La Rosacea
La Rosacea
La Rosacea
Con todo ello, la rosácea es una enfermedad crónica de la piel que no tiene una cura
definitiva; cualquier persona puede padecer rosácea independientemente de sus
características, pero se pueden identificar ciertos grupos de individuos que tienen una
susceptibilidad especial para padecer la enfermedad: adultos jóvenes, habitualmente entre los
30 y 50 años de edad, de piel clara, a veces también el pelo rubio y los ojos claros.
Posibles Causas
Herencia familiar: los antecedentes familiares aumenten las probabilidades de sufrir
rosácea, hace sospechar que la enfermedad debe tener una base genética aún no descubierta.
Infección cutánea: la rosácea se ha relacionado con el Demodex folliculorum, un
ácaro que coloniza la piel de la cara habitualmente.
Alteración del sistema inmunológico: las defensas celulares de nuestro cuerpo están
exaltadas en los pacientes que sufren rosácea, de manera que la inflamación cutánea de la
cara persiste en el tiempo y es más intensa de lo habitual.
Exposición a la luz del sol: la radiación ultravioleta desencadena brotes de rosácea y
la empeora hasta en el 30% de los casos.
Aumento del flujo sanguíneo: los vasos sanguíneos de nuestro cuerpo regulan la
cantidad de sangre que pasa a la piel dilatándose o contrayéndose. En el caso de la rosácea la
vasodilatación vascular se descontrola, por eso se desencadena en ambientes calurosos, tras
realizar ejercicio físico, al beber alcohol y al comer comidas picantes o calientes.
Signos y sintomas
Enrojecimiento facial: La rosácea generalmente causa un enrojecimiento persistente
en la parte central de la cara. Los pequeños vasos sanguíneos de la nariz y las mejillas a
menudo se hinchan y se hacen visibles.
Protuberancias rojas e inflamadas: Las personas con rosácea desarrollan lesiones en
la cara que se parecen al acné, estas pueden contener pus. La piel puede sentirse caliente y
sensible.
Problemas oculares: Las personas con rosácea pueden presentar ojos secos, irritados
e hinchados y párpados rojos e hinchados, conocida como rosácea ocular. En algunas
personas, los síntomas oculares preceden a los síntomas cutáneos.
Nariz agrandada: Con el tiempo, la rosácea puede engrosar la piel de la nariz, y hacer
que esta parezca bulbosa (rinofima). Esto sucede con mayor frecuencia en hombres que en
mujeres.
Tipos de rosácea
Rosácea eritematosa-telangiectásica (Tipo 1)
Aparece como enrojecimiento del centro de la cara, nariz y mejillas, que puede
aparecer de manera brusca.
La piel suele estar muy inflamada y especialmente sensible al tacto, de hecho puede
doler y es frecuente que la persona que lo sufra sienta una sensación de ardor de la zona.
En los brotes, y entre ellos, se pueden ver pequeños vasos sanguíneos dilatados en
forma de arañas vasculares o telangiectasias.
Cuando la piel está estable entre brote y brote presenta sequedad y persiste el
enrojecimiento. También la conocemos como cuperosis.
La piel tiene un aspecto tosco, se aprecian los poros muy dilatados, se pueden ver
arañas vasculares rotas y suele tener un brillo superficial graso.
Al tacto, la piel está rugosa y se palpan bultos internos, por la fibrosis irregular.
La región donde aparece con más frecuencia es en la nariz, en ese caso se denominaría
rinofima, pero también puede presentarse en las orejas (otofima), frente (metofima),
barbilla (gnatofima) o párpados (blefarofima).
Casi todos los casos de este tipo de rosácea se dan en varones.
Rosácea fulminante
Acostumbra a aparecer en mujeres jóvenes de forma brusca.
Se caracteriza por la presencia de mucha inflamación con pústulas y nódulos
internos.
Brota de forma generalizada en la cara y provoca cicatrices permanentes.
Los límites entre este tipo de rosácea y una forma agresiva de acné son muy difusos,
pero en cualquier caso el diagnóstico precoz y el tratamiento rápido mejoran el pronóstico
a largo plazo.
Tratamiento
El tratamiento de la rosácea abarca varias líneas de actuación para conseguir un
control óptimo de los síntomas y procurar la curación de la piel. Es imprescindible la visita
al dermatólogo y posteriormente seguir los consejos de los especialistas en farmacia.
Los puntos más importantes del tratamiento son:
Tratamiento tópico: para la rosácea de leve a moderada, el médico puede recetar una
crema o un gel que se aplica en la piel afectada. La brimonidina (Mirvaso) y la oximetazolina
(Rhofade) reducen el enrojecimiento al estrechar los vasos sanguíneos. Puedes ver los
resultados dentro de las 12 horas después de su uso. El efecto sobre los vasos sanguíneos es
temporal, por lo que la medicación debe aplicarse regularmente para mantener las mejoras.
Otros productos tópicos tienen menos efecto sobre el enrojecimiento, pero ayudan a
controlar los granos de la rosácea leve. Estos medicamentos incluyen ácido azelaico (Azelex,
Finacea), metronidazol (Metrogel, Noritate, otros) e ivermectina (Soolantra). Con el ácido
azelaico y el metronidazol, las mejoras notables generalmente no aparecen hasta dentro de
dos a seis semanas. La ivermectina puede tomar incluso más tiempo para mejorar la piel,
pero resulta en una remisión más prolongada que el metronidazol.
Medidas preventivas
La rosácea no es una enfermedad que se pueda prevenir, del mismo modo que tampoco
se puede eliminar completamente. Aparece por primera vez y desaparece completamente
por causas no del todo conocidas, y suele durar varios años.
Algunas de las medidas para prevenir los brotes de rosácea son:
Complicaciones
En la nariz puede causar rinofima, es decir, hipertrofia de la nariz.
También puede producir metofima, inflamación e hipertrofia de la almohadilla de la
frente.
Inflamación de los párpados o blefarofima.
Otofima, es decir, inflamación de los lóbulos auriculares.
Gnatofima o inflamación del mentón.
Caso clinico