Qué Significa Perdonar
Qué Significa Perdonar
Qué Significa Perdonar
Perdonar no significa:
Aprobar la ofensa. La Biblia condena a quienes consideran
una mala acción como aceptable o inofensiva (Isaías 5:20).
Actuar como si la persona no hubiera cometido la
ofensa. Dios le perdonó al rey David sus graves pecados, pero no lo
libró de las consecuencias. Además, Dios hizo que los pecados de
David se pusieran por escrito para que se conocieran en la
actualidad (2 Samuel 12:9-13).
Dejar que los demás se aprovechen de uno. Supongamos
que le prestamos dinero a alguien. Pero él lo malgasta, así que
no puede devolverlo como se había comprometido a hacer. Él se
siente mal y nos pide perdón. Nosotros podríamos decidir
perdonarlo, es decir, no guardarle resentimiento ni echarle en cara
continuamente lo que ha hecho. Quizás hasta pudiéramos cancelarle
la deuda por completo. Sin embargo, eso no significa que tenemos
que estar dispuestos a prestarle más dinero en el futuro (Salmo
37:21;Proverbios 14:15; 22:3; Gálatas 6:7).
Disculpar sin una base válida. Dios no perdona a los que
cometen un pecado a propósito y con malicia, se niegan a reconocer
su falta, no quieren rectificar lo que han hecho o no están dispuestos
a pedir perdón a quienes causaron daño (Proverbios 28:13; Hechos
26:20;Hebreos 10:26). Estas personas que no se arrepienten se
convierten en enemigos de Dios. Y él no espera que perdonemos a
los que él mismo no ha perdonado (Salmo 139:21, 22).
Pero ¿qué ocurre si alguien nos trata de forma cruel y se niega a
disculparse o ni siquiera reconoce su error? La Biblia dice: “¡Ya
no sigas enojado! ¡Deja a un lado tu ira!” (Salmo 37:8, Nueva
Traducción Viviente). Aunque no aprobemos lo que nos hayan hecho,
no permitamos que nos consuma la ira. Más bien, tengamos
confianza en que Dios hará que se haga justicia (Hebreos 10:30, 31).
Además, nos consuela saber que él pronto hará posible que
desaparezcan por completo las heridas emocionales que ahora nos
causan tanto dolor (Isaías 65:17; Revelación [Apocalipsis] 21:4).
“Perdonar” todo lo que nos haya parecido una
ofensa. A veces, en vez de tener que perdonar un supuesto
desprecio, lo que en realidad necesitamos es reconocer que
no tenemos ninguna razón válida para estar ofendidos. La Biblia
menciona: “No te des prisa en tu espíritu a sentirte ofendido, porque
el ofenderse es lo que descansa en el seno de los estúpidos”
(Eclesiastés 7:9).