Protocolo Manejo TBC
Protocolo Manejo TBC
Protocolo Manejo TBC
2021-2
INTRODUCCIÓN
La tuberculosis es una enfermedad tan antigua como la humanidad, su nombre derivado del
microorganismo causante llamado bacilo de Koch o Mycobacterium Tuberculosis; este
cuadro infectocontagioso es denominado como “enfermedad ligada a la pobreza”, por lo que
la tasa de prevalencia es alta en países de bajos y medios recursos, afectando a las poblaciones
más vulnerables. Los reportes realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS)
revelaron que al menos 1 millón de niños enferma de TB al año, siendo catalogada a día de
hoy como una epidemia infantil, siendo motivo para la estructuración de estrategias que
permitan disminuir la incidencia y la mortalidad de la misma (1). Colombia es un país que
comparte esta realidad, pues a pesar de que no existe un reporte actual en la comunidad
pediátrica, la TB es un fenómeno que cada vez es más frecuente en nuestro medio, liderado
por factores como la desigualdad social, la migración y la falta de campañas de prevención,
que precipitan el contagio poniendo en riesgo a toda la población, en especial, a la población
pediátrica.
La educación y actualización continua, son pilares fundamentales en el desempeño de las
áreas de la salud, desde que se fundó el principio de la medicina basada en la evidencia
(MBE) el esfuerzo por validar nuevas medidas terapéuticas y la generación de nuevo
conocimiento es mucho mayor, en especial en los centros académicos hospitalarios,
particularmente en los de mayor nivel de complejidad. A lo largo de este capítulo se
mencionará un consenso de los protocolos adoptados por las diferentes asociaciones de
pediatría a nivel mundial y las medidas terapéuticas para el tratamiento de la TB infantil a
nivel nacional e internacional.
EPIDEMIOLOGÍA
La tasa de tuberculosis se ha mantenido estable en los últimos años a nivel mundial, se estima
que alrededor de 10 millones de personas padecieron esta enfermedad según un reporte
realizado en el 2018. la mayoría de los casos de tuberculosis de 2018 se registraron en las
Regiones de la OMS de Asia Sudoriental (44%), África (24%) y el Pacífico Occidental
(18%), con porcentajes menores en el Mediterráneo Oriental (8%), las Américas (3%) y
Europa (3%). Ocho países representaban dos tercios del total mundial: India (27%), China
(9%), Indonesia (8%), Filipinas (6%), Pakistán (6%), Nigeria (4%), Bangladesh (4%) y
Sudáfrica (3%). Donde la población pediátrica componía el 11% de los casos (2).
En Colombia, En 2018 se notificaron al sistema de vigilancia (Sivigila) 14446 casos de
tuberculosis todas las formas, 13032 corresponde a casos nuevos y 389 tras recaída; la tasa
de incidencia de tuberculosis (todas las formas) fue de 26,9 casos por 100000 habitantes,
siendo el departamento de Amazonas el de mayor incidencia. La tasa de tuberculosis
pulmonar fue de 22,1 casos por 100000 habitantes y tuberculosis extrapulmonar 4,8 casos
por 100000 habitantes (2).
Durante los últimos 11 años se la de tuberculosis ha variado ampliamente; a partir de los
últimos seis años, la incidencia presenta un aumento constante pasando de 23,0 casos por
100000 habitantes en 2013 a 26,9 casos por 100000 habitantes en 2018. De acuerdo al
comportamiento de la tuberculosis según variables sociales y demográficas, el 66,0%
(n=9530) de los casos se registró en el sexo masculino, con una tasa de 35,7 casos por 100
000 hombres; la distribución por grupos de edad mostró que el mayor número de casos se
concentró entre 25 a 34 años con el 21,3%, seguido de los mayores de 65 años con el 20,1%;
por étnica el 5,3% de los casos pertenecen a la población indígena y el 5,0% afrocolombianos,
el régimen subsidiado aportó el 53,0% de los casos, según área de ocurrencia el 83,5% se
presentaron en cabecera municipal. Lastimosamente no existe reporte en la población
pediátrica, sin embargo, por nexo epidemiológico se pueden obtener unos estimados bastante
similares (2).
Todos nos encontramos en riesgo inminente, sin embargo, la tasa de incidencia es mayor en
poblaciones vulnerables, como personas privadas de la libertad, indígenas, pobreza extrema
y migrantes.
CLASIFICACIÓN
La TB se puede clasificar en 5 grupos distintos:
ETIOLOGÍA
La tuberculosis (TB) es una de las enfermedades más antiguas de las que se tiene constancia,
habiéndose detectado signos de la enfermedad en el Neolítico; aunque, no se convirtió en un
grave problema epidemiológico hasta la revolución industrial, cuando las condiciones de
hacinamiento favorecieron su propagación. La bacteria causal, MTB, descrita por Koch en
1882, pertenece al complejo M. tuberculosis complex, que abarca, al menos, 9 especies, que
incluyen: M. bovis, M. africanum, M. canetti y M. microti. Estas especies son también
responsables de la TB humana, pero con mucho menor relevancia desde el punto de vista
clínico y de salud pública. El ser humano es el único reservorio de M. tuberculosis, aunque
numerosos animales son susceptibles a la infección. (4)
MTB es un bacilo ácido-alcohol resistente, inmóvil, no esporulado, que mide de 0,8 a 4
micras, con alto contenido de lípidos, responsable de varias de sus características biológicas,
como la dificultad para ser destruido por los macrófagos. Tiene un metabolismo aeróbico
estricto, con desarrollo óptimo a 35-37ºC, y su crecimiento depende del oxígeno y del pH
circulante. Es muy resistente a las condiciones de frío, congelación y desecación. Por el
contrario, es muy sensible al calor, luz solar y ultravioleta. Su multiplicación es muy lenta,
se divide cada 15-20 horas, y crece en medios selectivos entre 3 y 8 semanas. Este lento
crecimiento justifica su clínica inespecífica y la lenta instauración del cuadro clínico. Ante
circunstancias adversas, puede entrar en estado de latencia y permanecer en esas condiciones
durante años. (4)
FACTORES DE RIESGO
Exposición significa que el niño ha tenido un contacto significativo “compartido el aire” con
un adulto o adolescente con tuberculosis pulmonar potencialmente contagiosa. La
investigación de contactos, examinar a las personas cercanas a un caso sospechoso de
tuberculosis, es la actividad más importante en una comunidad para prevenir casos de
tuberculosis en niños. El entorno más frecuente de exposición de un niño es el hogar, pero
puede ocurrir en una escuela, guardería u otro entorno cerrado. En esta etapa, la prueba inicial
de infección (ya sea prueba cutánea de tuberculina [TST] o ensayo de liberación de interferón
gamma [IFN-γ] [IGRA]) es negativa, la radiografía de tórax es normal y el niño no presenta
signos o síntomas de la enfermedad. (5)
Algunos niños expuestos pueden haber inhalado núcleos de gotitas infectados con M.
tuberculosis y tener una infección temprana, pero el médico no puede saberlo porque se
necesitan hasta 3 meses para que una prueba de infección sea positiva. La Organización
Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades
(CDC) de EE. UU. Recomiendan que los niños menores de 5 años y los infectados con el
virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) en la etapa de exposición sean tratados para
prevenir el rápido desarrollo de tuberculosis diseminada o meníngea, que puede ocurrir antes
de que las pruebas de infección se vuelvan reactivas.
No todas las personas infectadas tienen el mismo riesgo de desarrollar una enfermedad. Un
adulto inmunocompetente con infección por tuberculosis no tratada tiene aproximadamente
un riesgo de por vida de 5 a 10% de desarrollar la enfermedad; la mitad del riesgo ocurre en
los primeros 2 a 3 años después de la infección. Estudios históricos han demostrado que hasta
el 50% de los bebés inmunocompetentes con infección por tuberculosis no tratada desarrollan
la enfermedad, a menudo formas graves y potencialmente mortales, generalmente en un plazo
de 6 a 9 meses. (5)
Personas que han sido infectadas recientemente por las bacterias de la tuberculosis
FISIOPATOLOGÍA
En la tuberculosis pulmonar el mycobacterium tuberculosis es eliminado de forma activa por
el huésped hacia el medio ambiente al estornudar, toser e incluso al hablar. Las micro gotas
generadas se evaporan rápidamente y se convierten en aerosoles de partículas pequeñas, de
aproximadamente 1-3 μm, que debido a su tamaño permanecen suspendidas en el aire y pueden ser
transportadas por este. Cuando una persona sana entra en contacto con los bacilos de mycobactterium
tuberculosis, su tamaño permite que estos lleguen fácilmente a los alveolos pulmonares. Sin embargo
solo el 5% de las personas en contacto con este desarrollarán la enfermedad que puede ser en los dos
años siguientes a la exposición especialmente si sus mecanismos de defensa o el sistema inmunitario
están debilitados y otro 5% en un mayor tiempo.
La pregunta de ¿Por qué la mayoría de las personas no desarrollan la enfermedad? Se debe a que la
respuesta inmunitaria celular que esta mediada por los macrófagos hace que estos fagociten el bacilo,
además por mecanismos como la producción de oxido nítrico, enzimas lisosomales y la acción de los
linfocitos CD4+ y CD8+ que ejercen una función bactericida mediada por citosinas que estimulan la
acción de los linfocitos T y Natural Killers hacia los sitios de inflamación hacen que todo el
movimiento coordinado del sistema inmune proteja al huésped del desarrollo de la enfermedad, sobre
todo por la formación por parte de los macrófagos alverolares del característico “granuloma caseoso”,
que es la producción de un infiltrado como respuesta de contención al Mycobacterium T.
- Vía linfática.
- Vía hematógena.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Cuando existe neumonía o atelectasias, que también son más frecuentes en el niño pequeño,
es habitual la existencia de taquipnea, matidez a la percusión, aleteo nasal, egofonía y
crepitantes.
El derrame pleural, complicación más común en los niños mayores, suele provocar en sus
primeros estadíos, dolor torácico persistente, que se incrementa en la inspiración profunda y
da lugar a una respiración entrecortada. Provoca una disminución de los ruidos respiratorios
a la auscultación, matidez a la percusión y, ocasionalmente, datos de desplazamiento
mediastínico. (7)
En un niño pequeño con historia de tos y signos de distrés respiratorio debería considerarse
la posibilidad de una TB miliar. Muy a menudo su comienzo es insidioso, aunque, en el
intervalo de unas semanas, la mitad de los casos presentan hepatoesplenomegalia y
linfoadenopatías generalizadas. Por último, se hacen patentes los signos respiratorios que
incluyen taquipnea o disnea, cianosis, sibilancias y/o crepitantes. Entre 30–50% de los niños
con TB miliar tienen también meningitis, esta tiene mayor incidencia en menores de 3 años,
suele producirse tras primoinfección tuberculosa, encontrándose afectación pulmonar en el
50% de los casos. Produce una meningoencefalitis basal con vasculitis, lesionando pares
craneales y con frecuencia hidrocefalia. El LCR presenta pleocitosis de predominio
linfocitario (aunque en las primeras 48 horas predominan los polimorfonucleares),
hipoglucorraquia e hiperproteinorraquia marcada.
La TB ósea, como forma de TB silente, puede pasar desapercibida durante meses o años a
causa de la falta de signos o síntomas. Puede afectar a huesos y articulaciones, habitualmente
los de mayor sobrecarga, como vértebras (50%), caderas (15%) y rodillas (15%). La
destrucción ósea con aparición de deformidades es el último signo de la enfermedad, con
manifestaciones como angulación de la columna vertebral y cifosis grave por destrucción de
los cuerpos vertebrales lo que se conoce como «enfermedad de Pott» o, si se afecta la
columna cervical, con subluxación de la articulación atlantoaxial produciendo paraplejia o
cuadriplejia. (7)
DIAGNÓSTICO
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
La historia clínica, la prueba de tuberculina, el contacto con un caso fuente y la radiología
son la base para sospechar tuberculosis en niños. La confirmación del diagnóstico se realiza
por medio de la comprobación bacteriológica de M. tuberculosis. En esos niños, en quienes
se confirma la existencia del bacilo (criterio bacteriológico), el diagnóstico está establecido
utilizando una conjunción de criterios como son el epidemiológico, radiológico, clínico,
tuberculínico e histopatológico, y en algunas ocasiones el criterio broncoscópico y la
respuesta terapéutica (9-10):
a. Clínico:
Todo menor de 15 años cuando presenta tos o signología bronquial de más de 2 semanas de
evolución se considera sintomático respiratorio. Más de un 50% de los niños que poseen
tuberculosis pulmonar de moderada a severa son asintomáticos al instante del diagnóstico.
Los lactantes expresan sintomatología con más frecuencia que los niños más grandes de un
año. Los preescolares tienen la posibilidad de manifestarse con falla de crecimiento o fiebre
prolongada o intermitente.
b. Epidemiológico:
Presencia de un conviviente positivo, presentando síntomas inespecíficos. La duración de la
exposición también influye en la probabilidad de transmisión, contactos casuales cortos no
son suficientes para infectar.
c. Tuberculínico:
Para saber si una persona se ha contagiado de la tuberculosis, pero la enfermedad se encuentra
latente, es decir, no existen síntomas (pero puede beneficiarse del tratamiento); se realiza
una lo que se llama prueba del Mantoux, esta consiste en demostrar la hipersensibilidad del
organismo frente a las proteínas del bacilo tuberculoso, una capacidad de reacción del sistema
inmunológico que se adquiere una vez el organismo ha sido infectado por el M. tuberculosis.
La prueba del Mantoux consiste en introducir mediante una jeringuilla a nivel intradérmico
una mínima cantidad de líquido (0,1 ml) que contiene un derivado purificado del antígeno
del bacilo de la tuberculosis. Al introducir el líquido se produce un habón, de menos de un
centímetro de diámetro.
e. Histopatológico y Microbiológico
Ultraexpress prueba de detección molecular y coloración de Ziel-Nielsen.
CRITERIOS DE HOSPITALIZACIÓN
El tratamiento de pacientes con tuberculosis en general se puede realizar de manera
ambulatoria, la hospitalización se realiza solo en casos especiales según el criterio médico o
la condición del paciente en relación con su enfermedad. Dentro de los criterios de
hospitalización se incluye:
• Insuficiencia respiratoria aguda
• Formas graves de TBC
• Infecciones respiratorias sobreagregadas
• Hemoptisis masiva
• Neumotórax espontaneo
• RAFA grave
• Desnutrición severa
TRATAMIENTO
Una vez que se le ha dado a un niño un diagnóstico de TB, ya sea confirmado, probable y,
en algunos casos, posible, el tratamiento debe iniciarse con una combinación de
medicamentos (6). El régimen de combinación estándar de cuatro fármacos de isoniazida,
rifampicina, pirazinamida y etambutol administrados diariamente durante dos meses seguido
de isoniazida y rifampicina administrados diariamente durante cuatro meses adicionales
sigue siendo la norma para el tratamiento de la tuberculosis en niños (7).
DOSIS DOSIS
ANTITUBERCULOSOS DOSIS DOS VECES
DOSIS DIARIA MAXIMA MAXIMA EFECTOS ADVERSOS
REGIMEN ESTANDAR SEMANAL
DIARIA SEMANAL
Neuritis retrobulbar, disminución de la
ETAMBUTOL 15-25 mg/kg/d 2500 mg 50 mg/kg/dosis
discriminación del color rojo-verde.
Prurito por hepatotoxicidad, erupción
RINFAMPICINA 10-20 mg/kg/d 600 mg 10-20 mg/kg/dosis 900 mg cutánea, gastritis, enfermedad similar a la
gripe.
ISONIAZIDA 7-15 mg/kg/d 300 mg 20-30 mg/kg/dosis 600 mg Neuropatía periférica, hepatotoxicidad.
PREVENCIÓN
Vacunación
La vacuna BCG que existe actualmente presenta una eficacia limitada (de 0 al 80%), debido
a que confiere inmunidad a los niños de meningitis tuberculosa, así como de TB diseminada,
pero no protege a los adultos de la TB pulmonar ni tampoco evita la TB latente. La variación
en la eficacia puede deberse a factores tanto geográficos como genéticos, que pueden
interferir en la respuesta inmunitaria sobre todo de los CD8+.
Como prevención externa se debe recordad que los bacilos de la tuberculosis se destruyen
rápidamente con la luz solar, además la concentración en el aire puede reducirse con una
buena ventilación de los espacios. La posibilidad de infectarse por un contacto puntual con
una persona que tiene tuberculosis contagiosa es muy pequeña, excepto si ha habido un
contacto cercano y prolongado con un caso contagioso.
Aislamiento
La mayoría de los niños con tuberculosis no son contagiosos y sólo requieren las
recomendaciones universales. Se recomienda aislar a los niños con tuberculosis pulmonar
cavitaria, muestra directa o cultivo del bacilo positivos obtenidos de esputo o jugo gástrico,
compromiso laríngeo, infección pulmonar extensa, enfermedad miliar con tos, hasta que se
considere no infectante. No se recomienda aislamiento en meningitis tuberculosa, lesiones
cerradas de piel, nódulos linfáticos y hueso, enfermedad miliar sin tos, tuberculosis renal y
pleural. (7)
Seguimiento
El seguimiento del tratamiento debe ser mensual, analizando los aspectos clínicos,
reforzando la necesidad de adherencia al tratamiento, evaluando la aparición de efectos
adversos de los medicamentos, reforzando el adecuado soporte nutricional e insistiendo en
todos los aspectos necesarios sobre rehabilitación integral del paciente. En pediatría no está
claro en qué momento hacer control bacteriológico, por las dificultades del aislamiento del
bacilo. El seguimiento radiológico debe ser individualizado, pero se recomienda un control
al finalizar el tratamiento o cuando se sospechen complicaciones o mala evolución.
La ficha del tratamiento debe ser diligenciada de manera adecuada y hacer el seguimiento de
cohorte de los pacientes, según lo estipulan las normas técnicas expedidas por el Ministerio
de Salud de Colombia. (7)
FLUJOGRAMAS
DIAGNÓSTICO DE TBC PULMONAR
TRATAMIENTO DE TB-MDR
ALGORITMO PARA SOSPECHA DE TB-MDR EN UN NIÑO (10)
ALGORITMO DE MANEJO PARA CONTACTOS INFANTILES DE CASOS DE
TB-MDR (10).
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