Resumen Garantias. BISSERIER
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Resumen Garantias. BISSERIER
Bisserier
UNIDAD I.
1) LA CONSTITUCION NACIONAL. REFORMA DEL 94. SUPREMACÍA. LOS TRATADOS INTERNACIONALES DEL ART. 75.
INC. 22 Y LA LEGISLACIÓN INTERNA. INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL.
PREAMBULO:
Nos los representantes del pueblo de la Nación Argentina, reunidos en Congreso General
Constituyente por voluntad y elección de las provincias que la componen, en cumplimiento de pactos
preexistentes, con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz
interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la
libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran
habitar en el suelo argentino: invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia:
ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución, para la Nación Argentina.
Constituye una auténtica declaración de principios a través de la enunciación de objetivos generales, para el logro de
los cuales es necesaria una clara voluntad institucional y la determinación de un núcleo fuerte de políticas públicas
capaces de mantenerse y trascender a los gobiernos. En los dos primeros renglones se sienta las bases del sistema
representativo. El titular del poder político es el pueblo, en su condición de soberano, delegando sus atribuciones de
autogobierno en aquellos que designe mediante el mecanismo del voto popular.
La Corte Suprema, al asignarle sentido al objetivo de “afianzar la justicia”, ha reconocido que el Preámbulo es una
NORMA QUE INTEGRA LA CONSTITUCIÓN, que es de naturaleza operativa. Esto significa que puede ser invocado por
los justiciables en oportunidad de cuestionar actos de los poderes públicos y de los particulares, y que los valores
que trasunta deben ser considerados al interpretar los principios y normas constitucionales e infraconstitucionales.
Por tales razones integra la trama de garantías para la vigencia efectiva de los derechos fundamentales reconocidos
en la norma de base.
ART. 1 CN: FORMA DE GOBIERNO Y FORMA DE ESTADO: La Nación Argentina adopta para s gobierno la forma
representativa republicana federal, según lo establece la presente Constitución.
“Forma representativa republicana” determina la forma en que se ejercerá el gobierno, mientras que la forma
federal apunta a la distribución del poder en el ámbito territorial.
El modo en que ha sido terminológicamente individualizada la forma de gobierno, sin decirlo expresamente,
consagra el sistema de democracia indirecta, según el cual, e pueblo ejerce su soberanía a través de sus
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representantes. A su vez, el término “republicana” califica el sistema de democracia representativa al sujetar el
accionar gubernamental a los principios que son propios de una república:
• División de poderes
• Publicidad de los actos de gobierno
• Responsabilidad de los funcionarios
• Libertad e igualdad
• Alternancia en el ejercicio de los cargos públicos
La forma de gobierno se ratifica en la primera parte del Preámbulo cuando dispone “Nos los representantes del
pueblo de la Nación Argentina” y en el ART. 22 CN cuando declara que “el pueblo no delibera ni gobierna sino a
través de sus representantes”. Por su parte, los principios enunciados están receptados en el ART. 33 CN conocida
como la disposición de los derechos implícitos o no enumerados, cuyo reconocimiento y protección tienen su origen
en la soberanía del pueblo y en la forma republicana de gobierno.
La elección de la forma de Estado federal significa haber optado por una distribución territorial del poder que se
caracteriza por la coexistencia de más de un centro de creación de normas. Por ello, la organización del poder
reconoce al gobierno central y a los gobiernos provinciales y establece una compleja rama de facultades propias y
exclusivas del gobierno central, propias y exclusivas de los gobiernos locales y concurrentes. El criterio de
distribución de competencias entre Nación y Provincias esta dado por el ART. 121 CN: Las provincias conservan todo
el poder no delegado por esta Constitución al Gobierno federal, y el que expresamente se hayan reservado por
pactos especiales al tiempo de su incorporación.
Según el cual se establece la diferencia entre delegación de facultades al gobierno central (excepción) y las
facultades no delegadas, reservadas a los gobiernos locales (principio). Coexisten, entonces, 2 órdenes normativos, y
2 órdenes jurisdiccionales. La relación entre gobierno central y gobiernos locales, de naturaleza vertical, está
sintetizada en el ART. 5: Cada provincia dictará para sí una Constitución bajo el sistema representativo republicano,
de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías de la Constitución Nacional; y que asegure su administración
de justicia, su régimen municipal, y la educación primaria. Bajo de estas condiciones el Gobierno federal, garante a
cada provincia el goce y ejercicio de sus instituciones.
El reconocimiento de la autonomía local, ligada al dictado de las respectivas constituciones, exige que éstas respeten
la forma de gobierno representativa republicana de acuerdo a los principios, declaraciones y garantías de la CN.
Asimismo, y en relación con las facultades reglamentarias infraconstitucionales, el ART. 74. INC. 12, es el que sienta
las pautas para la concurrencia de tales facultades. Ya que se trata de un federalismo atenuado, el PLN tiene la
facultad de dictar lo que se denomina la legislación de fondo, única y común en todo el territorio de la Nación- y las
provincias conservan para sí la facultad de dictar los códigos de procedimientos y aquella reglamentación ligada a
cuestiones propias del ámbito local.
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Finalmente, la forma de gobierno y la forma de Estados, estarán condicionadas en su implementación al resto del
articulado, lo que significa que el alcance de la operatividad de aquéllas sólo podrá ser entendido acabadamente
mediante una interpretación armónica de todo el plexote base.
Los ARTS. 1, 5, 6, 75 inc. 12, 121, 123 y concordantes CN, proporcionan la estructura del perfil del federalismo desde
un mandato de deber ser. Asimismo, el principio de supremacía constitucional requiere de instrumentos
institucionales, de naturaleza tanto procedimental como sustantiva, tendientes a asegurar la preeminencia de la
constitución federal y la coherencia del sistema institucional normativo Vertical.
En los términos del ART. 5 el mandato constituyente dirigido a las provincias no es operativo en cuanto a la forma de
gobierno y a la adecuación de las constituciones locales a los principios, declaraciones y garantías de la CN. En la
estructura descripta, el estado nacional es soberano y las provincias son autónomas, ello no impide el reconocerles
la facultad de dictar sus propias constituciones. En tal supuesto se trata del ejercicio de un poder constituyente
originario o reformador provincial, pero de naturaleza limitada y derivada, ya que su origen y alcance surgen de las
normas de la CN. (art. 5 y 31 CN…). Sin duda el sistema federal tiene su núcleo de reconocimiento en las identidades
locales y el poder que conservan es de orden residual (art. 121 y concordantes).
ART. 6: El Gobierno federal interviene en el territorio de las provincias para garantir la forma republicana de
gobierno, o repeler invasiones exteriores, y a requisición de sus autoridades constituidas para sostenerlas o
restablecerlas, si hubiesen sido depuestas por la sedición, o por invasión de otra provincia.
Se faculta al gobierno federal para intervenir las provincias bajo determinadas condiciones y con el propósito de
lograr determinados objetivos. Debe ser considerado un instrumento EXCEPCIONAL, de emergencia y cuyo fin último
es salvaguardar las autonomías locales y los principios democráticos republicanos.
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• En un caso corresponde al gobierno central y con dos fines expresos: garantir la forma republicana y repeler
invasiones extranjeras.
• La otra alternativa es que sea solicitado por las autoridades provinciaes para: sostenerlas o reestablecerlas,
en caso de sedición y con relación directa con lo dispuesto en el art. 22 CN; o por invasión de otra provincia.
REFORMA DEL 94. SUPREMACÍA. TRATADOS. DEL ART. 75. INC. 22.
SUPREMACÍA: Significa que la Constitución es la fuente primaria y fundante del orden jurídico estatal. Ella dispone
cuál es la gradación jerárquica del mismo orden. Puede ocurrir que la CN resigne en primer plano para reconocer en
un nivel más alto que el de ella al derecho internacional y/o al derecho de la integración y su derivado, derechos
comunitario.
El último párrafo del art. 75, inc. 22 autoriza al Congreso de la Nación, mediante mayoría agravada a otorgar
jerarquía constitucional a nuevos tratados de derechos humanos. Tal disposición obliga a una interpretación
integradora que permita conciliar rigidez constitucional y la apertura de su texto frente a los nuevos tratados de
derechos humanos.
Principio de supremacía: ART. 31 CN: Esta Constitución, las leyes de la Nación que en su consecuencia se dicten por
el Congreso y los tratados con las potencias extranjeras son la ley suprema de la Nación; y las autoridades de cada
provincia están obligadas a conformarse a ella, no obstante cualquiera disposición en contrario que contengan las
leyes o constituciones provinciales, salvo para la provincia de Buenos Aires, los tratados ratificados después del
Pacto de 11 de noviembre de 1859.
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La prelación normativa:
• CN
• Los tratados y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes
• Leyes
El concepto de SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL se ha visto complementado por el reconocimiento de jerarquía
constitucional de los tratados de derechos humanos en los términos del art. 75 inc. 22, configurando un bloque
normativo de constitucionalidad cuya implementación pone a cargo de los tres poderes del Estado la obligación de
llevar a cabo una línea de acción coherente con las disposiciones constitucionales. A partir de la reforma del 94, el
operador jurídico debe interpretarlo (los tratados) de manera complementaria.
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2°) La sentencia impugnada se hubiera fundado en prueba documental o testifical cuya falsedad se hubiese
declarado en fallo posterior irrevocable.
3°) La sentencia condenatoria hubiera sido pronunciada a consecuencia de prevaricato, cohecho u otro delito cuya
existencia se hubiese declarado en fallo posterior irrevocable.
4°) Después de la condena sobrevengan o se descubran nuevos hechos o elementos de prueba que, solos o unidos a
los ya examinados en el proceso, hagan evidente que el hecho no existió, que el condenado no lo cometió o que el
hecho cometido encuadra en una norma penal más favorable.
5°) Corresponda aplicar retroactivamente una ley penal más benigna que la aplicada en la sentencia”.
2. Recurso de CASACIÓN (federal): es un recurso extraordinario que hasta el fallo CASAL sólo procedía por
cuestiones de derecho, sea sobre la ley de fondo o sobre las leyes de forma, por eso el ART 456CPPN establece que
puede ser interpuesto por los siguientes motivos:
a) por errores “in iudicando”: inobservancia o errores en la aplicación de la ley de fondo (ley sustantiva). Por
ejemplo INOBSERVANCIA cuando una norma no se aplica al hecho que regula; ERRÓNEA APLICACIÓN DE LA LEY
cuando una norma se aplica a un hecho no regulado por ella.
b) por errores “in procedendo”: inobservancia de las leyes procesales que el Código establece bajo pena de
inadmisibilidad, caducidad o nulidad. Siempre que, con excepción de los casos de nulidad absoluta, el recurrente
haya reclamado oportunamente la subsanación del defecto, si era posible, o hecho protesta de recurrir en casación.
Las resoluciones que se pueden recurrir son las establecidas en el ART 457CPPN:
• Las sentencias definitivas.
• Los autos equiparables a la sentencia definitiva, porque ponen fin a la acción, a la pena, o hagan imposible
que continúen las actuaciones o denieguen la extinción, conmutación o suspensión de la pena. Por ejemplo:
auto de sobreseimiento, auto que hace lugar a una excepción perentoria, etc.
Fallo "CASAL" (2005): la Corte Suprema estableció que todo condenado tiene derecho a recurrir la sentencia para
que un tribunal superior revise los fundamentos del fallo, incluidos los que hacen a la prueba del hecho con el único
límite de los que están ligados a la inmediación.
La Corte resolvió que el condenado tiene el derecho a una revisión amplia de su condena.
Hechos del caso: Matías Casal fue condenado por el delito de robo con armas y se le impuso una pena de 5 años de
prisión. Él apeló esa sentencia argumentando que no estaba probado que hubiera usado un arma y que la
sustracción sólo había quedado en grado de tentativa. Si estos argumentos prosperaban, le correspondía recibir una
pena significativamente menor. La Cámara Nacional de Casación Penal, que era la que tenía que resolver su recurso,
lo rechazó. El fundamento fue que Casal pretendía la revisión de los hechos que se dieron por probados en la
sentencia y que esto era ajeno a la competencia de la Cámara, que sólo puede revisar la manera en que se
interpretaron y aplicaron las leyes penales y procesales.
Así, Casal llevó el caso ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Argumentó que el criterio adoptado por la
Cámara de Casación había desconocido el derecho a apelar su condena reconocido en la Convención Americana y en
el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, con jerarquía constitucional.
Decisión de la Corte Suprema: la Corte Suprema hizo lugar al planteo de Casal y ordenó a la Cámara Nacional de
Casación Penal que revisara la condena de Casal.
La Corte remarcó que era indiscutible que a partir de la reforma constitucional del año 1994 todo condenado tenía
derecho a recurrir el fallo. Luego analizó el fundamento mediante el cual la Casación había rehusado revisar la
condena de Casal. La Corte señaló que la Casación había basado su postura restrictiva en la concepción histórica y
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tradicional sobre el rol de un tribunal de casación: la unificación de la aplicación de las leyes penales y procesales. Sin
embargo, según sostuvo la Corte, además de ser éste un objetivo difícilmente realizable en un sistema federal,
debido a su multiplicidad de jurisdicciones, no constituía en sí mismo razón suficiente para privar al condenado del
derecho a obtener una revisión de su condena.
La Corte analizó luego el argumento de que como la condena, en los procedimientos federal y nacional, es dictada al
final de un juicio oral y público, ello ponía un límite al alcance de esa revisión. Teniendo en cuenta que la
jurisprudencia internacional establece que la revisión de la condena debe ser integral, el Tribunal sostuvo que los
únicos aspectos de la condena que no pueden ser reexaminados por la Casación son los que están íntimamente
ligados a la inmediación. Es decir, aquellos aspectos excepcionales que se relacionen con ciertas consideraciones
relativas a la prueba rendida ante los magistrados que sentenciaron, y que los jueces que revisan la condena por
definición no pueden llegar a evaluar.
De este modo, si bien los jueces de Casación no pueden revisar la impresión que un testigo causó en los magistrados
sentenciantes, sí puede controlar la coherencia de su declaración testimonial y si esta tiene la fuerza necesaria para
probar o no el hecho por el que el imputado ha sido acusado.
Seguidamente la Corte remarcó que la norma procesal que regula el recurso de casación -art. 456 CPPN- no restringe
el alcance del recurso entendido de este modo. Señaló que esta norma había sido interpretada restrictivamente -y
por ende de modo inconstitucional- por haber sido leída a la luz de la mencionada justificación histórica, pero que su
formulación en sí no era inconstitucional. Por ello, la Corte no declaró la inconstitucionalidad de la norma sino que
estableció cuál es el criterio con que debe ser interpretada y aplicada.
Comentario: la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso “HERRERA ULLOA”, dictada
en julio de 2004, fue un antecedente decisivo para que la Corte Suprema se pronunciara de este modo en el caso
“Casal”.En esa decisión, el tribunal internacional estableció que el art. 8.2 de la CADH -que reconoce el derecho del
condenado a recurrir su condena ante un tribunal superior- garantiza el derecho a contar con un recurso accesible y
sencillo para obtener una revisión integral de la sentencia condenado.
Sin embargo, en el Fallo “GIROLDI”se declaró la inconstitucionalidad del límite impuesto por el Art. 459, inc. 2,
CPPN, por contrariar lo dispuesto en el Art. 8, inc. 2, ap. h) de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
que otorga a toda persona inculpada de un delito el derecho “de recurrir el fallo ante juez o tribunal superior”. La
limitación establecida en el Art. 459, inc. 2 del Código Procesal Penal de la Nación, veda la admisibilidad del recurso
de casación contra las sentencias de los tribunales en lo criminal en razón del monto de la pena.
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3. Recurso de INCONSTITUCIONALIDAD:Es el que se interpone contra las sentencias definitivas o los autos
recurribles por Casación del ART 457CPPN cuando se cuestiona la constitucionalidad de una ley, ordenanza, decreto
o reglamento que estatuya sobre materia regida por la Constitución, y la sentencia o el auto fuere contrario a las
pretensiones del recurrente, para que la Cámara de Casación (art 23:competencia de la Cámara) resuelva sobre la
constitucionalidad o inconstitucionalidad de la disposición cuestionada.
ART 474 CNNP (Procedencia) –“El recurso de inconstitucionalidad podrá ser interpuesto contra las sentencias
definitivas o autos mencionados en el artículo 457 si se hubiere cuestionado la constitucionalidad de una ley,
ordenanza, decreto o reglamento que estatuya sobre materia regida por la Constitución, y la sentencia o el auto
fuere contrario a las pretensiones del recurrente”.
CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD
El Control de constitucionalidad es el mecanismo jurídico por el cual, para asegurar el cumplimiento de las normas
constitucionales, se realiza un procedimiento de revisión de las normas ordinarias (en sentido amplio, es decir,
comprensivo de la labor legislativa formal y material), y en caso de contradicción con la Constitución se procede a la
invalidación de las normas de rango inferior que no hayan sido hechas en conformidad con aquellas. El fundamento
de este control es el mantenimiento del Principio de Supremacía Constitucional.
El control de constitucionalidad de una norma puede ser:
DIFUSO: la Corte a fines del Siglo 19 adoptó el Fallo “MARBURY VS MADISON”donde se dijo que si una norma va
contra el espíritu de la Constitución Nacional se debe pedir su inconstitucionalidad ante el juez natural de la causa,
pero solamente para el caso concreto (juzgado, cámaras). El control jurisdiccional se halla a cargo de todos los jueces
que integran el Poder Judicial, cualquiera que sea su rango o competencia, aunque generalmente la última palabra la
tiene la Corte suprema de Justicia (Estados Unidos, Argentina). Cuando la Corte suprema decide sobre la
inconstitucionalidad de una norma, lo hace solamente para el caso concreto, por lo tanto no deroga la norma en
cuestión, sino que simplemente crea un precedente jurisprudencial para futuros casos análogos.
CONCENTRADO: la inconstitucionalidad de una norma se hace de forma directa, ya que existe un organismo
jurisdiccional especial cuya función exclusiva es la de asumir el control de la constitucionalidad de las leyes (Corte
Constitucional) y en abstracto, es decir, se pide la inconstitucionalidad para todos los casos y no para uno en
particular (NO como en Argentina).
El recurso extraordinario es aquel que se concede ante el Tribunal Superiorcon carácter excepcional y restrictivo,
con el fin de asegurar la uniforme aplicación de la Constitución Nacional o Constituciones Provinciales o de la ley. Es
decir, tiene como objeto lograr una revisión de la sentencia, ejerciendo de esta forma el control de
constitucionalidad propio del Poder Judicial.
El fundamento del recurso consiste en el mantenimiento de la Supremacía de la Constitución Nacional por medio de
la subordinación de toda la actividad normativa a los lineamientos por ella establecidos, lo que en definitiva apunta a
la efectiva salvaguarda de la seguridad jurídica.
El Recurso Extraordinario se encuentra previsto en la LEY 48 ART’s 14, 15 y 16:
Art. 14. – Una vez radicado un juicio ante los Tribunales de Provincia, será sentenciado y fenecido en la jurisdicción
provincial, y sólo podrá apelarse a la Corte Suprema de las sentencias definitivas pronunciadas por los tribunales
superiores de provincia en los casos siguientes: (el juicio que nace en provincia fenece en provincia, salvo 3 casos):
1° Cuando en el pleito se haya puesto en cuestión la validez de un Tratado, de una ley del Congreso, o de una
autoridad ejercida en nombre de la Nación y la decisión haya sido contra su validez.(Cuando lo que se discute sea la
validez de un tratado, ley de congreso y de autoridad nacional, por ejemplo la designación de un ministro).
2° Cuando la validez de una ley, decreto o autoridad de Provincia se haya puesto en cuestión bajo la pretensión de ser
repugnante a la Constitución Nacional, a los Tratados o leyes del Congreso, y la decisión haya sido en favor de la
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validez de la ley o autoridad de provincia.(Cuando exista un choque de una norma cualquiera con la CN, ley del
Congreso o un Tratado)
3° Cuando la inteligencia de alguna cláusula de la Constitución, o de un Tratado o ley del Congreso, o una comisión
ejercida en nombre de la autoridad nacional haya sido cuestionada y la decisión sea contra la validez del título,
derecho; privilegio o exención que se funda en dicha cláusula y sea materia de litigio.(Cuando que se cuestione sea la
interpretación de una norma, de un tratado o de la CN)
Art. 15. – Cuando se entable el recurso de apelación que autoriza el artículo anterior, deberá deducirse la queja con
arreglo a lo prescripto en él, de tal modo, que su fundamento aparezca de los autos y tenga una resolución directa e
inmediata a las cuestiones de validez de los artículos de la Constitución, leyes, Tratados o comisiones en disputa,
quedando entendido, que la interpretación o aplicaciones que los tribunales de provincia hicieren de los códigos Civil,
Penal, Comercial y de Minería, no dará ocasión a este recurso por el hecho de ser leyes del Congreso, en virtud de lo
dispuesto en el inciso 11, artículo 67 de la Constitución.(Hoy ART 75.12CN).
Art. 16. – En los recursos que tratan los dos artículos anteriores, cuando la Corte Suprema revoque, hará una
declaratoria sobre el punto disputado, y devolverá la causa para que sea nuevamente juzgada; o bien resolverá sobre
el fondo, y aun podrá ordenar la ejecución especialmente si la causa hubiese sido una vez devuelta por idéntica razón.
REQUISITOS
La procedencia del recurso extraordinario se encuentra subordinado al cumplimiento de ciertos requisitos:
1. REQUISITOS COMUNES:
• Intervención anterior de un Tribunal de Justicia: es decir, alguno de los órganos permanentes del Poder
Judicial de la Nación o de la Provincias. Se consideran también aquellos órganos administrativos que hayan
procedido en el ejercicio de las facultades judiciales legalmente reconocidas y sin recurso para ante otro
tribunal de justicia. Los tribunales militares son asimilados a este concepto.
• Que haya existido un juicio:que la intervención del tribunal de justicia se haya dado en virtud de un juicio. A
los efectos del recurso extraordinario, es “juicio” todo asunto susceptible de ser llevado ante un tribunal a
los efectos de su función de administrar justicia (xej. juicios ordinarios, ejecutivos, de apremio, universales:
quiebras, sucesiones; procedimientos especiales: alimentos, expropiación, habeas corpus, etc.)
• Que se trate de una cuestión justiciable: que en el juicio se haya resuelto una cuestión justiciable, es decir,
aquella que pueda ser decidida por los jueces en el ejercicio de su jurisdicción. NO son cuestiones justiciables
las causas simuladas; aquellas cuya decisión está vedada a los jueces (#19CN); y las que son facultades
privativas de otros órganos como establecer impuestos y formas de percepción, pero en estos casos lo que sí
pueden hacer los jueces es examinar la existencia y la extensión de estas facultades privativas.
• Gravamen: la sentencia apelada debe causar gravamenal recurrente. El recurrente debe tener un interés
personal, no es procedente cuando no posee un interés jurídico o cuando su situación fuera igual a pesar de
haber sido resuelta favorablemente la cuestión planteada. El gravamen debe ser actual: los agravios
potenciales, hipotéticos o conjeturales no bastan para sustentar el recurso.
• Subsistencia de los requisitos: los requisitos deben subsistir en el momento en que la Corte deba dictar
sentencia, ya que si la situación cambió el reclamo ante la Corte puede ser innecesario.
2. REQUISITOS PROPIOS:
• Cuestión federal:son cuestiones federales aquellas que se refieren a la interpretación de las normas o a los
conflictos planteados entre la Constitución Nacional y normas o actos de autoridades nacionales o locales.
Las cuestiones federales son, esencialmente, cuestiones de derecho. Estas cuestiones pueden clasificarse en:
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- Simples: consisten en la interpretación de la Constitución Nacional, leyes federales, actos federales de
las autoridades de la Nación, reglamentaciones de leyes federales (ART86.2CN) y tratados con naciones
extranjeras. Quedan EXCLUIDAS las que interpretan leyes nacionales de derecho común, leyes
provinciales y aquellas que dicta el Congreso en su carácter de legislatura local.
- Complejas: son los conflictos que se plantean entre la Constitución Nacional y actos o normas federales
por un lado, y actos o normas de autoridades locales por otro. Estas se subdividen en:
a) Cuestiones federales complejas DIRECTAS: se ataca la validez de una norma o acto (inferior a la
constitución: ley nacional o provincial, decreto, etc.) por considerarlos incompatibles con la Constitución
Nacional. Por ejemplo: se confronta un Decreto del Poder Ejecutivo con un artículo de la Constitución.
Cuando la Corte recibe un caso y considera que no existe “cuestión federal suficiente”, puede rechazarlo sin dar
explicación mencionando los siguientes artículos:
ART 280CPCCN: “La Corte, según su sana discreción, y con la sola invocación de esta norma, podrá rechazar el
recurso extraordinario, por falta de agravio federal suficiente o cuando las cuestiones planteadas resultaren
insustanciales o carentes de trascendencia…”.
ART 285CPCCN: “Cuando se dedujere queja por denegación de recursos ante la Corte Suprema, la presentación,
debidamente fundada, deberá efectuarse en el plazo que establece el segundo párrafo del artículo 282.
La Corte podrá desestimar la queja sin más trámite, exigir la presentación de copias o, si fuere necesaria, la remisión
del expediente.
Si la queja fuere por denegación del recurso extraordinario, la Corte podrá rechazar este recurso en los supuestos y
forma previstos en el artículo 280, párrafo segundo. Si la queja fuere declarada procedente y se revocare la
sentencia, será de aplicación el artículo 16 de la Ley N. 48.
Mientras la Corte no haga lugar a la queja no se suspenderá el curso del proceso”.
Fallo “MOHAMED C/ ARGENTINA”:Hechos: Mohamed es acusado como autor penalmente responsable del delito de
homicidio culposo. El Juzgado Nacional en lo Correccional resuelve absolverlo. El fiscal y la querella interponen
recurso de apelación, el juzgado lo concede y eleva la causa al superior. La Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Criminal lo condena por el delito de homicidio culposo.
- El ordenamiento jurídico aplicado en el proceso contra Mohamed NO preveía ningún recurso penal ordinario para
recurrir esa sentencia condenatoria de 2° instancia. El único disponible era el recurso extraordinario federal
(#256CPCCN).
- La Corte Suprema rechaza el recurso de queja por recurso extraordinario federal denegado con base en el
#280CPCCN.
- La Corte Interamericana dice que el ART 14.5 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos al referirse al
derecho a recurrir un fallo establece que es una garantía que tiene toda persona declarada culpable de un delito.
A su vez dice que en virtud del ART 8.2.h de la Convención Americana toda persona tiene derecho de recurrir del
fallo ante juez o tribunal superior. El mencionado artículo se refiere a un recurso ordinario, accesible (que las
formalidades requeridas para que el recurso sea admitido deben ser mínimas y no deben constituir un obstáculo
para que el recurso cumpla con su fin de examinar y resolver los agravios sustentados por el recurrente) y eficaz
(que analice cuestiones de derecho, de hecho y de prueba).
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Finaliza diciendo que el hecho de que el recurso haya sido rechazado con base en el #280CPCCN torna incierta la
accesibilidad al mismo, puesto que habilita la denegatoria no motivada del recurso, lo que hace que los usuarios de
la administración de justicia no puedan conocer las razones por las que no pudieron acceder a esa instancia
recursiva. Por lo tanto, los # 280 y 285 no permiten que el recurso sea efectivo.
• Sentencia definitiva: este requisito surge del mismo #14, Ley 48. Son sentencias definitivas las que ponen fin
al pleito o impiden su continuación. Además la Corte equiparó a las sentencias definitivas, las resoluciones
que causen gravamen irreparable.
Fallo “GOTELLI”:la decisión que restringe la libertad del imputado con anterioridad al fallo final de la causa, en tanto
ocasiona un perjuicio que podría resultar de imposible reparación ulterior, debe equipararse a sentencia definitiva
en los términos del artículo 14 de la ley 48, por afectar un derecho que requiere tutela inmediata.
Que el agravio reseñado es idóneo para habilitar la instancia extraordinaria toda vez que en el pleito se ha puesto en
cuestión la validez de una ley del Congreso y la decisión ha sido en contra de su validez (art. 14, inc. 1°, ley 48), y
además, la decisión apelada, en tanto restringe la libertad del imputado con anterioridad al fallo final de la causa
ocasionando un perjuicio que podría resultar de imposible reparación ulterior, debe equipararse a una sentencia
definitiva en los términos de la norma citada.
• Tribunal Superior: se entiende por “tribunal superior” aquel contra cuyas decisiones no puede interponerse
recurso de apelación. Es el que decide en última instancia de conformidad con el régimen procesal que
corresponda aplicar al caso. Por ejemplo: Cámara de Casación, Tribunal Superior o Corte Suprema de un
Provincia. Esto causó problemas por la normativa de las distintas provincias en derecho procesal:
Fallo “STRADA” (1986): la Corte interpretó cómo debía ser el camino para acceder a ella mediante el recurso
extraordinario. Y eso lo hizo interpretando el alcance del requisito "tribunales superiores de provincia" mencionado
en el art. 14 de la ley 48:"Que, en suma, esta Corte sienta la doctrina de que tribunal superior de provincia, según el
art. 14 de la ley 48, es el órgano judicial erigido como supremo por la Constitución de la provincia, salvo que sea
incompetente en el caso, circunstancia que no podrá extraerse del carácter constitucional federal de la materia que
aquél suscite. En los supuestos en que por razones diversas de esta última naturaleza, el órgano judicial máximo de
la provincia carezca de aptitud jurisdiccional, aquella calidad la tendrá el tribunal inferior habilitado para resolver el
litigio por una sentencia que, dentro del régimen procesal respectivo, no sea susceptible de ser revisada por otro o,
incluso, por él mismo. Consecuentemente, los litigantes deben alcanzar a ese término final, mediante
elagotamiento, en la forma pertinente, de las instancias locales, a efectos de satisfacer el recaudo examinado."
Fallo “DIMASCIO” (1988):(Confirma el criterio de Strada). La Corte sentó la siguiente doctrina: "La ley 48 es
reglamentaria del art. 31 de la Constitución Nacional". Si por disposición de las legislaturas de las provincias o por la
jurisprudencia de sus tribunales resultase que los superiores órganos locales se vieran impedidos de garantizar el
orden previsto en el art. 31 de la Constitución Nacional, en condiciones en que sí podría llevarlo a cabo esta Corte,
bien pronto se advertirá que ello produciría una reducción de la zona de reserva jurisdiccional de las provincias,
puesto que esos órganos se verían impotentes para velar por el mantenimiento del principio de supremacía en casos
correspondientes a la jurisdicción de sus propios estados, y resueltos por su propios órganos jerárquicamente
inferiores."
"La secular y vigente expresión de que el Tribunal es el custodio e intérprete ‘final’ de la Constitución y de los
derechos en ella consagrados debe ser entendida no sólo en el sentido de que sus decisiones son irrevisables, sino
también en el de que son últimas, esto es: que proceden sólo luego de agotados por las partes todas las
mencionadas instancias."
"Que, en resumen, toda vez que la decisión del legislador plasmada en la ley 48, fue que todo pleito radicado ante la
justicia provincial, en el que se susciten cuestiones federales, debe arribar a la Corte Suprema de Justicia de la
Nación sólo después de ‘fenecer’ ante el órgano máximo de la judicatura local, dado que los tribunales de provincia
se encuentran habilitados para entender en causas que comprendan puntos regidos por la Constitución, las leyes
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federales y los tratados internacionales, cabe concluir en que las decisiones que son aptas para ser resueltas por esta
Corte Nacional no pueden resultar excluidas del previo juzgamiento por el órgano judicial superior de provincia."
"Que, consecuentemente, corresponde afirmar que en los casos aptos para ser conocidos por esta Corte según el
art. 14 de la ley 48, la intervención del superior tribunal de provincia es necesaria en virtud de la regulación que el
legislador nacional hizo del art. 31 de la Constitución, de modo que la legislatura local y la jurisprudencia de sus
tribunales no pueden vedar el acceso a aquel órgano, en tales supuestos, v.gr.: por el monto de la condena, por el
grado de la pena, por la materia o por otras razones análogas."
Esta jurisprudencia es aplicable a las causas tramitadas ante el Poder Judicial de la novel Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, pues a esos fines es equiparada a una jurisdicción provincial.
La Corte en los precedentes "Strada" y "Di Mascio" tuvo oportunidad de determinar el requisito
de tribunal superior de la causa a los efectos del recurso extraordinario en el orden
provincialestableciéndose que previo a habilitarse la vía que abriera la competencia
extraordinaria de esta Corte para las causas provenientes de la justicia provinciallas mismas
debían ser tratadas por el máximo tribunal de la jurisdicción respectiva.
Fallo “DI NUNZIO” (2005):se afirmó que siempre que se invoquen agravios de naturaleza federalque habiliten la
competencia de esta Corte, por vía extraordinaria en el ámbito de la justicia penal nacional conformeel
ordenamiento procesal vigente, estos deben ser tratadospreviamente por la Cámara Nacional de Casación Penal,
ensu carácter de tribunal intermedio, constituyéndose de estamanera en tribunal superior de la causa para la
justicianacional en materia penal, a los efectos del art. 14 de la ley48.
De esta forma, se estarían equiparando las situacionesreguladas por el art. 14 de la ley 48 (recurso
extraordinariofederal), y por el art. 6 de la ley 4055 (recursoextraordinario en el ámbito de la justicia nacional),
tomandoun criterio común como elemento, que es el tribunal de másalto rango en cada caso, previo a su ingreso en
esta Corte.
Para las justicias provinciales, las cortes o los superiores tribunales de provincia, independientemente del recurso
con elque se acceda a ellos, y en el ámbito de la justicia penalnacional la Cámara Nacional de Casación Penal.
Di Nunzio:En el caso de la justicia de Capital Federalpara llegar a la Corte supremala resolución
debe emanar del tribunal intermedio: Cam. Nac.de Casación Penal.
3. REQUISITOS FORMALES:
• Planteamiento oportuno de la cuestión federal: se debe expresar en forma inequívoca, explicita y concreta
cuáles han sido las normas desconocidas y los derechos constitucionales que se consideran vulnerados. Este
planteo o “reserva” debe ser formulado oportunamente, es decir, en la primera ocasión en que se advierta
la posibilidad cierta de conflicto, a fin de dar a los jueces la oportunidad de pronunciarse sobre él.
Luego de dictada la sentencia definitiva NO se admite la invocación del caso federal, salvo que el mismo
emerja de ese fallo y no haya podido ser previsto por las partes.
Si bien la reserva se efectúa de antemano, la interposición del recurso extraordinario debe realizarse ante el
Tribunal Superior de la causa, es decir, ante el mismo juez que dictó la resolución recurrida – NO cabe
interponerlo directamente ante la Corte - . El Tribunal Superior decidirá si lo CONCEDE (ordenará la remisión
de los autos ante la Corte Suprema) o lo DENIEGA(si el recurso es denegado, dicha decisión puede ser
revisada por la Corte mediante la interposición de un recurso de queja).
La Corte examina si el recurso concedido es o no procedente. Una vez que lo admite limita su pronunciamiento a las
cuestiones federales invocadas (pudiendo excepcionalmente pronunciarse sobre todas las cuestiones – federales y
no federales – que son objeto de debate en el caso concreto). Si decide revocarlo, hará una declaración sobre el
punto en litigio y devolverá el proceso para que sea nuevamente juzgado o bien resolverá la cuestión pudiendo
ordenar la ejecución de lo decidido.
12
RECURSO FEDERAL POR SENTENCIA ARBITRARIA
El Recurso Federal a causa de una sentencia arbitraria es una creación jurisprudencialque surge como 4° incisodel
ART 14, de la Ley 48, puesto que carece de base legal, aunque no de fundamento normativo.
Una sentencia es arbitraria cuando la misma está afectada del vicio de inconstitucionalidad, ya que existe una
garantía no enumerada de “no arbitrariedad” que surge del ART 33CN y que comprende a todo el ordenamiento
jurídico.
La ARBITRARIEDAD puede ser respecto de:
A) tema u objeto de la decisión:
1. Omitir considerar y resolver cuestiones oportunamente propuestas: la falta de consideración y pronunciamiento
en cuestiones fundamentales, oportunamente planteadas por las partes, resulta violatorio de la garantía de la
defensa en juicio y del debido proceso sustantivo.
Esta causa fue considerada constitucionalmente relevante por el Supremo Tribunal antes de que éste comenzara a
hablar de “sentencia arbitraria”. La Corte entendía que ese defecto alcanzaba a quitarle validez a un fallo invocando
la noción de “denegación de justicia” (todos los habitantes tienen derecho a que sus peticiones y argumentos
tengan respuesta en los tribunales, configurando la omisión una denegación de justicia que va en contra de la
garantía instituía por el #18CN).
2. Resolver cuestiones no planteadas: el juez no puede pronunciarse sobre cuestiones ajenas al pleito, y de hacerlo
estaría violando las garantías de la defensa en juicio y del debido proceso sustantivo.
C) aquellas que versan sobre el fundamento normativo, fáctico o la correspondencia entre ambos fundamentos y la
conclusión:
1. Hacer afirmaciones dogmaticas que solo constituyen un fundamento aparente:consiste en dar como
fundamento único afirmaciones dogmaticas propias del magistrado carentes de sustento objetivo, se trata solo de
un fundamento aparente.
2. Incurrir en excesos formalistas o rituales: el fallo es arbitrario cuando el juez incurre en ritualismos excesivos o
abusos formalistas en desmedro de la verdad sustancial.
3. Fallos autocontradictorios: una sentencia puede estar viciada porque declara la aplicación de una norma y sin
embargo no la aplica; o porque afirma y a la vez rechaza un hecho relevante para dirimir el conflicto; o porque en la
conclusión niega lo que necesariamente se desprende de los fundamentos normativos facticos explicitados, etc.
Fallo“VICTORIA STORANI DE BOIDANICH”:La sentencia recurrida había modificado una anterior pasada en autoridad
de cosa juzgada, estableciendo que la indemnización pretendida en el juicio sólo correspondía a la viuda y a uno de
sus hijos, y no a la viuda y a sus tres hijos, como se había decidido antes.
Corte Suprema ha resuelto que la declaración constitucional de que nadie puede ser privado de su propiedad sino en
virtud de sentencia fundada en ley da lugar a recurso para ante ella en los casos extraordinarios de sentencias
arbitrarias, desprovistas de todo apoyo legal, fundadas tan solo en la voluntad de los jueces”
En este caso, la C.S.J.N, por un lado, relacionó directamente la arbitrariedad de la decisión recurrida con el derecho
constitucional de propiedad del art. 17 de la C.N., y por otro lado, sostuvo que debía tomar intervención (pese a que
la decisión apelada no era una sentencia definitiva) en cuanto resultaban transgredidos “...principios inherentes a la
mejor y más correcta administración de justicia”, por los cuales el Alto Tribunal debía velar por el cumplimiento de
sus deberes constitucionales.
• Para preservar los principios básicos de la Constitución Nacional: defensa en juicio, propiedad, libertad de
prensa, familia, etc.
• Cuando los asuntos tratados afectan la buena marcha de las instituciones, por ejemplo el incumplimiento de
un juez de una medida cautela dispuesta por otro magistrado; o el irrazonable ejercicio de las facultades de
los jueces en orden a la averiguación de los delitos.
• Casos que conmueven a la sociedad entera en sus valores más sustanciales y profundos.
• Resoluciones que conciernen a actividades relacionadas al bienestar común y que por ello confieren
trascendencia al planteo constitucional formulado.
• Casos relativos a la prestación de servicios públicos cuando lo resuelto en el fallo puede afectar la expedita
prestación de dichos servicios.
• La arbitrariedad de una sentencia constituye cuestión de notorio interés institucional, para justificar la
procedencia del recurso extraordinario y la revocatoria del fallo.
PRINCIPIO DE LEGALIDAD
El principio de legalidad tiene una doble finalidad: por una lado, esunLÍMITEal poder punitivo del Estado, límite
interpuesto por el pueblo; y por otro lado esunaEXIGENCIA de seguridad jurídica amparada por losART 18CN
(Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso) y
ART 19CN (Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no
prohíbe): obligación del Estado de decir cuáles son las conductas prohibidas.
En el procedimiento penal, el principio de legalidad se refleja en 4 exigencias:
1- LEY PREVIA:
ART 18CN:“Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del
proceso”.
ART 9 CADH (ppio de legalidad y de retroactividad)“Nadie puede ser condenado por acciones u omisiones que en el
momento de cometerse no fueran delictivos según el derecho aplicable. Tampoco se puede imponer pena más grave
que la aplicable en el momento de la comisión del delito. Si con posterioridad a la comisión del delito la ley dispone la
imposición de una pena más leve, el delincuente se beneficiará de ello”.
ART 15 PIDCyP(ppio de legalidad y de retroactividad) “Nadie será condenado por actos u omisiones que en el
momento de cometerse no fueran delictivos según el derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena
más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito. Si con posterioridad a la comisión del delito la ley
dispone la imposición de una pena más leve, el delincuente se beneficiará de ello”.
Según el PRINCIPIO DE IRRETROACTIVIDAD, la ley no debe tener efectos hacia atrás en el tiempo; sus efectos solo
operan después de la fecha de su promulgación.
Si bien el principio general en materia penal es el de irretroactividad conforme al principio de legalidad o reserva
contenido en el ART 18CN, el Código Penal admite la EXCEPCIÓN de la retroactividad de la ley penal cuando ésta es
más favorable al condenado: “ley penal más benigna” (art. 2 CP).El ART 2CP refiere solo al cambio de legislación,
pero algunos fallos expresan que el principio también es aplicable al cambio de jurisprudencia.
El principio de la ley penal más benigna se aplica tanto en el caso de que la nueva ley desincrimine el hecho, como
el de que establezca en forma general condiciones más favorables, y no cabe referirse únicamente a las normas que
modifiquen las penas, sino también las que ordenen su suspensión, prescripción, perdón, gracia, liberación, etc.
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La EXCEPCIÓN a la “excepción del principio de retroactividad”esta dado por las LEYES TEMPORALES, es decir,
aquellas que responden a momentos de necesidad. En estos casos no se aplica la retroactividad de la ley penal más
benigna.
En el Código Procesal Penal no está amparado el principio de irretroactividad de las normas, ya que rige el principio
de OPERATIVIDAD INMEDIATA, es decir, que rige para adelante y para atrás: se aplica tanto a las causas futuras
como a las causas en trámite.
2- LEY ESCRITA: No puede condenarse según usos y costumbres. La Constitución Nacional no admite que la doctrina,
la jurisprudencia ni la costumbre puedan habilitar el poder punitivo.
3-LEY FORMAL: Las leyes deben emanar del Congreso de la Nación, del Poder Legislativo.
La EXCEPCIÓN son los tipos penales en blanco, es decir, aquellos que remiten a otras leyes. Sin embargo, la norma a
la que nos remite NO debe alterar el espíritu de la ley (si lo hace es violatoria del ppio de legalidad), NO puede
describir la conducta típica (esta debe estar descripta en la ley), y debe existir una actualización periódica de la ley a
la que nos remite.
El problema se da cuando la norma a la que nos remite no es una norma emanada del Congreso, sino una de rango
inferior como un decreto. Por ejemplo: la ley de estupefacientes remite a un Decreto del PE que actualiza
periódicamente lo que se considera “droga”.
4- LEY CIERTA: la ley penal debe ser precisa, debe haber mandato de certeza, no debe contener conceptos vagos,
imprecisos, abiertos o amplios, al grado de permitir la arbitrariedad en su aplicación por parte del juzgador, ya que si
el tipo penal es abierto y debe cerrarlo el juez puede dar lugar a malas interpretaciones.
La interpretación analógica en derecho penal está vedada siempre que sea “in malampartem” o extensiva, solo se
permite cuando es a favor del imputado.
PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD
El principio de razonabilidad implica que las leyes que establecen derechos y deberes, y los decretos reglamentarios
del Poder Ejecutivo deben ser acordes al espíritu de la constitución Nacional, a la que no deben contradecir, pues
son el medio que debe conducir a su plena vigencia y eficacia.
Este principio surge del ART 28CN: “Los principios, garantías y derechos reconocidos en los anteriores artículos, no
podrán ser alterados por las leyes que reglamenten su ejercicio”.
Que su vez complementa al ART 14CN:“Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme
a las leyes que reglamenten su ejercicio; a saber”.
Del principio de razonabilidad surgen otros 2 principios:
1. Principio de ponderación:es la acción de comparar 2 cosas: el bien jurídico protegido y la medida en que fue
afectado.
2. Principio de proporcionalidad: la medida de coerción que se utilice debe ser proporcional al daño causado. Por
ejemplo: la probation, la ejecución condicional, la mediación penal son casos en que el Estado respeta el principio de
proporcionalidad y de ponderación.
PRINCIPIO DE LESIVIDAD
Para poder habilitar la vía penal, debe haber un daño significante. Se requiere una entidad mínima de afectación
(por lesión o por peligro) excluyendo las bagatelas o afectaciones insignificantes. El principio de insignificancia no se
encuentra regulado en el Cód. Penal, por lo que sólo el juez podrá evaluarlo, a partir del caso en concreto.
Lo que se protege no es el bien jurídico en sí, sino la disponibilidad del bien jurídico, es decir, la relación entre el bien
jurídico y la persona.Dijo algo mas?? Da ejemplos??
El ART 19CN establece: “Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral
pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados…”.
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El PROBLEMA está dado sobre la clase de peligro, es decir, sobre la forma en que se exprese, ya sea como una acción
peligrosa o una acción que ponga en riesgo al bien jurídico. Este último supuesto, de peligro concreto, no ofrece
mayores inconvenientes, ya que es verificable en el plano objetivo. El problema radica con los denominados delitos
de peligro abstracto, en los cuales se sanciona una conducta que es intrínsecamente peligrosa, cuestionándose que
esa acción todavía no afectó ningún bien jurídico y, por tanto, su punibilidad resulta de un adelantamiento a etapas
previas y por ende, ausentes de lesividad.
Fallo “BAZTERRICA”: “Se condenó a Gustavo Bazterrica a la pena de un año de prisión en suspenso, multa y costas,
por considerarlo autor del delito de tenencia de estupefacientes. Este pronunciamiento fue confirmado por la
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, y contra ésta se interpuso recurso extraordinario,
sosteniendo la inconstitucionalidad del Art. 6 de la ley 20.771 que por reprimir la tenencia de estupefacientes para
uso personal, viola el Art. 19 de la Constitución Nacional.
La Corte Suprema hace lugar al recurso y revoca el fallo de la Cámara, ya que entiende que el Art. 6 de la ley 20.771
es inconstitucional por invadir la esfera de la libertad personal exenta de la valoración de los magistrados.
No basta la sola posibilidad potencial de que una conducta trascienda la esfera privada para incriminarla, sino que es
necesaria la existencia en concreto de un peligro para la salud pública. Debe distinguirse entre la ética privada
reservada por la Constitución al juicio de Dios, y la ética colectiva referida a bienes o intereses de terceros.
Manifiesta que no está probado que la incriminación de la simple tenencia de estupefacientes pueda evitar
consecuencias negativas y concretas para el bienestar y la seguridad de la comunidad”.
La corte dice que la penalización es inconstitucional, porque afecta la autonomía individual, violando el ART19CN:
ppio de reserva.
Fallo “MONTALVO” (1991): Montalvo es condenado en 1° instancia a un año de prisión condicional y multa por
considerarlo autor del delito de tenencia de estupefacientes en términos del art. 6 de la ley 20.771.
Apeló por inconstitucionalidad de la ley que va contra el art. 19 de la CN.
La Cámara rechaza este planteo de inconstitucionalidad aplicando ahora el art. 14 segunda parte de la Ley 23.737, el
cual modifica al anterior; y establece lo siguiente:
"La pena será de 1 mes a 2 años de prisión, cuando por su escasa cantidad y demás circunstancias, surgiere
inequívocamente que la tenencia es para uso personal. Lo condenó a tres meses de prisión de ejecución condicional
por el delito de tenencia de estupefacientes”.
Montalvo apeló por recurso extraordinario basado en la doctrina de arbitrariedad, gravedad institucional y en la
inconstitucionalidad de la norma que reprime la tenencia de estupefacientes para consumo personal. La Corte le
concede el recurso.
Sostuvo el apelante que la resolución recurrida afecta a la garantía amparada por el artículo 19 de la CN, porque la
represión ataca la privacidad y la intimidad de las personas. Pide una pena más benigna teniendo en cuenta el
cambio de ley al respecto (20.771 a 23.737).
La Corterechaza la inconstitucionalidad del art. 6° de la ley 20.771 y del art. 14, segunda parte de la ley 23.737 y se
confirma la sentencia apelada. Los argumentos son los siguientes:
- No es inconstitucional lo dispuesto por el art. 6° de la ley 20.771 en cuanto prevé el castigo de la tenencia de
estupefacientes aun tratándose de aquella destinada al propio consumo.
- No es inconstitucional el art. 14 de la ley 23.737 en cuanto prevé el castigo de la tenencia de estupefacientes
destinados al propio consumo.
- La incriminación de la tenencia de estupefacientes cuando se trata del consumo personal del tenedor no se dirige a
la represión del usuario, sino de reprimir el delito contra la salud pública, porque lo que se quiere proteger no es el
interés particular del adicto, sino el interés general que está por encima de él y que aquél trata de alguna manera de
resquebrajar, dado que su conducta también constituye un medio de difusión de la droga.
- El efecto contagioso de la drogadicción y la tendencia a contagiar de los drogadictos son un hecho público y notorio
o sea un elemento de la verdad jurídica objetiva que los jueces no pueden ignorar.
- No cabe exigir en cada caso, para la incriminación de la tenencia de estupefacientes para consumo personal, la
prueba de la trascendencia a terceros con la consecuente afectación de la salud pública.
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- Si bien con la incriminación de la tenencia de estupefacientes se ha tratado de resguardar la salud pública en
sentido material como objetivo inmediato, el amparo se extiende a un conjunto de bienes jurídicos de relevante
jerarquía que trasciende con amplitud aquella finalidad, abarcando la protección de valores morales, de la familia,
de la sociedad, de la juventud, de la niñez y en última instancia de la subsistencia misma de la nación y hasta de la
humanidad toda.
- Entre las acciones que ofenden el orden, la moral y la salud pública se encuentra sin duda la tenencia de
estupefacientes para uso personal, porque al tratarse de una figura de peligro abstracto está incita la trascendencia
a terceros, pues detrás del tenedor está el pasador o traficante "hormiga" y el verdadero traficante.
- Tratándose la tenencia de estupefacientes de una figura de peligro abstracto, dicho peligro existe en tanto la
sustancia conserve sus cualidades y sea apta para ser consumida por cualquier persona, con o sin el consentimiento
de su tenedor, y por ello es susceptible de ser castigada.
- Al tipificar como delito la tenencia de estupefacientes para uso personal, el legislador lo hizo sin distinciones en
cuanto a la cantidad, dado que al tratarse de un delito de peligro abstracto, cualquier actividad relacionada con el
consumo de drogas pone en peligro la moral, salud pública y hasta la supervivencia de la nación.
- La teoría de la insignificancia elaborada a partir de sostener la atipicidad de la tenencia de pequeñas cantidades de
estupefacientes, atenta contra el fin querido por el legislador al incriminar esa tenencia: proteger a la comunidad del
flagelo de la droga y terminar con el traficante.
- No puede entenderse la penalización de la tenencia de estupefacientes para uso personal como una consecuencia
del autoritarismo, sino por el contrario traduce la voluntad del legislador de reprimir todas las actividades
relacionadas con el narcotráfico.
HOLDING: La Corte concluye que la tenencia de drogas no era un comportamiento que terminaba en la mera
intimidad del portador, atento a las proyecciones que podía revestir. Su penalización no significaba entonces
reprimir una autolesión, sino custodiar otros valores sociales en juego, como la moral y orden público, y evitar
posibles daños a terceros.
La incriminación del tenedor de estupefacientes permitiría combatir más fácilmente a las actividades vinculadas con
el comercio de estupefacientes y arribar a resultados aventajados.
Se dijo que la tenencia simple sin penalizar aumenta el consumo de drogas en Argentina. Se trató de castigar un
delito (narcotráfico) utilizando a la persona como un medio, cuando en realidad la persona es un fin en sí mismo.
Fallo “ARRIOLA” (2009):la Corte declaró la inconstitucionalidad de la norma que sanciona penalmente la tenencia
de estupefacientes para consumo personal por ser incompatible con el principio de reserva contenido en el ART 19
de la Constitución Nacional que protege las acciones privadas que de ningún modo ofendan al orden y a la moral
pública, ni perjudiquen a un tercero.
En “Arriola” la Corte retomó y dijo “sostener” los principios sentados en “Bazterrica”. Indicó que el ART 19CN sienta
el principio de que el Estado debe tratar a todas las personas (y sus preferencias) con igual consideración y respeto.
La Corte agregó que “las razones pragmáticas o utilitaristas” en las que se basaba el enfoque punitivo fracasaron,
pues el comercio de drogas aumentó notablemente pese a que por más de 18 años se castigó la tenencia. Añadió
que la reforma constitucional de 1994 y los tratados de derechos humanos a ella incorporados refuerzan la
protección de la privacidad y la autonomía personal y el principio de dignidad humana, que impide el trato utilitario
de la persona. Explicó que la idea de penar al consumidor para poder combatir el comercio de drogas difícilmente se
ajuste a dicho principio. Además, recordó que el consumidor es una víctima de los criminales que trafican drogas, y
concluyó que castigarlo produce su revictimización.
Utilizar al individuo como medio para lograr otra cosa fracasó a costa de las libertades individuales.
A partir de la introducción de los pactos internacionales a la Constitución Nacional la autonomía individual
adquirió jerarquía constitucional, por lo que el Estado no puede establecer “valores morales”.
El preámbulo del PICyP habla del “principio de dignidad humana”, por lo que no se puede dar al hombre un fin
utilitario (utilitarismo).
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La Corte también habla de la “revictimizacion”, ya que la doctrina anterior decía que el adicto es un enfermo, pero
sin embargo lo sometía al proceso penal.
En el Fallo “FAL s/MEDIDAS ABORTIVAS”, se le reconoce al “principio pro-homine” jerarquía constitucional, por lo
que toda norma tiene que estar destinada a favor del derecho y no a restringir derechos.
Con ARRIOLA y FAL se sentó el “principio pro-homine”, es decir, que siempre se tiene que estar a favor del criterio
que provea más derechos.
JUICIO PREVIO
ART 18CN: “Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del
proceso”.
19
ART 8.2 CADH: “Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se
establezca legalmente su culpabilidad…”
ART 14.2 PIDPyC: “Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se
pruebe su culpabilidad conforme a la ley”.
La exigencia de “juicio previo” impone la necesidad de una sentencia judicial de condena firme para poder aplicar
una pena a alguien. Es decir, que el individuo debe ser acusado de la comisión de un hecho ilícito concreto,
presentándose pruebas en su contra, debe tener la oportunidad de defenderse alegando sus derechos y
presentando las pruebas que tenga para demostrar su inocencia. En base a estos elementos, el juez juzgará los
hechos y finalmente dictará sentencia.
Toda sentencia judicial para ser válida, debe ser fundada. Es decir, debe mencionar los elementos de prueba a
través de los cuales arribó racionalmente a esa conclusión fáctica. Así de modo genéricoel ART 123 CPPN dice “Las
sentencias y los autos deberán ser motivados, bajo pena de nulidad. Los decretos deberán serlo, bajo la misma
sanción, cuando la ley lo disponga”.
Refiriéndose en particular al juicio oral, el ART 399 CPPN “La sentencia contendrá: la fecha y el lugar en que se dicta;
la mención del tribunal que la pronuncia; el nombre y apellido del fiscal y de las otras partes; las condiciones
personales del imputado o los datos que sirvan para identificarlo; la enunciación del hecho y las circunstancias que
hayan sido materia de acusación; la exposición sucinta de los motivos de hecho y de derecho en que se fundamente;
las disposiciones legales que se apliquen; la parte dispositiva y la firma de los jueces y del secretario”.
Si la sentencia no se encuentra motivada, como remedio se podrá interponer el Recurso de Casación por
arbitrariedad.
JUEZ IMPARCIAL
Si bien esta garantía se desprende de la Constitución Nacional como garantía no enumerada del ART 33CN, luego de
la incorporación de los tratados de Derechos Humanos quedó subsumida en ellos.
ART 26 Declaración americana de los derechos y deberes del hombre:“toda persona acusada de un delito tiene
derecho a ser oída en forma imparcial y publica…”
ART 6 Convenio europeo: “toda persona tiene derecho a que su causa sea vista equitativa y públicamente en un
plazo razonable, por un tribunal independiente e imparcial”
ART 14.1° Pacto internacional de derechos civiles y políticos: “toda persona tiene derecho a ser oída…por un juez o
tribunal competente, independiente e imparcial establecido por la ley”.
ART 8.1° Convención americana sobre Derechos Humanos:“Toda persona tiene derecho a ser oída…por un juez o
tribunal competente e imparcial”.
La imparcialidad es vista desde 2 ópticas:
- OBJETIVA: se analizan los hechos de proceso.
- SUBJETIVA: se refiere a los intereses particulares que puede tener el magistrado en el proceso, por ejemplo:
una enemistad con el imputado.
Fallo “LLERENA” (2005):En este caso la Corte por primera vez declaró que viola la garantía constitucional de
imparcialidad del juez que el mismo magistrado que investigó sea quien juzgue y sentencie al imputado.
Hechos:Según la ley procesal, en los procedimientos correccionales -que son aquellos que investigan y juzgan delitos
cuya pena es menor a la de 3 años de prisión- el mismo juez que estuvo a cargo de la investigación y procesó al
imputado es quien debe juzgarlo en el juicio oral. Por otra parte, la ley procesal penal no establecía expresamente
que el juez que investigó no puede juzgar al imputado.
Llerena fue procesado por la justicia correccional por su presunta responsabilidad en delito de abuso de armas y
lesiones. Antes de que comenzara el juicio oral, la defensa de Llerena recusó a la jueza que lo había procesado
argumentando que ella no sería imparcial para juzgar y sentenciar.
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Decisión de la Corte:La Corte afirmó que la garantía de juez imparcial, protegida en la Constitución Nacional y en los
pactos internacionales de derechos humanos que tienen jerarquía constitucional, prohíbe que el juez que investiga
sea el mismo que juzgue y sentencie.
Para estos jueces, la garantía de imparcialidad estaba afectada por una razón objetiva: el juez que investigó el hecho
y procesó al imputado es el mismo que tiene que juzgarlo. Es la propia organización del procedimiento correccional y
la naturaleza misma de las funciones que tiene que desempeñar el juez correccional -investigar y juzgar- la que da
pie a temer que exista esta parcialidad. No es necesario entonces probar que en el caso concreto existe parcialidad.
Zaffaroni, Highton de Nolasco resolvieron que la ley procesal debía interpretarse de conformidad a este principio y,
por más que no estuviera prevista esta circunstancia como causal de excusación, debía aceptarse la misma. Estos
jueces además establecieron de qué manera en la práctica se podía garantizar el respeto al principio de juez
imparcial: deben intervenir dos jueces distintos en el procedimiento correccional. Uno en la etapa de instrucción y
otro en la etapa de juicio. Así, el respeto de esta regla está a cargo de cada juez correccional que deberá inhibirse de
juzgar en juicio oral al imputado que previamente procesó. Estos jueces también remarcaron que la aplicación de
esta nueva regla es para el futuro.
Por su parte, Petracchiafirmó que esta regla tendrá aplicación en los casos correccionales en que el juez se excuse o
cuando el imputado solicite que el juez que lo procesó no sea el mismo que lo juzgue en juicio oral.
Boggiano y Maquedavotaron por declarara la inconstitucionalidad de la ley procesal que, reformando la anterior,
había suprimido esta circunstancia como causal de excusación. Maqueda por su parte, ya había declarado la
inconstitucionalidad de esta ley en su voto en disidencia en el caso “Álvarez” resuelto el 30/09/2003.
La Corte dijo que el ART 55CPPN no es taxativo, por lo que el temor a la no imparcialidad es una causal no escrita,
razón por la que la permitieron.
Fallo “DIESER” (2006):La Corte declaró que viola las garantías constitucionales de imparcialidad y de doble instancia
que los mismos magistrados intervengan en la revisión del auto de procesamiento y posteriormente en la revisión de
la sentencia condenatoria.
Hechos:La defensa de María Graciela Dieser interpuso un recurso de inconstitucionalidad contra la sentencia de la
Cámara de Apelaciones en lo Penal de Venado Tuerto que con el voto de dos de los tres jueces que habían
intervenido con anterioridad en el proceso (confirmando el procesamiento y la prisión preventiva) confirmó la
condena dictada por el Juez de primera instancia de Distrito en lo Penal de Sentencia de la ciudad de Melincué. El
recurso fue denegado y la defensa de la imputada interpuso un recurso de queja que fue rechazada por la Corte
Suprema de Justicia de la Provincia de Santa Fe. La defensa interpuso un recurso extraordinario, argumentando que
se habían afectado las garantías de imparcialidad y de doble instancia. El recurso fue denegado y motivó la
presentación de una queja.
Decisión de la Corte:La Corte, haciendo suyos los términos y conclusiones del dictamen del Procurador Fiscal, hizo
lugar a la queja, declaró procedente el recurso extraordinario y revocó la sentencia apelada. Manteniendo lo
establecido en el precedente “Llerena”, consideró que la revisión de una sentencia condenatoria por los mismos
jueces que habían intervenido en la apelación del auto de procesamiento violaba la garantía de imparcialidad por
que podía haberse afectado la posibilidad de un reexamen de la condena sin prejuzgamiento del caso. Asimismo,
sostuvo que violaba la garantía de la doble instancia que exige que los magistrados que no conocieron
anteriormente el hecho revisen las decisiones del inferior.
ART 14.1 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos:“Todas las personas son iguales ante los tribunales y
cortes de justicia. Toda persona tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por un tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido por la ley, en la substanciación de cualquier acusación de
carácter penal formulada contra ella o para la determinación de sus derechos y obligaciones de carácter civil (…)”.
ART 8.1° Convención Americana Sobre Derechos Humanos: Toda persona tiene derecho a ser oída con las debidas
garantías y dentro de un plazo razonable por un juez o Tribunal competente, independiente e imparcial, establecido
con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la
determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter (…)”.
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ART 25 Convención Americana Sobre Derechos Humanos:Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido
o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen
sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal
violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales”.
Iurinovit curia
El ART 401 CPPN autoriza al tribunal a dar al hecho una calificación jurídica distinta a la contenida en la acusación,
aunque deba aplicar penas más graves.
Esta potestad de definir jurídicamente, de otorgarle un marco o encasillamiento legal a los hechos, tiene basamento
en el principio conocido como iuranovit curia (“el derecho lo sabe el juez”).Este principio le otorga al magistrado la
facultad de seleccionar la figura del repertorio normativo que encuentre más ajustada a la realidad que presenta el
caso y aplicarla con libertad, ya que está habilitado a vincular legalmente la conducta sometida a juicio de un modo
diferente a como lo hizo el acusador.
Como LIMITE al principio de iurinovitcuria se encuentra el principio de CONGRUENCIA, es decir, que debe haber una
identidad entre la imputación que se da a conocer en la indagatoria y la sentencia. La sentencia no puede ampliar ni
restringir el supuesto de hecho presentado por el acusador, ello para que sea respetado principalmente el derecho
de defensa.
El principal problema es identificar cuándo estamos en presencia de un mero cambio de calificación legal (aplicación
de la regla iuranovit curia) o de una variación de las circunstancias fácticas (afectación al principio de congruencia).
La doctrina dice que en la medida en que no se prive al imputado de su defensa, la regla iuranovit curia tiene plena
vigencia. Es decir, en tanto la plataforma fáctica permanezca inalterada, el imputado tuvo posibilidades de ejercer
correctamente su defensa y no pudo haber sido sorprendido.
Reformatio in pejus
La prohibición de la reformatio in pejus es una garantía constitucional, cuya inobservancia afecta al debido proceso y
lesiona el derecho de defensa del imputado.
La reformatio in pejus significa prohibir al tribunal que revisa la decisión, por la interposición de un recurso, la
modificación de la resolución en perjuicio del imputado, cuando ella sólo fue recurrida por él o por otra persona,
autorizada por la ley, en su favor.
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La falta de recurso acusatorio inhibe al tribunal de alzada para modificar la sentencia en perjuicio del acusado, sea
condenando cuando fue absuelto por la sentencia recurrida, sea agravando la pena por ella impuesta.
En cambio NO constituye un agravio para la garantía la mera confirmación de la condena por el tribunal de alzada,
sin agravar la pena impuesta, aunque varíe el significado jurídico del comportamiento atribuido en ella al acusado.
La adhesión a un recurso, comprendida como la facultad que conceden algunas leyes formales de recurrir, aun
vencido el plazo regular de impugnación, cuando otro interviniente interpuso el recurso, equivale al recurso
interpuesto dentro del plazo originario, de modo tal que el acusador que se adhiere al recurso defensivo requiriendo
la condena (frente a la absolución) o una pena más grave (frente a una condena que considera baja) abre la
posibilidad del tribunal de alzada de reformar la sentencia en perjuicio del imputado.
PRINCIPIO DE INOCENCIA
Según el principio de inocencia toda persona es inocente hasta que se demuestre y declare su culpabilidad mediante
una sentencia condenatoria. Actúa también como una limitación a la pretensión punitiva del Estado.
Si bien este principio no está consagrado expresamente en la Constitución, sí lo está en el ART 1CPPN que establece:
“Nadie podrá ser…considerado culpable mientras una sentencia firme no desvirtúe la presunción de inocencia de que
todo imputado goza”.
A su vez el ART 11, párr.1° de la Declaración Universal de Derechos Humanos (incorporado a nuestra Constitución
Nacional - #75.22CN-) establece que “toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su
inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público que se hayan asegurado todas
las garantías necesarias para su defensa”.
La ley impide que se trate como si fuera culpable a la persona a quien se le atribuye un hecho punible, cualquiera sea
el grado de verosimilitud de la imputación, hasta tanto un magistrado no pronuncie su sentencia penal firme que
declare su culpabilidad y lo someta a una pena. El imputado es inocente durante la sustanciación del proceso.
Esta es otra de las garantías no enumeradas del ART 33CN. Sin embargo, fueron incorporadas por los Pactos
internacionales de derechos humanos. Antes de la reforma del ’94, la Corte decía que el doble conforme se satisfacía
con el recurso federal.
El ART 8.2°.h de la CADH establece “Toda persona tiene derecho a…recurrir el fallo ante juez o tribunal superior”. Es
decir, le concedieron al condenado un recurso contra la sentencia condenatoria.
Este principio le garantiza al condenado la posibilidad de acceder a un nuevo juicio que confirme, revoque o
modifique esa primera condena.
Las Convenciones Internacionales han establecido una garantía para el condenado, que NO alcanza a otros sujetos
del procedimiento.
Fallo “GIROLDI” (1995):Un tribunal oral de la Capital Federal condenó al imputado a la pena de un mes de prisión en
suspenso. Contra dicho pronunciamiento, la defensa interpuso recurso de casación, fundándose a los fines de su
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admisibilidad, en la inconstitucionalidad del límite establecido en el ART 459, inc. 2° CPPN por contrariar el derecho a
la doble instancia consagrado por la Convención Americana sobre Derechos Humanos (ART 8. 2. h), que establece
“que toda persona inculpada de un delito tiene derecho de recurrir el fallo ante juez o tribunal superior”.La Cámara
Nacional de Casación Penal, rechazó el planteo de inconstitucionalidad y dio origen a la queja ante la CSJN, la que
declaró admisible el recurso.
Fundamentos:El a quo sostuvo que “por virtud de los límites objetivos fijados en los ART’s 458 a 462 CPPN no hay
posibilidad de recurso de casación ni inconstitucionalidad… y la causa ha fenecido en instancia única, por lo que su
sentencia es final y contra ella cabe el recurso extraordinario de apelación”.
La Corte sostuvo que:
1) Correspondía declarar la inconstitucionalidad de lo dispuesto por el ART 459.2°CPPN, en cuanto veda la
admisibilidad del recurso de casación contra las sentencias de los tribunales en lo criminal en razón del monto de la
pena, en tanto ella no resulta adecuada a la exigencia de doble instancia contenida en el ART 8.2°.h) de la CADH.
2) Que la Cámara Nacional de Casación Penal fue creada para conocer, por vía de los recursos de casación e
inconstitucionalidad – y aun de revisión - , de las sentencias que se dicten, sobre los puntos que hacen a su
competencia, tanto de los tribunales orales en lo criminal como en lo correccional
3) Que el recurso extraordinario no constituye un remedio eficaz para la salvaguarda de la garantía de la doble
instancia que debe observarse dentro del marco del proceso penal como garantía mínima para toda persona
inculpada de un delito.
La Corte sostuvo que en materia penal la doble instancia se satisface con el recurso de casación.
Fallo “CASAL” (2005):En este caso, la Corte Suprema estableció que todo condenado tiene derecho a recurrir la
sentencia para que un tribunal superior revise los fundamentos del fallo, incluidos los que hacen los hechos y
prueba, con el único límite de los que están ligados a la inmediación.
El condenado tiene derecho a una revisión amplia de su condena
Hechos del caso: Matías Casal fue condenado por el delito de robo con armas y se le impuso una pena de 5 años de
prisión. Él apeló esa sentencia argumentando que no estaba probado que hubiera usado un arma y que la
sustracción sólo había quedado en grado de tentativa. Si estos argumentos prosperaban, le correspondía recibir una
pena significativamente menor. La Cámara Nacional de Casación Penal, que era la que tenía que resolver su recurso,
lo rechazó. El fundamento fue que Casal pretendía la revisión de los hechos que se dieron por probados en la
sentencia y que esto era ajeno a la competencia de la Cámara, que sólo puede revisar la manera en que se
interpretaron y aplicaron las leyes penales y procesales.
Así, Casal llevó el caso ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Argumentó que el criterio adoptado por la
Cámara de Casación había desconocido el derecho a apelar su condena reconocido en la Convención Americana y en
el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, con jerarquía constitucional.
Decisión de la Corte Suprema: la Corte Suprema hizo lugar al planteo de Casal y ordenó a la Cámara Nacional de
Casación Penal que revisara la condena de Casal.
La Corte remarcó que era indiscutible que a partir de la reforma constitucional del año 1994 todo condenado tenía
derecho a recurrir el fallo. Luego analizó el fundamento mediante el cual la Casación había rehusado revisar la
condena de Casal. La Corte señaló que la Casación había basado su postura restrictiva en la concepción histórica y
tradicional sobre el rol de un tribunal de casación: la unificación de la aplicación de las leyes penales y procesales. Sin
embargo, según sostuvo la Corte, además de ser éste un objetivo difícilmente realizable en un sistema federal,
debido a su multiplicidad de jurisdicciones, no constituía en sí mismo razón suficiente para privar al condenado del
derecho a obtener una revisión de su condena.
Teniendo en cuenta que la jurisprudencia internacional establece que la revisión de la condena debe ser integral, el
Tribunal sostuvo que los únicos aspectos de la condena que no pueden ser reexaminados por la Casación son los que
están íntimamente ligados a la inmediación. Es decir, aquellos aspectos excepcionales que se relacionen con ciertas
consideraciones relativas a la prueba rendida ante los magistrados que sentenciaron, y que los jueces que revisan la
condena por definición no pueden llegar a evaluar.
De este modo, si bien los jueces de Casación no pueden revisar la impresión que un testigo causó en los magistrados
sentenciantes, sí puede controlar la coherencia de su declaración testimonial y si esta tiene la fuerza necesaria para
probar o no el hecho por el que el imputado ha sido acusado.
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Seguidamente la Corte remarcó que la norma procesal que regula el recurso de casación -art. 456 CPPN- no restringe
el alcance del recurso entendido de este modo. Señaló que esta norma había sido interpretada restrictivamente -y
por ende de modo inconstitucional- por haber sido leída a la luz de la mencionada justificación histórica, pero que su
formulación en sí no era inconstitucional. Por ello, la Corte no declaró la inconstitucionalidad de la norma sino que
estableció cuál es el criterio con que debe ser interpretada y aplicada.
Fallo “HERRERA ULLOA” (2004):la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso “Herrera
Ulloa”, fue un antecedente decisivo para que la Corte Suprema se pronunciara del modo que lo hizo en el caso
“Casal”.
Hechos: La Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró que Costa Rica había incurrido en violación a los
derechos a la libertad de pensamiento y expresión, apelación ante un tribunal superior e imparcialidad de los jueces,
debido a la condena penal impuesta al periodista y al editor que se habían limitado a reproducir parcialmente
información que daba cuenta de que un diplomático costarricense había incurrido en ciertas conductas ilícitas.
En esa decisión, el tribunal internacional estableció que el art. 8.2 de la CADH -que reconoce el derecho del
condenado a recurrir su condena ante un tribunal superior- garantiza el derecho a contar con un recurso accesible y
sencillo para obtener una revisión integral de la sentencia condenatoria.
De este modo, la Corte Interamericana dijo que:el recurso de casación interpuesto contra la sentencia condenatoria
en sede penal no satisface los requisitos del art. 8.2.h) de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en
cuanto al derecho de apelar, si tal vía no permitió al tribunal superior realizar un análisis o examen comprensivo e
integral de todas las cuestiones debatidas y analizadas por el tribunal inferior.
Fallo “MOHAMED”:Mohamed atropelló a una señora, quien falleció. El fiscal de Primera Instancia lo acusó como
autor penalmente responsable del delito de homicidio culposo, pero el Juzgado Nacional en lo Correccional resolvió
absolverlo.
El MPF y el querellante interpusieron recursos de apelación. El juzgado concedió los recursos y elevó la causa al
superior.
La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional resolvió condenar a Mohamed a la pena de 3 años
de prisión en suspenso y 8 años de inhabilitación para conducir.
El ordenamiento jurídico aplicado en el proceso contra Mohamed no preveía ningún recurso penal ordinario para
recurrir esa sentencia condenatoria de segunda instancia. El único recurso disponible era el recurso extraordinario
federal.
La Corte Suprema rechaza el Recurso de Queja por Recurso Extraordinario Federal denegado con base en el
ART280CPCCN.
La Corte Interamericana hizo notar que al imputado se le siguió un proceso penal de 2 instancias, y fue condenado
en segunda instancia por un tribunal que revocó la decisión absolutoria del juzgado de primera instancia.
El ART 14.5 del PIDCyP respecto del derecho a recurrir un fallo, expresamente establece que es una garantía que
tiene “toda persona declarada culpable de un delito”.
La Corte concluye que, en los términos de la protección que otorga el ART 8.2.h de la CADH, Mohamed tenia derecho
a recurrir el fallo toda vez que en éste se le condenó como autor del delito de homicidio culposo.
La corte ha indicado reiteradas veces que lo importante es que el recurso garantice la posibilidad de un examen
integral de la decisión recurrida (Caso Herrera Ulloa). Ha sostenido que el ART 8.2.h CADH se refiere a un recurso
ORDINARIO, ACCESIBLE (no debe requerir mayores complejidades que tornen ilusorio este derecho. Las
formalidades requeridas para que el recurso sea admitido deben ser mínimas y no deben constituir un obstáculo
para que el recurso cumpla con su fin de examinar y resolver los agravios sustentados por el recurrente) y EFICAZ
(que pueda analizar cuestiones fácticas, probatorias y jurídicas en que se basa la sentencia impugnada).
Por último, la Corte consideró que el hecho de que el recurso haya sido rechazado con base en el ART 280CPCCN
torna incierta la accesibilidad al mismo, puesto que esa disposición habilita la denegatoria no motivada del
recurso, de manera que los usuarios de la administración de justicia no pueden conocer las razones por las que no
pudieron acceder a esa instancia recursiva.
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LA DURACIÓN DEL PROCESO
Fallo “MATTEI”:luego de un proceso que duró más de 4 años, Mattei es absuelto en primera instancia. El Fiscal
apeló, y los autos fueron elevados a la Cámara. Allí el tribunal decretó la nulidad de todas las actuaciones cumplidas
desde el cierre del sumario, sobre la base de que el juez de instrucción no había agotado la investigación. Contra esa
resolución, la defensa interpuso recurso extraordinario alegando la violación de la garantía de la defensa.
La Corte dijo que debe reputarse incluido en la garantía de la defensa en juicio consagrada por el ART 18CN, el
derecho de todo imputado a obtener un pronunciamiento que ponga término del modo más rápido posible a la
situación de incertidumbre y de innegable restricción de la libertad que comporta el enjuiciamiento penal.
La Corte concluyó que ese derecho a “un juicio razonablemente rápido” había sido transgredido.
Con posterioridad a Mattei, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, apoyándose en la doctrina de este fallo, dio un
paso más adelante en la afirmación del derecho a obtener un pronunciamiento razonablemente rápido, a través del
dictado del Fallo“MOZZATTI”.
Este sumario estaba vinculado a un proceso penal instruido contra el Sr. Mozzattipor el delito de defraudación.Los
autos llegaron a la Corte por vía del recurso extraordinario interpuesto por la defensa, contra una resolución
anulatoria de todo lo actuado desde la muerte del querellante.
Al tomar conocimiento del expediente el Alto Tribunal advirtió que, en virtud de innumerables contingencias que
había tenido el proceso, éste llevaba más de un cuarto de siglo de sustanciación. La Corte señaló que esa sola
circunstancia constituía “…una tergiversación de todo lo instituido por la Constitución Nacional, en punto… a las
declaraciones y garantías concernientes a la administración de justicia…”. Así agregó que:… “han resultado
agraviados hasta su práctica aniquilación, el enfático propósito de afianzar la justicia expuesto en el preámbulo, y los
mandatos… que aseguran a todos los habitantes de la Nación la presunción de su inocencia y la inviolabilidad de la
defensa en juicio y debido proceso legal (arts. 5, 18 y 33)…”. Ello así, toda vez que dichas garantías constitucionales
se integran por una rápida y eficaz decisión judicial”.
Y fue más allá la Corte al decir que en su calidad de “…poder supremo en resguardo de la Constitución declaró la
insubsistencia de todo lo actuado con posterioridad al auto de prisión preventiva y la extinción, por prescripción de la
acción penal deducida en los autos”.
Las garantías procesales (adjetivas) están íntimamente relacionadas con las garantías penales (sustantivas), ya que
ambas se proyectan sobre las demás, siempre hay una vinculación ya que persiguen el mismo objetivo.
- Las garantías penales hacen a cuestiones del delito
- Las garantías procesales hacen a cuestiones del proceso.
DEFENSA EN JUICIO
Fallo “CIPRIANO VAZQUEZ” (1929):se fijó un nuevo principio que delimitó más precisamente el alcance de derecho
de defensa en juicio.
El defensor de Cipriano Vázquez abandona la defensa, por lo que éste designa a otro defensor particular. Sin
embargo, omite poner el domicilio, por lo que el Tribunal designa un defensor oficial.
El acusado presentó un recurso de queja alegando que el abogado que había designado no había sido notificado de
su nombramiento, por lo que la defensa había seguido a cargo del defensor oficial. El recurso fue rechazado porque
la omisión era atribuible exclusivamente al recurrente, ya él era el que había omitido indicar el domicilio de su nuevo
defensor; sin embargo en esa sentencia se fijaron 2 criterios básicos para entender la dimensión que debía darse al
derecho a la defensa técnica efectiva: la corte consideró que:
* integraba el derecho de defensa en juicio en elegir libremente a la persona que asistiera técnicamente tanto a
imputados como a querellantes; y por el otro,
* remarcó la autonomía de las facultades de la parte y su letrado, al expresar que “no es suficiente que se llene la
formula de la defensa con un patrocinio de oficio, aún cuando éste sea inteligente, diligente y recto, porque
solamente la parte interesada es la dueña de las condiciones en que, dentro de las normas reglamentarias, deben
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ser alegados y probados sus derechos, tanto más cuando estos sean, como en el juicio criminal, los esenciales de
vida, libertad y honor”.
Fallo “ROJAS MOLINA” (1941):HECHOS: Cuando comienza el proceso, en su declaración indagatoria se le asigna un
defensor oficial. Terminada la instrucción y entrado el juicio, su defensor oficial es designado fiscal en su juicio.
El segundo abogado que se hizo cargo de asistir al Sr. ROJAS MOLINAS (durante la etapa del plenario) en ningún
momento presentó argumentos ni pruebas en su favor, por lo que se le dio por decaído el derecho a hacerlo y se
siguió adelante con el proceso. Se lo condenó a 17 años de prisión x homicidio, frente a lo que este defensor
tampoco presentó ningún recurso.
El expediente se elevó en consulta a la Cámara, que confirmó el fallo luego de rechazar un planteo de nulidad de un
nuevo abogado del imputado quien sostuvo que durante el proceso se había violado el ART18 CN en perjuicio de su
asistido. Esa decisión judicial fue impugnada por esta nueva defensa, y llega a la Corte por Recurso Extraordinario.
La CSJN entendió que en el proceso se había violado el derecho de defensa en juicio del Sr. ROJAS MOLINA, ya que
había sido condenado sin haber sido realmente oído.
En conclusión la Corte fijó una nueva regla dirigida a todos los jueces:dijo que en el procedimiento, el garante de
que la garantía de defensa eficaz exista es el juez, por lo que es su deber apartar al defensor que no cumpla con esa
garantía. “Es obligación de los jueces durante el trámite de la causa intimar al defensor designado para q presente
su defensa y si éste no lo hace, separarlo del cargo y designar a otro en su reemplazo. No basta la mera existencia
formal de un defensor técnico para dar contenido a esta garantía. Consideró q el imputado no pudo conocer a
negligencia de su defensor ya que había estado privado de su libertad durante el proceso”.
Fallo “JORGE FERNÁNDEZ” (1986):La CSJN reiteró que tenía raigambre constitucional el derecho a contar con
defensa técnica eficaz y que el derecho al recurso es una garantía de la persona sometida a proceso.
La Corte a raíz de este fallo dispuso 2 instrucciones:
1- que las decisiones relevantes en un proceso no pueden ser notificadas solamente al defensor técnico, ya que de
ese modo se corre el riesgo de que queden firmes solo por la voluntad de aquél; por lo tanto, es obligatoria la
notificación personal al interesado quien es en definitiva el titular del derecho a recurrirla. Y cuando se haya
producido la notificación correspondiente y sea el propio interesado el que interponga un recurso que no cumpla
técnicamente con los requisitos fijados por la ley, debe entenderse que existe la voluntad real de ejercer ese
derecho al recurso y/o la voluntad de ser efectivamente asistido.
2- frente a los recursos interpuestos por el procesado o condenado in forma pauperis, el juez deberá correr traslado
a la defensa para que ésta tome conocimiento de lo sucedido (esté al tanto de su disconformidad) y para que
concrete técnicamente la impugnación expresada por el procesado o condenado (para que manifieste técnicamente
la voluntad de su defendido).
Fallo “NÚÑEZ” (2004):HECHOS: la Cámara unifica sentencia y dicta la condena de Núñez. Éste presenta un recurso in
pauperis dando diversos fundamentos de porqué ese monto estaba equivocado. Dio por lo menos 6 puntos
diferentes que certificaban el erróneo camino lógico transitado por el juzgador en punto a la redefinición de su
propia responsabilidad penal.
En efecto, en dicho escrito cuestionó la inobservancia de las reglas de la sana crítica racional, la calificación jurídica
asociada al hecho imputado, la falta de motivación de la sentencia en orden a la concreta mensuración de la pena, la
errónea aplicación del art. 58 del Código Penal y los equivocados parámetros utilizados para la unificación de la pena
Entonces le corren traslado a su defensa, quien se limitó a transcribir en forma sintética la presentación de su
defendido, agregando que estaba disconforme con la solicitud de Núñez.
El Tribunal Superior de Córdoba no hace lugar, declarándolo formalmente inadmisible, ya que consideró que carecía
de fundamentación, y confirma la pena que se le había establecido a Núñez.
Núñez, sin su abogado, llega a la Corte a través de un Recurso Extraordinario. La Corte ve la inactividad de la
defensa de Núñez, además de otros aspectos formales, por lo que aparta a la defensa y le asigna un defensor
oficial.
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Fallo “SCHENONE” (2006):La Corte resolvió apartar a un abogado defensor y dejar sin efecto la decisión que tuvo
por no presentado el recurso de queja interpuesto, por considerar que se había violado el derecho de defensa del
imputado al no habérsele proporcionado asesoramiento legal efectivo.
HECHOS:la defensa interpuso recurso de queja por denegatoria del recurso extraordinario in pauperis deducido por
el imputado, deducido contra la sentencia que lo condenaba 12 años de prisión. El letrado defensor omitió
sustanciar la voluntad recursiva de su defendido (la defensora había presentado el recurso extraordinario en sólo 2
carillas, además de no respetar ninguno de los requisitos de la vía intentada). El recurso de queja se tuvo por no
presentado por no haberse cumplido con los recaudos de identidad y domicilio exigidos por la acordada 13/90 (hoy
4/2012), pese a haber sido intimado en dos oportunidades a que cumpla con la acordada bajo apercibimiento de
tener por no presentada la queja. La defensa solicitó la reconsideración de la decisión del Tribunal.
DECISIÓN DE LA CORTE:La Corte dejó sin efecto la decisión que tuvo por no presentado el recurso de queja
interpuesto, dispuso el apartamiento del letrado defensor y ordenó poner en conocimiento del imputado su derecho
a designar un nuevo abogado. Para así resolver consideró que la falta de idoneidad del letrado había importado un
inadmisible menoscabo del derecho de defensa. Sostuvo que la garantía de defensa en juicio importa el
aseguramiento de una defensa técnica a todo justiciable, pero que no resulta suficiente con asegurar al imputado la
posibilidad de contar con asesoramiento legal, sino que éste debe ser efectivo.
Verdad Formal:es aquella que busca la verdad jurídica NO la real, que se determina en función de la valoración de
las pruebas producidas por las partes, es decir, el juez resuelve en base a lo que las partes prueben. Es propia del
proceso civil.
Verdad Material:el juez necesariamente tiene que investigar para descubrir la verdad “real” (aunque el imputado
confiese, el juez igualmente deberá investigar). Es la que busca el proceso penal.
PROHIBICIONES PROBATORIAS
Según Maier el juez no puede valorar teniendo en cuenta la existencia de una prueba ilegitima (in malampartem), sí
lo puede hacer si es a favor del imputado.
La prueba ilegitima se excluyea través de un planteo de nulidad, así como también quedan excluidas todas sus
derivaciones, a esto se lo denomina: “doctrina o teoría del fruto del árbol venenoso”.
El fundamento de la jurisprudencia en la regla de exclusiónes de naturaleza moral en el sentido de que “la justicia
no puede beneficiarse de la ilicitud de un procedimiento ilegitimo”.
LasTeorías Consecuencialistas, propias de EE.UU, sostienen que excluyendo la prueba se evita que en el futuro no
ocurra de nuevo, es decir, que en el futuro no se repita la obtención de pruebas ilegitimas.
FALLO CHARLES HERMANOS (1891):es la primera vez que se habla sobre “exclusión probatoria”
Se estaba investigando un delito de contrabando, y agentes del orden habían obtenido pruebas de la comisión de un
delito a partir de procedimientos cumplidos con violación de preceptos de jerarquía constitucional, a través de un
allanamiento ilegal.
Existían serios indicios de que el imputado era culpable del delito por el que se lo acusó.
Pese a ello, la Corte se pronunció por la inadmisibilidad de los medios de prueba obtenido a través de dicha
ilegalidad. Así fueron excluidos como elementos de cargo el material incriminatorio en el allanamiento.
El material encontrado en un comercio de Charles Hnos. era en sí mismo indicativo de la comisión de un delito.
El fundamento dado por la Corte para decretar tal exclusión fue fundamentalmente que la ley en el interés de la
moral y la seguridad declaraba a dicho material incriminatorio como inadmisible.
El valor justicia se ve seriamente resentido si quienes deben velar porque las leyes sean cumplidas –los policías- son
los primeros en violarlas, y quienes tienen como función aplicar e interpretar la ley –los jueces- basan un juicio de
reproche penal en la prueba obtenida mediante la comisión de otro delito.
DOCTRINA: como los papeles fueron obtenidos de manera ilegitima, no es válido como prueba.
En este caso, funcionarios de la aduana habían llevado a cabo un procedimiento en el comercio Charles Hermanos,
de resultas del cual, sin orden judicial alguna, fueron secuestradas facturas comerciales de la firma, correspondencia
y libros de contabilidad. Sobre la base de estos elementos los titulares del comercio fueron procesados por el delito
de contrabando.
Concluida la etapa sumarial la defensa opuso una excepción previa de la falta de acción, demandando el desglose de
los papeles y efectos secuestrados por entender que los mismos habían sido incautados ilegalmente.
Llegado el caso a la Corte, se hizo lugar al desglose solicitado. El Alto Tribunal comenzó por señalar que los
funcionarios de la aduana habían actuado en forma ilegal, puesto que la ordenanza en vigor prohibía expresamente
todo acto de pesquisa o secuestro de mercaderías sin orden judicial.
Refiriéndose entonces al pedido de desglose de los documentos secuestrados, agregó que… auténticos o falsos (los
documentos), ellos no pueden servir de base al procedimiento ni de fundamento al juicio. Si lo primero (auténticos)
porque siendo el resultado de una sustracción y de un procedimiento injustificable y condenado por la ley, aunque
se haya llevado a cabo con el propósito de encubrir un delito… la ley, en el interés de la moral, de la seguridad y
secreto de las relaciones sociales los declara inadmisibles; y si lo segundo (si son falsos), porque su naturaleza misma
se opone a darles valor y mérito alguno. Por esos fundamentos, se revoca el auto apelado y se declara que deben
desglosarse del proceso los documentos aludidos.
Cuando la Corte advirtió que una determinada prueba había sido obtenida ilegítimamente tampoco dudó en
declarar la inadmisibilidad de esa evidencia, independientemente de su aptitud como prueba de cargo. El Alto
Tribunal invocó para ello la necesidad de dar primacía a la ley, la moral y la seguridad de las relaciones sociales.
Entonces resulta contrario a derecho admitir como prueba de cargo objetos obtenidos como consecuencia de un
procedimiento ilegal, la prueba así obtenida daba lugar a su exclusión, con argumentos de tipo éticos.
FALLO MONTENGERO (1981): Agentes del orden habían obtenido pruebas de la comisión de un delito a partir de
procedimientos cumplidos con violación de preceptos de jerarquía constitucional, por medio de torturas.
Existían serios indicios de que el imputado era culpable del delito por el que se lo acusó.
En este caso, los dichos vertidos por éste bajo torturas en sede policial permitieron localizar en su domicilio efectos
robados.
Esta circunstancia hace que este caso no sea uno de los clásicos de tortura, porque la prueba a cargo está constituida
en lo sustancial por la compulsiva confesión.
Pese a ello, la Corte se pronunció por la inadmisibilidad de los medios de prueba obtenido a través de dicha
ilegalidad. Así fueron excluidos los dichos vertidos por Montenegro en su confesión extrajudicial.La Corte dijo que los
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apremio ilegales afectan la garantía de no declarar contra uno mismo consagrada en su Art. 18, por lo que la
declaración en sede policial era inválida. La Corte utilizó la doctrina del fruto del árbol venenoso.
El fundamento dado por la Corte para decretar tal exclusión fue fundamentalmente de carácter ético.
Acuñó la expresión de que otorgar valor al resultado de un delito (se refiere al cometido por los agentes del orden al
obtener la prueba) y apoyar sobre él una sentencia judicial, no sólo es contradictorio con el reproche formulado, sino
que compromete la buena administración de justicia al pretender constituirla en beneficiaria del hecho ilícito.
El valor justicia se ve seriamente resentido si quienes deben velar porque las leyes sean cumplidas –los policías- son
los primeros en violarlas, y quienes tienen como función aplicar e interpretar la ley –los jueces- basan un juicio de
reproche penal en la prueba obtenida mediante la comisión de otro delito.
FALLO FIORENTINO (1984):Un menor de 19 años de edad había sido detenido por una comisión policial integrada
por 4 agentes en oportunidad en que ingresaba, en compañía de su novia en el hall de entrada del edificio,en el cual
se encontraba el departamento donde él vivía con sus padres.
Al ser interrogado por los oficiales de policía había reconocido, al parecer espontáneamente, ser poseedor de
estupefacientes los cuales guardaba para consumo propio. Haciendo uso de las llaves que el mismo tenía, los policías
ingresaron con el detenido y su novia a la vivienda en cuestión. Allí los oficiales procedieron a secuestrar 5 cigarrillos
de marihuana y Fiorentino fue sometido a proceso, en ningún caso fue requerida una orden judicial.
Fiorentino fue condenado en instancias ordinarias. Su defensa alegó que el allanamiento practicado había sido
ilegítimo por carecer de orden judicial previa, y que por tanto la prueba obtenida no podía ser utilizada en su contra,
debiendo ser desechada. La Cámara consideró que había mediado un consentimiento válido, prestado tanto por el
procesado como por sus padres.
Según la Alzada, el consentimiento del menor Fiorentino debía inferirse del hecho de que en ninguna oportunidad
hubiese objetado los procedimientos cumplidos en su contra. Respecto del consentimiento dado por los padres, dijo
que si bien no había sido expreso, debía reconocerse que aquellos tampoco se opusieron pudiendo hacerlo…
consintiendo (así) que la inspección se llevara a cabo en la habitación de su hijo.
La defensa de Fiorentino interpuso recurso extraordinario, basado en la violación de la garantía que consagra la
inviolabilidad del domicilio. Llegado el caso a la Corte, ésta hizo lugar al recurso, comenzó señalando que el planteo
de la defensa conducía en definitiva a determinar el alcance de la referida garantía constitucional. Concluyó que el
agravio suscitaba una cuestión federal apta como para permitir su revisión en la instancia extraordinaria.
La Corte señaló en primer lugar algo de gran trascendencia constitucional: …”aunque en rigor no resulta exigencia
del art. 18 que la orden de allanamiento emane de los jueces, el principio es que solo ellos pueden autorizar esas
medidas, sin perjuicio de algunos supuestos en que se reconoce a los funcionarios la posibilidad de obviar tal
recaudo.
Lo dicho por la Corte es de gran trascendencia porque ella comenzó afirmando su competencia para entender el
recurso por hallarse en discusión el alcance de la garantía constitucional de la inviolabilidad del domicilio. Y sobre
esa base entiende luego que, salvo ciertos supuestos de urgencia, sólo los jueces son los habilitados para expedir
órdenes de allanamiento, es claro entonces que el mensaje de la corte que está mandando es que ningún otro
funcionario que no sea juez está constitucionalmente habilitado para disponer de esa medida.
La Corte indicó que era claro que en este caso no se había configurado ninguna de las excepciones previstas en el
ordenamiento procesal para permitir un ingreso sin orden previa, ni tampoco, agregó, ha mediado consentimiento
válido que permitiera la intromisión de la policía en el domicilio del procesado.
Con respecto al consentimiento de los padres la Corte descartó que el mismo pudiese ser prestado tácitamente,
máxime cuando el ingreso al domicilio se había ya consumado al momento en que aquéllos tomaron contacto con la
comisión policial.
En base a estos antecedentes, y a la falta de extremos de necesidad que impidieran proceder de acuerdo a la ley
recabando la pertinente orden judicial, el Alto Tribunal decretó la invalidez del registro domiciliario y del secuestro
practicado en tales condiciones. Declaró así procedente el recurso extraordinario interpuesto, dejando sin efecto la
sentencia condenatoria.
Este caso marcó un nuevo rumbo en lo que hace a las consecuencias de un allanamiento ilegal. El mismo significó,
por un lado, admitir la íntima conexión existente entre los allanamientos ilegítimos y la garantía constitucional de la
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inviolabilidad de domicilio.- Por otro lado implicó la aceptación por parte de la Corte de la regla de exclusión de
prueba obtenida ilegalmente.
Por último se reafirmó el criterio de la Corte de que por imperativo constitucional sólo a los jueces les compete el
dictado de las órdenes de allanamiento, sin perjuicio de los supuestos de urgencia.
Con respecto al consentimiento debe hallarse expresado de manera que no queden dudas en cuanto a la plena
libertad del individuo al formular la autorización.
Comentario: Agentes del orden habían obtenido pruebas de la comisión de un delito a partir de procedimientos
cumplidos con violación de preceptos de jerarquía constitucional, a través de un allanamiento ilegal.
Existían serios indicios de que el imputado era culpable del delito por el que se lo acusó.
Las sustancias halladas en lo de Fiorentino eran en sí mismas indicativas de la comisión de un delito.
Pese a ello, la Corte se pronunció por la inadmisibilidad de los medios de prueba obtenido a través de dicha
ilegalidad. Así fueron excluidos como elementos de cargo el material incriminatorio en el allanamiento.
La Corte señaló refiriéndose a la cláusula constitucional sobre inviolabilidad del domicilio, que aunque en rigor no
resulta exigencia del art. 18 que la orden de allanamiento emane de los jueces, el principio es que solo ellos pueden
autorizar esa medida, sin perjuicio de algunos supuestos en que se reconoce a los funcionarios la posibilidad de
obviar tal recaudo.
La Corte acuñó la expresión de que otorgar valor al resultado de un delito (se refiere al cometido por los agentes del
orden al obtener la prueba) y apoyar sobre él una sentencia judicial, no sólo es contradictorio con el reproche
formulado, sino que compromete la buena administración de justicia al pretender constituirla en beneficiaria del
hecho ilícito.
Mas allá de todo, un domicilio allanado ilegalmente, ante tal circunstancia debe investigarse la conducta de los
responsables (del allanamiento ilegítimo) por separado, pero los abusos de unos no vuelven lícitos los delitos de los
otros ni dejan de lado una realidad intangible, como la existencia del material incriminatorio en el domicilio del
imputado.
El valor justicia se ve seriamente resentido si quienes deben velar porque las leyes sean cumplidas –los policías- son
los primeros en violarlas, y quienes tienen como función aplicar e interpretar la ley –los jueces- basan un juicio de
reproche penal en la prueba obtenida mediante la comisión de otro delito.
FRUTO DEL ÁRBOL VENENOSO. REGLA DE EXCLUSIÓN. Si agentes de policía ingresan ilegalmente en el domicilio de
una persona, o si interrogan a un sospechoso por medio de apremios, los elementos encontrados en el domicilio
allanado o los dichos vertidos por quien ha sido coercionado, no serán admisibles como prueba en contra de quienes
han padecido tales violaciones de sus garantías constitucionales. Ello por aplicación de la regla de exclusión.
Siendo el procedimiento inicial violatorio de garantías constitucionales tal ilegalidad se proyecta a todos aquellos
actos que son su consecuencia y que se ven así alcanzados o teñidos con la misma ilegalidad. De tal manera, no sólo
resultan inadmisibles en contra de los titulares de aquellas garantías las pruebas directamente obtenidas del
procedimiento inicial sino además todas aquellas otras evidencias que son “fruto” de la ilegalidad originaria.
En ambos casos (Fiorentino y Montenegro) la Corte se limitó a excluir como prueba sólo aquello que había sido
consecuencia directa del accionar ilegal de la policía, sin abrir juicio acerca de la validez de otras posibles evidencias.
FALLO RAYFORD (1986):Se trata en este fallo de los casos en los cuales agentes del orden obtienen pruebas de la
comisión de un delito a partir de procedimientos cumplidos en violación de preceptos constitucionales. El caso
Rayford vino a sentar principios de importancia en lo relativo al alcance de la regla de exclusión.
Hechos:ReginaldRayford, era un americano con escaso dominio del castellano y en tránsito por nuestro país, había
sido detenido por el delito de tenencia de estupefacientes. La sustancia en cuestión fue secuestrada de su domicilio
por el personal policía, luego de que aquél, “no opusiera reparos” a la inspección de su vivienda.
Los agentes policiales ingresaron sin orden judicial. Durante el traslado a la comisaría Rayford entrego a los agentes
una tarjeta personal de quien le había suministrado la droga. En base a este dato, fue también detenido este último
y también un proveedor de este último.
Rayford fue acusado por el delito de tenencia y los otros dos por suministro.
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Fallo: En primera instancia los tres son absueltos ya que se consideró que el allanamiento que dio origen al
procedimiento había sido ilegitimo. El fiscal recurre y la cámara revoca el fallo diciendo que el allanamiento fue
“consentido” y los condenó a penas de un año en suspenso.
Solo el defensor del segundo detenido recurre ante la CSJN diciendo que la ilegalidad de los actos iníciales en el
domicilio determinan la nulidad de todo lo que fue su consecuencia.
La CSJN postuló que “B” tenía legítimo interés en la cuestión ya que fue a partir de la inspección en el domicilio de
Rayford que se desenvolvieron los distintos pasos que llevaron a su incriminación. La CSJN señalo que la regla es la
exclusión de cualquier medio probatorio obtenido de vías ilegitimas.
La CSJN dijo que de no haber sido por ese procedimiento ilegitimo resultaba incierto suponer que Rayford hubiese
involucrado a “b” espontáneamente. En base a ello consideró que se debe descartar que sus manifestaciones son
fruto de autónoma voluntad y por lo tanto al haber solo un cauce de investigación y no varios se debían descartar las
declaraciones de Rayford que llevaron hacia “B”.
La CSJN, una vez sentada esta regla enumera algunas excepciones ante las cuales estaría dispuesta a aceptar la no
aplicación de la regla de exclusión:
• Una excepción estaría dada en caso de que hubiese un cauce de investigación distinto del que culmina con el
procedimiento ilegitimo, de resultas de lo cual pueda afirmarse que existía la posibilidad de adquirir la prueba
cuestionada por fuente distinta. Se requiere tan solo la “posibilidad de que esto pase”.
• La CSJN en el fallo dice que un criterio de atenuación de la regla estaría dado porque la prueba que proviene
directamente de la persona a través de sus dichos, por hallarse dotadas de voluntad autónoma, admite mayores
posibilidades de atenuación de la regla. Por ello la exclusión es esos casos requiere de un vínculo más inmediato
entre la ilegalidad y el testimonio que el exigido para descalificar una prueba material. Este carácter asignado a los
testimonios dice Carrio que es sumamente peligroso.
Luego de este caso la CSJN volvió a tratar este caso haciendo otra vez una aplicación amplia de la regla de exclusión,
nuevamente autorizando a terceros a invocar la violación de garantías constitucionales de otros.
Este caso no solo recepta la regla de exclusión sino también la del árbol venenoso. Se aclara además en este fallo
que el consentimiento para poder ser tenido en cuenta en un allanamiento sin orden debe ser expresado de manera
que no queden dudas en cuanto a la plena libertad del individuo al formular la autorización, o sea no basta “no
ofrecer reparos”.
FALLO RUIZ (1987):En el marco de una investigación sobre robos a taxistas, la policía había obtenido la confesión
extrajudicial del procesado Ruiz Roque. Hechos posteriores permitieron sospechar que esa confesión había sido
extraída bajo apremios ilegales. La confesión policial sirvió además para ubicar a los taxistas despojados, los cuales
declararon en contra de Ruiz.
La confesión policial del procesado, por último permitió también ubicar a un comerciante con el cual Ruiz negociara
los efectos sustraídos de uno de los taxistas.
Respecto de dos de los robos a los taxistas incluidos en la confesión, había existido una fuente autónoma de
investigación. En efecto, en un procedimiento policial previo a la detención de Ruiz y que se originara en un asalto a
una farmacia, la policía había ya secuestrado un documento de identidad, el cual se determinó pertenecía a uno de
los taxistas despojados por Ruiz. También se había secuestrado el auto-taxímetro utilizado para el asalto a la
farmacia, el cual resulto ser uno de los autos robados previamente por Ruiz.
Condenado en las instancias ordinarias, Ruiz llevo el caso a la Corte por vía del recurso extraordinario. Dos de las
condenas fueron confirmadas. El Alto tribunal tuvo en cuenta para ello que aun cuando la confesión ilegitima de Ruiz
había permitido la individualización de las victimas y los reconocimientos que estos hicieron de Ruiz, existían en la
causa otras pruebas “independientes de las manifestaciones irregulares” y que habían sido obtenidas “de manera
objetiva y directa”.
La Corte se refirió, al documento hallado y al automóvil secuestrado en oportunidad al asalto a la farmacia. Estas
probanzas permitían en este caso afirmar que se estaba ante la posibilidad de adquisición de las evidencias por otras
fuentes distintas de las que se tengan por ilegitimas.
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En suma, si existe en un proceso un cauce de investigación distinto del que se tenga por ilegitimo, de manera de
poder afirmarse que existía la posibilidad de adquirir la prueba cuestionada por una fuente independiente, entonces
esa prueba será válida.
Respecto de este último caso, la Corte señalo que no hubo varios caminos de investigación, sino uno solo, cuya
senda original estuvo viciada y contamino todo su curso.
FALLO FISCAL C/ FERNANDEZ (1990): Hechos: Se hizo un procedimiento en un bar de Mendoza, la policía detiene a
un ciudadano boliviano (Fernández) secuestrándole cocaína que este tenía en su poder. Por dichos de Fernández
vertidos durante su detención, la policía localizó a otro ciudadano boliviano llamado Chaad, al que también le
encontró cocaína.
Fernández alerto además a los agentes policiales que en una casa cercana se encontraba el resto de la droga,
procedente de Bolivia. Uno de los policías se dirigió, vestido de civil, conjuntamente con Fernández a la vivienda en
cuestión. Esta resulto ser, ni más ni menos, que el consulado de la República de Bolivia y además la residencia
permanente del cónsul.
Fernández llamo a la puerta y fue atendido por el cónsul en persona, quien lo dejo pasar. El policía sin identificarse
ingreso también. A requerimiento de Fernández el cónsul le entregó (en presencia del policía) nueve paquetes de un
Kg. c/u. El cónsul fue luego llamado a un lugar público con el pretexto de prestar asistencia a su connacional Chaad y
allí lo detienen.
Hubo una razón para todo este engaño: La convención sobre relaciones consulares impide requisar estos lugares y
visitarlos sin la aquiescencia del cónsul.
La cámara federal invalidó el procedimiento entendiendo que se violó el domicilio del Cónsul, pues su
consentimiento fue viciado por no saber de qué se trataba la visita.
La Corte revocó esta sentencia diciendo que no se trató de un allanamiento sino de un “ingreso consentido” y
sostuvo que el empleo de un agente encubierto para la averiguación de delitos no es per se contrario a garantías
constitucionales, siempre que el comportamiento del agente se mantenga dentro de los límites del derecho y que no
se involucre de tal manera que hubiese creado o instigado la ofensa criminal en cabeza del delincuente.
Por otro lado la CSJN dijo que “Los jueces tienen el deber de resguardar, dentro del marco constitucional estricto, la
razón de justicia que exige que el delito comprobado no rinda beneficios… el deber de dejar establecida la verdad
jurídica objetiva, en materia de enjuiciamiento penal, sólo autoriza a prescindir, por ilícita, de una prueba cuando
ella, en sí misma, haya sido obtenida por medios inconstitucionales e ilegales.
En el caso entiende la CSJN que los agentes lo único que hacen es aprovechar las facilidades que da quien ya está
predispuesto a cometer el delito.
Este caso como vemos tiene una interpretación muy restrictiva en cuanto a la vigencia de la regla de exclusión
probatoria.
CSJN: “no deben existir vicios, ardid o aprovechamiento del imputado. La Corte ponderó los valore de Justicia y de
verdad material”.
FALLO DARAY (1994):En el mes de abril del año 1991, por la mañana, personal policial de Mendoza, que se
encontraba practicando controles de rutina, detuvo en la vía pública a Carlos Antonio Garbin, quien conducía un
automóvil Mercedes Benz con chapa de Capital.
La razón de la detención, habrìa sido- según el informe del policía interviniente- para que el conductor acreditara su
habilitación para conducir, y para una “mejor verificación de los datos”. Garbin exhibió entonces la documentación
del auto expedida a su nombre y el correspondiente permiso para circular.
A pesar de esto, el informe policial consigna que a Garbin se lo "invitó" a concurrir a la Seccional de Policía, en donde
se constató que el número grabado en el motor y en el chasis coincidía con los consignados en la cédula de
identificación del vehículo.
Luego, mientras los oficiales de policía intentaban comunicarse con Buenos Aires para determinar "si el rodado
poseía impedimento legal alguno", Garbin "espontáneamente" involucró a sus hijos Claudio y Alejandro, diciendo
que éstos tenían automóviles extranjeros con patentes diplomáticas. La "espontaneidad" de Garbin habría además
llegado al extremo de ofrecerse para acompañar al personal policial a "entrevistarse" con sus hijos en una bodega de
propiedad de aquél. Aparentemente a cambio de tantas amabilidades por parte de Garbin, la policía dejó constancia
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en el sumario que el vehículo de este último no registraba impedimento alguno, quedando el mismo en custodia de
la policía hasta tanto su titular regresara a buscarlo.
Según lo consignado por el policía que condujo la "entrevista", los hijos de Garbin reconocieron haber comprado
autos importados por diplomáticos, suministrando detalles sobre las operaciones y revelando el lugar de
ocultamiento de los vehículos.
Con esta información en su poder la policía dejó constancia de que los Garbin quedaban en calidad de detenidos e
incomunicados. A partir de allí se le dio intervención al juez federal en turno por el presunto delito de contrabando,
solicitándosele una orden de allanamiento para el secuestro de los vehículos y la documentación pertinente, según
la información dada por los chicos Garbin. El juez libró la orden ese mismo día y en el domicilio particular
suministrado por Alejandro Garbin en oportunidad de la "entrevista", fue encontrado un automóvil Mercedes Benz
con chapa diplomática.
La detención había sido injustificada, la policía no tenía facultad para privarlo de la libertad quedando todo el
proceso contaminado en consecuencia aplicándose la regla de exclusión, deviniendo todo el proceso ilegitimo.
EJECUCIÓN PENAL
1.- Principio de Judicialización de la pena. Fallo "Romero Cacharane" de la CSJN (327:388).
2.- Principio de resocialización.
3.- Salidas transitorias. Libertad condicional. Libertad asistida. Estímulos educativos. Casos.
EJECUCION PENAL.Es aquella etapa posterior a una sentencia, dictada por un tribunal oral, aplicable a la suspensión
del juicio a prueba, al juicio abreviado, a la condena en suspenso, inhabilitaciones y a las medidas de seguridad.
Comienza cuando la sentencia condenatoria adquiere firmeza. Está establecida en la ley 24.660 y en los decretos
396/99 y 18/97.
Principio de Resocialización: El régimen de ejecución es progresivo, esto quiere decir que va de lo más restrictivo a
lo menos restrictivo (la libertad del condenado). Es decir, la severidad va menguando.
En el art. 6 se establece que el régimen penitenciario se basará en la progresividad, procurando limitar la
permanencia del condenado en establecimientos cerrados y promoviendo en lo posible y conforme su evolución
favorable, su incorporación a instituciones semiabiertas o abiertas separadas, regidas por el prinicpio de
autodisciplina.
“La ejecución de la pena estará exenta de tratos crueles, inhumanos o degradantes” (art. 9).
Fin de la ley: que el condenado adquiera la capacidad de comprender y respetar la ley, procurando su adecuada
reinserción social, promoviendo la comprensión y el apoyo de la sociedad (art. 1).
La ejecución de la pena privativa de la libertad, en todas sus modalidades, estará sometida permanentemente a
control judicial. El juez competente o juez de ejecución garantizará el cumplimiento de las normas constitucionales
(art. 3)
Etapas de la ejecución penal:
1) Observación
2) Tratamiento
3) Periodo de prueba
4) Libertad Condicional
Le corresponde al juez de instrucción o al juez competente disponer de las salidas transitorias y el régimen de
semilibertad. El juez puede revocarlas ante una infracción GRAVE o REITERADA. (Art. 19).
Semilibertad: le permite al condenado trabajar fuera del establecimiento sin supervisión continua, en iguales
condiciones a las de la vida libre, incluso en cuanto al salario y al régimen de la seguridad social, regresando al
alojamiento asignado al final de cada jornada laboral. Se rige por el principio de autodisciplina. Incluye una salida
transitoria semanal, salvo resolución en contrario. (Arts. 23/24/26)
Libertad Condicional:El juez de ejecución o juez competente podrá conceder la libertad condicional al condenado
que reúna los requisitos fijados por el Código Penal, previo los informes fundados del organismo técnico-
criminológico, del consejo correccional del establecimiento y, si correspondiere, de un equipo especializado.
El informe deberá contener:
1) antecedentes de conducta,
2) el concepto
3) y los dictámenes criminológicos desde el comienzo de la ejecución de la pena.
En los casos de las personas condenadas por los delitos previstos en los artículos 119, segundo y tercer párrafo, 120
y 125 del Código Penal, antes de adoptar una decisión, el juez deberá tomar conocimiento directo del condenado y
escucharlo si desea hacer alguna manifestación.
También se requerirá un informe del equipo interdisciplinario del juzgado de ejecución y se notificará a la víctima o
su representante legal, que será escuchada si desea hacer alguna manifestación.
El interno podrá proponer peritos especialistas a su cargo, que estarán facultados para presentar su propio informe.
Al implementar la concesión de la libertad condicional, se exigirá un dispositivo electrónico de control, el cual sólo
podrá ser dispensado por decisión judicial, previo informe de los órganos de control y del equipo interdisciplinario
del juzgado de ejecución. (Art. 28)
La supervisión de la libertad condicional está a cargo del patronato de liberados o del servicio social calificado (art.
29).
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Libertad Asistida:egreso anticipado y reintegro al medio libre 6 meses antes del agotamiento e la pena temporal. Se
puede denegar por resolución fundada cuando el egreso pueda constituir un grave riesgo para el condenado o para
la sociedad.
Estímulos educativos: “Todas las personas privadas de su libertad tienen derecho a la educación pública” (art. 133).
Las restricciones a la educación están prohibidas, la educación es un derecho. Se lo debe notificar a cada interno
sobre la existencia de este derecho.
Estímulos educativos:
1) 1 mes por ciclo lectivo anual
2) 2 meses por formación profesional anual o equivalente
3) 2 meses por estudios primarios
4) 3 meses por estudios secundarios
5) 3 meses por estudios terciarios
6) 4 meses por estudios universitarios
7) 2 meses por posgrados
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modificación cuantitativa o cualitativa de la pena que se le impuso al condenado que justifica la revisión judicial para
controlar su legalidad y proporcionalidad.
De esta manera, se evita que la pena impuesta al condenado en un proceso rodeado de todas las garantías pueda
ser alterada por decisión de las autoridades penitenciarias.
La Corte sostiene que esto es inadmisible porque el derecho de defensa en juicio -de la que se deriva el derecho a la
revisión judicial- asiste al condenado hasta que se agote su pena.
EVOLUCION DE LA JURISPRUDENCIA:
Antes los jueces no se hacían cargo de las cuestiones de ejecución penal porque las consideraban cuestiones
administrativas.
La Sala II de casación comenzó a exigir que en los trámites administrativos se tenga asistencia técnica, así como en
todos los procedimientos administrativos, siendo esta la jurisprudencia actual.
PRINCIPIOS:
1) Judicialización
2) Legalidad
3) Reinserción
Los principios de judicialización y de legalidad están relacionados entre sí. Tiene que existir vigencia en la esfera
administrativa sancionatoria del debido proceso, es decir se deben respetar todas las garantías.
La ley de ejecución penal tiene problemas de legalidad. Existen dos fases donde se puede dar:
1) Fas cualitativa: calidad de la pena, es decir el modo de cumplimiento
2) Fas cuantitativa: cantidad de pena
Ambas cuestiones están previstas en la ley, deben estar dadas en forma clara y con anterioridad a que se
produzcan los hechos.
El cumplimiento de la pena está en la ley 24.660, en los reglamentos penitenciarios y en los decretos del PE.
Caso en que se viola la legalidad por existir un vacío legal: En el caso de la prisión perpetua, a los 35 años se podría
obtener la libertad condicional, pero no está contemplada la situación del reincidente, aquí habría un vacío legal.
Aquí se puede interponer un recurso. Puede ser interpuesto, una vez que pasaron los 35 años, para pedir la libertad
condicional, o apenas se fija la condena.
En lo que respecta a la libertad condicional se entiende que el dictamen fiscal es vinculante.
Fallo Vinter c/ Reino Unido.
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