Analizar Críticamente El Rol de Los Cuerpos de Seguridad Con La Geopolítica Implementada Actualmente

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Analizar Críticamente el Rol de los Cuerpos de Seguridad con la

Geopolítica Implementada Actualmente.

Tiene como finalidad analizar de manera clara los diferentes puntos


específicos acerca de la geopolítica en la función policial, lo es un tema de
gran interés para formación de futuros policiales de Investigación Penal. En
el ordenamiento jurídico venezolano existen diversas figuras que garantizan
la seguridad y defensa de la nación, de igual forma surge la necesidad de la
creación o perfeccionamiento de figuras que garanticen la seguridad
ciudadana, y estos órganos deben estar conformados por los ciudadanos y
ciudadanas que forman parte de la vida civil del país. En este sentido La
Constitución Patria hace mención de una serie de instituciones a los cuales
les corresponde velar por dicha seguridad, es así como el artículo 332 señala
de forma expresa dichos entes, El Cuerpo Uniformado de Policía Nacional, El
Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, El Cuerpo
de Bomberos y Bomberas y Administración de Emergencias y Protección
Civil y Administración de desastres. A través del tiempo la Geopolítica ha
tenido diferentes interpretaciones y definiciones que la han hecho pasar
como una ciencia determinante para la toma de decisiones en el nivel
político, hasta una ciencia de carácter mítica, que tenía incluso dentro de su
propósito ser una especie de pronóstico del futuro, atribuyéndole
concepciones agresivas, expansionistas, promotoras de ideales e incluso de
guerras entre Estados. En Venezuela la nueva geopolítica bolivariana de la
función policial, se fundamenta en la creación de la Universidad Nacional
Experimental De La Seguridad, la finalidad de esta institución académica es
encargarse de la profesionalización y del desarrollo integral de las
funcionarias y funcionarios de la seguridad ciudadana venezolana por ello, se
ha propuesto como una de sus principales tareas formar el nuevo modelo
policial, en el que las y los oficiales desarrollen habilidades y destrezas para
aproximarse a sus semejantes. Los propósitos y objetivos de ellos diferentes
programas de formación se orientan al acercamiento y ejercicio político
legítimo de valores fundamentales como la ética, la justicia y la solidaridad
que son, en sí mismos, la misión humanista de la revolución bolivariana.
Así, la tarea de la UNES, vista en los múltiples ámbitos de la cotidianidad
comunitaria e individual, apoyará la transformación que requieren los
procesos de formación en los ambientes de aprendizaje para contribuir con
la profesionalización de las funcionarias y los funcionarios policiales; esto, a
su vez, permitirá la cancelación de la vieja deuda social y política que se
tiene con los cuerpos policiales. Sin embargo, el concepto de seguridad
ciudadana abarca, de acuerdo al texto Constitucional de 1999, el derecho de
protección que tiene el pueblo venezolano frente a todas las situaciones de
amenaza, vulnerabilidad y riesgo, tanto de su integridad física como de sus
propiedades; también, incluye el disfrute de las garantías y los derechos
constitucionales. Por ello, se ha erigido como una de las principales
responsabilidades y competencias del Estado venezolano. A fin de brindar
confianza y certidumbre a la ciudadanía en general, el gobierno bolivariano
ha diseñado e implementado políticas y planes que permitan, en primer
lugar, mantener y restablecer el orden público esto es, prevenir o represar el
delito y la violencia; en segundo lugar, pero no menos importante, dar
respuestas efectivas frente a diversas emergencias y desastres. Para
lograrlo, la UNES rompe con los paradigmas de la educación tradicional.
Basándose en el enfoque de la Teoría Crítica, aborda la formación desde la
perspectiva de la emancipación, cuyo fin último es la aprehensión de la
realidad para originar cambios profundos que permitan, individual y
colectivamente, la construcción de la historia cotidiana por parte de sujetos
con conciencia ciudadana crítica, capacidad de inventiva y discernimiento.
Por otra parte, la seguridad ciudadana constituye una de las piedras
angulares del respeto a los derechos humanos enfocados, de la misma
manera, en la persona humana. Este tipo de seguridad se suele estudiar
como sinónimo de la seguridad pública, aunque en estricto sentido
conservan diferencias contundentes, sobre todo en cuanto a la persona
como objeto o fin de su tutela. La seguridad pública se centra en el orden
político, a través de acciones que tienden a garantizar la paz pública, por
medio de la prevención y represión de los delitos y las faltas contra el orden
público. Por su parte, la seguridad ciudadana se sitúa como objeto central de
la protección estatal para la persona humana, así como para un ambiente
armónico y pacífico. La construcción de una política pública en materia de
seguridad ciudadana exige el cumplimiento de ciertos estándares que a la
vez conformen los límites de la actividad estatal. Estas directrices encuentran
su fundamento en el derecho internacional de los derechos humanos. Los
Estados deben cumplirlos para garantizar los derechos más vulnerados
frente a los contextos críticos de violencia e inseguridad. Para poder alcanzar
este objetivo, se requiere capacidad institucional por parte de las autoridades
legítimas para diseñar, implementar y evaluar estas políticas de prevención y
control de la violencia. La función policial ocupa un lugar primordial en
materia de seguridad ciudadana. Por ello, la legitimidad y eficacia de las
actuaciones de estos agentes estatales son fundamentales para promover la
seguridad, la justica y los derechos humanos en las sociedades
democráticas. La cuestión policial justifica su trascendencia actual, pues,
además de ejercer una función indispensable de la administración del
Estado, es un instrumento de intervención social que tiene un efecto en las
principales formas de relación entre el Estado y la sociedad. Los derechos
humanos deben constituirse como un límite y a la vez como un objetivo de
las instituciones de seguridad pública. En las sociedades democráticas es
evidente que los derechos humanos y la función policial tienen una relación
estrecha, pues su finalidad es lograr el bienestar de la ciudadanía y
garantizar su integridad y seguridad. La actividad de la fuerza pública
legítimamente orientada a la protección de la seguridad ciudadana ocupa un
papel fundamental. Sin embargo, en la actualidad, el abuso de las
autoridades policiales se ha constituido como un factor de riesgo para la
seguridad de las personas. Si bien es cierto que los cuerpos policiales, en
ejercicio de sus funciones, cuando la ley lo estime necesario, pueden limitar
el ejercicio de ciertos derechos y libertades, esto no puede, bajo ningún
supuesto, justificar violaciones a derechos humanos. Las herramientas
legales con las que cuentan los agentes estatales para defender la seguridad
de la ciudadanía no pueden ser utilizadas para avasallar estos derechos.

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