Ordinario de La Misa
Ordinario de La Misa
Ordinario de La Misa
Recibimos al sacerdote de pie, que se acerca al altar y lo besa. En el ara o altar hay
reliquias de santos y representa el lugar donde se hacían los sacrificios. En el Antiguo
Testamento se sacrificaban animales, pero desde la venida de Cristo, en el Nuevo
Testamento, son incruentos. Si no se hubiera entonado canto alguno, se recita la
antífona de entrada.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Todos se santiguan.
- Amén.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión del Espíritu
Santo estén con todos vosotros.
- Y con tu espíritu.
- Y con tu espíritu.
ACTO PENITENCIAL
Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a
vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios nuestro Señor.
El pueblo responde:
- Amén.
KYRIE
O bien:
Tú que estás sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros:
Señor ten piedad.
ORACIÓN COLECTA
Entonces, recita la 'Oración Colecta' designada para el día, y al final el pueblo aclama:
- Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURASENTADOS
Los domingos se toma del Antiguo Testamento, excepto en el Tiempo Pascual, en que
se toma de los Hechos de los Apóstoles. Si es costumbre, puede leer alguno de los
asistentes. Al terminar:
Palabra de Dios.
- Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
También puede leer el Salmo que corresponda a ese día alguno de los asistentes. Hay
una parte denominada Salmo Responsorial que el pueblo repite intercaladamente. Si es
costumbre, los Salmos serán cantados.
SEGUNDA LECTURA
Sólo se hace una segunda lectura los domingos y las solemnidades. Al final, el que ha
leído dice:
Palabra de Dios.
- Te alabamos, Señor.
EVANGELIODE PIE
- Y con tu espíritu.
HOMILÍASENTADOS
En este momento el sacerdote hablará sobre las cuestiones de doctrina que considere
de interés. Debe decirse todos los domingos y fiestas de precepto. Al terminar es
oportuno guardar un breve espacio de tiempo en silencio.
PROFESIÓN DE FEDE PIE
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre;
A continuación, se hace la 'Oración de los fieles' o preces, que son unas plegarias que
el sacerdote o algún asistente va leyendo y el pueblo responde:
- Te rogamos, óyenos.
LITURGIA DE LA EUCARISTÍA
El sacerdote presenta a Dios los dones del pan y del vino que, por la Consagración, se
convertirán en el Cuerpo y la Sangre del Señor. Esta parte se conoce como el
'Ofertorio'.
El diácono o el sacerdote dice en voz baja mientras pone vino y un poco de agua en el
cáliz:
Por el misterio de esta agua y este vino, haz que compartamos la divinidad de quien se
ha dignado participar de nuestra humanidad.
Bendito seas, Señor, Dios del Universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del
hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos: él será para
nosotros bebida de salvación.
Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea hoy
nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.
DE PIE
Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre
todopoderoso.
El pueblo responde:
El sacerdote lee la 'Oración sobre las ofrendas' prevista para ese día.
PLEGARIA EUCARÍSTICA
Levantemos el corazón
- Lo tenemos levantado hacia el Señor.
El sacerdote lee el Prefacio correspondiente a ese día, a cuyo término todos dicen:
A continuación, según la Plegaria eucarística que se siga, el sacerdote irá diciendo las
oraciones previas a la Consagración.
CONSAGRACIÓN DE RODILLAS
El sacerdote, con claridad, pronuncia las palabras del Señor para consagrar el pan:
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
O bien:
DE PIE
El pueblo responde:
- Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
O bien:
O bien:
O bien:
- Sálvanos, Salvador del mundo, que nos has liberado por tu cruz y resurrección.
Continúan las oraciones propias de cada Plegaria Eucarística. Al finalizar esta parte, el
sacerdote toma la patena, con la Hostia consagrada, y el cáliz y, sosteniéndolos
elevados, dice:
El pueblo aclama:
- Amén.
RITO DE LA COMUNIÓN
O bien:
Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos confiadamente la oración que Cristo
nos enseñó:
O bien:
El Amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que
se nos ha dado; digamos con fe y esperanza:
O bien:
Líbranos de todos los males, Señor y concédenos la paz en nuestros días, para que
ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda
perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
El pueblo concluye la oración aclamando:
- Tuyo es el reino,
tuyo el poder y la gloria,
por siempre, Señor.
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: 'La paz os dejo, mi paz os doy', no
tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
El pueblo responde:
- Amén.
El pueblo responde:
- Y con tu espíritu.
El sacerdote deja caer en el cáliz una parte del pan consagrado, diciendo en secreto:
El Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, unidos en este cáliz, sean para
nosotros alimento de vida eterna.
- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu
Santo, diste con tu muerte la vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y
de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal. Concédeme cumplir siempre tus
mandamientos y jamás permita que me separe de ti.
Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la
cena del Señor.
- Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará
para sanarme.
El Cuerpo de Cristo.
- Amén.
Después, con el pueblo sentado o de rodillas, tiene lugar la purificación, que es cuando
se limpian la patena y el cáliz. El sacerdote dice en secreto:
Haz, Señor, que recibamos con un corazón limpio el alimento que acabamos de tomar,
y que el don que nos haces en esta vida nos aproveche para la eterna.
Oremos.
DE PIE
Todos oran en silencio durante unos momentos. Luego el sacerdote dice la 'Oración
para después de la comunión' de ese día. El pueblo aclama:
- Amén.
RITO DE CONCLUSIÓN
Llegados a este momento, pueden hacerse, si es necesario y con brevedad, los
anuncios o advertencias al pueblo. Luego tiene lugar la despedida. El sacerdote
extiende las manos hacia el pueblo y dice:
El pueblo responde:
- Y con tu espíritu.
Todos se santiguan.
El pueblo responde:
- Amén.
Luego el diácono, o el mismo sacerdote, con las manos juntas, despide al pueblo,
diciendo:
Podéis ir en paz.
El pueblo responde:
El sacerdote besa con veneración el altar, como al comienzo y, una vez realizada la
debida reverencia con los demás ministros que han intervenido en la celebración, se
retira a la sacristía. La Santa Misa ya ha terminado, los fieles pueden salir del templo si
lo desean o seguir en lo que se denomina la 'Acción de Gracias', en la que cada uno,
en oración íntima con el Señor, se dirige a Él con confianza, cariño y delicadeza por
haberlo recibido en la comunión.