Vinculación Con El Sistema Socioproductivo

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Programa de Calidad de Empleo Unidad de Evaluación, Monitoreo y la

Formación Profesional y Asistencia Técnica

Vinculación con el Contexto Social y Productivo

FUNDAMENTACIÓN Y SENTIDO DE LA PROPUESTA


Las sucesivas transformaciones socio-económicas experimentadas en las últimas décadas en el
país y derivadas de una profunda crisis que afectó todos los órdenes de la vida social, han
ejercido un fuerte impacto en el sector productivo, que ha debido adaptarse a numerosos
cambios originados en políticas de desarrollo muchas veces contrapuestas entre sí. Esto dio
lugar a procesos de reconversión, reajuste, reorientación y redimensionamiento, que afectaron
tanto a la dinámica de las organizaciones como a los actores que participaban en ellas, y
modificaron el perfil de las competencias requeridas para pertenecer al sistema.

El inevitable avance tecnológico, que obliga a una actualización permanente, y la


reorganización de la educación formal, que relegó a un segundo plano la vinculación con el
sector productivo son otros de los factores que contribuyeron a crear una brecha entre las
demandas laborales y las competencias de la población trabajadora. Hoy es posible observar que
el trato que dispensan los mercados de trabajo a los trabajadores no calificados es cada vez más
implacable. La ausencia de unas políticas económicas, sociales y laborales que se reforzaran
mutuamente, unida al incremento de formas de trabajo atípicas, han aumentado la
vulnerabilidad de muchos trabajadores. Sus perspectivas de carrera y de formación han quedado
reducidas, y sus condiciones de empleo se han visto afectadas negativamente.

Diversas políticas y coyunturas asociadas a la globalización (por ejemplo, la liberalización del


comercio, la reestructuración laboral y empresarial y las nuevas prácticas empresariales y de
gestión) han afectado de manera profunda y a menudo negativa a los mercados de trabajo.

El desempleo fue aumentando en la medida en que los que accedían por primera vez al mercado
de trabajo no lograban encontrar empleos productivos y bien remunerados. Todo ello se vio
agravado por las reducciones masivas de personal que han tenido lugar en el sector privado, que
trató de hacer frente a los retos de la globalización, aumentar su productividad y buscar nuevos
mercados.

El número de los «trabajadores pobres» fue en aumento, y muchos de ellos se ganan la vida a
duras penas con un empleo informal, mal pagado y con malas condiciones de trabajo.

Todos los países están expuestos a la globalización y a sus diversas manifestaciones. La


cuestión radica en saber cuáles son las políticas y estrategias que más pueden contribuir a que
los países tomen la senda del desarrollo económico y social sostenido, sean eficaces en un
entorno internacional cada vez más competitivo y reduzcan las crecientes desigualdades en
términos de ingresos y de acceso al empleo.

Las estrategias que hasta hace poco propugnaban los países en desarrollo (como las que se
centraban en una industrialización basada en la sustitución de importaciones o en la
redistribución de la tierra) ya han dejado de considerarse atractivas. La riqueza de las naciones
se basa cada vez más en las calificaciones y los conocimientos de su fuerza de trabajo.

Para responder a los retos de la globalización y del aumento de la competencia, al tiempo que se
corrigen las crecientes desigualdades de los resultados del mercado de trabajo, es necesaria una
estrategia de educación y formación. Es entonces cuando cobra relevancia la necesidad de
compatibilizar los criterios de competitividad económica y equidad social, y es en este escenario
donde las instituciones de educación no formal se resignifican constituyéndose en eslabones
fundamentales para las políticas que sustentan programas de mejoramiento de la calidad del
empleo y la formación profesional.

Las Instituciones de Formación Profesional (IFP) juegan entonces un papel clave, pues son las
encargadas, junto a otras instituciones, de brindar a hombres y mujeres la posibilidad de
desarrollar las competencias laborales necesarias para integrarse al mundo del trabajo. No
obstante, deben atender también, para cumplir eficazmente su misión a estándares de calidad, y
en tal sentido requieren asistencia y asesoramiento de otras instituciones. La Universidad
Tecnológica Nacional ha mantenido, por origen e historia una constante relación con el medio
socio-productivo, y paralelamente, ha sido acreditada como institución de enseñanza superior,
por lo que asume el desafío de la asistencia y apoyo al proceso de fortalecimiento de las IFP,
orientando y formando a sus actores para que puedan desarrollar los procesos básicos definidos
en el Referencial de Calidad para las Instituciones de Formación Profesional, trabajo realizado
por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTEySS), el Instituto Argentino de
Normalización y Certificación (IRAM) y el Programa AREA.

Desde este lugar, es que se elabora la presente propuesta de trabajo, que como toda propuesta
pedagógica se estructura en torno a seis variables: los destinatarios, los objetivos, los
contenidos, el ámbito, los medios, y como variable dependiente, la metodología didáctica.

CONTENIDOS
Necesidad y sentido de la vinculación de las IFP con el contexto socio productivo. Importancia
de una relación eficiente. La vinculación y los objetivos institucionales. Cualidades que debe
reunir un proceso de vinculación.

INTRODUCCIÓN
Las Instituciones de Formación Profesional (IFP) se enfrentan hoy ante un nuevo desafío:
consolidarse como instancias formativas para apoyar el proceso de inserción laboral de la
población y la dinamización del sector productivo. Hay un acuerdo cada vez mayor en cuanto a
que la adquisición de capacitaciones y la inversión en educación y formación constituyen la
clave del desarrollo económico y social. Las capacitaciones y la formación aumentan la
productividad y los ingresos, y facilitan la participación de todos en la vida económica y social.
Para ello, deben procurar alcanzar estándares de calidad que garanticen el valor de los servicios
que ofrecen. Una de las dimensiones cruciales para el logro de tales niveles es la calidad de la
Vinculación con el Contexto Productivo y Social.

¿Cómo puede caracterizarse esta dimensión? Como:

  El conjunto de acciones

  que una IFP planifica, ejecuta y sistematiza


para relacionarse con los actores del mundo socio-productivo y las

organizaciones sociales de su entorno y obtener aportes que hagan más pertinente y


eficiente su oferta formativa.

No obstante, son muy grandes las dificultades que se oponen a la ejecución de unas políticas de
empleo orientadas al crecimiento y que atribuyan una alta prioridad a la educación y a la
formación. Por eso, es fundamental que se pongan en marcha políticas eficaces e integradoras
de educación y formación para todos, evitando que se agraven los desajustes en materia de
capacitaciones.

El presente documento intenta brindar conceptos y herramientas que permitan a las IFP
optimizar el desarrollo de esta función y adecuar su oferta formativa.

LA IMPORTANCIA DEL CONTEXTO: ¿POR QUÉ


VINCULARSE?
Los cambios experimentados por la República Argentina en las últimas décadas, las sucesivas
transformaciones que sufrió el modelo de país pensado por los distintos gobiernos, la
vertiginosidad del desarrollo científico tecnológico y los avatares del panorama económico
nacional e internacional conforman hoy un escenario complejo para el funcionamiento y
subsistencia de cualquier organización social.

En particular, nos preocupa hoy, la brecha existente entre las demandas de un sector productivo
en expansión y la posibilidad de dar respuesta a las mismas a través de una población preparada
y competente.

Para ayudar a los trabajadores a fin de que puedan acceder al trabajo decente y participar en la
corriente principal de la vida económica y social, se necesitará un gran esfuerzo en materia de
educación y formación, acompañado de otras medidas económicas y sociales.

El tema de la educación y formación de los trabajadores puede abordarse en tres niveles


diferentes:

El primer nivel responde al reto del desarrollo de los conocimientos y las calificaciones
imprescindibles para competir en unos mercados internacionales más ajustados. El acceso
universal al aprendizaje durante toda la vida se está convirtiendo en un requisito en los países
desarrollados, y debería serlo también para nuestros países. Las desigualdades en materia de
salarios e ingresos reflejan cada vez más las diferencias en términos de educación y
calificaciones. Por lo tanto, las políticas basadas en la igualdad que permiten a amplios sectores
de la población acceder a la educación y a la formación pueden también contribuir, a largo
plazo, a reducir las desigualdades en términos de ingresos entre los países y dentro de ellos.

El segundo nivel considera las políticas y los programas de educación y formación como
instrumentos para mitigar las repercusiones negativas de la globalización. Estas políticas tienen
como destinatarios a los numerosos trabajadores que han perdido sus empleos en la
reestructuración de las empresas y del sector público. Los esfuerzos educativos y de formación
se centran en ayudarles a obtener nuevas calificaciones que aumenten sus posibilidades de
encontrar empleo por su propia cuenta y en las nuevas industrias incipientes. Invariablemente,
las intervenciones en materia de formación se consideran cada vez más como un elemento
fundamental de políticas de mercado de trabajo activas y que se refuerzan mutuamente, las
cuales incluyen además medidas tales como la asistencia para buscar empleo y el apoyo
financiero para poner en marcha nuevas empresas.

El tercer nivel consiste en disponer de una capacidad en materia de educación y formación que
sirva para hacer frente a la creciente vulnerabilidad de muchos grupos de población (por
ejemplo, las mujeres, los jóvenes y los trabajadores escasamente calificados) que, por falta de
educación y de calificaciones, se han empobrecido o corren el peligro de caer en la trampa de la
pobreza. Todo ello centrado en el desarrollo de sus calificaciones fundamentales, entre ellas la
alfabetización y el cálculo elemental. El desarrollo de las calificaciones, apoyado por otras
medidas económicas y sociales, reforzará su empleabilidad, les ayudará a desarrollar actividades
productivas y generadoras de ingresos (ya sea mediante un empleo asalariado, ya por medio de
un empleo independiente) y fomentará su integración en la corriente principal de la vida
económica y social.

Como se desprende de los párrafos anteriores contar con una educación básica que garantice los
saberes mínimos exigidos por cualquier puesto laboral es condición necesaria pero no suficiente
para hacer frente a las solicitudes actuales; se requiere además un proceso de formación
determinado que avale el logro de competencias específicas. Tras largos debates, se reincorporó
al sistema educativo nacional la Educación Técnico Profesional, que había sido desdibujada en
la Ley Federal de Educación y que fue uno de los factores claves para que hoy exista ese vacío
de trabajadores preparados para insertarse en el mercado laboral; pero no será sino a mediano
plazo que el sistema de educación formal vuelva a dar sus frutos, entretanto, es imprescindible
abordar desde otras instancias, como por ejemplo desde el sistema educativo no formal, el
desafío planteado.

Por otra parte, cada región del país se está desarrollando según su peculiar perfil social y
productivo, y genera demandas diferentes; inclusive dentro de una misma provincia, como es el
caso de Santa Fe, con una disposición geográfica longitudinal, las actividades económicas
varían zonalmente y dan origen a muy diversas fuentes laborales. En este entorno dinámico y
diversificado, vive una población con características también particulares, con fortalezas y
debilidades que pueden facilitar u obstaculizar su inserción laboral. Las IFP constituyen una
plataforma privilegiada para articular el mundo del trabajo con el ámbito de la educación; por
historia y mandato, siempre han estado trabajando en este sentido. Cada IFP posee su propia
historia institucional, está enmarcada en un entorno geográfico, social y económico determinado
y ha sufrido de una manera particular los avatares de las últimas décadas; esto ha condicionado
seguramente el modo, intensidad y calidad de las relaciones con dicho contexto. Hoy es
imprescindible que esta vinculación se optimice y se inscriba en una modalidad de gestión
actualizada y eficiente, que le permita a los actores del sistema social y productivo alcanzar un
más pleno desarrollo personal a través de la actividad dignificante del trabajo.

SÍNTESIS INTEGRADORA
La respuesta a la pregunta “¿por qué vincularse?” se puede estructurar en torno a dos ejes
fundamentales:

QUE LA OFERTA FORMATIVA RESPONDA A LAS DEMANDAS DE CALIFICACIONES


DE LOS SECTORES PRODUCTIVOS

CREAR CANALES DE VINCULACIÓN PERMANENTE CON EL CONTEXTO SOCIO


PRODUCTIVO

DESAFÍOS INSTITUCIONALES FRENTE A LA VINCULACIÓN


Las IFP se encuentran hoy ante una situación que exige un compromiso y una responsabilidad
ineludibles: brindar oportunidades para que las personas que más han sido afectadas por las
políticas económicas y sociales de las últimas décadas puedan recuperar parte de su dignidad,
accediendo a una de las actividades más plenificantes para un ser humano: el trabajo.

La Confederación General del Trabajo lo expresa claramente cuando afirma : “Se dice que la
llave más importante para la realización de las personas, o al menos la posibilidad de enfrentar
en mejores condiciones las difíciles contingencias del mundo del trabajo hoy, pasa por la
educación, el conocimiento, el saber. También se precisa que se trata de saber pensar, de saber
hacer, de aprender a aprender, bajo un principio de educación integral, integradora y
permanente que deberá repetirse cíclicamente varias veces a lo largo de la vida.

Una de las ideas-fuerza que más predicamento alcanza es la de vinculación educación - trabajo.
Desde allí se imagina y se va dando forma a distintas opciones para su efectivización. Otra idea-
fuerza es la de garantizar la igualdad de oportunidades a todas las personas a fin de que puedan
cumplirse derechos constitucionales en cuanto a una de las funciones indelegables del Estado.
Lo cierto es que en ambos casos existen graves condicionantes para el logro de esos postulados.
Si se trata de la inserción en el mundo laboral, es casi ocioso señalar los problemas derivados de
las causas que profundizan el desempleo y la carencia de marcos productivos referenciales hacia
donde orientar la educación vinculada al trabajo. Si se trata de igualdad de oportunidades
educativas, es obvio que los crónicos problemas preexistentes se agravan o multiplican frente a
esta nueva realidad.”

En otro tramo del documento analiza que “existen otros condicionantes que relativizan la
intencionalidad de estos avances. Y en esto los trabajadores tenemos bastante que decir, ya que
integramos los sectores más directamente afectados, tanto por la desestructuración del aparato
productivo y una de sus más graves consecuencias: el desempleo, cuanto por una más histórica
dificultad: la de no poder continuar, nosotros y nuestros hijos, los estudios regulares que se
señalan como imprescindibles para adquirir las competencias básicas necesarias a nuestra
promoción social. En cuanto a esto último, no estamos refiriéndonos únicamente a limitaciones
de orden socio-económico o de directa marginalidad que impidan el acceso a la educación, sino
también a ofertas u opciones orientadas a inquietudes socio-culturales de los trabajadores;
estamos refiriéndonos a lógicas y tiempos distintos de aquellos programados académicamente y
que terminan siendo, por su propia índole, para una minoría.”

Llevar adelante un proceso de educación para el trabajo implicará entonces para las
instituciones formativas, un desafío, ya que les exigirá adaptarse alas actuales circunstancias,
flexibilizar sus propuestas, agudizar su mirada y sobre todo, trabajar en forma articulada con los
actores del medio socio productivo en el cual está inserta. Esto significará:

  INVOLUCRARSE EN PROCESOS DE APERTURA AL CONTEXTO

  CONSOLIDAR VÍNCULOS FORMALES Y SOSTENIBLES CON LOS ACTORES

SOCIALES

  ADOPTAR DINÁMICAS ORGANIZACIONALES COMPATIBLES CON EL


MODELO DE GESTIÓN ARTICULADA CON EL CONTEXTO

  RESOLVER CONFLICTOS BASÁNDOSE EN CRITERIOS DE BENEFICIO


MUTUO

LOS OBJETIVOS DEL PROCESO DE VINCULACIÓN ¿PARA


QUÉ VINCULARSE?
El factor que motiva las acciones de vinculación de las instituciones de formación profesional,
su objetivo central, consiste en brindar una preparación para el trabajo que de respuesta a las
necesidades de la población destinataria, y a su vez, satisfaga las demandas de las
organizaciones productivas.

Un trabajo de análisis permitirá descubrir cómo este objetivo general puede desglosarse en
objetivos específicos. Identificarlos y definirlos será de gran ayuda para que la IFP pueda
orientar sus acciones de vinculación y diseñar sus estrategias de articulación de manera más
eficiente.

CUALIDADES DE UN PROCESO DE VINCULACIÓN


La clarificación del sentido y la finalidad de las acciones de vinculación son el requisito inicial
para avanzar en un proceso sistemático de articulación e integración con el contexto socio-
productivo. Sin embargo, este proceso no es casual ni debe quedar librado al azar o a las buenas
intenciones de los actores de la organización formativa; por el contrario, para que sea exitoso y
realmente pueda resultar beneficioso para las personas que lo necesitan, debe cumplir una serie
de requisitos.

Basarse en una concepción ESTRATÉGICA, formando parte del proyecto institucional de la


IFP, y gestado con la participación de los actores de la comunidad educativa y del contexto
socio productivo.

Efectuarse de manera SISTEMÁTICA, es decir como parte de un plan establecido, en


cumplimiento de metas explícitas y a través de acciones sostenidas en el tiempo, cuyos
resultados son registrados y comunicados a los partícipes de las mismas.

Llevarse a cabo de modo INSTITUCIONALIZADO, no personal, formalizándose a través de


acuerdos o convenios que garanticen su continuidad.

Contar con los recursos humanos y materiales necesarios de modo que sea una actividad
SUSTENTABLE

CUALIDADES DE UN PROCESO DE VINCULACIÓN


La clarificación del sentido y la finalidad de las acciones de vinculación son el requisito inicial
para avanzar en un proceso sistemático de articulación e integración con el contexto socio-
productivo. Sin embargo, este proceso no es casual ni debe quedar librado al azar o a las buenas
intenciones de los actores de la organización formativa; por el contrario, para que sea exitoso y
realmente pueda resultar beneficioso para las personas que lo necesitan, debe cumplir una serie
de requisitos.

Basarse en una concepción ESTRATÉGICA, formando parte del proyecto institucional de la


IFP, y gestado con la participación de los actores de la comunidad educativa y del contexto
socio productivo.

Efectuarse de manera SISTEMÁTICA, es decir como parte de un plan establecido, en


cumplimiento de metas explícitas y a través de acciones sostenidas en el tiempo, cuyos
resultados son registrados y comunicados a los partícipes de las mismas.

Llevarse a cabo de modo INSTITUCIONALIZADO, no personal, formalizándose a través de


acuerdos o convenios que garanticen su continuidad.

Contar con los recursos humanos y materiales necesarios de modo que sea una actividad
SUSTENTABLE

Cambio y capacitación laboral


Por Bibiana Sandra Misischia

Podría decirse que el mundo de la producción y el trabajo asociado a la educación siempre


existió, y que han habido cambios en la división del trabajo, los aspectos tecnológicos y el
desarrollo científico. Según las circunstancias sociales, económicas e históricas, el cambio del
modo de formación puede anticipar la del modo de producción o a la inversa. La formación
tiene así una autonomía relativa respecto a la producción. Esta relación ha sido objeto de
tensiones y conflictos sociales, de allí que podemos pensar a la formación en y para el trabajo
como un proceso de adaptación, pero también de cambio.

Me parece importante hacer una síntesis de este recorrido histórico, para no limitar el análisis a
la capacitación en la empresa, además de ampliar el campo a la formación en el mundo del
trabajo y ver qué cambios se fueron sucediendo, para luego analizar la relación del adulto con la
capacitación brindada por la empresa o por agrupaciones de trabajadores, y cómo estas últimas
se vinculan con el conocimiento y el lugar del cambio en este análisis.

Iniciando el análisis en el siglo XI y la evolución hasta el siglo XIX, tomando a M. Carton


podemos hablar del pasaje, un cambio desde una enseñanza corporativa a una enseñanza
escolar,

"(...) en el Medioevo las prácticas de la enseñanza y la reproducción del sistema estaban


controladas por los mismos formadores. En el sistema escolar la gestión está a cargo del Estado
y las fuerzas sociales que lo controlan, mientras que las corporaciones regulaban la utilización
de quienes habían recibido una formación, luego es el Estado el mercado de trabajo y los grupos
de presión, quienes participan en esa regulación... mientras que la enseñanza corporativa y el
trabajo estaban directamente relacionadas, el sistema escolar corresponde a la aparición del
mercado de trabajo, que se inserta entre la formación y el trabajo y en el que la posición de un
diploma otorgado por el Estado es una moneda de cambio para obtener un empleo remunerado"
(Carton M. “La educación y el mundo del trabajo”, Unesco, 1985).

En el siglo XIX y comienzos del XX, se da un desarrollo, junto a la educación popular, de la


promoción social individual vinculada a los cambios en la situación profesional. La crisis
económica entre las dos guerras mundiales acelera el desarrollo de sistemas de formación
profesional. La educación formal es necesaria, pero no suficiente.

En la década del ’50 se produce una llegada masiva al mercado de trabajo de mano de obra con
calificaciones escolares generales, y sólo accesoriamente profesionales y técnicas, planteándose
problemas vinculados con las necesidades productivas. En un contexto de crisis de los sistemas
de planificación de la educación, surgen las ideas de formación continua y educación
permanente, las organizaciones patronales y de trabajadores proponen la aplicación de sistemas
de formación continua, en los cuales ellos serán actores directos, con la posibilidad o no de
participación por parte del Estado.

Así otra vez el trabajo aparece como objeto de confrontaciones y negociaciones, planteando la
cuestión del control de la interacción entre el trabajo y la formación. La relación entre
formación y trabajo ya no se plantea con referencia al modelo escolar, sino con referencia a la
empresa:

"...no es más la solicitud individual de formación lo que está en juego, sino la oferta
institucional de formación, en relación con las posibilidades de empleo y la descripción de los
puestos de trabajo, las calificaciones requeridas y la evolución en los mismos bajo la influencia
conjunta de los cambios tecnológicos y la crisis económica” (Carton M. “La educación y el
mundo del trabajo”, Unesco, 1985).
Actualmente, en la competencia entre los bloques económicos, la educación y los
conocimientos juegan un papel relevante en tanto las nuevas industrias dependen más de la
organización del conocimiento y el aprendizaje que se logren que de los recursos naturales, el
territorio o la materia prima:

"Las cualidades de la fuerza de trabajo serán el arma competitiva básica del siglo XXI, y las
personas especializadas la única ventaja competitiva perdurable (...) las organizaciones serán
redes finas de conocimiento que se limitan a conectar necesidades con recursos en cualquier
lugar del planeta..." (Thurrow, L. “La guerra del siglo XXI”, Ed. Vergara).

Estamos en el pasaje de una etapa industrial a otra dominada por la información, en un contexto
de vertiginosos cambios y transformaciones, con la agudización de la problemática del
desempleo, con nuevas calificaciones que demandan los cambios tecnológicos y
organizacionales, exigencias respecto al servicio y la calidad, en contextos de incertidumbre.

Tal como plantea A. Gallart, el foco de atención se traslada de las calificaciones a las
competencias, entendidas como conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que se
ponen en juego para resolver situaciones concretas de trabajo. Por ello los cambios las pondrán
constantemente a prueba y necesitaremos de una formación continua, que nos permita ir
adaptándonos a las nuevas necesidades del trabajo, con un aumento en nuestra profesionalidad y
flexibilidad.

La importancia de las políticas de calificación y formación en el desarrollo de las


posibilidades de inserción laboral

Las políticas de calificación y formación profesional confluyen junto a otras modalidades y


ramas de la enseñanza en el desafío de dar cuenta de la necesidad de las personas de acceder a
una educación a lo largo de la vida y su objetivo fundacional es el facilitar la acumulación de
recursos y el desarrollo de capacidades que la persona deberá poner en juego, movilizar en la
actividad laboral

La calificación de los recursos humanos es nodal para el desarrollo, está estrechamente


relacionada con temas como productividad, competitividad, salarios, seguridad social, empleo y
equidad social. Debe, por tanto, integrarse a los sistemas de relaciones laborales,
constituyéndose en un elemento clave para el diálogo social y las políticas de empleo.

La formación tiene un valor estratégico en los procesos de innovación, desarrollo y


transferencia de tecnología (dura y blanda), en la identificación de nuevos nichos y alternativas
de empleo generados por ésta y, especialmente, para asegurar el acceso igualitario de hombres y
mujeres a las nuevas tecnologías, para evitarles la exclusión y como forma de facilitarles las
nuevas formas de gestión y organización laboral.

Por todo ello entre las políticas activas de empleo, las de formación adquieren cada día un papel
más significativo. Las políticas de formación tienen una fuerte responsabilidad –aunque sin
duda no exclusiva ni total en la construcción de un punto de encuentro, de un espacio de
articulación entre las necesidades y posibilidades del sistema de productivo y de quienes
producen, de los varones y de las mujeres. Pero no hay duda que no ello no es posible sin el
conocimiento en profundidad de ambos, no es posible formar sin saber para qué formar ni qué
carencias hay que superar y qué recursos hay que potenciar en aquél/aquella a quién se forma.

Esta afirmación tan obvia no es hoy nada sencilla de contestar ni tampoco hay una muy clara
conciencia en los actores involucrados de su complejidad ni de la responsabilidad que cabe a
cada uno para hacerla posible.
Requiere de la participación activa, del involucramiento sistemático del sector empresarial para:

a. la identificación y caracterización de perfiles, de los demandados en lo inmediato para hacer


actualización y/o especialización del personal en servicio pero fundamentalmente de los
previstos en el corto y mediano plazo dado que la actividad formativa es un proceso, sus
resultados en términos de personal capacitado no son súbitos ni inmediatos

2. El apoyo y la facilitación de información y uso de tecnologías y la habilitación de,


aprendizaje práctico que el aula no puede reproducir ni económicamente ni en su
operación real

3. El acompañamiento y la evaluación de los resultados de la formación tanto a nivel de


pertinencia y calidad de los conocimientos impartidos como del aprendizaje alcanzado y
el posterior desempeño de los y las formadas

Requiere de las instituciones formativas de:

1. un compromiso permanente con la innovación y una estrategia de relacionamiento con


el sector productivo (con sus dos componentes empresarial y laboral)

2. la sistematización, análisis e incorporación permanente de la información a la


planificación de su oferta

3. el desarrollo de metodologías que permitan una transposición didáctica efectiva y con


capacidad de respuesta rápida

4. la capacitación docente

5. el monitoreo y evaluación constante de los resultados tanto de aprendizaje, como de


pertinencia y calidad desde la perspectiva empresarial y de éxito en la inserción y
desarrollo de los y las egresados/as

De los y las participantes de la formación de:

1. una actitud de apropiación de su responsabilidad en el proceso formativo y para


continuar con él a lo largo de la vida dada la rápida obsolescencia de los conocimientos,

del compromiso con el desarrollo de capacidades que le permitan adaptarse al cambio


permanente y para generar por sí alternativas posibles de inserción laboral

MODALIDADES DE VINCULACIÓN CON EL CONTEXTO


SOCIO PRODUCTIVO
Las IFP, por su misión y funciones siempre han mantenido una vinculación con su entorno, pero
no todas lo han hecho del mismo modo. Algunas, han realizado algunas acciones aisladas en sus
inicios, otras sólo se han relacionado de manera parcial con algunos sectores y otras, lo han
hecho siempre, pero de manera poco sistemática, etc.

Cualquier intento de vinculación es de por sí importante porque implica abrirse al medio, no
encerrarse en las paredes de la institución, pero no todas las formas de vinculación son
igualmente eficaces.
En el siguiente cuadro se presentan las modalidades de vinculación más habituales,
considerando su grado de formalidad, su frecuencia y su nivel de organización. Se asocian con
un nombre de fantasía que puede resultar ilustrativo para comprender sus notas características.

Permanente, como
Nula Ocasional Frecuente
parte de un plan
------------- (Endogámica) “La
-- cápsula”
“Estrella
Informal “Hecho a pulmón”
fugaz”
“Me gusta la “Hecho a pulmón y nos
Formal
foto” organizamos”
(Estratégica)
Sistémica
“Ecosistema”

1, Endogámica: la institución no toma contacto con el entorno, su oferta formativa se centra en


forma exclusiva en las propuestas tradicionales del establecimiento. Se piensa sólo como
receptora de alumnos.

2. Informal y ocasional: la institución establece vínculos aislados o puntuales con el contexto,


de manera casual, y en forma totalmente asistemática.

3. Formal y ocasional: son los casos en que las instituciones establecen eventualmente vínculos
con otras organizaciones del entorno, y lo hacen a través de la firma de algún convenio o
acuerdo, que suele ser difundido por los medios de comunicación, pero no va más allá; sus
resultados suelen ser inciertos.

4. Informal y frecuente: la institución busca y logra vincularse con las otras organizaciones, pero
lo hace en base al compromiso y esfuerzo (generalmente intenso) del personal directivo y
docente, por lo que depende de sus intenciones y debe renovarse constantemente, ya que no se
concretan en acuerdos formalizados que sostengan estas acciones.

5. Formal y frecuente: en estas instituciones, se establecen vínculos en forma casi permanente y


formalizada (aunque también es habitual que se den vínculos informales), y se advierte esfuerzo
e intencionalidad clara de mantener lazos con el entorno productivo y social, pero estas acciones
no se sostienen desde un plan, que identifique su prioridad y sentido. La institución se observa
comprometida, y atenta a la demanda de alumnos y organizaciones del contexto, pero carece de
un programa claro que oriente y organice dichas acciones.

6. Estratégica y sistémica: las acciones de vinculación forman parte de un proyecto institucional


que las desarrolla en forma permanente, de manera organizada, teniendo en claro su importancia
para la misión de la institución; responde a objetivos claros, se concretiza a través de acciones
planificadas, define a sus responsables, asigna recursos y establece las modalidades de
seguimiento y monitoreo. Se sistematiza la información recogida y se la da a conocer a los
actores sociales y productivos.

Cada IFP podrá reconocerse seguramente dentro de alguna de estas modalidades. Ello
constituye un punto de partida indispensable y valioso para el diagnóstico institucional.

La gestión institucional como base del proceso de vinculación


Mónica Pini define la gestión de la educación como “el conjunto de decisiones y acciones de los
cuadros dirigentes de las instituciones educativas, junto con otros actores, que se ejecutan para
el cumplimiento de objetivos educativos, la producción de productos y servicios educativos y
una mayor y más justa distribución de esos productos y servicios.” Resulta evidente la
importancia que adquiere dicho proceso de gestión para lograr una vinculación apropiada de la
IFP con el entorno social y productivo; sin embargo, entre las diversas modalidades de gestión
institucional, algunas resultan más eficientes que otras. En coincidencia con la autora, podemos
considerar que la adopción de un enfoque estratégico-situacional de la gestión resulta de suma
importancia para la misión de las IFP, ya que requiere:

- que la institución se ubique en el centro de las acciones, con las características particulares de
la comunidad de la que forma parte;
- el fortalecimiento de sus funciones a través de la definición clara de sus objetivos y
estrategias;

- la interrelación apropiada entre lo pedagógico y lo organizativo;


- la participación orgánica de la comunidad en la administración local de la educación por
medio de instancias definidas y mecanismos eficaces;
- el desarrollo de las condiciones apropiadas para la implementación gradual y sostenida de los
nuevos mecanismos;
- la optimización de los recursos.

También demanda la existencia de mecanismos adecuados para la producción y análisis de


información, la toma de decisiones, la negociación y la construcción colectiva del conocimiento,
para contribuir a una efectiva integración de las dimensiones curricular, administrativa y
comunitaria de la gestión.

En este sentido, como afirma Pini, se requiere un esfuerzo colectivo para entender las
contradicciones que a veces existen en la relación entre las instituciones de formación y la
sociedad, y para asumir que, así como los factores externos afectan el funcionamiento de las
mismas, también las decisiones internas, aún cuando parezcan exclusivamente pedagógicas,
tienen consecuencias en las posibilidades socioeconómicas de los destinatarios. Al adoptar una
gestión institucional con un enfoque estratégico necesariamente habrá que tener en cuenta los
múltiples factores que intervienen en la dinámica de las situaciones y las distintas visiones de
los actores.

Para la especialista “el intercambio de puntos de vista es imprescindible para identificar y


analizar los problemas y elaborar posibles vías de solución, junto con mecanismos de
evaluación y ajuste permanente. La planificación estratégica -en su sentido más amplio-
constituye el marco necesario, y brinda además mayores posibilidades en niveles más
abarcativos. Sus características fundamentales son:

- Identifica planificación con dirección y/o gobierno.


- Se realiza en situaciones de poder compartido.
- No es un diseño normativo.
- Es un intento de abarcar la complejidad de la situación que se quiere abordar, para
aproximarse lo más posible a las metas y resultados buscados.

- Exige una explicación de la situación total y la conjunción de puntos de vista múltiples.


- Utiliza como categorías básicas: "situación" (la conjunción múltiple de aspectos y
condiciones en que se desarrollan los procesos institucionales), "problema" (aspecto de la
situación que se considera obstáculo pan el desenvolvimiento o éxito en la consecución de las
metas institucionales) y "oportunidades" (factores de la realidad externa a la institución que
pueden influenciarla positivamente, o podrían hacerlo).
- Debe considerar diferentes escenarios posibles.
- Opera en cuatro instancias articuladas y formalizadas: coyuntural; anual operativa; a
mediano plazo; a largo plazo.”

De acuerdo con esta perspectiva, podríamos decir entonces que la herramienta fundamental para
establecer una vinculación efectiva con el contexto socio productivo es una gestión institucional
adecuada.

Una gestión democrática (que promueva y estimule la participación activa de todos los sectores
del contexto socio productivo), orientada hacia metas y resultados, dinámica (flexible y
adaptable a escenarios cambiantes) y crítica (que acepte y propicie acciones de evaluación
institucional externas e internas) representa un modelo apropiado para garantizar un proceso de
vinculación más efectivo.

FASES METODOLÓGICAS DEL PROCESO DE VINCULACIÓN


CON EL CONTEXTO SOCIAL Y PRODUCTIVO
A fin de orientar la planificación y el desarrollo de acciones concretas de vinculación, se
organiza el proceso en una serie de fases. Cada una de ellas, posee un fundamento y se
desarrolla según ciertas pautas o guías cuya finalidad es optimizar su realización.

Planificar las acciones de vinculación con el contexto socio-productivo

La posibilidad de insertarse socialmente y desarrollarse en el plano personal a través del trabajo


sólo es sostenible en un entorno económico que promueva el crecimiento del empleo y
recompense las inversiones individuales y colectivas en la formación y desarrollo de recursos
humanos.

Las diversas organizaciones que forman parte del contexto socio productivo ejercen muchas
veces su acción en forma desarticulada. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) afirma
que la negociación colectiva entre ellas, puede ofrecer buenas condiciones para organizar los
procesos de formación profesional. Esta articulación podría incluir la discusión acerca de
cuestiones como:

  Las calificaciones que precisan las empresas y la economía

  La formación que precisan los trabajadores

  La evaluación de las calificaciones básicas y otras adquiridas en el lugar de

trabajo o en el desempeño de actividades asociativas o individuales

  El establecimiento de pautas de carrera para los trabajadores

  El establecimiento de planes de desarrollo y de formación personal para los

trabajadores

  La estructura necesaria para conseguir beneficios óptimos de la formación

  Los regímenes de reconocimiento y gratificación, incluida una estructura de


remuneraciones

A juicio de la Organización los interlocutores sociales deberían fortalecer el diálogo


sobre la formación, compartir responsabilidades en la formulación de políticas de
formación y educación, y concertar asociaciones entre ellos y con el gobierno para
invertir en la formación, planificarla y llevarla a cabo. En la formación, las redes de
cooperación también comprenden a las autoridades regionales y locales, diversos
ministerios, organismos sectoriales y profesionales, instituciones y proveedores de
formación, organizaciones no gubernamentales, etc. A través de acciones
gubernamentales concretas es posible establecer un marco para la constitución de
asociaciones y de un diálogo social efectivo en el campo de la formación y el empleo.
Las empresas son las primeras responsables de la capacitación de sus empleados y
aprendices, pero también comparten responsabilidades con otras organizaciones
sociales respecto de la formación profesional inicial de los jóvenes, para atender sus
necesidades futuras.

La eficacia del diálogo social y de las asociaciones en el campo de la formación encuentra


muchas veces un obstáculo en la falta de una planificación adecuada de las acciones que
permitan vincularlas. Se advierte claramente la necesidad de mejorar dichas relaciones mediante
la cooperación técnica y el intercambio de experiencias y buenas prácticas entre los actores que
conforman el sector socio-productivo. La adquisición de conocimientos en el campo de las
relaciones de trabajo, la educación sindical, la administración de empresas, la contribución
social del trabajo y la organización de los interlocutores sociales son parte integrante del
desarrollo de las capacidades de educar de las IFP y constituyen un componente de la formación
profesional.

Delimitar y ampliar el ámbito de incidencia, entendiendo que la vinculación se establece con el


entorno productivo y social y no solamente con el sector empresarial es crucial para promover la
participación activa de los diversos actores e instituciones que confluyen en la generación de
empleo, y permitir que la IFP pase de una función de lectora del entorno a promotora de
estrategias y alternativas de inserción laboral. O sea, como se plantea desde el Centro
Interamericano de Investigación y Documentación sobre Formación Profesional (Cinterfor/OIT)
“incorporar un variado y muy flexible repertorio de estrategias basadas en la complementación
y coordinación y dirigido a hacer posible el diálogo social en torno al rol de la formación
como herramienta de equidad y de desarrollo personal, sectorial y local, como una figura de
articulación, de promoción con un rol proactivo respecto al entorno a través de la mediación,
la articulación con proyectos de desarrollo local, con programas de apoyo a
microemprendimientos, viveros de empresa, etc.”

Integrar las estrategias de vinculación al proyecto institucional

Las acciones de vinculación con el contexto socio productivo sólo adquieren significación
cuando logran efectivamente integrarse al Proyecto Educativo Institucional. Las instituciones
educativas han trabajado esforzadamente durante los últimos años para debatir, analizar y
definir su proyecto institucional, por lo tanto, este es el ámbito en el que fundamentalmente
deben plasmarse las acciones de vinculación que se encaren. Es el proyecto institucional el que
les otorgará sentido y significación, ya que es el instrumento donde se explicita y comunica la
propuesta de intervención educativa que se desarrolla en la institución escolar.

En este sentido, la integración de las acciones que encare la institución, en Proyecto Educativo
lnstitucional (PEI) parece ser la que permite una mayor posibilidad de logros, en la medida en
que se parte de la especificidad de "esa" institución y todo cuanto se realiza está en función de
una identidad institucional, en el marco de los lineamientos políticos generales (Pini, 2001)
Para efectivizar esta integración, vale la pena recordar algunas recomendaciones de los foros
internacionales con respecto a ello:

  Se ha de planificar de acuerdo con las necesidades del mercado de trabajo, combinando
las oportunidades locales presentes, las necesidades generales del país y las demandas
previsibles a medio plazo en el ámbito regional o mundial.

  En los sistemas eficaces de formación profesional en primer término, ha de planificarse


aunando el esfuerzo y los intereses de las administraciones educativas y laborales, pero
también los de los representantes de los trabajadores y de los empresarios, tanto a nivel
local como nacional. Los programas diseñados o desarrollados a partir de la aportación
de todas las partes tienen más posibilidades de responder a necesidades reales.

  La flexibilidad ha de ser, asimismo, una de las características de esta formación. En un


mercado de trabajo cambiante no es práctico establecer un "curriculum" formativo
rígido, que aspire a durar indefinidamente

En función de esas recomendaciones, las relaciones que cada IFP establezca efectivamente con
su contexto productivo van a plasmarse en el Proyecto Educativo como acciones peculiares. He
aquí algunos ejemplos de modalidades de colaboración que se han demostrado fructíferas y que
pueden incorporarse al programa institucional:

a. Contratos de formación o de prácticas en empresas para los alumnos de formación


profesional, promovidos por las instituciones académicas y las organizaciones laborales.
b. Consejos de perfeccionamiento profesional compuestos por representantes de las
Universidades y del mundo económico.

c. Vinculación entre Pequeñas y Medianas Empresas y Centros de Enseñanza para la


transferencia de conocimientos
d. Creación de centros de formación por una empresa, por varias empresas o a nivel local por
medio de las Cámaras de Comercio e Industria.

e. Hermanamiento de Universidades, Instituciones de Formación Profesional y Empresas para


temas de investigación y de perfeccionamiento de técnicos de las empresas y para prácticas de
los alumnos.
f. Observatorio permanente de las ocupaciones, creado y mantenido por instituciones de
formación.

g. Servicios de seguimiento de la inserción profesional de los egresados de los centros de


formación.
h. Acciones concertadas ("joint venture") entre los centros de formación y las instituciones que
les suministran nuevos equipos técnicos.

i. Asociar Pequeñas y Medianas Empresas a grandes Compañías y a centros de formación.

La colaboración siempre tiene como meta la transferencia de conocimientos, en beneficio de


ambos tipos de instituciones. Dichas transferencias a veces son más necesarias a las empresas
(sobre todo a las pequeñas y medianas) y otras a los centros de formación. Además, la
colaboración entre centros de formación y empresas se puede enmarcar dentro de programas de
desarrollo económico y de promoción de empleo de una zona o localidad.

De lo anterior se desprende que necesariamente la integración de las acciones de vinculación al


Proyecto Institucional impactará sobre diversos aspectos del mismo. El proyecto institucional se
despliega habitualmente en tres dimensiones:
Dimensión Pedagógico-Didáctica
Es el campo específico del hecho educativo, por lo tanto están incluidos aquí: los alumnos, los
docentes, los contenidos, el aprendizaje, la enseñanza y sus múltiples interrelaciones, es decir
que constituye el Proyecto Curricular Institucional. El impacto del desarrollo e integración de
las acciones de vinculación con el contexto socio-productivo, puede promover adecuaciones o
actualizaciones en el desarrollo curricular, en el perfil de los destinatarios, en la composición
del cuerpo docente, en las modalidades de enseñanza, en el equipamiento, dar de baja ofertas
inconsistentes, etc.

Dimensión Administrativo-Organizacional
La viabilización de los propósitos de la institución implicados en los procesos de vinculación
puede requerir también una flexibilización de la dimensión Administrativo-organizacional, de
tal manera que se garantice el seguimiento y control de lo previsto, de la activación y
optimización de los recursos humanos, así como también, de todo aquello que surja a partir de
considerar el dinamismo del proyecto puesto en acto. La vinculación efectiva con el sector socio
productivo puede dar lugar por ejemplo, a la creación de espacios de intercambio y cooperación,
tales como consejos asesores de la dirección de la institución; la creación de un equipo de
trabajo que a través de un proceso de investigación-acción monitoree, documente y difunda el
proceso de vinculación que se está llevando a cabo; la formalización de las relaciones
interinstitucionales a través de la firma convenios y/o acuerdos para la ejecución de acciones
específicas; la participación de los actores del sector productivo y social en eventos organizados
en forma coordinada, etc.

Dimensión Comunitaria
La vinculación con el sector socio productivo indudablemente fortalece la imagen institucional,
otorga sentido de pertenencia al ámbito en el cuál está inserta, asegura una mayor pertinencia de
las acciones formativas, pero sobre todo resignifica las relaciones de la institución con los
destinatarios de su propuesta. El balance de algunas experiencias innovadoras en el campo de la
educación para el trabajo, han revelado resultados alentadores en este sentido:

Si la formación es entendida en su finalidad, como una formación para el trabajo productivo y


para el desarrollo social debe contribuir a facilitar una inserción laboral-productiva de su
población objetivo, de tal manera que –además de ofrecer oportunidades inmediatas de empleo
e ingreso– contribuye al desarrollo general del aparato productivo, a la vez que coadyuva a los
procesos de cambio que conducen a superar sus constricciones, desequilibrios e inequidades, y
por tanto a eliminar las determinaciones estructurales que colocan a muchos sectores y grupos
en situación de desventaja.

Estas experiencias entienden que la única manera de contribuir a tal finalidad es a través de una
propuesta pedagógica que considere a los miembros de la población objetivo como sujetos
activos participantes y responsables de su propio desarrollo, y capaces de comprender los
procesos socioeconómicos en que están involucrados. La formación para el trabajo y el
desarrollo privilegia los procesos de enseñanza-aprendizaje que se focalizan en las personas,
preferentemente en contextos colectivos; que desarrollan su creatividad y le permiten
administrar conscientemente su proceso de aprendizaje, adaptándolo a su propio ritmo y a sus
particulares intereses. Este tipo de formación se reconoce, a su vez, como parte de los procesos
de educación abierta y permanente, y por tanto buscan prever la mejor manera de articularse con
otras modalidades de educación a efectos de complementarse y reforzarse.

Evaluar el proceso de vinculación efectuado.

La evaluación del proceso de vinculación es una tarea sin duda, compleja, pero
indudablemente necesaria, sobre todo teniendo en cuenta que de su correcta
implementación depende en gran medida la continuidad o no de la oferta formativa de
la institución. Buena calidad implica evaluación. La evaluación se concibe como medio
indispensable para la mejora continua y el aseguramiento de la calidad, así como para la
rendición de cuentas. Evaluación implica obtener información, describir una situación,
analizarla y emitir juicios de valor para la Toma de Decisiones; la evaluación juega un
papel muy importante pues ayuda a determinar en qué aspectos hay que mejorar, pero
también nos indica aquello que se está haciendo bien para reforzarlo.

Esta evaluación debe realizarse en forma sistemática y planificada, con una periodicidad
que deberá ser determinada por la IFP en función de su proyecto y sus recursos, pero
básicamente deberá tender a establecer una comparación objetiva y confiable entre las
metas propuestas y los logros alcanzados.

Para establecer esa comparación, las metas que la IFP se proponga deberán estar
formuladas de modo tal que puedan derivarse de ella indicadores que faciliten el
proceso evaluativo.

La evaluación podrá llevarse a cabo a través de distintos instrumentos, que faciliten la


recolección de información en cada ámbito.

o  Entrevista en profundidad a docentes y alumnos

o  Cuestionarios de opinión a docentes, alumnos, actores del sector productivo y

social, etc.

o  Registro de seguimiento.

o  Listas de control.

o  Otros...

La evaluación también puede organizarse en torno a las dimensiones del


Proyecto Educativo Institucional, de modo que se podrán evaluar distintos
aspectos en cada a nivel, a modo de ejemplo:

- en la dimensión administrativa y de gestión: la originalidad y creatividad en


los procesos, conceptos, propuestas, estrategias y resultados para dar soluciones
a problemas de su entorno.

- en la dimensión pedagógico- didáctica: la apropiación y producción de ciencia y


tecnología a través del trabajo integrado con otras organizaciones sociales y
productivas, la sistematicidad del trabajo pedagógico, y la adaptación y ajustes en el
diseño curricular, la actualización y el perfeccionamiento de los docentes, la
incorporación de nuevos equipamientos y tecnologías, etc.

- en la dimensión de interrelación comunitaria: la capacidad de transformación de la


institución y de su contexto, aceptación, apropiación y grado de satisfacción por parte
de la comunidad educativa, social y productiva, etc.

La evaluación a su vez, tiene que permitir identificar los obstáculos que han interferido
en el alcance de las metas, para reajustar el plan inicial y formular programas de mejora
que se orienten a subsanar las falencias detectadas. Calidad implica prevención, control,
cultura, retroinformación, evaluación de procesos y resultados, que en definitiva, se
traducen en una mejora del sistema.

Los resultados del proceso de evaluación deben ser sistematizados, y difundidos entre
los actores involucrados en el proceso de vinculación, a fin de que puedan conocer la
situación, y participar en la elaboración de propuestas superadoras. Esto aumenta la
concientización de los diversos actores del Sistema acerca del valor de la Evaluación
como herramienta de mejora continua.

Bibliografía consultada

Dabas, E. Red de redes. La práctica de intervención en redes sociales. Paidós. Buenos Aires,
1998

Dirección de centros de formación y educación para el trabajo (parte I), Cuaderno de Trabajo
Número 6. Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(OEI), 2000

Documento preliminar: "El Proyecto Ocupacional". Programa FORMUJER -MTE y FRH


Agosto 2001.

Educación Técnico Profesional .Cuaderno de Trabajo 1. Formación y trabajo: de ayer para


mañana. Cinterfor Organización Internacional del Trabajo (Cinterfor/OIT) Biblioteca Digital De
La OEI, 2000

Educación Técnico-Profesional. Cuaderno de Trabajo Número 2. Organización de Estados


Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) 2000

Educación Técnico Profesional. Competencia Laboral y su impacto en el modelo de gestión.


Cuaderno de Trabajo Número 7. Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (OEI), 2001

Gallart, M. A. y Jacinto, C Competencias Laborales: Tema Clave En La Articulación


Educación-Trabajo. Educación Técnico Profesional. Cuaderno de Trabajo 2. Biblioteca Digital
de la OEI, 2000

La formación para el empleo: la inserción social, la productividad y el empleo de los jóvenes.


88 Reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo. Ginebra, 2000

Lázaro González García .Nuevas relaciones entre educación, trabajo y empleo en la década de
los 90. Revista Iberoamericana de Educación. - Educación, Trabajo y Empleo Número 2.
Biblioteca Digital de la OEI, 1993

Pini, Mónica. “El proyecto educativo institucional como herramienta de gestión para los
directivos de escuelas” en: Red Latinoamericana de Información y Documentación en
Educación (Reduc), 1997 En: http://www.reduc.cl/raes.nsf/

Trillas, J. La educación fuera de la escuela. Planeta, Barcelona, 1985

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