Bioetica

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Bioética

Casos

La competencia salvaje

1. Los hechos

Víctor Hugo es un hombre joven, pero con amplia experiencia en el manejo de personal. En
la actualidad se desempeña como director comercial de una gran tienda que tiene sucursales
por toda la ciudad y a su cargo tiene a cerca de cincuenta vendedores. Su jefe considera que
él no es lo bastante duro con ellos y aunque casi todos cumplen con las metas a fin de mes,
él cree que debería ser más duro con ellos para aumentar las ganancias y de paso asegurar su
puesto de trabajo. Le sugiere entonces sacrificar a dos vendedores con el fin de que los otros
lo vean como un jefe con determinación y el miedo los hará trabajar más. En ese proceso de
elegir a dos candidatos para salir del grupo de vendedores y de la empresa, observa que uno
ha obtenido malos resultados en el último mes y el otro comete el error de ser muy libre y
muy crítico acerca de las estrategias comerciales de la empresa. Tras la presión de su jefe
para que “Sacrifique” a dos vendedores y con esto enviar una clara señal de exigencia a los
demás, Víctor Hugo decide “sacrificar” a los dos vendedores que interfieren en su trabajo.

De esta manera les hace el camino hacia el despido y la presión los lleva a que tengan que
renunciar. Tras el asombro de los demás compañeros del grupo de vendedores, el discurso
amenazante de Víctor no se hace esperar y les deja muy en claro que, si no aumentan el
margen de ganancia de la empresa, eso les puede pasar a ellos también.

2. Temas éticos involucrados. La manipulación como estrategia inhumana para alcanzar


mayores resultados

Evidentemente la estrategia utilizada por el jefe de Víctor va contra la dignidad de los


trabajadores que sin ser malos vendedores y cumplir con las expectativas de la tienda, los
hacen sentir malos trabajadores para que dupliquen sus esfuerzos y las ganancias para la

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tienda aumenten, sin que a ellos se les recompense con algo más que las comisiones por
ventas, las que de paso, son muy bajas. Se trata básicamente de convertir al ser humano en
un medio a través del cual la empresa aumenta sus ganancias, sin que su existencia se deba a
las personas que allí laboran. El fin de la empresa está lejos de ser humano y humanizante.

3. Desenlace

Efectivamente los dos vendedores abandonaron la empresa y la producción en los siguientes


tres meses aumento en un 35% lo que tenía muy satisfechos a los dueños de la tienda. Tras
este ensayo, a Víctor lo felicitaron por su gran capacidad, al tiempo de que la cuota de venta
por vendedor se aumentó en un 25%. “Está comprobado que todos pueden dar más, entonces
por qué no hacerlo”. Esa fue la expresión con la que sentenciaron a todos los vendedores y a
Víctor. En reunión con su grupo de ventas todos mostraron su insatisfacción por el efecto de
los resultados y lo que vino para los meses siguientes fue que Víctor Hugo comenzó a perder
vendedores buenos, quienes decidieron irse a otras tiendas. Para los tres meses siguientes de
los cincuenta vendedores tuvo que reemplazar a 18, lo que bajo las ventas al porcentaje
anterior y tres meses después las ventas estaban un 25% por debajo de lo que se tenía antes
de implementar esta estrategia de presión. Tras este fracaso, Víctor se sintió muy culpable
de lo sucedido, pues nunca advirtió a los dueños de la tienda lo que podía pasar con tanta
presión. Su culpa lo tuvo pensando en una nueva estrategia, más dura que la anterior e
implicaba jugar sucio a la competencia, sin embargo, tras larga conversación con su esposa,
con sus amigos y con la gente de confianza, terminó renunciando al cargo.

4. Comentario

El miedo es el motor esencial que lleva al acoso moral, dado que, en términos generales, es
lo que nos convierte en seres violentos, pues nuestras estrategias nos permiten esconder
nuestras debilidades y nuestros miedos en los demás. Actualmente el miedo es mucho más
indirecto que en el pasado ya que es cada vez menos habitual ver a un jefe que exija
abiertamente la sumisión de sus colaboradores, sino que muchas veces los elogios o
responsabilidades derivados de la autonomía de los asalariados los culpabiliza de las

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dificultades o las ambiciones de la empresa. Es así como se van doblegando y uniformando
los criterios de los empleados para que marchen en el sentido de la empresa sin importar las
pocas particularidades que le queden como ser humano.

Cuando este tipo de estrategias se evidencian, comienza a jugar un efecto contrario y es que
los empleados se ponen a la defensiva y de aquellos empleados alineados en un mismo
sentido, no queda sino una suma de desadaptados al sistema, lo que los hace pensar siempre
en querer salir de allí, porque se siente explotado y utilizado y no valorado. La cadena de
presiones en una empresa con estructuras muy rígidas hará que aquellos que tengan una moral
menos sólida caigan en la tentación de hacer que sus inferiores paguen por la violencia que
les infringen a ellos los superiores.

5. Conclusión

Según la visión de los capitalistas extremos, el bien común, es simbolizado por la protección
de los bienes materiales de la clase dominante, quienes, desde esta perspectiva convencen al
empleado de que es su deber cuidar los intereses de sus empleadores, con el fin de mantener
su trabajo y así fortalecer el bien común. Esta visión obviamente va en contra vía del
verdadero bien común, que, en todo caso, asegura la felicidad y el bienestar de todos y no la
de unos pocos.

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Acoso injustificado

1. Los hechos

Diana es una joven graduada con honores de la carrera de turismo, con excelentes ideas y un
futuro brillante, pues sus profesores y compañeros ven en ella una persona capaz incluso de
revolucionar la industria del turismo en Chile, dada su visión, su cultura y el manejo perfecto
de cuatro idiomas. Entra a trabajar en una gran empresa de turismo a las órdenes de un colega
mayor y prácticamente autodidacta, quien se supone debe formarla para ejercer el nuevo
cargo, de Gerente de Operación en Rutas Nacionales. Desde el inicio no le da ninguna
información acerca de los informes, las rutas, estrategias y la organización interna de la
oficina, por lo que ella debe arreglárselas sola. A pesar de esto, Diego, su jefe, la crítica
constantemente sin indicarle jamás cómo debiera hacer las cosas para mejorarlas.

Cuando ella le plantea preguntas precisas para obtener información él las elude y contesta
otra cosa o se burla de ella: “No sé para qué te sirve haber estudiado si ni siquiera sabes eso.
¿Qué te enseñaban realmente en la escuela?”. Delante de los demás, Diego, se da importancia
en relación con la profesión de su subordinada: “Sale graduada en turismo con honores sin
aprender nada. ¡Tengo que enseñarle todo yo!”.

Diana no tarda en perder la confianza en sí misma y en tener la impresión de que realmente


no sabe nada y que los conocimientos aprendidos durante su carrera no fueron más que teoría;
se siente como una inútil. Así, comienza a darle la razón al jefe en todo y que su basta
experiencia se pone por encima de sus estudios e incluso de su cultura. Se convierte en una
persona sumisa y acaba por preguntarle absolutamente todo a Diego para poder continuar
trabajando. Sin embargo, a Diego no le basta con eso y sigue constantemente hostigándola
con comentarios desagradables hasta que Diana cae enferma y tiene que dejar el trabajo por
unos meses, sintiendo que no está capacitada para asumir la responsabilidad le que fue
asignada.

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2. Temas éticos involucrados. Solidaridad, justicia, respeto

Diego, el jefe de Diana no fue capaz de ponerse en los zapatos de ella para intentar entender
su inexperiencia en el trabajo, pues con un poco de ayuda y los conocimientos que ella trae
de su escuela seguramente podrán formar un buen equipo y realmente generar estrategias
nuevas para una industria que tiende a crecer a pasos agigantados. Diego nunca entendió que
la solidaridad debe primar entre personas que tienen intereses comunes y que de la suma de
sus fuerzas dependerá el éxito de la causa común. De hecho, Diego al parecer no sólo se negó
a ser solidario con ella, sino que con sus comentarios mostró falta de respeto por sus
conocimientos, los que evidentemente eran superiores a los que él mismo tenía.

3. Desenlace

En una conversación de los dueños de la empresa con Diana, ella de forma prudente pudo
comentar el ambiente de trabajo que allí se vivía con Diego, persona llena de experiencias y
también de resabios que no le habían permitido desplegar todo su potencial. En vista de esta
situación y la confianza que tenían en Diego y las esperanzas de crecer depositadas en Diana,
los dueños decidieron separar las funciones de ambos empleados, darles un equipo de trabajo
diferente y ponerlos al mismo nivel jerárquico para evitar la dependencia de Diana.

En un principio a Diego le molestó mucho la idea y sintió que lo estaban desplazando, pero
cuando Diana comenzó a mostrar resultados, a éste, no le quedó más que concentrarse en su
trabajo y comenzar a rendir como siempre lo debía haber hecho. Nunca fueron amigos, pero
ambos entendieron que la combinación de la experiencia con la teoría es fundamental para el
crecimiento personal y de la empresa; pronto Diego comenzó a estudiar para hacerse
profesional en lo que por experiencia ya había adquirido y Diana con los años pudo
comprobar que los conocimientos dados en la escuela realmente eran aplicables. Hoy Diana
y Diego pertenecen a una de las empresas más importantes del turismo chileno y sin
proponérselo ambos están remando para el mismo lado.

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4. Comentario

Con el tema de la solidaridad se debe tener mucho cuidado, ya que los seres humanos tenemos
la tendencia a equivocarnos con este concepto y a pedirle solidaridad a los demás para
nuestros propios proyectos, que no tienen nada que ver con el bien común. Recordemos que
la solidaridad como valor moral deber ser universal y necesario; en ese sentido, la solidaridad
por parte de los empleados de la empresa con Diego, no es más que la complicidad con su
propia estupidez, pues con este acto no le ayudan a nadie, no construyen nada y por ende, no
le aportan nada a la empresa y a la sociedad, a la vez que debilitan la integridad de una
empleada que como Diana, llegaba a la empresa con la idea de aportar y compartir
experiencias y conocimientos. No podemos llamar a alguien solidario cuando se suma a una
causa mala o en contra del bien común. La solidaridad riñe inevitablemente con intereses
particulares, los que suelen caer en injusticias.

5. Conclusión

La ética no consiste simplemente en una serie de normas estereotipadas que haya que
respetar. Más bien apunta a crear un carácter en los individuos en base al cultivo de las
virtudes, de modo que puedan moverse autónomamente en busca del bien mediante las
decisiones correctas. En este sentido, la invitación de la ética a vivir la solidaridad se
contrapone a una visión que entienda que se deba establecer la solidaridad como una orden.
Este valor se realizará plenamente sólo donde cada individuo adquiera el hábito bueno de
pensar en los demás, lo que implica un trabajo muy fuerte desde la voluntad de cada persona
para que junto a la inteligencia haga buenas elecciones.

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El primer trago amargo

1. Los hechos

José Miguel es un alumno de último semestre de la carrera de Gastronomía y consiguió una


práctica pagada en un tradicional restaurante de Santiago, gracias a los contactos de una
amiga de su madre. El primer día de práctica, José Miguel se presenta impecable al trabajo,
puntualmente, como le habían dicho, y busca al jefe de la cocina, quien debe ubicarlo en un
puesto para que desarrolle diferentes labores dentro de la cocina. Él sabe que entrar a una
cuadrilla de cocineros no es fácil, sobre todo cuando la mayoría de los que trabajan ahí llevan
años ejerciendo el oficio sin tener estudios formales. Por esto, José Miguel está dispuesto a
realizar cualquier labor que le encomienden con la mejor de las disposiciones.

Don Gerardo, el jefe de la cocina lo saluda hostilmente y le dice que no sabe dónde lo va a
meter, porque todos son viejos mañosos que no quieren ser molestados. Ante esto José
Miguel le indica que él puede hacer cualquier cosa porque lo que necesita es ganar
experiencia en el mundo real del trabajo. Don Gerardo lo invita a presentarse frente a sus
próximos compañeros de trabajo, pero mientras él lo hacía los empleados lo miraron con
desprecio y se rieron de lo limpio que estaba su mandil, lo que denotaba “que jamás lo había
usado de verdad” entre risas y comentarios pesados comenzó el día, no pudo presentarse y
mucho menos logró intercambiar algunas palabras con las personas que ahí se encontraba.

Lo mandaron a barrer el restaurante, pero el encargado del aseo le dijo que no había más
escobas y que si él no lo hacía lo podrían echar; luego lo llevaron al cuarto de refrigeración
para sacar los productos del día y la encargada le dijo que le demoraría mucho, ya que él no
conocía el orden de las cosas en ese lugar y le pidió al bodeguero que se lo llevara un rato
para que no la molestara, el bodeguero le indicó que se necesitaban sólo dos personas para
realizar esa labor y que estaban justos. Pasó el día, y no pudo hacer nada. Cumplió su turno
y fue a despedirse de don Gerardo, quien lo animó a volver al otro día y le aseguró que sería
mejor.

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Pasó un día más y todo seguía igual, no le permitían siquiera entrar a los cuartos de la cocina
ni ayudar en nada, él no podía entender, pues su aporte sólo les facilitaría las cosas a los
demás. Nuevamente le dijo a don Gerardo lo que ocurría y él lo consolaba diciéndole que
siempre era así al principio, que ya se acostumbrarían a verlo. Pasó un mes y lo mismo, él
llegaba puntual al trabajo, impecable y no le permitían realizar labor alguna, salvo un par de
veces que la encargada de las cámaras de frío faltó, pudo hacer algo.

Constantemente José Miguel hablaba con don Gerardo contándole la situación, tenía miedo
de perder la oportunidad de trabajo y mucho más decepcionar a la amiga de su madre quien
le había conseguido con don Gerardo, la práctica. No podía renunciar, pero tampoco lo
dejaban trabajar. Día tras día se ofrecía a lavar y pelar verduras, limpiar los pisos, lavar las
ollas, cualquier cosa, pero los trabajadores temían que este niño con conocimientos técnicos,
los fuera a hacer perder su trabajo y no le dieron oportunidad alguna. José Miguel habló con
su profesor guía y le contó lo que pasaba, él le respondió que iría a hablar con don Gerardo
para pedirle más cooperación, puesto que quedaba poco tiempo para terminar las horas de
práctica. Así, el profesor habló con don Gerardo y éste le señaló que estaba muy
decepcionado con José Miguel por su falta de carácter y actitud de trabajo, que sólo quería
hacer cosas importantes como “chef que se creía”. Esto provocó problemas entre el profesor
y José Miguel y al mismo tiempo agravó la situación del estudiante, de esta forma las últimas
semanas ni siquiera lo dejaban entrar a los vestidores del restaurante, ni el baño y mucho
menos a la cocina.

2. Temas éticos involucrados. Envidia y celo profesional

La envidia es un sentimiento que surge inevitablemente cuando dos personas son susceptibles
de compararse entre sí o de estar en posición de rivalidad. Puede causar estragos
considerables volviendo destructivos a los individuos, pero es un concepto ignorado por las
ciencias sociales que proceden como si este sentimiento no existiera. Como se trata de un
sentimiento difícil de confesar, actuamos e intentamos romper al otro con el fin de rebajarle,
de esta manera reducimos la distancia entre uno mismo y lo que imaginamos o podemos
valorar en los demás.

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3. Desenlace

El tiempo de la práctica se cumplió y José Miguel llevó la hoja de informe de evaluación del
jefe de práctica y don Gerardo, gentilmente, le dijo que él la haría llegar a su supervisor. El
informe realizado por el jefe fue horrendo, sólo destacaba la puntualidad y asistencia del
muchacho, pero todo lo relacionado con el trabajo fue evaluado con la peor calificación.

José Miguel, perdió ese semestre de práctica y se encargó de buscar otra él mismo, sin pedir
ayuda a conocidos, porque él sentía que la preocupación de defraudar a la amiga de su madre
y a su misma madre lo había hecho aguantar los abusos de los trabajadores del restaurante y
la envidia de ellos le había costado muy cara, un semestre de atraso en su titulación.

La segunda práctica, como él mismo se la imaginó fue mejor, pudo mostrar sus habilidades
de pastelería y aprender nuevas técnicas que sirvieron para que, una vez terminada la práctica,
su segundo jefe lo recomendara a una amigo que estaba en el proyecto de abrir un nuevo
restaurante. Hoy José Miguel trabaja en ese nuevo restaurante, está feliz y ha iniciado los
contactos con su escuela para que muchos estudiantes puedan pasar por allí y evitar los tragos
amargos de su primera experiencia.

4. Comentario

No será la primera ni la última vez que un practicante o profesional recién egresado de su


carrera se encuentre con gente envidiosa que teme perder su puesto de trabajo, porque, a decir
verdad, la envidia no sólo reconoce en el otro sus capacidades, sino que evidencia sus propias
debilidades; en ellas se centran su preocupación, pues la presencia del otro es una amenaza
que pondrá al descubierto los errores y los vicios cultivados durante tanto tiempo.

Una recomendación que se puede hacer y que no siempre aplica, es que se debe empezar con
un perfil bajo, sin querer imponer su criterio y siempre muy observador, buscando
acomodarse a las circunstancias para luego mostrar sus condiciones y criterio propio frente
a la propia realidad. Es una estrategia que llama a la prudencia, pues se debe conocer el

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momento justo para mostrar lo que uno es, sobre todo frente a aquellos envidiosos que
quieren apagar la energía de los nuevos profesionales. La envidia reduce a la mínima
expresión la inteligencia humana y descalifica la participación del otro al no querer reconocer
nada positivo con su presencia.

5. Conclusión

La envidia no es proporcional al valor de la cosa o la virtud envidiada, sino que suele


sustentarse en pequeños aspectos.

Por su parte los sentimientos de celos profesionales pueden provocar acciones injustas en
todos los niveles de una organización, así como la rivalidad puede usarse como un
mecanismo para deshacerse de alguien, con el fin de que el rechazo adquiera una forma sutil.
El mayor problema radica en la pérdida de conciencia para calcular las consecuencias que
conllevan estos actos, sin que nos imaginemos por algún momento que este tipo de
sentimientos nos convierten en esclavos de nuestra propia incapacidad de reconocer al otro.

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