Reseñadd
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Resumen
Consideré reseñar este artículo, dado que la manera como ha sido abordada la obra
de Brunet, desde los estudios de Kemy Oyarzún, permite comprender consideraciones que
desvendan su importancia para la crítica literaria Latinoamericana. Dentro de ellas está: el
establecimiento literario epocal—Marta Brunet vista como escritora criollista—, la
ubicación del proyecto intelectual y escritural de Brunet en la fase ascendente del
movimiento social de mujeres en Chile, las ideologías de género en la recepción crítica de
su obra, la vigencia de sus textos en torno a las relaciones de poder, los mecanismos de
dominación y las formas de resistencia.
Palabras clave
Narrativa, criollismo, Latinoamérica, movimiento social, mujer, ideología de
género, relaciones de poder, mecanismos de dominación.
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Reseña crítica desarrollada para la asignatura: Tensiones y derivas del espacio íntimo en la literatura
Latinoamericana. Universidad Nacional de la Plata, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
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Doctoranda en Letras. Magíster en Educación por la Universidad de Manizales. Licenciada en Educación
Español y Literatura, Universidad de Antioquia. Profesora de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas del
Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid, Medellín-Colombia. Email: [email protected]
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Doctora en Filosofía y Letras. Miembro de Latin American Studies Association (LASA), Coordinadora
Magíster en Estudios de Género, Mención Humanidades, Directora: Revista Nomadías. Género y canon: la
escritura de Marta Brunet. Un trabajo desarrollado en el marco del programa de Género y Cultura en
América Latina. Facultad de Filosofía, Universidad de Chile.
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Releer a Marta Brunet desde perspectivas heterogéneas y pluralistas implica trastocar los
signos que se le asignaron en el establishment literario epocal y socavar algunos mitos tan
obstinados acerca de la cultura. […] Recordemos que se la ha considerado "criollista" o
regionalista, con toda la desvalorización cultural asignada a esos términos. […] En el mejor
de los casos, se la calificó de criollista transicional en un proceso apriorístico […] y en el cual
supuestamente desembocaría la autora con su obra, Raíz de sueño, de 1949. Como otras fases
"modernizadoras" del continente, el Boom pretendió hacer tabla rasa de la escritura anterior,
considerada […] como "pre-histórica" y subdesarrollada. (p.1).
Su narrativa producida hasta mediados de siglo XX, lleva consigo la imagen del
campo chileno; desmitifica con un lenguaje fuerte—duro—el bucolismo de la vida rural,
aspecto que por demás, despierta malestar en las clases dominantes de Chillán —su tierra
natal—. Desde pequeña impuso su voluntad para plasmar en su producción literaria, temas
4
Recuperado de http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-3600.html
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Ibíd.p.1
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controversiales del entorno, que desvendan conflictos humanos y sociales acaecidos en los
más recónditos e inhóspitos lugares del campo; por otro lado, están los lenguajes y formas
de habla de las gentes del entorno rural chileno y, en especial de la mujer, quien ocupa un
lugar relevante en su narrativa, que por demás, tiene amplias posibilidades de resolución
estética, con voces locales tanto del costumbrismo como del realismo y, donde según
Oyarzún
Lo "recio" de la obra de Brunet remitía a tres aspectos estrechamente vinculados entre sí:
sexualidad, lenguaje y poder. Se combinaban en ella el uso dialectal del habla campesina y la
opción por humanizar y sexualizar (literaturizándolas) a campesinas que por lo regular
transgredían el ideologema hegemónico de la familia y otros aspectos de la simbólica
sexogenérica en Chile. Si bien su primera novela puede ser considerada deudora de ciertos
rasgos naturalistas, del grotesco y de la oralitura, lo curioso es que estas opciones por códigos
supuestamente masculinos alejaran a Marta Brunet del canon. Frente a las modernizaciones
literarias de Vanguardia la chillaneja parecía más arcaica, más provinciana, más
conservadora.6
En ese sentido y para el momento, aflora un mapa de país que hace visible en la
obra Brunetiana, la proyección imaginaria particular del establecimiento de vínculos y
configuraciones identitarias de la mujer desde su espacio íntimo en la cartografía del hogar
que trasciende al espacio público y, que a su vez, retrata el acontecer de la cultura chilena
en estos escenarios que se hacen conocer en América Latina y el mundo a través de “la
prensa femenil y el primer partido de mujeres. Son momentos de hibridaciones de todo
tipo: lingüísticas y sociales, epistémicas y valóricas.”10 Por tanto, el ordenamiento de la
sociedad patriarcal empieza a desmitificarse con fenómenos sociales como la incorporación
de la mujer a la vida política, otras formas de relación —dados los procesos de
industrialización—reorganización del poder monárquico, disrupciones de género, rupturas
de clases sociales, nuevas formas del lenguaje de poder; transgresión de los límites de una
sociedad estrictamente estamental, por nombrar algunas.
Así, luego de la crisis de la aristocracia del campo o la oligarquía agraria de turno,
los habitantes se vieron obligados a ubicarse en medianas industrias. Se puede entender
que, como respuesta a la oligarquía conservadora que poseía el control del país, el
campesinado buscó acceder al protagonismo en la ciudad y al escenario político; de hecho,
Oyarzún explica como Brunet, en su obra Montaña adentro
no sólo bastardeaba el lenguaje sino los valores de su casta y género. El lenguaje es material,
valórico y político al mismo tiempo. No se trata de un mero problema de representación. El
desborde lingüístico-cultural de la praxis de Marta Brunet violentaba en particular los límites
de una sociedad rígidamente estamental, atentando contra las "buenas costumbres", contra el
uso de cierto lenguaje, cuerpo de sus valores. La demanda de audacia en el comportamiento
de las mujeres vinculadas al auge del movimiento sufragista 11
En ese orden de ideas, y según Brito, M. (2004) no es el interés por lo rural lo que
caracteriza al criollismo sino más bien el énfasis por acotar el imaginario nacional, la
composición de las clases sociales, los dilemas humanos de los integrantes de esas clases, a
la vez que señalar los márgenes y excesos que se producen con el capitalismo ingente, que
constituye la fachada espectacularizante de la modernización.
los parámetros del canon escritural y conductual de las mujeres deberían ser contrastados con
las identidades y prácticas de muchas mujeres de fin del Siglo XIX y primera mitad del Siglo
XX en Chile, época de transición acelerada hacia las modernizaciones industriales. Esas
transformaciones afectarían en particular a las mujeres populares, incluidas por cierto las
campesinas de importantes centros regionales. La industrialización se descentraba lentamente
de Santiago a las provincias. A su vez, grandes masas de mujeres rurales se desplazaban de
los campos a los conventillos suburbanos. Durante los primeros veinte años de este Siglo, el
total de establecimientos de instrucción industrial y técnica para mujeres populares
aumentaba en todo el país, expandiéndose a Concepción, Talca, Chiloé y —relevante para
este ensayo— a la ciudad de Chillán, cuna de M. Brunet. […]Evidentemente, estos cambios,
junto a las transformaciones en las principales agencias socializadoras (familia, escuela,
iglesia), implicaban modificaciones.13
Desde esta perspectiva, como lo plantea Carmagnani (1992), hay una tendencia a la
disminución del latifundio y la consiguiente formación del poder político a través de
elecciones; de manera posterior a esta situación coyuntural, emergieron gobiernos
enmarcados dentro del llamado populismo. En la reflexión de Águila y Viano, este
fenómeno se hace expansivo luego de la crisis de los treinta, que provocó que se empezara
a hablar de movimientos en vez de partidos políticos y de pueblos en reemplazo de clases.
Además, aparecieron planteamientos de conciliación entre capital y trabajo, sindicalización,
legislación laboral y desarrollo de rasgos corporativos.
La modernidad, entonces, solo puede ser entendida como un proceso de
industrialización donde prevalece un sistema de alianzas en el espectro político que en nada
favorece el nuevo panorama por el que atraviesa América Latina, y que fomenta la
aparición de las clases medias y contribuye con la marginalidad de las clases populares. Así
las cosas, en la narrativa de brunetiana, es visible este fenómeno de la explosión
demográfica volcada a la ciudad, la instauración de esta gran masa de población que arriba
a la periferia santiaguina que se sucede hacia la segunda y tercera década del siglo XX
dando origen a una acrecentada marginalidad lo que Oyarzún analiza precisando que
desde las coordenadas canónicas, la literatura de Brunet sólo se "moderniza" a partir de Raíz
de sueño, aquí donde el lenguaje cambia de giro, supuesta adaptación estándard al uso
dialectal urbano La asociación de ciudad con Ilustración es demasiado obvia para volverla a
plantear aquí. Sin embargo, sabemos que no se trata de cualquier "urbe": el lenguaje
suburbano, la oralidad de las trastierras, el caló de las múltiples ciudades latinoamericanas
tampoco será tan aceptadamente literaturizable; lo popular se extenderá geoculturalmente a
las periferias citadinas y hoy debe incluir crónicas como las de Pedro Lemebel y textos como
los de Diamela Eltit.14
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Ibíd.3
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En las líneas brunetianas se puede leer todos estos fenómenos socio políticos
llevados a cabo con esa la manifestación cultural generada por la explosión urbana que
transformó las perspectivas—no sólo de Chile— sino también de Latinoamérica donde las
regiones y países empezaron a girar en torno a grandes ciudades, que se constituyeron, a su
vez, como un original foco sociocultural. En ese sentido, el proceso de expansión es otro
punto de partida para el análisis y la reflexión de la problemática urbana en la obra de esta
escritora chilena, con el panorama de consolidación de ciudad que abre la oportunidad de
hacer lecturas con rasgos comunes de fenómenos sociales, que integran a su vez: el
aumento de la oferta laboral, la instauración del campesinado en la ciudad y, en
consecuencia, la oferta de trabajo urbano, que desató la imaginación de los habitantes del
campo para incorporarse a la ciudad.
De hecho, hacia 1929, surge la llamada desarticulación de las estructuras
económicas de Latinoamérica cuya consecuencia estuvo marcada por ese mismo fenómeno
de la explosión demográfica y el éxodo rural que se combinaron para configurar el
escenario de las ciudades masificadas —ya metrópolis—. Dicho fenómeno a su vez
conlleva a la explotación de mano de obra barata, producto de la ofensiva del campo sobre
la ciudad, así «Guadalajara, Santiago de Chile, Bogotá, Medellín, Río de Janeiro, Buenos
Aires, La plata, La Paz, Caracas, Lima entre otras; se constituyeron en centros comerciales
e industriales que multiplicaron su población y modificaron su fisonomía producto del
poblamiento exagerado» (Romero, 1999, p.241). Estos fenómenos sociopolíticos y
culturales se reflejan a lo largo del trabajo brunetiano cuando Oyarzún dice que
La interrupción del trabajo asalariado de los peones da lugar a la irrupción del imaginario
textual, cuyos trazos dejan esbozados rasgos maquínicos de toda la obra de Brunet: a partir
del eje roto de los registros de lo público y lo doméstico, relaciones sociales altamente
conflictivas entre administradores, policías y peones, entre afuerinos y locales, entre hombres
y mujeres, entre hermanas y mujeres, entre madres e hijas. 15
15
Ibíd. p.5
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Ibíd. p.5
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tropología desarrollada con mayor énfasis en la metáfora y la ironía trágica y, ni qué decir
del manejo descriptivo del espacio geográfico—topografía—, su capacidad narrativa para
trabajar la etopeya y prosopografía, estas dos últimas, trascienden al retrato en la
descripción de los personajes que logran ser imaginados en su condición humana; por otro
lado está lo auténtico que resulta la descripción de los objetos ironizados desde la industria
cuando narra: «"avería de máquina", "crujido seco" de una segadora de trigo, […]
interrupción del trabajo. El ojo de la máquina […] se ha partido para la reproducción [y] da
origen al dinamismo de los conflictos humanos y sociales». 17
Todo ello para recrear en su obra una marcada autenticidad de los espacios,
personajes— de estos: sentimientos, emociones, deseos, ideas— y el aspecto cronográfico
en el que transcurre su obra que refleja la crudeza de una sociedad marginada con álgidos
conflictos. En suma, son elementos fundamentales en una construcción discursiva literaria,
donde Oyarzún refleja en su análisis un intento de sutura de la obra brunetiana con la
historia y con el reconocimiento tardío del trabajo de esta gran escritora; de hecho, en el
siguiente párrafo desentraña muchos de los aspectos antes mencionados que muestran la
crudeza de una sociedad que ha puesto la mirada en la máquina, en la industria, por encima
del hombre.
Los rodajes de la escritura se conectan con esta máquina parada, aquí donde la creación
verbal parte con un "percance", un mal "manejo de palancas" (p. 43). Y, a su vez, esa
máquina parada genera una "máquina célibe": producción desnaturalizadora del texto. […]
Incidentalmente y más allá del caso específico de Montaña adentro, a través de toda la obra
de Brunet, las trizaduras de los registros de lo público y lo doméstico pueden hacer proliferar,
a partir de experiencias desgarradoras y frecuentemente siniestras, subjetividades
descentradas y nomádicas: una abuela asesina, una sirvienta no sólo inservible sino despótica,
varias hijas rebeldes a los sistemas de filiación y patronazgo, un protagonista homosexual. 18
las conexiones entre lenguaje, sexualidad y poder a modo de entender la incidencia de ese
pasado en nuestro presente de sociedades desmemoriadas. No se trata meramente de una
crítica historiográfica que rescate las prácticas invisibles o semi-invisibles de las mujeres,
proyecto de por sí significativo. Me ocupa y preocupa entender al mismo tiempo los resortes
ideológico-poéticos que sustentaban esos procesos de visibilización e invisibilización: las
coordenadas canónicas. A los eufemismos epocales, la escritura de la chillaneja respondió
con la "flagelación" frástica. Sus textos --proteicos y heteróclitos-- produjeron, desde el
interior de la heteroglosia social, valórica y sexo-genérica una proliferación de realidades,
sensiblidades y racionalidades otras.19
19
Ibíd. p.6
20
Ibíd. p.6
21
Recuperado de http://www.cervantesvirtual.com/portales/marta_brunet/estudios_critica/
22
Ibíd. López, B. (2007),
10
Referencias bibliográficas
Águila, G. y Viano, M. (1999). ¿El cielo protector? Revisando el significado del
populismo latinoamericano. Investigaciones históricas: época moderna y
contemporánea, (19), pp. 219-237.
BND (Biblioteca Nacional Digital) Memoria Chilena, Bio-bibliografía, Marta Brunet.
Servicio Nacional del Patrimonio Recuperado de
http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-3600.html