Administración Financiera y Las Finanzas Personales

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Las finanzas personales

Al hablar de administración financiera generalmente pensamos que es un


término que solamente es utilizado en las empresas para administrar el recurso
monetario de la misma, pero ¿en qué medida administramos nuestros recursos
financieros de manera personal?

Creo que en términos generales son pocas las personas que llevan un control
riguroso de sus finanzas y la mayoría gastamos a diestra y siniestra sin llevar
una planeación adecuada que permita optimizar nuestros recursos y mucho
menos generamos un excedente para el ahorro; ¿a qué se debe esto? Podemos
culpar a nuestra cultura, la falta de conocimiento del tema, a la falta de tiempo
para la planeación o a mil excusas más. Lo cierto es que una mala
administración nuestras finanzas nos pueden causar muchos dolores de cabeza
y llevarnos a momentos económicos inciertos.

Para tener más claro el término, “La administración financiera ésta interesada en
la adquisición, financiamiento y administración de los activos con una meta
global en mente. Así la función de decisión de la administración financiera puede
dividirse en tres grandes áreas, la decisión de inversión, financiamiento y
administración de los activos.” Van Horne & wachowicz, 1998.

Ahora bien, una vez aclarado el concepto analicemos en qué medida llevamos a
cabo el control de nuestras finanzas y los errores que cometemos. La correcta
planificación de las finanzas personales permite optimizar nuestros recursos
financieros para alcanzar diferentes objetivos.

La administración financiera es uno de los métodos más eficaces para


incrementar el nivel de vida en forma segura. Los componentes para aplicar
dicha administración son los recursos financieros, el dinero que ingresa a
nuestra cuenta y el nivel de gasto que realizamos, así que el manejo de estos
conceptos nos ayuda a crecer o fracasar financieramente en nuestra vida.

Para llevar con eficacia nuestras finanzas personales, es recomendable seguir


los siguientes pasos:

 Informarnos de nuestra situación financiera actual, es decir el resultado


mensual de los ingresos y egresos.
 Conocer los aspectos básicos de las finanzas personales. Ingreso, gasto,
ahorro e inversión.
 Realizar un plan financiero que incluya los objetivos y metas que nos
proponemos realizar en nuestra vida.
 Actuar con disciplina para llevar a cabo el plan que nos llevará a los
resultados financieros que esperamos.

La riqueza se obtiene cuando obtenemos un excedente entre el ingreso y el


gasto. Es decir el ingreso que produce nuestro trabajo será la base para definir
el ingreso mínimo que se requiere para mantener el nivel de vida deseado y
lograr el ahorro que genere mayor riqueza. Las familias deben informarse de la
relación entre sus ingresos y gastos que permita cumplir metas financieras a
mediano y largo plazo. Controlar el nivel de gasto será la clave para un mejor
desarrollo económico.

Algunos de los errores más comunes que se cometen en el manejo de las


finanzas personales son:

Vivir al límite de tu capacidad financiera. Si mes tras mes tu quincena termina en


ceros, esta es una situación de riesgo. Lo más sano es que mantengas un
equilibrio de ingresos y egresos, incluyendo un ahorro estable. Con una
planeación sencilla y proyectando metas financieras claras, podrás construir un
excedente disponible para emergencias, para gastos no programados y para
lograr tus objetivos.

Perder el control. Tener control de tus finanzas implica que en todo momento
debes saber cuánto tienes, en qué gastas, cuánto debes y cuánto ahorras. Así
tendrás un balance y no te comprometerás con gastos fuera de tu presupuesto.

Ignorar los gastos extraordinarios. Es usual tener una planeación estricta con los
gastos fijos, como renta, colegiatura, gimnasio y gasolina, pero olvidar planear
los gastos repentinos, como propinas, lavado de auto y entradas al cine.
Recuerda que todo debe pagarse de los mismos ingresos, así que no olvides
contemplar esos pequeños gastos en tu presupuesto; de esta manera tu
capacidad financiera podrá cubrir tanto tus gustos, como tus necesidades.

Mantener los gastos innecesarios. Sé honesto en la evaluación de tus gastos y


decide de cuáles podrías prescindir. De esta manera podrás disponer de ese
capital para ahorrar para un viaje, saldar una deuda, invertirlo en mejora de tu
economía, u otro. La definición de gasto innecesario depende de tu situación
personal.

No invertir. Sin inversión, el dinero no se multiplica. No te conformes con vivir


siempre de una sola fuente de ingresos, busca alternativas que te permitan
aumentar la rentabilidad de tus ahorros. Recuerda buscar la asesoría de un
experto y tomar en cuenta factores como la rentabilidad, la liquidez y la
seguridad, pues son variables decisivas para obtener mejores ganancias.
No tener objetivos financieros. Es importante planear y delimitar metas para
poder trazar un plan financiero que te permita alcanzarlas conservando tu
bienestar económico. Si tienes claro qué tipo de vida deseas tener y cuáles son
tus metas a cumplir, es necesario que establezcas una serie de objetivos
razonables que te ayuden a encaminar tu esfuerzo para alcanzarlas.

¿Cuántos de estos errores te son familiares? Pero conocer los errores que
cometemos no es suficiente para mejorar nuestra economía, es necesario crear
un plan financiero y establecer metas a corto y a largo plazo; para ello tenemos
que definir qué queremos lograr, para qué y en qué tiempo.

En la elaboración del plan financiero, se debe incluir el presupuesto anual y el


proyecto de ahorro e inversión. Considerando el sueldo o ingreso fijo se deberá
definir cuál es el gasto máximo que puede cubrir con el mismo, ya que si se
desea generar un ahorro y por tanto riqueza existen solo dos formas: gastar
menos o buscar otras opciones de ingreso.

Otra opción para conseguir que las metas se realicen antes de ese tiempo, es
generar mayores ingresos, pero conservando el mismo nivel de gastos, lo que
permitirá un monto mayor para ahorro e inversión.

Para llevar a cabo una buena planeación financiera en nuestra vida influyen los
factores que ya hemos mencionado, pero consideramos que la parte más
importante para generar el plan, es la fijación de metas, ellas serán la guía para
continuar en la dirección correcta.

Nuestras finanzas personales son una herramienta o un medio para alcanzar


esa plenitud, por lo tanto deben tener a su vez objetivos bien definidos, que nos
ayuden a acercarnos cada vez más a la meta principal de nuestra vida
económica, que puede ser la independencia financiera, un peldaño más arriba
de la estabilidad económica. Para alcanzarla debe trazarse y seguirse un plan
que sirva de escalera para lograrlo.

El secreto es crearse una disciplina, no sólo para hacerse de buenos hábitos


financieros como el ahorro que genere excedentes para inversión, sino concretar
un plan, proyectar las acciones del mismo y alcanzar nuestra meta. Dependerá
de cada persona que ésta planeación culmine eficazmente, reconociéndose
como los únicos responsables de alcanzar el propio bienestar financiero.

El principal problema de la gente que no ahorra, aparte de la falta de disciplina,


es la falta de un objetivo por cumplir, de tal manera que si usted se propone
ahorrar, pero no define por anticipado en qué aplicará este dinero, caerá en un
círculo vicioso, donde ahorra una cantidad más o menos sustanciosa para
después irla gastando, sin saber a ciencia cierta en qué, o pensando que luego
podrás reponerla.

El problema seguirá siendo el mismo, te mantendrás sin el ahorro que te permita


afrontar los escenarios financieros que tienes por delante: la generación de un
patrimonio para vivir con solvencia en el retiro, o simplemente tener un margen
para resolver «los momentos de emergencia financiera» como puede ser el caso
de una pérdida de empleo o un revés en los negocios, entre otros.

Así que la mejor manera de llevar una disciplina de ahorro saludable consiste en
definir claramente cuál será su meta para cada ahorro y plan de inversión que
hagas. Estas serán las guías que te llevarán a otros escenarios y a más metas
por cumplir. Así pues, para lograr la tranquilidad financiera, lo primero que
debemos hacer es sentarnos a pensar con cuidado en nuestros objetivos
específicos. Por ejemplo, para algunos las metas pueden ser: adquirir un
automóvil nuevo, la educación de los hijos, comprar una vivienda propia, tener
un negocio con ingresos más o menos estables, etcétera.

Después, podemos de fijar fechas o edades aproximadas para conseguir dichas


metas. Para esto, tendremos que ser objetivos y realistas. Tomaremos en
cuenta nuestros ingresos actuales (netos, después de impuestos) y nuestros
pasivos (deudas y compromisos económicos); consideraremos también las
posibilidades que tenemos de crecer en nuestro trabajo actual, además de todos
aquellos factores que resulten pertinentes en nuestro caso particular. Una vez
que tenemos una buena idea de nuestras posibilidades reales, nos
dispondremos a diseñar una suerte de calendarización que refleje cuándo nos
gustaría alcanzar cada una de nuestras metas. Cada persona es diferente, por lo
que no existirá un -plan perfecto- que funcione para todos. Las mejores
decisiones serán las que cada quien tome, con base en una observación
profunda de sus deseos y posibilidades.

Con todo lo anterior, podemos darnos cuenta de la importancia de mantener una


situación financiera saludable y de esta forma alcanzar todos nuestros planes y
sueños financieros, solo es cuestión de invertir un poco tiempo para realizar el
plan financiero, que puede ser la diferencia entre el éxito o fracaso de nuestra
vida financiera.

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