Apuntes Del Derecho Notarial 2020
Apuntes Del Derecho Notarial 2020
Apuntes Del Derecho Notarial 2020
LOS HEBREOS.
Parece que entre ellos existían varias clases de “scribae” (escribas del rey, de la
ley, del pueblo, y del Estado), de los que suele afirmarse que ejercían fe pública,
aunque no la prestaban de propia autoridad, sino por la que dimanaba de la
persona de quien él escriba dependía; pero como parece que se les usaba por sus
conocimientos caligráficos, se opina que estos escribas no eran notarios sino
amanuenses.
Entre los hebreos, el conocimiento del arte de escribir que poseía cualquiera de
las partes contratantes, era motivo suficiente para que se redactara y formalizara
el convenio. Pero si los contratantes lo ignoraban, que era lo más frecuente,
entonces estaban obligados a reclamar la intervención del oficial o funcionario
público destinado a tales fines, cuyo oficial recibía el nombre de escriba o
escribano.
Los escribas del rey, tenían la finalidad principal la de autentificar los actos del
Rey.
Los escribas de la ley tenían como misión interpretar los textos legales con toda
pureza y fidelidad y siempre en sentido ortodoxo, dando lectura de los mismos
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ante el pueblo; también formulaban el derecho contenido en aquellos textos y lo
aplicaban a casos prácticos.
Los escribas del pueblo eran considerados más prácticos y conocedores de la ley
y de las costumbres; prestaban sus ministerios a los ciudadanos que los
requerían, redactando las convenciones entre particulares, tales como
matrimonios, ventas, arrendamientos, etc.
Los escribas del Estado ejercían las funciones de secretario y escribanos del
consejo del Estado, de los tribunales y de todos los establecimientos públicos. A
estos funcionarios les pertenecía solamente el derecho de poner el sello público
obre las leyes, las sentencias de los tribunales y los actos de los particulares que
tenían necesidad de adquirir la debida autenticidad para poder ejecutarse.
EGIPTO
En este pueblo existían escuelas como las de Heliópolis y Abydos, donde seguían
sus estudios los que aspiraban a las altas magistraturas. El escriba era, en un
principio una especie de delegado de los colegios sacerdotales que tenían a su
cargo la redacción de los contratos. El sacerdote, por su calidad de funcionario
público, era el verdadero notario.
GRECIA
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Los oficios públicos se hallaban distribuidos entre varios funcionarios, a cada uno
de los cuales correspondían determinadas funciones, mismas que se clasificaban
principalmente en cuatro categorías, según sus atribuciones.
El promnemon. Era un magistrado del mismo orden, pero de mayor autoridad, era
un arconte, es decir, uno de los principales magistrados que atendían el gobierno
de la ciudad de Atenas, especie de administrador supremo.
ROMA
Por ello, en el cuerpo del derecho civil romano se encuentra enunciada aquella
función, dando al funcionario distintos nombres. Así, en el Digesto, al hablar de los
cargos y honores se citan los que se le daban a los escribanos, y también a los
archiveros y notarios de hacienda.
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dispersa, pues los autores nos hablan del tabellio, de tabullarius, de notarios,
amanuensii, argentarii y muchos otros nombres más.
Los scribae eran los encargados de redactar las escrituras, formando parte,
aunque de forma preeminente, del grupo de funcionarios que se hallaban al
servicio de las autoridades públicas.
LA EDAD MEDIA
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SIGLO XII.
Los primeros notarios, con funciones parecidas a las que desempeñan los
actuales, fueron nombrados en Italia por emperadores y papas, y podían ejercer
su público ministerio en todos los lugares de la Tierra. Quienes poseían estudios
de derecho romano y canónico buscaban ser designados notarios.
Esta época se caracterizó porque a la función pública le dan su sello básico las
leyes de don Alfonso X (El Sabio), que fueron las del Fuero Real y las Siete
Partidas.
En el Código de las Siete Partidas se obliga a que las notas de los escribanos se
inscriban en un libro de registro que también se llamó minutario.
Las cartas deberían ser fechadas por manos de escribanos públicos para que no
hubiera engaño en ellas. Este período, entre otros aspectos, se caracterizó por lo
siguiente:
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Porque los escribanos debían llevar un registro, o minutario, por año, y al
final debían poner su seña o signo.
Porque tenía que hacerse la redacción sin abreviaturas y manuscrita por el
notario o por otro escribano.
Porque a su muerte, sus archivos eran recogidos por el alcalde, ante
testigos, para ser entregados al sucesor.
Porque se determinaron los requisitos generales que deben corresponder a
todas las escrituras.
EPOCA COLONIAL
La primera se inicia poco antes del descubrimiento de América y no pasa del siglo
XV. En esta época las capitulaciones matrimoniales de los Reyes Católicos fueron
redactadas por Juan Ramírez, escribano del Consejo Real, quien también recopiló
algunas cartas reales, mismas que fueron exhibidas varios siglos después junto
con otras joyas de la historia notarial, en Madrid, el 28 de mayo de 1962, con
motivo del primer centenario de la Ley Orgánica del Notariado Español de 1862.
De esta primera época destacan los siguientes aspectos:
Todas las disposiciones de la segunda época datan del siglo XVI y se refieren al
oficio de escribano, para regular su función, ya que había escribanos de tipo
eclesiástico, escribanos de actuación, de diligencia pública, de registro de minas,
escribanos reales de hacienda, escribanos de Cabildo, de Tribunal, del Consulado.
También se legisló acerca del protocolo en el que se ordena que una vez
integrado el otorgamiento público los originales sean conservados por el escribano
y éste sólo entregue copias literales. Dicha legislación establece además que cada
escribano tenga un libro dé protocolo encuadernado, exclusivamente para anotar
las escrituras (ordenamientos de ley).
En resumen, podemos deducir que las características del notariado latino pudieran
ser las siguientes:
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1.- El notario es un funcionario público y profesional del derecho.
4.- Hay una organización corporativa y una sumisión a la autoridad del Estado por
medio de los órganos administrativos correspondientes.
Este tipo de notario es el que existe en los países de origen latino, germánico,
europeos y americanos.
ÉPOCA PRECOLONIAL
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En el pueblo azteca, asentado en Tenochtitlan, territorio que actualmente forma
parte del Distrito Federal, existió el tlacuilo, artesano que tenía la función de dejar
constancia, por medio de signos ideográficos, de los diversos acontecimientos.
Por la actividad que desempeñaba el tlacuilo, diremos que es el antecedente en
nuestro país del escribano; su actividad coincidía con la de los escribas, tabularii,
cancelarii y tabeliones de la antigüedad. El tlacuilo se expresaba también por
medio de pinturas que permitían guardar memoria de los hechos y
acontecimientos de una manera creíble.
EPOCA DE LA CONQUISTA.
Letrado como era Cortés, y familiarizado con las leyes que aplican los escribanos,
aquilató el papel primordial e indispensable que éstos pueden y deben
desempeñar en la sociedad.
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EPOCA DE LA COLONIA.
Los mismos Reyes Católicos mandaron que para evitar la confusión en los reinos,
por razón de los muchos escribanos, que en adelante no se dé título de escribano
de cámara, ni de escribano público a persona alguna, salvo si fuere primeramente
la tal persona vista y conocida por los de nuestro Consejo y procediendo para ello
nuestro mandato y fuere por ellos examinado.
Siendo imposible que aquellos que solicitaran el título de escribanos en las Indias
Occidentales se trasladaran a España para ser examinados por el Consejo, el 20
de marzo de 1610, el rey Felipe III, ordenó que los exámenes fueran realizados
por las audiencias mediante Cédula Real, y si algunos escribanos vivieren tan
lejos de las audiencias que debieran afrontar gran incomodidad y peligro para ir a
ser examinados en ellas, las mismas deberían comisionar al gobernador de la
provincia respectiva, o al teniente letrado más cercano, para que en unión de dos
capitulares procediera al examen; pero siempre, una vez examinados, habían de
ocurrir al Rey para que se les extendiera su título, previa comprobación de su
lealtad.
Así, vemos que el 9 de agosto de 1525 se abre el volumen primero del protocolo
de Juan Femández del Castillo, con el otorgamiento de un instrumento que lleva el
número uno. Se trata de un mandato conferido por Mendoza Suárez a Martín del
Río, para cobrar $62.00 más 4 tomines de oro de mina a su deudor Pedro de
Maya. Este protocolo, es el más antiguo del país, se encuentra en el Archivo
General de Notarías del Distrito Federal.
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La legislación aplicable a la Nueva España y demás tierras conquistadas fue
inicialmente la vigente en Castilla, que fue complementada mediante cédulas,
provisiones, ordenanzas e instrucciones reales que resolvían casos concretos,
reunidos en las llamadas Recopilaciones de Indias.
Se cree que este Colegio fue el primero en ser fundado en este continente. Ha
funcionado ininterrumpidamente desde su fundación, aunque actualmente se le
conoce como Colegio de Notarios de la Ciudad de México.
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La Real Audiencia fundó en 1793 una academia de enseñanza notarial para los
escribanos.
Las cortes españolas, como Poder Legislativo, expidieron e19 de octubre de 1812
un decreto sobre arreglo de tribunales y sus atribuciones, concediendo a las
Audiencias en sus artículos 13 Y 23 el conocimiento de todo lo relativo a la materia
de escribanos. Y la legislación positiva española, las Leyes de Indias, decretos,
provisiones, cédulas reales y demás, que fueron dados durante la Colonia,
continuaron aplicándose en México después de la consumación de la Guerra de
Independencia, tal y como lo dispuso el Reglamento Provisional Político del Primer
Imperio Mexicano, expedido el 10 de enero de 1822.
Mas, con el transcurso del tiempo, se fueron dictando nuevas leyes y decretos que
paulatina y firmemente separaron el derecho español del derecho mexicano. Es a
partir de la Independencia cuando esto se hace obvio, a pesar de que el régimen
político imperante en la República Mexicana fluctuó entre el federalismo y el
centralismo. Cuando el federalismo era el sistema, la materia notarial era local, y
cuando el régimen fue centralista, las disposiciones notariales fueron de carácter
general, de aplicación en todo el territorio.
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«Además deben producir una información de buena vida y costumbres en que
deberá oírse al síndico del común y que se extienda a probar no haber estado
nunca procesados ni acusados de delitos públicos, principalmente de falsedad».
REGIMEN FEDERALISTA
Los escribanos nacionales son los que, habiendo sido examinados y aprobados
por la Suprema Corte de Justicia en el Distrito, o por los tribunales superiores en
los Estados, han obtenido el título correspondiente. Antiguamente se les daba a
éstos el epíteto de reales.
Los escribanos públicos son aquellos que tienen oficio o escribanía propia, en la
que protocolan o archivan los instrumentos que ante ellos se otorgan.
Los escribanos de diligencia son los que practican las notificaciones y demás
diligencias judiciales.
REGIMEN CENTRALISTA
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Los gobiernos centralistas también legislaron en materia de notariado; así,
tenemos que don Antonio López de Santa Anna expide, el 16 de diciembre de
1853, la Ley para Arreglo de la Administración de Justicia de los Tribunales y
Juzgados del fuero común, para todo el país, la cual en su artículo 8 estatuye una
nueva organización para los escribanos. Esta constituye la primera organización
nacional del notariado y el, mencionado artículo exige y determina que el
escribano público de la nación debe ser mayor de 25 años, tener escritura de
forma clara, conocimientos de gramática y aritmética y haber cursado dos años de
una de las materias del derecho civil, relacionada con la escribanía, y otros dos
años de práctica forense y otorgamientos de documentos públicos, honradez y
fidelidad; aprobar un examen ante el Supremo Tribunal y obtener el título del
Supremo Gobierno, el cual, por obligación, debería ser inscrito en el Colegio de
Escribanos, así como el uso de firma y signo determinados para poder actuar;
conserva a los escribanos actuarios para el servicio de los tribunales y les
encomienda el ejercicio de los oficios de hipoteca. Esta Ley mantenía las
características de la tradición española, entre éstas que los escribanos seguían
perteneciendo al Poder Judicial, como anteriormente se ha mencionado.
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Se le puede considerar como la primera Ley Orgánica del Notariado.
EPOCA DE LA REFORMA.
Esta Ley también contemplaba pasar un examen de dos horas ante el Colegio, así
como un segundo examen, de una hora, ante el Tribunal Superior de Justicia; con
la certificación del Tribunal ocurría por su título al Gobierno para que se le pudiera
expedir el FIAT. Por esta Ley los notarios tenían la obligación de integrar sus
protocolos, registro el cual era abierto. El notario, para actuar, necesitaba estar
asistido por dos testigos sin tacha que supieran escribir; las notarías debían estar
abiertas siete horas cada día, excepto los feriados, sin perjuicio de las
obligaciones de los notarios de despachar casos urgentes, como los testamentos,
a cualquier hora del día o de la noche; se dispuso también que mientras no se les
designara un local a propósito en el Palacio de Justicia, los notarios podían tener
sus despachos fuera de sus casas.
Durante esta misma época fue expedido el Reglamento del Colegio Nacional de
Escribanos, en 1870.
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el Colegio del Distrito Federal era voluntaria y dentro de los requisitos que debían
satisfacer estaban: título profesional acompañado de la solicitud de matriculación,
recibo acreditado por la tesorería del Colegio por el pago de derecho de matrícula
y, para los foráneos, certificado de buena conducta y estar en el ejercicio de la
profesión.
EPOCA PORFIRISTA
Durante la presidencia del general Porfirio Díaz fue promulgada la Ley del
Notariado el 14 de diciembre de 1901, misma que entró en vigor en enero de
1902. Entre los méritos de esta Ley se cuentan: la elevación del notariado al rango
de institución pública; la condición de que el notario sea un profesional del derecho
que debe quedar sujeto al gobierno el cual ha de nombrarlo vigilarlo; el
establecimiento de un límite al número de notarios, y obliga al notario a redactar
por sí mismo las actas notariales o escrituras matrices, asentándolas en el libro
que corresponde al protocolo.
Asimismo, por primera vez exige al notario el otorgamiento de una fianza para
garantizar responsabilidades en que pueda incurrir en su actuación.
En su artículo 12 define al notario como: «El funcionario que tiene fe pública para
hacer constar, conforme a las leyes, los actos que según éstas deben ser
autorizadas por él; que deposita escritas y firmadas en el protocolo las actas
notariales de dichos actos, juntamente con los documentos que para su guarda o
depósito presenten los interesados, y expide de aquellas y éstas las copias que
legalmente puedan darse».
Con esta denominación aparece la Ley del Notariado del 9 de enero de 1932. Su
sistemática sigue a la de la Ley anterior. En parte afirma algunos conceptos,
moderniza con otros y deroga la Ley de 1901. Dicha Ley sostiene que la función
notarial es de orden público y sólo puede provenir del Estado; define al notario
como un, funcionario dotado de fe pública, para hacer constar los actos y hechos
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que los interesados deban o quieran dar autenticidad, conforme a las leyes;
conserva el sistema de notarios titulares y de notarios adscritos. Prohíbe al notario
el ejercicio de la profesión de abogado, sin embargo le autoriza para desempeñar
cargos de consejero jurídico o comisario de sociedades, así como para resolver
consultas verbales o por escrito, pudiendo ser árbitro o secretario en juicio arbitral;
pudiendo también redactar contratos privados u otros, aunque hayan de
autorizarse por distintos funcionarios.
Esta Ley, del 31 de diciembre de 1945, fue expedida por don Manuel Avila
Camacho, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, y
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 23 de febrero de 1946.
Estará a cargo del Ejecutivo de la Unión, quien lo ejercerá por conducto del
gobierno del Distrito Federal y por delegación se encomienda a profesionales del
derecho, por medio de la patente que para tal efecto les otorga el propio Ejecutivo,
a fin de que lo desempeñen en los términos de la presente Ley.
También en esta Ley se contemplan los casos en los que el notario pueda
excusarse de actuar; asimismo legisla que sus funciones son incompatibles con
todo empleo o comisión públicos les demarca su adscripción y les prohíbe ser
remunerados por el erario público.
Capítulo II.-
Capítulo III.-
Capítulo IV. -
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B).- En el Distrito Federal, corresponde al Ejecutivo de la Unión ejercerla por
conducto del Departamento del Distrito Federal, el cual encomendará su
desempeño a particulares, Licenciados en Derecho, mediante la expedición de
patentes respectivas. (Art. 1).
D).- El Ejecutivo de la Unión, por conducto del Jefe del Departamento del Distrito
Federal, autorizará la creación y funcionamiento de las notarías.
E).- Las notarías en el Distrito Federal serán doscientas, y para satisfacer las
necesidades de la entidad se podrán crear hasta diez notarías cada año.
F).- Las notarías vacantes, y las de nueva creación, serán distribuidas en las
delegaciones políticas en que se divide el Distrito Federal, atendiendo a su
extensión territorial, densidad de población y volumen de negocios. (Art. 3).
G).- Los notarios del D.F. no podrán ejercer sus funciones fuera de los límites de
éste.
H).- Los actos que se celebren ante su fe, podrán referirse a cualquier otro lugar,
siempre que se dé cumplimiento a las disposiciones de la Ley. (Art. 5).
I).- Los notarios tendrán derecho a cobrar a los interesados los honorarios que se
devenguen en cada caso, conforme al arancel correspondiente, y no percibirán
sueldo alguno con cargo al Presupuesto de Egresos del Departamento del Distrito
Federal. (Art. 7).
J).- El Departamento del Distrito Federal podrá requerir a los notarios de la propia
entidad, para que colaboren en la prestación de los servicios públicos notariales
cuando se trate de satisfacer demandas inaplazables de interés social. A este
efecto, el Departamento fijará las condiciones a las que deberá sujetarse la
prestación de dichos servicios. (Art. 8).
K).- Asimismo estarán obligados a prestar sus servicios en los casos y términos
que establece la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales.
(Art. 8).
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la ley, las modalidades administrativas que requieran la prestación eficiente del
servicio notarial. (Art. 9).
Cabe destacar que en las distintas épocas ha sido un requisito necesario para
obtener el título de escribano o de notario el someterse a un examen para
acreditar conocimientos en la materia.
Fue así como en la Ley del Notariado de 1902 cuando se exigió que el notario
debía ser un profesional del derecho, con sujeción al gobierno, el cual otorga su
nombramiento y vigila su función, disposiciones que se siguen contemplando en
las legislaciones notariales vigentes de nuestro país.
DEFINICION.
Por su parte Bañuelos Sánchez lo define como la rama científica del derecho
público que, constituyendo un todo orgánico, sanciona en forma fehaciente las
relaciones jurídicas voluntarias y extrajudiciales, mediante la intervención de un
funcionario que obra por delegación del poder público.
CLASIFICACION.
El derecho notarial formal afecta a la parte rituaria del derecho, al formulismo que
ha de emplearse al plasmar el derecho estatal en la voluntad de las partes o en las
necesidades y especialidades del servicio.
El derecho notarial contractual hace relación a los distintos negocios jurídicos que,
representando un orden determinado del derecho, han de ligar voluntades, dando
lugar al acto o contrato de naturaleza jurídica.
Ahora bien, una y otra esfera del derecho notarial pueden considerarse desde dos
puntos de vista diferentes a saber: el subjetivo y el objetivo.
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y extrajudiciales; luego, es finalidad del mencionado derecho sancionador toda
relación jurídica voluntaria y extrajudicial.
Por su parte, el derecho objetivo está constituido por todas aquellas normas
jurídicas dictadas por un legítimo poder del Estado y a la que ha de sujetarse el
hombre en la relación de los actos jurídicos. Si el derecho notarial sanciona las
relaciones jurídicas voluntarias y extrajudiciales, y en toda relación jurídica
entrasen en acción los derechos subjetivo y objetivo, entonces las materias de
éstos caen dentro de la jurisdicción del derecho contractual.
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en todas las ramas del derecho; es decir, todas esas normas jurídicas que dicta el
legítimo poder del Estado y a las que ha de sujetarse el hombre en las
determinaciones jurídicas de su voluntad; dichas normas constituyen la materia
propia del derecho objetivo.
Y todavía resulta más este carácter del derecho notarial, si nos fijamos en las
diferencias ya expuestas entre el derecho público y el privado, y en las
características del derecho notarial resulta que éste es irrenunciable, que no
puede ser modificado por la voluntad de los particulares; que su transgresión, si no
constituye delito, es reparada mediante un procedimiento administrativo del que
conocen las juntas directivas, la dirección general de los registros y el ministerio
de justicia, y que contra la aplicación de las normas del derecho notarial no cabe
alegar la prescripción extintiva. (En cada país la jurisdicción notarial tiene una
organización diferente, pero siempre reconociendo grados e instancias).
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El derecho notarial como derecho sustantivo.
La sustantividad, aplicada a cualquier rama del derecho, no es otra cosa que una
categoría jurídica que, referida a un derecho determinado, le hace autónomo e
independiente, e inconfundible en cualquier otra esfera jurídica.
Con esto no queremos indicar que solamente el derecho notarial sea científico; no.
Las distintas ramas en que se clasifica el derecho descansan en un conocimiento
científico del mismo, cuya base es la organización sistemática y armónica de sus
principios. Lo que sucede es que aquellos principios propios del derecho notarial
son inconfundibles con los de otras ramas jurídicas, y por consiguiente le hacen
independiente, salvando siempre las relaciones que guardan entre sí todas las
ciencias jurídicas, y aun dentro de cada una las distintas instituciones que le son
propias.
Es más, aun el derecho sustantivo fija normas jurídicas que tienen existencia real
e independiente, atribuyendo derechos y obligaciones; y como es misión del
derecho notarial dar eficacia legal, mediante una fórmula que garantice aquella
eficacia, a las relaciones jurídicas que nacen de la voluntad de las partes, y en
dichas relaciones se crean derechos y obligaciones, a las cuales marca una
orientación y una conducta que han de seguir los contratantes, resulta evidente
que el derecho notarial es necesariamente sustantivo.
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También se manifiesta esta sustantividad en la característica social del notariado y
su organización, ya que está basada en principios éticos y jurídicos inconfundibles,
por ser muy distintos a todas las demás disciplinas jurídicas. Y no digamos nada
de la documentación notarial revestida de solemnidades específicas, pero
armónicamente formuladas, ya que en nada se asemejan a las fórmulas
empleadas en cualquier otra esfera del derecho.
De todo lo que deducimos que el derecho notarial, si bien puede tener algo de
adjetivo por el formalismo que emplea, es eminentemente sustantivo por cuanto
regula las relaciones jurídicas voluntariamente impuestas por las personas
jurídicas, con la autoridad del notario, que obra por delegación del poder público.
Debe distinguirse el objeto de la ciencia del derecho notarial; así, el objeto de una
ciencia jurídica es lo que caracteriza a cada una de sus ramas. El objeto de la
ciencia del derecho notarial es la fe pública, que se vale de la autenticación de los
derechos voluntarios, mientras que el objeto del derecho notarial es el instrumento
público que registra auténticamente tales hechos voluntarios.
Se advierte que la fe pública y la autenticación son utilizadas por otras ramas del
derecho, pero el plano de incidencias sobre ellas es específicamente el derecho
notarial.
El objeto de esta rama jurídica, diferenciada por las demás, formalmente por la fe
pública o legitimidad, es el instrumento notarial. En efecto, todo el derecho notarial
está orientado hacia el instrumento, porque de él ha nacido todo; primero fue el
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instrumento, luego la función que se hace necesaria para confeccionar ese
instrumento; y por último, el notario es el órgano creado por esa función. Es claro,
pues, que el objeto del derecho notarial es el instrumento.
El derecho notarial, tiene principios que le son propios, algunos de los cuales se
enumeran a continuación y se explican brevemente para fines meramente
didácticos, sin que nos adentremos a profundidad en ninguno de ellos, los cuales
son los siguientes:
7. UNIDAD DEL ACTO: Este principio se basa en que el instrumento público debe
perfeccionarse en un solo acto, es decir, entre el hecho o acto, no debe mediar
más que el lapso de tiempo prudente para su fijación en el instrumento notarial.
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9. SEGURIDAD JURIDICA: Este principio se basa en la fe pública que tiene el
Notario, por lo tanto, los actos que legaliza son ciertos, existe certidumbre o
certeza respecto a su veracidad, por lo que no se debe dudar de los actos o
hechos inscritos en el instrumento notarial.
10. PUBLICIDAD: Los actos que autoriza el Notario son públicos; por medio de la
autorización notarial se hace pública la voluntad de la personal. Este principio de
publicidad, tiene una excepción, y se refiere a los actos de última voluntad,
testamentos y donaciones por causa de muerte.
El derecho notarial aunque autónomo, se relaciona con otras ramas del derecho,
en su función del ejercicio de las funciones propias del notariado.
Con el derecho registral porque muchos de los documentos emitidos por los
notario en el ejercicio de sus funciones requieren ser registrados en alguno de los
sistemas para dar seguridad jurídica a los que intervienen en él.
Con el derecho civil, en virtud de que se tiene la mayor parte de las figuras
jurídicas contempladas dentro del derecho notarial, están contempladas dentro del
derecho civil, dentro de las personas, y las características de las mismas y la
representación; de los bienes se establecen las características de las mismas;
dentro de los contratos, los requisitos para la celebración de los mismos; dentro
del derecho de las obligaciones, la sujeción de los intervinientes en los actos
celebrados ante el notario; en las sucesiones, los requisitos de los testamentos y
los procedimientos celebrados ante el notario.
Con el derecho tributario, puesto que el notario está obligado a cumplir con las
disposiciones tributarias cuando se realicen actos de transmisión de dominio, y
otras transacciones que requieren su actuación.
EL NOTARIO
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El notario es un profesional del Derecho, investido de fe pública por el Estado, que
brinda seguridad jurídica y certeza en los actos y hechos de los que da fe,
manteniendo siempre un alto nivel de profesionalismo, una total imparcialidad con
los prestatarios del servicio y una plena autonomía en sus decisiones, las cuales
sólo tienen por límite el marco jurídico y el estado de Derecho.
El notario ejerce su función con independencia del poder público y los particulares,
teniendo a su cargo el recibir, interpretar, redactar y dar forma legal a la voluntad
de los comparecientes y plasmar ésta en un instrumento público y auténtico,
redactado bajo su responsabilidad y que puede ser una escritura pública, si se
trata de dar fe de un acto jurídico, como por ejemplo un contrato; o bien un acta
notarial, si se certifica un hecho jurídico o material, por ejemplo una notificación o
una fe de hechos.
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por lo que proporciona seguridad jurídica y previene posibles litigios y conflictos al
mediar entre las partes.
• Actuar de manera imparcial, al asesorar a las personas que comparecen ante él,
protegiendo los intereses de todos los involucrados.
• Redactar, leer y explicar el instrumento que contiene el acto o hecho del que
dará fe.
A).- La Vocación.- Quien pretenda abrazar esta noble profesión, debe tener claro
que se requieren conocimientos jurídicos universales, profundos y muy sólidos;
que es más un servicio a la comunidad que un negocio; que es incompatible con
otra ocupación o trabajo; que se requiere de estudio permanente y de una
moralidad intachable.
1.- Todo aquel que tenga interés jurídico en el acto de que se trate.
H).- Cobro Adecuado.- El manejo voluntarioso del arancel que rige al gremio
notarial, perjudica la imagen de éste, por lo que el Notario debe apegarse lo más
posible a dicho arancel.
K).- Deber Social.- Finalmente, este concepto debería de ser considerado por la
grey notarial. Sin embargo, a menos que le sea impuesto por la autoridad que
tenga facultades para ello, la prestación del servicio con carácter social, se
encuentra lejos de ser tomado en cuenta, de motu propio, por el Notario en la
actualidad.
LA FUNCION NOTARIAL.
Valor, según la academia, valor implica utilidad, aptitud, fuerza, eficacia para
producir efectos. El notario además, da a las cosas un valor jurídico. Este valor
tiene una amplitud; es el valor frente a terceros; y un límite, es el territorial, pues
su valor se detiene en los límites de la jurisdicción de igual clase de notario. La
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Legalización de firmas suple esta limitación, y en los congresos internacionales se
afirma el anhelo de que los instrumentos tengan el mismo valor jurídico en todos
los países. No se debe confundir el valor como in de la función notarial, con la
validez del negocio y del documento, pues ésta implica viabilidad, y en cambio el
valor es la eficacia y la fuerza que otorga la intervención del notario entre partes y
frente terceros.
Profesional del derecho. Las leyes del notariado disponen que el notario es un
licenciado en derecho; por lo tanto es perito en derecho que será interprete de la
norma y adecuará la voluntad de las partes, elaborando el instrumento dentro de
un marco de legalidad, autorizándolo en nombre del Estado, conservando y
reproduciéndolo pasado ante él para brindar seguridad jurídica.
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consecuencias, lejos de ser antijurídicas y perjudiciales, sean armónicas y
eficaces entre las partes, evitando dentro de la esfera de lo posible un litigio, así el
notario descubre principios o aplica y combina antiguos elementos que formarán
una innovación, creando muchas veces figuras legales que llegan a ser recogidas
por la legislación.
Como auxiliar del fisco local. El notario cubre los impuestos como el derivado del
registro público de la propiedad y el comercio; así como impuestos adicionales
tales como el impuesto para el fomento de la educación, el de asistencia social
entre otros.
Como auxiliar del fisco municipal., el notario también retiene o se cerciorara del
pago de las contribuciones locales, tales como el impuesto por la licencia de
funcionamiento, que es el que paga el notario por dicho concepto para el
funcionamiento de su despacho profesional. Así como los impuestos municipales
por la adquisición, donación, prescripción o cualquier otra causa de traslado de
dominio de los bienes inmuebles de jurisdicción municipal.
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seguridad jurídica, valores que representan el contenido y la finalidad de su
actuación.
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El sistema notarial latino se caracteriza por la garantía jurídica que ofrece a sus
usuarios. Esta garantía se ve plasmada en los documentos que realiza el notario,
los cuales significan una importante herramienta jurídica. La fe pública envestida
en el notario de corte latino otorga plena autenticidad a las declaraciones emitidas
o hechos presenciados por un notario.
De los Exámenes
Artículo 57.- El Ejecutivo convocará a los profesionales del derecho interesados
en adquirir el carácter de Aspirante a Notario, a que concurran dentro de los
siguientes quince días naturales a partir de la fecha de publicación de la
convocatoria, a presentar solicitud para la práctica del examen correspondiente, a
efecto de conformar con los aprobados, el padrón de aspirantes que será
publicado en el Periódico Oficial.
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III. Ser profesional del Derecho, cuando menos con título de abogado o licenciado
en Derecho y con cédula profesional expedida y registrada ante la Dirección
General de Profesiones dependiente de la Secretaría de Educación Pública y la
Dirección de Profesiones y Actividades Técnicas dependiente de la Secretaría
General de Gobierno del Estado, con una antigüedad mínima de 3 tres años al
momento de solicitar el examen;
VI. No estar sujeto a proceso, ni haber sido condenado por sentencia ejecutoriada,
por delito intencional;
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De la comunicación señalada en el párrafo que antecede se marcará copia al
Colegio.
Artículo 58.- Para acreditar los requisitos a que se refieren las fracciones I y III del
artículo anterior, el interesado deberá exhibir, junto a su solicitud de examen, las
constancias documentales públicas respectivas, en el caso de la residencia se
acreditará con la constancia a que se refiere el artículo 114 fracción V de la Ley
Municipal para el Estado de Nayarit. Para acreditar los requisitos a que se refieren
las fracciones II, IV, V y X con certificado médico expedido por la Secretaría de
Salud del Estado y con su Declaración Protestada; para acreditar el requisito a
que se refiere la fracción VI con la carta de no antecedentes criminales, expedida
por la autoridad competente, en el caso del residente deberá exhibir carta de no
antecedentes criminales de los últimos lugares donde haya residido con
anterioridad; para acreditar el requisito a que se refiere la fracción VII, con el
ejemplar del periódico oficial donde se publicó la autorización del inicio de la
práctica y la certificación de la Dirección por la terminación de la misma, o con la
certificación de los estudios de especialización en la materia que al efecto expida
la institución autorizada.
I. Señalar las fechas, horarios y lugar, relativos al inicio y término del periodo de
inscripción al examen. En ningún caso el periodo de inscripción excederá de diez
días naturales, contados a partir de la última publicación de la convocatoria;
35
II. Precisar el día, hora y lugar en que se practicarán las pruebas teóricas y
prácticas;
IV. Señalar la obligación de pagar previamente, los derechos que determine la Ley
de Ingresos para el Estado de Nayarit, por la práctica del examen.
III. Efectuar el pago de los derechos que fije La Ley de Ingresos del Estado
vigente;
V. Rendir la protesta a que se refiere el artículo 69 de esta ley, lo que implica para
quien la realiza la aceptación de la patente respectiva, su habilitación para el
ejercicio notarial y su pertenencia al Notariado del Estado.
36
II. En el caso de haber solicitado se le asigne, tener patente de aspirante a Notario
inscrita en el padrón que anualmente publicará la Dirección en el periódico oficial,
haber solicitado la inscripción al examen de oposición, según la convocatoria
expedida por la Dirección. Los solicitantes expresarán su sometimiento a lo
inapelable del fallo del jurado.
III... (sic)
IV. Para que el sustentante a que alude la fracción II anterior, obtenga la patente
de Notario, o Notario Suplente Adscrito deberá lograr el primer lugar en el examen
de oposición respectivo, en los términos de los artículos 61 y 63 de esta ley.
V… (sic)
c).- Tres vocales, de los cuales uno será el Presidente del Consejo Directivo del
Colegio, en su carácter de miembro del Consejo Directivo de la Asociación
Nacional del Notariado Mexicano A.C.; los otros dos deberán ser Notarios del
Estado, designados por el Colegio. Los suplentes serán nombrados por quien
designe a los titulares.
d).- Los exámenes de Notario y Notario Suplente Adscrito, serán por oposición
salvo en el caso de propuesta por el notario titular, y consistirán en dos pruebas
aplicables a cada sustentante, una práctica y otra teórica;
37
III. Los exámenes, tanto en su prueba escrita como la teórica, se efectuarán en la
sede designada por la Dirección;
VI. Para la prueba práctica, los sustentantes dispondrán de seis horas corridas;
X. Cada sinodal podrá hacer en su turno las interpelaciones que sean suficientes
para forjarse un criterio cierto de la preparación del sustentante y la calidad de su
38
resolución, ateniéndose principalmente a la resolución jurídica del caso y al criterio
jurídico del sustentante. Para ello considerará, además del pliego de alternativas,
las respuestas del sustentante, tomando en cuenta el conocimiento que tenga del
oficio notarial y la prudencia que demuestre, que sirvan al jurado para normar su
criterio. En todo caso el o los instrumentos deberán ser válidos;
XII. El Secretario levantará el acta correspondiente que deberá ser firmada por los
integrantes del jurado;
XIII. El resultado del examen será inapelable; no obstante, toda irregularidad podrá
ser denunciada por los observadores al Ejecutivo;
39
tiempo de desarrollo de la prueba escrita. Concluida ésta se iniciará la prueba
teórica que será pública y en la que una vez instalado el jurado, el examinado
procederá a dar lectura al tema y a su trabajo. Esta prueba consistirá en las
preguntas que los miembros del jurado harán al sustentante en términos del
artículo anterior, con particular insistencia sobre puntos precisos relacionados con
el caso jurídico-notarial a que se refiera el tema sorteado, atendiendo a su validez
y efectos.
II. Para la prueba práctica, se reunirán los sustentantes en el lugar que determine
la Dirección el día y hora señalados en la convocatoria. Alguno de los sustentantes
elegirá uno de los sobres que guarden los temas, de entre veinte de ellos,
debiendo todos los sustentantes desarrollar el que se haya elegido; asimismo ahí
se sorteará el orden de presentación de los sustentantes a la prueba teórica;
IV. La prueba teórica será pública; se iniciará en el lugar, día y hora señalados por
la convocatoria. Los sustentantes serán examinados sucesivamente de acuerdo al
orden de presentación, resultado del sorteo señalado. Los sustentantes que no se
presenten oportunamente a la prueba, perderán su turno y tendrán derecho, en su
caso, a presentar el examen en una segunda vuelta, respetando el orden
establecido;
40
VI. Reunido el jurado, cada uno de sus miembros interrogará al sustentante
exclusivamente y en profundidad sobre cuestiones de Derecho que sean de
aplicación al ejercicio de la función notarial, destacando el sentido de la prudencia
jurídica y posteriormente si se considera adecuado se formularán
cuestionamientos al caso. Una vez concluida la prueba teórica de cada
sustentante, éste dará lectura ante el jurado a su trabajo práctico, sin poder hacer
aclaración, enmienda o corrección;
VII. Para el desahogo del examen teórico deberán celebrarse cuando menos dos
sesiones por semana;
VIII. Concluida la prueba teórica de cada sustentante, los miembros del jurado
emitirán separadamente y por escrito, la calificación que cada uno de ellos otorgue
a las pruebas, práctica y teórica, en escala numérica del o al 100 y promediarán
los resultados. La suma de los promedios se dividirán entre cinco para obtener la
calificación final, cuyo mínimo para aprobar será el de 70 puntos; los que obtengan
calificación inferior a 70, pero no inferior a 65 puntos, podrán presentar nuevo
examen tan pronto haya una siguiente oposición, siempre y cuando, tuviere
satisfechos los requisitos previsto en el 60 de esta ley, con la salvedad de que, el
sustentante propuesto por el Notario titular, deberá obtener una calificación
aprobatoria no menor de 85 puntos.
XI. Los Notarios Suplentes Adscritos podrán concursar para ocupar las Notarías
vacantes o de nueva creación, distintas a la de su adscripción, en igualdad de
41
circunstancias que los aspirantes; en el supuesto de que obtengan la patente de la
notaría concursada, quedará vacante la suplencia que ocupaban para ser cubierta
en términos de Ley;
XII. Si sólo se presentare una solicitud para concursar en el examen para adquirir
la patente de Notario, o de Notario suplente Adscrito, se declarará desierto el
concurso y sólo se podrá convocar hasta pasados 6 meses de publicado el
acuerdo correspondiente en el Periódico Oficial.
Artículo 64.- Como labor de supervisión, los Poderes Legislativo y Judicial del
Estado podrán, si lo estiman conveniente, nombrar uno o más observadores del
examen, licenciados en Derecho, quienes podrán emitir opinión sobre su
perfeccionamiento, sin que ésta tenga efecto vinculatorio con el desarrollo y
resultado del examen de que se trate. Dicha opinión la harán del conocimiento de
la autoridad competente y del Colegio, a efecto de que se tomen las medidas
necesarias para perfeccionar la práctica y desarrollo de los exámenes. Los
observadores designados podrán estar presentes en todas las etapas del examen.
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En el caso del Notario Suplente Adscrito, nombrado a petición del Titular, podrá a
solicitud fundada y motivada de éste, ser revocado por el Ejecutivo.
43
DEL DESEMPEÑO DEL NOTARIO
PROHIBICIONES.
Por ello como lo señala el artículo 65 y 66 de la ley del notariado del Estado de
Nayarit, una vez concluidos los exámenes el titular del ejecutivo expedirá las
patentes respectivas y dentro de los 30 días hábiles siguientes tomará la protesta
respectiva.
Una vez que se rinda la protesta, para que el notario pueda actuar debe cumplir
con ciertos requisitos contemplados en el artículo 70.
I.- Obtener fianza a favor de la autoridad competente, por la cantidad que resulte
de multiplicar por dos mil el importe del salario mínimo en la fecha de la
constitución de la misma, dicha fianza deberá ser acreditada por el notario de
forma anual, si el notario no cumple con la acreditación de la fianza, será
sancionado.
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II proveerse previa autorización de la Dirección del Notariado, de protocolo y
sello, registrar el sello y su firma ante la dirección, el registro público y el colegio,
además debe establecer su oficina en un lugar de residencia que se le haya fijado
dentro del territorio de la demarcación notarial correspondiente, debiendo contar
con el equipo mecánico y electrónico necesarios para la eficaz prestación del
servicio e iniciar funciones en un plazo que no deberá exceder de los sesenta días
naturales contado s a partir de la fecha en que rinda su protesta.
El sello del Notario es el medio por el cual éste ejerce su facultad fedataria con la
impresión del escudo del Estado en los documentos que autorice. Cada sello
tendrá forma circular, con un diámetro de cuatro centímetros, reproducirá en el
centro el escudo nacional y deberá tener escrito alrededor de éste, el nombre y
apellidos del Notario su calidad de Titular o Suplente, su número y el lugar de
residencia. El número de la Notaría deberá grabarse con guarismos.
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El sello expresa el poder autentificador del Notario y lo público de su función.
El sello se imprimirá en el ángulo superior izquierdo del anverso de cada folio que
se vaya a utilizar; deberá imprimirse también cada vez que el Notario autorice una
escritura, acta, testimonio o certificación.
El sello se imprimirá en el ángulo superior izquierdo del anverso de cada folio que
se vaya a utilizar; deberá imprimirse también cada vez que el Notario autorice una
escritura, acta, testimonio o certificación.
Artículo 78.- En todos los casos en los que se deje de utilizar definitivamente un
sello, se entregará también a la Dirección para que se destruya. De las diligencias
de entrega y destrucción se levantará un acta por duplicado y un tanto de dicha
acta quedará en poder del Notario, el albacea de su sucesión o el Suplente
Asociado o el Suplente Adscrito del Notario fallecido.
Suplencias.
El Notario titular será suplido en sus faltas temporales o definitivas, por notario
suplente adscrito a su notaria o por el Notario con quien tenga celebrado un
convenio de asociación.
Por ello la ley señala que cuando el Notario Titular no que tenga un notario
suplente adscrito, debe celebrar un convenio de asociación con un notario de
número de la misma demarcación territorial para que lo supla en sus ausencias;
para ello le otorga un plazo de 90 días, sino lo hiciere, la dirección del notariado le
indicará con quien deberá asociarse. El convenio de colaboración se dará e
inscribirá en la dirección del notariado, deberá darse a conocer a la colegio de
notarios y se publicará en el periódico Oficial.
Debemos ser claros en señalar que sólo en las ausencias temporales del notario
titular debidamente notificadas a la dirección del notariado, podrán actuar en
notario suplente asignado o el notario asociado, y lo harán con las mismas
facultades, derechos y obligaciones que el notario titular, por lo que actuara en su
protocolo y su forma será completamente valida, salvo en los casos en que no se
dé el citado aviso a la dirección, en cuyo caso los actos celebrados por el notario
suplente adscrito o el notario asociado, serán nulos.
47
protocolo del notario titular suspendido, pero solo para finalizar con los
instrumentos en trámite.
Los notarios podrán separarse del ejercicio de sus funciones hasta por treinta días
hábiles renunciables, consecutivos o alternados, cada seis meses, previo aviso
que por escrito den a la Dirección del notariado. Así mismo, podrán solicitar de la
Secretaría, licencia para separarse del ejercicio de sus funciones hasta por el
término de un año; y no se le otorgará nueva licencia sino hubiere actuado
ininterrumpidamente por seis meses a partir del vencimiento de la anterior licencia.
Transcurrido los términos de la licencia o avisos a los que se hicieron referencia
en los párrafos anteriores, el Notario deberá renunciar a sus funciones de
inmediato.
I. Por dictarse en su contra auto de formal prisión por delitos intencionales contra
el patrimonio de las personas, hasta en tanto no cause ejecutoria la sentencia que
lo absuelva o se le perdone;
III. Por así ser sancionado por la Secretaría y dicha sanción cause estado; y
48
IV. Por las demás que procedieran conforme a las leyes.
Son causas de cesación del ejercicio de la función notarial y del cargo de Notario:
IV. Haberse demostrado ante la autoridad competente, que tras haber cumplido 80
ochenta años de edad, y por esta circunstancia, el Notario respectivo no pueda
seguir desempeñando sus funciones;
VI. No iniciar o reiniciar sus funciones en los plazos establecidos por esta Ley;
Los Oficiales o Jueces del Registro Civil o los agentes del Ministerio Público que
tengan conocimiento del deceso de un Notario lo comunicarán inmediatamente a
la Dirección.
El Notario que vaya a actuar en el protocolo de una notaría que haya quedado
vacante, recibirá de la Dirección, por inventario, todos los documentos a que se
refiere el artículo 199, que por ley no deban permanecer en la Dirección, para
continuar su utilización y trámite. De la entrega se levantará y firmará por triplicado
un acta y se entregará un respectivo tanto a la autoridad competente, y al Notario
que reciba y el otro tanto se remitirá al Colegio.
Prohibiciones.
Primeramente, debemos recalcar que el ejercicio de la función notarial es
incompatible con toda restricción de la libertad personal, de las facultades de
apreciación y de expresión. Igualmente, el ejercicio del oficio notarial es
incompatible con toda dependencia a empleo, cargo o comisión público o privado,
y con el ejercicio de la profesión de abogado en asuntos en que haya contienda. El
Notario tampoco podrá ser comerciante, comisionista, ministro de culto o agente
económico de cualquier clase en términos de las leyes respectivas.
50
No obstante, los notarios si pueden aceptar y desempeñar cargos académicos y
docentes, de dirección de carrera o de institución académica, de beneficencia
pública o privada, de colaboración ciudadana y los que desempeñe gratuitamente
a personas morales con fines no lucrativos. Representar a su cónyuge,
ascendientes o descendientes por consanguinidad o afinidad y hermanos; ser
tutor, curador y albacea; desempeñar el cargo de miembro del consejo de
administración, comisario o secretario de sociedades o asociaciones; resolver
consultas jurídicas objetivamente y ser consultor jurídico emitiendo dictámenes
objetivos; ser arbitro o secretario en juicio arbitral; ser mediador jurídico; ser
mediador o conciliador; intervenir, patrocinar y representar los interesados en los
procedimientos judiciales en los que no haya contienda entre particulares, así
como en trámites y procedimientos administrativos; así como aquellas actividades
que no causen conflicto ni dependencia que afecten su dación de fe y asesoría
imparcial.
Dentro de las prohibiciones que la ley impone a los notarios se encuentra en las
leyes es la de que no pueden ejercer sus funciones notariales fuera del ámbito
territorial de la entidad, ni fuera de su demarcación notarial de su adscripción, que
en el caso de Nayarit son cinco.
V. Dar fe de actos, hechos o situaciones con respecto a los cuales haya actuado
previamente como abogado;
El Notario que deje de serlo, quedará impedido para intervenir como abogado en
los litigios relacionados con la validez o nulidad de los instrumentos otorgados
ante su fe o de sus asociados o suplentes que hayan autorizado el instrumento,
salvo que se trate de derecho propio para actuar procesalmente.
52
Del protocolo
Esta palabra viene de la voz griega protos que significa primero en su línea; y de
la latina collium Q. collatio que significa comparación o cotejo. Entre los romanos,
protocollum era lo que estaba escrito a la cabeza del papel, donde solía ponerse el
tiempo de su fabricación, fabricación, pero entre nosotros protocolo tiene tres
significados, pues se llama así al minutario en que el escribano anota brevemente
la substancia de un acto o contrato; la escritura matriz que el escribano extiende
con arreglo a derecho en un libro encuadernado de pliego entero; y este mismo
libro o registro en que el escribano extiende las escrituras matrices a medida que
se van otorgando. Esta última significación es la que se halla más en uso; y así se
entiende por protocolo el libro encuadernado de pliego de papel entero, en que el
escribano pone y guarda por su orden las escrituras o instrumentos que pasan
ante él, para sacar y dar en cualquier tiempo las copias que necesiten los
interesados y confrontar y comprobar las que ya se hubieren dado en caso de
dudarse de la verdad de su contenido.
Como doctrina general del protocolo, es de afirmarse que hay interés en que los
instrumentos originales que deben quedar en poder del notario se conserven de
una manera metódica y ordenada, a fin de que siempre sea fácil la busca de
documentos y la expedición de copias; al conjunto de todos los documentos
correspondientes a un período determinado se denomina protocolo, que la ley
define como: «La colección ordenada de las escrituras matrices autorizadas
durante un año».
53
Así pues, aparte de la finalidad que cumple primordialmente, y para la cual ha sido
instruido: la permanencia documental de las relaciones jurídicas, el protocolo
realiza otros destinos accesorios, pero sumamente importantes, referentes a la
autenticidad, a la publicidad y a la ejecutoriedad de los derechos.
B).- Protocolo especial. El uso de este protocolo se restringe de acuerdo con las
siguientes disposiciones: En la legislación notarial del D.F., los notarios llevarán un
protocolo especial para actos y contratos en que intervengan las autoridades del
54
Distrito Federal, con sus respectivos apéndices e Índices de instrumentos, el cual
tendrá las mismas características que se señalan para esta sección.
Los instrumentos, libros, apéndices que integren el protocolo especial, deberán ser
numerados en forma progresiva e independiente de la que corresponda al
protocolo ordinario, y en cada caso se antepondrán al número las siglas P.E.
Hay que destacar que cada uno de los protocolos, ordinario y especial, llevan una
numeración independiente uno de otro en cuanto a numeración de libros y
numeración de instrumentos. Además, cada protocolo debe llevar un libro de
apéndice, que forma parte de éste.
C).- Protocolo del patrimonio inmueble federal. Es utilizado sólo por notarios
habilitados por el Estado especialmente para ello. Este protocolo también será
formado por folios y contendrá las características del protocolo ordinario.
Los notarios del patrimonio inmueble federal llevan un protocolo especial para los
actos jurídicos de este ramo, con sus respectivos apéndices e índices de
instrumentos y los demás requisitos que la ley exija para la validez de los actos
notariales. Estos protocolos especiales serán autorizados por las autoridades
locales competentes y por la Secretaría de Desarrollo Social. A partir de 1995, las
atribuciones sobre. El patrimonio inmueble federal corresponden a la Secretaría de
55
la Contraloría y Desarrollo Administrativo, según las disposiciones de la Ley
Orgánica de la Administración Pública Federal.
Normas aplicables al protocolo. El notario no podrá autorizar acto alguno sin que
lo haga constar en su protocolo y sin que observe el procedimiento establecido al
efecto.
Los notarios deberán solicitar al Ejecutivo la autorización del número de libros (en
el caso de protocolos de estilo cerrado) que pasarán a formar parte del protocolo a
su cargo, no pudiendo autorizársele más de diez libros en cada ocasión.
Los libros del protocolo deberán estar siempre en la notaría, salvo en los casos
expresamente permitidos por las leyes notariales, o cuando haya necesidad de
recoger las firmas de quienes no puedan asistir a la notaría.
Si alguna autoridad con facultades legales ordena inspección de uno o más libros
del protocolo, el acto se efectuará en la misma oficina del notario y en presencia
de éste.
En el caso del Distrito Federal, cuya tendencia ya se está adoptando por las
demás entidades federativas, el protocolo debe llenar las formalidades siguientes:
I).- Los folios que integren el protocolo deben estar numerados y sellados; deben
utilizarse en forma progresiva por ambas caras y los instrumentos que se asienten
en ellos se ordenarán en forma sucesiva y cronológica por el notario y se
encuadernarán en libros que se integrarán por 200 folios, excepto cuando el
notario deba asentar un instrumento con el cual rebasare ese número, en cuyo
caso podrá dar por terminado el libro sin asentar dicho instrumento iniciando con
éste el siguiente libro.
56
III).- Restricción a la salida del protocolo. Todos los folios y libros que integren el
protocolo deberán estar siempre en la notaría, salvo en los casos expresamente
permitidos por la ley, o cuando el notario recabe firmas fuera de ella. En el caso de
que un libro de protocolo ya se encuentre en el Archivo General de Notarías, la
inspección se llevará a cabo en el Archivo, previa citación del respectivo notario.
VI.- Forma de impresión. Para asentar las escrituras y actas en los folios, deberán
utilizarse procedimientos de escritura o impresión que sean firmes, indelebles y
legibles. La parte utilizable del folio deberá aprovecharse al máximo, no debiendo
dejarse espacios en blanco y las líneas que se impriman deberán estar a igual
distancia unas de otras.
Cuando se inutilice un folio se cruzará con líneas de tinta, y se colocará al final del
respectivo instrumento.
El notario debe llevar ahora cada juego, mismo que deberá ser forzosamente
constituido por una decena de libros, y la razón de cierre debe ponerse una sola
vez al final de cada decena.
D.- Libro de registro de cotejos. Este libro es una innovación, introducida a partir
de la reforma a la Ley del Notariado para el Distrito Federal, del 6 de enero de
1994, que se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el cual es un avance en
la técnica notarial, pues evita ocupar espacios en los folios para los cotejos. Según
el licenciado Bernardo Pérez Fernández del Castillo, «cotejar un documento es
compararlo con su original y después de confrontarlo, certifica que son iguales.
Por medio del cotejo, el notario determina si la copia que se le presenta concuerda
o no con su original».
El cotejo deja de ser acta a partir de la reforma a la Ley Notarial del Distrito
Federal, la cual dispone que el libro de registro de cotejos y sus respectivos
apéndices deben regirse por las siguientes reglas:
II.- Las autoridades del Distrito Federal determinarán las características que deban
reunir los libros de registro de cotejos, siguiéndose las mismas reglas de los libros
58
de protocolo en cuanto a su razón de apertura y cierre de los libros de registro de
cotejos.
III- Cada registro deberá contener el número progresivo que le corresponda, la
fecha en que se efectúa, el nombre del solicitante, el señalamiento de si es por sí
o por otro, con mención del nombre o denominación de éste en su caso; el número
de documentos exhibidos, el número de copias cotejadas de cada documento.
Entre registro y registro, dentro de una misma página, se imprimirá una línea de
tinta indeleble que abarque todo lo ancho de aquella a fin de distinguir uno del
otro.
IV- El notario certificará, con su sello y firma, la copia o copias cotejadas, haciendo
constar en ellas que son fiel reproducción de su original o copia certificada que
tuvo a la vista, así como el número y fecha de registro que le corresponda.
E).- Apéndices. Según lo establecen las leyes notariales, para cada libro de su
protocolo, el notario deberá llevar una carpeta denominada «Apéndice» en la que
se depositarán los documentos a que se refieren los instrumentos, y que formarán
parte integral del protocolo.
59
I.- Cuando éste forma parte de la misma escritura, lo cual es aplicable cuando se
compone de un extracto contenido en el protocolo, con los elementos esenciales
del acto jurídico, que consta generalmente de un clausulado natural y accidental,
contenido en un documento enviado al apéndice firmado por las partes y el
notario.
En sí, rige esta obligación en forma idéntica a los libros del protocolo, ya que éstos
y sus apéndices constituyen una unidad, formando ambos el protocolo notarial, en
compañía de los índices.
Los instrumentos, libros y apéndices que integren el protocolo especial deben ser
numerados en forma progresiva e independiente de la que corresponde al
protocolo ordinario, y en cada caso se anteponen en el instrumento las siglas P.E.
VII.- Los datos de los trámites administrativos que el notario juzgue conveniente
asentar (por ejemplo, que se encuentra pendiente la orden de inscripción por parte
de la Comisión Nacional de Valores, etcétera).
Toda actividad notarial está dirigida a autorizar actos jurídicos, o bien a asentar
comprobación de hechos jurídicos; es decir, actos voluntarios lícitos que tienen
como fin inmediato establecer o extinguir relaciones jurídicas, o meramente
comprobar la existencia de acontecimientos susceptibles de producir efectos
jurídicos.
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De aquí se deduce una base para hacer la distinción de las escrituras y las actas,
ya que el acto jurídico o negocio jurídico es el que constituye la materia de las
escrituras, mientras que los hechos son fundadamente el contenido de las actas
notariales.
Las leyes del notariado mexicano definen lo que es escritura diciendo que es «el
original que el notario asienta en el libro autorizado, conforme a los cánones del
ordenamiento legal, para hacer constar un acto jurídico y que contenga las firmas
de los comparecientes y la firma y sello del notario».
El documento deberá llenar todas y cada una de las formalidades que indica la
propia Ley del Notariado; será firmado en cada una de sus hojas y al final por los
comparecientes y el notario, llevará el sello de la notaría y se agregará al apéndice
con sus anexos, haciéndose las anotaciones marginales en el libro de protocolo.
La Ley del Notariado del Distrito Federal, dispone que el notario no podrá autorizar
acto alguno sin que lo haga constar en los folios que forman el protocolo, salvo los
que deban constar en los libros de registro de cotejos.
El documento deberá llenar todas las formalidades de ley y ser firmado por los
comparecientes y el notario; llevar el sello de la notaría y agregarse al apéndice
con sus anexos.
Las escrituras se asentarán con letra clara, sin abreviaturas, salvo el caso de
inserción de documentos, y sin guarismos, a no ser que misma cantidad aparezca
con letras; los blancos y huecos, si los hubiere, se cubrirán con líneas de tinta
antes de que se firme la escritura. Las palabras, letras o signos que se hayan de
testar, se cruzarán con una línea que las deje legibles; puede entrerrenglonarse lo
que se deba agregar. Al final de la escritura se salvará lo testado o
entrerrenglonado y se hará constar lo que vale y lo que no vale y se especificará
en número de palabras, letras y signos testados y el de los entrerrenglonados.
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Toda escritura debe contener un proemio y los capítulos correspondientes a
antecedentes y declaraciones, cláusulas, representación o personalidad;
certificaciones generales, fecha de otorgamiento y autorización. Puede variar el
orden de estas partes, de un estilo a otro de redactar, pero es menester que todas
se encuentren presentes en el instrumento.
Las leyes del notariado mexicano disponen que el notario redacta las escrituras en
castellano observando las siguientes reglas: mencionando lugar y fecha en que se
extienda la escritura; su nombre y el número de la notaría, así como la hora en los
casos en que la ley lo prevenga.
Partes en la escritura.
En sentido formal, también se encuentran los testigos, que pueden ser personas
que asisten para firmar en nombre de los comparecientes que no saben o no
pueden hacerlo, a quienes en la práctica se les llama testigo que firma a ruego, o
son personas que forman parte de la propia escritura (testigos instrumentales).
Intervienen, además, el o los asistentes, que pueden ser intérpretes, en los casos
en que el otorgante ignore el idioma castellano, o lectores del instrumento que
auxilian a los otorgantes que sufren alguna discapacidad.
Por último están los representantes, que son quienes actúan en representación de
una persona física o moral; en este caso, el notario debe dejar acreditada la
personalidad de quien comparezca en representación en nombre de otro,
agregando al apéndice debidamente cotejado el documento con el que se
acreditan.
1.- Por la certificación que haga el notario de que los conoce personalmente.
2.- Con algún documento oficial, como una tarjeta de identificación, credencial de
elector, licencia de manejo de vehículo u otro documento en el que aparezca la
fotografía, nombre y apellidos de la persona de que se trate.
Antecedentes y declaraciones.
64
corresponden. La adición podrá ser hecha si se funda en una resolución jurídica
de carácter judicial.
• Designar con precisión las cosas que sean objeto del acto, de tal modo que no
puedan confundirse con otras y si se tratare de bienes inmuebles, determinar su
naturaleza, ubicación y colindancias o linderos, así como sus dimensiones y
extensión superficial.
Para otorgar una escritura relativa a bienes inmuebles, el notario debe exigir a la
parte interesada el título o títulos respectivos que acrediten su propiedad, así
como los antecedentes necesarios para justificarla.
Cláusulas.
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Estas constituyen la parte formal más importante de la escritura. El clausulado del
contrato es el elemento medular del mismo porque en él se concreta su objeto, se
especifica lo deseado por las partes, se establece la finalidad económica del
contrato y se satisfacen las necesidades jurídicas de los contratantes. En esta
parte de la escritura se determina la expresión del consentimiento que recae sobre
el objeto del contrato.
Cláusulas esenciales. Son aquellas sin las cuales el acto jurídico no puede
prosperar, como por ejemplo el consentimiento, el objeto de éste, el precio de la
cosa vendida.
Cláusulas fiscales. Son de carácter forzoso en las escrituras públicas, siendo las
siguientes:
I.- Las referentes al valor del suelo, en las que se señalan el pago del impuesto al
valor agregado (IVA) por enajenación de inmuebles.
66
II.- Las referentes a la reglamentación de la Ley del Impuesto al Valor Agregado,
en la cual dispone que los notarios ... quedan relevados de la obligación de
efectuar el cálculo y entero del impuesto en la enajenación de inmuebles,
debiendo prestar declaraciones del ejercicio de este impuesto."
IV.- En las enajenaciones de inmuebles, por personas físicas morales que sean
contribuyentes menores, los notarios, por Ley, deberán efectuar el cálculo y entero
del Impuesto Sobre la Renta."
Todo ello con el fin de establecer los datos necesarios que puedan servir para
distinguir a una persona de otra, señalando los principales atributos de la
personalidad como son el nombre, la nacionalidad, el domicilio, el estado civil y la
67
capacidad de ejercicio en razón del cumplimiento de determinada edad o
requisitos.
• A compilar los documentos de los que deba hacerse la inserción a la letra, los
que deben agregarse al apéndice.
Para que se otorgue una escritura relativa a bienes inmuebles, el notario debe
exigir a la parte interesada el título o títulos respectivos que acrediten la propiedad
y los antecedentes necesarios para justificarla.
Certificaciones.
b) Que les fue leída la escritura a los comparecientes, a los testigos e intérpretes,
en su caso, o que lo leyeron por ellos mismos.
68
e) La fecha o fechas en que se firma la escritura por los comparecientes o por la
persona o personas elegidas por ellos y por los testigos e intérpretes si los
hubiere, y
f) Los hechos que presencie el notario y que sean integrantes del acto que
autorice, como entrega de dinero o de títulos y otros.
b) Sello de autorizar.
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partes, y cuando todos lo hayan firmado, imprimirá además su sello, con todo lo
cual quedará autorizado preventivamente.
Cuando la escritura haya sido firmada por todos los comparecientes y no exista
impedimento para su autorización definitiva, el notario podrá hacerlo de inmediato,
sin necesidad de la autorización preventiva.
70
2.- Dar firmeza, seguridad jurídica y confianza a los pactos contraídos.
8.- Servir como prueba plena, que vale por sí sola, del contrato o negocio que
constituye su contenido, lo que sólo se desvirtúa por la querella de falsedad.
El acta, otro documento notarial que es materia de una porción muy grande en la
actividad notarial, está confeccionada para contener la certificación que hace el
notario, de oído y de vista, de hechos materiales o jurídicos específicos.
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Algunos tratadistas definen al acta notarial como el documento que contiene la
descripción de los hechos jurídicos y materiales. La doctrina clasifica a las actas,
considerando su contenido.
Las leyes notariales no agotan todos los hechos que son motivos de la misma; sin
embargo, enumeran de algunos de ellos: notificaciones, interpelaciones,
requerimientos, protestos de documentos mercantiles, la existencia de identidad,
capacidad legal y comprobación de firmas de personas identificadas por el notario;
hechos materiales, como el deterioro en una finca por construcción de otra en
terreno contiguo o próximo a la primera; cotejo de documentos; la existencia y
detalles de planos, fotografías y otros documentos; entrega de documentos, y en
general toda clase de hechos, abstenciones, estados y situaciones que guarden
las personas y cosas que pueden ser apreciadas objetivamente, así como otras
diligencias en las que pueda tener intervención el notario según las leyes.
El notario autorizará el acta aun cuando no haya sido firmado por el solicitante de
la diligencia y demás personas que intervengan, dentro de los respectivos plazos
que para ello le señale la Ley.
La nulidad de las actas, según las leyes notariales, podrán tener lugar por las
siguientes causas:
II. Si no le está permitido por la ley autorizar el acto o hecho materia del acta.
III. Si fuera otorgada por las partes o autorizada por el notario fuera de su
demarcación territorial.
V. Si no está firmada por todos los que deben firmarla, según la Ley Notarial, o no
contiene la mención exigida a falta de firma.
VI. Si está autorizada con la firma y sello del notario cuando debiera tener la razón
de «no pasó», o cuando la escritura o el acta no estén autorizadas con la firma y
sello del notario, y
VII. Si falta algún otro requisito que produzca la nulidad del instrumento por
disposición expresa de la ley.
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En tanto no se declare judicialmente la falsedad o nulidad de una escritura, las
actas y testimonios serán prueba plena de que los comparecientes manifestaron
su voluntad de celebrar el acto consignado en el instrumento; que hicieron las
declaraciones y se realizaron los hechos de los que el notario dio fe, y que se
observaron las formalidades correspondientes. Como prueba se debe ofrecer
como instrumento o documento público, si es que reúne todos los requisitos y
formalismos que se prevén para un instrumento notarial.
El acta es, pues, otra de las funciones que ejerce con mucha amplitud el notario
público, y que constantemente se le presenta en su quehacer profesional, dando
fe y levantando las actas de hechos y actos jurídicos que les son solicitados por
los comparecientes.
DE LOS TESTIMONIOS
Las hojas del testimonio tendrán las mismas dimensiones que las del protocolo, y
llevarán a cada lado un margen de una octava parte de la hoja, la cual contendrá,
como máximo, cuarenta renglones.
Cuando para el ejercicio de alguna acción sea necesaria la exhibición del primer
testimonio de la escritura pública, en caso de extravío, pérdida o destrucción de
aquél, se podrá obtener su reposición exclusivamente por mandato judicial,
mediante el procedimiento legal. En el nuevo ejemplar del primer testimonio que
en este caso se expida por el notario, o por el director del notariado si los libros se
hallan en el Archivo General de Notarías, deberá insertarse el mandamiento que
haya autorizado su expedición, así como el auto que lo haya declarado
ejecutoriado o, en su caso, constancia del Supremo Tribunal de Justicia de que
una vez transcurrido el término para el amparo, no se promovió este juicio contra
la resolución de segunda Instancia.
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La temática de los congresos es variada, pero siempre está referida a la materia
notarial, como por ejemplo: el notario, sus caracteres, formación profesional,
responsabilidad; principios de organización legal del notariado, gobierno y
disciplina; formas de acceso; la jurisdicción voluntaria; el documento notarial,
eficacia, validez internacional; adaptación al mundo moderno; métodos y
procedimientos técnicos, solidaridad, prospectiva notarial y otros.
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e) Propender a la vinculación de las instituciones adheridas entre sí con fines de
índole jurídica notarial.
La primera organización que afilió a los notarios de la Nueva España fue el Real
Colegio de Escribanos de México, el que se constituyó por Cédula Real expedida
por Carlos IV el 19 de junio de 1792.
V.- Resolver las consultas escritas que les formulen los notarios, las autoridades y
los particulares.
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nacional del notariado mexicano, como una adecuada comunicación y
actualización profesional entre todos los notarios del país.
X.- Editar una revista de derecho notarial de carácter nacional, así como toda
clase de publicaciones destinadas a difundir las obras, estudios, trabajos e
informes relacionados con la función notarial.
El decreto N° 5852, que fue publicado en el Periódico Oficial, Órgano del Gobierno
del Estado de Nayarit con fecha 4 de diciembre de 1976, y en el que se promulga
la Ley del Notariado para el Estado de Nayarit, en el Título V, Capítulo Primero, de
los artículos 137 al 163, se contienen los primeros Estatutos del Colegio de
Notarios del Estado de Nayarit que agrupa a todos los notarios de la entidad.
Estos estatutos, además de ser los primeros que crean al Colegio de Notarios en
la entidad, se distinguieron por haber establecido los primeros lineamientos y
principios para fomentar la función, ejercicio y superación del notariado nayarita;
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asimismo determinaron cómo se integraría el Consejo Directivo del Colegio, y las
funciones que deberían ejercer cada uno de sus integrantes.
Los estatutos del Colegio de Notarios del Estado de Nayarit fueron aprobados en
asamblea plenaria celebrada el día 12 de septiembre de 1987. En ellos se
establece que el Colegio estará dirigido por un Consejo Directivo, integrado por un
Presidente, un Secretario y un Tesorero, y vocales que tendrán el orden de su
designación. Asimismo se faculta para que la asamblea designe las comisiones
que sean necesarias en las diversas áreas de trabajo, como son: la de relaciones
públicas, actividades académicas y sociales; difusión y publicidad; estudios
jurídicos y de investigación.
a) Procurar, mediante el ejercicio de las acciones y por los medios legales que
juzgue pertinentes, el cumplimiento de las normas legales que regulan el ejercicio
de la fe pública y los principios doctrinarios relativos, velando por la dignificación
de la institución del notariado latino.
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d) Llevar un registro de nombramiento, sello y firma de los notarios designados, de
acuerdo con el artículo 19, fracción II de la Ley; recibir la propuesta a que se
refiere la fracción III del mismo artículo, cuidando del cumplimiento de las
formalidades y solemnidades propias de dichos actos y expedir al interesado la
constancia respectiva, así como la de su admisión formal al Colegio.
En la misma forma, los estatutos vigentes determinan las facultades y deberes que
tienen el Presidente, el Secretario y el Tesorero del Colegio.
La Unión Internacional del Notariado Latino, las asociaciones y los colegios han
respondido invariablemente a una necesidad de unión, defensa y elevación de sus
asociados, y han servido como medio eficaz para preservar y fomentar los valores
notariales, que coadyuvan a la dignificación del derecho notarial y a la superación
de los notarios.
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Esta preocupación ha destacado en los gremios notariales, y se ha visto que
siempre han permanecido unidos porque algunos tienen orígenes antiguos y de
noble tradición.
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Consulta
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