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La Guía Del Buen Profesor/A

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LA GUÍA DEL BUEN PROFESOR/A

INTRODUCCIÓN

Es importante establecer las características principales que un profesor debe


tener porque cuando un docente comienza su carrera profesional, el tener unas
directrices básicas a las que aferrarse nunca viene mal. No es solamente un buen
profesor aquel que explica muy bien o es muy divertido. Es algo mucho más complejo.
Hay muchos otros elementos a tener en cuenta. En primer lugar el profesor debe
establecer una relación directa, personal, con sus alumnos. Debe mostrar interés por
su desarrollo, teniendo en cuenta las habilidades y capacidades de cada uno de ellos y
evaluarlos en consecuencia. Si un profesor conoce las capacidades, intereses,
problemas y motivaciones de sus alumnos, hay muchas más posibilidades de que
consiga unos resultados más satisfactorios en clase.

CARACTERÍSTICAS DE UN BUEN PROFESOR/A

Como ya hemos es muy importante conocer las características de un buen


profesor. Para tratarlas vamos a dividirlas en dos grupos principales: características
personales y características técnicas.

CARACTERÍSTICAS PERSONALES

 El profesor debe evaluar a los alumnos de un modo objetivo. No podemos


dejar que el hecho de que un alumno o alumna nos resulte más simpático
influya en la posterior evaluación de su trabajo. Debemos ceñirnos a las
pruebas escritas, trabajos, comportamiento en clase, participación y todos los
datos que tengamos sobre el trabajo de cada alumno a lo largo del trimestre o
curso. Sin embargo, hay una serie de elementos algo más subjetivos y quizás
controvertidos, que también deben ser tenidos en cuenta. Estos elementos son
la relación del trabajo que el alumno o alumna ha realizado, en relación con sus
capacidades. No será lo mismo un ejercicio calificado con un 6 realizado por un
alumno con grandes capacidades pero con pocas ganas de estudiar y que
apenas participa en clase, que un ejercicio con la misma puntuación realizado
por un alumno o alumna con más dificultades para retener y aplicar contenidos
que sin embargo ha estado trabajando de forma constante y satisfactoria a lo
largo del trimestre o curso. La diferencia entre ambos es clara. Al alumno que
ha trabajado más se le premiará su esfuerzo subiendo su nota, mientras que al
alumno que no ha trabajado se le mantendrá la nota, incluso si su
comportamiento ha sido reprochable puede llegar a bajársela, pero en ningún
momento se le recompensará. De hecho se evalúa el desarrollo y proceso de
aprendizaje del alumno. Es muy importante evaluar de esta forma a los
alumnos/as ya que esto sirve también como autoevaluación de la actividad del
propio docente. Si no se observa evolución en el alumnado el profesor/a debe
replantearse hasta qué punto no está fallando él o ella como docente.

 Un buen profesor ha de ser paciente. Hay alumnos con mal


comportamiento que pueden interrumpir el desarrollo de la clase y hacer perder
el tiempo a los demás, sin embargo el docente debe procurar no gritar ni perder
la compostura. De igual modo no hay que tener una reacción simpática a
comportamientos de este tipo. Hay que saber mantener la calma e infundir
respeto desde la seriedad, en ningún caso seguir el juego del alumno, pues
puede traer nefastas consecuencias.

 La capacidad comunicativa del docente es otro aspecto fundamental del


mismo. Un profesor/a debe ser hablador y extrovertido para conseguir
transmitir todos los elementos fundamentales de la asignatura. Mediante esta
actitud se pretende contagiar a los alumnos, animándolos a participar y a hacer
aportaciones en clase. Esto es esencial sobre todo en aquellas asignaturas en
las que la competencia lingüística tenga un especial peso (p.ej. la lengua
española, inglés o francés). Gracias a esta estrategia se conseguirá que el
alumnado se exprese más y mejor a lo largo del curso, y que la asimilación de
conceptos sea más fácil, puesto que se hace de forma interactiva.

 La vocación, otro aspecto fundamental, hace que el profesor disfrute


explicando los contenidos de su asignatura. Este entusiasmo se contagia de la
misma forma que la capacidad comunicativa, de la que acabamos de hablar. Si
el profesor muestra un especial interés por aquello que está tratando es muy
posible que logre transmitir este interés al alumnado, y este interés se
transformará inevitablemente en resultados satisfactorios. Si todo el mundo
atiende en clase, el ambiente también será muy propicio para la adquisición de
conceptos, pero no hay que olvidar que es el profesor el que tiene que dar el
primer paso para que esto suceda.

 El profesor no solo debe estar seguro de si mismo, también debe parecerlo.


Sólo de esta manera podrá ponerse al frente de la clase y tomar el control en
situaciones delicadas. No se puede mostrar miedo o inseguridad delante del
alumnado, pues habrá alumnos que intenten hacerse con el papel de líderes de
la clase y esto entorpece tanto al ritmo de la clase, a las explicaciones del
profesor como al trabajo de los compañeros. El papel de líder que el profesor
debe asumir incluye la imposición de castigos a aquellos que lo merezcan.
Debemos hacer lo posible para que las acciones que merecen un castigo no
pases impunes, pues se volverán a repetir sistemáticamente en el aula, incluso
hasta el punto en que sea imposible dar la clase de una forma correcta.

 Ya hemos comentado la importancia de conocer las capacidades de cada


alumno de cara a la evaluación. Sin embargo, antes de evaluar debemos hacer
lo posible para que, teniendo en cuenta las necesidades de cada alumno, todos
sean capaces de alcanzar los objetivos mínimos. Así haremos hincapié en los
contenidos más importantes, mandaremos ejercicios de refuerzo y trabajos
opcionales, para asegurarnos que todos los alumnos, independientemente de
su ritmo de aprendizaje, han aprendido los contenidos mínimos.

 Un profesor no es un dictador. Como ya hemos dicho el profesor debe


asumir el control de la clase y jamás debe permitir que los alumnos le pierdan
el respeto, sin embargo hay que cuidar las formas con las que nos dirigimos al
alumnado. No siempre que un alumno interrumpe en clase lo hace con esa
intención, y si la respuesta por parte del profesor es desmesurada puede tener
consecuencias nefastas en el alumno. Los alumnos de la ESO, en plena
adolescencia, están en un proceso constante de desarrollo físico y psicológico,
y las contestaciones y regañinas de un profesor pueden tener consecuencias
inesperadas, como el que el alumno se retraiga y deje por completo de
participar en clase (puede pensar que en el momento en que haga un
comentario el profesor le va a mandar callar) o su comportamiento puede ser
peor en lo sucesivo (puede pensar que si le han mandado callar sin razón, a
partir de ese momento va a dedicarse a molestar en la clase, para que cuando
el profesor lo mande a callar lo haga con razón). Es muy difícil prever las
reacciones de los adolescentes, por lo tanto el profesor debe tener mucho
cuidado con lo que dice y cómo lo hace, en ocasiones incluso relajando el
ambiente con un tono relajado, cariñoso o incluso divertido.

 El profesor debe dar a los alumnos la oportunidad de expresarse. Esta idea


ya la hemos introducido, pero cabe destacar que todas las cualidades que un
profesor debe tener están íntimamente relacionadas. El alumnado debe sentir
que tiene libertad para expresar lo que siente o lo que piensa sobre algo,
siempre que lo haga de una forma educada y respetuosa para con el profesor y
sus compañeros/as. Si existe algún tipo de conflicto en el aula el profesor debe
hacer lo posible para que los alumnos lo identifiquen, expongan sus opiniones
al respecto, y tratar de encontrar una solución. Si en el aula existe un conflicto
en el aula que queda sin resolver puede afectar al ambiente y esto repercute
en el aprendizaje.

 Comprender, si no compartir, los intereses del alumnado es esencial. Esto


crea una sensación de cercanía que hace que el alumnado se sienta más
cómodo. De la misma manera se puede utilizar esta información para crear
material didáctico con el que trabajar en clase.

 Un docente es, por encima de todo, un educador. Debe complementar la


educación que los alumnos reciben en sus casas. La educación que un alumno
debe tener viene principalmente de los padres y la familia. El papel del profesor
debe ceñirse a la educación dentro de las aulas (tratando temas generales de
la ética, la moral, el comportamiento, el civismo, etc.), jamás personales Si un
alumno tiene problemas en su familia es imposible que el docente pueda
arreglarlo, pero debe de hacer lo posible por encontrar una solución al reflejo
que esta situación está teniendo en su rendimiento académico.

CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS

 El profesor debe elegir un buen libro de texto. Hay muchos libros de texto a
disposición del profesorado pero no todos cubren todos los contenidos de los
que se va a evaluar al alumno de la misma manera que no todos tratan temas
que les puedan interesar. Hay que buscar un libro que combine las dos cosas
ya que será una herramienta muy importante que va a utilizarse continuamente
a lo largo del curso.

 Aparte de elegir un buen libro, el docente debe hacerse con un corpus de


material adicional que cubra las deficiencias del libro y las necesidades del
alumnado. Este material es muy importante, pues le será útil a lo largo de toda
su carrera.

 la monotonía debe ser evitada en la medida de lo posible. Si el profesor


siempre divide la clase de la misma manera los alumnos perderán la
concentración con mayor facilidad pues inconscientemente no tienen la
necesidad de “mantenerse alerta”. Por eso el profesor debe introducir
elementos diferentes como juegos, canciones, vídeos o textos, por ejemplo,
para que los alumnos los trabajen en clase. El elemento sorpresa juega a favor
del docente a la hora de atraer la atención de los estudiantes.

 A pesar de la importancia que hemos dado al elemento sorpresa, debemos


aclarar que la sorpresa debe ser para el alumno, no para el profesor. Un
docente debe planificar sus clases con antelación, revisar la materia y dividir el
tiempo dependiendo de las actividades y/o explicaciones que se quieran llevar
a cabo. Así el profesor estará preparado para cualquier duda que le surja al
alumnado, demostrando que domina la materia que imparte, y se asegurará de
que le da tiempo a ver todos los contenidos que tenía planificados para esa
sesión.

 La planificación tiene mucha importancia para el profesor, pero también


para el alumnado. Está comprobado que un alumno que sabe de antemano lo
que se va a estudiar en clase y en qué orden así como lo que se va a evaluar y
cómo y cuándo esa evaluación va a tener lugar, obtiene mejores resultados
que aquel alumno que no tienen ninguna pista sobre esto.

 El docente debe proveer al alumno con ejercicios para hacer tanto en clase
como fuera de ella. Los contenidos se deben trabajar en clase y luego deben
repasarse y asimilarse en casa. No es suficiente con prestar atención en el
aula. Con este fin el profesor debe facilitar tareas al alumnado, siendo éstas
parte del libro de texto, material adicional, o bien una mezcla de ambas.

 Si los alumnos tienen algún problema para comprender algún contenido o


algún elemento dentro de los contenidos, se le debe repetir detalladamente.
Para esto se puede también pedir la ayuda de los compañeros de clase, si la
duda es de algún alumno en concreto. Con la reformulación de los contenidos
hay más posibilidades de que los alumnos los comprendan y asimilen. También
es muy útil facilitarles alguna forma de contactar con el profesor en caso de
que les surgiera alguna duda más adelante, mientras estudian la materia en
casa. Especialmente interesante es el recurso del correo electrónico.

 Fomentar el trabajo en grupo es esencial. El alumno debe acostumbrarse a


trabajar con más personas, puesto que en el futuro es muy probable que deba
repetir esta dinámica en su carrera profesional. Además se fomenta el
compañerismo, creando un buen ambiente en clase en el que se está
continuamente compartiendo información propiciando en gran medida el
aprendizaje.

 Cuando los alumnos trabajan en grupos el profesor debe tratar de interferir


lo menos posible. Así evita coartarlos. Hay que minimizar la acción del docente,
reducirla a solventar dudas puntuales y a vigilar que todos los grupos están
trabajando correctamente. El trabajo final se evaluará cuando los alumnos lo
entreguen o lo expongan de forma oral.

 Finalmente el profesor debe llevar a cabo una evaluación del proceso de


aprendizaje de sus alumnos de forma trimestral y a lo largo del curso. Así
resulta más fácil ver en qué aspectos se ha mejorado, en qué medida, y que
habría que mejorar de cara al siguiente trimestre o curso. Hay que ser crítico
no sólo con el trabajo de los alumnos, sino con el propio también.

OTRAS OBSERVACIONES

La posición que ocupa el docente en la clase es muy importante, y no sólo la


posición moral, sino la física también. El lugar desde el que da las clases influye en la
impresión que provoca en los alumnos. El hecho de que el profesor esté sentado, de
pie o agachado, delante, detrás o a un lado de la clase implica que tiene actitudes
diferentes y por lo tanto espera cosas diferentes de la clase. Los alumnos reciben
estas señales proxémicas1 de manera inconsciente, pero las perciben y tienen efecto
en ellos. Dependiendo de si el profesor se está dirigiendo a la clase en general, a
algún grupo, o a alguna persona, éste adoptará una posición y una postura
determinadas, y los alumnos responderán en consecuencia.

Independientemente de en qué lugar de la clase se encuentre el profesor, los


alumnos saben que está ahí, sin embargo, cuando hay que dar alguna explicación,
orden o pauta, es conveniente estar de pie al frente de la clase. Algunos
inconvenientes de permanecer sentados durante la clase son los siguientes:

 Algunos profesores con mucha experiencia saben atraer la atención de la clase


mientras están sentados, sin embargo hay muchas más probabilidades de que
algunos alumnos se despisten que si el profesor permanece de pie.

 Mientras que recibir a los alumnos en clase estando sentados puede dar una
sensación acogedora y de bienvenida, el permanecer sentados durante la clase
puede llegar a transmitir a los alumnos falta de interés y motivación por nuestra
parte.

 El lenguaje no verbal (los gestos y movimientos corporales más


concretamente) son factores primordiales a la hora de explicar e intentar transmitir
conocimientos. Si el profesor permanece sentado hay muchos elementos de este
lenguaje que se pierden.

 Cuando los alumnos trabajan en grupos, resulta intimidatorio la imagen del


profesor sentado vigilando el trabajo que están haciendo. Resulta mucho más
efectivo pasear por entre los grupos, agacharse para estar a la misma altura que
los estudiantes y dialogar con ellos solventando dudas o haciendo aclaraciones.
De esta forma la imagen del profesor resulta mucho más cercana.

Es necesario tener en cuenta que la posición del profesor en clase indica su


disposición y su disponibilidad. Sin embargo es imposible estar disponible siempre y

1
Proxémica : término introducido por el antropólogo Edward T. Hall en 1963 para describir las
distancias medibles entre las personas mientras estas interaccionan entre sí. El término
proxemia se refiere al empleo y a la percepción que el ser humano hace de su espacio físico,
de su intimidad personal; de cómo y con quién lo utiliza.
en la misma medida para todos los alumnos, por lo que hay que elegir el grado de
disponibilidad y de interactividad dependiendo de la actividad que se esté realizando.
En cuanto a la predisposición del alumnado para atender en clase y para
participar, debemos tener en cuenta los factores externos puntuales y/o permanentes
que afectan a este hecho. Hay alumnos que vienen de familias disfuncionales, factor
más o menos permanente en la vida de este alumno, y otros que están enfermos,
acaban de hacer un examen, están de mejor o peor humor, etc, siendo éstos factores
puntuales. De las consecuencias de todos estos factores acaba siendo el docente el
receptor, y debe saber tratarlos de forma que a pesar de ellos el ritmo de la clase y la
atmósfera se vean afectadas lo menos posible, entre otras cosas para que loa
alumnos que tienen una actitud positiva no se vean afectados por el resto de
compañeros.

Sin embargo, una de las causas principales de la indisciplina en las aulas es la


incapacidad de los alumnos para llevar a cabo las tareas que se les encomiendan,
siendo éstas demasiado difíciles para ellos. Los alumnos más ruidosos materializarán
esta frustración por medio de arrebatos o comportamiento negativo, mientras que el
resto lo hará de una forma silenciosa y pasiva. Para evitar que esta situación se de en
clase hay que adecuar los ejercicios al nivel de la clase en la medida de lo posible.

Otra razón por la que algunos alumnos rechazan realizar algunas actividades
es porque les resultan más difíciles que otras. Quizás un alumno es muy bueno
leyendo, pero si encuentra muchas dificultades a la hora de redactar, evitará esta
tarea. El docente debe localizar el problema y tratar de encontrar una solución para
evitar el fracaso total o parcial del alumno, poniendo de manifiesto los pequeños logros
que éste va consiguiendo, para que vea que su esfuerzo tiene recompensa.

CONCLUSIÓN

Evidentemente éstas no son las únicas características que un buen docente


debe tener, sin embargo sí son algunas de las más importantes. Ya hemos visto que
un docente debe ser muy completo, ya que no sólo debe enseñar los contenidos de su
materia, al mismo tiempo debe orientar y educar a los alumnos. Debe tener mucho de
psicólogo, pues debe haber un entendimiento de la mente del alumno para poder
llegar a los mecanismos que van a funcionar para que el proceso de aprendizaje se
complete de forma óptima.

El docente no puede ser un personaje autoritario, pues los resultados pueden


ser completamente los opuestos a los pretendidos manteniendo esta actitud en clase.
Hay que tratar de tener una comunicación con el alumno, comprender la etapa por la
que está pasando (la adolescencia) e intentar enfocar los conflictos que puedan surgir
en clase desde otro punto de vista.

En suma, es una labor difícil a la par que bonita, pues especialmente en la


labor del docente se siente gran orgullo cuando la tarea ha sido bien cumplida.
Estamos formando personas, los adultos del mañana, y si logramos completar la tarea
con éxito, habremos hecho un gran bien a nuestra sociedad.

BIBLIOGRAFÍA

Anderson, H.H. y Beber, H.M. (1945). Studies of Teachers Classroom Personalities. En


Applied Psichology monograph, Stanford University Press.
Bernardo, J. (1991). Técnicas y recursos para el desarrollo de las clases. Rialp. Madrid.
Bujelski, B.R. (1974). Psicología del aprendizaje aplicada a la enseñanza. Taller Ediciones J.B.
Madrid

Gimeno, Liliana (1999). "La vocación, una creación". 2da. Edición. BS. AS. JVE Ediciones.

Martínez-Salanova Sánchez, E. (1999). Planificación, programación y evaluación de los


procesos de enseñanza-aprendizaje. Edita Facep, Federación Andaluza de Centros de
Estudios Privados

Martínez-Salanova Sánchez, E. (1999). El profesor como orientador de los procesos de


enseñanza-aprendizaje, Bases para la didáctica de la orientación laboral, las relaciones
interpersonales en el aula y la formación profesional de los profesores. Facep, Federación
Andaluza de Centros de Estudios Privados. Málaga.
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