La Equivalencia Funcional en Traducción Jurídica: Ada Franzoni Moldavsky

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La equivalencia

funcional en
Traducción Jurídica
Ada Franzoni de Moldavsky

Con este artículo, la traductora Ada Franzoni de


Moldavsky abrió la.i;VI Jornadas de Actualización
Profesional organizadas por el Colegio de
Traductores Públicos de la Ciudad de Buenos Aires
el 28 y 29 de septiembre de 1995. En él, la autora
recoge distintas definic·iones del término equivalencia
y se pregunta por los alcanc·es del concepto en el
campo de la trciducc·ión _jurídica.

Planteo del problema


El concepto de equivalencia es básico para comprender qué implica
traducir y es, además, en la práctica profesional, uno de los aspectos que más
problemas y divergenGias plantea. ¿Es posible lograr la equivalencia? ¿Cómo
definirla exactamente? ¿Aca-;o el único criterio válido y deseable es la
equivalencia, o existen situaciones en las que otros criterios y procedimientos
son también aceptables?

El concepto de equivalencia
B Webster's Tlürd Ne~v lnternational Dictíonary (1971) trae varias
1. En todos los casos de citas en acepciones modernas del término «equivalente>> 1:
español de obras pnb.licadas en inglés a) igual en fuerza o cantidad;
la traducción es de la autora. b) igual en significado o importancia, sinónimo;
e) igual en valor;
d) correspondiente o virtualmente identico, especialmente en cuanto al
efecto o la función.

Los sinónimos
De estas cuatro acepciones de «equivalente>>, hay dos que inmediatamente
llaman la atención del traductor. Hay equivalencia (segunda acepción citada)
cuando dos elementos son iguales en significado, es decir, sinónimos. En
español se puede decir, por ejemplo: «dicción», «expresión>>, «palabra»,
<<término», «vocablo» o «voz». En todos estos casos, las acepciones son
igual.es o muy parecidas en significación, y en ese sentido son equjvale11tes,
si bien ello no supone que sean intercambiables en cualquier contexto. En el
campo de la terminología, por ejemplo, se preferirá el uso «término». De
«voz» dice María Moliner en su Diccionario de Uso del Español (1990),
acepción número once: «palabra, considerada más en su fonna que en su
2 Voces N° 20
contenidoconceptual».Hay, por lo tanto, diferencias entre estos ténninos o
voces(o expresiones o palabras o vocablos o dicciones), pero en algún punto
todos son sinónimos equivalentes. Puesto frente al abanico de opciones, el
n' traductorredacta su texto en la lengua meta eligiendo un término u otro según
el contexto, según el objetivo de ta traducción, según el registro y tamhién,
por supuesto, seg(w lo que su intuición le indique.
En el campo específico de Lostextos juñdicos redactados en inglés, es
interesanteseñalarel caso bastante frecuentedel uso de dos o más sinónimos,
eo fo_rmaconjunta, ya sea en una enumeración o en otra,; construcciones, y
ver cómo se lo resuelve al traducir. Si un texto en inglés dice any action,
cause, co1.1rtproceeding or suir.y rcsuJta claro del contexto que las cuatro
expresionestienen igual senLido,el traductor podrá optar por (a) usar un único
término en español, con lo cual estará siendo fiel al contenido conceptual, o
(b) buscar cuatro equivalentes que sean sinónimolientre sí en español y, por
lo tanto, ser fiel no solo a lo conceptual sino también al estilo. El inglés
jurídico tiene, además, mochas expresiones llamadas doublet.f (tenns and
Cf>nditions; ,wll and void;JullJaith and c:redit)y otras llamadas triple.is(give,
devise and bequeath;righr,rltleand i11Jere.~1) que amplificansentido median-
te la sinonimia pero que bien pueden traducirse por un solo término. Ciertos
autores, defensores del lenguaje jurídico llano y precursores del llamado
plain Eng/ish en los textos jurídicos, recomiendan no utilizar nunca estas
expresiones. TaJ es el caso de David Mellinkoff ( 1963; 1982) y Reed
Dickerson ( 1986). Otros consideran que su uso es aconsejable cuando se
busca algún efecto especial, tal como sucede en el uso de-fórmulas rituales
(the truth. the ,,vholetru1hand 11othingbu1the truth). El traductor, de todas
maneras. que no escribe el texto fuente sino que Jo reescribe para producir
el texto meta, deberá usar su propio criterio y continuamentebuscar la mejor
solución posible en base al texto con el que trabaja. la información de que
disponga y los frutos de su investigación.
Ahora bien. volvamos a la cadena de térm,inosque inicíamos con «dic-
ción» en español. Si intentamosbuscar los equivalentesrespectivos en inglés,
nos encontramos con cliclion,e.xpression,tenn, 11ocable,voice y 1vord,que
también son sinónimos entre si y cuyo significado es igual o muy parecido.
De diction, por ejemplo. en su acepción número uno, nos dice el New Shorter
Oxford English Dicrio11ary011 Historical Principies que el término es
actualmente obsoleto, que significa «palabra» (worc/),y que se utilizó con
este significado en el inglés de mediados del i;iglodieciséis hasta finales del
diecisiete. La misma fuente describe la acepción número cinco de voice como
actualmente obsoleta, establece que su significado es «palabra, frase u
oración enunciada» y que fue de uso habitual hasta fines del siglo dieciocho.
Estaríamosaquí en presencia de sinónimoso equivalentesno sólo en cada una
de las dos lenguas utilizadas para la ejemplificación, sino también de
equivalentes entre esas dos lenguas.

Equivalenciade efecto o función


Veamos ahora la otra acepción de equivalencia que nos intcrc.~adesde el
campo de J~ traducción (cuarta acepción citada): se trata de la que hace
referencia a los elementos que se corresponden entre sí por su efecto o
función. Precisamente, la equivalencia funcional en traducción busC!lque el
texto meta produzca en su receptor igual efecto que el producido por el texto
fuente en el suyo. Se trata de una equivalencia claramente cultural: en
Argentina, por ejemplo, la Corte Suprema de Justicia de la Nación es el
órgano equivalente a la House of lords del Reino Unido porque ambos
constituyen. dentro de los países respectivos y en e1marco de los respectivos
ordenamientosjurídicos, el tribunal de apelación de última instancia. Ahora
bien, eo este trabajo intentaré establecer si. por ejemplo, al trabajar con un
texto en español producido en Argentina que deba ser traducido al inglés
británico. es correcto traducir «Corte Suprema de Justicja de la Nación»
como House of lurds en todos los casos sin excepción, o si existen condicio-
nes o situaciones particulares en las que hay que complementar la equivalen-
cia funcional con soluciones elegidas en base a otros criterios o. directamen-
te, dejarla de lado y emp1carotros procedimientos.
Voces ,-;u2.0
La equivalencia según Nida y Newmark
Equivalencia formal y dinámica
&i LA traducción, teoría y práctica, versión en españoJ de la obra
publicada originalmente en 1972, Eugene Nida y Charles Taber plantean que
la u-aducción es, ante todo, un acto de comunicación. Dentro de este marco,
la definen (1986:29) como el proceso de

reproducir, n1ediante una eqtrivalencia natural y exacta, el


« ...
mensaje de la lengua original en la lengua receptora, primero en
cuanto al sentido y luego en cuanto al esliJo».

Teniendo en cuenta que las reflexiones de Nida y Taber fueron hechac;


especialmente con relación a la traducción de los textos bíblicos, observamos
que estos autores definen la equivalencia como «semejanza de sentido)>y no
«de forma» y que distinguen dos categorías: la equivalencia fonnal y la
dinámica. Traducu· buscando equivalencia formal equivale a prestar la
máxima atención al mensaje de la lengua fuente. dejando traslucir en cuanto
sea posible su forma y su contenjdo. La equivalencia dinámica, por otra parte,
se centra en el receptor del mensaje en lengua meta. ya que se busca que el
efecto producido en dicho receptor sea igual al producido en el receptor del
texto original. Si bien no dejan de reconocer que la equivalencia formal es
adecuada para la traducción de cierto tipo de textos, Nida y Taber se inclinan
por el criterio de equivalencia dinámica. Como bien señalan Cabrera y
Honnann (1991:109),

« ... a través de las épocus. la tendencia predominante ... ha sido


buscar la equivalencia dinámica.. aunque el ténnino haya sido
acuñado por estos teóricos recién en la segunda mitad del siglo
XX.»

Traducción semántica y traducción comunicativa


Para Newmark, «el problema central de la traducción siempre ha sido si
se debe traducir literal:mente o libremente)>( l988:45). En relación con este
dilema, reconoce diversos métodos de traducción según el énfasis esté puesto
en el texto fuente o eñel texto meta. Enel primero de estos dos casos, hay para
este autor cuatro métodos de traducción: traducción palabra por palabra,
traducción literal, traducción fiel y traducción semántica. EneJ segundo caso.
es decir, al hacer mayor hincapié en la lengua meta, los métodos que
Ncwmark reconoce son la adaptación. la traducción libre. la traducción
idiomática y la traducción comunicativa.

Traducir buscando equivalencia formal


equivale a· prestar la máxima atención
al mensaje de la lengua fuente, dejando
traslucir en cuanto sea posible su
forma y su contenido. La equivalencia
dinámica, por otra parte, se centra en el
receptor .del mensaje en lengua meta, ya
que se busca que el efecto producido en
dicho receptor sea igual al producido en
el receptor del texto original.
Newmarkestablece claramente que, en su opinión, los únicos métodos que
cumplen con los objelivos de la traducción {que él define como exactitud y
economía) son la Lraducciónsemántica y la traducción comunicativa. En el
primer caso, se trata de ((reproducir el significado contextual preciso del
original dentro de los l(mites de las estructuras gramaticales de la lengua
meta», intentando ser ((completamentefiel a las intenciones ... del autor del
texto fuente» y teniendo en cuenta los valores estéticos de este texto» (o¡,.
cit.:46). En el segundo caso, la traducción comunicativa vuelca «el signifi-
cado contextual exacto del original de tal n1aneraque tanto el contenido como
el lenguaje sean fácilmente aceptables y comprensibles» (op. cit.:41) para el
usuario de la traducción. Newmark considera que es la traducción comuni-
cativa la que generalmente logra producir mejor un efecto equivalente, pero,
a pesar de ello, sostiene que el método básico de traducción es el literal.
Vemos entonces que, en términos generales, la traducción semántica de
Newmark se corresponde con lo que Nida y Taber llaman equivalencia
formal (es decir, énfasis en el texto de la lengua fuente), mientras que la
traducción comunicativa de Newmark se corresponde con lo que Nida y
Taber han llamado equivalencia dinámica (es decir. énfasis en el texto de la
lengua meta).

La utilidad del concepto de equivalencia


Ahora bien, ¿cuán generalizado o conocido es el concepto de equivalencia
no ya entre los teóricos que reflexionan sobre la traducción sino entre los
traductores profesionales, los que traducen en forma cotidiana? En general,
los traductores manejan la equjvaJeocia en su práctica-intuitivamente sin
detenerse a darle un nombre. En su obra In Orher Words, en la que analiza el
concepto de equjvaJencia en traducción desde el nivel de la palabra hasta el
nivel del texto y la superestruccura pragmática, Mona Baker nos dice que
utiliza el término equivalencia

«con la salvaguarda de que, si bien se puede generalmente l.ograr


equivalencia hasta cierto punto,ésta se ve afectada por factores
lingüísticos y culturales variosy es, por lo tanto, siempre relativa.»
(L992:6)

La práctica de la traducción indica precisamente esto: ya sea que hablemos


de equivalencia dinámica o traducción comunicativa con efecto equivalente,
o que no le demos una denon1inaciónespecífica, la equivalencia parece ser
el objetivo. Se cumpHrá este objetivo, con mayores o menores limitaciones,
segtín el tipo de texto fuente, según la competeocia del traductor en el más
amplio sentido de la palabra y, asimismo, según las condiciones planteadas
por el destinatruio de la traducción.
Vale la pena, en este punto, señalar que no existe la equivalencia total y
absoluta, pero que sí es la equivalencia el objetivo cuyo logro se debe
perseguir. En su obra Los problemas teóricos de la 1raducci611,publicada
origjnalmente en 1963, Georges Mounin Llamaa la traducción «el escándalo
de la lingüística contemporánea» (1977:23). Si cada lengua parcela la
realidad de manera diferente, estructurándola a su manera y estableciendo
«los elementos de la realidad particulares de esa lengua dada», la consecuen-
cia necesaria es que esos

«elementos de realidad deJ lenguaje en una lenguadada no se


repiten nuncadel todo y del mismo modoea unalenguadistinta,ni
son tampoco una copia directade la realidad». ( 1977:6L)

Por lo tanto, ¡la traducción no podría existir! Pero Mounin, desde su lugar
de lingüista y no de traductor, reconoce que la traducción existe. que existen .
los traductores y que siempre han existido. Y que la necesidad de la
traducción se plantea en el mundo real y concreto de todos los días. Y Mouni11
no duda de que «ese equivalente natural más inmediato>)(1977: 317, cita de
Nida) jamás se logra del todo, pero que encontrarlo constituye el desafío
constante de los traductores.
Voces l>:0 20 5
La equivalencia en traducción jurídica
Los sistemas jurídicos
Sea cual fuere el concepto de equivalencia que tomemos, en traducción
jurídica se debe partir de la base de que la traducción no se plantea únicamente
entre las do:1lenguas de trabajo, sino, e:1pecíficamente,enlre dos sistemas u
2. Véase: A. Franzoni de Moldavsky ordenanúentos jurídicosl. Este es el contexto genérico en el cuaJ el traductor
(Septiembre 1992:24 y MarLo público argentino, especializado en el campo jurídico, debe investigar la
1992:46-7). terminología con la que se enfrenta en su trabajo. Es a partir de la compara-
ción entre sistemas jurídicos que se establecen correspondencias entre las
instituciones del derecho y la lenninología. Además, resulta fundamental
comprender que el concepto de sistema jurídico no se identifica siempre con
el de un país determinado.
Veamos lo que sucede en Estados Unidos, por ejemplo. Según la rama del
derecho de que se trate, en el n1arcode la cual se inscriba el documento a ser
traducido, se deberá tener el cuenta un concepto de jurisdicción geográfica
que abarque ya sea todo el territorio del país o únicamente un estado
determinado. Si el documento fuente se refiere fundamentalmente al tema de
concur, os y quiebras, por ejemplo. el árnbito jurisdiccional será nacional o
federal, y eso asegura unifomtldad de 1erminología ea lodo el territorio
estadounidense. De manera que, en este caso. un traductor público argentino
en idioma inglés deberá establecer las correspondencias o equivalencias
entre la terminología respectiva utilizada en Argentina y la de uso en todo el
ámbi10de ese país. Pero si el documento fuencces un acta de constitución de
unacorporc11in11, el contexto es el derecho societario que, en Estados Unidos,
es de jurisdicción estadual. De manera que las equivalencias terminológicas
jurídicas deberán, en este caso. establecerse entre el sistema jurídico argen-
tino y el del estado a cuyo ordenamiento jurídico correspondiera el documen-
to en cuestión. Si bien el derecho societario de muchos estados sigue
actualmente las pautas del Model Business Corporation Ac:tde la An,erican
B<trAssociation, persisten rnuchas diferencias entre las leyes de los distintos
estados y, en consecuencia, bay también diferencias en la terminología
3. Véase: G.G. Coughlin Jr. ( 1993)y utilizada en cada uno de ellos3•
E. A. Famsworth ( 1975).
Equivalencia funcional
A esta altura del anáJisis, pasaremos a 1.rabajar con el concepto de
equivalencia funcional definido por Martin Weston en su obra An English
Reader's Cuide to tite Frenc:hLegal Syste,n. Dice este autor:

•AJ usar en la lengua metn una expresión que denota el concepto



equivalente
,. más cercano se está empleando el método de equiva-
lencia funcional -es decir. cooteXlual,cultural (que es lo que Nida
y Taber pnrecen signíficur con la expresión ·equivalencia dinámi-
ca')» (1991:21).

Weston señala, muy acertadamente, que el término que en la lengua meta


exprese la equivalencia funcJonaJ será. necesariamente, el <<másidiomático
y el que suene mác;natural» (rhetnost idion1aticandn"tural-lookíng re,ulering)
(op. cit.: 21). Hay coincidencia, con respecto a esta aseveración, entre los
traductores públicos y docentes de traducción jurídica argenli.nos. Por otra
parte, esto implica retomar el concepto antes analizado de lo equivalente
como aquello que es «correspondiente o virtualmente idéntico. especialmen-
te en cuanto al efecto o la función>>.

Términos funcionalmente equivalentes en derecho societario


Un ejemplo típico de equivalencia funcional sería traducir al inglés el
concepto de «sociedad anónima» del derecho argentino como co,poration.
si el texto en lengua meta está destinado a los Estados·Unidos, o como public
lin1itedco,npllny si está destinado a Inglaterra. Dentro de esta misma rama del
derecho, el «acta de constitución» argentina será, en una traducción para
Estados Unidos, cha:ner,certifica/e o/ incorporation o articles o/incorpora-
6 VQCCS N° 20
¿Cuán generalizado o conocido es el
concepto de equivalencia no ya entre los
teóricos que reflexionan sobre la
traducción sino entre los traductores
profesionales, los que traducen en
fo1·1nacotidiana? En general, los
traductores manejan la equivalencia en
su práctica intuitivamente sin detenerse
a darle un nombre.

rion (debiéndose elegir una u otra denominación, en algunos casos, según la


jurisdicción estaduaJ). mienLrasque en la traduccióndestinada a Inglaterra se
deberá usar, pnra el mismo concepto. 111en1orandun, of associCJtion.
¿Qué no. autoriza a definir estos términos en inglés y cspaflol como
equivalentes funcionales o culturales, dentro de la disciplina del derecho? La
respuesta es que. al estudiar las sociedades comerciales en las diferentes
jurisdicciones a que se hace refe1encia (es decir, dentro deJ marco de los
sistemas jurídicos respectivos), se observa que las características fundamen-
tales de ta institución que en Argentina llamo «sociedad anónima» se
asemejan a las de ta institución que en Estados Unidos se denomina corpo-
ratío11y a las de la institución que en Inglaterra se denomina publíc lírnlted
co111pa11y. Los tres conceptos son, por lo tanto, equjvalentes porque cultural
y funcionalmente cumplen un papel similar. Este ejemplo ha sido
intencionalmente to1nado del ámbito del derecho comercial por la mayor
unifonnidad que existe, dentro de esta rama, en la mayoóa de tos países
llamados «occidentales». Al existir tal uniformidad,o al menos una tendeocia
en esa dirección, hay mayor posibilidad de que las instituciones jurídicas
«funcionen» de manera similar. Un cheque. por ejemplo, es prácticamente lo
i:nismoen cualquier país del mundo. más allá de que las reglamentaciones
específicas sobre cheques puedan variar de una jurisrucción a la otra. En la
práctica. en relación con el tema de sociedades anórumas,esto significa que,
tanto en Argentina como en Estados Unidos e Inglaterra, un inversor que
contara con una suma imponantc de capi.taly quisiera invertirla sin que el
resto de su patrimonio corriec-driesgos (en las tresjurisdicciones los inversores
en este tipo de !lOciedadresponden únicamente hasta la suma del capital que
suscriben y deben integrar) compraría acciones de una sociedad anónima,
corporarion o public linriredcompany, ya que en las tres jurisdicciones los
inversores en este tipo de sociedad responden únicamente hasta la suma del
capital que suscriben y deben integrar.

Ténnlnos funclonaJmenteequivaJentesen derecho de familia


Si tomamos ejemplos de otra rama del derecho. el de familia, observamos
qae sucede algo similar a lo descripto para el derecho societario. Siempre en
base ul mismo criterio de comparación entre sistemas e instituciones jurídi-
cas. podemos establecer equivalenciac;entre el concepto actual de «divorcio»
o «divorcio vinculan. vigente en Argentina y el término divorceen Estados
Unidos y en lnglaterra. Aquí, además. la equivalencia funcional sería iguaJ
a la sc,nántica. Pero to que a primera vista parece muy sencillo puede
complicarse. Si el traductor trabajara con un texto argentino anterior al año
1987. debe tener en cuenta que loqae la ley denominabaentonces <<divorcio,>
oo es equivaJeote al concepto de divorce en el derecho angloamericano, ya
que ese «divorcio» no disolvía el vínculo entre los cónyuges y, por lo tanto, 4. Véase an. 198del Código Civilde la
no les pcllTlitíacontraer un nuevo matrimonio•. En ese caso, entran en juego República Argentina. vigentehastu lu
consideraciones de tipo diacróruco.También habría que tener en cuenta que sanción de la ley 23.515.

Voces N• 20 7
el divorcio con restitución de la aptitud nupcial (es decir, vincular) existió
breven1enteen Argentinaentre el 29 dejunio de 1955y el 1º de man.o de 1956
y que, por lo tanto, en un texto redactado en ese período sí se puede traducir
por divorce.
. Otro caso en que la traducción de un concepto tan sencillo como el de
«divorcio» puede complicarse es el siguiente. En los Estados Unidos, el
derecho de familiaes de jurisdicción estadual, lo cual implica que cada estado
aplica a su manera las nonnas respectivas heredadas del con,mon /{J\1·y que,
además, tiene sus propias leyes referidas a esta rama del derecho. En el año
J 992, la legjslaturadel estado de California sancionó un Código de Leyes de
FamiHa (Ca/ijrJrnlaFarnily Code) en reemplazo de diversas leyes que
legislaban sobre la mate1ia. En este código, se cambió la denominación
divoree por la de dissolution,que ahora es el término usado para defmir el fin
judicialmente sancionado de un matrimonio que autoriz.aa los cónyuges a
contra.ernuevo matrimonio. De manera que, ante un texto producido en el
estado de California con posterioridad a 1992 en el que aparezca el término
dissolution, la equivalencia funcional en Argentina seria «divorcio/divorcio
vincular». Y al traducir al inglés, cuando la traducción estuviera destinada a
dicho estado. se debe utilizar actualmenteel términodissolutioncada vez que
en Argentina se use el concepto «divorcio/divorcio vincular>).De igual
manera. al traducir al inglés el concepto de «disolucióndel vínculo matrimo-
nial», taJ cual se utiliza en el art. 213 del Código Civil argentino. o el de
<<disolución de la sociedad conyugal», según se lo define en el art. 129J del
mismo código, no podrá usarse dissolution si el destino de la traducción es
California, sino que deberá buscarseotro término genérico que sea apropiado
para los supuestos de disolución de la ley argentina.
Comprobamosasí cómo el objetivo de lograr equivalencia funcional se ve
obstaculizado en Ja práctica por diversas consideraciones ante las que el
traductor debe estar en pennancnte estado de alerta. No obstante, coincido
con el criterio de Weston según el cual «En términos generales, la técnica de
usar w1 equivalente funcional puede ser considerada como el método de
traducción ideal.>~ (op. cit.: 23) Se puede decir que, en la mayoría de los
casos, los traductores públicos y d.ocentesde traducción y lengua jurídicas
argentinos sostienePtambiéneste criterio y lo aplican eo su labor profesional
y docente. Lejanos están aquellos días en que et término de derecho
angloamericanoremedy aparecía traducidoliteralmente como <<remedio» en
on programa de estudios de traducción jurídica. Mochos caminos se han
recorrido desde entQJlces,estableciéndoseuna síntesis fructífera, en perma-
nente evolución, entre el conocimientoexperimental derivado de la práctica
profesionaly el conocimientoteórico fruto de la reflexión sobre esa práctica.

Otros procedimientosviablesen traducciónjurídica


La equivalenciafuncionales en la mayoríade los casos, como hemos visto,
el procedimiento o método más adecuado en traducción jurídica. pero no
siempre resulta posible su aplicación estricta. Nuevamentedebemos recordar
aqu.ílas consideracionesde contexto lingüístico, sistemas jurídicos, destina-
tario de la traducción y aso genético o específico de los términos. así como
la manera en que estas consideraciones influyen sobre las decisiones que
toma el traductor. ¿Cuáles son, en traducción jurídica, los procedimientos
alternativos posJbles frente al criterio de equivalencia funcional?
Según Weston (op.cit.:I9-30). esas alternativas serían:
a) la traducción palabra por palabra,
b) el préstamo o transcripción,con o sin glosas en en lengua meta.
c) el neologismo, y
d) lo que denomina «naturalización», es decir, el «caso especial de
traducción palabra por palabra (o de préstruno)y neologismo>'> (1991 :30).

Luego de referirse a la equivalencia funcional y a otros procedimientos


alternativos utilizados en traducción jurídica, Westonestablece el orden
8 Voces N° 20
jerárquicoen el cual el traductordebeemplearlos.En primerlugar,recomien-
da utilizar el método de traducción palabra por palabra, si así se logra
equivalenciafuncional.En segundolugar, propugnala traducciónno literal
que representeun equivalentefuncionalen la lengua meta. En tercer lugar,
se inclinapor una traducciónpalabrapor palabrao no literal.que constituya
un equivalentesemántico,peroquenodenominea unreferente-funcionalmente
equjvalenteen la cultura de la lengua meta. Este sería, por ejemplo, el caso
de «tribunal de casación»(conceptopropiodel derecho romano-germánico)
que se tradujera aJ marco del derecho angloamericanocomo court of
cassation,ya que en este derecho el conceptode casación no existe.
En su orden de preferencias,Westonubicaen cuarto lugaral procedimien-
to de transcripción,del cual dice que puede ser necesario«en beneficiode
lectores especialistas»(op. cit.:31)y, en quinto y último lugar, el empleo de
neologismosde los cuales, sostiene, no se debe abusar.

Consideracionesa teneren cuentaal elegirun


procedimienton otro
Con mucha precisión.y demostrandoun conocimientomuy profundode
la práctica de la traducciónjurídica, Westonhace diversas consideraciones
sobre la posibilidad de utilizar uno u otro procedimientoy de aplicar un
procectimientoparticular de manera uniforme.
De estas consideraciones,haremos hincapié en la 'importancia que le
adjudica a los factores no lingüísticosque influyen sobre las decisionesdel
traductor, tales como la informaciónque posee el destin.atariode la traduc-
ción sobre la culturadel texto fuentey, particulannenle,sobre el tema de que
trata el texto. El traductordebe tambiénsaber si el objetivode la traducción
es meramente informativoo si, por el contrario,se deben cumplir objetivos
estilísticos determinados(en caso, por ejemplo, de que el texto fuera a ser
publicado).En todos los casos, es indispensablepara el traductorcontar con
informaciónsobre el fin u objetivo del texto traducido,saber para qué se lo
necesitay se lo demandan.
Además,en el caso específicode la traducciónjuódica de inglésa espaftol
y viceversa.,la direcciónen que se debe traducires sólo el primerdato a tener
en cuenta. ¿A quéespañoljurídico traducir? ¿Al correspondienteal sistema
jurídico argentino,al español,al venezolano,o, lo que puedere.,;nltaraún más

Lejanos están aquellos días en que el


término de derecho angloamericano
remedy aparecía traducido literalmente
como «remedio» en un programa de
estudios de traducción jurídica. Muchos
caminos se han recorrido desde
entonces, estableciéndose una síntesis
fructífera, en permanente evolución,
entre el conocimiento experimental
derivado de la práctica profesional y el
conocimiento teórico fruto de la
reflexión sobre esa práctica.

Voces N° 20 9
complejo, al español utilizado por un número cada vez mayor de
hispanoparlantesresidentes en Estados Unidos? Con respecto a este último
tema, resulta muy interesante revisar la bibliografía existente sobre interpre-
tación judicial eo Estados Unidos y conocer los problemas particularísimos
5. Véase especialmente: González, que se plantean, especialmenteen relación al españo15• Una pregunta similar
Vásquez, Mikkelson (1991) y se debe plantear al traducir en la otra dirección: ¿a qué inglés jurídico
W. Hewitt (1995). traducir? ¿AJvigente en el sistemajurídico inglés, escocés, estadounidense.
canadiense?
Otra de las consideracionesde Westontiene que ver con su aseveración de
que es lingüísticamenteimposibletraducir toda la terminologíajurídica de un
mismo texto utilizando en todos los casos el mismo procedimiento. Los
traductores públicos comprendemos inmediatamentela verdad de este prin-
cipio. De manera permanente, y siempre con el objetivo de la equivalencia
funcional como guía, el traductor va aplicando los diversos procedi1uientos
moviéndose entre las limitacionesque le plantea el texto. Así, podrá traducir
«sociedad anónima» como corporation si el destino de la tradi.Jcciónes
Estados Un.idos,pero, en el mismo texto, podrá decidir dejar en el español
original el nombre propio «Banco Central de la República Argentina» en
lugar de utilizar el equivalentefuncional. La aplicación de distintos procedi-
mientos en el mismo texto no significa, de ninguna manera, que se apliquen
distintos procedimientos en r-elacióncon w1 mismo término en un mismo
texto. Dice Weston al respecto: <<especialmente en leyes y reglamentos, el
mismo término o expresión de la lengua fuente debe ser siempre traducido
por mediodel mismo término o expresiónde la lengua meta» (op.cit. :32). Que
la precisión tennioológica es una condición indispensable del discurso
jurídico no puede ponerse en discusión.

Los límites de la equivalenciafuncionalen traducción


jurídica
Y eamos ahora algunos ejemplos concretos y observemos cómo funciona
el criterio de equivalencia funcional con respecto a ellos.
6. En relación a este rema, véase (a) La traducciónde textos legislativos6
especialmente: S. Sarcevíc (1985). (i) El caso de la a.dopción7
7. Véase, por ejemplo: G.A. Bossert,
E.A. Zannoni {l993:485-521). Eo Argentina. la ley establece dos tipos de adopción: plena y simple. Los
efectos de una y otra son radicalmente diferentes, ya que, en el primer caso,
la adopción plena sustituye a la filiación de origen del adoptado. Su paren-
tesco con la familia de sangre se extingue, salvo en relación con los
impedimentos para contraer matrimonio. El hijo adoptado en forma plena
goza de iguales derechos y obligaciones que un hijo matrimonial. En cuanto
a la adopción simple, pasible de revocación, es una forma establecida por ley
que no extingue el vínculo del adoptado con su familia de sangre; crea un
nuevo vínculo de parentesco únicamente con el adoptante y no con la familia
de éste.
Al plantearse la traducción al inglés de este ténnino, dentro del marco del
derecho angloamericano, observamos que tanto en Inglaterra como en
Estados Unidos hay un solo tipo de adopción, cuyas características genéricas
se corresponden con la adopción plena del derecho argentino. Por lo tanto,
frente a la necesidad de buscar los equivalentes funcionales de «adopción
plena» y «adopción simple» sólo lo logramos parcialmente.. La expresión
«adopción plena» bien puede traducirse por adoption, pero para «adopcjón
simple>>no se dispone de un equivalente. Habría ciertas similitudes con la
institución que en el derecho inglés se conoce como fostering, pero son
demasiado débiles como para establecer equivalencia funcional.
¿Qué hacer, entonces? Se podría utilizar adoptionpara «adopción plena>>
y silnpleadoption parcl«adopciónsimple», por ej~mplo.Se estarían utilizan-
do así dos procedimientosde traducción diferentes.Se puede cuestionar que,
así como adoption es comprensible para un destit).atarioinglés o estadouni-
dense, simple adoption .no le significa nada a e.se mismo destinatario. La

10 Voces N° 20
propuesta de este trabajo es que, en los textos legislativos, la transparencia es
un elemento de gran importancia, y debe ser posible, a1 volver a traducir de
la lengua meta a la lengua fuente, reconocer e identificar con precisión los
términos originales. Por lo tanto, y tal como sostienen Newmark (1988) y
Sarcevic (1985), se debe privilegiar el aspecto semántico-literal y traducir,
respectivamente, full adoption y simple adoption. .•
11
(ii) El caso de los delitos penales 8. Véase el Código Penal argentino y
V. Benmaman, N. Connolly y
¿ Qué criterio debería utilizarse para traducir, de inglés a español, las
S.R Loos (1991 ).
denominaciones de los delitos penales en el derecho estadounidense en
relación con el dei'echo argentino? ¿Existen correspondencias funcionales?
¿Se puede establecer un único criterio de aplicación general?
En primer lugar, y siempre dentro del contexto de la traducción de textos
legislativos, debemos recordar que, en Estados Unidos, el derecho penal
sustantivo es fundamentalmente estadual. Esto implica que cada estado tiene
su propia tipificación de delitos y que, si bien existe un.Model Penal Code,
éste no es de aplicación uniforme. Además, el gobierno federal también tiene
su propio código penaJ que castiga la comisión de los delitos denominados
federales (federal crimes).
Por otra parte, el Código Penal argentino se aplica. en el caso de «delitos
cometidos o cuyos efectos deban producirse en el territorio de la Nación
Argentina», según establece su artículo primero. De manera que tendríamos
que trabajar en base a la comparación de cincuenta jurisdicciones estaduales
y una jurisdicción federal en Estados Unidos con una única jurisdicción en
Argentina. Esto de por sí plantea numerosos problemás ya que, como se
dijera, muchas veces distintos estados definen un mismo delito de manera
diferente. Pero aún si se plantea buscar equivalencias entre un estado
determinado y Argentina, la tarea se complica porque no hay corresponden-
cia exacta entre los elementos que definen los delitos en una y otra jurisdic-
.,
ClOil.
Por lo tanto, si bien se pueden establecer correspondencias o equivalencias
genéricas, resulta muy difícil hacerlo en forma precisa y unívoca .. En
términos generales se puede decir, por ejemplo, que hay equivalencia entre
el delito de violación, defmido en el art. 119 del Código Penal argentino, y el
delito denominado rape en los estados de California y Nueva York (que en
otras jurisdicciones se denomina sexual assault o sexual battery). No obstan-
te, resulta mucho más transparente utilizar un procedimiento de traducción
semántica, literal, que garantiza la identificación estricta de la institución en
el ordenamiento jurídico a1 que corresponda. Así, se podrá traducir el delito
denominado reckless burning en Arizona como «incendio culposo», o el
denominado reckless conduct en el estado de Texas como «imprudencia
temeraria>>,tal como se sugiere en el Bilingual Dictionary of Criminal Justi-
ce Tenns de Virginia Benmaman, Norma Connony y S.R. Loos (1991). La
comprensión clara del alcance de estos delitos sólo puede obtenerse a partir
del análisis de su definici6n en la jurisdicción de origen, y la equivalencia
funcional en traducción es casi imposible.

(b) La tradoccién de poderes


Como en todo texto jurídico, la precisión terminológica en un poder resulta
fundamental, ya que servirá para definir con exactitud el alcance de las
facultades otorgadas al mandatario. Con frecuenc'ia, se envían al exterior
textos de poderes (redactados en español en Argentina) que deben ser
otorgados por mandantes que residen fuera de este país. El texto de estos
poderes se traduce del espaíiol al inglés en otras jurisdicciones, y luego el
documento retorna a la Argentina en inglés (u otra lengua extranjera) y debe
ser traducido aquí .aJ español.
En estos casos, es frecuente que el traductor ptiblico se enfrente a·
problemas complejos planteados porque el traductor extranjero transfirió los
términos especializados del español original al inglés siguiendo un criterio de
equivalencia funcional. La complejidad se deriva de lanecesidad de conocer,
con posterioridad, la equivalencia funcional exacta en la que se basó el

Voces N° 20 11
traductor extranjero. Por ejemplo, en un poder otorgado en inglés en los
Países Bajos, cuyo texto en espaiiol fuera originalmP-nteenviado a allí desde
Argentina, se autoriza a un ciudadano argentino a realizar detenninados
actos, y se define su profesión como agricultural scientist. Es bastante
posible que el traductor extranjero haya tenido la intención de traducir por
medio de un equivalente funcional. Pero ese núsmo equjvalente funcional se
vuelve oscuro en Argentina, al plantearse la necesidad de volver a traducir el
texto al español. Si a1 lado de la expresión agricu.lturalscientist se hubiera
indicado «ingeniero agrónomo», no existiría problema alguno. Pero al no
haberse procedido de esta manera, el traduclor argentino no tiene otra
solución que hacer una traducción semántica y salvaguardar su responsabi-
Lidadincluyendo como aclaración el término en inglés del que traduce. ya que
únicamente puede remitirse a ese término. Así, podrá traducir por «agróno-
mo», e indicar a continuación y entre paréntesis el término agricultura/
sci.en.tist.Si el traductor extranjero hubiera renunciado a la equivalencia
funcional y hubiera preferido un c.riterio de Literalidad (uLilizando. por
eje1nplo.la expresión agricultural engineer), resulta claro que la retrotraduc-
ción al español hubiera sido más sencilla.
Se suscitan problemas similares. en este tipo de documentos. cuando se
Lraducen los equivalentes funcionales de nombres de organismos. En el
mismo texto en el que aparecía el término agricultura/ scientist. apurece la
expresi6nArgentinean Agric"ltural Departff1ent.Lo más razonable es inferir
que, en el original en espai\ol, esto era "Ministerio de Agricultura argentino»,
pero un traductor público no puede basar su trabajo en inferencias sino en'
certezas. Nuevamente, puede traducir de esta manera, pero deberá consignar
a continuación el término en inglés para dejar en claro a qué se refiere. Si el
traducLorextranjero hubiera hecho lo mismo, la retrotraducción hubiera sido
una tarea sencilla.
Hemos intentado analizar algunos de los límites que deben fijarse frente
a la utilización clel criterio de equivalencia funcional como único procedi-
miento válido y aceptable. El traductor debe ser, en primer Jugar, guardián del
sentido, y un criterio que, en determjnados contextos, ponga este valor en
peligro, debe ser manejado con extrema precaución.

Conclusión
Es enorme la imponancia del concepto de equivalencia en el campo de la
traducción. En la mayoría de los casos, el traductor, en su práctica profesio-
nal, se deja guiar por su instinto, y de esa manera logra las soluciones más
adecuadas a los diversos problemas a los que se enfrenta, equivalencia
incluida. Y sabe cuándo usar equivalencia funcional o cuándo no usarla. Pero
la reflexión sobre la práctica es necesaria y deseable, ya que conduce al
debate y a un mayor esclarecimiento de los problemas.
En traducción jurídica, la equivalencia funcional es un concepto funda-
mental. Hasta se podría llegar a decir que, sin equivalencia funcional, no
podría haber traducción jurídica. Pero, al mismo tiempo, se deben reconocer
los límites naturales de este procedimiento, planteados, naturalmente, en
determinadas situaciones de la demanda de traducción así como en determi-
nadas condiciones lingüísticas y extra lingüísticas. En palabras de Georgcs
Mounin, en el cierre de su obra anteriormente citada (1977:317):

tcScría ... una visióninmovilista,anti~dialéclica, ... creerque,dadas


dos lenguas. dado tal mensaje y su traducción,ese equivalente
natural ,nás pr6xi11wsería dado de una vez para siempre.»

Podemos hacer propias estas palabras, y decir entonces que en traducción


jurídica la equivalencia funcional debe ser el principio rector, el procedi-
miento muchas veces ideal, pero o.o lirlico ni «para siempre».
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Ada Franzoni de Moldavsky,Traductora Pública de idioma inglés, es Profesora


Titular de Lengua (Juódica) Inglesa IV en la Universidad de Buenos Aires. Fue·
Presidentadel Tribunalde Conductadel Colegiode TraductoresPúblicosde Buenos
Aires y representantede éste ante el STIT,Unesco{VillaOcampo). Hudict.adocursos
de posgrado sobre traducciónjurídica en las Universidadesde Córdoba y La Plata
(Argentina) y en las Universidadesde Granada, Las Palmas de GranCanaria y
Antonio Machado,de Bae7.a(España).

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