Guía para Vivir El Domingo de Ramos.
Guía para Vivir El Domingo de Ramos.
Guía para Vivir El Domingo de Ramos.
Domingo de
Ramos en
Familia
Algunas aclaraciones
El esquema está dividido en dos partes: la bendición de los
ramos y la lectura de la Pasión del Señor según San Mateo.
Aquellos que siguen las celebraciones eucarísticas por los medios
digitales solo deben hacer la primera parte, quienes así lo deseen
pueden hacer las dos.
Si se encuentra solo, es preferible leer las lecturas y oraciones de
la misa de este domingo (las encontrará aquí) o seguir la misa
por televisión o internet.
Esta celebración requiere al menos la participación de dos
personas.
Puede celebrarse el sábado tras el ocaso (vigilia del domingo) o
en la tarde del domingo, pero la mañana del domingo constituye
el momento más apropiado.
Esta celebración se adapta particularmente a un marco familiar,
en el respeto de las medidas del confinamiento. Durante su
celebración, deberán respetarse estrictamente las medidas de
seguridad.
Para hacer la celebración es necesario escoger un lugar de la casa
para la oración, de preferencia uno en el que estén cómodamente
todos los miembros de la familia. Las especificaciones serán:
o Se ha de colocar el número de sillas necesario ante un
espacio de oración, respetando la distancia de un metro
entre cada uno.
o Debería colocarse una cruz o el crucifijo.
o Se encenderán una o varias velas, que deberán colocarse en
un soporte incombustible (por ejemplo, un plato de
porcelana o cristal). Al final de la celebración, se apagarán
las velas.
o No se decorará el espacio de oración con flores. En Pascua,
podremos vivir la alegría de volver a colocarlas.
Se designa a una persona para dirigir la oración (en orden de
prioridad: un diácono, un laico que haya recibido el ministerio
del lectorado o acolitado, el padre o la madre de familia).
La persona encargada de dirigir la oración establecerá la
duración de los momentos de silencio.
Se designarán lectores para las lecturas.
Se preparará con anticipación una propuesta de oración de los
fieles. De todos modos, en esta guía, se ofrece una propuesta.
Deberá designarse a una persona para su lectura.
Se podrán preparar cantos apropiados, aunque hay algunos
propuestos.
Guía a la bendición de los ramos:
Ante todo, se han de preparar los ramos para la bendición.
*
* *
DOMINGO DE RAMOS Y DE LA PASIÓN
Celebración de la Palabra
“Yo soy la resurrección y la Vida” ¿Lo crees?
Iniciamos de pie con el canto “Qué alegría cuando me dijeron” u otro
apropiado.
Nos sentamos.
Quien guía la celebración dice:
Hermanos y hermanas,
en este Domingo de Ramos,
circunstancias excepcionales
nos impiden participar
en la celebración de la Eucaristía.
Sin embargo, sabemos que
cuando nos reunimos en su nombre,
Jesucristo está presente en medio de nosotros.
Y recordamos que cuando se lee la Escritura en la Iglesia,
es el Verbo mismo de Dios quien nos habla.
El relato de la pasión es la gran Palabra de Amor
que el Padre pronuncia sobre todos nosotros:
«No ahorró a su propio Hijo, sino que lo entregó por nosotros».
Pausa
Durante esta celebración,
rezaremos especialmente para que
cese la pandemia que amenaza al mundo,
por los enfermos y los que han muerto,
por sus amigos y sus familiares,
y por todos aquellos que trabajan al servicio de los demás
en la lucha contra este flagelo.
En el umbral de la Semana Santa,
fijemos intensamente nuestra mirada en Jesucristo Redentor.
Preparémonos ahora a abrir nuestros corazones,
guardando un momento de silencio.
Pausa
Después de un momento de silencio, todos se levantan y se signan
diciendo:
En nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
BENDICIÓN DE LOS RAMOS
Los presentes agitan los ramos mientras cantan el “Sanctus”. Aquí
tenemos una propuesta, pero cada uno cante el que se sepa
https://www.youtube.com/watch?v=2jPYUFRX4vQ
EVANGELIO
Permanecemos de pie. El lector lee el evangelio de Ramos.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo (21, 1-11)
Cuando se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagé,
junto al monte de los Olivos, Jesús mandó dos discípulos, diciéndoles:
«Id a la aldea de enfrente,
encontraréis en seguida una borrica atada con su pollino,
desatadlos y traédmelos.
Si alguien os dice algo contestadle
que el Señor los necesita y los devolverá pronto.
Esto ocurrió para que se cumpliese lo que dijo el profeta:
«Decid a la hija de Sión:
Mira a tu rey, que viene a ti,
humilde, montado en un asno,
en un pollino, hijo de acémila».
Fueron los discípulos e hicieron lo que les había mandado Jesús:
trajeron la borrica y el pollino,
echaron encima sus mantos y Jesús se montó.
La multitud extendió sus mantos por el camino;
algunos cortaban ramas de árboles y alfombraban la calzada.
Y la gente que iba delante y detrás gritaba:
«¡Hosanna el Hijo de David!
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
¡Hosanna en las alturas!»
Al entrar en Jerusalén, toda la ciudad preguntaba alborotada:
«¿Quién es éste?
La gente que venía con él decía:
«Es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea.
Palabra del Señor.
R/. Gloria a ti, Señor Jesús.
Al final del Evangelio, aclamamos nuevamente al Señor
cantando la segunda parte del Sanctus o el coro del canto que
escogimos:
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2, 6-11)
Cristo Jesús, siendo de condición divina,
no retuvo ávidamente el ser igual a Dios;
al contrario, se despojó de sí mismo
tomando la condición de esclavo,
hecho semejante a los hombres.
Y así, reconocido como hombre por su presencia,
se humilló a sí mismo,
hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todo
y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo,
en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Palabra de Dios.
R/. Te alabamos Señor.
EVANGELIO
Todos proclaman:
Gloria y alabanza a ti, Cristo.
El lector sigue diciendo:
Cristo se ha hecho por nosotros obediente hasta la muerte,
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todo y le concedió
el Nombre-sobre-todo-nombre.
Todos proclaman:
Gloria y alabanza a ti, Cristo.
A continuación se pasa a la lectura del pasaje evangélico de la Pasión
de Jesús, según las indicaciones ofrecidas al inicio de esta guía.
Los tres lectores se guían según estas siglas: X/: Jesús, C: Cronista, S:
Sinagoga.
Si hay niños pequeños, se puede leer la versión breve, indicada entre
corchetes.
COMUNIÓN ESPIRITUAL
El guía dice:
Dado que no podemos recibir la comunión sacramental,
el Papa Francisco nos invita apremiantemente a realizar la comunión
espiritual,
llamada también “comunión de deseo”.
El Concilio de Trento nos recuerda que
“se trata de un ardiente deseo de alimentarse con este Pan celestial,
unido a una fe viva que obra por la caridad,
y que nos hace participantes de los frutos y gracias del Sacramento”.
El valor de nuestra comunión espiritual
depende, por tanto, de nuestra fe en la presencia de Cristo en la
Eucaristía,
como fuente de vida, de amor y de unidad,
así como de nuestro deseo de comulgar, a pesar de las circunstancias.
Con esta disposición de ánimo, les invito ahora a inclinar la frente,
a cerrar los ojos y vivir un momento de recogimiento.
Silencio
En lo más profundo de nuestro corazón,
dejemos crecer el ardiente deseo de unirnos a Jesús,
en la comunión sacramental,
y de hacer que su amor se haga vivo en nuestras vidas,
amando a nuestros hermanos y hermanas como Él nos ha amado.
Permanecemos cinco minutos en silencio en un diálogo de corazón a
corazón con Jesucristo.
Podemos cantar un cántico de acción de gracias.
A continuación, nos ponemos de pie.
El guía pronuncia, en nombre de todos, la fórmula de la bendición:
Por intercesión de san N. [patrón de la parroquia],
de todos los santos y santas de Dios,
que el Señor de la perseverancia y la fortaleza
nos ayude a vivir el espíritu de
sacrificio, compasión y amor de Cristo Jesús.
De este modo, en comunión con el Espíritu Santo,
daremos gloria a Dios,
Padre de Nuestro Señor Jesucristo,
por los siglos de los siglos.
Amén.
BENDICIÓN FINAL
Todos se orientan hacia la cruz con las manos juntas
para pedir la Bendición del Señor.
El Señor nos bendiga y proteja,
ilumine su rostro sobre nosotros
y nos conceda su favor. Amén.
Todos hacen la señal de la cruz.
Los padres pueden hacer la señal de la cruz en la frente de sus hijos.
Es posible concluir la celebración elevando un cántico a la Virgen
María