La Equivalencia Funcional en Traducción Jurídica: Ada Franzoni Moldavsky
La Equivalencia Funcional en Traducción Jurídica: Ada Franzoni Moldavsky
La Equivalencia Funcional en Traducción Jurídica: Ada Franzoni Moldavsky
funcional en
Traducción Jurídica
Ada Franzoni de Moldavsky
El concepto de equivalencia
B Webster's Tlürd Ne~v lnternational Dictíonary (1971) trae varias
1. En todos los casos de citas en acepciones modernas del término «equivalente>> 1:
español de obras pnb.licadas en inglés a) igual en fuerza o cantidad;
la traducción es de la autora. b) igual en significado o importancia, sinónimo;
e) igual en valor;
d) correspondiente o virtualmente identico, especialmente en cuanto al
efecto o la función.
Los sinónimos
De estas cuatro acepciones de «equivalente>>, hay dos que inmediatamente
llaman la atención del traductor. Hay equivalencia (segunda acepción citada)
cuando dos elementos son iguales en significado, es decir, sinónimos. En
español se puede decir, por ejemplo: «dicción», «expresión>>, «palabra»,
<<término», «vocablo» o «voz». En todos estos casos, las acepciones son
igual.es o muy parecidas en significación, y en ese sentido son equjvale11tes,
si bien ello no supone que sean intercambiables en cualquier contexto. En el
campo de la terminología, por ejemplo, se preferirá el uso «término». De
«voz» dice María Moliner en su Diccionario de Uso del Español (1990),
acepción número once: «palabra, considerada más en su fonna que en su
2 Voces N° 20
contenidoconceptual».Hay, por lo tanto, diferencias entre estos ténninos o
voces(o expresiones o palabras o vocablos o dicciones), pero en algún punto
todos son sinónimos equivalentes. Puesto frente al abanico de opciones, el
n' traductorredacta su texto en la lengua meta eligiendo un término u otro según
el contexto, según el objetivo de ta traducción, según el registro y tamhién,
por supuesto, seg(w lo que su intuición le indique.
En el campo específico de Lostextos juñdicos redactados en inglés, es
interesanteseñalarel caso bastante frecuentedel uso de dos o más sinónimos,
eo fo_rmaconjunta, ya sea en una enumeración o en otra,; construcciones, y
ver cómo se lo resuelve al traducir. Si un texto en inglés dice any action,
cause, co1.1rtproceeding or suir.y rcsuJta claro del contexto que las cuatro
expresionestienen igual senLido,el traductor podrá optar por (a) usar un único
término en español, con lo cual estará siendo fiel al contenido conceptual, o
(b) buscar cuatro equivalentes que sean sinónimolientre sí en español y, por
lo tanto, ser fiel no solo a lo conceptual sino también al estilo. El inglés
jurídico tiene, además, mochas expresiones llamadas doublet.f (tenns and
Cf>nditions; ,wll and void;JullJaith and c:redit)y otras llamadas triple.is(give,
devise and bequeath;righr,rltleand i11Jere.~1) que amplificansentido median-
te la sinonimia pero que bien pueden traducirse por un solo término. Ciertos
autores, defensores del lenguaje jurídico llano y precursores del llamado
plain Eng/ish en los textos jurídicos, recomiendan no utilizar nunca estas
expresiones. TaJ es el caso de David Mellinkoff ( 1963; 1982) y Reed
Dickerson ( 1986). Otros consideran que su uso es aconsejable cuando se
busca algún efecto especial, tal como sucede en el uso de-fórmulas rituales
(the truth. the ,,vholetru1hand 11othingbu1the truth). El traductor, de todas
maneras. que no escribe el texto fuente sino que Jo reescribe para producir
el texto meta, deberá usar su propio criterio y continuamentebuscar la mejor
solución posible en base al texto con el que trabaja. la información de que
disponga y los frutos de su investigación.
Ahora bien. volvamos a la cadena de térm,inosque inicíamos con «dic-
ción» en español. Si intentamosbuscar los equivalentesrespectivos en inglés,
nos encontramos con cliclion,e.xpression,tenn, 11ocable,voice y 1vord,que
también son sinónimos entre si y cuyo significado es igual o muy parecido.
De diction, por ejemplo. en su acepción número uno, nos dice el New Shorter
Oxford English Dicrio11ary011 Historical Principies que el término es
actualmente obsoleto, que significa «palabra» (worc/),y que se utilizó con
este significado en el inglés de mediados del i;iglodieciséis hasta finales del
diecisiete. La misma fuente describe la acepción número cinco de voice como
actualmente obsoleta, establece que su significado es «palabra, frase u
oración enunciada» y que fue de uso habitual hasta fines del siglo dieciocho.
Estaríamosaquí en presencia de sinónimoso equivalentesno sólo en cada una
de las dos lenguas utilizadas para la ejemplificación, sino también de
equivalentes entre esas dos lenguas.
Por lo tanto, ¡la traducción no podría existir! Pero Mounin, desde su lugar
de lingüista y no de traductor, reconoce que la traducción existe. que existen .
los traductores y que siempre han existido. Y que la necesidad de la
traducción se plantea en el mundo real y concreto de todos los días. Y Mouni11
no duda de que «ese equivalente natural más inmediato>)(1977: 317, cita de
Nida) jamás se logra del todo, pero que encontrarlo constituye el desafío
constante de los traductores.
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La equivalencia en traducción jurídica
Los sistemas jurídicos
Sea cual fuere el concepto de equivalencia que tomemos, en traducción
jurídica se debe partir de la base de que la traducción no se plantea únicamente
entre las do:1lenguas de trabajo, sino, e:1pecíficamente,enlre dos sistemas u
2. Véase: A. Franzoni de Moldavsky ordenanúentos jurídicosl. Este es el contexto genérico en el cuaJ el traductor
(Septiembre 1992:24 y MarLo público argentino, especializado en el campo jurídico, debe investigar la
1992:46-7). terminología con la que se enfrenta en su trabajo. Es a partir de la compara-
ción entre sistemas jurídicos que se establecen correspondencias entre las
instituciones del derecho y la lenninología. Además, resulta fundamental
comprender que el concepto de sistema jurídico no se identifica siempre con
el de un país determinado.
Veamos lo que sucede en Estados Unidos, por ejemplo. Según la rama del
derecho de que se trate, en el n1arcode la cual se inscriba el documento a ser
traducido, se deberá tener el cuenta un concepto de jurisdicción geográfica
que abarque ya sea todo el territorio del país o únicamente un estado
determinado. Si el documento fuente se refiere fundamentalmente al tema de
concur, os y quiebras, por ejemplo. el árnbito jurisdiccional será nacional o
federal, y eso asegura unifomtldad de 1erminología ea lodo el territorio
estadounidense. De manera que, en este caso. un traductor público argentino
en idioma inglés deberá establecer las correspondencias o equivalencias
entre la terminología respectiva utilizada en Argentina y la de uso en todo el
ámbi10de ese país. Pero si el documento fuencces un acta de constitución de
unacorporc11in11, el contexto es el derecho societario que, en Estados Unidos,
es de jurisdicción estadual. De manera que las equivalencias terminológicas
jurídicas deberán, en este caso. establecerse entre el sistema jurídico argen-
tino y el del estado a cuyo ordenamiento jurídico correspondiera el documen-
to en cuestión. Si bien el derecho societario de muchos estados sigue
actualmente las pautas del Model Business Corporation Ac:tde la An,erican
B<trAssociation, persisten rnuchas diferencias entre las leyes de los distintos
estados y, en consecuencia, bay también diferencias en la terminología
3. Véase: G.G. Coughlin Jr. ( 1993)y utilizada en cada uno de ellos3•
E. A. Famsworth ( 1975).
Equivalencia funcional
A esta altura del anáJisis, pasaremos a 1.rabajar con el concepto de
equivalencia funcional definido por Martin Weston en su obra An English
Reader's Cuide to tite Frenc:hLegal Syste,n. Dice este autor:
Voces N• 20 7
el divorcio con restitución de la aptitud nupcial (es decir, vincular) existió
breven1enteen Argentinaentre el 29 dejunio de 1955y el 1º de man.o de 1956
y que, por lo tanto, en un texto redactado en ese período sí se puede traducir
por divorce.
. Otro caso en que la traducción de un concepto tan sencillo como el de
«divorcio» puede complicarse es el siguiente. En los Estados Unidos, el
derecho de familiaes de jurisdicción estadual, lo cual implica que cada estado
aplica a su manera las nonnas respectivas heredadas del con,mon /{J\1·y que,
además, tiene sus propias leyes referidas a esta rama del derecho. En el año
J 992, la legjslaturadel estado de California sancionó un Código de Leyes de
FamiHa (Ca/ijrJrnlaFarnily Code) en reemplazo de diversas leyes que
legislaban sobre la mate1ia. En este código, se cambió la denominación
divoree por la de dissolution,que ahora es el término usado para defmir el fin
judicialmente sancionado de un matrimonio que autoriz.aa los cónyuges a
contra.ernuevo matrimonio. De manera que, ante un texto producido en el
estado de California con posterioridad a 1992 en el que aparezca el término
dissolution, la equivalencia funcional en Argentina seria «divorcio/divorcio
vincular». Y al traducir al inglés, cuando la traducción estuviera destinada a
dicho estado. se debe utilizar actualmenteel términodissolutioncada vez que
en Argentina se use el concepto «divorcio/divorcio vincular>).De igual
manera. al traducir al inglés el concepto de «disolucióndel vínculo matrimo-
nial», taJ cual se utiliza en el art. 213 del Código Civil argentino. o el de
<<disolución de la sociedad conyugal», según se lo define en el art. 129J del
mismo código, no podrá usarse dissolution si el destino de la traducción es
California, sino que deberá buscarseotro término genérico que sea apropiado
para los supuestos de disolución de la ley argentina.
Comprobamosasí cómo el objetivo de lograr equivalencia funcional se ve
obstaculizado en Ja práctica por diversas consideraciones ante las que el
traductor debe estar en pennancnte estado de alerta. No obstante, coincido
con el criterio de Weston según el cual «En términos generales, la técnica de
usar w1 equivalente funcional puede ser considerada como el método de
traducción ideal.>~ (op. cit.: 23) Se puede decir que, en la mayoría de los
casos, los traductores públicos y d.ocentesde traducción y lengua jurídicas
argentinos sostienePtambiéneste criterio y lo aplican eo su labor profesional
y docente. Lejanos están aquellos días en que et término de derecho
angloamericanoremedy aparecía traducidoliteralmente como <<remedio» en
on programa de estudios de traducción jurídica. Mochos caminos se han
recorrido desde entQJlces,estableciéndoseuna síntesis fructífera, en perma-
nente evolución, entre el conocimientoexperimental derivado de la práctica
profesionaly el conocimientoteórico fruto de la reflexión sobre esa práctica.
Voces N° 20 9
complejo, al español utilizado por un número cada vez mayor de
hispanoparlantesresidentes en Estados Unidos? Con respecto a este último
tema, resulta muy interesante revisar la bibliografía existente sobre interpre-
tación judicial eo Estados Unidos y conocer los problemas particularísimos
5. Véase especialmente: González, que se plantean, especialmenteen relación al españo15• Una pregunta similar
Vásquez, Mikkelson (1991) y se debe plantear al traducir en la otra dirección: ¿a qué inglés jurídico
W. Hewitt (1995). traducir? ¿AJvigente en el sistemajurídico inglés, escocés, estadounidense.
canadiense?
Otra de las consideracionesde Westontiene que ver con su aseveración de
que es lingüísticamenteimposibletraducir toda la terminologíajurídica de un
mismo texto utilizando en todos los casos el mismo procedimiento. Los
traductores públicos comprendemos inmediatamentela verdad de este prin-
cipio. De manera permanente, y siempre con el objetivo de la equivalencia
funcional como guía, el traductor va aplicando los diversos procedi1uientos
moviéndose entre las limitacionesque le plantea el texto. Así, podrá traducir
«sociedad anónima» como corporation si el destino de la tradi.Jcciónes
Estados Un.idos,pero, en el mismo texto, podrá decidir dejar en el español
original el nombre propio «Banco Central de la República Argentina» en
lugar de utilizar el equivalentefuncional. La aplicación de distintos procedi-
mientos en el mismo texto no significa, de ninguna manera, que se apliquen
distintos procedimientos en r-elacióncon w1 mismo término en un mismo
texto. Dice Weston al respecto: <<especialmente en leyes y reglamentos, el
mismo término o expresión de la lengua fuente debe ser siempre traducido
por mediodel mismo término o expresiónde la lengua meta» (op.cit. :32). Que
la precisión tennioológica es una condición indispensable del discurso
jurídico no puede ponerse en discusión.
10 Voces N° 20
propuesta de este trabajo es que, en los textos legislativos, la transparencia es
un elemento de gran importancia, y debe ser posible, a1 volver a traducir de
la lengua meta a la lengua fuente, reconocer e identificar con precisión los
términos originales. Por lo tanto, y tal como sostienen Newmark (1988) y
Sarcevic (1985), se debe privilegiar el aspecto semántico-literal y traducir,
respectivamente, full adoption y simple adoption. .•
11
(ii) El caso de los delitos penales 8. Véase el Código Penal argentino y
V. Benmaman, N. Connolly y
¿ Qué criterio debería utilizarse para traducir, de inglés a español, las
S.R Loos (1991 ).
denominaciones de los delitos penales en el derecho estadounidense en
relación con el dei'echo argentino? ¿Existen correspondencias funcionales?
¿Se puede establecer un único criterio de aplicación general?
En primer lugar, y siempre dentro del contexto de la traducción de textos
legislativos, debemos recordar que, en Estados Unidos, el derecho penal
sustantivo es fundamentalmente estadual. Esto implica que cada estado tiene
su propia tipificación de delitos y que, si bien existe un.Model Penal Code,
éste no es de aplicación uniforme. Además, el gobierno federal también tiene
su propio código penaJ que castiga la comisión de los delitos denominados
federales (federal crimes).
Por otra parte, el Código Penal argentino se aplica. en el caso de «delitos
cometidos o cuyos efectos deban producirse en el territorio de la Nación
Argentina», según establece su artículo primero. De manera que tendríamos
que trabajar en base a la comparación de cincuenta jurisdicciones estaduales
y una jurisdicción federal en Estados Unidos con una única jurisdicción en
Argentina. Esto de por sí plantea numerosos problemás ya que, como se
dijera, muchas veces distintos estados definen un mismo delito de manera
diferente. Pero aún si se plantea buscar equivalencias entre un estado
determinado y Argentina, la tarea se complica porque no hay corresponden-
cia exacta entre los elementos que definen los delitos en una y otra jurisdic-
.,
ClOil.
Por lo tanto, si bien se pueden establecer correspondencias o equivalencias
genéricas, resulta muy difícil hacerlo en forma precisa y unívoca .. En
términos generales se puede decir, por ejemplo, que hay equivalencia entre
el delito de violación, defmido en el art. 119 del Código Penal argentino, y el
delito denominado rape en los estados de California y Nueva York (que en
otras jurisdicciones se denomina sexual assault o sexual battery). No obstan-
te, resulta mucho más transparente utilizar un procedimiento de traducción
semántica, literal, que garantiza la identificación estricta de la institución en
el ordenamiento jurídico a1 que corresponda. Así, se podrá traducir el delito
denominado reckless burning en Arizona como «incendio culposo», o el
denominado reckless conduct en el estado de Texas como «imprudencia
temeraria>>,tal como se sugiere en el Bilingual Dictionary of Criminal Justi-
ce Tenns de Virginia Benmaman, Norma Connony y S.R. Loos (1991). La
comprensión clara del alcance de estos delitos sólo puede obtenerse a partir
del análisis de su definici6n en la jurisdicción de origen, y la equivalencia
funcional en traducción es casi imposible.
Voces N° 20 11
traductor extranjero. Por ejemplo, en un poder otorgado en inglés en los
Países Bajos, cuyo texto en espaiiol fuera originalmP-nteenviado a allí desde
Argentina, se autoriza a un ciudadano argentino a realizar detenninados
actos, y se define su profesión como agricultural scientist. Es bastante
posible que el traductor extranjero haya tenido la intención de traducir por
medio de un equivalente funcional. Pero ese núsmo equjvalente funcional se
vuelve oscuro en Argentina, al plantearse la necesidad de volver a traducir el
texto al español. Si a1 lado de la expresión agricu.lturalscientist se hubiera
indicado «ingeniero agrónomo», no existiría problema alguno. Pero al no
haberse procedido de esta manera, el traduclor argentino no tiene otra
solución que hacer una traducción semántica y salvaguardar su responsabi-
Lidadincluyendo como aclaración el término en inglés del que traduce. ya que
únicamente puede remitirse a ese término. Así, podrá traducir por «agróno-
mo», e indicar a continuación y entre paréntesis el término agricultura/
sci.en.tist.Si el traductor extranjero hubiera renunciado a la equivalencia
funcional y hubiera preferido un c.riterio de Literalidad (uLilizando. por
eje1nplo.la expresión agricultural engineer), resulta claro que la retrotraduc-
ción al español hubiera sido más sencilla.
Se suscitan problemas similares. en este tipo de documentos. cuando se
Lraducen los equivalentes funcionales de nombres de organismos. En el
mismo texto en el que aparecía el término agricultura/ scientist. apurece la
expresi6nArgentinean Agric"ltural Departff1ent.Lo más razonable es inferir
que, en el original en espai\ol, esto era "Ministerio de Agricultura argentino»,
pero un traductor público no puede basar su trabajo en inferencias sino en'
certezas. Nuevamente, puede traducir de esta manera, pero deberá consignar
a continuación el término en inglés para dejar en claro a qué se refiere. Si el
traducLorextranjero hubiera hecho lo mismo, la retrotraducción hubiera sido
una tarea sencilla.
Hemos intentado analizar algunos de los límites que deben fijarse frente
a la utilización clel criterio de equivalencia funcional como único procedi-
miento válido y aceptable. El traductor debe ser, en primer Jugar, guardián del
sentido, y un criterio que, en determjnados contextos, ponga este valor en
peligro, debe ser manejado con extrema precaución.
Conclusión
Es enorme la imponancia del concepto de equivalencia en el campo de la
traducción. En la mayoría de los casos, el traductor, en su práctica profesio-
nal, se deja guiar por su instinto, y de esa manera logra las soluciones más
adecuadas a los diversos problemas a los que se enfrenta, equivalencia
incluida. Y sabe cuándo usar equivalencia funcional o cuándo no usarla. Pero
la reflexión sobre la práctica es necesaria y deseable, ya que conduce al
debate y a un mayor esclarecimiento de los problemas.
En traducción jurídica, la equivalencia funcional es un concepto funda-
mental. Hasta se podría llegar a decir que, sin equivalencia funcional, no
podría haber traducción jurídica. Pero, al mismo tiempo, se deben reconocer
los límites naturales de este procedimiento, planteados, naturalmente, en
determinadas situaciones de la demanda de traducción así como en determi-
nadas condiciones lingüísticas y extra lingüísticas. En palabras de Georgcs
Mounin, en el cierre de su obra anteriormente citada (1977:317):
Voces N° 20 IJ