Marco Teoríco Junio

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Introducción:

La pandemia provocada por el Covid-19 cambió el mundo desde muchas

perspectivas. La economía, las relaciones humanas, el trabajo, el ocio y la forma

en la que el mundo estaba acostumbrado a llevar la vida en general cambiaron

radicalmente y las personas se vieron forzadas a hacer todo diferente. La iglesia

no es la excepción; toda la dinámica litúrgica se vio trastocada por el hecho de que

se restringe la posibilidad de que la comunidad se congregara presencialmente.

La discusión que esta situación generó alrededor de lo que significa ser

iglesia sin poder ir al local físico es muy interesante, ¿Cómo ser comunidad a

pesar de no poder estar juntos? Muchos grupos de cristianos en el mundo

tuvieron que cuestionarse la naturaleza de la iglesia que fue sacada de manera

intempestiva de su cotidianidad y el pueblo de Dios debe estar abierto a leer los

tiempos y evaluar cómo se ha conceptualizado la comunidad de fe y se ha limitado

a un lugar o a unas reuniones.

En medio de toda esta reflexión se debe reconocer que la iglesia Online es

una forma de hacer iglesia que va permanecer a lo largo del tiempo. Ese hecho

lleva al pueblo de Dios a cuestionarse sobre elementos litúrgicos como la

adoración o la predicación. No se trata solamente de responder de manera rápida

ante la crisis, sino ver soluciones y nuevas formas de hacer culto que sean

efectivas y sostenibles en la nueva normalidad.1

1
Lisa Cressman, “B.C. and A.C.: Preaching and Worship Before COVID and After COVID”, Journal
for Preachers, 1 enero 2021, http://web.a.ebscohost.com/ehost/pdfviewer/pdfviewer?
vid=5&sid=509129dd-4ab2-4380-be48-afb86d1fc0ef
El objetivo y el contenido de la predicación y de la adoración no debe ser

diferente porque el medio de transmisión sea diferente, “La palabra de Dios se

transmite con la misma eficacia ya sea contada como una historia en la

antigüedad, leída en silencio en una Biblia hace cien años, o escuchado en un

podcast hoy.”2 Entonces ¿en dónde podría haber una diferencia en todo este

asunto?, ¿podría la iglesia de alguna manera ajustar la forma de la homilética para

hacer más efectiva la predicación para quienes la escuchan desde otro lugares?

¿Cómo han percibidos los predicadores que ha afectado su ejercicio de exposición

bíblica estos nuevos medios de transmisión de la palabra en tiempo del Covid?

Recoger la experiencia de los predicadores durante la pandemia podría resultar la

apertura de una conversación acerca del cómo ser efectivos en las nuevas formas

de hacer iglesia luego de la pandemia.

1.1.1. Asuntos preliminares

Ya que la intención de esta investigación es recopilar las experiencias

homiléticas de algunos pastores durante la pandemia, definir la palabra homilética

es importante para darle un marco adecuado al lector. La homilética está definida

hoy por la Rae como el “Razonamiento o plática que se hace para explicar al

pueblo las materias de religión” o en otras palabras es “el estudio académico de

los diversos aspectos del arte cristiano de la predicación” 3. Estas o cualquier otra

definición, han sido el resultado del continuo cambio y evolución del arte de

2
Lisa Cressman, “B.C. and A.C.: Preaching and Worship Before COVID and After COVID”, Journal
for Preachers, 1 enero 2021,http://web.a.ebscohost.com/ehost/pdfviewer/pdfviewer?
vid=5&sid=509129dd-4ab2-4380-be48-afb86d1fc0ef%40sessionmgr4008
3
Pablo Jimenez, La predicación en el siglo XXI : actualidad, contexto, cultura, justicia social,
liberación, postmodernidad. (Barcelona, España: Editorial CLIE, 2009) cap. 2, sec. “Definición y
función de la predicción cristiana”, par. 2.
predicar a través del tiempo, aún teniendo en cuenta que el origen de la palabra

no estaba dado en el marco religioso.

Históricamente, la palabra homilía se usó para referirse al ser humano en su

trato con sus iguales y su construcción social. Esta visión veía al hombre como ser

parlante que se comunica generando así comunidad. De ahí, que el uso que se le

dio más adelante a la palabra homilía fue para referirse a una reunión en donde se

comunicaban ideas.4 En el N.T. “El adjetivo homiletikos, que significaba “reunión”,

pasó a significar “conversación” y dar nombre a un género literario especial por el

que se explica familiarmente una doctrina.”5 Hay varias referencias al término en

conjugaciones que reflejan los dos matices de los que hemos hablado; por un

lado, la idea de reunión y por otro la transmisión de ideas a través de la

conversación o el discurso público.

Ambos sentidos son usados por Pablo en el Nuevo Testamento, el uno por
Pablo: «Las malas compañías [homiliai] corrompen las buenas costumbres»
(1 Cor. 15:33), y el otro por Lucas, el más helenista de los evangelistas: «Félix
esperaba también que se le diera algún dinero de parte de Pablo. Por eso le
hacía venir con frecuencia y hablaba [homilei] con él» (Hch. 24:26). 6

Antes de que la homilética se relaciona con la religión, dos de las líneas de

pensamiento que más aportaron a la construcción del concepto previo al

nacimiento de la iglesia, fueron la griega y la latina. Aristóteles desde su obra La

Retórica y Quintiliano desde Instituciones sobre oratoria, entre otros, aportaron las

4
Alfonso Ropero. Homilética Bíblica. (Barcelona: Editorial CLIE, 2015). Cap. 2, sec. “Homilética
significado y uso” par. 1
5
Alfonso Ropero. Homilética Bíblica. (Barcelona: Editorial CLIE, 2015). Cap. 2, sec. “Homilética
significado y uso” par. 2
6
Alfonso Ropero. Homilética Bíblica. (Barcelona: Editorial CLIE, 2015). Cap. 2, sec. “Homilética
significado y uso” par. 2
herramientas centrales en la técnica del discurso que posteriormente Pablo usaría

en sus predicaciones registradas en los inicios de la iglesia. 7

Todo el proceso de crecimiento de la iglesia en el primer siglo nutrió el ejercicio

homilético y lo llevó mucho más allá de una simple conversación, llegó a ser una

práctica comunicativa que tiene como fin llevar un mensaje espiritual. Los

discursos de Pablo, Pedro y Esteban, entre otros, muestran la influencia de la

retórica helénica así como de los escribas y ancianos, en el discurso bíblico de la

iglesia primitiva. El discurso común practicado tan comúnmente en la antigüedad

le da herramientas fundamentales a la proclamación del mensaje del evangelio en

ese primer escenario y lo va fortaleciendo junto con el devenir de la historia.

Pronto la predicación de los creyentes del primer siglo, logró persuadir y traer a

la fe a gentiles que le dieron a la predicación nuevos matices. Uno de los más

importantes es Agustín (354-420 d.C.) quien enseñaba retórica antes de su

conversión, al acercarse a la fe puso en práctica todo su conocimiento y le dió al

mensaje del evangelio una mayor claridad y variedad. Sus tratados fueron

determinantes ya que estos se caracterizaron por la centralidad en la Palabra

como prioridad. Dicha centralidad sería hasta aquí la característica más importante

de la predicación.

Por el contrario, la Edad Media fue un periodo en donde esta centralidad

bíblica se desdibujó. Las prácticas religiosas promovidas por papado tales como

las indulgencias y la opulencia desmedida de dicha institución, hicieron que la

atención de aquellos que se auto-proclamaron representantes de Dios se desviara

7
Silas Ramos. Red Cristiana Radical. http://www.redcristianaradical.org/breviacutesima-historia-
de-la-homileacutetica-y-la-predicacioacuten.html, último acceso 7 de marzo 2021
de las Escrituras y la fe se llenará de muchos elementos que no estaban en ellas.

El limitado acceso a las Escrituras por parte de los feligreses se reflejaban en una

predicación distante, esta se hacía de espaldas.

En respuesta a esta etapa, la Reforma le dio énfasis a la predicación yal

estudio profundo de la Palabra, tanto que se hizo de esta la tarea pastoral más

importante en el contexto eclesial.8 Dicho énfasis permitió que la predicación

recuperara el carácter bíblico que junto con el desarrollo de la comunicación más

efectiva al hacer uso de la bíblia en el lenguaje común como base de la

predicación, hicieron que la homilética y la predicación tomarán un nuevo aire.

Fue en la modernidad donde se definió la homilética como término y área

de estudio especializado. Si bien el origen de la palabra se dío desde antes del

cristianismo, es solo hasta el siglo XVII, exactamente en 1672, que se publica la

obra de S. Gobel titulada Methodología Homiletica. “Sin embargo, y como ya se

ha sugerido, la Homilética como concepto, no como término, se fue gestando a

través de un largo proceso histórico-formativo.”9     

Por último, la postmodernidad ha traído consigo aún más renovación en las

formas homiléticas. Estos cambios se deben a la lectura del contexto sociocultural,

la evolución de las herramientas audiovisuales y comunicativas y el estudio más

profundo y técnico de las Escrituras. Cada uno de estos elementos nos pone hoy

ante una homilética contextual y la búsqueda de nuevas formas de hacer eficiente

la tarea de compartir el evangelio. Es innegable que estamos ante un punto de

8
Orlando Costas. Comunicación por medio de la predicación (Miami: Editorial Caribe,1989) p. 21
9
Alfonso Ropero. Homilética Bíblica. (Barcelona: Editorial CLIE, 2015). Cap. 3, sec. “Historia breve
de la predicación” par. 3
inflexión en la predicación, esto hace necesario generar algunas ideas alrededor

de las diferencias homiléticas que trajo consigo la coyuntura de la pandemia.

1.2 Teología de la predicación

La predicación, como todo el quehacer del la iglesia en su misión de llevar las


bunas nuevas al mundo, tiene un respaldo teológico el las escrituras. Entender el
rol de la Palabra de Dios en su estructura, la presencia de Cristo en ella o el
reconocimiento de la intervención divina del Espíritu Santo se hace fundamental
para comprender su importancia y la forma en la que todos estos factores
terminan dándole

1.2.1 Centralidad y fidelidad bíblica

“La Biblia es el libro del predicador.” 10 Frente a esta afirmación no hay

discusión alguna. Las Escrituras es una de las formas en las que Dios ha decidido

revelarse al ser humano, allí está contenida la historia de la humanidad desde la

perspectiva de Dios y como Él interviene para salvar a la humanidad de una

eternidad lejos de él. El contenido de una predicación que no esté ligado a la

narración de dicha historia no cumplirá su propósito: llevar a las personas a querer

acercarse a Dios, vivir como Él nos invita y a servir como reflejo de nuestra

convicción de seguirlo.

La Palabra afirma de ella misma el carácter inspirado y divino de su

contenido y de su misión en el corazón humano: “Toda Escritura es inspirada por

Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a

fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.” (1 Ti.

3:14-17, LBLA). El acto comunicable de la predicación debe apuntar a este fin: el

equipamiento del creyente, y sólo será esto posible si se comparte la Escritura

10
Alfonso Ropero. Homilética Bíblica. (Cap. 10, sec. “la sagrada escritura par. 1
inspirada por Dios. Es justo de este punto desde donde proviene la autoridad de la

predicación, si el pastor predica la Palabra de Dios, predica de parte de Dios y es

solo un instrumento que comunica la voz de Dios a nosotros.

El predicador entonces tiene la responsabilidad de nutrir su mensaje y su

vida con las Palabras de Dios; “11  El que habla, hágalo como quien expresa las

palabras mismas de Dios. (1 Pedro 4;11, NVI) él es un mensajero, no quién emite

el mensaje, pero es importante que un sermón no solo pase por la mente sino

también por el corazón de quien lo expone, garantiza que más que palabras

estudiadas, el sermón es la expresión misma del corazón y el obrar de Dios en la

vida del expositor y se espera que suceda de la misma manera en el oyente final.

El poder de la Palabra de Dios debe traspasar la vida del expositor, y llevar el

sermón mismo a ser vida para el auditorio que lo escucha.

La centralidad bíblica de una predicación no siempre ha sido un asunto

tomado en cuenta durante la historia, en diferentes momentos se ha hecho énfasis

en otros elementos adicionales que supuestamente eran necesarios para darle

fuerza al mensaje. En el siglo XVI, el lenguaje denso y la elocuencia eran

elementos usados para “ayudar” a que el mensaje bíblico pueda tener mayor

impacto. El predicador William Perkins (1592) junto con otros colegas de su época

se enfocan en atraer la atención del sermón sobre la Palabra: “Tan solo la Palabra

de Dios debe predicarse, en toda su perfección y coherencia interna” 11 Perkins

deja en claro que no deben exponerse ideas que nacen del expositor y luego

busca versículos para reforzarlas, ni tampoco el contenido del mensaje debe ser

11
William Perkins, The Art of Prophesying with the Calling of the Ministry (publicado por primera
vez en inglés en 1606; reimpr., Edinburgh, Escocia: Banner of Truth, 1996),9.
un estudio empírico o un ejercicio académico. Lo que el predicador piensa sobre

la Biblia es crucial a la hora de abordarla para exponerla, es necesario

comprender que la autoridad misma de Dios está allí, por lo tanto, es autónoma y

completamente eficaz en sí misma.12

Los demás elementos usados por un predicador como las ayudas

audiovisuales, las técnicas de comunicación y las ilustraciones deben ser usados

bajo la idea fundamental de que todo eso está al servicio de exponer la esencia de

la Palabra misma.

Dios, a través del texto bíblico, revela el drama de la Redención, en donde

Él mismo interviene en el devenir de la humanidad para su salvación. (Salmos

98:3, Salmos 67:2, Isaías 45:22, Zacarías 8:7, Lucas 13:23, Juan 5:34, Romanos

11:26, 1 Timoteo 2:4) Cada elemento de ese drama por más lejano que parezca

apunta a un solo lugar: La cruz de Jesús. El sueño de Dios de que cada persona

pueda regresar a casa y ese es el mensaje de la Palabra y por lo tanto debe serlo

también de la predicación.

La predicación al alinearse con el sentido bíblico debe apuntar al amor de

Dios como detonante de su auto-revelación. Esa autorevelación se hace desde

tres focos: La creación, las escrituras, y la persona de Jesús. Son estos tres

caminos los que deben fundamentar el contenido de una exposición bíblica que no

debe tratarse acerca de las ideas que cada pastor tenga de Dios sino de lo que

Dios ha hecho a través de la Palabra. Probablemente sea común que los

predicadores tengan la constante tentación de incluir algunas ideas de otras

12
Timothy Keller, Preaching: Communicating Faith in an Age of Skepticism, (Nashville, B&H
Publishing Group, 2015),25.
fuentes, o de buscar la manera de que sus ideas personales sean respaldadas

con algún versículo bíblico que hagan más llamativo, de ahí la necesidad de

rendición absoluta a Dios y a su Palabra, esto hará que con humildad pueda

reconocer que su papel es el de un mensajero.

1.2.2 Cristología de la predicación

Jesús es el eje del texto bíblico y por lo tanto lo será de la predicación

también. El drama de la redención que vemos plasmado en la Palabra de Dios

hace referencias innumerables a la persona de Jesús, no solo en el momento

histórico donde Él se encarna, es decir desde el Nuevo pacto, sino también desde

el Antiguo pacto. Una y otra vez, la persona de Jesús y su rol en la historia de la

humanidad como el Salvador del mundo se evidencia a lo largo de todo el texto

Bíblico (Isaías 7: 14, Isaias, 9:8, Isaías 53: 3-7 Zacarías 9:9, Lucas 2:11, Gálatas

2:20, Hebreos 7:25, 1 Pedro 1:18-19, Romanos 5:10) “Es él por tanto, quien le da

contenido a la predicación ya que sin él no hay Kerygma, además le da verdadero

propósito, sin él no hay salvación”13

El entendimiento correcto de toda la Escritura dependerá de que el

expositor bíblico logre entender cada sección desde la clave de la interpretación

bíblica: Jesús. El apóstol Pablo muestra que Jesús era el fundamento de su

predicación. “Yo mismo, hermanos, cuando fui a anunciarles el testimonio [a] de

Dios, no lo hice con gran elocuencia y sabiduría.  2  Me propuse más bien, estando

entre ustedes, no saber de cosa alguna, excepto de Jesucristo, y de este

crucificado.” (1 Corintios 2: 1-3, NVI) Aquí es importante notar que cuando Pablo

13
Costas. Comunicación por medio de la predicación,23.
escribió esto a la iglesia en Corinto el contenido de sus predicación era

exclusivamente el Antiguo Testamento., es decir que Pablo leía el contenido de la

Biblia Hebrea con los lentes de la persona de Jesús y entendiendo como su

encarnación iluminaba todo el contenido del antiguo pacto. 14

De la misma manera que Pablo, el predicador actual debe leer toda la

escritura a la luz de Cristo, y todo el contenido de sus enseñanzas, si importar el

tema, finalmente debe apuntar a que cada oyente fije su mirada en la cruz de

Jesús y viva de acuerdo con los principios bíblicos expuestos. Sin importar el

género literario, el contenido histórico o la poca relación que un texto bíblico pueda

tener con Jesús, siempre se debe interpretar las verdades bíblicas desde la

redención en Cristo.

Este aspecto Cristocéntrico de la predicación no invalida los elementos

valiosos que nos aportan la retórica, la lógica o la oratoria, de hecho el mismo

Pablo hace uso de varias de estas herramientas en sus discursos registrados en el

libro de Hechos (13: 16-41, 17:22-31, 20: 18-35, 21:37-23:35). De manera diestra

el apóstol Pablo identifica su audiencia y así mismo elige la forma en la que va a

comunicar el mensaje de Cristo resucitado.

“Pablo ciertamente quiere reorientar el corazón de sus oyentes y cambiar lo


que ellos más aman, esperan y en lo que ponen su fe. No obstante, insiste
en que este cambio no debe ocurrir a través del ingenio humano, sino sólo
mediante una «demostración del poder del Espíritu» (1 Cor. 2:4),” 15

Cada predicador puede usar herramientas audiovisuales, diferentes tonos

comunicacionales, ilustraciones y elementos extras que el arte de la comunicación

14
Keller, Preaching: Communicating Faith in an Age of Skepticism, 14.
15
Timothy Keller, Preaching: Communicating Faith in an Age of Skepticism. p. 16
pueda brindar pero siempre manteniendo el mismo objetivo: que Jesús sea el

centro del mensaje.16

La encarnación de Jesús es una de las formas en las que Dios se revela a la

humanidad. Al inicio del evangelio de Juan, se anuncia el nacimiento de Jesús

bajo la idea de que el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros (Juan 1:14).

Jesús es la Palabra de Dios encarnada y por lo tanto la proclamación del

evangelio por medio de la predicación será hablar de Jesús como el Cristo

encarnado, crucificado ascendido y que regresa. Ropero hace un énfasis sobre

cómo el elemento de la encarnación debe estar como núcleo del anuncio del

evangelio:

La palabra que proclamamos no son nuestros pensamientos sobre Dios, ni


aun los pensamientos de Dios transcritos y entregados a nosotros, sino el
Verbo, la Palabra hecha carne. El Dios que se hizo hombre no se interesa en
ideas o principios, sino en personas. Su apelación no toma la forma de
«Creed mis enseñanzas», o «Seguid mis preceptos», sino «Creed en mí»,
«Seguidme», «Yo soy la verdad».17

Entonces el elemento de salvación se hace protagonista en el argumento de

una predicación, ya que Jesúcristo es la demostración de un Dios en acción de

amor para salvarnos. Pablo en la segunda carta a los Corintios pone en relación la

revelación de Dios en el Logos encarnado para salvación con la tarea de llevar

ese mensaje que reconcilia a Dios con el mundo. “Dios estaba en Cristo

reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus

transgresiones, y nos encargó a nosotros el mensaje de la reconciliación”(2 Cor.

5:19). El expositor bíblico debe entender que la palabra que predica es en sí

16
Timothy Keller, Preaching: Communicating Faith in an Age of Skepticism. p. 15-16
17
Alfonso Ropero. Homilética Bíblica. (Parte II Cap. 3, sec. “Predicamos a Cristo” ) par. 3
misma Cristo, Es el “(Verbo) creador que hizo los cielos. Tiene el poder de recrear

las vidas en desorden de la gente y presentarlas a Dios como nuevas criaturas en

Cristo.”18

1.2.3 Espíritu Santo: el papel del espíritu de Dios en la predicación

1 Iglesia: crecimiento de la congregación en la adoración pública


1.1.1 Papel litúrgico de la predicación
1.1.2 Papel eclesial de la predicación
1.1.3 La predicación en la iglesia primitiva “el ministerio de la Palabra”
1. El papel del receptor en la predicación: el carácter antropológico de la
predicación (cultura)
2. La predicación como un acto de comunicación
a. Comunicación verbal: La retórica

18
Alfonso Ropero. Homilética Bíblica. (Parte II Cap. 3, sec. “Predicamos a Cristo”) par. 6

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