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Ley 27/2003, de 31 de Julio, Reguladora de La Orden de Protección de Las Víctimas de La Violencia Doméstica

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LEGISLACIÓN CONSOLIDADA

Ley 27/2003, de 31 de julio, reguladora de la Orden de protección de


las víctimas de la violencia doméstica.

Jefatura del Estado


«BOE» núm. 183, de 1 de agosto de 2003
Referencia: BOE-A-2003-15411

ÍNDICE

Preámbulo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2

Artículos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

Artículo primero.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

Artículo segundo.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

Disposiciones adicionales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

Disposición adicional primera.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

Disposición adicional segunda.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

Disposiciones finales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

Disposición final única.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
LEGISLACIÓN CONSOLIDADA

TEXTO CONSOLIDADO
Última modificación: sin modificaciones

JUAN CARLOS I REY DE ESPAÑA


A todos los que la presente vieren y entendieren.
Sabed: Que las Cortes Generales han aprobado y Yo vengo en sancionar la siguiente
ley.

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

I
La violencia ejercida en el entorno familiar y, en particular, la violencia de género
constituye un grave problema de nuestra sociedad que exige una respuesta global y
coordinada por parte de todos los poderes públicos. La situación que originan estas formas
de violencia trasciende el ámbito meramente doméstico para convertirse en una lacra que
afecta e involucra a toda la ciudadanía. Resulta imprescindible por ello arbitrar nuevos y más
eficaces instrumentos jurídicos, bien articulados técnicamente, que atajen desde el inicio
cualquier conducta que en el futuro pueda degenerar en hechos aún más graves. Es
necesaria, en suma, una acción integral y coordinada que aúne tanto las medidas cautelares
penales sobre el agresor, esto es, aquellas orientadas a impedir la realización de nuevos
actos violentos, como las medidas protectoras de índole civil y social que eviten el
desamparo de las víctimas de la violencia doméstica y den respuesta a su situación de
especial vulnerabilidad.
Con este propósito, el pasado 22 de octubre de 2002 el Pleno del Congreso de los
Diputados acordó crear en el seno de la Comisión de Política Social y Empleo una
subcomisión con el fin de "... formular medidas legislativas que den una respuesta integral
frente a la violencia de género...". Entre las conclusiones más relevantes de esta
subcomisión, destaca precisamente la propuesta, respaldada por el Ministerio de Justicia, de
creación y regulación de un nuevo instrumento denominado orden de protección a las
víctimas de la violencia doméstica.
Esta iniciativa responde a una inquietud que se ha venido manifestando en diversos
documentos e informes de expertos, tanto nacionales (Consejo General del Poder Judicial,
Instituto de la Mujer, Fiscalía General del Estado, etc.), como de organismos
supranacionales (ONU, Consejo de Europa, instituciones de la UE). Dicha inquietud fue
formulada por las Cortes Generales como "... la necesidad de una respuesta integral, la
coordinación como prioridad absoluta... en el reciente informe de la ponencia constituida en
el seno de la Comisión Mixta de Derechos de la Mujer, que han hecho suyo los Plenos del
Congreso de los Diputados y del Senado. Con esta ley se viene a dar cumplimiento a este
mandato unánime de las Cortes Generales.

II
La orden de protección a las víctimas de la violencia doméstica unifica los distintos
instrumentos de amparo y tutela a las víctimas de estos delitos y faltas. Pretende que a
través de un rápido y sencillo procedimiento judicial, sustanciado ante el juzgado de
instrucción, pueda obtener la víctima un estatuto integral de protección que concentre de
forma coordinada una acción cautelar de naturaleza civil y penal. Esto es, una misma
resolución judicial que incorpore conjuntamente tanto las medidas restrictivas de la libertad
de movimientos del agresor para impedir su nueva aproximación a la víctima, como las
orientadas a proporcionar seguridad, estabilidad y protección jurídica a la persona agredida y
a su familia, sin necesidad de esperar a la formalización del correspondiente proceso
matrimonial civil. La orden judicial de protección supondrá, a su vez, que las distintas
Administraciones públicas, estatal, autonómica y local, activen inmediatamente los

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LEGISLACIÓN CONSOLIDADA

instrumentos de protección social establecidos en sus respectivos sistemas jurídicos. En ello


consiste, precisamente, su elemento más innovador.
Con el fin de hacer efectivas las medidas incorporadas a la orden de protección, se ha
diseñado un procedimiento especialmente sencillo, accesible a todas las víctimas de la
violencia doméstica, de modo que tanto éstas como sus representantes legales o las
personas de su entorno familiar más inmediato puedan solicitarla sin formalismos técnicos o
costes añadidos. Asimismo, la nueva orden de protección se ha de poder obtener de forma
rápida, ya que no habrá una protección real a la víctima si aquélla no es activada con la
máxima celeridad. Para ello, continuando en la línea inaugurada por la Ley 38/2002, de 24
de octubre, por la que se regula el procedimiento de enjuiciamiento rápido de determinados
delitos y faltas, la presente regulación se decanta por atribuir la competencia para adoptar la
orden de protección al Juez de Instrucción en funciones de guardia. La decisión judicial
deberá sustanciarse de manera menos perturbadora en el seno del proceso penal en curso,
sea cual fuere su naturaleza y características. A estos efectos se posibilita que la audiencia
judicial del presunto agresor coincida con la comparecencia prevista en el artículo 504 bis 2
de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, cuando ésta fuere procedente por la gravedad de los
hechos o las circunstancias concurrentes, con audiencia prevista en el artículo 798 si se
tratase causas tramitadas con arreglo al procedimiento de enjuiciamiento rápido, o con el
acto del juicio de faltas, en su caso.
Finalmente, la nueva ley da carta de naturaleza al Registro Central para la protección de
las víctimas de la violencia doméstica, al que tendrán acceso inmediato todas las órdenes de
protección dictadas por cualquier juzgado o tribunal y en el que se anotarán, además, los
hechos relevantes a efectos de protección a las víctimas de estos delitos y faltas.

Artículo primero.
Se modifica el artículo 13 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que queda redactado en
los siguientes términos:

«Se consideran como primeras diligencias la de consignar las pruebas del delito
que puedan desaparecer, la de recoger y poner en custodia cuanto conduzca a su
comprobación y a la identificación del delincuente, la de detener, en su caso, a los
presuntos responsables del delito, y la de proteger a los ofendidos o perjudicados por
el mismo, a sus familiares o a otras personas, pudiendo acordarse a tal efecto las
medidas cautelares a las que se refiere el artículo 544 bis o la orden de protección
prevista en el artículo 544 ter de esta ley.»

Artículo segundo.
Se añade un nuevo artículo 544 ter en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, redactado en
los siguientes términos:

«1. El juez de instrucción dictará orden de protección para las víctimas de


violencia doméstica en los casos en que, existiendo indicios fundados de la comisión
de un delito o falta contra la vida, integridad física o moral, libertad sexual, libertad o
seguridad de alguna de las personas mencionadas en el artículo 153 del Código
Penal resulte una situación objetiva de riesgo para la víctima que requiera la
adopción de alguna de las medidas de protección reguladas en este artículo.
2. La orden de protección será acordada por el juez de oficio o a instancia de la
víctima o persona que tenga con ella alguna de las relaciones indicadas en el
apartado anterior, o del Ministerio Fiscal.
Sin perjuicio del deber general de denuncia previsto en el artículo 262 de esta
ley, las entidades u organismos asistenciales, públicos o privados, que tuvieran
conocimiento de alguno de los hechos mencionados en el apartado anterior deberán
ponerlos inmediatamente en conocimiento del juez de guardia o del Ministerio Fiscal
con el fin de que se pueda incoar o instar el procedimiento para la adopción de la
orden de protección.
3. La orden de protección podrá solicitarse directamente ante la autoridad judicial
o el Ministerio Fiscal, o bien ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, las oficinas de
atención a la víctima o los servicios sociales o instituciones asistenciales

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dependientes de las Administraciones públicas. Dicha solicitud habrá de ser remitida


de forma inmediata al juez competente. En caso de suscitarse dudas acerca de la
competencia territorial del juez, deberá iniciar y resolver el procedimiento para la
adopción de la orden de protección el juez ante el que se haya solicitado ésta, sin
perjuicio de remitir con posterioridad las actuaciones a aquel que resulte competente.
Los servicios sociales y las instituciones referidas anteriormente facilitarán a las
víctimas de la violencia doméstica a las que hubieran de prestar asistencia la
solicitud de la orden de protección, poniendo a su disposición con esta finalidad
información, formularios y, en su caso, canales de comunicación telemáticos con la
Administración de Justicia y el Ministerio Fiscal.
4. Recibida la solicitud de orden de protección, el juez de guardia, en los
supuestos mencionados en el apartado 1 de este artículo, convocará a una audiencia
urgente a la víctima o su representante legal, al solicitante y al agresor, asistido, en
su caso, de abogado. Asimismo será convocado el Ministerio Fiscal.
Esta audiencia se podrá sustanciar simultáneamente con la prevista en el artículo
504 bis 2 cuando su convocatoria fuera procedente, con la audiencia regulada en el
artículo 798 en aquellas causas que se tramiten conforme al procedimiento previsto
en el título III del libro IV de esta ley o, en su caso, con el acto del juicio de faltas.
Cuando excepcionalmente no fuese posible celebrar la audiencia durante el servicio
de guardia, el juez ante el que hubiera sido formulada la solicitud la convocará en el
plazo más breve posible. En cualquier caso la audiencia habrá de celebrarse en un
plazo máximo de 72 horas desde la presentación de la solicitud.
Durante la audiencia, el juez de guardia adoptará las medidas oportunas para
evitar la confrontación entre el agresor y la víctima, sus hijos y los restantes
miembros de la familia. A estos efectos dispondrá que su declaración en esta
audiencia se realice por separado.
Celebrada la audiencia, el juez de guardia resolverá mediante auto lo que
proceda sobre la solicitud de la orden de protección, así como sobre el contenido y
vigencia de las medidas que incorpore. Sin perjuicio de ello, el juez de instrucción
podrá adoptar en cualquier momento de la tramitación de la causa las medidas
previstas en el artículo 544 bis.
5. La orden de protección confiere a la víctima de los hechos mencionados en el
apartado 1 un estatuto integral de protección que comprenderá las medidas
cautelares de orden civil y penal contempladas en este artículo y aquellas otras
medidas de asistencia y protección social establecidas en el ordenamiento jurídico.
La orden de protección podrá hacerse valer ante cualquier autoridad y
Administración pública.
6. Las medidas cautelares de carácter penal podrán consistir en cualesquiera de
las previstas en la legislación procesal criminal. Sus requisitos, contenido y vigencia
serán los establecidos con carácter general en esta ley. Se adoptarán por el juez de
instrucción atendiendo a la necesidad de protección integral e inmediata de la
víctima.
7. Las medidas de naturaleza civil deberán ser solicitadas por la víctima o su
representante legal, o bien por el Ministerio Fiscal cuando existan hijos menores o
incapaces, siempre que no hubieran sido previamente acordadas por un órgano del
orden jurisdiccional civil, y sin perjuicio de las medidas previstas en el artículo 158 del
Código Civil. Estas medidas podrán consistir en la atribución del uso y disfrute de la
vivienda familiar, determinar el régimen de custodia, visitas, comunicación y estancia
con los hijos, el régimen de prestación de alimentos, así como cualquier disposición
que se considere oportuna a fin de apartar al menor de un peligro o de evitarle
perjuicios.
Las medidas de carácter civil contenidas en la orden de protección tendrán una
vigencia temporal de 30 días. Si dentro de este plazo fuese incoado a instancia de la
víctima o de su representante legal un proceso de familia ante la jurisdicción civil las
medidas adoptadas permanecerán en vigor durante los treinta días siguientes a la
presentación de la demanda. En este término las medidas deberán ser ratificadas,
modificadas o dejadas sin efecto por el juez de primera instancia que resulte
competente.

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8. La orden de protección será notificada a las partes, y comunicada por el juez


inmediatamente, mediante testimonio íntegro, a la víctima y a las Administraciones
públicas competentes para la adopción de medidas de protección, sean éstas de
seguridad o de asistencia social, jurídica, sanitaria, psicológica o de cualquier otra
índole. A estos efectos se establecerá reglamentariamente un sistema integrado de
coordinación administrativa que garantice la agilidad de estas comunicaciones.
9. La orden de protección implicará el deber de informar permanentemente a la
víctima sobre la situación procesal del imputado así como sobre el alcance y vigencia
de las medidas cautelares adoptadas. En particular, la víctima será informada en
todo momento de la situación penitenciaria del agresor. A estos efectos se dará
cuenta de la orden de protección a la Administración penitenciaria.
10. La orden de protección será inscrita en el Registro Central para la Protección
de las Víctimas de la Violencia Doméstica.
11. En aquellos casos en que durante la tramitación de un procedimiento penal
en curso surja una situación de riesgo para alguna de las personas vinculadas con el
imputado por alguna de las relaciones indicadas en el apartado 1 de este artículo, el
Juez o Tribunal que conozca de la causa podrá acordar la orden de protección de la
víctima con arreglo a lo establecido en los apartados anteriores.»

Disposición adicional primera.


El Gobierno, a propuesta del Ministerio de Justicia, oído el Consejo General del Poder
Judicial y la Agencia de Protección de Datos, dictará las disposiciones reglamentarias
oportunas relativas a la organización del Registro Central para la Protección de las Víctimas
de la Violencia Doméstica, así como al régimen de inscripción y cancelación de sus asientos
y el acceso a la información contenida en el mismo, asegurando en todo caso su
confidencialidad.

Disposición adicional segunda.


El seguimiento de la implantación de esta ley se llevará a cabo por una comisión
integrada por representantes del Consejo General del Poder Judicial, de la Fiscalía General
del Estado, de las profesiones jurídicas y de los Ministerios de Justicia, Interior y Trabajo y
Asuntos Sociales, así como por una representación de las comunidades autónomas y de las
entidades locales.
Corresponderá a esta comisión la elaboración de protocolos de alcance general para la
implantación de la orden de protección regulada en esta ley, así como la adopción de
instrumentos adecuados de coordinación que aseguren la efectividad de las medidas de
protección y de seguridad adoptadas por los jueces y tribunales y las Administraciones
públicas competentes.

Disposición final única.


La presente ley entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el «Boletín Oficial
del Estado».
Por tanto, Mando a todos los españoles, particulares y autoridades, que guarden y hagan
guardar esta ley.
Palma de Mallorca, 31 de julio de 2003.

JUAN CARLOS R.
El Presidente del Gobierno,
JOSÉ MARÍA AZNAR LÓPEZ

Este texto consolidado no tiene valor jurídico.


Más información en info@boe.es

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