Cristo y la iglesia
E. Un matrimonio feliz
1. Cualidades esenciales de un matrimonio piadoso
2. Sugerencias para lograr el éxito en el matrimonio
34
El matrimonio
Introducción
El matrimonio, una institución del mismo Creador, es la más antigua
de todas las ordenanzas. Las primeras dos personas que habitaron la
tierra eran marido y mujer. Desde el Edén, el matrimonio ha sido algo
normal. En cada época de nuestro planeta, el matrimonio ha sido el
pulso para medir el estado espiritual del mundo. En la medida en que
éste sea observado y respetado, la sociedad prospera. Pero cuando la
gente ya no lo respeta, la sociedad se hunde en corrupción, pobreza y
miseria. Dios mandó el diluvio para destruir a la humanidad por causa
de la corrupción de esta institución. Dios lo considera como un pecado
vil cuando se viola el enlace matrimonial. Él ha decretado castigos
atroces para los infieles en el matrimonio.
El matrimonio, como una ceremonia, es el rito que une las vidas de
dos personas, de sexos opuestos, en una sola carne. Esta ordenanza fue
instituida para el bienestar de la humanidad. Cuando el matrimonio
se inicia en el temor de Dios, llega a ser el principio de la relación
humana más feliz, más santa y más íntima. Ya que el matrimonio nació
en la mente de Dios, estudiar lo que él dice en su palabra nos ayuda
a entender más claramente las razones por las cuales fue establecido.
En esta lección veremos lo correcto y lo incorrecto de las prácticas
matrimoniales de hoy en día. Al final de este estudio nos daremos
cuenta de cuál será el final de nuestra vida al obedecer o desobedecer
las leyes de Dios acerca del matrimonio.
35
El matrimonio
matrimonio. Él concibió ese plan para preservar las cualidades que
originalmente tenía el matrimonio en el Edén. Dios quiso que fuera
siempre “bueno en gran manera”.
1. Las leyes de Dios para el matrimonio
a. Un hombre y una mujer
Dios hizo el matrimonio como la unión de solamente un hombre
y una mujer. En Mateo 19.3–9, Jesús usa el ejemplo de la creación
del hombre para establecer el hecho que un hombre debe casarse con
una mujer. Si Dios hubiera pensado que para el hombre habría sido
bueno tener más de una esposa entonces él pudo haber usado más de
una costilla de Adán para hacerle varias mujeres. La poligamia es una
perversión del hombre. Este tipo de relación conyugal no es según el
plan original de Dios, sino que surge de la naturaleza corrompida del
hombre, al igual que la guerra, la mentira y otras maldades.
b. Para toda la vida
Dios hizo el matrimonio como un compromiso para toda la vida.
Aunque no se lee esto en Génesis 2, Jesús aclaró el plan original de
Dios cuando habló acerca de esto a los fariseos. Él dijo que en el prin-
cipio Dios había declarado que lo que él junta, el hombre no debería
separarlo jamás (véase Mateo 19.4–8).
c. Fidelidad estricta
Dios declaró que existiera entre los cónyuges una fidelidad estric-
ta. Esto lo destaca en las siguientes palabras: “Se unirá a su mujer”
(Génesis 2.24). Dios repite este principio una y otra vez en la Biblia.
2. Conceptos del matrimonio
Además de estas leyes básicas que gobiernan el matrimonio, el libro
de Génesis nos revela los conceptos originales de Dios en cuanto al ma-
trimonio. Dios concibió esta bella institución y él mismo la estableció
en el Edén. De manera que creemos que puede servir su propósito más
sublime solamente cuando entendemos estos conceptos originales.
a. No es bueno que el hombre esté solo
Esto lo dijo Dios en Génesis 2.18. Por eso, él estableció el amor y
el compañerismo humano más perfecto: el matrimonio.
36
El matrimonio
Dios hizo a los humanos de tal manera que los solteros sienten la
necesidad de compañerismo. Al soltero le hace falta compañerismo
íntimo. A la soltera le hace falta un consejero íntimo, cualidades de
liderato, fuerza y otras habilidades. En el matrimonio lo que le falta
a un cónyuge puede ser suplido por el otro. Dios concibió que sea
natural que el hombre desee casarse. Por esta razón Dios creó una
ayuda idónea y adecuada para el hombre.
b. El amor y la protección
Dios hizo a la mujer de una costilla del hombre (véase Génesis
2.22). Esto nos proporciona un bello cuadro del plan de Dios en cuanto
al hombre y la mujer. La costilla está cerca del corazón y debajo del
brazo. Es la voluntad de Dios que el marido ame a su esposa con todo
su corazón y que la cuide bien.
c. “Serán una sola carne” (Génesis 2.24)
El concepto de ser una sola carne se refiere a la unión física en el
matrimonio. Dios ha ordenado la expresión física de afecto y cariño en
el matrimonio (véase Proverbios 5.15–21). Las parejas sabias no pasarán
por alto estas expresiones del amor íntimo, porque son importantes para
mantener el matrimonio. Al ser una sola carne, los cónyuges deben rendir
su cuerpo el uno al otro para toda la vida (véase 1 Corintios 7.3–4). Lo que
para los solteros sería fornicación o inmundicia, para los casados llega a
ser una prueba legítima del amor en el matrimonio (véase Hebreos 13.4).
Pero las intimidades físicas, aunque enriquecen el matrimonio, no
son capaces de sostenerlo. Solamente el amor puede sostener el ma-
trimonio y garantizar su seguridad. En el amor de Cristo encontramos
este vínculo perfecto.
d. Para propagar el género humano
Uno de los propósitos del matrimonio es propagar el género humano
(véase Génesis 1.28). Hay parejas que por egoísmo, y en desobediencia
a este mandamiento, planean no tener hijos. ¡Los tales ni tan siquiera
tienen derecho a casarse!
e. El liderato en el matrimonio
Toda institución humana necesita tener un líder reconocido. Dios
dio esa responsabilidad al hombre por haberlo creado primero (véase
ntios 11.3; 1 Timoteo 2.12–13). “El marido es cabeza de la mujer, así
como Cristo es cabeza de la iglesia” (Efesios 5.23).
37
El matrimonio
f. Un hogar aparte
Un nuevo matrimonio, aunque aprende de la experiencia de otros,
debe establecer un hogar aparte, libre de la intervención de los padres y
los suegros. “Dejará el hombre a su padre y a su madre” (Génesis 2.24).
g. Para personas maduras
El matrimonio es para los que son maduros. “Dejará el hombre a
su padre y a su madre” (Génesis 2.24).
El matrimonio, el hogar y la familia son el plan de Dios para la
pureza del género humano (véase Hebreos 13.4). Este concepto fue
planeado cuando el mundo todavía era tan santo como el cielo. El
mismo nunca puede ser reemplazado con éxito por la invención del
hombre caído y degenerado.
2. Deuteronomio 24.1–4:
38
El matrimonio
pecado en el pueblo escogido. Las ceremonias y las ordenanzas de la
ley señalaban hacia Jesús quien cambiaría la naturaleza de los hombres
y escribiría las leyes de Dios en sus corazones (véase Hebreos 8.10).
De este modo, Dios pondría al alcance de todos las bendiciones que
vienen a los que lo obedecen de buena voluntad.
C. El matrimonio cristiano
La enseñanza de Cristo acerca del matrimonio restaura el plan origi-
nal de Dios. El Nuevo Testamento quita las excepciones mosaicas dadas
por la dureza de los corazones del pueblo del Antiguo Testamento. Los
que procuran justificar el divorcio porque la ley mosaica lo permitía
caen bajo la condenación que aparece en Gálatas 5.4: “Los que por la
ley os justificáis; de la gracia habéis caído”. El Nuevo Testamento es
el plan perfecto de Dios para su pueblo. El matrimonio cristiano es la
más alta expresión de la amistad humana.
“Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros
maldición” (Gálatas 3.13). “[Llegamos] a ser participantes de la na-
turaleza divina” (2 Pedro 1.4).
La maldición de la ley es la condenación que está sobre todos los que
no la obedecen. Cristo nos redime de esa maldición. Nos da el poder y
el deseo de obedecer su ley. Este poder y este deseo que recibimos de
Dios se llaman la naturaleza divina. La ley ya no nos domina porque
ahora queremos hacer lo correcto y tenemos el poder para hacerlo.
La enseñanza del Nuevo Testamento acerca del matrimonio está de
acuerdo con esta restauración de la naturaleza divina.
1. El divorcio y las segundas nupcias constituyen pecado
“Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a
vuestras mujeres; mas al principio no fue así” (Mateo 19.8). “Cual-
quiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio
contra ella; y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete
adulterio” (Marcos 10.11–12).
2. La poligamia está excluida del plan de Dios
En el nuevo pacto las leyes de Dios están escritas en nuestros co-
razones, y el poder del Espíritu Santo mora en nosotros. Cristo acabó
con el permiso de desviar del plan original y perfecto de Dios. Jesús
dijo: “Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer,
39
El matrimonio
y los dos serán una sola carne” (Mateo 19.5). Pablo, por inspiración
divina, estableció esta norma del Nuevo Testamento con las palabras:
“Cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido”
(1 Corintios 7.2). Note que en éstas, y en todas las escrituras del Nuevo
Testamento, se usa la forma singular de marido y mujer. Nunca se hace
referencia a más de dos personas que lleguen a ser una sola carne. Los
escritores del Nuevo Testamento enseñaron volver completamente al
plan original de Dios en que un hombre y una mujer se casan.
3. La lealtad de los cónyuges tiene que ser absoluta
“Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo
que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con
ella en su corazón” (Mateo 5.27–28).
4. Los cristianos deben casarse solamente con cristianos
“Que sea en el Señor” (1 Corintios 7.39) se refiere al derecho del
cristiano de casarse. Segunda de Corintios 6.14 es quizá aun más estric-
to: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos”. Uno difícilmente
puede llamarse creyente y contraer un compromiso para toda la vida
con un incrédulo. Aunque casarse con alguien de otra denominación no
siempre significa que uno se está casando con una persona incrédula,
sabemos, sin embargo, que habrá algunas diferencias en sus creencias.
Por tanto, permitirse ser atraído por otra persona a pesar de las muchas
diferencias existentes en las creencias demuestra falta de madurez y
puede llevar a las personas interesadas al desastre matrimonial.
D. Cristo y la iglesia
La relación placentera de la unión matrimonial honra a Dios. En el
Nuevo Testamento, se simboliza la unión eterna de Cristo y la iglesia. “Go-
cémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas
del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que
se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las
acciones justas de los santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados
los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas
son palabras verdaderas de Dios” (Apocalipsis 19.7–9).
En Efesios 5.22–32, el apóstol Pablo asemeja la unión del ma-
trimonio a la de Cristo con la iglesia. Busque esta cita y termine
estas comparaciones:
40
El matrimonio
1. “El marido es cabeza de la mujer, así como
.”
2. “Como la iglesia está sujeta a Cristo, así
.”
3. “Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a
sus mismos cuerpos. (...) Porque nadie aborreció jamás a su
propia carne, sino que
.”
4. “Grande es este misterio;
.”
El amor entre los cónyuges que temen a Dios simboliza el amor
entre Cristo y la iglesia.
La pureza de una virgen en el altar matrimonial es como la pureza
de la iglesia del Señor.
La ceremonia matrimonial simboliza el momento en que la iglesia
será recibida por Cristo en el cielo para estar con él para siempre.
Cristo ama y cuida a su iglesia, así como el hombre a su esposa.
La iglesia obedece y reverencia al Señor, así como la esposa a su
marido.
Cuando la esposa de Cristo se vaya para estar con su Esposo, la
única cosa de importancia para todo humano será: ¿Soy yo parte de
esa esposa? La iglesia es la esposa de Cristo y solamente los cristianos
nacidos de nuevo son parte de la iglesia. Si somos nacidos de nuevo y
seguimos fieles hasta el fin, sin duda tendremos parte en la gran cena
de las bodas del Señor.
E. Un matrimonio feliz
Dios planeó que hubiera solamente bienaventuranza y felicidad para
su creación; fue el hombre quien destruyó ese plan. Dios creó el mundo
sin pecado; el hombre lo contaminó. Dios planeó grandes glorias y
gran éxito para Israel; los israelitas no pudieron gozarse de todo lo que
Dios había planeado por causa de su desobediencia. Dios quiere que
todos vivamos en el cielo con él algún día, pero nuestra infidelidad a
él nos puede privar de esto y llevarnos a la condenación. Lo mismo
sucede muchas veces en el matrimonio. El hogar debe ser un cielo en
la tierra. Sin embargo, por el abuso del hombre el mismo puede llegar
a ser un infierno. Evitemos las cosas que causan la infelicidad en el
41
El matrimonio
matrimonio. Sigamos el plan de Dios para que él nos pueda bendecir
en el matrimonio.
Muchos matrimonios que fracasan dieron su primer paso equívoco
en el noviazgo. Esto es una advertencia fuerte a los que todavía no
se han casado. ¿Por qué cometer los mismos errores que otros han
cometido? Guárdese de esa desgracia. Es mucho más fácil corregir un
noviazgo imperfecto que salvar un matrimonio fracasado. Sin embar-
go, no sería bíblico decir que no hay esperanza para un matrimonio
fracasado. Dios ha prometido salvar completamente a los que por fe
se acercan a él. Pero el camino será difícil para los que han vivido en
el pecado por muchos años.
1. Cualidades esenciales de un matrimonio piadoso
Las influencias de la sociedad moderna están en contra de la integri-
dad del hogar y la pureza moral. Mientras más pronto reconozca esta
verdad, más pronto puede protegerse de su contaminación. Destruya
cualquier huella de corrupción moral que se halle en su casa.
Las siguientes cualidades son importantes en la relación matrimonial.
a. La sobriedad
Ésta es una clave para lograr el matrimonio feliz que usted tanto
desea. También es de suma importancia en el noviazgo. El noviazgo
y el matrimonio son cosas muy serias. No conviene burlarse de ellos
con bromas pesadas. Si los que piensan casarse siempre tomaran en
serio el matrimonio, disminuiría mucho la cifra de divorcios en el
mundo actual.
“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud” (Eclesiastés
12.1). Piense continuamente en la cita que usted tiene con Dios en
aquel último día. Allí no habrá nada oculto delante de él cuando usted
dé cuenta de todo lo que ha hecho. Piense en dónde estará usted por
toda la eternidad —en el cielo o en el infierno. Acuérdese de que el
mismo Dios dijo: “No erréis; ni los fornicarios, (...) ni los adúlteros,
(...) heredarán el reino de Dios” (1 Corintios 6.9–10). Y fue él quien
dijo: “Lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mateo 19.6).
No tenga citas amorosas solamente para divertirse con su novio o novia.
Esto es necedad. Estaría jugando con una desgracia que duraría toda la
vida. Absténgase de tener contacto físico en el noviazgo. Al jugar sen-
sualmente con su novio le será más difícil conocer su verdadero carácter.
42
El matrimonio
Antes de casarse, asegúrese de que haya escogido una esposa o
un esposo con quien usted desea vivir toda su vida. Solamente puede
estar seguro de tal decisión si usted escoge con la ayuda de Dios y
con mucha seriedad.
La sobriedad ayudará a la pareja a alcanzar los ideales que desean.
Esta importante cualidad les dará el equilibrio que necesitan para
hacer frente a las crisis que inevitablemente les sobrevienen a todos.
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como
león rugiente, anda alrededor buscando a quien [o a cual matrimonio]
devorar” (1 Pedro 5.8).
b. La comunicación
Mantenga una comunicación abierta con su pareja. Si después de
haber conocido por mucho tiempo a su novio todavía le resulta difícil
dialogar abiertamente sobre los temas serios de la vida entonces puede
concluir que así será también en el matrimonio. Cada miembro de la
pareja necesita saber qué piensa el otro acerca de convicciones reli-
giosas, la situación económica (algo que causa problemas en muchos
matrimonios) y los planes y responsabilidades diarias. Para darse
cuenta de las opiniones de su pareja acerca de estas cosas se necesita
comunicación abierta. Si realmente esperan ser una sola carne, procu-
ren primero llegar a tener una sola mente. Busquen el tiempo y hagan
el esfuerzo por hablar sobre cada desacuerdo que tengan. El amor y
el respeto mutuo ayudan mucho a los cónyuges a hablar francamente
para resolver sus desacuerdos. Jóvenes, escojan un compañero con
quien puedan comunicarse fácilmente. Casados, mantengan siempre
una comunicación estrecha y constante con su compañero.
c. La consagración
La consagración a Dios es un vínculo que da propósito divino a
todo lo que los cónyuges hacen juntos. Mientras ambos cónyuges se
dediquen totalmente a Dios, su matrimonio no fallará. Dios honrará a
los que lo honran (véase 1 Samuel 2.30). Un matrimonio de dos per-
sonas completamente consagradas a Dios aguantará todos los golpes
que la vida le depare. Nada lo podrá hacer caer.
La consagración a Dios lo ayudará en las siguientes maneras:
• Ver el matrimonio como una ordenanza divina (no solamente como
un arreglo legal) planeado por Dios para la felicidad del hombre.
43
El matrimonio
• Orar cuando vengan los problemas, dar gracias a Dios por cada
bendición y no confiar en la sicología o en el dinero para resolver
sus dificultades.
• Dedicar a sus hijos a Dios y criarlos en una manera que honre a
Dios en todo.
Josué se consagró por completo al Señor cuando dijo: “Yo y mi
casa serviremos a Jehová” (Josué 24.15).
2. Sugerencias para lograr el éxito en el matrimonio
Son muchas las sugerencias que se podrían dar para lograr el éxito
en el matrimonio. Considere las siguientes:
a. Asóciese con los demás
Muchos novios se olvidan del resto de las personas durante el noviazgo.
No haga eso. Comparta con otros cristianos. Observe las características
hermosas y las buenas cualidades en otras parejas. En el matrimonio,
mantenga siempre una puerta abierta para las visitas y los consejos de
los hermanos en la fe: “Compartiendo para las necesidades de los santos;
practicando la hospitalidad” (Romanos 12.13). Nunca se deje enredar
tanto con las responsabilidades materiales que no le permitan responder
al llamamiento para servir a otros. Dios no les da a los recién casados un
pequeño planeta en donde vivir a solas. Él nos ha puesto a todos juntos
en su mundo grande y espera que nos mezclemos, que aprendamos mu-
tuamente y que nos ayudemos los unos a los otros.
b. No dejen de estar enamorados
La emoción que ustedes sintieron en el noviazgo cuando descu-
brieron por primera vez que en verdad se amaban puede ser repetida
a menudo en el matrimonio. Los casados la experimentarán año tras
año si viven según el amor que la causó en el principio. La vida a
veces es cruel a causa de las muchas pruebas y responsabilidades que
nos impone. Pero no es conveniente que los cónyuges se descuiden
y pierdan la ternura de amarse. Resulta, pues, aconsejable que los
cónyuges cada día se muestren mutuamente algunas pruebas de amor
verdadero. Esas pruebas se convertirán eventualmente en la leña que
alimenta la llama del amor creciente. Sin lugar a dudas, esa es una
experiencia de toda la vida.
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El matrimonio
45
El matrimonio
10. En el Antiguo Testamento, Dios (inició, permitió) la práctica del
divorcio y el hecho de volver a casarse.
11. Explique por qué Dios permitió ciertas prácticas en el Antiguo
Testamento que no había ordenado en el Edén y que tampoco las
permite hoy en día.
46
El matrimonio
17. Escriba las tres cualidades que son importantes para el matrimonio
cristiano.
a.
b.
c.
18. Ofrezca dos sugerencias útiles para lograr el éxito en el matrimonio.
a.
b.
ALTO
Examen
Repasa esta lección antes de hacer el examen 3 que se encuentra
al final de este libro.
47
48
49
50
51
52
53
L
a experiencia cristiana no
se termina cuando uno se
convierte. Dios desea que sus
hijos anden con él todo el tiempo.
Él quiere que vivan separados del
mundo para que él reciba la gloria y
para que ellos sean una bendición a
la comunidad.
Curso bíblico
por correspondencia
Lámpara y Luz