La Armadura de Dios

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La armadura de Dios

Efesios6:14-17
“Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad,
protegidos por la coraza de justicia, y calzados con la disposición
de proclamar el evangelio de la paz. Además de todo esto, tomen
el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas
encendidas del maligno. Tomen el casco de la salvación y la
espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.” (NVI)

Como se puede ver, a esta armadura no le falta nada, es una


armadura realmente completa. También, la tarea asignada a cada
parte de la armadura no es accidental y porta su propio
significado. Vamos a examinar esta armadura más
profundamente.

1. “ceñidos con el cinturón de la verdad”

La primera instrucción concerniente a la armadura de Dios es


ceñirse con la verdad. El entender el rol de un cinturón en una
armadura física nos ayudará a entender la importancia del
cinturón de la verdad en la armadura de Dios. El rol del cinturón
militar es explicado por J.M Freeman1 de la siguiente forma:

“El cinturón militar era… un cinto fuerte, diseñado para sostener


al cuerpo, y al mismo tiempo cubrir esa parte del abdomen que
podría estar desprotegida por el peto. Algunos cinturones, sin
lugar a duda, parecen haber sido parte constituyente del peto,
intentando ceñirlo más firmemente. La importancia del cinturón
como parte de la armadura se ve mediante el hecho de que a la
meticulosa preparación para la batalla se le llama “ceñirse”.

Por lo cual, la tarea del cinturón era la de mantener al cuerpo


sujetado para la batalla. Sin duda, ceñirse el cinturón era
necesario para la pelea que venía. Pasando ahora de la
armadura física a la armadura de Dios se nos ha dicho que nos
ciñamos con el cinturón de la verdad. Este cinturón no es el físico
sino el del “entendimiento” (1 Pedro 1:13). El cinturón que aplica
para este propósito es la verdad y como Juan 17:17 nos dice: “la
Palabra de Dios es verdad”. En otras palabras, no estaremos
listos para la batalla, con el cinturón puesto, hasta que nos
hayamos “ceñido” el entendimiento con la verdad, la Palabra de
Dios.

2. “protegidos con la coraza de justicia2”

La segunda parte de la armadura es la coraza de justicia. La


cual ya ha sido mencionada en el artículo “Salvo y justo mediante
la fe”, no se refiere a nuestra propia “justicia” a través de nuestras
buenas obras. La Palabra de Dios dice que las buenas obras no
nos pueden hacer justos (Romanos 3:28). La justicia de la que
habla la Palabra de Dios es la justicia que recibimos en el nuevo
nacimiento, cuando creímos que “Jesús es el Cristo” (1 Juan 5:1)
es decir, el Mesías, el Salvador. Es esta justicia dada por Dios la
que es la coraza de la armadura de Dios. Puesto que la tarea de
la coraza es la de proteger el pecho y especialmente el corazón,
mientras te hayas puesto esta coraza, es decir, mientras que
hayas puesto en lo profundo de tu mente que eres justo ante Dios
ahora y siempre, sin obras – tendrás tu corazón (la parte más
profunda de tu mente) guardada de cosas tales como
condenación y otras enfermedades similares causadas por el
diablo que son el resultados de la idea de auto-justicia en cuanto
a nuestra relación con Dios.

3. “calzados con la disposición de proclamar el evangelio de


la paz”

La tercera parte de la armadura de Dios son los zapatos.


Como sabemos, los zapatos se necesitan para facilitar el
movimiento. En el caso de la armadura de Dios, los zapatos que
nos deberíamos de poner es “la disposición de proclamar el
evangelio de la paz”. Ponerse estos zapatos significa que
estamos listos, para cuando el proveedor de la armadura nos
llame, para movernos a la proclamación del evangelio de la paz.
A veces es fácil ponerse otras cosas antes que el interés del
evangelio. Así que, cuando Dios nos llame, estamos muy lejos
como para poder escucharlo porque tenemos nuestras mentes en
“otros compromisos” tales como el trabajo, la familia, los estudios,
etc. Dios no dice que no deberías de tener un trabajo o una
familia. De lo contrario, Él te va a proveer con el mejor trabajo y la
mejor familia porque quiere que tengas lo mejor. Sin embargo,
deberías de asegurarte que tu preocupación primordial es y
seguirá siendo Dios y Sus intereses. Eso no requiere que dejes
de trabajar o de estudiar. Lo que requiere es que tengas tus
“oídos” abiertos a Dios para ver lo que Dios quiere. Puedes
estudiar o trabajar y aun así guardar Su Palabra, el evangelio de
la paz, como tu interés primordial. Es entonces, que habrás
puesto el calzado de la armadura de Dios.

4. “además de todo esto, tomen el escudo de la fe”

La cuarta parte de la armadura es el escudo de la fe. La fe


significa creo lo que Dios ha dicho en Su Palabra escrita o, si es
para una situación específica, a través de la revelación de las
manifestaciones3 (palabra de conocimiento, palabra de sabiduría,
y discernimiento de espíritus). Tomar el escudo de la fe significa
simplemente creer en lo que Dios ha dicho. El conocimiento de la
Palabra de Dios no es fe necesariamente. Puede que conozcas
toda la Biblia y todavía no la creas. Sin embargo, el conocimiento
es un requisito previo de la fe. Sin tener el conocimiento de la
Palabra ¿qué es lo que vas a creer? ¿Tus ideas? ¿Religión? Eso
de nada te va a aprovechar. Solo creyendo lo que Dios dice,
tendrás protección semejante a la protección que el escudo da a
un guerrero.

5. “y la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios”

La parte final de la armadura de Dios es una ofensiva y es


nada más y nada menos que “la espada del Espíritu” es decir, la
espada que viene de Dios, quien es Espíritu. Esta espada es la
Palabra de Dios.
Una vez más, podemos ver qué importante es el conocimiento
preciso de la Palabra de Dios. Obviamente, el conocimiento al
cual se refiere aquí no es simple conocimiento intelectual. Es el
conocimiento que ha pasado de las partes externas de la mente
al corazón. Entre más Palabra hayas puesto en tu corazón más
filosa será la espada que tienes. Y como Hebreos 4:12 dice:
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que
toda espada de dos filos”. La Palabra de Dios es la mejor arma
ofensiva que podemos tener y la única mediante la cual podemos
vencer al enemigo.

6. “Mayor es el que está en ti que el que está en el mundo”


Dios nos ha dado Su armadura para que podamos resistir contra
el diablo. Dios es mucho más grande que el diablo y a pesar de la
batalla que pueda continuar en el enfoque de nuestra mente ésta
debe enfocarse, valga la redundancia, en Dios y Su poder y no en
el diablo y su horrible carácter. La Biblia no da la información que
leemos para darnos miedo o para hacernos conscientes del
diablo sino para que estemos al tanto de lo que sucede.

Como 1 Juan nos asegura, el que está en nosotros, quien es


Dios en Cristo en nosotros, es mayor que el que está en el
mundo, es decir, el diablo.

1 Juan 4:4
“Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido;
porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en
el mundo.”

Dios es mayor que el diablo. Es por eso que Dios promete en


su Palabra una vida victoriosa en un mundo que no está
gobernado por él. Aunque no es el gobernador del mundo, es
mucho mayor que el gobernador del mundo. Ver también lo que
Romanos 8 dice:

Romanos 8:35-36
“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o
angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o
espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo
el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero.”

Hambre, persecución etc… ¡Muchos negativos! Sin embargo


el pasaje no termina ahí:

Romanos 8:37-39
“Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por
medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni
la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni
lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna
otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en
Cristo Jesús Señor nuestro.”

Dios no ha prometido que el hambre nunca sucederá en


nuestra área. Lo que ha prometido es que durante el hambre o
cualquier otra cosa negativa que el gobernador de este mundo se
le pueda ocurrir, Dios no solo te preservará sino que también te
hará MAS QUE VENCEDOR mientras confías en Él. Tiene para ti
una vida más que abundante. 2 Corintios dice:

2 Corintios 2:14
“Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo
Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de
su conocimiento.”

Dios siempre nos llevará en triunfo, mientras pongas tus ojos


en Él y Su Palabra. Sin embargo, una vez más debemos poner
en claro que eso no significa que “días malos” no vendrán porque
sabemos de la Palabra de Dios que vendrán porque hay un
enemigo. No obstante, aun en este caso cuando haces lo que la
Palabra dice (estas sobrio y velando, te pones toda la armadura
de Dios etc.) Dios te llevará a triunfo. Él siempre hará Su parte.
Pero nosotros también tenemos que asegurar que hacemos
nuestra parte y no somos ignorantes de los maquinaciones del
diablo

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