MEX526 S2 Neuroliderazgo

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NEUROLIDERAZGO: EL DESAFÍO

DEL LÍDER ACTUAL EN TIEMPOS


DE REFORMAS EDUCATIVAS.
Trujillo, Y.

Trujillo, Y. (Sin Fecha). Neuroliderazgo:


El desafío del líder actual en tiempos de
reformas educativas. Asociación
educar para el desarrollo humano.
Monografía: Curso de Neurociencias
y Liderazgo "Neuroliderazgo"
Alumna: Yerka Trujillo
www.asociacioneducar.com
Mail: [email protected]
Facebook: www.facebook.com/NeurocienciasAsociacionEducar

Neuroliderazgo: El desafío del líder actual


en tiempos de reformas educativas.

“…mantener un sistema estable en educación requiere de una profesión docente


sólida, con personas dispuestas a responder a los políticos y ser responsables de
su propio trabajo". (R. Elmore).

El Neuroliderazgo nos presenta una nueva mirada para abordar el


liderazgo, constituyendo para el líder de hoy un conocimiento que le permitirá
desarrollar sus tareas de una manera más eficaz. El líder de hoy debe comprender
cómo funciona el cerebro, su anatomía y su fisiología.

El Neuroliderazgo “intenta definir la base neuronal del liderazgo y de la


gestión, y estudia los procedimientos del cerebro que explican la conducta
reflejada en el desempeño del individuo, la motivación, la toma de decisiones, la
inteligencia emocional, la forma de relacionarse con otros, la inteligencia y
aprendizaje individual, entre otros aspectos vinculados al mundo organizacional y
del ejercicio del liderazgo”. (Braidot, N. P. 2013).

Por lo tanto el foco del neuroliderazgo será el desarrollo de las capacidades


personales del cerebro. Al respeto Néstor Braidot dice: “Los verdaderos líderes
son quienes tienen el cerebro preparado para decidir sobre la marcha, en el
momento. Ya no hay tiempo para imaginar escenarios porque la velocidad con que
cambian las circunstancias no lo permite. Tampoco hay tiempo para estudiar el
caso y, mucho menos, para aplicar una solución aprendida”.

Ahora bien, cuando se estudia el lóbulo frontal, el cual se define como la


parte más humana del cerebro, donde se realizan las funciones más complejas del
humano, entre ellas las funciones ejecutivas (FE) que son soportadas
principalmente por la corteza prefrontal (Goldberg, 2001), ellas participan en el
control, la regulación y la planeación eficiente de la conducta humana, permitiendo
que los sujetos se involucren exitosamente en conductas independientes,
productivas y útiles para sí mismos (Lezak, Howieson, & Loring, 2004).

Desde este punto de vista de la lateralidad


a nivel frontal, se ha atribuido funciones de
lenguaje a la corteza izquierda y funciones
visuoespaciales a la corteza derecha. Sin
embargo, Goldberg (Goldberg E, 2001) afirma que
esta dicotomía es muy simplista y preconiza el
hecho de que la asimetría es fundamentalmente
para guiar las conductas, bien por
representaciones internas (conocimientos) en el
caso del sistema frontal izquierdo; y externas (ambiente) en los derechos. Por
Tanto, la corteza prefrontal izquierda sería dominante para funcionar en la rutina
diaria, mientras que la derecha sería crucial para afrontar nuevas situaciones.

Por otra parte el líder que estudia el cerebro no puede olvidar su conexión
con las emociones, y es por esto que si tuviéramos que elegir la zona más
significativa, quizá habría que escoger la amígdala: parte del sistema límbico
ubicada en los lóbulos temporales y que es una estructura de mayor tamaño en
los humanos que en nuestros parientes evolutivos más parecidos y que permite
que nuestra variabilidad emocional sea alta y variada. De la amígdala parten
impulsos nerviosos que llegan a regiones cerebrales muy diversas que guardan
relación con importantísimas funciones estrechamente vinculadas a las
emociones: expresiones faciales de miedo, secreción de algunas hormonas,
aumento de las frecuencias cardíaca y respiratoria, etc. En pocas palabras, este
control tiene una misión fundamental: ayudar a crear una conducta adecuada ante
los sucesos que ocurren alrededor. A estos factores emocionales se deben,
precisamente, la mayor parte de las posibilidades de éxito de un proyecto, que
bajo los efectos de una reforma, en este caso educacional, y que puede cambiar el
contexto del trabajo en equipo, ya sea de los docentes y los directivos, en donde el
líder debe encabezar la UCCM (unidad cuerpo cerebro mente).
La amígdala es un importantísimo “nudo”
de comunicaciones cerebrales y es un
controlador de gran parte de la información
sensorial que envía mensajes ante las
situaciones alarmantes o como se ha llegado a
escribir, la amígdala es “una especie de ventana
a través de la cual el sistema límbico, aprecia el
lugar de la persona en el mundo” (Guyton,
1989).

Es por esto que el líder debe tener estas dos aristas de manera muy activa
y desarrollada, no perder esa motivación que conlleva a crear y a explorar nuevos
territorios útiles para el cambio y el crecimiento. El trabajo en conjunto de las
partes del lóbulo frontal más la amígdala (sistema límbico) es un todo para
conseguir un buen desempeño en la sociedad en general, una persona consciente
de sus capacidades y falencias pero que aun así puede influenciar a las personas,
es lo que define a un líder. Fomentar estas capacidades y regular las falencias
tendrán por consiguiente un líder completo, capaz de tomar buenas decisiones,
controlar las emociones, etc. El líder debe trabajar en cada parte del cerebro los
neurotransmisores correspondiente tales como la dopamina (regulación
emociones), la serotonina (eleva el estado de ánimo), las endorfinas (placer) para
generar en él y en cada miembro de su equipo un funcionamiento óptimo en cada
área de trabajo.

Teniendo conciencia de estos aspectos y cómo se pueden mejorar, el líder


puede enfrentar los cambios anticipándose y aceptar de forma positiva cada uno
de ellos si estudia y conoce mejor el cerebro, pues, cuando ya le ha sido asignada
la responsabilidad del liderazgo y la autoridad correspondiente, es tarea de él
lograr las metas trabajando con y mediante sus seguidores y equipo de trabajo. El
líder debe encontrarse inmerso en el mundo de hoy, no bastándole estar solo al
tanto de lo que acontece en la organización, sino que debe considerar los
aspectos sociales y políticos que se manifiestan fuera de ésta.

Tal líder debe ser capaz de entender el porqué de los cambios,


respondiendo a las dudas e inquietudes que se presentan al respecto por parte del
resto del personal, y aportando soluciones a las mismas; haciendo que dichos
empleados se sientan parte de la resolución de los problemas y de la
implementación de los cambios, permitiendo que los mismos se integren a los
planes estratégicos en los que participan.
El neuroliderazgo desde la neurociencia atribuye un papel fundamental a la
emotividad, que activa los mecanismos que están en la base de la inspiración, la
pasión y el entusiasmo, todos ellos elementos indispensables para dirigir a
personas. En este sentido, hemos de entender el significado de inteligencia
emocional como algo capaz de asegurar, en lo personal, la plena implicación de
unas personas comprometidas en liberar todo su potencial y conseguir los
resultados propuestos.

El líder en tiempos confusos debe redireccionar el trabajo para no perder


las metas u objetivos trazados en la tarea encomendada. De lo contrario puede
enfrentar un escenario que invite :
 A la desconfianza
 Al ambiente desprotegido
 A la deslealtad

La confusión es un deterioro de la función intelectual y desorientación en el


tiempo y el espacio, y/o una tendencia a la repetición de frases, expresiones o
acciones que se acompañan de un estado de vigilia normal. También puede existir
una alteración de la identificación de personas. Dicho contexto afecta el estado
emocional y el rendimiento laboral de los empleados, hasta su salud física.

Por ello el líder con su equipo de trabajo debe:


 Procurar generar un ambiente estimulante con reconocimientos o incentivos
ya sean verbales o monetarios.
 Encender las zonas de recompensa del cerebro.

Los líderes que comprendan cómo funciona el cerebro y que sus acciones
influyen en el modo de actuar de su equipo, gozarán de una capacidad y éxito
en su liderazgo que le permitirá distinguir notoriamente su trabajo del resto de
los líderes en tiempos de reformas.
“Los efectos del liderazgo suelen ser de mayor impacto,
ahí donde y cuando más se necesitan”
K. Leithwood, et al., 2004

Taller práctico para líderes

 Observar el video: https://www.youtube.com/watch?v=nItpjUgRV6I


 Después de observar el video realizar un listado con las características
que se enuncian sobre un buen líder.
 Realizado el listado, selecciona las que a tu parecer son las fundamentales
para el ejercicio de un buen líder. Luego, elige una que represente tú sello
como líder y otra que como líder te represente un desafío (porque te ha
costado aplicarlo, etc.). Para ambas elecciones argumenta y da ejemplo
de porqué una es tu sellos y la otra tu desafío.
 Finalmente en la que representa tu desafío: reflexiona su alcance a través
de lo visto en esta introducción sobre neuroliderazgo.

Yerka Trujillo Butler


Licenciada y Profesora de Filosofía
Magister en Educación
Consultora Educacional
Chile
Referencias:

 Goldberg, E. (2001). The executive brain, frontal lobes and the civilized
mind. Nueva York: Oxford University Press.
 Lezak, M. D., Howieson, D.B., Loring D.W. (2004). Neuropsychological
assessment. Nueva York: Oxford University Press.
 Gomez Beldarrain, (2007). M. Síndromes disejecutivos y lóbulos frontales.
In: Pena-Casanova J, editor. Neurología de la Conducta y Neuropsicología.
pp. 327-349.
 Castro Marita, (2014) Nuestro cerebro y el de nuestros colaboradores
necesitan de ciertos cuidados para disponer de todo su potencial.
 Braidot, N. P. (2013). Neuromanagement y neuroliderazgo. Ciencias
Administrativas, 1.

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