Historias Mbini o Cuando Guinea Ecuatorial Era Guinea Española
Historias Mbini o Cuando Guinea Ecuatorial Era Guinea Española
Historias Mbini o Cuando Guinea Ecuatorial Era Guinea Española
Española
En 1944, una expedición cinematográfica desembarcó en Guinea
Ecuatorial con el fin de filmar y fotografiar aquel territorio africano,
entonces en poder del gobierno de España
A pesar del tratado de San Ildefonso, firmado en el año 1778, por el que Portugal cedía
a España lo que entonces pasó a denominarse Territorios Españoles del Golfo de
Guinea, nuestro país no empezó a ocuparse realmente de la Guinea Española hasta
principios del siglo XX.
¿Por qué, cómo se gestó y desarrolló un proyecto de esa envergadura? Según Hernandez
Sanjuán, “Se trataba de documentar cómo funcionaban las instituciones y la vida
colonial. Todo empezó cuando me llamó el general José Díaz de Villegas, director de
Marruecos y Colonias, y me preguntó si me interesaba ocuparme de una expedición
cinematográfica documental sobre Guinea. Así de sencillo fue. No sé decir si nuestra
expedición se hizo por imitación a lo que hacían otros países con sus colonias. Díaz de
Villegas era un hombre culto y supongo que sabía lo que hacían los otros países.
Hernández Sanjuán afirma que el documental “Fue una propuesta oficial, pero, al
contrario de los otros países europeos, nuestro trabajo era privado. No era una
producción oficial, ni había una institución cinematográfica oficial que nos apoyara
económicamente. Fue lo que hoy llamaríamos una producción privada. Nos ayudaron a
financiar los viajes y nos facilitaban la logística sobre el terreno, pero todas las
inversiones y gastos de la expedición los pagamos nosotros”.
Para Segis, el cámara, “hoy, cuando cómodamente arrellanado en una butaca contemplo
la proyección, un ligero estremecimiento me recorre todo el cuerpo” y no es para menos
ya que el equipo captó instantáneas de un mundo fascinante que veían por primera vez
en sus vidas, un mundo extraño, diferente que se perfilaba ante las lentes de las cámaras,
un mundo exuberante y generoso que ellos sin embargo debían reproducir en el blanco y
negro de la época.
Según Manuel Hernández (fallecido en Madrid en 2008), “la fotografía era mi otra gran
pasión, retratamos con precisión aquellos dos años de expedición y a varios cientos de
personas allí. Piensa que teníamos dos cámaras Leica haciendo fotos constantemente.
Lo retratábamos todo, en los rodajes y cuando no rodábamos. Era como un documental
de cine, pero con fotografías. Imagínate. Dos años y dos máquinas. Por eso llegamos a
esa cantidad de imágenes tan grande, tan exhaustiva. Luego se publicó una selección
pequeña de ellas en un número especial de la “Revista Geográfica Española” dedicado a
Guinea y en algún libro, pero el mejor material fotográfico nunca se vio”
A su vuelta a España, y por diversos motivos, el laborioso trabajo de Manuel Hernández
y sus compañeros de viaje cayó en el olvido, y nadie volvió a interesarse por aquel
material elaborado por encargo de las autoridades franquistas con intenciones
propagandísticas. Tuvieron que transcurrir sesenta años para que el azar hiciera que el
periodista Pere Ortín se diera de bruces con aquel material percatándose,
inmediatamente, de que se hallaba ante un pequeño tesoro de indudable valor artístico,
cultural e histórico, tanto para España como para Guinea.
Trabajar con aquel anciano- afirma Pere Ortín cuando habla de Hernández Sanjuán- fue
más que un reto periodístico “desde el día que nos enseñó sus papeles de los rodajes y
aquella maleta de madera en la que guardaba su archivo fotográfico personal de Guinea,
que nos cedió, y a través del cual nos dejó escudriñar en sus ideas y adentrarnos de
manera profunda en los muchos matices de su mirada. Manuel Hernández Sanjuán
construyó un material fotográfico y cinematográfico de gran calidad y con un gran
interés histórico, social, cultural, etnográfico y antropológico. Nunca olvidó la intención
propagandista de su trabajo, pero consiguió plantearla como una insólita y atractiva
mezcla de intención visual apasionada, ideología colonial, observación privilegiada,
fascinación aventurera e interés documental”.
P.Z.
Fotos: Hermic Films/Manuel Hernández Sanjuán/Archivo Pere Ortín Andrés