Constructivismo Ruso

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Es un movimiento artístico y arquitectónico que surge en 1914

a partir del rechazo a los excesos decorativos encontrados en


el “arte burgués” presente en el Art Nouveau; por lo que se
crean aplicaciones concretas basadas en líneas simples y
simétricas, además de figuras geométricas y lineales inspiradas
en el cubismo y lo que en ese tiempo era el futurismo. Era la
representación estética de la sociedad socialista en la
Revolución Rusa que a su vez influenciaba a la revolución industrial. Pues
surge en un momento político donde las nuevas artes buscaban reflejar
el cambio de identidad social, es por esto que la arquitectura adquiere
un rol protagónico para mostrar la nueva imagen del país, donde la visión
del arquitecto inventaría y daría forma a condensadores sociales donde
se construyeran nuevas estructuras arquitectónicas que sirvieran al
tiempo.

En el caso del diseño gráfico predominaban los colores rojo y negro donde
se intentaba informar la política del nuevo gobierno de forma sencilla a
manera que la pudiese entender la población analfabeta. Esto era
fortalecido con el uso de tipografías que cumpliesen en cuanto a forma
y color características correspondientes a su importancia en el mensaje

En la fotografía, se buscaba fuera libre e independiente de las


convenciones de la época, mostrando objetos cotidianos desde
perspectivas que generaban contrastes con la luz. Al igual que en el cine,
la idea principal del constructivismo, busca plasmar la realidad más
profunda de modo que no puede ser percibido a simple vista por el ojo.

Sus exponentes veían el arte como un “arma” que podía contribuir a la


formación de una nueva ideología y orden social, esto bajo la idea de
cambiar el mundo con sus obras las cuales eran útiles y funcionales “la
estética al servicio de la función”. 1 El término construction art ("arte
para construcción") fue utilizado, de manera despectiva, por Kasimir
Malévich para describir el trabajo de Aleksandr Ródchenko en 1917; esto
cambia su versión a un termino positivo en el manifiesto realista de
1920 con formas que provienen de abstracciones geométricas como
parte del suprematismo de Kasimir Malévich. Inspirado por la declaración
Casa Colmena de Rusakov (Melnikov 1929)
de Vladímir Mayakovski «las calles nuestros pinceles, las plazas nuestras
paletas», artistas y diseñadores participaron en la vida pública durante la
Guerra Civil.

El gobierno bolchevique, instauro la base de la enseñanza en este nuevo


movimiento, creando así mismo el diario de arte de la Comuna. El centro
del constructivismo en Moscú residía en Vjutemás: la escuela para el arte
y el diseño, establecida en 1919, cuya enseñanza fue orientada a la
discusión política e ideológica que a la creación artística.
Surgieron dos hilos distintos, el primero estaba encapsulado en el
manifiesto realista de Antoine Pevsner y Naum Gabo, que se ocupaba del
espacio y del ritmo; el segundo representaba una lucha dentro del
Comisariado Popular de Educación entre quienes abogaban por el arte
puro y los productivistas como Alexander Rodchenko, Varvara Stepánova
y Vladimir Tatlin, un grupo más orientado socialmente que quería que
este arte se absorbiera en la producción industrial.
Los arquitectos soviéticos se dividieron en varios grupos que eran
mutuamente hostiles entre sí. Los más importantes fueron los grupos

1 https://www.connectionsbyfinsa.com/que-es-el-constructivismo-ruso/
constructivistas (OSA) y los racionalistas (ASNOVA), así como los
clasicistas, quienes predominaron en la planificación urbana, el
modernismo soviético se dividió en «urbanitas» y «desurbanitas», y tanto
constructivistas como racionalistas representaban ambas corrientes.
Esto, aunado al realismo socialista han inspirado hasta nuestros días a
arquitectos y corrientes como la Bauhaus. Siendo así, una arquitectura
constructivista como parte de ciudades socialistas los que generaron
cambios en la vida cotidiana y el modo de trabajar asumiendo la ideología
de “nuevos diseños para una nueva sociedad”, lo que propicio el diseño
de servicios comunales empleando materiales como el hormigón, metal y
cristal; tratando de solucionar problemas urbanos de forma económica y
sencilla, donde predomina la creación de fábricas, escuelas, centrales de
comunicación y otros edificios de carácter sumamente funcional y que
estuviesen al servicio del pueblo, creando también centros de ocio para
los obreros y las casas colectivas. Las nuevas formas de los
constructivistas comenzaron a simbolizar el proyecto de una nueva vida
cotidiana de la Unión Soviética
Moiséi Guínzburg escribió un manifiesto llamado “estilo y época” donde
planteaba tres ideas que debían cumplir las obras arquitectonicas del
constructivismo:

• El papel catalítico (como un coadyuvante, acelerador o incluso


reforzador) de la arquitectura en el entorno.
• Que sea construido para el cambio social.
• La necesidad de un método organizado por el cual el proyectista
pueda responder lógicamente y deje la intuición de lado.

Algunos movimientos arquitectónicos desde 1917 y hasta 1930 se


unificaron en el constructivismo, el cual también se vio fuera de la Unión
Soviética, siendo abstracto y austero, al intentar reflejar el espacio
urbano moderno de acuerdo a la sociedad industrial; combinando
tecnología e ingeniería avanzadas con un propósito social y comunista El monumento a la Tercera Internacional de
creando una arquitectura de vanguardia en la época. Vladimir Tatlin combinaba la estética de una
maquina con componentes dinámicos de
El punto culminante fue la propuesta para la sede del Komintern en gran tecnología como pantallas y reflectores
Petrogrado (hoy San Petersburgo), una obra del entonces futurista
Vladimir Tatlin que a menudo se conoce como Monumento a la Tercera
Internacional o Torre de Tatlin (1919-1920). Considerado como el
primer proyecto arquitectónico constructivista, y quizás el más famoso,
era una espiral de hierro, acero y cristal de 400 metros. Toda la
construcción tenía una inclinación de 3,6°, el ángulo del eje de la tierra.
Aunque nunca se construyó, los materiales que empleó —vidrio y acero—
y su espíritu futurista y su inclinación política (los movimientos de sus
volúmenes internos estaban destinados a simbolizar la potencia y el
dinamismo de la revolución y la dialéctica) marcaron la pauta para los
proyectos de la década de 1920.
Tendría cuatro cuerpos de vidrio en el interior que rotarian: un cubo que
giraría una vez al año; encima una pirámide que lo haría una vez al mes;
luego un cilindro, una vez al día; y de remate media esfera que lo haría
en una hora. En su interior se situaría la sede de la Internacional
Comunista, así como una oficina de telégrafos y varios restaurantes.
Dispondría de una serie de pantallas gigantes por las que se mostrarían
las últimas noticias mundiales. Los cuerpos de vidrio se utilizarían como
salas administrativas.
Tras la crítica de Naum Gabo «O construye casas y puentes funcionales
o crea arte puro o ambos [por separado]. No confundan unos con otros»,
algunos constructivistas se volcaron hacia el diseño industrial El propio
Tatlin nunca fue miembro de los constructivistas y no debería contarse
entre ellos, aunque pertenecía a su círculo cercano y era un líder de
opinión.
A mediados de los años 30 al llegar la “desgracia política” algunos
edificios tuvieron que cubrirse con elementos ornamentales formando el
“constructivismo enriquecido”. Entre 1930 y 1950, hubo concursos para
cambiarle la cara a Moscú con el objetivo de plasmar las ideas socialistas
en edificios monumentales, que representen la grandeza del proletariado
y el socialismo. Se formula la organización para nuevos tipos de edificios
que sean útiles bajo una formulación de tareas de la nueva arquitectura,
empleando como elementos ornamentales (textiles, estampados,
molduras y otras producciones); decoraciones y pinturas de interiores y
exteriores para viviendas; creación de muebles y todos los objetos
cotidianos; creación de un tipo contemporáneo de libros y todos los
demás logros relacionados con el campo de la impresión

Ivan Leonidov presenta diseños de tal independencia y calidad


arquitectónica sobresaliente que pueden verse como el máximo
rendimiento de la arquitectura moderna al involucrar la vanguardia con
la vida cotidiana. Particularmente es su Instituto Lenin, diseñado en 1927
como tesis de diploma con Alexander Wesnin en WChUTEMAS. La hábil
estructura del edificio y la disposición compositiva de los elementos
pueden competir con los diseños de Le Corbusier.
En 1932 se vio una competencia entre grandes exponentes de la
arquitectura entre los que destacaban constructivistas, Walter Gropius,
Erich Mendelson y Le Corbusier, para el Palacio de los Soviets. Sin
embargo, coincidió con una crítica generalizada hacia el movimiento
moderno, que había sido difícil de mantener en un país agrario. La obra
ganadora de Boris Iofan marcó el inicio del historicismo ecléctico de
la arquitectura estalinista, un estilo que tiene similitudes con
el posmodernismo que reaccionara más adelante contra el
cosmopolitismo de la arquitectura moderna, mezcla de estilos históricos,
a veces logrados con nuevas tecnologías.
Hacia finales de la década de 1920 y de la de 1930, arquitectos de
vanguardia se volcaron hacia el clasicismo (como posconstructivismo). El
principal punto de controversia sigue siendo si la vanguardia falleció por
su propio desarrollo o por la represión política.
Las ideas constructivistas se difundieron por toda Europa occidental a
finales de la década de 1920. Los arquitectos Mart Stam, Walter Gropius,
Erich Mendelsohn y Le Corbusier fueron especialmente relevantes en ello;
La concepción arquitectónica de Hannes Meyer muestra claros paralelos
con el constructivismo.
La arquitectura High Tech también tiene una deuda con el
constructivismo, el más obvio el del Edificio Lloyd de Richard Rogers. Los
primeros proyectos de Zaha Hadid fueron adaptaciones de los
Architektons de Malevich, y la influencia de Chernikhov es clara en sus
dibujos. El deconstructivismo evoca el dinamismo del constructivismo,
aunque sin el aspecto social, como en la obra de Coop Himmelb(l)au. A
finales de la década de 1970, Rem Koolhaas escribió una parábola sobre
la trayectoria política del constructivismo llamada The Story of the Pool
[La historia de la piscina], en el que los constructivistas escapan de la
URSS en una piscina modernista autopropulsada, solo para morir, después
de ser criticados por las mismas razones que durante el estalinismo, poco
después de su llegada a los Estados Unidos. Mientras tanto, muchos de
los edificios constructivistas originales están mal conservados o en peligro
de demolición inminente.

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