Cragnolini
Cragnolini
Cragnolini
alteridad
en Derrida 1
Mónica Cragnolini *
1
Conferencia dictada por la Dra. Mónica Cragnolini el 1º de diciembre
del 2006 en el espacio ‘Pensando lo vincular’ organizada por la Direc-
ción de Publicaciones.
(*) Doctora en Filosofía UBA, Profesora Regular Fac. Filosofía y Letras
UBA, Investigadora del CONICET.
E-mail: [email protected]
Mónica Cragnolini: Para presentarme básicamente lo que
puedo decir es que soy doctora en Filosofía por la Universi-
dad de Buenos Aires, soy profesora regular de la Carrera de
Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universi-
dad de Buenos Aires, soy investigadora del CONICET, me
dedico fundamentalmente al pensamiento nietzscheano y post-
nietzscheano. Tengo varios libros en esta dirección, dirijo una
revista que se llama Instantes y azares. Escritura nietzschea-
nas, que está dedicada al pensamiento de Nietzsche, y mi tra-
bajo básicamente tiene que ver con el pensamiento contem-
poráneo en la línea de lo que podríamos llamar autores post-
nietzscheanos; es decir todos aquellos autores que retoman
elementos del pensamiento de Nietzsche pero los ponen a ju-
gar en contextos más contemporáneos, y en ese sentido prac-
tican aquello que Nietzsche llamaba el perspectivismo; es decir
esa posibilidad de generar interpretaciones teniendo en cuen-
ta las propias circunstancias, los propios contextos, la propia
tradición, etc., etc.
Esta idea del quizás, que es una idea muy cara y muy afín
a Nietzsche, básicamente lo que está señalando es la imposi-
bilidad de aseguramiento.
Por eso yo les decía que uno diría que desde el vamos el
pensamiento derridiano es un pensamiento de la alteridad,
porque en esta idea de que siempre hay un resto –yo decía en
términos del lenguaje que hay un resto intraducible– lo que
se está señalando es que hay algo que impide la totalización.
eso otro de los términos que usa mucho Derrida y que tiene
muchas relación con el psicoanálisis es resirestancia; reto-
mando esta idea de la resistencia al psicoanálisis, él utiliza el
término resirestancia para señalar que hay una resistencia que
resta, y que nosotros diríamos que la resirestancia –justamen-
te– es el otro; aquello que aparece en toda deconstrucción
como lo que no puede ser deconstruido. Y en ese sentido, en
las últimas obras el término que va a utilizar Derrida para
caracterizar este resto que resiresiste a toda deconstrucción
–que nosotros diríamos es el amigo, el que da hospitalidad, la
idea de comunidad– en términos de la fantología o de la
cuestión fantasmática, el gran término que él va a utilizar es
justicia.
La idea del ser con –que les dije que remite a Heidegger–
tiene que ver básicamente con el hecho de tratar de pensar de
modo diferente aquello que la modernidad pensó como esta
subjetividad aislada, cerrada… fíjense que la idea de mónada
leibniziana es muy afín a esta idea de cerrazón: recuerden
que Leibniz dice «la mónada no tiene ventanas». Esta idea
monádica de la subjetividad es una idea moderna que en el
pensar contemporáneo ha sido deconstruida por muchos au-
tores, a pesar que todavía hay autores en la filosofía contem-
poránea que aún siguen pensando en esos términos, en térmi-
nos de subjetividades que después entran en relación con el
otro.
¿Por qué?, porque uno diría que cuando uno inicia una re-
lación de amistad con alguien, o cuando uno inicia cualquier
tipo de relación con el otro, hay una suerte de pacto implícito
por el cual los dos saben que uno va a morir antes y que el
otro tiene –con aquel que murió– una deuda infinita. Es decir
yo estoy obligado con el otro a recordarlo, y estoy obligado a
recordarlo en su propio nombre.
Por eso les decía que el tema del otro está presente desde
el inicio en el pensamiento derridiano, porque Derrida lo que
está haciendo es conjugar la ontología –es decir la cuestión
del ser– con la cuestión del otro, señalando que la cuestión
del otro es la base de toda problemática del ser.
Y otra cosita más –que también tiene que ver con el tiem-
po–, una vez en una reunión sobre Blanchot, vos decías que
hay una fuerte crítica de Derrida al concepto de duelo en el
psicoanálisis que tiene que ver con la amistad o que tiene que
ver con el otro que es inasimilable. Me gustaría si podés ha-
blar un poquito de eso.
Esto tiene que ver –también– con algo que dije al comien-
zo del peligroso quizás, el tiempo en Derrida es siempre tiempo
disyunto; disyunto frente a la idea de la conjunción del tiem-
po. Nosotros solemos pensar el tiempo como una reunión de
instantes: lo que yo vivo aquí y ahora lo pienso –si me pienso
en términos de una lógica identitaria– como la reunión de los
instantes, y fíjense que también pensamos nuestra vida como
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Por eso les dije que lo que les puedo dar en una hora son
como ciertas orientaciones para la lectura, evidentemente hay
montones de términos derridianos que ni siquiera pude seña-
lar, como parásito, que hubiera sido absoluta y totalmente
necesario y pertinente para esto; suplemento, que hubiera sido
totalmente necesario para entender esto… Es decir hay mon-
tones de términos que no pude abordar porque es muy poco el
tiempo.