Tiempo Libre, Recreación y Desarrollo Humano

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TIEMPO LIBRE, RECREACIÓN Y DESARROLLO HUMANO.

La recreación se considera una condición, en ocasiones definida como un estado del ser, una
disposición de ánimo o una cualidad de la experiencia, que se distingue por la libertad que percibe
el individuo para actuar, se trata de algo placentero, que está motivado intrínsecamente, puesto
que constituye un fin en si mismo y es valioso de por si, aunque no quiere decir que lo que el
individuo elige es necesariamente aprobado o "sano"; y puede estar en todos los tiempos y espacios
del sujeto. Igualmente se considera una actividad a través de la cual se puede experimentar y
disfrutar el tiempo libre, pero también se percibe como una institución organizada con fines
sociales, que genera beneficios sociales, personales y que tiene derecho a recibir un respaldo
estatal, es un medio para lograr un fin y puede justificarse racionalmente.

La recreación como un medio para el desarrollo humano, es entendido desde un punto de vista que
incluye tanto el desarrollo personal, como el comunitario y el social. Actualmente se tienen dos
visiones diferentes de este fenómeno, primero como una necesidad motivada por el cansancio y la
fatiga propios del trabajo o la escuela, hasta la necesidad en si misma.

En este último, se parte de las ganancias de la experiencia intensa, vital y procesal; de la experiencia
situada en un contexto con sentido y un tiempo del que se tiene conciencia de duración, de proceso
que se inicia y se completa. Una vivencia recreativa así entendida tiene un carácter totalizador,
propio de las vivencias unitarias e individualizadas, transformándose en una experiencia personal y
aumentando las posibilidades de incidir en el desarrollo humano. Klieber ( citado por Osorio 2002)
afirma que el ocio es un contexto de relativa libertad de expresión y que el desarrollo puede al
menos ser parcialmente autodirigido, no está totalmente determinado por lo social o biológico sino
que implica el autocontrol, es producto de influencias sociales y la autodeterminación de los
individuos.

La recreación proporciona un medio para estimular el crecimiento y la transformación personal


positiva aunque se deba considerar que igual personas o grupos pueden asumir alternativas y
prácticas que no necesariamente conducen a consecuencias negativas o que puede ser utilizado
como instrumento para perpetuar valores inequitativos. Un recreación orientado al desarrollo
humano, es un satisfactor de las necesidades humanas, de autonomía, competencia, de expresión
personal e interacción social dentro del entorno del individuo.

Sin embargo la recreación no contribuirá al desarrollo humano en ausencia de una dimensión moral
y ética sostenible, por lo tanto, como se dijo, hay que tener en cuenta que el la recreación reproduce
muy diversos valores y expresiones que igual no son consecuentes con una sociedad sostenible, por
lo tanto, se deben combinar con los valores sociales que sustentan la equidad, y que contradigan
aquellos que no propician un desarrollo humano desde las identidades personales y sociales,
fomentando que éstas se construyan desde posturas éticas mínimas, intersubjetivas y racionales.

Esto implica llegar a acuerdos, incluso dentro del sector de la recreación, de cuáles son los valores
que han de sustentar un marco social que promueva el desarrollo humano a partir del fomento del
potencial humano creativo, de las capacidades que influyen positivamente sobre los individuos y los
grupos, y el autocontrol de los negativos, como la indisciplina social, el alcoholismo, el abuso de los
recursos naturales. Como anota, Tabares (2002), la definición de los potenciales positivos y
negativos depende de los acuerdos entre individuos y sociedades, lo que nos lleva nuevamente a la
necesidad de acuerdos éticos y morales. Los cuales en nuestra están muy bien definidos y marcan
las posibilidades del pleno desarrollo del hombre. Desde una postura humanista, Cuenca (2000)
afirma que la recreación debiera ser, una vivencia integral relacionada con el sentido de la vida y los
valores de cada uno y coherente con ellos, una experiencia de re-creación, que crea ámbitos de
encuentro o desencuentro, se diferencia de otros tipos de ocio por su potencialidad para llevar a
cabo encuentros creativos que originen desarrollo personal: ‹‹ Cuando hablo de ocio/recreación no
me refiero a la mera diversión, el consumo material, el ocio pasivo o la simple utilización del tiempo
libre.

Aludo a un concepto de ocio/recreación abierto a cualquier perspectiva presente y futura, pero al


mismo tiempo, entendido como marco de desarrollo humano y dentro de un compromiso social››.
Es en estos ámbitos que se crean, donde las subjetividades, el saber, el conocer y el hacer, se ponen
en juego como un todo, donde quienes viven la experiencia, se encuentran con su propia
individualidad y en un cara a cara con los otros, familia, amigos, íntimos y extraños que propician
nuevas relaciones dentro un marco de significado y sentido para el sujeto.

Para Tabares (2002), el ocio/recreación bajo la actual perspectiva de la relación con el desarrollo
humano, deberá ubicar gran parte de sus esfuerzos en las necesidades reales de los ciudadanos,
intentando identificar e interpretar las regularidades que subyacen en los hábitos de la gente y su
relación con la construcción de mejores vidas humanas. Sin entrar a profundizar en el complejo
concepto de desarrollo humano aquí es pertinente hablar de sus componentes y procesos de
construcción, dado que es allí donde se encuentran las necesidades y las líneas de acción para
propiciar tal desarrollo desde la recreación.

De acuerdo con la ONU (1998), cada esfera del desarrollo humano, representa una dimensión del
mundo de la vida de sujetos y colectividades, cada una tiene su propio ritmo y lógica. En recreación,
lo que se pretende es que a través de los procesos que dinamiza, facilite una vivencia que apunte a
impactar las diferentes esferas de manera integral, aunque puedan en la práctica tener más énfasis
sobre alguna o algunas en particular, a través de procesos de individualización y socialización. Al
interior de cada una de las esferas se desenvuelven procesos particulares que le imprimen una
dinámica específica, éstos son los de individualización y socialización. Los factores que influyen en
el desarrollo humano por otra parte, provienen del contexto 24 socioeconómico local, regional y
nacional; las condiciones fisiológicas (nutrición, salud, higiene); las condiciones culturales que
inciden en el desarrollo de los proyectos y trabajos y la calidad de la interacción en los diferentes
espacios en los cuales se construye el desarrollo humano.

El desarrollo humano es descriptor de la naturaleza humana, pero también es prescriptor en la


medida que como definidor y normador de la realidad social legitiman ciertos estándares que
aceptan o excluyen de ciertos grupos sociales y culturales. Este hecho es evidente en el campo de
la recreación, donde las representaciones sociales y prácticas que los individuos asumen, por los
condicionamientos del sistema y decisión individual, son valoradas como negativas o positivas.
Incluso desde el nivel conceptual, dependiendo del carácter que éste asuma se critica o se
promueve. Otros factores a los que se presentan son: la direccionalidad y la progresión del
desarrollo humano, su carácter evolutivo, ascendente y continuo; la interacción y la socialización
como espacio que por excelencia posibilita la construcción de los sujetos; la dimensión histórica del
desarrollo, en la medida que lo permean condiciones de tiempo, espacio. Las condiciones dialécticas
dadas en la interacción de los seres humanos con su entorno y que crean u obstaculizan las
condiciones para el desarrollo humano, hacen que se mantengan, transformen, cambien
significados, sentidos y comportamientos, que se madure y aprenda a través del tiempo. Estos
elementos del desarrollo humano son coherentes con las discusiones que se están dando hoy acerca
del tiempo libra y la recreación como experiencia social y experiencia existencial.

Se plantea que la explicación de la recreación desde la experiencia individual es insuficiente en la


medida que está atravesada por las condiciones del contexto cercano, por los referentes de la
globalización y es en estos contextos donde el sujeto construye o re-significa sus imaginarios y
construcciones culturales y sociales; aprende y re-aprende conceptos y prácticas, las relativiza o
sostiene a través del tiempo. La recreación facilita la individualización en el sentido que proporciona
la posibilidad de explorar vías alternativas de pensar y existir, pueden utilizarse para apartarse de la
mayor parte de las personas que conforman el mundo social: La imaginación y la experimentación
creativa necesarias para la individualización usualmente suceden en soledad, pudiendo beneficiarse
especialmente de la ausencia de evaluación de otras personas, pero el entorno desempeña un papel
al reconocer y reforzar la expresión de talentos y gustos particulares.

La individuación y la identificación desempeñan una función dialéctica en el ocio para provocar la


formación de una identidad propia. Los procesos dialécticos de diferenciación e integración, de
identificación e individuación y de exploración y compromiso sugieren una serie de propuestas
específicas sobre la relación entre identidad y la recreación, como afirma Tabares (2002) y su
incidencia sobre los procesos de desarrollo humano

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