Vinculación Con El Sistema Socioproductivo
Vinculación Con El Sistema Socioproductivo
Vinculación Con El Sistema Socioproductivo
El desempleo fue aumentando en la medida en que los que accedían por primera vez al mercado
de trabajo no lograban encontrar empleos productivos y bien remunerados. Todo ello se vio
agravado por las reducciones masivas de personal que han tenido lugar en el sector privado, que
trató de hacer frente a los retos de la globalización, aumentar su productividad y buscar nuevos
mercados.
El número de los «trabajadores pobres» fue en aumento, y muchos de ellos se ganan la vida a
duras penas con un empleo informal, mal pagado y con malas condiciones de trabajo.
Las estrategias que hasta hace poco propugnaban los países en desarrollo (como las que se
centraban en una industrialización basada en la sustitución de importaciones o en la
redistribución de la tierra) ya han dejado de considerarse atractivas. La riqueza de las naciones
se basa cada vez más en las calificaciones y los conocimientos de su fuerza de trabajo.
Para responder a los retos de la globalización y del aumento de la competencia, al tiempo que se
corrigen las crecientes desigualdades de los resultados del mercado de trabajo, es necesaria una
estrategia de educación y formación. Es entonces cuando cobra relevancia la necesidad de
compatibilizar los criterios de competitividad económica y equidad social, y es en este escenario
donde las instituciones de educación no formal se resignifican constituyéndose en eslabones
fundamentales para las políticas que sustentan programas de mejoramiento de la calidad del
empleo y la formación profesional.
Las Instituciones de Formación Profesional (IFP) juegan entonces un papel clave, pues son las
encargadas, junto a otras instituciones, de brindar a hombres y mujeres la posibilidad de
desarrollar las competencias laborales necesarias para integrarse al mundo del trabajo. No
obstante, deben atender también, para cumplir eficazmente su misión a estándares de calidad, y
en tal sentido requieren asistencia y asesoramiento de otras instituciones. La Universidad
Tecnológica Nacional ha mantenido, por origen e historia una constante relación con el medio
socio-productivo, y paralelamente, ha sido acreditada como institución de enseñanza superior,
por lo que asume el desafío de la asistencia y apoyo al proceso de fortalecimiento de las IFP,
orientando y formando a sus actores para que puedan desarrollar los procesos básicos definidos
en el Referencial de Calidad para las Instituciones de Formación Profesional, trabajo realizado
por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTEySS), el Instituto Argentino de
Normalización y Certificación (IRAM) y el Programa AREA.
Desde este lugar, es que se elabora la presente propuesta de trabajo, que como toda propuesta
pedagógica se estructura en torno a seis variables: los destinatarios, los objetivos, los
contenidos, el ámbito, los medios, y como variable dependiente, la metodología didáctica.
CONTENIDOS
Necesidad y sentido de la vinculación de las IFP con el contexto socio productivo. Importancia
de una relación eficiente. La vinculación y los objetivos institucionales. Cualidades que debe
reunir un proceso de vinculación.
INTRODUCCIÓN
Las Instituciones de Formación Profesional (IFP) se enfrentan hoy ante un nuevo desafío:
consolidarse como instancias formativas para apoyar el proceso de inserción laboral de la
población y la dinamización del sector productivo. Hay un acuerdo cada vez mayor en cuanto a
que la adquisición de capacitaciones y la inversión en educación y formación constituyen la
clave del desarrollo económico y social. Las capacitaciones y la formación aumentan la
productividad y los ingresos, y facilitan la participación de todos en la vida económica y social.
Para ello, deben procurar alcanzar estándares de calidad que garanticen el valor de los servicios
que ofrecen. Una de las dimensiones cruciales para el logro de tales niveles es la calidad de la
Vinculación con el Contexto Productivo y Social.
No obstante, son muy grandes las dificultades que se oponen a la ejecución de unas políticas de
empleo orientadas al crecimiento y que atribuyan una alta prioridad a la educación y a la
formación. Por eso, es fundamental que se pongan en marcha políticas eficaces e integradoras
de educación y formación para todos, evitando que se agraven los desajustes en materia de
capacitaciones.
El presente documento intenta brindar conceptos y herramientas que permitan a las IFP
optimizar el desarrollo de esta función y adecuar su oferta formativa.
En particular, nos preocupa hoy, la brecha existente entre las demandas de un sector productivo
en expansión y la posibilidad de dar respuesta a las mismas a través de una población preparada
y competente.
Para ayudar a los trabajadores a fin de que puedan acceder al trabajo decente y participar en la
corriente principal de la vida económica y social, se necesitará un gran esfuerzo en materia de
educación y formación, acompañado de otras medidas económicas y sociales.
El primer nivel responde al reto del desarrollo de los conocimientos y las calificaciones
imprescindibles para competir en unos mercados internacionales más ajustados. El acceso
universal al aprendizaje durante toda la vida se está convirtiendo en un requisito en los países
desarrollados, y debería serlo también para nuestros países. Las desigualdades en materia de
salarios e ingresos reflejan cada vez más las diferencias en términos de educación y
calificaciones. Por lo tanto, las políticas basadas en la igualdad que permiten a amplios sectores
de la población acceder a la educación y a la formación pueden también contribuir, a largo
plazo, a reducir las desigualdades en términos de ingresos entre los países y dentro de ellos.
El segundo nivel considera las políticas y los programas de educación y formación como
instrumentos para mitigar las repercusiones negativas de la globalización. Estas políticas tienen
como destinatarios a los numerosos trabajadores que han perdido sus empleos en la
reestructuración de las empresas y del sector público. Los esfuerzos educativos y de formación
se centran en ayudarles a obtener nuevas calificaciones que aumenten sus posibilidades de
encontrar empleo por su propia cuenta y en las nuevas industrias incipientes. Invariablemente,
las intervenciones en materia de formación se consideran cada vez más como un elemento
fundamental de políticas de mercado de trabajo activas y que se refuerzan mutuamente, las
cuales incluyen además medidas tales como la asistencia para buscar empleo y el apoyo
financiero para poner en marcha nuevas empresas.
El tercer nivel consiste en disponer de una capacidad en materia de educación y formación que
sirva para hacer frente a la creciente vulnerabilidad de muchos grupos de población (por
ejemplo, las mujeres, los jóvenes y los trabajadores escasamente calificados) que, por falta de
educación y de calificaciones, se han empobrecido o corren el peligro de caer en la trampa de la
pobreza. Todo ello centrado en el desarrollo de sus calificaciones fundamentales, entre ellas la
alfabetización y el cálculo elemental. El desarrollo de las calificaciones, apoyado por otras
medidas económicas y sociales, reforzará su empleabilidad, les ayudará a desarrollar actividades
productivas y generadoras de ingresos (ya sea mediante un empleo asalariado, ya por medio de
un empleo independiente) y fomentará su integración en la corriente principal de la vida
económica y social.
Como se desprende de los párrafos anteriores contar con una educación básica que garantice los
saberes mínimos exigidos por cualquier puesto laboral es condición necesaria pero no suficiente
para hacer frente a las solicitudes actuales; se requiere además un proceso de formación
determinado que avale el logro de competencias específicas. Tras largos debates, se reincorporó
al sistema educativo nacional la Educación Técnico Profesional, que había sido desdibujada en
la Ley Federal de Educación y que fue uno de los factores claves para que hoy exista ese vacío
de trabajadores preparados para insertarse en el mercado laboral; pero no será sino a mediano
plazo que el sistema de educación formal vuelva a dar sus frutos, entretanto, es imprescindible
abordar desde otras instancias, como por ejemplo desde el sistema educativo no formal, el
desafío planteado.
Por otra parte, cada región del país se está desarrollando según su peculiar perfil social y
productivo, y genera demandas diferentes; inclusive dentro de una misma provincia, como es el
caso de Santa Fe, con una disposición geográfica longitudinal, las actividades económicas
varían zonalmente y dan origen a muy diversas fuentes laborales. En este entorno dinámico y
diversificado, vive una población con características también particulares, con fortalezas y
debilidades que pueden facilitar u obstaculizar su inserción laboral. Las IFP constituyen una
plataforma privilegiada para articular el mundo del trabajo con el ámbito de la educación; por
historia y mandato, siempre han estado trabajando en este sentido. Cada IFP posee su propia
historia institucional, está enmarcada en un entorno geográfico, social y económico determinado
y ha sufrido de una manera particular los avatares de las últimas décadas; esto ha condicionado
seguramente el modo, intensidad y calidad de las relaciones con dicho contexto. Hoy es
imprescindible que esta vinculación se optimice y se inscriba en una modalidad de gestión
actualizada y eficiente, que le permita a los actores del sistema social y productivo alcanzar un
más pleno desarrollo personal a través de la actividad dignificante del trabajo.
SÍNTESIS INTEGRADORA
La respuesta a la pregunta “¿por qué vincularse?” se puede estructurar en torno a dos ejes
fundamentales:
La Confederación General del Trabajo lo expresa claramente cuando afirma : “Se dice que la
llave más importante para la realización de las personas, o al menos la posibilidad de enfrentar
en mejores condiciones las difíciles contingencias del mundo del trabajo hoy, pasa por la
educación, el conocimiento, el saber. También se precisa que se trata de saber pensar, de saber
hacer, de aprender a aprender, bajo un principio de educación integral, integradora y
permanente que deberá repetirse cíclicamente varias veces a lo largo de la vida.
Una de las ideas-fuerza que más predicamento alcanza es la de vinculación educación - trabajo.
Desde allí se imagina y se va dando forma a distintas opciones para su efectivización. Otra idea-
fuerza es la de garantizar la igualdad de oportunidades a todas las personas a fin de que puedan
cumplirse derechos constitucionales en cuanto a una de las funciones indelegables del Estado.
Lo cierto es que en ambos casos existen graves condicionantes para el logro de esos postulados.
Si se trata de la inserción en el mundo laboral, es casi ocioso señalar los problemas derivados de
las causas que profundizan el desempleo y la carencia de marcos productivos referenciales hacia
donde orientar la educación vinculada al trabajo. Si se trata de igualdad de oportunidades
educativas, es obvio que los crónicos problemas preexistentes se agravan o multiplican frente a
esta nueva realidad.”
En otro tramo del documento analiza que “existen otros condicionantes que relativizan la
intencionalidad de estos avances. Y en esto los trabajadores tenemos bastante que decir, ya que
integramos los sectores más directamente afectados, tanto por la desestructuración del aparato
productivo y una de sus más graves consecuencias: el desempleo, cuanto por una más histórica
dificultad: la de no poder continuar, nosotros y nuestros hijos, los estudios regulares que se
señalan como imprescindibles para adquirir las competencias básicas necesarias a nuestra
promoción social. En cuanto a esto último, no estamos refiriéndonos únicamente a limitaciones
de orden socio-económico o de directa marginalidad que impidan el acceso a la educación, sino
también a ofertas u opciones orientadas a inquietudes socio-culturales de los trabajadores;
estamos refiriéndonos a lógicas y tiempos distintos de aquellos programados académicamente y
que terminan siendo, por su propia índole, para una minoría.”
Llevar adelante un proceso de educación para el trabajo implicará entonces para las
instituciones formativas, un desafío, ya que les exigirá adaptarse alas actuales circunstancias,
flexibilizar sus propuestas, agudizar su mirada y sobre todo, trabajar en forma articulada con los
actores del medio socio productivo en el cual está inserta. Esto significará:
SOCIALES
Un trabajo de análisis permitirá descubrir cómo este objetivo general puede desglosarse en
objetivos específicos. Identificarlos y definirlos será de gran ayuda para que la IFP pueda
orientar sus acciones de vinculación y diseñar sus estrategias de articulación de manera más
eficiente.
Contar con los recursos humanos y materiales necesarios de modo que sea una actividad
SUSTENTABLE
Contar con los recursos humanos y materiales necesarios de modo que sea una actividad
SUSTENTABLE
Me parece importante hacer una síntesis de este recorrido histórico, para no limitar el análisis a
la capacitación en la empresa, además de ampliar el campo a la formación en el mundo del
trabajo y ver qué cambios se fueron sucediendo, para luego analizar la relación del adulto con la
capacitación brindada por la empresa o por agrupaciones de trabajadores, y cómo estas últimas
se vinculan con el conocimiento y el lugar del cambio en este análisis.
En la década del ’50 se produce una llegada masiva al mercado de trabajo de mano de obra con
calificaciones escolares generales, y sólo accesoriamente profesionales y técnicas, planteándose
problemas vinculados con las necesidades productivas. En un contexto de crisis de los sistemas
de planificación de la educación, surgen las ideas de formación continua y educación
permanente, las organizaciones patronales y de trabajadores proponen la aplicación de sistemas
de formación continua, en los cuales ellos serán actores directos, con la posibilidad o no de
participación por parte del Estado.
Así otra vez el trabajo aparece como objeto de confrontaciones y negociaciones, planteando la
cuestión del control de la interacción entre el trabajo y la formación. La relación entre
formación y trabajo ya no se plantea con referencia al modelo escolar, sino con referencia a la
empresa:
"...no es más la solicitud individual de formación lo que está en juego, sino la oferta
institucional de formación, en relación con las posibilidades de empleo y la descripción de los
puestos de trabajo, las calificaciones requeridas y la evolución en los mismos bajo la influencia
conjunta de los cambios tecnológicos y la crisis económica” (Carton M. “La educación y el
mundo del trabajo”, Unesco, 1985).
Actualmente, en la competencia entre los bloques económicos, la educación y los
conocimientos juegan un papel relevante en tanto las nuevas industrias dependen más de la
organización del conocimiento y el aprendizaje que se logren que de los recursos naturales, el
territorio o la materia prima:
"Las cualidades de la fuerza de trabajo serán el arma competitiva básica del siglo XXI, y las
personas especializadas la única ventaja competitiva perdurable (...) las organizaciones serán
redes finas de conocimiento que se limitan a conectar necesidades con recursos en cualquier
lugar del planeta..." (Thurrow, L. “La guerra del siglo XXI”, Ed. Vergara).
Estamos en el pasaje de una etapa industrial a otra dominada por la información, en un contexto
de vertiginosos cambios y transformaciones, con la agudización de la problemática del
desempleo, con nuevas calificaciones que demandan los cambios tecnológicos y
organizacionales, exigencias respecto al servicio y la calidad, en contextos de incertidumbre.
Tal como plantea A. Gallart, el foco de atención se traslada de las calificaciones a las
competencias, entendidas como conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que se
ponen en juego para resolver situaciones concretas de trabajo. Por ello los cambios las pondrán
constantemente a prueba y necesitaremos de una formación continua, que nos permita ir
adaptándonos a las nuevas necesidades del trabajo, con un aumento en nuestra profesionalidad y
flexibilidad.
Por todo ello entre las políticas activas de empleo, las de formación adquieren cada día un papel
más significativo. Las políticas de formación tienen una fuerte responsabilidad –aunque sin
duda no exclusiva ni total en la construcción de un punto de encuentro, de un espacio de
articulación entre las necesidades y posibilidades del sistema de productivo y de quienes
producen, de los varones y de las mujeres. Pero no hay duda que no ello no es posible sin el
conocimiento en profundidad de ambos, no es posible formar sin saber para qué formar ni qué
carencias hay que superar y qué recursos hay que potenciar en aquél/aquella a quién se forma.
Esta afirmación tan obvia no es hoy nada sencilla de contestar ni tampoco hay una muy clara
conciencia en los actores involucrados de su complejidad ni de la responsabilidad que cabe a
cada uno para hacerla posible.
Requiere de la participación activa, del involucramiento sistemático del sector empresarial para:
4. la capacitación docente
Cualquier intento de vinculación es de por sí importante porque implica abrirse al medio, no
encerrarse en las paredes de la institución, pero no todas las formas de vinculación son
igualmente eficaces.
En el siguiente cuadro se presentan las modalidades de vinculación más habituales,
considerando su grado de formalidad, su frecuencia y su nivel de organización. Se asocian con
un nombre de fantasía que puede resultar ilustrativo para comprender sus notas características.
Permanente, como
Nula Ocasional Frecuente
parte de un plan
------------- (Endogámica) “La
-- cápsula”
“Estrella
Informal “Hecho a pulmón”
fugaz”
“Me gusta la “Hecho a pulmón y nos
Formal
foto” organizamos”
(Estratégica)
Sistémica
“Ecosistema”
3. Formal y ocasional: son los casos en que las instituciones establecen eventualmente vínculos
con otras organizaciones del entorno, y lo hacen a través de la firma de algún convenio o
acuerdo, que suele ser difundido por los medios de comunicación, pero no va más allá; sus
resultados suelen ser inciertos.
4. Informal y frecuente: la institución busca y logra vincularse con las otras organizaciones, pero
lo hace en base al compromiso y esfuerzo (generalmente intenso) del personal directivo y
docente, por lo que depende de sus intenciones y debe renovarse constantemente, ya que no se
concretan en acuerdos formalizados que sostengan estas acciones.
Cada IFP podrá reconocerse seguramente dentro de alguna de estas modalidades. Ello
constituye un punto de partida indispensable y valioso para el diagnóstico institucional.
- que la institución se ubique en el centro de las acciones, con las características particulares de
la comunidad de la que forma parte;
- el fortalecimiento de sus funciones a través de la definición clara de sus objetivos y
estrategias;
En este sentido, como afirma Pini, se requiere un esfuerzo colectivo para entender las
contradicciones que a veces existen en la relación entre las instituciones de formación y la
sociedad, y para asumir que, así como los factores externos afectan el funcionamiento de las
mismas, también las decisiones internas, aún cuando parezcan exclusivamente pedagógicas,
tienen consecuencias en las posibilidades socioeconómicas de los destinatarios. Al adoptar una
gestión institucional con un enfoque estratégico necesariamente habrá que tener en cuenta los
múltiples factores que intervienen en la dinámica de las situaciones y las distintas visiones de
los actores.
De acuerdo con esta perspectiva, podríamos decir entonces que la herramienta fundamental para
establecer una vinculación efectiva con el contexto socio productivo es una gestión institucional
adecuada.
Una gestión democrática (que promueva y estimule la participación activa de todos los sectores
del contexto socio productivo), orientada hacia metas y resultados, dinámica (flexible y
adaptable a escenarios cambiantes) y crítica (que acepte y propicie acciones de evaluación
institucional externas e internas) representa un modelo apropiado para garantizar un proceso de
vinculación más efectivo.
Las diversas organizaciones que forman parte del contexto socio productivo ejercen muchas
veces su acción en forma desarticulada. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) afirma
que la negociación colectiva entre ellas, puede ofrecer buenas condiciones para organizar los
procesos de formación profesional. Esta articulación podría incluir la discusión acerca de
cuestiones como:
trabajadores
Las acciones de vinculación con el contexto socio productivo sólo adquieren significación
cuando logran efectivamente integrarse al Proyecto Educativo Institucional. Las instituciones
educativas han trabajado esforzadamente durante los últimos años para debatir, analizar y
definir su proyecto institucional, por lo tanto, este es el ámbito en el que fundamentalmente
deben plasmarse las acciones de vinculación que se encaren. Es el proyecto institucional el que
les otorgará sentido y significación, ya que es el instrumento donde se explicita y comunica la
propuesta de intervención educativa que se desarrolla en la institución escolar.
En este sentido, la integración de las acciones que encare la institución, en Proyecto Educativo
lnstitucional (PEI) parece ser la que permite una mayor posibilidad de logros, en la medida en
que se parte de la especificidad de "esa" institución y todo cuanto se realiza está en función de
una identidad institucional, en el marco de los lineamientos políticos generales (Pini, 2001)
Para efectivizar esta integración, vale la pena recordar algunas recomendaciones de los foros
internacionales con respecto a ello:
Se ha de planificar de acuerdo con las necesidades del mercado de trabajo, combinando
las oportunidades locales presentes, las necesidades generales del país y las demandas
previsibles a medio plazo en el ámbito regional o mundial.
En función de esas recomendaciones, las relaciones que cada IFP establezca efectivamente con
su contexto productivo van a plasmarse en el Proyecto Educativo como acciones peculiares. He
aquí algunos ejemplos de modalidades de colaboración que se han demostrado fructíferas y que
pueden incorporarse al programa institucional:
Dimensión Administrativo-Organizacional
La viabilización de los propósitos de la institución implicados en los procesos de vinculación
puede requerir también una flexibilización de la dimensión Administrativo-organizacional, de
tal manera que se garantice el seguimiento y control de lo previsto, de la activación y
optimización de los recursos humanos, así como también, de todo aquello que surja a partir de
considerar el dinamismo del proyecto puesto en acto. La vinculación efectiva con el sector socio
productivo puede dar lugar por ejemplo, a la creación de espacios de intercambio y cooperación,
tales como consejos asesores de la dirección de la institución; la creación de un equipo de
trabajo que a través de un proceso de investigación-acción monitoree, documente y difunda el
proceso de vinculación que se está llevando a cabo; la formalización de las relaciones
interinstitucionales a través de la firma convenios y/o acuerdos para la ejecución de acciones
específicas; la participación de los actores del sector productivo y social en eventos organizados
en forma coordinada, etc.
Dimensión Comunitaria
La vinculación con el sector socio productivo indudablemente fortalece la imagen institucional,
otorga sentido de pertenencia al ámbito en el cuál está inserta, asegura una mayor pertinencia de
las acciones formativas, pero sobre todo resignifica las relaciones de la institución con los
destinatarios de su propuesta. El balance de algunas experiencias innovadoras en el campo de la
educación para el trabajo, han revelado resultados alentadores en este sentido:
Estas experiencias entienden que la única manera de contribuir a tal finalidad es a través de una
propuesta pedagógica que considere a los miembros de la población objetivo como sujetos
activos participantes y responsables de su propio desarrollo, y capaces de comprender los
procesos socioeconómicos en que están involucrados. La formación para el trabajo y el
desarrollo privilegia los procesos de enseñanza-aprendizaje que se focalizan en las personas,
preferentemente en contextos colectivos; que desarrollan su creatividad y le permiten
administrar conscientemente su proceso de aprendizaje, adaptándolo a su propio ritmo y a sus
particulares intereses. Este tipo de formación se reconoce, a su vez, como parte de los procesos
de educación abierta y permanente, y por tanto buscan prever la mejor manera de articularse con
otras modalidades de educación a efectos de complementarse y reforzarse.
La evaluación del proceso de vinculación es una tarea sin duda, compleja, pero
indudablemente necesaria, sobre todo teniendo en cuenta que de su correcta
implementación depende en gran medida la continuidad o no de la oferta formativa de
la institución. Buena calidad implica evaluación. La evaluación se concibe como medio
indispensable para la mejora continua y el aseguramiento de la calidad, así como para la
rendición de cuentas. Evaluación implica obtener información, describir una situación,
analizarla y emitir juicios de valor para la Toma de Decisiones; la evaluación juega un
papel muy importante pues ayuda a determinar en qué aspectos hay que mejorar, pero
también nos indica aquello que se está haciendo bien para reforzarlo.
Esta evaluación debe realizarse en forma sistemática y planificada, con una periodicidad
que deberá ser determinada por la IFP en función de su proyecto y sus recursos, pero
básicamente deberá tender a establecer una comparación objetiva y confiable entre las
metas propuestas y los logros alcanzados.
Para establecer esa comparación, las metas que la IFP se proponga deberán estar
formuladas de modo tal que puedan derivarse de ella indicadores que faciliten el
proceso evaluativo.
social, etc.
o Registro de seguimiento.
o Listas de control.
o Otros...
La evaluación a su vez, tiene que permitir identificar los obstáculos que han interferido
en el alcance de las metas, para reajustar el plan inicial y formular programas de mejora
que se orienten a subsanar las falencias detectadas. Calidad implica prevención, control,
cultura, retroinformación, evaluación de procesos y resultados, que en definitiva, se
traducen en una mejora del sistema.
Los resultados del proceso de evaluación deben ser sistematizados, y difundidos entre
los actores involucrados en el proceso de vinculación, a fin de que puedan conocer la
situación, y participar en la elaboración de propuestas superadoras. Esto aumenta la
concientización de los diversos actores del Sistema acerca del valor de la Evaluación
como herramienta de mejora continua.
Bibliografía consultada
Dabas, E. Red de redes. La práctica de intervención en redes sociales. Paidós. Buenos Aires,
1998
Dirección de centros de formación y educación para el trabajo (parte I), Cuaderno de Trabajo
Número 6. Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(OEI), 2000
Lázaro González García .Nuevas relaciones entre educación, trabajo y empleo en la década de
los 90. Revista Iberoamericana de Educación. - Educación, Trabajo y Empleo Número 2.
Biblioteca Digital de la OEI, 1993
Pini, Mónica. “El proyecto educativo institucional como herramienta de gestión para los
directivos de escuelas” en: Red Latinoamericana de Información y Documentación en
Educación (Reduc), 1997 En: http://www.reduc.cl/raes.nsf/