NARCISISMO
NARCISISMO
NARCISISMO
Narcisismo primario:
En psicoanálisis se entiende por narcisismo una forma de estructuración de la personalidad, y una etapa
del desarrollo del ser humano. Distinguen los psicoanalistas dos tipos: el narcisismo primario de los
primeros meses de la existencia y donde el niño dirige toda sus energías a la satisfacción de sus
necesidades. narcisismo primario, al momento en que el niño se toma a sí mismo como objeto de amor,
antes de elegir objetos externos. Todo su erotismo y/o energía libidinal es autodirigida y el mundo
exterior no existe.
Resulta desconcertante para muchos el hecho de que el narcisista suele exhibir una aparente autoestima
formidable, y socialmente aparece como una persona muy segura, sabedora de lo que quiere y
completamente resuelta. En realidad con ello el narcisista está camuflando su vacío interno, su carencia
real de autoestima. En la infancia temprana de estos individuos se encuentra a menudo una actitud
indiferente o minusvaloradora por parte de sus progenitores, lo cual les deja una inseguridad que tratan de
compensar por medio de una autoevaluación exagerada, irreal e inflada.
La consecuencia es que los narcisistas necesitan mirarse continuamente en el espejo de los demás para
saber quiénes son, y al descubrir una pésima imagen de ellos mismos se ven en la necesidad de ocultarla y
esconderla. Desarrollan entonces en compensación una imagen artificialmente sobrevalorada hasta lo
patológico. Las personas inteligentes, sanas, que se percatan de la artimaña, o que simplemente son más
valiosas o agraciadas que ellas se convierten entonces para el narcisista en una amenaza para esa imagen
artificial con la que el narcisista sustenta su autoestima, por lo que su comportamiento con ellos es
manipulativo, y cuando la manipulación no surte efecto, perseguidor.
Los sujetos narcisistas poseen una autoestima muy vulnerable, siendo por esto muy sensible al "ultraje"
de la crítica o la frustración; en relación con esto, las críticas pueden llegar a obsesionarles y hacer que se
sientan hundidos y vacíos. Otro síntoma es el deterioro de sus relaciones sociales como consecuencia de
su pretenciosidad y necesidad constante de admiración.
Características
La personalidad narcisista se caracteriza por un patrón grandioso de vida, que se expresa en fantasías o
modos de conducta que incapacitan al individuo para ver al otro.
Las cosas más obvias y corrientes, si se le ocurren a él o ella, deben ser vistas con admiración y se
emborracha en la expresión de las mismas. Hay en el Narcisista una inagotable sed de admiración
y adulación. Esta necesidad lo incapacita para poder reflexionar tranquilamente y valorar serenamente la
realidad. Vive más preocupado por su actuación, en cuanto al efecto teatral y reconocimiento externo de
sus acciones, que en la eficacia real y utilidad de las mismas.
En resumen, las personas narcisistas, aun cuando pueden poseer una aguda inteligencia, esta se halla
obnubilada por esa visión grandiosa de sí mismas y por su hambre de reconocimiento.
Por otro lado, la personalidad narcisista es, en sí misma, es una forma de supervivencia. Hemos visto en
el mito cómo Narciso es el producto de una acción terrible. La personalidad narcisista nace de una
violencia, de un terrible trauma, de una herida inferida al individuo en sus primeras etapas del desarrollo o
antes, cuando la herida es la madre y ella trasmite al hijo su resentimiento, su dolor, su rabia y su temor.
Se refugia, el traumatizado, en su propia imagen de grandiosidad, ello le permite elevar su maltrecha
auto-estima y sentirse un poco mejor consigo mismo. Su hambre insaciable de reconocimiento se asila en
la admiración y la adulación de quienes lo circundan. Vemos cómo personas con una inteligencia
mediocre y una cultura pobre, escalan posiciones sorprendentes, para ellas el recapacitar no existe. Aún
las más insulsas ideas son expresadas con un espíritu mesiánico, se enamoran de las ideas de otros y las
hacen propias sin la más mínima consideración moral ni ética. Estos últimos logran capitalizar a una
horda de Narcisistas depresivos que creen, ingenuamente, en la verdad expresada por el pseudo-maestro.
Ellos lo seguirán fielmente, no importa cuán errado esté.
Narcisismo y vergüenza:
Se ha sugerido que el trastorno narcisista de la personalidad (TNP) puede estar relacionado con
mecanismos de defensa de la persona frente a la vergüenza.
Narcisismo y sociedad:
Lo que es del individuo puede ser trasladado sin mayores dificultades a la sociedad. Diversos
filósofos y sociólogos, han caracterizado la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI
como una época 'narcisista'. Cultura del yo, expresivismo y énfasis en la exteriorización de la
persona, desierto social y pérdida del sentido, indiferencia ante cualquier realidad que implique
tomar postura, apatía total de la juventud, disolución de la política y preferencia por el ámbito
privado en todos los sentidos, sobreinformación, consumo, democratización del conocimiento, y
muchos otros factores que hacen posible hablar de la posmodernidad como una época
'narcisista' pues, a través del excesivo culto al yo, la identidad personal y su afirmación está
muriendo: en la medida en que todos los procesos se democratizan y se da un énfasis tan terrible
a la afirmación del yo genuino, éste termina por diluirse en una multitud de 'yoes'.
Los medios digitales están hoy impregnados de narcisismo. El creciente narcisismo es un gran
peligro para nuestra sociedad. La forma de producción neoliberal intensifica el narcisismo. Hoy
cada uno es empresario de sí mismo. Cada uno se realiza a sí mismo. Cada uno se produce a sí
mismo. Cada uno venera el culto, la liturgia del yo en la que uno es sacerdote de sí mismo. Ya
no somos capaces de un nosotros, de una acción común. Incluso el actual culto a la autenticidad
hace que la sociedad se vuelva narcisista. El narcisismo hace que se pierda el eros en la cultura.
Invertimos todas las energías libidinosas en el ego. La sobreacumulación narcisista de libido de
ego nos pone depresivos y genera sentimientos negativos, como la angustia.
Esa ‘erosión del otro’ es la que mata al Eros, porque el narcisista no puede encontrar nada fuera
que sea distinto de sí, y por lo tanto no hay nada que pueda amar
Destacan Han que la depresión es también una enfermedad narcisista pues conduce a ella una
relación exagerada y patológicamente recargada con uno mimo. “El sujeto narcisista-depresivo
carece de mundo y está abandonado por el otro. Lo opuesto sería el amor, pues arranca al sujeto
de sí mismo y lo conduce hacia fuera, hacia el otro”.