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Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes, sus fines son exclusivamente didácticos.

Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial.

Ariel Antropología

Ariel
Francoise Héritier

MASCULINO/FEMENINO

El pensamiento de la diferencia
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Diseño de la cubierta: area3

1.a edición: diciembre 1996


1.a reimpresión: abril 2002
Título original:
Masculin/Féminin
La pensée de la différence
Traducción de A la memoria
VICENTE VILLACAMPA de Marie Bonnefoy,
mi abuela.
© 1996: Éditions Odile Jacob
Derechos exclusivos de edición en español
reservados para España
y propiedad de la traducción:
© 1996 y 2002: Editorial Ariel, S. A.
Provenca, 260 - 08008 Barcelona

ISBN: 84-344-2220-4

Depósito legal: B. 16.321 - 2002

Impreso en España

A&M GRAFIC. S. L.
Polígono Industrial «La Florida»
08130 Santa Perpetua de Mogoda
(Barcelona)
Ninguna parle de esta publicación, incluido el diseño de
la cubierta, puede ser reproducida, almacenada o
transmitida en manera alguna ni por ningún medio, ya
sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o
de fotocopia, sin permiso previo del editor.
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CAPÍTULO XI

DE PROCREACIÓN
LA VINCULACIÓN A LA ESTIRPE
REFLEXIONES SOBRE LOS NUEVOS MODOS
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Todas las sociedades humanas reposan sobre una común exigencia:


la de su reproducción, que pasa por la de sus miembros.
Lo que equivale a decir que todas se enfrentan a los problemas que,
desde siempre, han sido objeto de reflexión por los hombres: definir, por
medio de reglas concretas de filiación, lo que garantiza la legitimidad de
la pertenencia al grupo, estatuir sobre lo que fundamenta la identidad de
la persona humana en la medida en que está inmersa en un continuum
biológico y social, reglamentar los derechos y deberes del individuo, e
incluso aportar una solución a su medida al problema de la esterilidad.
En estos ámbitos, cada sociedad sigue una costumbre coherente que
le es propia: la ley del grupo.
A este respecto la antropología puede aclarar la cuestión de la
Inserción en la práctica social de los nuevos modos de procreación, que
están aparentemente ligados, en el espíritu del público, al desarrollo de
los conocimientos científicos y de las técnicas.
El análisis antropológico permite, en efecto, comparar entre ellas las
diversas fórmulas que, en un momento o en otro, aquí o allá, han sido
actualizadas, y tal vez deducir de esta comparación cierto número de
constantes o, al menos, tendencias fuertemente marcadas.
En lo que sigue no se encontrará, pues, ninguna consideración de
tipo moral sobre la difícil división de los
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hechos entre lo lícito y lo ilícito, lo normal y lo anormal, lo natural y lo Ésa es la primera constante que resulta de la observación de los hechos.
artificial, que siempre y en todas partes es asunto de convención social. No obstante, son datos eminentemente sociales los sistemas de filiación
Tampoco se sugerirá la posibilidad de buscar en otra parte modelos —que consagran la pertenencia a un grupo socialmente definido—, los
directamente reproducibles en nuestra sociedad o adaptables a ella, pues la sistemas de parentesco —-que determinan la manera como clasificamos y
idea de un trasplante es absurda en la medida en que lo que se halla en nombrarnos a nuestros parientes consanguíneos y políticos—, las
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juego no es sólo el hecho jurídico, sino el conjunto de los comportamientos modalidades de alianza matrimonial y los modelos de la familia.
y representaciones que lleva aparejados.
La única lección que se desprende, si la hay, es la humildad. La ¿Qué debe entenderse por lo anterior? Si alguna de esas instituciones
cuestión de los paliativos de la esterilidad, que interesa al mundo estuviera biológicamente fundamentada, y por tanto fuese natural y
contemporáneo, se ha planteado siempre en todas las sociedades. necesaria, se presentaría en todo el mundo bajo la misma forma.
Ciertamente, se ha producido en los últimos años un desarrollo Pero no es el caso de ninguna de ellas. La base de las diversas fórmulas
considerable de los conocimientos científicos en materia de reproducción y que se hallan es siempre, ciertamente, la observación y el tratamiento de
de genética humana, y debemos tomar en cuenta este avance. Pero invariantes biológicos, pero éstos son muy generales, tal como hemos
conviene saber que no existe sistema de pensamiento, por ingenuo que nos visto en el capítulo II.
parezca, ni sistema social por rudimentario que sea, que no se hayan
fundado en un análisis crítico de lo que la naturaleza ofrecía a las miradas;
o sea del dato biológico tal como podía ser observado e interpretado con Innovaciones que no lo son verdaderamente...
sus propios medios de inteligibilidad por quienes ponían en práctica tales
sistemas. Así, las posibilidades no son infinitas. Se ha aludido mucho en estos
Por lo demás, las reglas que determinan la filiación, ese lugar últimos años al imperativo de cambios fundamentales en el ámbito de la
necesario y de derecho del que depende el reconocimiento del lugar del filiación, al necesario arbitrio de nuevos modos de filiación que integren
hijo en la familia y en la sociedad, están todas ancladas en lo que el cuerpo los diversos tipos de procreación médicamente asistida, puesto que apelan
humano, y por tanto la naturaleza humana, tiene de más irreductible: la a una tercera persona situada fuera de la pareja demandante.
diferencia de sexos. Pero se quisiera innovar lo que no se puede. Inevitablemente vuelve a
La filiación pasa por una línea de hombres o mujeres, o por los dos a caerse en una u otra de las únicas fórmulas posibles a partir del dato
la vez, según diferentes fórmulas. Esto es verdad para todas las sociedades, biológico ineludible que es la reproducción bisexuada. Y no resulta tan
pues no conocen más que la aproximación sexual como forma de fácil pasar de una a otra.
reproducción. Y será verdad también para nuevos modos de procreación Favoreciendo por ley la existencia de familias matricentradas, por
que, si pueden excluir aquella aproximación física, no por ello están ejemplo, no se crea un sistema de filiación matrilineal, a menos que se
desvinculados de la reproducción sexuada. prohíba toda filiación por el padre. En una familia sin padre conocido o
Desde este punto de vista, la idea de que lo social se adscribiría al reconocido como tal, un hijo tal vez sea afiliado al único grupo parental
artificio en tanto lo biológico (o lo genético) se ligaría a la naturaleza, en de su madre, pero tendrá los mismos derechos en relación con sus dos
rigor carece de todo sentido. abuelos maternos, si existen.
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En el seno de la fórmula cognaticia, que es la nuestra, se puede toria en trabajo, ganado, dinero y bienes de todos los órdenes.
imaginar toda clase de variantes posibles. Pero en cualquier caso, la unión legítima determina la legitimidad
En rigor, cabe imaginar que una sociedad entera pase a una fórmula de primera de los hijos y crea ipso facto su afiliación a un grupo. Al lado de
filiación diferente de la suya, aunque ello implique correlativamente la unión legítima pueden ser reconocidos muchos tipos de unión
muchos otros cambios, hasta en lo que tiene de más profundo: sus matrimonial de estatuto diferente, entre ellos el concubinato. Existen pues
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representaciones colectivas. diversos modos de legitimidad y de inscripción social de los hijos.


En contrapartida, no puede concebirse una fórmula radicalmente El estatuto de los hijos naturales siempre se prevé y es más o menos
distinta de las fórmulas de filiación que hemos repertoriado (véase capítulo acertado.
II), a menos que se caiga en las utopías de la clonación, donde desaparece Un caso particularmente coherente es el de los samo,1 entre quienes
el carácter bisexuado necesario para la reproducción, o de sistemas que la filiación es patrilineal, y para los que resulta inconcebible que un hijo
atribuirían colectivamente al poder público a los niños, retirándolos de sus no tenga padre y se vincule por vía de filiación al linaje de su abuelo
progenitores y educándolos en instituciones ad hoc, en las que las palabras materno. De este modo, los hijos adulterinos pertenecen al marido
mismas de padre y madre, los vínculos y las transmisiones de todas clases legítimo de iure (Pater is est quem nuptiae demonstrant). Los hijos
estarían absolutamente prohibidos. naturales, en el caso raro en que la muchacha careciera de marido
La filiación es, pues, social, en el sentido de que se trata siempre de la legítimo asignado desde su infancia, pertenecen al grupo de un hombre
apropiación por un grupo de una sola de las fórmulas posibles a partir de la que ella debe designar como padre.
reproducción bisexuada. Y el margen de libertad es reducido. Ésta es una El hijo es una riqueza para el grupo, y no se da el caso de que esta
segunda constante. designación sea recusada: se le presenta a los antepasados, se le inscribe
en la memoria del grupo según su orden de nacimiento, y a la edad
requerida se le envía con su padre si la madre no se ha casado con él. Esta
El vínculo social prima sobre el biológico inscripción, esta afiliación, le confiere el derecho a acceder a los
diferentes estatutos cuando llegue su turno de edad: si se trata de un
Si se considera la unión procreadora, se encuentra en todas las hombre, podrá ser el decano del linaje.
sociedades humanas sin excepción, incluidas aquellas en las que no existe
En total, hasta nuestros días no existen sociedades humanas fundadas
vínculo conyugal estable y permanente, una forma legítima que de manera
en la única consideración del engendramiento biológico, o que le
convencional llamamos «matrimonio». Esta forma legítima corresponde a
reconozcan el mismo alcance que la filiación socialmente definida.
criterios en extremo variables: puede tratarse exclusivamente de acuerdos
regulares concluidos entre casas, familias, linajes o clanes que se acuerdan Todas consagran la primacía de lo social —de la convención jurídica
aun antes del nacimiento de los futuros cónyuges. Puede tratarse asimismo que fundamenta lo social— sobre lo bioló-
de una consagración oficial religiosa o civil, o del reconocimiento público
de un estado de hecho. Y puede tratarse muy a menudo del pago por parte
del esposo y su familia al grupo que le cede una esposa y, por tanto, una
descendencia; o de una prestación compensa-
1. F. Héritier, «L'identité samo», en L'Ideniiíé. Séminaire
interdisciplinaire dirige par Claude Lévi-Strauss, professeur au Collége
de France, 1974-1975, París. Grasset, col. «Figures», 1977.
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gico puro. La filiación no es, pues, jamás un simple derivado del número de obstáculos difíciles, como el destete y la pubertad, pasos éstos
engendramiento. Ésta es una tercera constante. que atestiguan que ha escogido estar en el mundo.
Así, el niño que nace después de uno o varios hermanos y hermanas
muertos al nacer o en los meses difíciles de la primera infancia, a menudo
El hijo y la persona no es considerado como un ser nuevo, sino como el mismo niño que
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regresa y trata de encontrar la vida a su gusto sin conseguirlo, por razones


Lo anterior no significa que la separación entre engendramiento
biológico y filiación social lleve la marca de la ignorancia del papel del Según estas concepciones, la muerte no es, pues, definitiva. No consiste
acto sexual en la procreación. en la desaparición de un ser irreemplazable, puesto que por la imposición
Da cuenta más bien de cierta idea del papel y del estatuto del hijo, por de ciertos caracteres y su transitividad el individuo no es él mismo a menos
una parte; de los derechos y deberes del individuo en la sociedad, por otra que sea también algún otro que lo ha precedido y si escoge asumir un
parte; y, más generalmente, de sistemas de representaciones que cabría destino (en el mundo occidental es reciente la consideración del recién
considerar de orden genético, en los que se podría revelar cierto número de nacido como una persona, según la fórmula consagrada).
actitudes fundamentales que no son exclusivas de la muy notable
diversidad de sus manifestaciones, a las que la cultura ha impreso carácter.
Pero como no es posible generalizar al respecto, se hablará más bien de Deseo, pero sobre todo deber de descendencia
tendencias que de constantes.
Al nacer, un niño no existe en tanto que ser humano único y completo. Este niño que no existe como persona salvo si desea vivir y alcanzar la
Así sucede la mayoría de las sociedades del mundo que existen o han edad adulta; que lleva un nombre que lo inscribe en un grupo en el que la
existido. identidad social, que es la suya, resulta esencial y remite a una línea de
Se le considera resultado, por ejemplo, de la yuxtaposición de cierto antepasados; que no es nunca totalmente único e irreemplazable,
número de componentes, algunos de los cuales le pertenecen como cosa ciertamente es deseado y será amado.
propia, mientras que otros le vienen de uno u otro de sus progenitores, que Pero no es deseado como objeto de puro deseo y de apropiación, como
los recibieron a su vez de sus padres. Otros componentes son la impronta bien de consumo y de inversión afectiva de la pareja o del individuo,
de un elemento sobrenatural tutelar del grupo familiar, y otros, por último, aunque constituye un capital económico y, como se ha podido escribir, un
constituyen la reviviscencia de un componente de un antepasado en seguro de vida.
concreto que escoge regresar en ese niño; antepasado situado en una línea Parece que se trata más bien de un deseo de descendencia y de un deseo
de filiación tanto más netamente definida cuando se encuentra en un de realización más que de querer tener un hijo, y de la necesidad de
sistema unilineal. Así el niño, inmerso en una serie de determinismos, se cumplir un deber para con uno mismo y para con la colectividad, más que
inscribe en una línea de descendencia que señala un continuum. de la reivindicación de un derecho a poseer.
Lo que asegura luego su existencia completa es la atribución de una Deseo y deber de descendencia. No transmitir la vida es romper una cadena
identidad social reconocida por todos, identidad marcada por el nombre de la que nadie es el fin último, por lo que equivale a impedirse el acceso al
que se le da. No se convierte en persona salvo si lleva ese nombre cargado estatuto de antepasa-
de sentido y, en muchos casos, sólo si franquea sin dificultades cierto
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do. Matrimonio y procreación son deberes para con quienes nos han rriente social de realización, proyectado a través de una descendencia que
precedido en la existencia. Pero la ausencia de procreación es también un conservará la memoria de los muertos y les rendirá el culto necesario.
crimen contra uno mismo, aquí abajo y en el más allá. «El solterón y la Deber hacia los predecesores, o sea hacia uno mismo como futuro
solterona están socialmente perdidos», escribía Hsu (1948) refiriéndose a antepasado.
China (véase capítulo X). Y lo están igualmente en el mundo de los
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muertos, pues «un lugar justo en el mundo espiritual procede


automáticamente del lugar apropiado ocupado aquí abajo».2 La desgracia de la esterilidad
El deseo y el deber de descendencia son también deseo y deber de
realización. La esterilidad, como la muerte de los hijos, se concibe según esta
En muchas sociedades, una mujer no es tenida por tal ni designada con óptica como la desgracia biológica suprema.
el término correspondiente hasta después de haber procreado. Si no lo Pero en casi todas las sociedades humanas la esterilidad es, ante todo,
hace, incluso casada se la considera y se la trata como a una niña que no ha asunto de mujeres. Que sea así no resulta sorprendente, pues la gestación
salido nunca de la infancia. Después de su muerte, será enterrada sin sólo es manifiesta en un período, señalado de manera concreta por la
honores en el cementerio de los niños. Así sucede entre los samo, por no aparición y desaparición de las reglas, y porque el proceso bioquímico de
hablar de otras formas de oprobio, en otras sociedades, de las que esa la fecundación es desconocido.
mujer es objeto en vida. Si la impotencia mecánica es identíficable, no sucede lo mismo con la
Las muertas sin hijos, cuyo destino no se ha realizado, se convierten esterilidad propiamente masculina. En la sociedad occidental, tampoco
en espíritus celosos que agreden a los vivos, particularmente a las mujeres dicha esterilidad ha sido reconocida hasta hace poco. Por definición, el
encintas de su parentela o su vecindario, llevándoles la desgracia. esperma era siempre fértil.
También por el matrimonio y la paternidad —por tal debe entenderse No deja de resultar paradójico que muy a menudo se haga a la mujer
particularmente el número de sus hijos, con preferencia varones— en responsable de la esterilidad y, a la vez, en la procreación se le atribuya un
numerosísimas sociedades (y no sólo africanas y animistas o musulmanas) simple papel de gestante, según reflejan metáforas más o menos graciosas:
se construye esencialmente el prestigio del hombre en vida y luego como saco, alforja, piragua para pasar de una orilla a otra, bote o marmita donde
antepasado destinatario de honores. se opera la cocción.
Recibir honores en vida y después de la muerte supone haber El esperma del hombre aporta la vida al aportar la sangre. ¿Pensamos
cumplido con el deber de procreación y haber tenido una descendencia nosotros de manera muy distinta, si ignoramos lo que sucede en la unión de
viable que, transmitiendo la vida recibida, permite a los antepasados dos gametos? Lo que los hombres reivindicaban en la paternidad era,
continuar existiendo. gracias al esperma, hijos «de su sangre».
Haber tenido muchos hijos, ninguno de los cuales ha vivido lo Es preciso explicar, pues, por qué hay mujeres estériles.
bastante para procrear a su vez, no confiere prestigio alguno ni estatuto Si una mujer es estéril se debe, según se cree, a que no puede conseguir
post mortem. que el esperma del hombre «prenda» en su propia sustancia; que los
Así, el deseo de tener hijos, según este tipo de concepción, muy cuajarones formados «giren» por diversas razones: venganza de los
extendida, es sobre todo un deseo eminente- colaterales muertos sin descendencia y celosos de los vivos que triunfan
allá donde ellos fracasaron; rencor de ascendientes directos que estiman no
2. F. L. K. Hsu, Under the Ancestor's Shadow, ob. cit. recibir los homenajes que se les deben, o
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ascendientes que se han vuelto agresivos por la transgresión de normas «La palabra hace la filiación y la palabra la retira» como dicen
relativas al linaje; furor de seres sobrenaturales a los que los hombres expresivamente los samo.
habrían perjudicado sin querer. Es importante tener hijos declarados como propios por la filiación, que
A veces hay también reticencia femenina a transmitir la vida, por una aseguren el honor y la prosperidad de los individuos, el renombre de las
especie de hostilidad hacia el mundo de los hombres (como entre los líneas de descendencia y la supervivencia de los antepasados.
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navajos, todas cuyas concepciones acerca de la relación de fuerzas entre Sin embargo, la desgracia biológica existe: muerte de los hijos,
hombre y mujer están marcadas por la victoria del elemento masculino esterilidad de las mujeres, en ocasiones impotencia de los hombres y
sobre el femenino). muerte prematura de los adultos.
También puede tratarse de desgracias identificadas como propiamente No será sorprendente, pues, hallar en numerosas sociedades
fisiológicas: ausencia de reglas; ausencia imaginaria o mala posición del instituciones que tratan de poner remedio a todo eso, directamente o
útero; incompatibilidad presunta de las sangres, debida quizá a que un respondiendo a otras necesidades que concurran al mismo efecto.
antepasado, una parte del cual está presente en uno de los dos cónyuges, se
niega a cooperar con la parte de otro antepasado que se halla presente en el
otro cónyuge. Soluciones sociales al problema biológico de la esterilidad
En casi todos los casos se espera, mediante sacrificios apropiados,
propiciarse las fuerzas hostiles, o bien se busca fuera la compatibilidad De cierta manera y sin jugar demasiado con la analogía, el conjunto de
indispensable. Esperanzas a menudo frustradas. cuestiones —que no son nuevas— a las que nos enfrentamos hoy, y cuyas
soluciones imaginamos posibles de manera radicalmente nueva por los
espectaculares progresos del conocimiento científico y de la técnica, han
«La palabra hace la filiación y la palabra la retira»
hallado en otros lugares soluciones no técnicas, ancladas en la estructura
Sin duda el celibato y el ascetismo son valorados en las sociedades en social y en lo imaginario colectivo de los grupos que las han adoptado.
las que prevalece la creencia de que en el más allá sexualidad y afectividad Puede haber, por supuesto, equivalentes directos de las técnicas mismas
están ausentes, y que la castidad por el celibato permite alcanzar en este en lo que tienen de más innovador (fecundación in vitro, extracción de
mundo una forma de perfección. ovocitos o de embriones, transferencias e implantaciones, congelación),
El individuo busca su salvación, aunque no siempre esté ausente el pero los efectos perseguidos proceden de la misma necesidad —paliar la
deseo de continuidad del linaje, asumido entonces sólo por algunos desgracia de la falta de descendencia—, aun si las motivaciones se dirigen
miembros del grupo familiar. menos a satisfacer una demanda individual que a responder al interés bien
Por último, la idea bastante generalizada de la transmisión de una entendido de la colectividad de los vivos y de los muertos.
misma sangre —sobre todo masculina— no contradice la idea de que la Tomemos algunos ejemplos, precisando que el presente etnográfico
pertenencia al grupo y la inserción en la línea pasan igualmente por la afecta a situaciones que se han vuelto obsoletas o poco comunes.
voluntad, el reconocimiento público y la atribución del nombre, o sea por En las sociedades en que la esterilidad propiamente masculina no se
una palabra, por así decir seminal, que asegura la incorporación social del reconoce, se enmascara tan bien median-
hijo respecto de los muertos y de los vivos.
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te determinadas instituciones, que es raro que un hombre incluso impotente, Entre los haya, pueblo bantú de los reinos interlacustres (África
se encuentre absolutamente desprovisto de descendencia. oriental), Audrey Richards (1954)3 describe una situación que produce los
Esas instituciones funcionan en cierto modo como equivalentes de la mismos efectos.
inseminación —aquí natural— con donante. Hemos visto que entre los La percepción de la compensación matrimonial y la consumación del
samo un hombre impotente o estéril resulta que tiene tantos hijos como sus matrimonio otorgan al marido legítimo un derecho sobre los hijos por
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esposas legítimas le han dado mientras vivía, salvo renuncia expresa por su venir, a condición de que ese derecho sea reinstaurado, tras cada
parte a ejercer su derecho (véanse capítulos II y IV). nacimiento, mediante la primera relación sexual post partum. Esta primera
Llega a darse el caso de que en ausencia de hijos, si la esposa se relación designa al hombre que será el padre del hijo siguiente. Así, si una
mantiene fiel al marido y los procedimientos adivinatorios han puesto de mujer abandona a su marido después de haber mantenido con él ese primer
manifiesto como causa primera de la esterilidad una incompatibilidad de las contacto después del parto, el primer hijo que tenga de su nuevo esposo
sangres, ella finge abandonar a su esposo, de acuerdo con él, toma un será el hijo de iure del anterior marido.
marido secundario y regresa junto al primero encinta o madre de uno o Pero corresponde exclusivamente a la esposa designar públicamente —
varios hijos, que figurarán como de ese primer marido. puede mentir— a aquel a quien ha concedido esa primera relación. A.
La institución enmascara totalmente el hecho de la esterilidad Richards precisa que esta declaración es a veces objeto de transacciones, y
masculina, y autoriza el recurso a lo que llamamos inseminación a través de que hombres casados pero sin descendencia llegan a acuerdos con mujeres
donante. fecundas para que ese privilegio les sea reconocido mediante
Los hijos nacidos de un progenitor distinto del padre social (Pater), y contrapartidas de tipo económico, y se constituyen así una descendencia.
particularmente los que son fruto de la relación con el amante prenupcial, En esta institución puede verse tanto el equivalente de una
no conocen otro padre que el marido de su madre. Pero la colectividad no inseminación con donante (que sería el marido legítimo) como la
ignora ni su estatuto ni la identidad del verdadero progenitor. utilización pagada de un vientre en provecho de un hombre o de una pareja.
Los primogénitos de las mujeres saben también que han nacido, según la Entre otros casos, en las uniones de tipo poliándrico adoptadas en el
metáfora usual, «en la casa del abuelo». Pero de acuerdo con la idea maestra Tíbet, una mujer casada con un primogénito se casa sucesivamente con
de que la palabra crea la filiación en las mismas condiciones que la sangre, cada uno de los hermanos de su marido a intervalos regulares de un año.
esos diferentes saberes carecen de efectos visibles sobre su inserción en el Nunca hay más de un marido en el hogar, pues los demás se ausentan y
linaje. practican el comercio de larga duración. Todos los hijos se atribuyen al
En contrapartida, la palabra airada de un tercero pronunciando pública y primogénito, a quien llaman «padre», mientras que llaman «tíos» a los
claramente el nombre del progenitor, basta para provocar la ruptura. Nolens demás maridos de su madre.
volens, el hijo así lesionado en su identidad social debe afiliarse Se considera que los hermanos constituyen una sola y única carne, y no
voluntariamente, mediante un ritual especial, al linaje de ese hombre, ser se preocupan de la paternidad individual
introducido según el orden de los nacimientos, y presentado a los
antepasados en la casa de los muertos.
3. A. I. Richards y P. Reining, «Report on fertility surveys in
Buganda and Buhaya, 1952», en F. Lorimer, ed.. Culture and Human
Fertility, París. Unesco, 1954.
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de cada uno de ellos; sólo cuenta su paternidad colectiva aun en el caso de lleva a cabo tareas como pastor y también sirve en la cama a la esposa.
que la cohabitación alternada designe a nuestros ojos, sin ambigüedad Todos los hijos así nacidos son del «marido», que ha designado
posible, al verdadero progenitor de cada hijo. Aquí no puede haber, pues, expresamente la transferencia del ganado, y por tanto ha cumplido la ley
esterilidad masculina individual. social que determina la filiación. Llevan su nombre, la llaman «padre», la
honran y no reconocen vínculo concreto alguno con su auténtico
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progenitor.
La mujer a la que se llama «padre» Estatutos y papeles masculino y femenino son aquí, pues,
independientes del sexo: lo que crea la línea de reparto es la fecundidad
Un caso particularmente interesante es el que se da entre los nuer: a femenina o su ausencia.
una mujer estéril se la considera como un hombre al que, como padre, se le Llevada al extremo, esta representación que hace de la mujer estéril un
atribuye una descendencia. hombre, la autoriza a desempeñar el papel de hombre en toda su extensión
En esa sociedad, en efecto, las mujeres que, después de haber estado social. Pero la impotencia concreta que la caracteriza la lleva a recurrir a lo
casadas bastante tiempo, dan pruebas de su esterilidad definitiva, regresan que es una inseminación natural, con un donante reconocido como tal,
a su linaje original, en el que son consideradas hombres a todos los pagado simbólicamente y desprovisto de derechos sobre los hijos que han
efectos. Éste es un ejemplo más de que la mujer estéril, lejos de estar desa- crecido ante sus ojos.
creditada por no haber podido cumplir su destino femenino, recibe el
crédito de la esencia masculina.
A la mujer estéril se la designa en francés con el término bréhaigne, Hijos que tienen varias «madres»
que de aceptar la etimología dada por Littré es una mujer-hombre (de
barus = vir, en bajo latín). Pero según las culturas, pueden extraerse de Evidentemente, no se pueden hallar instituciones sociales equivalentes
esta asimilación conclusiones radicalmente distintas. Así, para los nuer, la en sentido literal a la donación de ovocitos o embriones, salvo si se acepta
mujer estéril accede al estatuto masculino. que es así en el caso de la práctica haya o del sistema de alquiler del vientre
Todo matrimonio legítimo es sancionado por transferencias (ventrem locare), asunto entre varones practicado en la Roma antigua: un
importantes de ganado de la familia del marido a la de la esposa, ganado hombre cuya mujer era fecunda podía cederla provisionalmente a otro cuya
que se reparte entre el padre y los tíos paternos de aquélla. esposa era estéril o daba a luz hijos que no sobrevivían.
De regreso con sus hermanos, la mujer estéril se beneficia, pues, en Lo que se encuentra son donaciones de hijos, pero en este ámbito los
tanto que tío paterno, de partes del ganado procedente de la compensación usos sociales también son distintos.
dada por sus sobrinas. Cuando de esta manera ha reunido un capital, puede Se conoce la adopción plena y completa, que crea un vínculo de
pagar a su vez una compensación matrimonial y obtener una esposa de la filiación que toma el lugar de la anterior, como en la sociedad romana o en
que se convierte en marido. el caso de Francia desde Napoleón.
Esta situación conyugal no implica relaciones homosexuales. La En las sociedades oceánicas se acostumbra confiar hijos, a veces según
esposa sirve a su «marido» y trabaja en su beneficio. La reproducción está acuerdos anteriores a su nacimiento, a terceros que los crían como propios.
asegurada gracias a un criado, lo más a menudo de una etnia extranjera, En Tonga, por ejemplo, se ha podido comprobar que el ochenta y tres por
que cien-
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to de los hogares contaban al menos con un individuo cedido o adoptado cuál de las esposas de su padre (a todas las cuales llaman «madres») los ha
(Silk,4 1980), y que los adoptantes a menudo también habían dado hijos traído al mundo.
suyos en adopción. Es decir que la función educativa y el apego afectivo Las mujeres verdaderamente estériles y aquellas cuyos hijos no
no están necesariamente asociados a la función reproductora. sobreviven siguen teniendo su parte de maternidad amante y responsable, y
Pero se encuentra asimismo normal, sobre todo en sociedades se benefician en contrapartida del amor de los niños de los que se han
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africanas (los gonja, los kotokoli, los samo y muchos otros), que hecho cargo individualmente.
consanguíneos, parientes políticos, amigos o vecinos intercambien sus Se puede citar incluso en la literatura etnográfica un ejemplo de «madre
HIJOS, se los regalen a un pariente estimado, se los envíen a quienes no portadera» con retribución, pero según una modalidad original, pues el hijo
los tienen o confíen una niña a una mujer que sólo tenga varones e, se concibe en beneficio de un hombre, el pago va a parar al marido de la
inversamente, un niño a un hombre que sólo tenga hijas. madre portadora, y en la base de la transacción hay un engaño manifiesto.
Estas colocaciones no son necesariamente adopciones que modifiquen También en este caso se trata de un matrimonio entre mujeres,
la filiación establecida con anterioridad por el nacimiento, sino que matrimonio legal consagrado por el pago de una compensación.
afectan a lo que llamamos la posesión de estado, creando nuevas Ricas comerciantes ekiti, subgrupo yoruba (Nigeria), que no son
relaciones afectivas y de cuidado de los niños (Lallemand,5 1980). estériles y obtienen su riqueza de sus actividades, abonan compensaciones
Entre los tupi-kawahib del Brasil, se comprueba una especie de matrimoniales para procurarse esposas a las que envían a comerciar por su
indiferenciación en la crianza de los hijos en las esposas de un mismo cuenta, y de las que obtienen un beneficio capitalista, como si colocaran
hombre, las cuales pueden ser parientes consanguíneas: hermanas o una cantidad a rédito.
incluso una madre y su hija nacida de un matrimonio anterior. «Los hijos Estas esposas son invitadas a vivir en pareja, como si dispusieran de sí
los crían juntos las mujeres, que no parecen preocuparse mucho de saber si mismas —y por tanto sin pago de compensación matrimonial—, con un
el niño del que se ocupan es suyo o no» (Lévi-Strauss,6 1956). hombre al que han conocido en el transcurso de sus viajes, y que es feliz
La consanguinidad de las coesposas favorece aquí la indiferenciación con semejante ganga. Pero deben dar cuenta de ello a su mujer- esposo.
de los hijos en una especie de maternidad colectiva. Pero también se Si nacen hijos y alcanzan la edad de cinco o seis años, la mujer-esposo
encuentra la cesión de hijos entre esposas no consanguíneas de un mismo se presenta, hace valer los derechos que le otorga el pago de la
hombre. compensación y exige el regreso de su esposa y, accesoriamente, de los
En las grandes familias polígamas mossi de Yatenga, se procede a un hijos que le corresponden por derecho. Para conservar a los hijos, el
reparto de los hijos entre las mujeres, de manera que la madre raramente hombre embaucado debe pagar una suma importante que va a engrosar la
es la maroka, la «madre» social, que cuida del niño, lo transporta, lo ama y fortuna de la mujer-esposo. Hay hombres, comerciantes ricos, que a veces
lo educa. A menudo los hijos no se enteran hasta la edad adulta de utilizan a algunas de sus jóvenes esposas de la misma manera y con
idénticos fines.
Puede apreciarse en qué esta institución se parece al empleo de madres
4. J. B. Silk, «Adopción and kinship in Oceania», American portadoras y en qué difiere de ella. Se trata de la explotación concertada
Anthropologist, n.º 82. 1980. de las capacidades
5. S. Lallemand, «L'adoption des enfants chez les Kotokoli du
Togo», Anthropologie et Sociétés (2), 1980.
6. C. Lévi-Strauss, «The Family», art. cit.
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reproductoras de sus esposas por maridos (hombres o mujeres) que hacen Puede incluso darse el caso, según Evans-Pritchard (1951),7 de que un
fructificar un capital mediante un engaño conscientemente organizado. hombre que haya actuado en nombre de un hermano difunto muera sin
El que da la semilla es también el que la paga, y es igualmente el haber tenido tiempo de procrear por su propia cuenta. Su sobrino, es decir,
beneficiario del hijo, pero es partícipe ciego de una operación que se le el hijo que ha engendrado por cuenta de su hermano, le rinde a su vez el
impone y que destruye la pareja que él creía haber formado. mismo servicio de procrear en su nombre. Como este progenitor era el
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Por último, la madre portadora no actúa plenamente de buen grado. Se hermano de su Pater, los hijos traídos al mundo por este medio sólo serán
ve obligada por su propia situación matrimonial de dependencia, sus hijos sus primos, en el lenguaje del parentesco y en el de la genealogía familiar.
le son retirados, y lesionada en sus derechos y en sus apegos, es la gran Esta situación, comparable a la de la inseminación post mortem,
perdedora de la operación. invierte, sin embargo, los términos: en el caso nuer, el progenitor nunca
puede ser el Pater, el cual siempre está muerto; en el otro caso, el
progenitor, que está muerto, no puede ser registrado como Pater porque el
Los hijos nacidos de un padre difunto nacimiento se produce fuera de los plazos legales.
De lo que antecede se desprende que todas las fórmulas que pensamos
Si consideramos ahora la inseminación pos mortem, hallamos nuevas son posibles socialmente, y han sido experimentadas en sociedades
instituciones que surten el mismo efecto. Así, en particular, una forma de concretas.
levirato en la que el hermano menor del difunto, que se ha casado con la Pero para que funcionen como instituciones es preciso que estén
viuda, procrea en nombre de su hermano muerto y no en el suyo propio. sostenidas sin ambigüedad por la ley del grupo, inscritas firmemente en la
Ésa es una institución demasiado extendida y demasiado bien conocida estructura social, y que correspondan a lo imaginario colectivo, es decir, a
para detenerse mucho en ella. las representaciones de la persona y de la identidad.
Más curiosa es la institución del matrimonio fantasma de los nuer, del La ley del grupo debe designar claramente los elementos que
que hemos visto una prefiguración en el ejemplo chagga citado más atrás. fundamentan la filiación, el derecho a suceder y a heredar. En las
Cuando un hombre muere sin haberse casado o sin descendencia, un situaciones patrilineales más extremas que hemos descrito, no hay duda
pariente próximo —un hermano, un primo paralelo patrilateral, un sobrino para ninguno de los actores sociales acerca de la identidad del Pater, aquel
(hijo de un hermano)— puede tomar del rebaño del difunto las cabezas por quien pasa la filiación. Los papeles pueden deshacerse, y la aportación
necesarias para el pago de la compensación matrimonial. Obtiene así una afectiva y la posesión de estado quedar cortadas de la filiación, pero ésta
esposa, y entonces procrea en nombre del difunto, pues es este último existe, es una, y no puede afectarla una simple decisión individual, salvo en
quien ha aportado la compensación cuyo pago crea la filiación. el caso grave de la exclusión por maldición.
Los hijos saben disociar los dos papeles de progenitor y de Pater: su En cierto modo, el derecho colectivo que fundamenta lo social
padre social es el difunto, y aprenden a situarse en la genealogía familiar prevalece sobre las reivindicaciones individuales. Estas sociedades no
con relación a él. En cuanto a su progenitor, al que aman como a un padre, tienen dos códigos de efectos contradictorios.
lo designan con el término de parentesco que corresponde a la relación
que les une en esta genealogía.
7. E. Evans Pritchard, Kinship and Marriage among the Nuer,
Oxford, Clarendon Press, 1951.
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Derecho colectivo y reivindicaciones individuales sus padres, y se le reconoce como legítimo su deseo de saber.
En el caso particular de la inseminación con donante o de la cesión de
Si está permitido hacer una lectura antropológica de la ley francesa tal
ovocitos, se encuentra a menudo planteada la cuestión de saber si es
como se modificó en 1972, lo que sorprende es la posibilidad que, con
pertinente o necesario buscar un donante ajeno a la familia. Ésa es la regla
límites temporales variables, se ofrece a los diferentes individuos que
de los centros de reproducción asistida cuando las parejas estériles se pre-
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intervienen en una relación conyugal en sentido amplio o parental. En


sentan con un donante, hermano o primo del hombre, hermana de la mujer,
efecto, para reivindicar o recusar a un hijo, según la conveniencia y los
según los casos. En la selección de dichos centros, aparte la voluntad de
deseos del momento, pueden utilizar el texto de la ley remitiéndose a la
anonimato y el secreto, se da la mayor importancia a la preocupación por
filiación social legítima tal como se define jurídicamente, o bien a la
evitar conflictos en el seno de la familia en torno a un niño así concebido.
voluntad o a la verdad biológica.
Este empeño en acudir con un sustituto escogido en la familia más cercana
¿Qué sucedería si la ley hubiera de tomar también en cuenta la verdad
se relaciona con el incesto de segundo tipo. En la línea directa de filiación,
puramente genética y, para decirlo sin ambages, fundamentarse en el origen
no sería posible, según la ley, que una madre y su hija compartieran el
de los gametos?
mismo marido. En la colateralidad, no cabe eso mismo para dos hermanas
Nos contentaremos con enunciar aquí algunas ideas sencillas.
mientras ambas viven, y en el transcurso de uniones estables, para la
Ante las situaciones de procreación médicamente asistida, parece que
hermana estéril o para las dos. Simétricamente, el caso tampoco es posible
no es útil ni necesario legislar en el ámbito de la filiación, para casos de los
para dos hermanos, uno de los cuales o ambos estuvieran comprometidos
que se puede pensar legítimamente que jamás serán la norma, y
en una unión estable. No se ve entonces por qué sí sería posible provocar el
desembocar en que el derecho anteceda al uso.
encuentro, mediante una manipulación externa a la pareja, de sustancias
En contrapartida, es deseable fijar límites a las posibilidades de
(en forma de fluidos o células) que no habrían debido encontrarse según la
negación de los derechos del hijo o del cónyuge, si esa negación se funda
ley civil. El carácter técnico de la operación no vale como excepción a la
en la toma en consideración de criterios de naturaleza genética.
regla, en la medida en que ésta corresponde a ideas y representaciones
El hombre que ha aceptado la inseminación artificial con donante, la
comúnmente compartidas.
mujer que ha aceptado la cesión de ovocito o embrión, por un acuerdo
libremente consentido entre ambas partes, no deberían ser privados Observamos que es un hecho que en sociedades diferentes los
ulteriormente de sus derechos, ni estar en condiciones de privar al cónyuge consanguíneos procrean para sus parientes próximos, pero después de la
y al hijo de los suyos. muerte de éstos, lo que marca una gran diferencia, puesto que no hay
Respecto al secreto y el anonimato de los donantes, el examen de lo que encuentro simultáneo. Sin embargo, no resulta inútil interrogarse, a la luz
ocurre en otras sociedades demuestra que es posible, cuando se establece el de los datos antropológicos, sobre el sentido de cierto deseo incestuoso de
consenso social y la filiación se define por ley, vivir en buena armonía que las cosas se resuelvan, de algún modo, en familia. Se trata menos, me
consigo mismo y con los demás, disociando perfectamente las funciones de parece, de un deseo que revelaría la preocupación por poseer el mismo
progenitor y de Pater, de progenitora y Mater, al menos en las situaciones patrimonio genético que el donante, que de un deseo arcaico de mantenerse
en que al hijo no se le priva del amor y del apoyo que tiene derecho a en la continuidad del linaje.
esperar de
272 MASCULINO/FEMENINO

Lo social no es jamás reducible a lo biológico ni, mucho menos, a lo


genético. Tampoco es definible como un simple agregado de derechos
individuales. En nuestras civilizaciones nos hallamos en una zona
fronteriza en la que, en razón del nuevo primado de la noción de
individuo, cada uno entiende que apela, según sus intereses, a lo
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biológico o a lo social. Pero si estos dos órdenes de realidad no deben


ignorarse, el uno no puede dimanar del otro.
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