Cerebro y La PNL
Cerebro y La PNL
Cerebro y La PNL
ATENCIÓN: La atención es un proceso mental muy complejo que no puede ser reducido a
una simple definición, una estructura anatómica concreta y que no puede ser evaluado con
una única prueba ya que engloba diversos procesos distintos. Para simplificar podemos decir
que la atención es la función cognitiva con la que seleccionamos entre los estímulos que
llegan simultáneamente al cerebro, tanto externos (olores, sonidos, imágenes…) como
internos (pensamientos, emociones…), los que nos son útiles y adecuados para realizar una
actividad motora o mental. En el fondo, se trata de todo un conjunto de procesos, que varían
en complejidad y que nos permiten realizar el resto de funciones cognitivas adecuadamente.
Para simplificarlo se habla de diferentes tipos de atención según su menor o mayor
complejidad:
MEMORIA: La memoria es un proceso muy complejo que permite la codificación,
almacenamiento y recuperación de la información. Para que podamos hacer todas estas
cosas, necesitamos que el sistema atencional opere correctamente. Si no se presta atención a
algo, no podremos codificar y mucho menos almacenar y recuperar toda esa información.
Para entender la memoria podemos clasificarla según dos criterios:
FUNCIONES EJECUTIVAS: Las Funciones Ejecutivas son las funciones cognitivas más
complejas. Aunque existen varias definiciones de función ejecutiva, casi todas hacen
referencia al control de la cognición y regulación de los pensamientos y la conducta a través
de varios procesos relacionados entre sí. Comprende todo un conjunto de habilidades
complejas como la dirección de la atención, la planificación, programación, regulación y
verificación de la conducta intencional. Se localizan en el lóbulo frontal del cerebro. Según
Lezack, estas funciones se pueden agrupar en una serie de componentes:
LENGUAJE: El lenguaje es un sistema de comunicación simbólico que se manifiesta, en el
caso de los humanos, a través de las lenguas. El lenguaje no solo es importante para
comunicarnos con los demás sino que también estructura nuestro pensamiento interno. En el
procesamiento del lenguaje intervienen diferentes áreas cerebrales que actúan de modo
integrado mediante diversos sistemas funcionales que involucran, sobre todo, al hemisferio
izquierdo. Podríamos hablar de 2 áreas corticales que se encargan de la expresión y
recepción del lenguaje, principalmente en el hemisferio cerebral izquierdo:
FUNCIONES VISOPERCEPTIVAS Y VISOESPACIALES: Las funciones visoperceptivas
son aquellas que nos permiten reconocer y discriminar los estímulos. Nos ayudan a
interpretar, atribuir y asociar lo que vemos a categorías conocidas e integrarlo en nuestro
conocimiento. El funcionamiento correcto de estas funciones nos permite, por ejemplo,
reconocer las caras de nuestros familiares y amigos, o saber si un objeto es un peine, unas
llaves o un sombrero.
Para incentivar el éxito o el fracaso se hace necesario muchas veces sacar al cerebro o
al pensamiento de su estructura lineal, ya que generalmente se utiliza la parte
correspondiente al hemisferio izquierdo. Por medio de diversos mecanismos se
estimula la parte derecha con lo que se amplia el horizonte, aumenta el panorama y se
encuentra soluciones mucho más amplias.
El hemisferio izquierdo se encuentra especializado en aspectos secuenciales, parte por
parte, mientras que el derecho combina las partes, hace síntesis, permite ver las
diversas situaciones de manera espacial tri o tetra dimensional.
Aquí se dan los gustos, las preferencias lógicas o no. Cada persona tiene un sistema
líder en diversas etapas. Si alguien utiliza más la vista este será su sistema líder. Si
predomina la audición será el oído, kinestésico si usa las sensaciones corporales, olfato
y el gusto. Por medio de la meditación se pueden maximizar todos estos aspectos.
La lógica que sigue esta concepción del cerebro humano recuerda mucho a una
forma de entender la evolución como un proceso en el que lo nuevo se va
acumulando sobre lo viejo, de manera que estas dos partes mantienen una
independencia relativa entre sí, aunque se afectan las unas a las otras. También
recuerda a la idea de que lo emocional y lo racional forman parte de dos
dimensiones psicológicas diametralmente opuestas, y que donde hay una no cabe
la otra.
2. El cerebro límbico
El sistema límbico, que según MacLean apareció con los mamíferos más
primitivos y sobre la base del complejo reptiliano, fue presentado como una
estructura responsable de la aparición de las emociones asociadas a cada una
de las experiencias que se viven.
Su utilidad tiene que ver con el aprendizaje. Si una conducta produce emociones
agradables, tenderemos a repetirla o a intentar cambiar nuestro entorno para que
se produzca de nuevo, mientras que si produce dolor recordaremos esa
experiencia y evitaremos tener que experimentarla otra vez. Así pues, este
componente tendría un papel fundamental en procesos como
el condicionamiento clásico o el condicionamiento operante.
3. La neocorteza
Para MacLean, el neocórtex era el hito evolutivo más reciente del desarrollo
de nuestro cerebro. En esta estructura tan compleja residía l capacidad para
aprender todos los matices de la realidad y de trazar los planes y las estrategias
más complicadas y originales. Si el complejo reptiliano se basaba en la repetición
de procesos totalmente por la propia biología, la neocorteza era permeable a todo
tipo de sutilezas provenientes del entorno y del análisis de nuestros propios
actos.
Además, las funciones que supuestamente realizaban cada uno de los tres
cerebros definen bien el comportamiento característico de los grupos de animales
que, según él, representan el momento de la evolución en el que aparecieron estas
estructuras. Por otro, lado hoy en día sabemos que los ganglios basales (que
formarían parte del cerebro reptiliano) no tienen que ver con la ejecución de
acciones programadas genéticamente, sino que están asociados a la realización de
movimientos voluntarios que después de haber sido muy practicados, se han
vuelto automáticos, como por ejemplo ir en bicicleta.