Imaginación Sociológica
Imaginación Sociológica
Imaginación Sociológica
La imaginación sociológica incluye al actor, la acción y las relaciones sociales. capta lo que
ocurre en el mundo y lo que pasa en el individuo porque relaciona las inquietudes personales con
los problemas públicos. Mills postula la imaginación sociológica como aquella que «permite a su
poseedor comprender el
escenario histórico más amplio en cuanto a su significado para la vida interior y para la
trayectoria
exterior de diversidad de individuos». Para conquistarla, se requería huir de los procedimientos
rígidos,
del fetichismo del método y de la técnica; no fanatizar modelo teórico alguno, estudiar
estructuras
sociales y evitar la especialización; romper las fronteras de las disciplinas y estar atento a la
imagen de
la humanidad o a la noción genérica de la naturaleza humana del momento; comprender a los
humanos
como actores históricos-sociales y, sobre todo, jamás renunciar a la autonomía moral y política.
Tres
términos sintetizan esta imaginación sociológica: heterodoxia, autonomía y principios
normativos.
I. LA PROMESA
La imaginación sociológica permite a su poseedor comprender el escenario histórico más
amplio en
cuanto a su significado para la vida interior y para la trayectoria exterior de diversidad de
individuos.
Ella le permite tener en cuenta cómo los individuos, en el tumulto de su experiencia cotidiana,
son con
frecuencia falsamente conscientes de sus posiciones sociales
En aquel tumulto se busca la trama de la
sociedad moderna, y dentro de esa trama se formulan las psicologías de una diversidad de
hombres y
mujeres. Por tales medios, el malestar personal de los individuos se enfoca sobre inquietudes
explícitas
y la indiferencia de los públicos se convierte en interés por las cuestiones públicas.
-El primer fruto de esa imaginación —y la primera lección de la ciencia social que la encarna—
es la
idea de que el individuo sólo puede comprender su propia experiencia y evaluar su propio
destino
localizándose a sí mismo en su época; de que puede conocer sus propias posibilidades en la vida
si
conoce las de todos los individuos que se hallan en sus circunstancias
Ningún estudio social que no vuelva a los problemas de la biografía, de la historia y de sus
intersecciones dentro de la sociedad, ha terminado su jornada intelectual
En suma, a esto se debe que los hombres esperen ahora captar, por medio de la imaginación
sociológica, lo que está ocurriendo en el mundo y comprender lo que está pasando en ellos
mismos
como puntos diminutos de las intersecciones de la biografía y de la historia dentro de la
sociedad
3 ¿Cuáles son en nuestro tiempo los mayores problemas para los públicos y las inquietudes
clave de los
individuos particulares? Para formular problemas e inquietudes, debemos preguntarnos qué
valores son
preferidos, pero amenazados, y cuáles preferidos y apoyados por las tendencias características
de
nuestro tiempo. Tanto en el caso de amenaza como en el de apoyo, debemos preguntamos qué
contradicciones notorias de la estructura pueden estar implicadas.
Cuando la gente estima una tabla de valores y no advierte ninguna amenaza contra ellos,
experimenta bienestar. Cuando estima unos valores y advierte que están amenazados,
experimenta una
crisis, ya como inquietud personal, ya como problema público. Y si ello afecta a todos sus
valores,
experimenta la amenaza total del pánico.
Pero supongamos que la gente no sienta estimación por ningún valor ni perciba ninguna
amenaza.
Ésta es la experiencia de la indiferencia, la cual, si parece afectar a todos los valores, se convierte
en
apatía.
Supongamos, en fin, que no sienta estimación por ningún valor, pero que, no obstante, perciba
agudamente una amenaza. Ésta es la experiencia del malestar, de la ansiedad, la cual, si es
suficientemente total, se convierte en una indisposición mortal no específica
La primera tarea política e intelectual —porque aquí coinciden ambas cosas— del científico
social
consiste hoy en poner en claro los elementos del malestar y la indiferencia contemporáneos
A falta de una
ciencia social adecuada, los críticos y los novelistas, los dramaturgos y los poetas han sido los
principales, si no los únicos, formuladores de inquietudes individuales y hasta de problemas
públicos
El «poder», tal como ahora se usa generalmente esta palabra en la ciencia social, se relaciona
con
cualquier decisión que los hombres tomen en relación con las organizaciones bajo las cuales
viven, y en
relación con los acontecimientos que forman la historia de su tiempo
Pero seguramente basta eso para hacer evidente lo que yo considero cosa obvia: que no hay
«gran
teoría», ningún sistema universal de acuerdo con el cual podamos entender la unidad de la
estructura
social