El Profeta Miqueas
El Profeta Miqueas
El Profeta Miqueas
Sin embargo, se puede afirmar que este libro no es obra exclusiva de Miqueas sino de varios
personajes, de las cuales son anónimos, que fueron añadiéndose en el capítulo 4 y 5 al núcleo
original (capítulo 1-3) porque según expertos bíblicos estos capítulos son demasiados ricos y
coherentes para poder atribuirlo a un profeta campesino, preocupado por las injusticias sociales.
En cuanto a su comprensión es difícil por ser defectuoso, con pasajes o palabras incomprensibles,
y que en las ediciones de las versiones antiguas y en las leyes de la métrica hebrea, favorecen la
comprensión de los pasajes difíciles. En los escritos de Qumrán se encuentran muchas citaciones
de Miqueas e incluso un pesher de Miqueas en 22 fragmentos.
Miqueas, deriva de la palabra Mika (Mikaya o Míkayahu) que significa ¿Quién como Yahvé?
En cuanto a su ubicación, ocupa el tercer lugar en el canon de los profetas menores de los LXX y
sexto en el Talmud y en la Vulgata.
CONTEXTO HISTÓRICO-SOCIAL
ESTILO LITERARIO
ESTRUCTURA Y CONTENIDO
El libro de Miqueas mantiene un orden y una estructura clara, que para los estudiosos es
interpretación de haber sido reelaborado. Se pueden distinguir tres discursos a base de la
repetición del imperativo “Escuchad”, que se subdividen en dos: en profecías conminatorias y
promesas de salvación.
Se apoya en una teofanía, en la que el Señor sale de su morada, baja y camina sobre las
alturas de la tierra, en el cual ante cada paso se va dando desgracias, demostrando que esta
intervención divina será de caos, ruina para Samaría y devastación para Judá 1.
Se trata por ende de un juicio contra los reinos del sur y del norte a causa de su prostitución
(idolatría) y por haberse alejado de lo que el Señor le pedía al pueblo, la justicia (2, 1-5).
1
Esta situación es semejante al “dia del Señor” como lo menciona Amós (5, 18.20) y Sofonías (1, 14-18).
A.A.V.V., pp. 99.
Pero ante esta amenaza, automáticamente en el texto aparece una primera promesa de
restauración (2,12-13). Dios con su bondad tratará al resto de su pueblo, reuniendo a Jacob
todo entero, para formar un pueblo cuyo rey será el Señor.
El profeta se va contra los jefes de la nación que oprimen al pueblo (3, 1-4), los profetas corruptos,
los jueces y los malos sacerdotes, la raíz del problema de todos los mencionados es el afán de
lucro principalmente, por tal motivo Miqueas predice la ruina sobre Jerusalén y el templo (3,11b-
12).
En su segunda parte (cap. 4-5) el profeta se centra en la salvación, haciendo una extensa promesa
de restauración del reino davídico, con la conversión de los gentiles, el nacimiento del Mesías en
Belén y el triunfo del pueblo de Dios.
En esta segunda parte hay na contraposición entre los “últimos días” (4,1) y el “ahora” (4,9ss),
porque para el profeta la salvación es cosa futura, que previo a ello se debe de pasar por una
etapa de purificación, porque “ahora” es momento de dolor (4,10) y de derrota (4,14), y lo dice
por los falsos profetas que anticipan la salvación.
Otro tema discutido es el contenido de la salvación “será” (5, 4.6.7.9) pues para los falsos profetas
tendrá un matiz nacionalista, en cambio Miqueas trata de una salvación sin violencia, benéfica
para todos (5,6)
Inicia con un dialogo entre Dios y su pueblo, generándose lo que se denomina “proceso a la
alianza”2: Dios pleitea con su pueblo, pues les hace recordar los beneficios recibidos y sigue la
pregunta del israelita arrepentido de cómo terminar con la cólera de Dios, y busca alcanzarlo
mediante el culto(6,6-7). La respuesta la da el mismo profeta: practicar la justicia, amar la caridad
y conducirte humildemente con tu Dios, ser leal (6,8-9).
1. C. 1-3: amenazas
2. C. 4-5: promesas
2
A.A.V.V., pp. 100
3. C. 6-7,7: amenazas
4. C. 7,8-20: promesas
CARACTERISTICAS:
- Su fama no es buena porque se le considera como profeta de mal augurio que fue
conservada en Jeremías 26,18-19.
- Proyecta una visión pesimista de la sociedad, injusticia social a causa de la corrupción,
incluso ni siquiera la familia es un lugar seguro porque la codicia está en el corazón de
todos (7, 5-6).
- Se enfrenta a un sistema de opresión que comprende todo tipo de injusticias, que se
encarna concretamente en Jerusalén, y ante ello una inminencia del juicio y el castigo, se
levanta una luz de esperanza, pues un resto se salvará y de nuevo Dios marchará a la
cabeza de su pueblo.
DOCTRINA TEOLOGICA
El día del Señor sería un tiempo de desgracia para Israel a causa de sus pecados, al igual que lo
anunciaban los profetas Oseas y Amós; y como Isaías anuncia también que se reducirá a “un
resto” (2,12-13).
Los pecados del pueblo de Israel son: el culto idolátrico y sincretista (1,7 y 5,11-13), el
formalismo mental (6,6-7), injusticias sociales perpetradas por los ricos contra los pobres (2, 1-
2.8-9; 6,10-12), la corrupción de los dirigentes: los falsos profetas que profetizan por dinero
(3,5-7.11), sacerdotes que enseñan a sueldo (3,11), jueces que aceptan soborno (3,11; 7,3) y
gobernantes que en vez de cuidar el bien común que es el pueblo, lo arruinaba (3,1-3.9-12).
Haciendo notar que el carácter religioso de los opresores, que consideran a Dios de su parte,
pues invocan las veneradas tradiciones de Israel y cuentan con el apoyo de los falsos profetas
Por eso Samaria será destruida por obtener dinero a consecuencia de la prostitución sagrada y
Judá se convertirá en escombros, de este modo Miqueas se convierte en el primer profeta en
afirmar con firmeza y claridad, la destrucción del templo (3,12) y de todo aquello que Judá
tenía confianza (caballos, carruajes, ciudades y fortalezas) y que el enemigo asediará el país
hasta que mueran sus habitantes y conducir a los que sobreviven al exilio (4,10).
b) La esperanza mesiánica
Miqueas afirma que será Belén el punto de partida, como una condena de la capital, una
vuelta al pasado a los origines de David.
Completándola que el abandono de Dios a su pueblo pasará cuando nazca el mesías (5,2-4).
Tendrá un eco sobre la profecía de Isaías sobre el nacimiento virginal del Mesías, y además
que la era mesiánica será un tiempo de paz universal descrito con bellas imágenes (4,1-13; 7,7-
20) coincidiendo con Is 2,2-4, que según algunos autores refleja una dependencia entre
Miqueas e Isaías o la existencia de una tradición común.