EL MEDIO AMBIENTE
El medio ambiente es un
sistema formado por
elementos naturales y
artificiales que están
interrelacionados y que son
modificados por la acción
humana. Se trata del entorno
que condiciona la forma de
vida de la sociedad y que
incluye valores naturales, sociales y culturales que existen
en un lugar y momento determinado.
Los seres vivos, el suelo, el agua, el aire, los objetos físicos
fabricados por el hombre y los elementos simbólicos (como
las tradiciones, por ejemplo) componen el medio ambiente.
La conservación de éste es imprescindible para la vida
sostenible de las generaciones actuales y de las venideras.
Se conoce como ecosistema al conjunto formado por todos
los factores bióticos de un área y los factores abióticos del
medio ambiente; en otras palabras, es una comunidad de
seres vivos con los procesos vitales interrelacionados.}
La ecología es otra noción
vinculada al medio ambiente,
ya que se trata de la
disciplina que estudia la
relación entre los seres vivos
y su entorno, cuya
subsistencia puede
garantizarse a través de un
comportamiento ecológico,
que respete y proteja los recursos naturales.
Lamentablemente, el ser humano hace lo posible por atentar
contra su propia especie y contra las demás, a través de diversas
acciones que afectan a cada uno de los elementos que componen
el medio ambiente. Comenzando por el suelo y el agua, los residuos
inorgánicos arrojados en la naturaleza constituyen una auténtica
bomba de tiempo: a menos que alguien los recoja, llegará el día en
que se interpongan entre los animales y el suelo.
El aire que respiramos es otro de los elementos del medio
ambiente que alteramos considerablemente a causa de nuestra
irresponsabilidad y por negarnos a usar nuestro cuerpo tal y como
hacen el resto de los animales. Si los automóviles existieran para
asistir a individuos con discapacidades físicas o simplemente para
realizar viajes de larga distancia, quizás sería más aceptable
considerarlos indispensables. Sin embargo, un gran número de
personas dependen de sus coches para desplazarse por la ciudad,
sin importar la distancia a recorrer, y esto potencia el volumen de
contaminación que generamos a diario.
Si a esto le sumamos que en
países subdesarrollados los
vehículos en circulación
suelen tener más de dos
décadas de antigüedad y no
son sometidos a todos los
controles necesarios para
certificar su buen
funcionamiento, llegamos a
un nivel muy preocupante de polución, que parece no tener fin. Por otro
lado, desde hace ya unos años, en algunas ciudades existen planes que
promueven la realización de ejercicio físico a través, por ejemplo, de la
concesión de bicicletas sin ningún coste.
Por último, los edificios, los monumentos, los bancos de las plazas, los
puentes y todo aquello que el ser humano construye, y que también forma
parte de su medio ambiente, sufren de la acumulación de residuos, de la
contaminación del aire y de la destrucción deliberada por parte de los
propios ciudadanos.