Historiasps
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Primeros Habitantes
En el valle de Sula, convivían varios grupos étnicos, cuyo origen lingüístico es náhuatl-mayoide y
circuncaribe. Su desarrollo tecnológico es motivo de discusión por el acabado de sus utensilios
domésticos y el uso del bajorrelieve en vasos de mármol procedente de la actual zona arque-
ológica de “Playa de los Muertos”, San Manuel Cortés. Se cree que los Tolú panes de la Montaña
de La Flor era el grupo étnico más numeroso. (Stone 1944)
Sus Relaciones de parentesco era matri locales y existían unidades familiares integradas por
miembros superiores a las diez personas constituidas por familia consanguínea. Habitando con-
strucciones de bahareque y techo de paja, sin divisiones internas con el propósito según se
desprende de las evidencias arqueológicas, dando pié a relaciones comerciales básicas en una
economía de subsistencia.
El proceso evolutivo de estos grupos, estaba determinado por la influencia de los grupos étnicos
establecidos en el sur de la frontera mesoamericana, área maya, donde las contiendas bélicas
entre cacicazgos, había generado un clima de incertidumbre para el desarrollo de los mismos.
(Chapman 1978).
El proyecto de fundación de una Villa entre Puerto Caballos y Comayagua, se realiza el 27 de
junio de 1536, según el escribano Real Jerónimo de San Martín, el Comendador recorrió el Valle
conocidos como los Usula, buscando sitio y, escogió el paraje cerca de un pueblo indígena
denominado Tholoma, donde se distinguía un Gran Árbol de Madre Cacao, y a orillas del Río
Piedras, “Junto al pueblo de indios Usula. Según el escribano el valle tine un río bueno, sin
Yacares (lagartos), que se pueden cruzar sin araguas”. En seguida se procedió a su fundación
conforme lo estipulaba las leyes de la época 2en el nombre de Dios... y de la Santísima Trinidad...
y de nuestra Señora virgen Santa María su preciosa madre”, el 27 de junio.
Don Pedro de Alvarado mandó hacer una traza reticular, como estaba estipulado en las leyes de
India, dio un lote de 120 x 150 pieza a cada vecino, es decir a cada español que había participado
en la conquista y quería evecinarse, “mandó hincarse y se hincó para señalar el lugar en donde
había de haber picota y se hiciera justicia,” en el centro del sitio que designó para plaza de la villa;
quizás sospechando las intenciones de muchos, prohibió a sus vecinos abandonarlas por pena de
muerte y perdimiento de bienes. En vez de uno, nombró (con privilegio de Capitán y Goberna-
dor) a dos alcaldes y cinco regidores “para que lavilla sea más perfecta”; tomó los juramentos de
estos y les ordenó reunirse en cabildo dos veces por semana, que mantuviesen en secretas sus
decisiones y que bastase “con un alcalde y un regidor para hacer cabildo”. Una vez concluido el
proceso de fundación y repartimiento de las tierras entre los soldados encomenderos, se bautizó
el nuevo asentamiento con el nombre de Villa de San Pedro Puerto Caballos.