Edificios de Panamá La Vieja
Edificios de Panamá La Vieja
Edificios de Panamá La Vieja
La ermita a de San Cristóbal tenía asiento sobre el cerro del mismo nom-
bre, a aun tiro de arcabuz de la ciudad», algo como un cuarta de legua de
ella, desde cuya cinta la vista abarcaba toda la población, las llanuras y
sierras del contorno y las islas de la bailía.
dotó
Su fundador fue el Canónigo don Alonso Sánchez Niño, quien la
de una renta de cien pesos anuales para sus menesteres . La época de su
«Por laboree visto obligado mi antecesor y íos domas que íe sucedieron a balease par, que tuviese la
mudanza principio de vecinos moderados, redel' casados y de personas forasteras que pidiendo soíares
fueron íos primeros en edificar sus casas ; y asi cuando acudieron íos originarios benométritos que al prin-
cipio rehusaron, no hubo sitios en que ponerlos, a cuya causa y po r ser mole asimismo 'agente pobre de
muíatos, sanvos, negros íibres que no cupiera tampoco dentro, se liño necesaria la formsción debutaba!
con tensos y r ssles do paja que pudóuen ianihoente (imuaiar, llegando la ocasión de invasión de enema
gas. Esta disposición y eí ser cí sitio deí arrabal aígo nos eminente de igual conveniencia do sor pobíado,
incíinó íos deseos do otros !nichos españoles y mozos íibres de toda suerié a que únjanlo ías habitaciones
y puestos en que trivial' retirados por eí distrito se agregaran aí ar rabaí, como tambien se sitiaron en él
otras personas forssteras de diferentes partes por la conveniencia de soíares que recibían y por ías como-
didades de mejores nirsa, aguas y saíud que en este nuevo sitio deí Ancon han reconocido y esperimentan tsn
resuítando de este concurso aliarse el ar rabaí tan crecido y con un tercio mss do personas y gente que ía
población do la ciudsd» . (Carta deí Gobernador Aíonso Mercado de Villseorta a s . M ., de 25 de Julio
do 175) .
RR
(1) Jorró Suárez, Presbítero : --La Ipíeaía de Santa Ana . Enero 17 do 1914 .
CAMINOS Y PUENTES
probable (fue por el puente riel Matadero entraran a Panamá las hordas
Morgan vencedoras en las llanuras de Matasnillos : tal lo hace suponer
la posición del campo respecto de la ciudad y la consideración del largo ro-
deo que habrían tenido que hacer para alcanzar el camino de Portobelo a
fin de entrar en la plaza por el puente del Rey.
Uno de los 111111iV)S Ilrinrilmle›. (Irte cuneln'ri ;ul u lu iutl)nrl ;tueia que en
el conrel)t univ-l rs ;tl de la l l I)oI I alcalizaron las poblaciones de 1' ;tnulnít.
Nombre de 1)Iols C . al desaparecer rsí :1 . Pnt'lolu , ;u, era la ('elclll'tu'U111 anual
de las ferias con el arribo de las flotas de España y- del Perú ;1 los puertos
terminales del Istmo . ('ttda arlo se equipaban en Sevilla dos flotas : una
para la Nueva ]si)afla \' otra llana 'Piel• .' .( I"ittnl', t(111stlinlel- a veces de más
dad de recuas mulares con las cajas de la plata y del oro que tributaban
las colonias del Pacífico al Tesoro Real, y no pocas de la pertenencia indi-
vidual, a la vez que por el Chagres bajaban al mar hasta Portobelo las
barcas cargadas de sacos de cacao y de lana, cestas de frutos, provisiones
y víveres . ((Aquel gran concurso de gente, dice José Coroleu, aquellos
movimientos de naves y lanchas en el puerto y aquel incesante vocerío
en un paraje donde la víspera no se oía sino el monótono y triste rumor de
la selva y de las olas quebrándose en la solitaria orilla, traían a la memoria
las descripciones que nos hacen los viajeros de los mercados de Oriente».
La animación que entonces se notaba en la ciudad era extraordinaria;
los negocios que se hacían en el tiempo que duraba la feria subían a cinco
y seis millones de pesos . Como consecuencia de esto no faltaban los es-
cándalos provocados por los marineros y mozos descargadores que solían
abusar del licor para restaurar las fuerzas mermadas por las rudas faenas
de la descarga ; ni escaseaban los atentados contra la bolsa de los nego-
ciantes por rateros que acudían a la ciudad y por jugadores profesionales
que iban también a lucir sus habilidades en la feria, aunque las autorida-
des redoblaban entonces su celo y se aumentaba la guarnición con tropa
de Panamá.
Durante los días de la feria se arrendaban las habitaciones a precios
fabulosos : el arrendamiento de una mediana sala y una alcoba costaba
hasta mil pesos y el de una casa cinco y seis mil . Duraba en Portobelo
dos meses la feria más rica que se conocía e .n el Globo, celebrada dentro de
las estipulaciones sobre precios que señalaban los diputados de los dos co-
mercios en presencia del General de Galeones y del Presidente de Panamá,
aquel como Juez conservador de los intereses de la armada y este de los
del comercio colonial, juntándose para el efecto abordo de la nave capi-
tana . «Portobelo era, pues, el emporio del comercio sur-americano, el
Buenos Aires de los siglos XVI y XVII», dice Navarro y Lamarque ; y
agrega «En el insalubre Portobelo, verdadero sepulcro de blancos, se
reunían durante cuarenta días los comerciantes de casi toda la América
del Sur» . Terminada la feria y la carga de las naves en Portobelo, zarpaba
la flota para la Habana, donde generalmente esperaba la de los galeones
de Méjico para hacer juntas y defendidas el viaje de vuelta a Sevilla,
donde eran recibidas por los Oficiales de la Casa de Contratación . En
cuanto a Panamá, copiando a Gil González de Avila de su Relación de 1655,
«a la ciudad venían a parar las armadas de la Mar del Sur y en ella se
junta una gran feria que se compone de toda la gente de trata del Perú,
donde se negocian más de cinco millones de mercaderías : esta es la causa
de estar bien poblada en todo tiempo» . En efecto, como era Panamá el
obligado punto de desembarco del tesoro del Perú y el que recibía las mer-
cancías de paso que subían por el río Chagres, tenía un tráfico que dejaba
crecidas utilidades al vecindario en arrendamiento de casas, fletes de em-
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Cruz de la Sierra, cuya Catedral fundó . Murió en Salinas a los cien años
de edad y fué enterrado en el Convento de San Agustín, del cual había sido
gran benefactor.
Fray Agustín de Carvajal, Agustino, natural de Cáceres en Extrema-
dura, Asistente General de las Provincias de España y América, Reformador
de las Provincias de Bolonia y Rumania por la autoridad del Papa Ciernen
te VIII, «tan estimado de los italianos, que le decían no le faltaba otro adorno
para ser perfectamente cabal sinó haber nacido en Italia» . Siendo Prior
del Real Convento de Valladolid, fue electo Obispo de Panamá en Enero
de 1608 ; consagró las campanas de la iglesia, fundó un hospital para mu-
jeres pobres ; y con el objeto especial de dar una enseñanza eclesiástica a los
que se congraran a este estado en el clero secular y para el servicio de la
iglesia, conforme lo manda el Concilio de Trento, el Seminario de San Agus-
tín, con seis colegiales, el cual en 1612 tenía ya doce, por cuyo motivo
pidió el Obispo que se le concediera algún medio para su sustento, (Julio P .)
Promovido el 7 de Marzo de 1611 a Guamanga se trasladó a aquella ciudad
el siguiente año y fue de los primeros fundadores de su Catedral, donde
murió en 1620 con nombre de Santo Prelado, «pues después de su muerte
afirmó su confesor que había guardado siempre castidad y murió virgen)).
Dr . Fernando Arias Ugarte, natural de Santa Fé de Bogotá, donde nació
cl 9 de Septiembre de 1561 ; fué Oidor de las Audiencias de Panamá, Santa
Fé, Charcas y Lima, Visitador de la Real Hacienda de Tierra Firme y del
Perú . Escogido para el Obispado de Panamá en 1611 declinó la aceptación
del puesto.
Francisco de la Cámara y Raya . Maestro en Santa Teologia, de la Or-
den de Santo Domingo, natural de Granada, en cuyo Convento de Santa
Cruz tomó el hábito y profesó en manos de Fray Domingo Martínez del
Cano el 20 de Enero de 1575 . Pasó a América como Visitador de su Or-
den en las Provincias de Quito y Chile, de cuya ciudad de la Imperial fué
Obispo en ausencia de Fray Reginaldo de Lizaraga en su carácter de Vica-
rio General . Electo para Panamá el 27 de Noviembre de 1612, tomó pose-
sión por sus poderes el Deán de la Iglesia el 28 de Junio de 1614, habiendo
llegado él a Portobelo poco después en el mismo año» . Fué mediano de
cuerpo, ni grueso ni delgado, cejijunto y velloso ; tratábase con poca au-
toridad y su mesa no era espléndida ; nunca mudó el hábito de Santo Do-
rmido en el episcopal .» Hizo visita pastoral a los pueblos de su diócesis en
1620 y en Agosto de ese año celebró un sínodo en su catedral para el
buen servicio del culto . Murió el 18 de Agosto de 1624 y su cadáver fue
enterrado en la Iglesia Mayor, edificio cuya reconstrucción de piedra
comenzó.
Fray Cristóbal Martínez de Salas, natural de Medina del Campo, hijo
de Juan Martínez y de María de Salas . Tomó el hábito de la Orden de
San Norberto en el Convento de San Saturnino, de su patria . Canóni-
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