3 - Teología Del Amor Hasta Génesis

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PERDIZ O., Amar: Misterio y proyecto.

Antropología y teología del amor, San


Pablo, México 2015.
II. TEOLOGÍA DEL AMOR
Hasta aquí se ha visto que el ser humano es un ser mistérico, es proyecto y responde a
un proyecto previo sobre sí. Se llega a esta conclusión a partir de la evidencia del cuerpo sexuado,
cuya vocación es el amor, esto revela su excentricidad: tiene su centro fuera de sí y se realiza en el otro
a través de la donación. Se han abordado ya la evidencia del cuerpo y sus consecuencias, el amor a la luz de
la razón. Pero quizá no baste, en este camino de reflexión que se viene haciendo hay que dar un
paso más y ascender a la historia más hermosa de amor, de cuantas se hayan escrito, tratando de
descubrir cada uno, el significado que tal historia tiene para su vida. Esto es lo más íntimamente
humano como se verá y especialmente necesario en la sociedad actual.

1. La perspectiva teológica
El amor es la única pasión que nos identifica con la divinidad.
Fourier
Las Escrituras son ante todo una historia de amor –en innumerables formas presentada–
más que un libro de ciencia o una pecera de consejos o frases morales. Hay que afrontarla en su
unidad y forma final. Eso implica superar la ignorancia, los prejuicios cientifistas y las visiones
literales o fundamentalistas. El amor humano por excelencia es el nupcial y es imagen de relación amorosa
que hay entre Dios y el hombre. El amor no es algo instintivo ni zoológico sino la realidad humana
donde se revela el Mysterion, algo que hay que descubrir y en qué ocuparse. Aquí confluyen la
razón como búsqueda de la verdad y la revelación (aletheia) divina.

La teología es una perspectiva. Consiste en ver las cosas y las personas desde el proyecto
divino que hay sobre ellas, comenzando por uno mismo. Tratando de descifrar el misterio. La
teología es con la poesía (y el arte en general) y la filosofía uno de los grandes caminos de sabiduría. De
alguna manera la teología presupone la poesía, en cuanto expresión elevada de lo sublime y fruto de
la admiración y estupor ante la realidad; presupone también la filosofía en cuanto razonamiento de lo
evidente, como ciencia que busca dar razón de la existencia de las cosas y sobre todo del hombre. La
filosofía en el fondo suscita más preguntas que respuestas, desemboca en la contradicción humana y
en la trascendencia, en interrogantes más allá de la apariencia, es la puerta de la teología.
Etimológicamente teología significa el estudio o tratado de lo que se refiere a los dioses o a Dios. En
sentido subjetivo es la ciencia o conocimiento que Dios tiene de sí mismo. En sentido objetivo es la
ciencia que tiene como objeto a Dios, esto supone que hay un designio de Dios sobre la realidad,
comenzando por el hombre: conociendo a Dios se conoce al hombre. Aquí se definirá como el
análisis de la realidad a la luz del designio divino sobre ella.
Estrictamente hablando existe teología sólo en el judaísmo y en el cristianismo. Todas las
ciencias tienen una perspectiva: analizan la realidad desde un punto de vista: la biología lo hace desde
la perspectiva de lo orgánico. La química desde la composición las sustancias a base de elementos; la
matemática analiza la realidad desde la perspectiva cuántica y representa ya un nivel de abstracción,
etc. Todas las ciencias son necesarias, admirables y útiles, el mundo actual no se podría pensar ni
disfrutar sin las trasformaciones que se han dado en él desde las ciencias. Las ciencias toman un
aspecto de la realidad y descuidan el resto. La teología en cambio trata de estudiar todas las realidades
a la luz del proyecto de Dios, principalmente el designio sobre el hombre, es por ello una perspectiva.
Estas son las tres grandes fuentes donde descubrir este proyecto:
La realidad. Si se está atento a la realidad en general, se experimenta el estupor y lo fascinante
de la existencia de las cosas. Se percibe debajo de ellas un orden y razón de ser –a través de las leyes que
se descubren en ellas. Detrás del orden debe haber una mente, con un proyecto o un designio que
cada uno está llamado a descubrir, en eso consiste dar razón de las cosas y sobre todo de sí mismo
se trata de ensanchar la mente, aunque con ello se nade contra la corriente ideológica de turno que
sofoca los sueños más altos.
El hombre, comenzando por su cuerpo. El drama de la propia existencia es un interrogante que
pide razón a cada uno. La grandeza y miseria humanas revelan la vocación humana a algo más que
el bienestar. La razón es la aprehensión de las cosas en su conexión, es una necesidad del hombre: justificar
su actuar en cada momento. La vida es todo menos instinto, a cada momento tengo que dar razón de mí
mismo. El futuro y la perplejidad que lo acompaña introducen una madeja de cuestiones y convierte
la vida en proyecto, cuestiones dramáticas como la felicidad, el amor y la muerte.
La Revelación, es cuanto Dios ha comunicado de sí a través de muchos medios, parte de ella
ha sido puesta por escrito y constituye las Sagradas Escrituras, ello requiere la fe. Habría que justificar
la revelación de Dios al hombre y otras cuestiones que rebasan el objetivo de estas páginas. Se irá
directamente a tratar de descubrir el designio que en ella hay sobre el hombre y que corresponde con
sus más íntimos deseos
Algunas de las propiedades de la Revelación son estas: es universal, está destinada a todos los
hombres y ya desde aquí se descubre que el hombre es un ser necesitado de una salvación o
redención; es pública o social, está llamada a comunicarse, la comunicación es una característica del
amor; la revelación es jerárquica, no se comunica a cada uno sino a través de medios humanos, aunque
cada uno está llamado a razonarla; es progresiva como la vida misma siguiendo una pedagogía de la
historia humana en general y de la vida de cada uno en particular; y es razonable, adaptada poco a
apoco a la inteligencia humana y llamada a ese entendida parcialmente 1. El punto de partida para la
teología es pues Dios en su testimonio de sí mismo 2.
Teología del amor
La teología es la ciencia del amor. La teología es un medio o camino para encontrar el sentido y razón
de ser de la existencia humana, es decir es un método para acercarse a las cosas y encontrar el sitio del
hombre en el mundo. Es una perspectiva, una forma de vida –como la filosofía– más que una disciplina
qué aprender de memoria. Así, el hombre es la primera realidad que hay que tratar de entender, comenzando
por mí. Lo anterior convierte la teología en un método, una forma o camino de acercarse a las cosas
buscando el proyecto originario de Dios. Es lo que Karol Wojtyła pretendía con sus enseñanzas sobre el
amor humano o Teología del amor. La teología cumplirá su objetivo en la medida que dé razón de la
propia vida a la luz de las verdades últimas3. Hoy más que nunca es una perspectiva urgente que
ayudaría a superar la miopía con la que a veces se vive, la teología ilumina la existencia y da esperanzas

1Véase R. LATOURELLE, Teologia, Scienza della Salvezza, Cittadella Assisi 1971 12 y ss.
2En ese sentido se puede decir que la teología es la ciencia del objeto de la fe, o sea la ciencia de lo revelado por
Dios y creído por el hombre. Entonces ¿todos los cristianos son teólogos? no todos los creyentes son teólogos, sin
embargo todos están llamados a iluminar la propia vida desde el designio original del Creador. Ibíd. 15.
3Por eso la teología es una ciencia de la salvación. Tiene como objeto directo la persona de Cristo en su misterio de la

Encarnación. Sobre la relación entre fe y razón véase JUAN PABLO II, Carta encíclica Fides et ratio.
pues eleva al hombre a mundos inimaginables, es por excelencia la ciencia del amor, que conduce a la
trasformación de la propia vida, pues el hombre no está solo su existencia individual reposa en un
proyecto amoroso: si uno existe es porque Alguien lo ha amado antes de ser.
En este estudio el objeto material es el amor humano; el objeto formal o la perspectiva, es el plan
divino sobre él. Entre las verdades fundamentales del hombre a la luz dela revelación están, el hecho
de ser creatura, imagen, impregnado por el mal, necesitado de redención, y su dimensión escatológica.
Dios en su infinito amor, sale de su Mysterion y llama al hombre un camino de amistad con Él y por
iniciativa absoluta de Dios. Algunas concepciones modernas de la religión tratan a Dios como si
fuera una paloma de plaza a la que se le puede atraer y amaestrar con un puñado de maíz.
La teología tiene un carácter histórico porque la historia es el lugar de las manifestaciones de
Dios, no puede ser de otra manera pues el amor es sustancialmente historia entre dos personas. Tiene un
carácter cristológico, Cristo es el vértice de la humanidad, el modelo que Dios ha tomado para hacer a
cada hombre y la imagen que todo hombre está llamado a realizar en su vida. Éste es el núcleo de
todo amor, pues esa imagen no se logra sino amando. Quien ama se convierte en un canal de Dios,
Dios lo eleva al nivel de su interlocutor. La Encarnación de Cristo es un hecho central en la vida de
todo hombre y de allí debe partir toda reflexión sobre el amor y sobre el cuerpo. Tiene también un
carácter eclesiológico en cuanto que cada hombre está llamado a la con-vivencia, en la comunidad de la
iglesia. Finalmente, un carácter antropológico por el sentido que revela al hombre el misterio del hombre
mismo, dando sentido la existencia humana 4.
En el fondo se trata de un esfuerzo serio y honesto por entender la vida humana y buscar
vivirla de modo más humano, a tope. Es un esfuerzo por humanizar las relaciones y encontrar el
sentido a las pulsiones, a las tendencias y a los propios sentimientos y ello comienza por entender el
propio cuerpo. Este cuerpo que soy yo, que no escogí y que me fue dado, todo él masculino, desde
las uñas de los pies hasta la cabeza escasa de cabello, sentado ahora frene al ordenador, de esta edad,
con esta historia concreta, sudando porque es verano, escuchando lo ruidos de la calle, de otros
cuerpos, con sed y deseos. Un cuerpo que un día apareció, se formó y tiene los minutos contados.
Mi cuerpo y todas sus posibilidades y sus límites. El único que soy para construir mi historia y cumplir
mi misión única e intransferible.
La teología del amor comienza por escucharse a sí mismo, por desarrollar una especial
sensibilidad y por admirarse de lo estupendo que es un cuerpo humano en todas sus dimensiones y
órganos y tratar de descubrir el designio de su hacedor. En la época actual, hay mucho más
instrumentos para conocer el cuerpo humano con mayor detalle que en cualquier otra, gracias a los
adelantos en muchas ciencias. La teología del amor es una maduración personal e íntima que coloca a
quien recorre su camino en una nueva altura desde la cual comprender la propia vida partiendo del
cuerpo, superando la pequeñez de una visión puramente biológica, que reduce al hombre a un animal
más y a un mero fruto de una evolución ciega, sin razón y sin finalidad.

Apertura inteligente a las Escrituras

Antes de abordar los textos es necesaria una somera introducción5. Las Escrituras son
una gran obra de arte, como una catedral gótica, requiere de preparación, la mayoría ve solo lo

4 Hay otras perspectivas sobre el objeto de la teología como apunta Laturelle en las que aquí no se entrará. Véase
R. LATURELLE, Teologia… 24.
5 He aquí algunas introducciones más extensas a las Escrituras: J. L. SICRE, Introducción al Antiguo Testamento, Verbo

Divino, Estella 2005; O. EISSFELDT, Introducción al Antiguo Testamento, Cristiandad, Madrid 2000; DRANE
J., Introducción al Antiguo Testamento, Clie, Barcelona 2004; SCHMITDT W., Introducción al Antiguo Testamento, Sígueme,
Salamanca 1999 y TABET M. A., Introducción al Antiguo Testamento, Pentateuco y libros históricos, Palabra, Madrid 2004.
que quiere ver o lo ve todo distorsionado, se necesita la clave para entender la complejidad de tantos
libros, lenguas, géneros literarios y autores en tantos siglos de escritura, como un organismo
vivo. Hay que escuchar con atención lo que realmente dice. La clave es el amor esponsal: Dios ama
al hombre como un esposo a su esposa. La historia de ese amor es la línea conductora de las
Escrituras como se verá.

Despejando prejuicios

La Biblia es un sorprendente conjunto de escritos a los que cada uno puede acercarse
con total libertad y desde su propia vida, siempre tendrá algo que descubrir. Pero existen varios
prejuicios que hay que evitar, el primero está salpicado de ateísmo y consiste en pensar que en la
Biblia no hay más que mitos y éstos han sido superados por la ciencia actual. En el extremo
contrario está la interpretación literal y fundamentalista como la de un cierto creacionismo que toma
al pie de la letra y sin criterio todo lo que ahí se dice sin distinguir 6. Pero hay otros prejuicios
menos burdos y hasta bienintencionados como el inmediatismo o presentismo, consiste en sacar
frases aisladas de las Escrituras para confirmar la propia visión de la realidad o para adaptarla a
la propia forma de vida. Hay otro que consiste en reducir la Biblia a un manojo de reflexiones
espirituales perdiendo el mensaje general y su profundidad, aplicando los pasajes con miopía y sin
haber entendido su sentido. Otro prejuicio reside en concebir las Escrituras como una pecera de citas
éticas y morales.

Un sincero análisis de las Escrituras consiste primero, en descubrir la unidad que hay en
esa biblioteca tan amplia y dispar; segundo, en comprender el proyecto o misterio que hay detrás de
ese conjunto tan vario y que se refiere en primer lugar al hombre y el sentido y significado últimos
de su existencia; la tercera cosa que hay que tener siempre en cuenta es respetar el texto tal como
aparece allí y lo que quiere decir, con esos datos y formas que han pasado a la tradición. Se trata
de un análisis de las Escrituras para comprender el amor humano en este libro –o biblioteca–
del amor por excelencia.

Sobre el –nuevo Testamento puede verse el de PIÑERO A., Guía para entender el Nuevo Testamento, Trotta, Madrid
2008.
6Los fundamentalismo han hecho mucho daño a lo largo de la historia por ignorancia o por intereses particulares,

como denuncia Carlos Cañeque al hablar del fundamentalismo norteamericano, con su visión del cosmos, sus
televangelistas, su creacionismo bíblico y la justificación de sus políticas y estrategias, tan evidentes y el daño que ha
hecho a millones de personas por todo el mundo. C.CAÑEQUE, “El fundamentalismo norteamericano”, en RDP.
Revista de Debat Politic (2003) 7; HOLFSTADTER R. TheParanoid Style in American Politics. Knopf, Nueva York,
1965. O la clásica de M. WEBER, Ética protestante y el espíritu del capitalismo, Reus, Zaragoza 2009.
Palabras clave para entender las Escrituras. Revelación es una acción de Dios, por la que da a
conocerse a sí mismo y por tanto su proyecto sobre la realidad y sobre el hombre. Los datos de la
revelación están contenidos en la Tradición. Ésta es una palabra de origen latino (trado, entregar y el
sustantivo traditio, entrega) que significa el conjunto de bienes que se entregan de una generación a
otra en una cultura. En el caso de la Revelación, ésta ha seguido los cauces naturales humanos y se
ha conservado y transmitido de generación en generación. Aquí surge otra palabra clave: la trasmisión,
la teología tiene el deber de estudiar los cauces y modos como se han transmitido los datos de la
Revelación, esto a su vez lleva a una interpretación todo ser humano especialmente los cristianos están
llamados a iluminar su vida interpretando las Escrituras. En la interpretación de la Tradición y de las
Escrituras el magisterio tiene un papel especial. El Magisterio es un carisma dejado por Cristo a sus
apóstoles y sus sucesores para interpretar la tradición y dentro de ella las Escrituras. El magisterio
también consiste en un ministerio, el de interpretar y sugerir a través de documentos, alocuciones,
etc. Es importante pero cada cristiano está llamado a dar razón de sí mismo con honestidad y en
coherencia con los datos y acontecimientos según se van presentando7.
En esta gran biblioteca están presentes casi todos los géneros literarios, que incluyen los relatos
míticos, épicos, históricos, textos legislativos, proféticos, poéticos (líricos…), con estructuras y
métrica propias de aquellas culturas; hay textos evangélicos, epistolares, apocalípticos y otros géneros
propios de los hebreos. Hay también dichos legales, históricos, culturales, proféticos, refranes,
proverbios y acertijos. Esto supone el inconveniente de una lectura literal. Además, a lo largo de la
historia ha recibido modificaciones, se encuentran en ella descomposturas, restauraciones y
remodelaciones hasta llegar a su forma definitiva, hay textos que proceden de una previa tradición
oral. Se han cometido muchos errores y abusos por la ignorancia de estos aspectos.

La Biblia constituye un gran monumento histórico cargado de símbolos, giros


lingüísticos propios de los pueblos que la escribieron, la influencia de los autores humanos con
sus temperamentos, su mundo y su cosmovisión propios. Para una verdadera interpretación, hay
que tener en cuenta el contexto histórico en cada texto y su lugar dentro del conjunto de las
Sagradas Escrituras.

Además de los géneros hay en las Escrituras diferentes tradiciones o hilos narrativos, en el
Antiguo testamento sobresalen estas: la Sacerdotal, la Yahavista, la Eloísta y la Deuteronómica8. En
el Nuevo Testamento se pueden identificar otras diferentes tradiciones más simples como la
Hebraizante, la Joánica, la Petrina y la Paulina. Sin embargo hay que leer las Escrituras en su
forma final y tratar de entender cada texto en su con-texto dentro todo un conjunto9.

Algunos criterios para ésta últimas son los siguientes: ponerse a la escucha, discernir la
intención del autor, acercarse con fe (cristiana) y con gran honestidad intelectual, teniendo en
cuenta que son escritos para el hombre de todos los tiempos. La Biblia no confirma la teología,

7 R. LATOURELLE, Teologia, ScienzadellaSalvezza, cit.; Teología fundamental, Sígueme, Salamanca 1992.


8 O. EISSFELDT, Óp. cit. 331.
9 Es ridículo decir: “la Biblia dice tal o cual cosa” y querer imponerla, habría que citar el libro concreto (en la Biblia

hay 73 libros o rollos) y tener en cuenta las circunstancia que rodea ese libro: su género literario, el contexto que
ocupa en el conjunto. Las claves principales de acercamiento a la Escritura son la perspectiva espiritual, la literaria, la
histórica o la exegética.
la ilumina, aquí se verá el amor humano como un hecho histórico, jurídico, religioso, cultural
dentro de su fragilidad natural.

La Biblia cuenta una historia de amor

Recuérdese que los tres términos que se usan en las Escrituras para designar el amor son,
el primero es Hesed del corazón, es un amor de misericordia y ternura interior por el otro, es el amor de
enamoramiento y de afectos que los esposos se dan mutuamente, Dios ama a Israel con este
amor como a una esposa. El segundo es un amor de fidelidad, emunah, es una amor de aceptación
y significa constancia y perseverancia en el amor, presupone una decisión y un trabajo personal,
tiene la misma raíz de amén, fidelidad a un pacto establecido. El tercero es el quinah, que se
traduciría por exclusividad y celo ante la posibilidad de otro amante. En el Nuevo Testamento, se
añade un cuarto que es el ágape, de origen griego y es un amor de donación total, a diferencia de
eros que se refiere más a los sentimientos, aunque no se contradigan10.

La clave está en los profetas

Los libros de los Profetas son la luz y la clave para entender la unidad del resto de los textos
bíblicos. Gracias a ellos se descubre que las Escrituras están orquestadas bajo la imagen de la celebración
de una boda judía. La gran novedad de la religión judía respecto a las religiones de los pueblos
circundantes es la relación amorosa, esponsal de Yahvé con el pueblo elegido. Afirma Evdokimov con
lucidez: “De un extremo a otro de la Biblia resuena un canto inmenso de amor”, que es lo que
da unidad a los textos: la celebración de las promesas y boda propiamente hablando11.

La historia milenaria de Israel o de la salvación, sigue simbólicamente, el esquema de un


casamiento judío, este duraba un año y tenía dos grandes celebraciones: la primera era la promesa
–ya eran considerados esposo y esposa aunque no convivían– y pasado ese año, la boda como
tal, en ella introducía el muchacho a la esposa a su casa y se realizaba –en medio de la fiesta– la
consumación. Ésta es la gran aportación de los profetas, para ello hay que describir una boda judía,
tan ajena a las costumbres actuales, permeadas en general por lo técnico y lo económico, si no
es que por la vulgaridad.

Una boda judía

10 E. SCHILLEBEECKX, Mariage, Secular Reality and Saving Mystery (Vols. I-II). Sheed and Ward, London-Melburne,
1965, 57.
11 EVDOKIMOV P., , El matrimonio, Mensajero Bilbao 1969, 97
En occidente una boda dura unas cuantas horas, en Israel el casamiento se realizaba en dos
momentos o ceremonias muy definidas separadas por un año: la entrega de la novia al esposo y un
año después la cohabitación y consumación, esta segunda ceremonia era mucho más festiva y larga.
Primera ceremonia: desposorio.
Consiste sustancialmente en la entrega de la joven al esposo, por parte del padre.
El joven entraba en la casa de la novia cargando estas cosas y ya se sabía a qué venía. El
pretendiente discutía con el padre de la chica y con los hermanos mayores el precio acordado para
poder desposar a su hija. Si finalmente el padre accedía, bebía con el pretendiente un trago de vino,
y se invitaba a la hija a pasar. Si la hija accedía (rara vez se opondría a un acuerdo de su padre), se
daba el acuerdo, y la hija y el pretendiente sellaban el acuerdo de esponsales, llamado shitreerusin
bebiendo de la misma copa de vino, mientras se pronunciaba una bendición. Hay que aclarar que no
se trataba de una compraventa dela mujer. A partir de aquí pasaban doce meses y después tenían
lugar la boda propiamente.
Tiempo de espera para la boda
El momento del inicio de los esponsales se marcaba con un regalo de boda (o mohar, Gen
34 12, Ex 22 17, 1 Sam 18 25). Desde el momento de los esponsales, la novia era tratada como
esposa. La unión no podía disolverse excepto por un divorcio legal; el incumplimiento de la fidelidad
era tratado como adulterio; y la propiedad de la mujer pasaba a ser administrada por el esposo, a
menos que expresamente renunciara a ello, él era el heredero natural.
Después del contrato de esponsales los novios continuaban separados cada uno en la casa
de sus padres. Durante este período la novia se preparaba para su futuro papel de esposa y el novio
se encargaba de conseguir el futuro alojamiento para su mujer, fuera o dentro de la casa de los
padres12.
Purificación de la novia. Como preparación a la boda, la novia debía purificarse debidamente
en un miqwaoth o baño ritual, mientras el novio debía preparar la habitación nupcial o chuppah.
Celebración de la boda: introducción de la esposa a casa del esposo
Doce meses después de los esponsales, se celebraba la segunda parte o boda propiamente,
fijada por la ley. La ceremonia de la boda como tal consistía en conducir a la novia a la casa del novio y
consumar, con ritos muy específicos: Se celebraba comúnmente por la tarde del miércoles, esto dejaba
los primeros días de la semana para los preparativos, y permitía al marido, si tenía alguna acusación
en contra de la supuesta castidad de su prometida, realizarla de inmediato ante el sanedrín local, que
se reunía cada jueves, el matrimonio con una viuda se celebraba en jueves por la tarde, lo que permitía
tres días de la semana “para gozarse con ella” antes del sábado.
Reunión en casa de la novia
De los diversos puntos del pueblo acudían los invitados a casa de la novia, a última hora de
la tarde, esperaban y convivían en la casa de la novia. Fuera, las chicas de la comunidad esperaban
con antorchas encendidas al novio, cuya llegada era repetidamente anunciada por mensajeros o
centinelas, poco antes de la media noche, para encontrarse con la novia. El novio iba acompañado
de sus amigos; iluminado por las llamas de las teas, era recibido por los invitados en casa o fuera de la
casa de la novia. Se puede adivinar la emoción de todos esperando al novio llegar en medio de la
oscuridad, con los amigos, una especie de padrino o padrinos. Testimonio de ello son, la parábola de

12 STAUFFER E., “Gaméo.”, en: Theol. D. N. T., I, 654; BERNARD J. H., A Critical and Exegetical Commentary on
the Gospel According to Saint John, I.C.C., Edimbourg, 1929, 131. LEÓN J. Teología de la unidad, La Aurora, Buenos
Aires 1971.
las vírgenes despistadas y las bodas de Cana en que Jesús se presenta con los recién elegidos
discípulos.
Cortejo nupcial
Aquí iniciaba una procesión festiva con abundantes antorchas, hacia la casa del padre del
novio, donde se realizaría la ceremonia del matrimonio y el agasajo. La novia del Cantar de los
cantares hace una descripción de este cortejo, que representa todo un testimonio (Cant 3, 6-5-1)
Los amigos del novio (kiddushin) eran especialmente importantes, tenían un gran compromiso
y desempeñaban un papel esencial en la celebración: se trataba de dos testigos especiales, se encargan
de atender a las necesidades de la pareja o actuaban como sus intermediarios. Durante la boda ellos
ofrecían regalos, asistían a los novios y les atendían en la habitación nupcial. Eran asimismo los
garantes de la virginidad de la novia. Estos testigos firmaban y llevaba el contrato a los padres de la
novia. En el contrato estaban contenidas las promesas que el novio se comprometía a realizar con su
futura mujer.
Bendición de la pareja y conducción a la recámara
Después de la procesión se daba una bendición a los nuevos esposos con una fórmula, esta
consistía en que la novia era entregada a su marido (Tobías 8, 13). Las festividades de la boda
comenzaban. Durante la bendición, se imponía un velo sobre ambos, esta costumbre fue suprimida
después de destrucción de Jerusalén. Todavía más antiguo era portar coronas que el esposo colocaba
en la cabeza de ella (Cant 3, 1; Is 61, 10; Ez 16, 12), que también estuvo prohibido después de la
última guerra judía. Durante la procesión se llevaban palmas y ramas de mirto de la pareja,
acompañadas de grano o monedas que se arrojaban en medio de la música 13.
Después de la ceremonia, la pareja era conducida a la habitación nupcial (cheder) que
previamente habría preparado el novio, y al lecho nupcial (chuppah). La novia iba ya con su cabello
descubierto, hasta entonces llevaba el velo. Aquí el novio entregaba unos regalos a la novia.
Las festividades del matrimonio podían durar una semana, según las circunstancias y los
invitados, pero los días nupciales se extendían por todo un mes. Al inicio de esta semana, los novios
permanecían en la cámara nupcial, vigilada por los “dos amigos del novio”. Cuando el novio
finalmente daba una voz, entraban los amigos y salían con la buena noticia de la consumación del
matrimonio. En ese momento salían los novios del cheder, la novia con el velo descubierto.
Este hecho era recibido con gran satisfacción por parte de los invitados, Por la importancia
de la promesa de una nueva vida, con ello iniciaba la fiesta de la boda, donde se servía comida, se
bailaba y se cantaba al son de la música (Sal 45, 1-17). Las comidas exigían el uso de una gran cantidad
de agua para realizar las frecuentes abluciones y lavatorios rituales. Jesús, al presentarse como el
Esposo esperado y profetizado, utilizaba tanto las imágenes nupciales, que casi se pueden obtener
más datos sobre estas costumbres de los evangelios que de muchos otros escritos antiguos.
Israel, una historia de amor
Resumiendo de forma narrativa muy simple. Los protagonistas de esta historia de amor son
dos muchachos, se enamoran después de un encuentro “casual”, ella, una chica tímida y morena por
el sol, él es un pastor que recorre los campos en busca de pastos para su ovejas y por ello aparece y
desaparece dejándola herida de amor. Después de algunos encuentros tiernos y cargados del temor
propio del enamoramiento se comprometen, firmando un pacto de fidelidad, son ya esposos, aunque todavía
no conviven, siguiendo la tradición hebrea. Él le da el mohar, cumple más allá de lo estipulado y
además de vestidos preciosos, sustento (leche y miel) y prepara una tierra hermosa donde vivir, un

13Otros pasajes de los Evangelios en los que se hace alusión a la boda como celebración por excelencia del mesías
son: Mt 25 1-13; Mt 24, 45-51; Lc 12, 35-48 o Lc 5 33-35 y Jn 3, 26-30.
hogar en el que ella puede pasear a sus anchas. Todas las tardes Él iba a platicar con ella y la mimaba,
la cuidaba si enfermaba o se sentía frágil. Pero ella lentamente comienza a frecuentar a los vecinos,
observa sus costumbres y se comienza a enamorar de ellos. El percibe en su mirada un cambio, ya
no platica como antes y un buen día no la encuentra, alguien le dice que se está prostituyendo en el
mercado. Él observa que faltan cosas, el baúl de su ajuar está vacío y encuentra sus vestidos tan
caros, de venta en los puestos del mercadillo, su corazón le da un vuelco de ira y decepción.
Por otro lado, los diferentes amantes le prometen de todo pero la engañan, ella ha caído en
sus artimañas. Él, después de recriminarle sus abominaciones, la destierra a un pueblo enemigo, lleva
bajo el brazo el libelo de divorcio, para repensar su propia vida. Al verla marcharse, él no sabe qué le
duele más, si la infidelidad sufrida o verla a ella, tan frágil y aturdida, caminar encadenada, como una
esclava a tierras lejanas.
En la tierra ajena, ella no hace más que llorar la lejanía del esposo, y arrepentirse y prometer
un cambio de vida. Pasado un tiempo, el muchacho considera suficiente el sufrimiento y sincero el
cambio, demuestra que Él es fiel, acude al desierto por ella. Regresan y rompe delante de ella, el libelo
del divorcio, ella consternada todavía por su vida pasada no acaba de entrar es sí de alegría. Ahora es
Él quien la consuela y la reanima con la descripción de la boda que se celebrará, le canta mientras se
imaginan la boda: él vendrá entre sus amigos en una procesión mientras ella lo espera en medio de la
noche sus amigas con antorchas, cantando para celebrar las ceremonias y los banquetes del festejo
nupcial. Finalmente, Él le revela entre cantos de amor su verdadera identidad: “yo soy tu creador”
“yo soy tu redentor el que te trajo del desierto y quien te ha escogido con un amor de esposo, para
siempre”, “es tal mi amor que he dado la vida por ti” (canto del Siervo de Yahvé).
La boda se celebrará después de la ausencia del esposo que se ausentó a un país lejano.
Vuelve, se celebra la boda e inicia la convivencia considerada como la prolongación de la fiesta de
bodas, mientras van llegando los hijos.
2. Yahvé desposa a Israel en el desierto
La gloria de Dios es el hombre viviente
Ireneo de Lyon
Ahora se verá cuanto se ha dicho afrontando los textos.

Todo comienza con la formación de Israel (la novia) y su preparación al pacto de amor
en el Sinaí. Esto se relata en el libro del Génesis del capítulo 12 al 50. Dios irrumpe en la historia
humana llamando a un hombre influyente de las llanuras de lo que hoy es Irak: Abrán14. En poco
espacio hay que resumir las historias tan cargadas de sensibilidad humana, terribles algunas como
la del sacrificio de Isaac, y de simbolismo prefigurador (Gn22). Continúa con la historia de Isaac,
su matrimonio con Rebeca, el nacimiento y crecimiento de Esaú y Jacob y la bendición de éste
por parte de su padre. El relato está salpicado de anécdotas que no deben pasarse por alto. Vale
la pena leer los capítulos de todos estos libros que han alimentado la cultura occidental,
comenzando por el arte y están repletos de pequeñas historias que van dando sentido a un plan
o proyecto general, oculto detrás de ellas, como el origen de la circuncisión como señal del pacto
en Gn 16 o el profundo episodio de la encina de Mamré y la promesa del nacimiento de Isaac en
Gn 18, o el suceso del rapto de Dina y sus dramáticas consecuencias en Gn 34.

14Libros maravillosos que relatan esta historia, son por ejemplo: D. ROPS, El pueblo de la Biblia, Palabra, Madrid
2000, traducido y editado cientos de veces en todas las lenguas occidentales.
Lo que comenzó siendo un individuo ha llegado a ser una familia cada vez más grande
con Jacob y sus hijos, en Egipto. Cómo es que van a parar a Egipto, lo explica la novela de José
inserta en el Génesis, el penúltimo hijo de Jacob y en algún aspecto prefiguración de Cristo. Los
relatos de José constituyen una “novella” con su propia unidad dentro del texto. Éstos, están llenos
de aventuras y se encuentran desde Gn 39 hasta el final del libro que da paso al libro del Éxodo15.

Los esponsales: primera parte del casamiento


El pacto que se establece entre Yahvé y el Pueblo en el Sinaí consiste en un pacto de
amor nupcial y solo así puede entenderse a fondo. Hay que leer la legislación a la luz de los
profetas y en retrospectiva. El pacto se va preparando desde el libro del Éxodo con la
multiplicación de las familias, que han dado origen a un pueblo con sus tribus. Esta historia está
salpicada de innumerables detalles con un significado propio, como el pasaje de la zarza ardiente,
con su solemne sentido; las numerosas y arduas visitas al palacio del Faraón para convencerlo
de dejar libre al pueblo mientras, mientras Dios endurece el corazón de éste; los relatos épicos de
la salida, entremezclados; y la larga estancia en el desierto.

El pacto amoroso entre Yahvé y el Pueblo se expresa en los diez mandamientos y el periodo del
desierto será visto por los profetas como un período de los primeros amores. Los mandamientos
fueron desglosados e interpretados por cuatro tradiciones que leen los mandamientos en
diferentes claves de amor que se van entremezclando en los libros del mismo Éxodo, Levítico,
Números y Deuteronomio. Estos libros son un desglose o explicitación del pacto establecido
con Yahvé en el desierto y fueron paulatinamente puestos por escrito en épocas posteriores. Las
cuatro tradiciones que interpretan el pacto son: el decálogo, el libro de la alianza, el códice deuteronómico
y las leyes de santidad; sin el amor no se entienden esas meticulosas y hasta pesadas
prescripciones.16.

15 Para profundizar más el Pentateuco: WHYBRAY R. N., El Pentateuco, Desclée de Brower, Bilbao 1995.

16En ello se encuentran testimonios riquísimos de sociología y costumbres. La clave para entenderlos en general es
el valor sagrado de la vida y la necesidad de custodiarla escrupulosamente, como un esposo cuida y se preocupa por
la vida y salud de su recién esposa. Piénsese que se trata de un pueblo en camino, poco numeroso y tremendamente
frágil frente a los peligros del desierto, a las enfermedades y pestes, sin ello no se entienden ni explican las leyes de
santidad. No se pueden entender estos textos sino en el contexto de una Alianza con Dios, la ley y su interpretación,
es un respuesta de amor al amor de Yahvé que ya ha hecho su parte en el pacto. Solo así se entienden los mandatos
tan particulares de los que aquí se extraen aquellos que tienen que ver con el matrimonio y la familia. Aquí se hará
alusión a algunos textos significativos, referentes al matrimonio y a la familia agrupados en tradiciones.
En el período del desierto el pueblo cobra conciencia de su identidad y de su pertenencia
exclusiva a Yahvé. Aquí se dan sucesos conmovedores como el del maná y las codornices, el agua
que brota de la piedra (Ex 16 y 17), el relato del becerro de oro y la destrucción de las tablas, en
los capítulos siguientes, que hablan de la preocupación del esposo por la esposa.

Los libros de la legislación podrán parecer monótonos y tediosos. No hay que quedarse
en eso, más bien hay que verlos como parte de una gran pedagogía de Dios sobre el pueblo y de
su lenta maduración irá asimilando el espíritu que late por debajo de la ley. La clave pues con la
que hay que afrontar estos textos es la profética que ve en ellos un pacto nupcial entre Yahvé y el pueblo y
solo así se entienden las prescripciones: en clave de amor y entrega esponsal.
El Decálogo: respuesta de amor de la esposa.
Dios pide exclusividad de la esposa. Los textos que se refieren al amor están íntimamente
ligados al matrimonio, se pueden dividir en preceptos familiares y otros sociales.
Sólo así se entiende el mandato un poco extraño para la mentalidad actual de no mezclarse
con los habitantes de la tierra prometida que el pueblo está próximo a tomar, cuyo sentido es el de
preservar de la prostitución a los hijos e hijas, se sabe por los textos bíblicos que las religiones de los
pueblos de Canaán incluían la prostitución sagrada17.
Sólo esta perspectiva justifica o explica la reacción tan desproporcionada a los ojos actuales,
de Pinjás, que atraviesa con la lanza a un israelita con su amante en medio de una peste que asolaba
al pueblo (Nm 25, 6-8). El mandato de santificar las fiestas y guardar el Sabbat, es un mandamiento
estrictamente familiar, está dirigido al padre de familia que se encargará de hacerlo cumplir (Ex 20,
10-12). La única persona exenta de este precepto es la mujer, que tiene que dar de comer y realizar
las actividades propias de la casa ese día. Con ello cumple una misión altísima de garantizar la liturgia
del Sabbat como día dedicado por Israel a Yahvé. Ese mismo espíritu permea el mandamiento
referido a honrar a los padres para vivir mucho tiempo. Yahvé ya ha hecho su parte en esta relación
de amor esponsal y paterno filial. “Yo soy Yahvé tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, de la
casa de servidumbre”(Dt 5,6: 5,6; Ex 20, 17 y Dt 5, 21).
Libro de la Alianza esponsal
La alianza es una forma de amor, es entendida por los profetas en clave de pacto
matrimonial. En la tradición de la Alianza aparecen algunos mandatos que tienen como objetivo
proteger a la mujer. Por ejemplo la que obliga al hombre que tiene relaciones sexuales con una virgen
a darle la dote y a casarse con ella18. La misma obligación pesa en el caso de abuso sexual. Algunos

17 “Guárdate de hacer pacto con los habitantes del país en que vas a entrar, para que no sean un lazo en medio de
ti… No hagas pacto con los moradores de aquella tierra, no sea que cuando se prostituyan tras sus dioses y les
ofrezcan sacrificios, te inviten a ti y tú comas de sus sacrificios; y no sea que tomes sus hijas para tus hijos, y que al
prostituirse sus hijas tras sus dioses, hagan también que tus hijos se prostituyan tras los dioses de ellas. Ex 34, 12 y
15-16
18 “Si un hombre seduce a una virgen, no desposada, y se acuesta con ella, le pagará la dote, y la tomará por mujer.

22,16 Y si el padre de ella no quiere dársela, el seductor pagará el dinero de la dote de las vírgenes. Véase Ex 22,
15-16. Es exactamente lo que siglos después pasará con un hijo de David: Amnón uno de los hijos de David se
enamora de Tamar, su hermanastra y hermana de Absalón; urde una estrategia para quedarse a solas con Tamar y
forzándola se acostó con ella. Pero después de esto Amnón la aborreció “con tan gran aborrecimiento que fue
mayor su aborrecimiento que el amor con que la había amado”. 2Sm 13, 1-19. Esto dio origen a una cadena de
desgracias familiares y luchas internas que fueron debilitando el reino.
de ellos pueden parecer desconcertantes hoy. Hay que tener en cuenta que pertenecen a una época
que da suma importancia a la vida, la vida de la esposa e hijo que es el pueblo mismo. Eso explica las
disposiciones sobre la mujer del esclavo19. En el caso de una mujer dada en esclavitud, si procreaba,
debía ser tratada como hija del suegro(Ex 21, 2-6. Ex 22, 15-16).
Códice deuteronómico: escucha y ama
La calidad humana y espiritual de una persona se mide por su capacidad de escuchar y amar.
Esta es la clave para entender la tradición deuteronómica resumida en el párrafo siguiente, en que
Yahvé pide a Israel amor y fidelidad.
“Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor.[a] 5 Ama al Señor tu Dios con todo tu *corazón
y con toda tu alma y con todas tus fuerzas*. 6 Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas
continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes
y cuando te levantes. Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca; escríbelas en los postes
de tu casa y en los portones de tus ciudades” (Dt 6 4-9)20.
Desde allí se entienden otros textos como los que se refieren a no tener muchas mujeres,
marcando una tendencia al ideal de la monogamia 21; o la referente a las mujeres tomadas en la
guerra22; la protección a la mujer repudiada con la excusa de no ser virgen (Dt 22, 15-16 22,15).
Asimismo se entiende la dura disposición sobre la pena de muerte a los adúlteros (Dt 22, 22), la
prohibición del incesto (Dt 23, 1). Igualmente “si un hombre está recién casado, no saldrá a campaña
ni se le impondrá compromiso alguno; quedará exento en su casa durante un año, para recrear a la
mujer que ha tomado” por el valor superior de la descendencia” (Dt 24, 5).En este contexto aparece
la ley del levirato, que consiste en que el hermano debe casarse con su cuñada viuda, para darle
descendencia, de allí la gravedad del pecado de Onán, es doble pues se niega a esto último 23y otros
preceptos de una plasticidad extrema24.

19 Ex 21, 2-6.
20 “No sigas a esos dioses de los pueblos que te rodean, pues el Señor tu Dios está contigo y es un Dios celoso; no
vaya a ser que su ira se encienda contra ti y te borre de la faz de la tierra. (Dt 6, 15). Esto no lo entendió el rey
Salomón pues “El amó a muchas mujeres extranjeras, además de la hija de Faraón, moabitas, ammonitas, edomitas,
sidonias, hititas, 11,2 de los pueblos de los que dijo Yahvé a los israelitas: No os uniréis a ellas y ellas no se unirán
a vosotros, pues de seguro arrastrarán vuestro corazón tras sus dioses, pero Salomón se apegó a ellas por amor;
11,3 tuvo setecientas mujeres con rango de princesas y trescientas concubinas. 1 Re 11, 1-3.
21 “No ha de tener muchas mujeres, cosa que podría descarriar su corazón. Tampoco deberá tener demasiada plata

y oro” (Dt 17, 17). Poseer muchas mujeres es signo de alejamiento de Yahvé, como lo muestra la historia de Roboam
con sus sucesivas desgracias familiares, “pues tuvo dieciocho mujeres y sesenta concubinas; y engendró veintiocho
hijos y sesenta hijas” (2 Cr 11, 18-21).
22Dt 21, 10-14.
23 Pero si el cuñado se niega a tomarla por mujer, subirá ella a la puerta donde los ancianos y dirá: Mi cuñado se

niega a perpetuar el nombre de su hermano en Israel, no quiere ejercer conmigo su levirato. 25,8 Los ancianos de
su ciudad llamarán a ese hombre y le hablarán. Cuando al comparecer diga: No quiero tomarla, 25,9 su cuñada se
acercará a él en presencia de los ancianos, le quitará su sandalia del pie, le escupirá a la cara y pronunciará estas
palabras: Así se hace con el hombre que no edifica la casa de su hermano; 25,10 y se le dará en Israel el nombre de
Casa del descalzado. (Dt 25, 5-10). La gravedad del acto sexual interrumpido está en el engaño de dejar sin
descendencia al hermano “Er, el primogénito de Judá, fue malo a los ojos de Yahvé, Yahvé le hizo morir. Entonces
Judá dijo a Onán: Cásate con la mujer de tu hermano y cumple como cuñado con ella, procurando descendencia a
tu hermano. Onán sabía que aquella descendencia no sería suya, y así, si bien tuvo relaciones con su cuñada,
derramaba a tierra, evitando el dar descendencia a su hermano. 38,10 Pareció mal a Yahvé lo que hacía y le hizo
morir también a él. (Gn 38, 1-10)
24“Si un hombre está peleándose con su hermano, y la mujer de uno de ellos se acerca y, para librar a su marido de

los golpes del otro, alarga la mano y agarra a éste por sus partes, 25,12 tú le cortarás a ella la mano sin piedad” esta
disposición viene acompañada de la justicia en las medidas: “No tendrás en tu bolsa pesa y pesa, una grande y otra
pequeña. No tendrás en tu casa medida y medida, una grande y otra pequeña. Has de tener un peso cabal y exacto,
e igualmente una medida cabal y exacta, para que se prolonguen tus días en el suelo que Yahvé tu Dios te da (Dt
25, 5-15).
Leyes de santidad: Israel, apartada para Yahvé
El pacto nupcial entre Dios y el pueblo es visto aquí en clave de santidad, de consagración a Yahvé. Santo,
del latín sanctus significa separado, apartado del mundo o consagrado, es lo contrario de profano,
está relacionado con la perfección aunque no tiene inmediatamente una connotación moral. En
hebreo qodesh, significa trascendencia, separación absoluta por ello el santo por excelencia es Dios,
Dios se manifiesta a través de acciones que reflejan su gloria, las acciones de Dios son absolutamente
libres y no dependen o responden a las súplicas humanas y menos a la magia o la adivinación. La
clave de la santidad es una vida separada para Yahvé. Santidad significa aquí la exclusividad propia de
la mujer desposada: Israel está apartado para Yahvé, como una esposa está consagrada a su esposo,
es la primicia dedicada sólo a Dios. Ello trae consecuencias: Israel no puede vivir como los demás
pueblos ni mezclarse, esto equivaldría a prostituirse y abandonar a Yahvé. Sería como una esposa
que acude a otros hombres.
Lo anterior implica también, abandonar las costumbres aprendidas en Egipto y las de la
Tierra que van a poseer. Se usa aquí la imagen de la desnudez para referirse a la exclusividad, es símbolo
de la entrega absoluta, por ello se prohíben el incesto hasta el cuarto grado “no descubrirás la
desnudez de tu padre…”; quedan igualmente prohibidos los abominables sacrificios humanos, y la
santidad del pueblo excluye los actos homosexuales y el bestialismo, por ser prácticas de esos pueblos,
pues “Yo, Yahvé, vuestro Dios”(Lv 18, 1-29)25.
La exclusividad implica que la desnudez pertenece a los esposos. El sentido y significado de
la desnudez es la correspondencia en el encuentro sexual, relacionado al conocer, referido aquí al
incesto. En el caso de relaciones homosexuales no se habla de desnudez.
Ya en la moral práctica, el amor conyugal estaba en función de la institución de la familia;
la monogamia representaba un ideal al que va tendiendo Israel, como sistema; se permitía el
divorcio y había una normativa muy concreta sobre los matrimonios mixtos. El matrimonio en
la antigüedad no es el fruto del enamoramiento sino un deber para traer hijos al mundo. Los
hijos eran vistos como una forma de vida eterna, es la forma como se vence la consecuencia del
pecado que es la muerte. Se contemplaba el divorcio desde el mismo desposorio, para proteger
a la mujer y no dejarla desvalida. En el libro de Malaquías hay una referencia al espíritu que hay
detrás del divorcio: Dios odia el divorcio injusto o prepotente, no se podía divorciar por
cualquier causa.

Entrega del mohar, infidelidad de la esposa


Después del desierto sigue la entrada en la tierra prometida, esto es interpretado por los
Profetas como la entrega del mohar (el ajuar) a la esposa que es Israel.

La entrega del mohar a la novia

25Junto a ello establece la prohibición de mezclarse con algunos pueblos en particular, por haber atentado
contra Israel: moabitas y ammonitas de Aram, idumeos (Dt 23, 4-5 y 8-9); en cambio no tendrá pro
abominables a los Egipcios queles dieron hospedaje ni a los idumeos, hermanos de Israel (Lv 23, 8-9).
El género épico hace su aparición de lleno con la entrada y la lenta toma de la tierra
prometida, abunda en relatos de un claro tinte glorioso, se trata del nacimiento de Israel como
nación. Los profetas interpretarán la toma de la tierra prometida como la entrega del nadán o
mohar (el ajuar), por parte de Yahvé a la esposa. Éste era una especie de dote que un tiempo se
entregaba a la novia como el ajuar y estaba contemplado en la ley(Ex 22, 16).

La toma de la tierra prometida comienza con la conquista de Jericó, el relato es


enternecedor y está repleto de simbolismo. Es un período largo en el que las guerras se suceden
junto con los héroes, traidores y personajes épicos como Sansón y digresiones emocionantes,
historias de amor y terribles sucesos con sus consecuencias como el abominable crimen de
Guibea en al libro de los Jueces (Jc19 y 20).

Pero, apenas tomada la Tierra prometida, comienza el coqueteo con los pueblos
circundantes: su forma de gobierno (monarquías), sus religiones, cultos y prácticas sexuales
llamarán la atención del pueblo recién llegado y querrán imitarlos. Todo ello aparece en los libros
de Samuel y Reyes, narran en diferentes géneros literarios la historia tal como continúa: toma
definitiva de la tierra prometida, fin de los conflictos con los pueblos vecinos, la monarquía. La
monarquía es entendida como una concesión de Yahvé al capricho del pueblo de tener reyes y
“ser como los otros pueblos”, traicionando la exclusividad que habían prometido en el desierto.
Esto representa ya un primer disgusto y decepción para Yahvé, celoso ante la actitud añorante
de Israel respecto a esos pueblos.

En la monarquía llega a su apogeo el Reino de Israel, bajo David y Salomón, pero


inmediatamente sobrevendrá la tragedia: a la muerte de éste, la parte norte se desgajará en una
guerra civil, tomando el nombre de Israel y estableciendo su capital en Samaria. Al sur se le
llamará Judá con capital en Jerusalén. Esta parte de la historia es imprescindible para entender el
mensaje esponsal de los profetas, pues aquí comenzará la sucesión de desgracias de Israel en
manos de los grandes reinos e imperios que se irán sucediendo en la región.

Después de la división del Reino, ambos reinos quedarán a merced de los pueblos
vecinos, Israel en el norte y Judá en el sur seguirán caminos opuestos, narraciones separadas y
conflictos con esos reinos, hasta confluir ambos en la desgracia del destierro de Babilonia o
segundo desierto. El destierro de Babilonia es un parteaguas en la historia de Israel, el territorio
entero pasara de una manos a las otras, se irán sucediendo los imperios persa, griego –con varias
dinastías– y finalmente el romano. Lo importante es no perder el hilo de la interpretación
profética. Por ahora basta con lo dicho para hacerse una idea de la sucesión de acontecimientos
a los que darán una lectura los profetas.

Hay que recordar el sentido de estos relatos, no se trata de un resumen de la Biblia sino
de repasar la historia a la luz de los profetas que la interpretan como una historia de amor nupcial
(y paterno-filial) entre Yahvé y el pueblo de Israel.

3. Redención: el drama de los Profetas


Mucho merece de nosotros quien se nos dio sin que le mereciéramos.
Bernardo de Clervaux

Se ha llegado al período propiamente de los Profetas, que ocupan en esta historia de


amor vivo que son las Escrituras, un papel trascendente. Son sin duda los textos más elevados
del Antiguo Testamento, junto con los pilares teológicos del Génesis, los que más penetran en
las entrañas afectivas de Yahvé y los que más ahondan en la miseria humana y constituyen los
faros que girando, iluminan la historia de Israel hacia atrás al proyecto de amor de Yahvé por el
hombre y hacia delante con la esperanza del encuentro con el amado, todo esto través de la
imagen de la relación nupcial entre Dios y el Pueblo y sin los cuales no se entiende la figura de
Jesús. Por ello aquí se ha visto la historia de Israel en retrospectiva profética.
Las historias que aparecen aquí no son siquiera imaginables si no fueran parte de la
revelación. El amor, el drama, la pasión y los sentimientos de Dios se encarnan hasta el grado de
lo emocionante y conmovedor. Pero antes de contemplar algunos textos es necesario ir a una
breve y necesaria introducción. Ya desde aquí se puede hablar de Encarnación de Dios en lo
humano, al tomarse en serio la historia de cada hombre.

Quienes son los Profetas


Los profetas son mediadores entre Dios y el Pueblo y designa también algunos libros
centrales de las Escrituras. El término latino profeta viene del griego (pro fainw, manifestarse por o
a través de uno, hablar por, portavoz) y significa “el que habla por Dios” o instrumento del que se
sirve Dios para comunicar su mensaje, en hebreo nebi. Hay que estar muy atentos a no confundir profecías
con adivinación, e la profecía es Dios quien toma la iniciativa, la adivinación es una esfuerzo humano
por conocer el futuro, a través de la invocación a los dioses y otras prácticas Todas las culturas
antiguas y religiones han tenido fenómenos de adivinación 26. Igualmente se advierte en las culturas

26 La adivinación está ligada a la religión y a la magia. Algunas formas de adivinación han consistido en la
contemplación de la naturaleza, como e caso de los astrólogos babilonios a los que Isaías hace referencia, hablando
a Israel en un lenguaje esponsal y con ironía: “…que se levanten y te salven esos que rompen el cielo para
escudriñarlo y pronostican lo que va a suceder” (Is 47,13); a partir de la observación de los animales, como el vuelo
de los pájaros o de sacrificios o ritos; igualmente a partir de la observación de algunos líquidos y uso de instrumentos
como copas o lanzamiento de flechas. Se daban casos de adivinación intuitiva como la oniromancia o interpretación
de sueños, la necromancia o consulta de los seres de ultratumba como el famoso caso del rey Saúl (ISm 28, 3). La
adivinación se daba también a través de oráculos pedidos o recibidos de las sibilas por ejemplo en Gracia, en
los mediadores entre el hombre y la divinidad, en ello hay también una originalidad absoluta en Israel,
donde la iniciativa la toma Yahvé. Entre los mediadores están los ángeles en primer lugar, los
sacerdotes y los mediadores proféticos que pueden ser a su vez videntes (el que ve cosas ocultas y se
le puede consultar), visionarios (que tiene visiones para servir al rey el iluminar sus decisiones), el
hombre de Dios y el Nabí o profeta propiamente dicho27. Este vocablo se aplica a muchos personajes
en el Antiguo Testamento, como Abraham, Moisés e incluso a los profetas de Baal y sus funciones
varía. Lo importante es que designan a los personajes, enviados en el periodo de la monarquía, sobre
todo después de la división del Reino y libros centrales de esta reflexión sobre el amor.
La profecía es ante todo una vocación, un llamado de Dios28, no es el resultado de la iniciativa
humana ni consiste en un iniciación oculta o en un entrenamiento, sino en una elección divina, a
veces contra la voluntad del elegido para la ardua misión de reprochar al pueblo su infidelidad, por
ello hay que recordar que la misión del profeta no siempre era acogida con entusiasmo.
Esta vocación se da en medio de la crisis en la relación amorosa entre Yahvé e Israel a partir
de la infidelidad de Éste. Los textos que relatan el llamado, tan personal, diferente e individual, de
Yahvé a los profetas, son esenciales para entender el misterioso actuar de Dios en la historia del
hombre y de cada uno29.
Crisis de amor. En los libros de los profetas se da el núcleo de la historia de amor: la infidelidad
de la esposa al amor que había prometido en el Sinaí, la entrega del documento de divorcio a la esposa
(Israel), el destierro en Babilonia, el regreso y preparación para la llegada del esposo. El lenguaje de
los profetas es nupcial y paterno filial. Solo desde ellos se entiende la legislación. Recuérdese que el
significado de Israel es “el que lucha con Dios” y lo vence, conmueve a Yahvé como una esposa a
su esposo y como un hijo a su padre.
Periodos. En la época de los Profetas se pueden distinguir tres períodos: el primero es el momento
en que Israel como esposa ha coqueteado con los pueblos vecinos con la monarquía, llamando a la
conversión y después vaticinando el derrumbe de los reinos, del Norte primero (Amós y Oseas) y
del Sur después (primer Isaías, Jeremías); el segundo abarca el penoso destierro en Babilonia (Ezequiel,
segundo Isaías: “Por tierra de angustia y aridez, de leona y de león rugiente, de áspid y dragón volador,
llevan a lomos de pollinos su riqueza, y sobre giba de camellos sus tesoros hacia un pueblo que no
les será útil” (Isaías 30,6); y el tercero, el regreso del Pueblo nuevamente a la tierra prometida, es el
período conmovedor en que Yahvé como esposo consuela a Israel que está desolada y la exalta
profetizando la llegada del esposo para celebrar la venida del Esposo y la celebración de las bodas
(tercer Isaías), cosa que los profetas no verán pues la grandeza de su modesta misión termina allí30.
El mensaje de los profetas. Va dirigido a despertar a Israel de la corrupción en que ha caído, ha
idolatrado la monarquía, la riqueza y las prácticas sexuales siguiendo el modelo de los otros pueblos.
Por otro lado ha banalizado el culto a Dios burocratizándolo en abierta contradicción con las
injusticias. ¿En qué ha consistido la infidelidad del pueblo? principalmente en haber abandonado a
Yahvé como lo hace una esposa que deja a su marido para irse tras los dioses extranjeros y asimilado
sus prácticas religiosas y sexuales como la prostitución sagrada y las injusticias (contra viudas,
huérfanos y extranjeros); si el pueblo no se arrepiente y cambia de conducta, tendrá que regresar al
Desierto, a purificarse como en los tiempos del Éxodo y del Sinaí.
Cómo hablan los profetas

ocasiones especiales y decisivas como la elección de un monarca o ante la guerra. Los oráculos en los Profetas se
caracterizan por ser no pedidos. J.L. SICRE, El Profetismo en Israel, Verbo Divino, Pamplona 2005,26.
27 Véanse los innumerables ejemplos enumerados en: J.L. SICRE, El Profetismo… 69.
28 “Yo he creado al destructor para aniquilar. Ningún arma forjada contra ti tendrá éxito, e impugnarás a toda lengua
que se levante a juicio contigo. Tal será la heredad de los siervos de Yahvé y las victorias que alcanzarán por mí -
oráculo de Yahvé”. (Isaías 54,17).
29 Léase con detenimiento Is 1-13 en que se relata la vocación de Isaías, tratando de identificar minuciosamente los

elementos simbólicos que allí aparecen, a diferencia de Jr1, 4-10 y de Ez 1-3.


30Los profetas enviados al Reino del Norte son principalmente Amós y Oseas. Al sur están enviados principalmente

Isaías, Jeremías y otros menores como Miqueas, Malaquías o Ageo.


Los profetas trasmiten sobre todo a través de la palabra, o los oráculos, noticias concretas de
parte de Yahvé, “oráculo de Yahvé”31. Dentro de los oráculos estaban los ayes y las advertencias32. El
profeta es un hombre de su época y está impregnado de una mentalidad y cultura concretas, no es
ajeno al pueblo en ese sentido.
Están llenos de símbolos no siempre fáciles de entender. En el lenguaje simbólico de los profetas, las
ciudades como Jerusalén y Samaria, se interpretan como mujeres, son la esposa; los territorios se
refieren a hombres o hijos: Israel, Judá y con una especial ternura, los nombres de Efraín y Manases.
Asimismo los reyes son las cabezas de los reinos, los principales responsables de las decisiones,
algunos de estos reyes son Roboam, Jeroboam, Ozías y Ajaz. El desierto, es símbolo de purificación,
etc.
Otra forma de trasmisión son las acciones simbólicas: el profeta recibe un mandato de parte de
Dios que le dice “ve y haz esto…”. La propia vida. El amor de Dios se revela de manera tan tajante y
tan humana a través de los profetas que alcanza de manera dramática la vida de estos, encarnando
los sentimientos de Dios: a Oseas le toca el duro simbolismo de casarse con una prostituta y poner
nombres simbólicos a sus hijos(Os 1). A Ezequiel le prohíbe enterrar y hacer duelo por su esposa
muerta, ante la inminencia del destierro y a Jeremías le prohíbe celebrar las bodas con la mujer ya
desposada con él (Jr 16, 1-11). Estos duros mandatos deben ser entendidos en el conjunto de la obra
profética y de las Escrituras, como acciones simbólicas. Otros ejemplos son: caminar descalzo y
desnudo (Is 20). En Ezequiel, el asedio, el hambre y la muerte en la ciudad; la marcha al destierro, el
comer con miedo, gemir y retorcerse, las dos rutas posibles y las dos varas.
El profeta trasmite también el mensaje de Yahvé a través de escritos y de libros, esto abre
un debate sobre la autoría de los libros de los profetas, su formación y extensión. Otra forma como
el profeta encarna los sentimientos de Yahvé, son las visiones.

Hay que acudir ahora a los cuatro periodos de los profetas. Para la primera época anterior
al destierro, se tomará a Oseas; para la segunda época que es la inminencia del destierro, en el reino
del Sur, se tomarán textos de Jeremías; para la tercera, que es le época en Babilonia se reflexionarán
textos de Ezequiel; y para la cuarta época que es el retorno y la exaltación de la esposa se acudirá
al Tercer Isaías (este libro consta de al menos tres partes o libros a su vez).
La esposa denunciada. Oseas
Oseas, predica en torno al 700 a. C., en el reino del Norte, cuya capital es Samaria,
separado del sur hacía ya doscientos años y se caracteriza por su ternura al dirigirse a Israel con

31 He aquí algunos ejemplos: “Yo me alzaré contra ellos - oráculo de Yahvé Sebaot - y suprimiré en Babilonia el
nombre y resto, hijos y nietos - oráculo de Yahvé”. (Isaías 14,22); “Aquel día - oráculo de Yahvé Sebaot - se
removerá la clavija hincada en sitio seguro, cederá y caerá, y se hará añicos el peso que sostenía, porque Yahvé ha
hablado”. (Isaías 22,25); Oráculo sobre Tiro. “Ululad, naves de Tarsis, porque ha sido destruida vuestra fortaleza. De
vuelta del país de Kittim se les ha descubierto”. (Isaías 23,1); Oráculo sobre los animales del Négueb. “Por tierra de
angustia y aridez, de leona y de león rugiente, de áspid y dragón volador, llevan a lomos de pollinos su riqueza, y
sobre jiba de camellos sus tesoros hacia un pueblo que no les será útil” (Isaías 30,6); “Aterrado, abandonará su
tropa, y sus jefes espantados abandonarán su estandarte. Oráculo de Yahvé, que tiene fuego en Sión, y horno en
Jerusalén. (Isaías 31,9); “Volverá por la ruta que ha traído. No entrará en esta ciudad, oráculo de Yahvé.” (Isaías
37,34); No temas, gusano de Jacob, gente de Israel: yo te ayudo - oráculo de Yahvé – y tu redentor es el Santo de
Israel. (Isaías 41,14); “Yo lo he anunciado, he salvado y lo he hecho saber, y no hay entre vosotros ningún extraño.
Vosotros sois mis testigos - oráculo de Yahvé - y yo soy Dios”. (Isaías 43,12); “Y ahora, ¿qué voy a hacer aquí -
oráculo de Yahvé - pues mi pueblo ha sido arrebatado sin motivo? Sus dominadores profieren gritos - oráculo de
Yahvé - y todo a lo largo del día mi nombre es blasfemado”. (Isaías 52,5).
32 “¡Ay de los hijos rebeldes - oráculo de Yahvé - para ejecutar planes, que no son míos, y para hacer libaciones de

alianza, mas no a mi aire, amontonando pecado sobre pecado!” (Isaías 30,1). Véase J. L. SICRE, El profetismo… 164
Y SS.
una doble imagen, la de esposa y la de hijo que continuamente se entrelazan. En él se alterna el
lenguaje nupcial y paternal hacia Israel. El libro de Oseas se caracteriza por un Dios que encarna
los sentimientos de un esposo herido de amor, su corazón dividido bascula continuamente entre
la ira hacia la esposa y una tierna compasión por ella. Un ejemplo:
Acusación: 14,1 “Rea de castigo es Samaria, porque se rebeló contra su Dios. A espada caerán, serán
sus niños estrellados, y reventadas sus mujeres encinta”.
Invitación al cambio: 14,2 “Vuelve, Israel, a Yahvé tu Dios, pues has tropezado por tus culpas. 14,3
Tomad con vosotros palabras, y volved a Yahvé. Decidle: Quita toda culpa; toma lo que es bueno; y
en vez de novillos te ofreceremos nuestros labios”.
Recapacitación de la esposa 14,4 “Asiria no nos salvará, no montaremos ya a caballo, y no diremos más
"Dios nuestro" a la obra de nuestros manos, oh tú, en quien halla compasión el huérfano”.
Respuesta compadecida de Yahvé y canto a la esposa (y a Israel como hijo) “Yo sanaré su infidelidad, los
amaré graciosamente; pues mi cólera se ha apartado de él, seré como rocío para Israel: él florecerá
como el lirio, y hundirá sus raíces como el Líbano. Sus ramas se desplegarán, como el del olivo será
su esplendor, y su fragancia como la del Líbano. Volverán a sentarse a mi sombra; harán crecer el
trigo, florecerán como la vid, su renombre será como el del vino del Líbano. Efraím... ¿qué tiene aún
con los ídolos? Yo le atiendo y le miro. Yo soy como un ciprés siempre verde, y gracias a mí se te
halla fruto. ¿Quién es sabio para entender estas cosas, inteligente para conocerlas?: Que rectos son
los caminos de Yahvé, por ellos caminan los justos, maslos rebeldes en ellos tropiezan(Os 14, 1- 9).
“Ve y toma por mujer a una prostituta”
“Toma una mujer dada a la prostitución”. Con este duro mandato comienza la serie de
símbolos que encarna Oseas en su propia vida para echar en cara al pueblo su infidelidad. El
profeta es prefiguración de Cristo pues encarna los sentimientos de Yahvé, aquí el mensaje es
“parece que he desposado una prostituta pues entre ésta e Israel no hay mucha diferencia”: “Fue
él y tomó a Gómer, hija de Dibláyim, la cual concibió y le dio a luz un hijo. (Os 1,3) de esta
mujer nacerán tres hijos. Al mayor Oseas le impone por mandato de Dios, Yizreel, “porque
dentro de poco visitaré yo la casa de Jehú por la sangre derramada en Yizreel”, se trata de un
nombre premonitorio y que Dios responde a la infidelidad de Israel con el abandono: poco
después Israel será derrotado en ese valle (Esdrelón) donde insensatamente el rey Jehú había
enfrentado a los Asirios en una batalla desproporcionada e irresponsable, derramando
inútilmente la sangre del pueblo (Os 1, 2-5). Gómer concibe una hija a la que Dios manda ponerle
“No deseada, rechazada” (Lo Ruhama: “ya no eres mi amada”) y a un tercer hijo cuyo nombre
será “ya no mi pueblo” (Lo Ami).
Inmediatamente Dios se dirige al pueblo –a través del Profeta– como un padre hacia sus
hijos para que reprochen a su madre a la que ha rechazado como esposa y se arrepienta de su
conducta (Os 2,4-15) si no quiere ser humillada, desnudada en público, porque se ha prostituido
se ha ido detrás de sus amantes mendigando su paga. Dios amenaza con cercar sus caminos con
espinos hasta hacerla reflexionar y exclamar “Voy a volver a mi primer marido, que entonces me
iba mejor que ahora” (Os 2,10). Con gran ternura condesciende con la esposa infiel: “No había
conocido ella que era Yo quien le daba el trigo, el mosto y el aceite virgen, ¡la plata yo se la
multiplicaba, y el oro lo empleaban en Baal! (2, 10-11). Este pasaje recuerda el regreso de otro
personaje, el hijo pródigo.

Siempre hay una esperanza, con sentimientos humanos Dios y en medio del enojo por
la infidelidad, entona el profeta, en nombre de Yahvé un admirable himno de amor, que recuerda al
Cantar de los Cantares:

“Por eso yo voy a seducirla; la llevaré al desierto y hablaré a su corazón. 17 Allí le daré sus
viñas, el valle de Akor lo haré puerta de esperanza; y ella responderá allí como en los días
de su juventud, como el día en que subía del país de Egipto. 18 Y sucederá aquel día oráculo
de Yahvé que ella me llamará: Marido mío, y no se confundirá de nombre. 19 Yo quitaré de
su boca los nombres de los Baales, y no se mentarán más por su nombre. 20 Haré en su
favor un pacto el día aquel con la bestia del campo, con el ave del cielo, con el reptil del
suelo; arco, espada y guerra los quebraré lejos de esta tierra, y haré que ellos reposen en
seguro. 21 Yo te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia y en
derecho en amor y en compasión, 22 te desposaré conmigo en fidelidad, y tú conocerás a
Yahvé. 23 Yo la sembraré para mí en esta tierra, me compadeceré de No compadecida, y diré
a No mi pueblo: Tú Mi pueblo, y él dirá: ¡Mi Dios!” (Os 2, 16-23)

Ternura y amor que perdona. En Oseas aparece uno de los textos más tiernos y conmovedores
de la Biblia, en que resume la historia de Israel como un hijo desde su primera infancia:
“Cuando Israel era niño, yo le amé, y de Egipto llamé a mi hijo. 2 Cuanto más los llamaba, más se
alejaban de mí: a los Baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían incienso. 3 Yo enseñé a Efraím a
caminar, tomándole por los brazos, pero ellos no conocieron que yo cuidaba de ellos. 4 Con cuerdas
humanas los atraía, con lazos de amor, y era para ellos como los que alzan a un niño contra su mejilla,
me inclinaba hacia él y le daba de comer. (Os 11,1-5).

Sin embargo Israel no lo reconocía y por eso:


“Volverá al país de Egipto, y Asur será su rey, porque se han negado a convertirse. Hará estragos la
espada en sus ciudades, aniquilará sus cerrojos y devorará, por sus perversos planes. Mi pueblo tiene
querencia a su infidelidad; cuando a lo alto se les llama, ni uno hay que se levante.

Pero se quiebra el corazón de Dios y exclama como un padre enternecido, cargado de


poesía:
“¡Cómo voy a dejarte, Efraím, cómo entregarte, Israel!? ¿Voy a dejarte como a Admá, y
hacerte semejante a Seboyim? Mi corazón se revuelve contra mí, y a la vez se estremecen mis entrañas.
11,9 No daré curso al ardor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraím, porque soy Dios, no hombre;
en medio de ti yo soy el Santo, y no vendré con ira. 11,10 En pos de Yahvé marcharán, él rugirá
como un león; y cuando ruja él, los hijos vendrán azorados de occidente, 11,11 azorados vendrán de
Egipto, como un pájaro, como paloma desde el país de Asiria; y yo les asentaré en sus casas oráculo
de Yahvé” (Os 11, 8-11).

El terrible anuncio del destierro, Jeremías


Casi dos siglos después se presenta otro de los grandes profetas en reino del Sur o Judá.33.
Jeremías: el drama en primera persona. La voz temblorosa de Jeremías le recuerda al pueblo
su pertenencia a Yahvé, su exclusividad, las primicias a las que estaban obligados los hebreos son
un símbolo del pueblo. Cuando un Israelita ofrecía las primeras cosechas a Dios, debía recordar
“nosotros somos la primicia de Yahvé, lo que Dios ha escogido para sí como una esposa para
su esposo”34:
“Ve y grita a los oídos de Jerusalén: Así dice Yahvé: De ti recuerdo tu cariño juvenil, el amor
de tu noviazgo; aquel seguirme tú por el desierto, por la tierra no sembrada. Consagrado a Yahvé
estaba Israel, primicias de su cosecha. Quienquiera que lo coma, será reo; le irá mal, oráculo de Yahvé.
Jer 2, 2-3.

Pero la triste realidad es que Israel prefiere a Baal. Yahvé la recrimina:


¿Cómo dices “no estoy manchada; en pos de los Baales no anduve? ¡Mira tu rastro en el
Valle! Reconoce lo que has hecho, camellita liviana que trenza sus derroteros, 24 irrumpe en el desierto
y en puro celo se bebe los vientos: su calentura, ¿quién la calmará? Cualquiera que la busca la topa,
¡bien que la encuentra acompañada! Jr 2, 23-24.

Divorcio. Aunque la mujer puede arrepentirse, Yahvé no tiene otra opción que la de pedir el
divorcio a través de un documento, la cosa va en serio. Hay que recordar que en Israel el divorcio
era definitivo; un esposo no podía volver a casarse con la mujer repudiada: no hay marcha atrás,
haciendo referencia a la prostitución sagrada a la que se entregó la Esposa en las fiestas paganas. El
libelo de repudio vendrá acompañado de un terrible reproche:
“Supongamos que despide un marido a su mujer; ella se va de su lado y es de otro hombre:
¿podrá volver a él? ¿no sería como una tierra manchada? Pues bien, tú has fornicado con muchos
compañeros, ¡y vas a volver a mí! oráculo de Yahvé. 2 Alza los ojos a los calveros y mira: ¿en dónde
no fuiste gozada? A la vera de los caminos te sentabas para ellos, como el árabe en el desierto, y
manchaste la tierra con tus fornicaciones y malicia. 3 Se suspendieron las lloviznas de otoño, y faltó
lluvia tardía; pero tú tenías rostro de mujer descarada, rehusaste avergonzarte. ¿Es que entonces
mismo no me llamabas: Padre mío; el amigo de mi juventud eres tú?; 5 ¿tendrá rencor para siempre?,
¿lo guardará hasta el fin? Ahí tienes cómo has hablado; las maldades que hiciste las has colmado. 6
Yahvé me dijo en tiempos del rey Josías: ¿Has visto lo que hizo Israel, la apóstata? Andaba ella sobre
cualquier monte elevado y bajo cualquier árbol frondoso, fornicando allí, (Jer 3, 1-6).

33 No se entrará a los detalles de la complicada historia de ese período, pero puede consultarse en J. L. SICRE,
Introducción al Antiguo Testamento, p. 233
34“Manda a los israelitas en estos términos: Tendréis cuidado de traer a su tiempo mi ofrenda, mi alimento, manjares

míos abrasados de calmante aroma”. (Num 28, 2).


Y: “Contarás siete semanas. Cuando la hoz comience a cortar las espigas comenzarás a contar estas siete semanas.
Y celebrarás en honor de Yahvé tu Dios la fiesta de las Semanas, con la ofrenda voluntaria que haga tu mano, en la
medida en que Yahvé tu Dios te haya bendecido. En presencia de Yahvé tu Dios te regocijarás, en el lugar elegido
por Yahvé tu Dios para morada de su nombre: tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, el levita que vive en tus
ciudades, el forastero, el huérfano y la viuda que viven en medio. Te acordarás de que fuiste esclavo en Egipto y
cuidarás de poner en práctica estos preceptos. Dt 16, 9-12
Jeremías habla al Reino del sur (Judá), cuyo pecado es mayor pues no escarmentado en
su hermano del norte (Israel):
“Yahvé me dijo en tiempos del rey Josías: ¿Has visto lo que hizo Israel, la apóstata? Andaba
ella sobre cualquier monte elevado y bajo cualquier árbol frondoso, fornicando allí. 3,7 En vista de
lo que había hecho, dije: No vuelvas a mí. Y no volvió. Vio esto su hermana Judá, la pérfida; 3,8 vio
que a causa de todas las fornicaciones de Israel, la apóstata, yo la había despedido dándole su carta
de divorcio; pero no hizo caso su hermana Judá, la pérfida, sino que fue y fornicó también ella, 3,9
tanto que por su liviandad en fornicar manchó la tierra, y fornicó con la piedra y con el leño. 3,10 A
pesar de todo, su hermana Judá, la pérfida, no se volvió a mí de todo corazón, sino engañosamente
oráculo de Yahvé (3, 6-10).
Ante la dureza del reino del Sur, Jeremías predica en el Norte:
“Y me dijo Yahvé: Más justa se ha manifestado Israel, la apóstata, que Judá, la pérfida. 3,12
Anda y pregona estas palabras al Norte y di: Vuelve, Israel apóstata, oráculo de Yahvé ; no estará
airado mi semblante contra vosotros, porque piadoso soy oráculo de Yahvé no guardo rencor para
siempre. 3,13 Tan sólo reconoce tu culpa, pues contra Yahvé tu Dios te rebelaste, frecuentaste a
extranjeros bajo todo árbol frondoso, y mi voz no oísteis oráculo de Yahvé. (3, 11-13)35.
Un atroz mandato.
“No tomes mujer ni tengas hijos ni hijas en este lugar”, como un gesto que claro para el pueblo, esta orden
es un símbolo para Judá de que se acercan los días difíciles de destierro: “Que así dice Yahvé de los hijos e hijas
nacidos en este lugar, de sus madres que los dieron a luz y de sus padres que los engendraron en esta tierra”. Y para
que quede clara la dimensión del castigo añade: “De muertes miserables morirán, sin que sean plañidos ni
sepultados. Se volverán estiércol sobre la haz del suelo. Con espada y hambre serán acabados, y serán sus cadáveres
pasto para las aves del cielo y las bestias de la tierra” (Jr 16 1-4).

Ya al final del libro deja un hilo de esperanza, se le aparece Yahvé “de lejos”, como desde
la otra orilla de un ancho río:
“Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti”. Después de tanta infidelidad y
de enviar a Judá al desierto para su purificación añade: “Volveré a edificarte y serás reedificada, virgen
de Israel; aún volverás a tener el adorno de tus adufes, y saldrás a bailar entre gentes festivas” lo
anterior es una clara referencia a las celebraciones de las bodas: finalmente Dios no se ha divorciado
de la esposa y en un canto le dice: “Aún volverás a plantar viñas en los montes de Samaria –alusión
a la unificación de los dos reinos pues Samaria era la capital del norte– más aún : “plantarán los
plantadores, y disfrutarán” posiblemente se refiere a la consumación y a la fecundidad de la esposa y
su gozo por los hijos. “Pues habrá un día en que griten los centinelas en la montaña de Efraím:
¡Levantaos y subamos a Sión, adonde Yahvé, el Dios nuestro! (Jer 31, 3-6).

35El reproche se extiende todavía: Yo había dicho: Sí, te tendré como a un hijo y te daré una tierra espléndida, flor
de las heredades de las naciones. Y añadí: Padre me llamaréis y de mi seguimiento no os volveréis. 3,20 Pues bien,
como engaña una mujer a su compañero, así me ha engañado la casa de Israel, oráculo de Yahvé. (3, 19-20)
Este último anuncio es un canto de esperanza y significa nuevamente la reunión de todo
el pueblo en uno y hace referencia a uno de los ritos de la boda en que los centinelas avisan la
llegada del esposo. Igual significado tienen las siguientes palabras cargadas de amor esponsal:
“Plántate hitos, ponte jalones de ruta, presta atención a la calzada, al camino que anduviste.
Vuelve, virgen de Israel, vuelve a estas ciudades.¿Hasta cuándo darás rodeos, oh díscola muchacha?
Pues ha creado Yahvé una novedad en la tierra: la Mujer ronda al Varón”(Jer 31, 21-22).
La esposa desolada en el exilio, Ezequiel
Ezequiel se presenta en Babilonia, uno de los pasajes más dramáticos de la historia de
Israel. Se caracteriza por la descripción de las visiones largas que ha tenido. Aunque profetiza
antes del exilio, fue llevado a Babilonia junto al rey Jeconías. El salmo 136 refleja los sentimientos
del pueblo en esa amarga circunstancia:
1 Junto a los ríos de Babilonia, nos sentábamos a llorar, acordándonos de Sión.
2 En los sauces de las orillas teníamos colgadas nuestras cítaras.
3 Allí nuestros guardianes nos pedían cantos, alegría nuestros opresores,:
"¡Canten para nosotros un canto de Sión!".
4 ¿Cómo podíamos cantar un canto del Señor en tierra extranjera?
5 Si me olvidara de ti, Jerusalén, que se paralice la mano derecha;
6 que la lengua se me pegue al paladar si no me acordare de ti, si no pusiere a Jerusalén
por encima de todas mis alegrías.

Reflexión sobre la propia historia. En pleno destierro, Israel se ve obligado a meditar sobre
su propia historia, resumida de forma simbólica en capítulo 16 de Ezequiel. Se trata de un largo
reproche a la infidelidad y falta de gratitud de la esposa al esposo que se ha desvivido por ella.
Hay que escoger algunos de los símbolos a los que se hace referencia.
El profeta recibe el mandato “haz saber a Jerusalén sus abominaciones”. Por tu origen y
tu nacimiento eres del país de Canaán. Tu padre era amorreo y tu madre hitita” es decir: recuerda
que tu vida es puro don y provienes de los pueblos a los que desprecias. El nacimiento de esta
mujer fue más que precario, estuvo a punto de morir. Le recuerda uqe ha sido elegida como
esposa, a eso se refiere la figura “extender el manto y cubrir la desnudez”, hay que recordar que
el manto hace referencia al cónyuge y la desnudez a la necesidad existencial y a la vocación
esponsal36.

36me comprometí con juramento, hice alianza contigo -oráculo del Señor- Yahvé y tú fuiste mía. 16,9 Te bañé con
agua, lavé la sangre que te cubría, te ungí con óleo. 16,10 Te puse vestidos recamados, zapatos de cuero fino, una
banda de lino fino y un manto de seda. 16,11 Te adorné con joyas, puse brazaletes en tus muñecas y un collar a tu
cuello. 16,12 Puse un anillo en tu nariz, pendientes en tus orejas, y una espléndida diadema en tu cabeza. 16,13
Brillabas así de oro y plata, vestida de lino fino, de seda y recamados. Flor de harina, miel y aceite era tu alimento.
Te hiciste cada día más hermosa, y llegaste al esplendor de una reina. 16,14 Tu nombre se difundió entre las naciones,
debido a tu belleza, que era perfecta, gracias al esplendor de que yo te había revestido -oráculo del Señor- Yahvé.
Dios cumplió como un esposo yendo mucho más allá de sus obligaciones: “te hiciste
hermosa”. “Pero tú te pagaste de tu belleza, te olvidaste de la liberación y del primer amor. Te
prostituiste con todos los pueblos vecinos, desde Egipto hasta Caldea e incluso pagabas a
diferencia de las prostitutas, con las joyas que te había dado y les sacrificaste los vestidos y el
alimento que yo te daba”; todo, erigiendo lugares de prostitución, en las alturas y en los cruces
de los caminos37. Pasa de inmediato a reprochar cómo ella sacrificó a algunos de sus hijos a los
ídolos de los pueblos vecinos.
Se sabe que se practicaban los abominables sacrificios humanos a Astarté, diosa de la
fecundidad y de la guerra. Lo mismo en los cultos de Baal. El relato de Elías y los sacerdotes de
Baal no es más que un ejemplo de la corrupción que se había apoderado del pueblo. Eusebio de
Cesarea descubrió en torno al 314 los escritos de Filón de Biblos, tan horribles eran los relatos
contenidos que muchos se rehusaban a creer que aquello hubiera pasado jamás38. El profeta en
retrospectiva anuncia sin tapujos la purificación de la esposa: “tus amantes y tus rivales te
humillarán”: clara alusión a la conquistade Judá por Babilonia y al destierro: “te arrancarán lo
que yo tu esposo, te he dado”.
Yahvé se apiadará de la esposa, pero vuelve inmediatamente a arremeter con celo contra,
ella pues su crimen ha sido mayor que el de Samaria (reino del norte): “descubriré tu desnudez
ante tus enemigos y desahogaré mi furor contra Ti”, el profeta no se ahorra recriminaciones ni
detalles. Pero deja un hilo de esperanza pues al final el amor fiel del esposo triunfará.
Más adelante el profeta en el capítulo 20, se repite nuevamente la historia de amor de
Dios hacia el pueblo pero en clave paterno filial. El profeta se ve obligado a responder a los
ancianos de Israel que acuden para consultarle. La respuesta es tajante: “¿A consultarme venís?
Por mi vida, que no me dejaré consultar por vosotros, -oráculo del Señor- Yahvé”. Ya que
quieren una respuesta, comienza el reproche: “no habéis arrojado de vuestros ojos la basura que
aprendisteis en Egipto” y les recuerda nuevamente lo que Él ha hecho por el pueblo:“os
conduciré al desierto para que aprendan a ser hijos.” Después de hartarse de ofrecer sacrificios
a su basura de ídolos, fuera de la tierra de Israel. Pero al final los “acogeré amorosamente y allí
solicitaré vuestras ofrendas y las primicias de todo lo que me presenten , de todo lo que me
consagren (v. 42) “os perdono por amor a mi nombre no porque os lo merezcáis” (v. 43).

37 La prostitución sagrada se practicaba en lugares escogidos como los cruces de los caminos, los altozanos o debajo
de arboles especialmente frondosos.
38 KELLER W., La Bible Arrachée aux sables, Bibliothèque Amiot Dumont, Paris 1956.
Un duro mandato. Ezequiel recibe un terrible anuncio “mañana morirá tu amada esposa” y un
mandato más duro aún: no hacer duelo por su esposa ni enterrarla39. Consternados los judíos por
la conducta de Ezequiel le preguntan por su significado. La respuesta de Yahvé no se hace
esperar, Él abandona a Jerusalén “Yo voy a profanar mi santuario, orgullo de vuestra fuerza,
encanto de vuestros ojos, pasión de vuestras almas. Vuestros hijos y vuestras hijas que habéis
abandonado, caerán a espada” como un esposo abandona a la esposa infiel y no piensa hacer
duelo por Jerusalén, ni por el templo destruido, símbolo de la muerte del pueblo y les pide que
no hagan duelo por su madre destruida”. Ezequiel será para vosotros un símbolo; haréis todo lo
que él ha hecho. Y cuando esto suceda, sabréis que yo soy el Señor Yahvé (Ez 24, 15-24).
¡Vuelve esposa mía! Trito Isaías
El escrito de Isaías tiene varios autores y consta de al menos tres libros, abarca unos
doscientos años, desde el periodo anterior al destierro, hasta después. El primer Isaías cuenta la
alegoría de la viña, el resumen de la historia de Israel, que se había ya visto en Ezequiel con otro
estilo mucho más directo y crudo. Después de reprochar la infidelidad de la viña, la entregará a
la destrucción y en manos de los enemigos.
Voy a cantar a mi amigo la canción de su amor por su viña. Una viña tenía mi amigo en un fértil otero.
2. La cavó y despedregó, y la plantó de cepa exquisita. Edificó una torre en medio de ella, y además
excavó en ella un lagar. Y esperó que diese uvas, pero dio agraces.
Ahora, pues, habitantes de Jerusalén y hombres de Judá, venid a juzgar entre mi viña y yo: ¿Qué más
se puede hacer ya a mi viña, que no se lo haya hecho yo? Yo esperaba que diese uvas. ¿Por qué ha
dado agraces?
Ahora, pues, voy a haceros saber, lo que hago yo a mi viña: quitar su seto, y será quemada; desportillar
su cerca, y será pisoteada. 6. Haré de ella un erial que ni se pode ni se escarde. Crecerá la zarza y el
espino, y a las nubes prohibiré llover sobre ella. Is 5, 1-6.

La alusión al amigo es importante, se trata del amigo del novio, el testigo de la boda.
Profiere en terribles ayes, denunciando la injusticia, estos textos son de una tremenda vigencia
hoy.
¡Ay, los que juntáis casa con casa, y campo a campo anexionáis, hasta ocupar todo el sitio y quedaros
solos en medio del país!... « ¡Quedarán desiertas muchas casas; grandes y hermosas, pero sin
moradores!….»
¡Ay, los que despertando por la mañana andan tras el licor; los que trasnochan, encandilados por el
vino!... los que no contemplan la obra de Yahveh, no ven la acción de sus manos.
Por eso fue deportado mi pueblo sin sentirlo, sus notables estaban muertos de hambre, y su plebe se
resecaba de sed. 14. Por eso ensanchó el seol su seno dilató su boca sin medida, y a él baja su nobleza
y su plebe y su turba gozosa…

3915 La palabra de Yahvé me fue dirigida en estos términos: 16 Hijo de hombre, mira, voy a quitarte de golpe el
encanto de tus ojos. Pero tú no te lamentarás, no llorarás, no te saldrá una lágrima. 17 Suspira en silencio, no hagas
duelo de muertos; ciñe el turbante a tu cabeza, ponte tus sandalias en los pies, no te cubras la barba, no comas pan
ordinario. 18 Yo hablé al pueblo por la mañana, y por la tarde murió mi mujer; y al día siguiente por la mañana hice
como se me había ordenado (Ez 24, 15-18)
¡Ay, los que llaman al mal bien, y al bien mal; que dan oscuridad por luz, y luz por oscuridad; que dan
amargo por dulce, y dulce por amargo!
¡Ay, los sabios a sus propios ojos, y para sí mismos discretos!. (Is 5- 14-22).

En el segundo Isaías hay textos tan elevados y tiernos, que no pueden ser sino revelados.
Hay que desmenuzar esta fina poesía para entender su grandeza.
La esposa ha sufrido ya demasiado en el exilio, Yahvé se presenta soberbio preguntando
por el documento de divorcio“ ¿Dónde está esa carta de vuestra madre a quien repudié? o ¿a
cuál de mis acreedores os vendí?” y con piedad hace un último y dulce reproche “Mirad que por
vuestras culpas fuisteis vendidos, y por vuestras rebeldías fue repudiada vuestra madre”. Sigue
interrogando: “¿Por qué cuando he venido no había nadie, cuando he llamado no hubo quien
respondiera?” como si el pueblo se hubiera escondido de terror, recordando el pasaje de Adán y
Eva en el paraíso.
“Alza en torno los ojos y mira: todos ellos se han reunido y han venido a ti. ¡Por mi vida! - oráculo
de Yahvé - que con todos ellos como con velo nupcial te vestirás, y te ceñirás con ellos como una
novia (Is 49,18).
Y continúa diciendo: Yo Yahvé, soy Dios y no hombre, perdono porque quiero y puedo
y añade con ironía, si tengo las riendas de todas las cosas “¿no seré capaz de perdonar?: “¿Acaso
se ha vuelto mi mano demasiado corta para rescatar o quizá no habrá en mí vigor para salvar?
Yo con un gesto seco el mar, convierto los ríos en desiertos. Yo visto los cielos de crespón y los
cubro de sayal”(Is 50, 1-3). Se trata de una serie de preguntas retoricas dirigidas a Israel como a un
hijo, por su madre: la mandó al desierto pero nunca perdió el afecto por ella. Yahvé estalla en
una invitación a la alegría, en un canto dedicado a la esposa que, consternada, no acaba de creer
el perdón de su esposo:
“Grita de júbilo, estéril que no das a luz, rompe en gritos de júbilo y alegría, la que no ha tenido los
dolores; que más son los hijos de la abandonada, que los hijos de la casada, dice Yahvé.
Y viene a continuación la gran profecía: se celebrará la segunda parte de las nupcias. Hay
que recordar que la boda judía se celebraba en dos tiempos: la promesa y un año después la boda
propia, recuérdese también que la infidelidad de la esposa y la entrega del documento de divorcio
se dio después de la promesa y no se había celebrado la boda. La esposa está desolada porque
tiene en la mano el documento de divorcio.
Este es el contexto en que Yahvé estalla en un canto a la esposa, es necesario leer y
meditar el texto directamente para sopesarlo en su atrevimiento. No hay un texto tan tierno y dulce
como este en ningún rincón de la tierra:
“Ensancha el espacio de tu tienda las cortinas extiende, no te detengas. Alarga tus sogas, tus clavijas
asegura; porque a derecha e izquierda te expandirás, tu prole heredará naciones y ciudades desoladas
poblarán.
No temas, que no te avergonzarás, ni te sonrojes, que no quedarás confundida, pues la vergüenza de
tu mocedad olvidarás, y la afrenta de tu viudez no recordarás jamás.
Porque tu esposo es tu Hacedor, Yahvé Sebaot es su nombre; y el que te rescata, el Santo de Israel,
Dios de toda la tierra se llama. Porque como a mujer abandonada y de contristado espíritu, te llamó
Yahvé; y la mujer de la juventud ¿es repudiada? dice tu Dios.
Por un breve instante te abandoné, pero con gran compasión te recogeré. En un arranque de furor
te oculté mi rostro por un instante, pero con amor eterno te he compadecido dice Yahvé tu Redentor.
Is 54, 1-8
“Ensanchar las tiendas” significa que la boda es inminente, las bodas y los invitados serán
muchos. Hace también alusión al número de hijos que le dará. “no te detengas”: no sigas
abrumada por tu pecado olvídate y piensa en la boda. Dios está por retomarte como esposa, e
insiste en que no debe sonrojarse ni avergonzarse por su pasado.
“Tu esposo es tu hacedor”: solo hasta aquí entiende Israel que Yahvé no es cualquier dios
como los de los pueblos vecinos a los que se había prostituido, Yahvé es Dios, creador de todo:
comienza a barruntar el misterio tan grande de amor que la envuelve, Dios la ha creado para
tomarla como esposa, con todas las consecuencias. Es el Dios de toda la tierra, ya no el de los
ejércitos. ¿Puede Yahvé repudiar a la muchacha de su juventud?, “Por un breve instante te
abandoné, pero con gran compasión te recogeré”. Israel es la figura de la Iglesia y la figura de
cada uno en su relación con Dios.
No solo eso, Yahvé le confiesa a la esposa “en un arranque de furor te oculté mi rostro,
pero con amor eterno me he compadecido”, Yo soy tu Redentor, es decir el que la ha vuelto a
comprar después de haberla mandado a la esclavitud.
Prepárate, viene el esposo. Isaías (el tercer Isaías) va mucho más allá todavía en estos cantos
tan exaltados y delicados a la esposa:

¡Por amor de Sión no he de callar, por amor de Jerusalén no he de estar quedo, hasta que salga como
resplandor su justicia, y su salvación brille como antorcha! Verán las naciones tu justicia, todos los
reyes tu gloria, y te llamarán con un nombre nuevo que la boca de Yahvé declarará.
No se pueden comentar todos los símbolos pero a continuación aparece una corona en
la mano de Yahvé, haciendo alusión a la coronación de la esposa, dentro de la ceremonia de la
boda judía: la boda no se ha realizado pero ya se está preparando y alude alos cantos de la boda.
Serás corona de adorno en la mano de Yahvé, y tiara real en la palma de tu Dios. No se dirá de ti
jamás Abandonada, ni de tu tierra se dirá jamás Desolada, sino que a ti se te llamará Mi Complacencia,
y a tu tierra, Desposada. Porque Yahvé se complacerá en ti, y tu tierra será desposada.
He aquí más alusiones a la boda tal como se ha descrito arriba:
Porque como se casa joven con doncella, se casará contigo tu edificador, y con gozo de esposo por
su novia se gozará por ti tu Dios. Sobre los muros de Jerusalén he apostado guardianes; ni en todo
el día ni en toda la noche estarán callados. Los que hacéis que Yahvé recuerde, no guardéis silencio.
No le dejéis descansar, hasta que restablezca, hasta que trueque a Jerusalén en alabanza en la tierra.
(Is 62, 1-7).
Visión profética de la propia vida

Algunos teólogos han denunciado con gran valentía, la actualidad del mensaje profético,
ante las nuevas formas de infidelidad adultera. Algunos ejemplos son el atropello de la población
a manos de los sistemas económicos capitalistas, la explotación de los pobres por parte de los
ricos o de las naciones más débiles por parte de nuevos imperialismos en el siglo XX, la descarada
opresión que se sigue haciendo hacia los indígenas, la traición de algunos pastores a la Iglesia de
los pobres, la desfachatez con la que algunos políticos y gobernantes desangran a los pueblos
que deberían servir; la abominación de los secuestradores, mafiosos y todos los que se ceban con
la sangre de los más pobres e indefensos como los emigrantes40. Son situaciones similares a las
que se encontraron los profetas y que exigen denuncia claras.

Hay que aplicar la visión profética también a temas tan injustos como el aborto y el
abandono o abuso de los niños, a la situación de explotación impune, que sufren tantas mujeres.
Muchas de estas reivindicaciones han sembrado de héroes y mártires las tierras iberoamericanas,
hoy más que nunca es válido el ay de Isaías: ¡Ay, los que llaman al mal bien, y al bien mal; que
llaman oscuridad a la luz, y luz a la oscuridad; que dan amargo por dulce, y dulce por amargo!.

Yendo al plano estrictamente personal. Cada uno tiene la vocación de profeta de la propia vida,
está llamado a leer los signos de los tiempos en el hoy de la vida y a revisar su pasado y su origen.
La crisis en la vida o en el matrimonio, es un llamado a hacer un alto para juzgar propia situación.
Esto es lo esencial de los profetas: juzgar si uno está a la altura del amor recibido.

La propia vida es un don recibido, en el origen de toda vida humana está el infinito amor
de Dios que la ha llamado a realizarse en el drama de la existencia y parece que la vida se gana
dándola. Este es el núcleo del misterio: quien quiere ganar su vida la pierde. Cada uno está llamado a
examinarse y ver cómo responde hoy, al misterio. El amor consiste en redimir al otro y en dejarse
redimir, tiene su ámbito más elevado en el matrimonio que es asumir al otro como el proyecto
o misterio de la propia vida y dejarse ser proyecto.

Los profetas son una escuela de humanidad: de perdón ante la ofensa, de paciencia ante
la adversidad, de comprensión y de tierno amor esponsal. Desde el uso de la razón y desde la

40 J- L. SICRE. EL Profetismo… cit. 441 Y 459


revelación la vida no puede ser más que un don, fruto del amor y llamado a donarse. Son un
llamado a mirar las cosas desde el proyecto querido por Dios.

4. Regreso al Origen
Detrás de cada persona hay un gran misterio, el amor que lo precede y aquél al que está llamado.
O. Perdiz

De la mano de los profetas, finalmente se llega a estos relatos de los Orígenes. “¡Yo soy tu
creador y Redentor!... Antes de mí no fue formado otro dios, ni después de mí lo habrá” (Isaías
43,10).

¡Alégrate, tu esposo es tu creador y redentor!

Los relatos de los Orígenes fueron colocados como poderosos pilares teológicos para
sostener y dar sentido a la existencia humana y de las cosas y corresponden a los primeros once
capítulos del libro de la Génesis. Es un balcón al abismo del proyecto divino, por ello fueron
puestos al inicio de las Escrituras, antes de la ley que resultaba ya insuficiente y se prestaba a
tantos casos de miopía humana. Son posteriores al exilio y fruto de una larguísima maduración.
Estos primeros once capítulos del libro de la Génesis, contienen el proyecto inicial del Creador
sobre toda la realidad. Por ello historia de Israel comienza hasta el capítulo 12 del Génesis. No
hay mayor signo de empobrecimiento de la cultura actual que definir mito como mentira, Rollo
May

Son narraciones teológicas redactadas en una época de madurez intelectual y religiosa y


reflejan una gran finura simbólica. Por ello se entienden mejor a la luz y después de los profetas.
De hecho son Isaías y sobre todo Jesús quienes urgen a sus interlocutores a acudir al Principio,
contenido en estos relatos41. Tienen muchos elementos de culturas vecinas pero son
absolutamente originales en su concepción del mundo como ajeno a Dios y no una emanación
divina.

Amor: proyecto y redención


Cada frase de los relatos de los Orígenes es un concentrado que requiere esponjarse en la
reflexión para soltar todo su contenido, establecen el plan general de Dios sobre la creación, fueron
escritos bastante avanzada la historia de Israel y representan una meditación metahistórica sobre

41Las religiones antiguas ven la sexualidad como una fuerza, como una emanación de la divinidad. Israel conocerá
estos mitos y ritos como parte de las culturas que lo rodean, no soportará la tentación de irse tras estos ídolos. Esto
constituyó una traición a la relación de amor exclusivo de Israel con Dios, refleja su originalidad, es una relación
nupcial.
el proyecto inicial de Dios al crear todas las cosas. Tienen un carácter mítico y un lenguaje
simbólico.
Hay dos relatos de la creación, el de la tradición yahvista y el de la sacerdotal, los dos grandes
pilares que fundamentan el resto de los escritos y revelan la profundidad y proyecto de amor que
son las Escrituras. Hay la convicción de que el mundo y el hombre tienen sus orígenes en la
divinidad frente a la mentalidad actual predominantemente inmediatista y atea que opta por la
casualidad o el sinsentido o simplemente no cuestiona. Israel llega a la conclusión de que el
mundo no tiene su origen en sí mismo, como fruto de una atenta y honesta contemplación de
cuanto rodea al hombre. La tierra y cuanto hay en ella de alguna manera revelan la presencia de
un creador.
Tienen estos textos, un carácter fundacional no sólo de comienzo temporal. Usan un
lenguaje protológico42 relatan lo absolutamente nuevo. Cuando habla del principio no se refiere a
algo temporal sino al proyecto en la mente de Dios, de querer así y no de otro modo las cosas. Este
lenguaje mítico está lleno de representaciones dramáticas y figuradas en las que todo es símbolo.
En ellos se pueden ver huellas de autores humanos. Aquí se buscará encontrar el significado de
estos textos para el amor. Aquí la sexualidad es parte fundamental del plan de Dios, nada menos
que lo que hace al hombre como Dios, su imagen. El texto comienza con la creación de la
bisexualidad o polaridad humana, manifestado esa imagen de Dios pues es lo que le da la
capacidad de crear y de donarse, que es lo propio de Dios, la gratuidad43.
El relato de los Siete días: Gn 1,1-2,4

Este escrito de la Tradición sacerdotal tiene un carácter temporal: presenta la creación como
una sucesión de acciones de Dios conducentes a lograr un hábitat idóneo al hombre, algunos
datos hablan de este amor precedente de Dios que antecede toda acción humana. La afirmación
“La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por
encima de las aguas” habla de la intención de Dios sobre esa masa informe y caótica que es la
materia. La sucesión de días con sus respectivas creaturas no responde al capricho o a la
ocurrencia: tiene la finalidad de preparar un terreno ideal donde colocar a quien va a ser creado
a imagen de Dios.
La palabra. El misterio de la creación se debe al puro amor libre de Dios que no tiene
necesidad de crear nada. Dios se cierne sobre el líquido primordial y saca la tierra del caos y la

42 Esto es fundativo, (de protos, en griego, lo primero) de absoluta novedad y proyecto.


43GRELOT, La copia umana nella Sacra Scrittura
única continuidad que hay entre Dios y la creación es la Palabra, en Dios decir y crear es un
mismo acto y la palabra en el hombre es una participación y semejanza de Dios44.
La luz. Va penetrando la materia, pues el hombre está hecho para vivir en la luz, clara
alusión a la verdad, la tierra emerge de las aguas y de la oscuridad, es decir de la muerte. Es en la
luz donde se accede a la verdad de las cosas. El mundo humano vive en la luz, las tinieblas son
el submundo o lo infrahumano: quien actúa en las tinieblas se hace hijo de la oscuridad.
Las aguas superiores de las inferiores. La tierra pende en un frágil equilibrio entre dos
aterradoras masas de agua, el mar y el cielo. El agua como da vida (la lluvia y el agua de los
pozos), es también muerte, destrucción y purificación, constituye una terrible realidad
destructora: el hombre vive en tierra, el mar es sinónimo de muerte, basta pensar en el relato de
Jonás y su simbología, en la tempestad calmada, en el paso del mar Rojo y en el diluvio que
representa la muerte purificadora, el bautismo se entiende como una inmersión y renacimiento de
las aguas o de la muerte. A esta luz puede ser interpretada también la prohibición de comer los
frutos del mar que no sean estrictamente los peces.
La tierra. El tercer día confina el mar a su sitio, haciendo emerger la tierra firme que
representa la seguridad, el templo estará edificado en tierra firme, la ciudad celeste pisará con
cimientos inamovibles. Pero además significa la fuente de alimentación principal, de ella se
alimentan los animales y las aves y está destinada a ser cultivada, pero lo caótico sigue existiendo
en la creación como hostil a Dios y al hombre45.
Las estrellas. Cuelga del firmamento las luminarias, del día y de la noche y las estrellas (día
cuarto). Las llama conscientemente luminarias para evitar decir sol y luna, que representaban
dioses en hebreo y las pone al servicio para aluzar la vida de los hombres y para regir el ritmo de
su vida. Esta referencia llena de ternura lleva a algunas consideraciones: la luz es un don no es
creación humana. La luminaria sol es una fuente de calor, luz, energía y vida. La luna es una
lámpara cambiante a la que se le ha atribuido siempre un carácter femenino, es más dulce y
delicada y su luz más amable En el mundo actual en el que ya no existe la noche, cuesta más
encontrar el sentido y significado del ritmo de la vida humana. Con esta ritmación se introduce

44No se trata de una descripción “científica” sino de un relato poético primordial; una meditación sobre el proyecto
de Dios al inicio de todo, de la idea que el autor de todo tenía al crear. Esta meditación es relativamente tardía,
cuando Israel ha pasado ya por el exilio y refleja la madurez de un pensamiento más elaborado y una cierta influencia
de la literatura circundante, aunque la concepción de Dios es absolutamente original.

45 G. VON RAD, El libro… 64


la temporalidad y la meditación del cuyo símbolo es la noche, la vida es rítmica y el corazón su
reloj.
Los animales. La tierra está ya preparada para recibir la vida, crea Dios a los animales alados
y los acuáticos, los verbos usados subrayan la energía y vitalidad de este día, su fecundidad y
abundancia: “bullan las aguas de animales”, crea los animales terrestres y al hombre entre ellos:
en el centro, les asigna la vegetación como alimento, en medio de este movimiento frenético,
Dios hace una pausa y crea al hombre varón y mujer de forma directa íntima e intensiva46.
Sexuado, luego imagen y semejanza de Dios
La creación del hombre está enmarcada en un anuncio solemne, a diferencia de las cosas
y animales. Y dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y
manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las alimañas
terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra. Creó, pues, Dios al hombre a imagen
suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra le creó (Gn 1, 26-27)47.
Hagamos: El plural empleado aquí no es del todo claro, ha sido interpretado como una
deliberación, como una alusión a la Trinidad, o como un diálogo con los seres angélicos, lo
esencial es que el hombre está más familiarizado con los dioses (elohim, ángeles) que con los
animales y está llamado a la comunión.
¿En qué es el hombre imagen y semejanza de Dios? Respetando el texto, la imagen y semejanza
con Dios se refiere a todo el ser del hombre, no sólo al espíritu, y se manifiesta de varias maneras,
la primera ya la adelantó el texto mismo: en la palabra: Dios hace al hombre con la palabra y con
ello lo hace simbólico y referencial.
La segunda, en el poder sobre los animales y las cosas: Dios lo hace imagen o copia (celem),
delega al hombre y lo pone en el mundo como su representante, para poner nombres, signo de
dominio, atributo que sólo compete a Dios; y demut (semejanza, apariencia) y similitud con Dios:
el hombre queda como administrador de Dios ante la creación, con la tarea de cultivar el jardín

46 Se trata de un paso del caos al cosmos, se habla de Eloim y no de Yhwh (Yahvé). Crea el mundo para recibir la vida
como preparación para quien será el centro de la creación. En este mundo hay tres ámbitos: el aéreo, el terrestre y
el acuático; con el hombre en el centro para dominar todo lo creado. Deja de trabajar y santifica el séptimo día y con
él, lo hecho. La creación está relatada con un ritmo marcado por el día y la noche y el estribillo “y vio Dios que era
bueno”, muy bueno, en el caso del hombre. En este relato temporal no podía faltar al alusión al tercer mandamiento
el séptimo día: junto con las primicias, se decida y al Señor una séptima parte del tiempo.
47 Según las interpretaciones clásicas pero no bíblicas, la frase imagen y semejanza de Dios significaría superioridad del

hombre respecto a todo ser viviente, y se manifiesta en las facultades superiores de la inteligencia y la voluntad, es libre,
por tanto como Dios.
con armonía y cuidar de los animales. Esto no tiene nada que ver con el abuso y destrucción
ecológica, signo de irresponsabilidad y olvido de Dios48.
La tercera manifestación de la imagen de Dios es lo sexuado, está llamado a amar. Adam en
arameo es “humanidad”, ser humano, no tiene plural. Más que andrógino lo hace bisexual, el ser
humano creado en dos versiones. Esto habla de su absoluta singularidad respecto al resto de las
creaturas: “lo hizo a su imagen por tanto varón y mujer lo creó”, lo que Ouelet llama la divina
semejanza49. El ser humano es imagen de Dios en cuanto varón o mujer, en cuanto sexuado. ¿Por
qué este atrevimiento? Porque a través de la sexualidad el hombre se dona a sí mismo, cualidad
exclusiva de Dios y pro-crea, participando en el poder creador de Dios. En la procreación surge
algo pero se crea Alguien absolutamente nuevo que es la persona del hijo, esto es, una creación,
atributo divino. Por ella, el hombre se diviniza porque está llamado a ser un tú, a amar, por ello
exclama el salmista “¡lo hiciste poco inferior a los dioses!”50.
Además de la procreación se refiere a la capacidad del hombre de buscar el bien del otro,
de dar placer, de ser referente y respectivo, de hacer del otro el propio proyecto. Aquí se revela
la excentricidad humana. El hombre está hecho para Dios, el otro se vuelve camino para llegar
a Dios y uno se convierte en camino para llevar a Dios al otro. A través de la sexualidad el
hombre cumple la vocación amorosa de padre, de hijo y hermano y así participa directamente
de la Trinidad.
El texto usa dos sustantivos, imagen (cèlem) significa salido de las manos de Dios como
algo creado directamente relacionado con Dios, casi engendrado. La otra es semejanza (demut),
ésta constituye una tarea, un proyecto debe realizar el hombre, perfección, esto convierte la vida
humana en una lucha y en una misión, en estar continuamente sobre uno mismo. Las relaciones
hombre mujer no pueden ser instintivas sino fruto del trabajo mutuo, de la entrega y del amor,
tomarse mutuamente como proyecto y tarea el uno del otro, apoyarse en él como lo haría en
Dios.

48 Aquí habría que meditar en la trasformación radical que el hombre ha hecho de la tierra, para bien y para mal.
Los desastres ecológicos vienen a la mente y han desgarrado irreparablemente algunas zonas de la tierra, animales y
personas. La vocación de crear puede ser traicionada y convertirse en destructora.
49 M. OUELET, Divina somiglianza, Lateran University Press, Città del Vaticano, 2006.

50 Oh Yahvé, Señor nuestro, qué glorioso tu nombre por toda la tierra! Tú que exaltaste tu majestad sobre los cielos,

3 en boca de los niños, los que aún maman, dispones baluarte frente a tus adversarios, para acabar con enemigos y
rebeldes. ¡Oh Yahvé, Señor nuestro, qué glorioso tu nombre por toda la tierra! ( Sal 8, 2-3).
Del texto se desprende una triple tarea: la de la fecundidad: «Sed fecundos y multiplicaos y
henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal
que serpea sobre la tierra.» (v. 28); el cuidado de la Tierra dijo Dios: «Ved que os he dado toda hierba de
semilla que existe sobre la faz de toda la tierra, así como todo árbol que lleva fruto de semilla; para
vosotros será de alimento” (v. 29). Finalmente la del don: la conciencia de haberlo recibido todo
gratuitamente y la llamada a darlo gratis. “os doy como alimento a todo animal terrestre, y a toda ave
de los cielos y a toda sierpe de sobre la tierra, animada de vida”(v. 30).
El último día de la creación está dedicado a la contemplación, al goce y a la gratitud, sin los cuales se
corre el riesgo de la animalización o la esclavitud del trabajo y la rutina, el hombre puede gozar de la
creación y agradecer el don de la propia existencia que se ha recibido de forma absolutamente gratuita.

Segundo relato, el Edén, (Gn 2,4 a 3,24)


Cuando se ama nunca se está solo
Kant
Este segundo relato es una meditación teológica sobre la intención de Dios al crear todas
las cosas y quizá sea más antiguo que el primer relato. A diferencia del primero, este es una visión
más subjetiva, desde la tierra, mientras el otro es una visión “desde arriba”. Se trata de una
narración geográfica a diferencia de la primera que es temporal, pertenece a la tradición Yahvista y
habla de tierra, el barro, los ríos, el jardín, la lluvia etc. Dios forma al hombre de arcilla (Adam a’
dama: hombre y suelo, Homo y humus en sánscrito). Hay que leer el texto con atención y meditar
en el significado de algunos de los innumerables símbolos51.

51 “Esos fueron los orígenes de los cielos y la tierra, cuando fueron creados. El día en que hizo Yahvé Dios la tierra
y los cielos, no había aún en la tierra arbusto alguno del campo, y ninguna hierba del campo había germinado
todavía, pues Yahvé Dios no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre que labrara el suelo. Pero un
manantial brotaba de la tierra, y regaba toda la superficie del suelo. 2,7 Entonces Yahvé Dios formó al hombre con
polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente. 2,8 Luego plantó Yahvé
Dios un jardín en Edén, al oriente, donde colocó al hombre que había formado. 2,9 Yahvé Dios hizo brotar del
suelo toda clase de árboles deleitosos a la vista y buenos para comer, y en medio del jardín, el árbol de la vida y el
árbol de la ciencia del bien y del mal. 2,10 De Edén salía un río que regaba el jardín, y desde allí se repartía en cuatro
brazos. 2,11 El uno se llama Pisón: es el que rodea todo el país de Javilá, donde hay oro. 2,12 El oro de aquel país
es fino. Allí se encuentra el bedelio y el ónice. 2,13 El segundo río se llama Guijón: es el que rodea el país de Kus.
2,14 El tercer río se llama Tigris: es el que corre al oriente de Asur. Y el cuarto río es el Éufrates. 2,15 Tomó, pues,
Yahvé Dios al hombre y le dejó en al jardín de Edén, para que lo labrase y cuidase. 2,16 Y Dios impuso al hombre
este mandamiento: De cualquier árbol del jardín puedes comer, 2,17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal
no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio. 2,18 Dijo luego Yahvé Dios: No es bueno que
el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada. 2,19 Y Yahvé Dios formó del suelo todos los animales del
campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente
tuviese el nombre que el hombre le diera. 2,20 El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y
a todos los animales del campo, mas el hombre no encontró una ayuda adecuada. 2,21 Entonces Yahvé Dios hizo
caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con
carne. 2,22 Del costado que Yahvé Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. 2,23
Entonces éste exclamó: Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque
El origen. Origen en hebreo significa raíz, el sentido de las cosas a partir del plan dado por
el hacedor. Comienza con una afirmación tan escueta como fuerte, de un macizo monoteísmo: “estos
son los orígenes de los cielos y la tierra…”, todo fue creado, no hay dioses fuera de Yahvé. No
había nada sobre la tierra pues Dios no había hecho llover ni había puesto al hombre para cultivar
el suelo. En lugar de llover, había un manantial que regaba la superficie. “Entonces Yahvé Dios
formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser
viviente” y parece que lo deja en espera, pues no ha hecho el jardín que inmediatamente se
apresta a crear, “plantó Yahvé un jardín en Edén, al oriente, donde colocó al hombre que había
formado”.
Aquí hay dos intuiciones geniales del autor: la primera es que Dios lo crea y le sopla en las
narices, esto y antes de que aparezcan los animales, hace del hombre una creatura más
relacionada con Dios que con las cosas, es imagen de los dioses y tiene una connaturalidad con
ellos. La segunda intuición es que lo crea, lo pone amorosamente junto a sí, para que contemple
Adán, cómo Yahvé va haciendo las demás cosas; a diferencia del primer relato en el que el
hombre se encuentra ya todo hecho.
Adán contempla luego cómo Dios hace brotar todo tipo de árboles, en el centro “el árbol
de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal”. Vio cómo en el centro del jardín brotaba
una fuente que se dividía en cuatro ríos, marcando los cuatro puntos cardinales e imaginaba
detrás de ellos los principales pueblos alrededor de la tierra en torno a la esposa deseada desde
siempre: Jerusalén. Ella es la creatura por excelencia, el jardín adorable de las delicias de Yahvé.
El hombre es limitado. “Tomó, pues, Yahvé Dios al hombre y le dejó en al jardín de Edén,
para que lo labrase y cuidase de él. Y Dios impuso al hombre que se encontraba solo, este
mandamiento: De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y
del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio. El árbol central es el
punto de comunicación con el cielo, tiene un carácter sacro que no se puede violar. Subir al árbol
es pretender ser como Dios: una violación del espacio divino. Aquí hay que preguntarse si Dios
“pone” límites o el hombre es limitado de por sí.
Soledad originaria

del varón ha sido tomada. 2,24 Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una
sola carne. 2,25 Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban uno del otro.
Dios se compadece de la soledad de Adán, pero ya tiene un plan (misterio) Él mismo ha
hecho al hombre corpóreo y necesitado “No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle
una ayuda adecuada” y formó todos los animales del campo, del cielo y se los puso delante al
hombre para que los pusiera nombre, símbolo de autoridad y patronazgo. Sin embargo el
hombre seguía igualmente solo.
Juan Pablo II interpreta este pasaje desde la subjetividad y tristeza de Adán: ni los
animales ni las cosas le llenaban, no le podían ayudar a cultivar el jardín ni tenía con quien
conversar. El cuerpo siendo el elemento que podría confundir al hombre con los animales, se
convierte en el factor que le manifiesta su singularidad, su objetiva diferencia respecto a las demás
creaturas y su soledad existencial. La experiencia de la soledad se da en todo ser humano y consiste en darse
cuenta de sus límites y la necesidad radical del otro. Uno mismo es como una mitad de todo lo
que significa ser humano. La existencia se revela como pobreza y menesterosidad, como
excentricidad no correspondida. Sin embargo el texto habla de una voluntad expresa de Yahvé
de hacerle una compañía independientemente de los sentimientos de Adán, eso no le quita
legitimidad a la interpretación del Papa, que la hace a la luz del amor y de milenios de reflexión
cristiana.
“Una caro”, (una carne)
“Entonces Yahvé Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió”.
El sueño más que una especie de anestesia significa que Dios hace directamente a Eva y la hace
según su propio diseño, no según el deseo o el capricho de Adán. Dios sabe lo que le conviene
al hombre. Fabrica del material del hombre a la mujer, sacándola o desprendiéndola de su
costado52: “rellenando el vacío con carne”. Formó una mujer y se la presentó al hombre”, es
ischschah, porque del isch fue formada por Él. Isch, se refiere a la fuerza o poder mientras Adán a
la tierra: la mujer es un regalo de Dios al hombre para dominar.
Canto de Adán a Eva. Se despierta Adán y exclama: ¡Esta vez sí que es hueso de mis huesos
y carne de mi carne! Esta será llamada ischschah, porque del varón ha sido tomada. Y se añade la
glosa: “Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola
carne (Bassar´ehad)”, haciendo clara alusión a la fidelidad y comunión de vida. Aquí se revela la
“Una caro”, la vocación humana a formar una sola carne, no es algo biológico sino biográfico, dejará

52Es inevitable pensar en el mito griego del andrógino, que por su pecado de hybris es separado a mitad por los
dioses, que ya se ha comentado arriba
el hombre a sus padres para adherirse a su mujer53. Reconoce en ella su espejo, su frente y su
correspondencia. Concluye diciendo que “estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero
no se avergonzaban uno del otro”. Como adivinando lo que vendrá casi de inmediato.
Dios crea a Eva como ayuda, kenegdó que significa escudo de Adán para cultivar el huerto.
Los esposos están llamados a cultivarse uno al otro y a sostenerse, en eso consiste el proyecto
mutuo, han de cuidarse, fomentar las virtudes en el otro. Hay quien cuida sus plantas o su trabajo
y descuida a su cónyuge o atiende más a su coche que a su esposa.

El veneno de la desconfianza

El veneno se introduce en el matrimonio con la desconfianza mutua. En el cuadro del


Matrimonio Arnolfini se advierte la presencia inquietante de dos demonios, uno sobre las manos
y otro sobre el lecho, son dos presencias del mal, frente a las que hay que estar en pie de lucha,
además a través de la ventana hay una referencia al árbol del Edén en el jardín. Este segundo
relato mítico de la creación continúa con la introducción del mal en el hombre. Más que un pecado de
lujuria, de desobediencia o de soberbia, como se ha interpretado muchas veces, se trata de un
pecado de desconfianza que es el gusano que mata el árbol del amor. Eva venía a ayudar al hombre
y hace exactamente lo contrario, lo arrastra a la caída. Comienza así el relato de la introducción
del mal en el hombre, con la complicidad mutua. Ello acarrea la expulsión del paraíso y el inicio
de una historia humana ya impregnada por el mal. Una alusión también al destierro de Babilonia,
o expulsión de la tierra prometida54.

El hombre es bueno de por sí, el mal se ha introducido desde fuera. El maligno o Satán
que significa Acusador, se presenta en forma de serpiente, siguiendo la tradición semita pues ésta
muerde, inocula su veneno y desaparece, dejando el veneno dentro. Así se realizó la introducción
del mal en el hombre.

La tentación del maligno comienza con una mentira, acusando a Dios de haberlos
engañado, de ocultarles las cosas y de una sutil avaricia. Cuando Eva le responde a la serpiente
que pueden comer de los frutos del jardín menos los de un árbol, la serpiente vuelve a la carga y
acusa a Dios de mentiroso. Entre tanto la mujer vio que el fruto no estaba tan mal, comió y se
lo alargó a su marido. Eva toma la iniciativa, esto significa que el hombre sigue a la mujer, esto

53 Se trata de una glosa posiblemente posterior, un mandato post exílico de carácter jurídico.
54 Tolkein, recogiendo otras tradiciones, habla de la introducción del mal como de una rebelióndel demonio Melkor,
que envidioso de la armonía y grandeza de las notas musicales con las que Dios va tejiendo la creación, decide crear
sus propias notas, distorsionando el sonido y la melodía. El hombre habrá de optar con su libertad.
contradice el prejuicio de la pasividad femenina, ese seguir puede convertirse después del pecado
en cazar, acosar perseguir o acorralar55.

La desnudez.

La desnudez es un tema bíblico frecuente cargado de simbolismo. Implica salir del propio
aislamiento para encontrar al otro. Desnudarse es una acción de comunicación que plantea la
búsqueda de continuidad hacia la mutua posesión. El erotismo de los corazones es más libre,
escribió Bataille. El amor consiste en una lucha por recuperar la limpieza de la desnudez. A partir
del pecado la desnudez significa desprotección ante la mirada ajena, vulnerabilidad, humillación. En el
hombre se introduce el uso del otro, se convierte en objeto de deseo y tiene que protegerse. La
desnudez significará en la Biblia la mujer o la pareja sexual, la esposa, y se usará el verbo
“conocer”, conocer (la desnudez) significa entrar en intimidad con él, en muchos casos es
sinónimo de relación sexual, con toda la carga de amor mutuo e intimidad56.

Una de las consecuencias del pecado es que “se les abrieron los ojos” y descubrieron que
estaban desnudos: se les abrieron al mal, a partir del pecado la vista del hombre queda manchada
y representa para el otro una amenaza de allí nace el sentimiento de pudor y la necesidad de
cubrirse57. A partir del pecado se establecen las reglas del vestido –en el relato se habla de unas
primitivas hojas– y en el momento que el hombre trasgrede las normas básicas que regulan la
convivencia se animaliza.

La acusación mutua. El relato es de una gran profundidad psicológica, al atardecer Dios


bajaba a hablar con ellos, era la hora más esperada del día y ahora por la desconfianza, se aguarda
este momento con angustia. La vergüenza los lleva a esconderse y a justificar los taparrabos con

55CAFFARRA C., Sexualidad a la luz de la antropología y de la biblia, Rialp. Madrid 1992.


56Un texto legislativo: “Ninguno de vosotros se acerque a una consanguínea suya para descubrir su desnudez. Yo,
Yahvé. 7 No descubrirás la desnudez de tu padre ni la desnudez de tu madre. Es tu madre; no descubrirás su
desnudez. 8 No descubrirás la desnudez de la mujer de tu padre; es la misma desnudez de tu padre. 9 No descubrirás
la desnudez de tu hermana, hija de tu padre o hija de tu madre, nacida en casa o fuera de ella. 10 No descubrirás la
desnudez de la hija de tu hijo o de la hija de tu hija, pues es tu propia desnudez. 11 No descubrirás la desnudez de
la hija de la mujer de tu padre, engendrada de tu padre, que es tu hermana. 12 No descubrirás la desnudez de la
hermana de tu padre; es carne de tu padre. 13 No descubrirás la desnudez de la hermana de tu madre; es carne de
tu madre. 14 No descubrirás la desnudez del hermano de tu padre; no te acercarás a su mujer; es la mujer de tu tío.
15 No descubrirás la desnudez de tu nuera, es la mujer de tu hijo; no descubrirás su desnudez. 16 No descubrirás
la desnudez de la mujer de tu hermano; es la desnudez de tu hermano. 17 No descubrirás la desnudez de una mujer
y la de su hija, ni tomarás la hija de su hijo ni la hija de su hija para descubrir su desnudez; son tu propia carne; sería
un incesto. 18 No tomarás a una mujer juntamente con su hermana, haciéndola rival de ella y descubriendo su
desnudez mientras viva la primera. 19 Tampoco te acercarás a una mujer durante la impureza menstrual, para
descubrir su desnudez. Lv 18, 6-18.
57 3,7 Entonces se les abrieron a entrambos los ojos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos; y cosiendo hojas

de higuera se hicieron unos ceñidores.


los que se cubren. Ahora viene lo más aterrador: cuando Dios les pregunta por qué se han
cubierto. Adán acusa directamente a Eva e indirectamente a Yahvé “la mujer que me diste como
compañera me ofreció el fruto y comí” como diciendo: “es tu culpa por habérmela dado como
compañera” estaba mejor solo; Eva es más honesta, en lugar de acusar a Adán: “la serpiente me
dio el fruto y comí”, aunque es otra excusa o acusación. No hay vuelta atrás, ellos a su vez se
han convertido en acusadores (Satán es el acusador mayor), se dan cuenta de que están
impregnados por el veneno del mal, Satán se ha introducido en sus vidas y en sus descendientes
que no obstante no dejan de ser hijos de Dios58.

Las consecuencias del pecado, además de la muerte (porque eres polvo y al polvo
tornarás.), serán terribles, ella será dominada por el hombre y estará condenada al celo. Por haber
escuchado la voz de la mujer y no la de Yahvé, el suelo quedará maldito para el hombre que
tendrá que sufrir para comer y la serpiente se arrastrará para siempre: el mal merodeará pero
siempre bajo la carga de la propia humillación.

A partir de entonces las relaciones humanas estarán manchadas por la desconfianza y la necesidad
de cubrirse del otro. Este no es el único texto sobre el mal, hay otro pasaje oscuro que relata la
introducción del mal en el hombre y en la tierra, los dioses se enamoraron y abusaron de las hijas
de los hombres trasmitiendo el mal a sus descendientes (Gn 6, 1-4). A partir de aquí se suceden
una serie de pasajes en los que el hombre va cayendo y se va alejando de Dios, ello se refleja en
que los hombres viven cada vez menos.

El pecado del hijo de Noé. Después del diluvio viene una prefiguración de la alianza entre
Dios y Noé, como la alianza entre un padre y un hijo. Entre los relatos que marcan el alejamiento
del hombre de Dios, está la narración de los hijos de Noé. El pasaje con un claro acento
simbólico habla del pecado de Cam que ante la embriaguez de su padre. Noé fue el primer
cultivador de la vid, acababan de descubrir el vino y no sabían medirse, se embriagó y quedó
desnudo en la tienda. Al verlo, Cam, burló la desnudez de su padre mientras los otros dos hijos
le devolvieron el manto a su padre.

Este pasaje ha sido interpretado como un pecado de impiedad, ingratitud u ofensa al


padre. Otra interpretación habla de homosexualidad o sodomía por parte de Cam, aprovechando

58Gn 4, 1-2: 4,1 Conoció el hombre a Eva, su mujer, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: He adquirido un
varón con el favor de Yahvé. 4,2 Volvió a dar a luz, y tuvo a Abel su hermano. Fue Abel pastor de ovejas y Caín
labrador.
la desnudez del padre. Más bien se trata de un pecado de incesto: Cam ha querido apoderarse de
la desnudez de su padre, es decir de su madre, la alusión al manto es un símbolo de la propia
mujer y habla de un deseo o acechanza sexual hacia la propia madre. Este es un pecado
abominable que será castigado con la esclavitud de los descendientes de Cam y por ello los
hebreos justificarán la esclavitud de los mismos y quedarán contemplados entre los pueblos con
quienes no se podrán mezclar, sin quedar manchados por el delito59.

59 En otro texto que ya se ha comentado aparece la misa idea de la desnudez y el manto: ”Entonces pasé yo junto a
ti y te vi. Era tu tiempo, el tiempo de los amores. Extendí sobre ti el borde de mi manto y cubrí tu desnudez;
me comprometí con juramento, hice alianza contigo -oráculo del Señor- Ez 16, 8.

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