4 Particulares Como Autoridades para El Juicio de Amparo
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(Litiga
OLE) es una organización de la sociedad civil que tiene como objetivo principal
practicar la defensa estratégica de derechos humanos de personas y comunida-
des y formar estudiantes y profesionistas del Derecho en relación con la misma.
Así, colabora con otras organizaciones e instituciones aportando la herramienta
del litigio estratégico de derechos humanos para la consecución de sus objetivos
de incidencia en el ámbito público y contribuye, con ello, al desarrollo de la de-
mocracia sustantiva. De igual forma, participa en cursos de formación dirigidos
a distintas autoridades, especialmente a las que ejercen funciones jurisdicciona-
les, en materia de derechos humanos, con el fin de contribuir a la efectividad de
los mismos.
www.litigaole.org.mx
Presentación
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PARTICULARES COMO AUTORIDAD PARA EL JUICIO DE AMPARO
internacional en la materia, del modo que más favorezca a las personas? ¿Con-
tribuye, a final de cuentas, al mejoramiento del nivel de vida de la población?
Con ese fin en mente, de entre múltiples mecanismos que pudieran idearse para
exigir alguna rendición de cuentas de parte de las autoridades judiciales garantes
últimas de nuestros derechos, la presente Serie de Cuadernos tiene por objeto
contribuir a una mínima y elemental fase intermedia: precisar lo que están ha-
ciendo los tribunales federales, primordialmente la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, para asegurar la defensa de los derechos humanos de cara a las
promesas constitucionales que les obligan, pero más importante todavía, para
denunciar criterios desfavorables a esa defensa que a nivel jurisprudencial pue-
dan mantenerse o presentarse luego de las reformas constitucionales de junio
de 2011 sobre amparo y derechos humanos.
Así, para blindar la labor judicial en un país en el cual no sería extraño buscar
el control político de la Suprema Corte de Justicia, a través de nombramientos
a modo del gobierno en turno –y a partir de ella influir en todos los demás tri-
bunales y juzgados, dada la verticalidad imperante en los Poderes Judiciales–,
se necesita una cultura de exigencia de derechos y rendición de cuentas que
impregne de tal forma en nuestra sociedad, que sin importar tanto las personas
que lleguen a los máximos cargos, todas se sientan obligadas por los precedentes
más garantistas, todas cumplan el mandato constitucional de favorecer la mayor
protección de nuestros derechos en todo tiempo, todas se asuman defensoras
de las personas, y no que lleguen pensando que son quienes ostentan la última
palabra, que sus criterios están fuera del alcance de la crítica y que ni siquiera
tienen que guardar congruencia entre sus determinaciones.
Con esa mira, esta Serie de Cuadernos nace como un espacio de análisis y denun-
cia, para que las mejoras a nuestra Constitución introducidas por las reformas
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de junio de 2011 sean efectivas, para que las promesas constitucionales más
avanzadas a la fecha se hagan realidad, para que en todo momento se busquen
estándares de protección de nuestros derechos humanos de forma progresiva,
y para que en los casos en que un criterio jurisdiccional resulte regresivo, pueda
darse una Renovación Jurisprudencial.
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Aviso
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Contenido
Presentación.........................................................................................................3
Aviso....................................................................................................................6
Introducción.........................................................................................................8
Discusiones pendientes......................................................................................46
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Introducción
En ese contexto, resultaba necesaria no sólo una renovación de las fuentes nor-
mativas, tanto de carácter legislativo como jurisprudencial, con el objeto de ade-
cuarlas a los derechos humanos que quedaron establecidos como parámetro de
validez e interpretación de todo el sistema jurídico mexicano –renovación que
expresamente mandata el artículo noveno transitorio del decreto de la reforma
constitucional de 10 de junio de 2011, en el sentido de que las disposiciones que
lo contravengan quedan derogadas–; sino que a la par era igualmente necesario
que todas las autoridades, en el ámbito de sus responsabilidades, modificaran
su comportamiento a fin de asumirse defensoras de los derechos de todas las
personas.
Bajo esa lógica y en lo que corresponde a los Poderes Judiciales, lo mínimo es-
perado era que toda interpretación jurisprudencial contraria a la esencia de las
reformas constitucionales de junio de 2011, no podía seguir considerándose vá-
lida y debía modificarse, de modo que la salvaguarda de los derechos humanos
resultara favorecida en todo tiempo. Pero sobre todo, era de esperarse que para
hacer efectivas aquellas promesas constitucionales, tenía que llevarse a cabo una
renovación en su desempeño cotidiano, una renovación en su entendimiento de
las formalidades de cada procedimiento a su cargo –de modo que resultaran más
breves, sencillos, accesibles–, así como una renovada forma de razonar en torno
al fondo de las cuestiones planteadas, en la que siempre se hiciera prevalecer el
principio pro persona.
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Debe quedar claro que no se está en contra de que las personas jurídicas tengan
altos niveles de protección para sus derechos, porque ellas son de todo tipo, em-
presas, asociaciones, sindicatos, medios de comunicación, y en la medida en que
se conforman en ejercicio de un derecho humano como el de asociación, en la
medida en que son un conducto para que las personas desenvuelvan libremente
sus planes de vida, necesitan de todas las garantías. Pero igualmente claro debe
ser que para el caso en que las personas jurídicas o morales, lo mismo que cual-
quier particular, violen derechos humanos, su proceder debe poder cuestionarse
por el mecanismo de garantía idóneo para la salvaguarda de los derechos huma-
nos, que no es otro que el juicio de amparo.
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originales1. La cuestión que motivó la contradicción de tesis, no tuvo que ver con
la información ambiental, sino con la consideración de la información particular,
entregada por las empresas a las autoridades supervisoras, de distinta natura-
leza que aquélla. Por supuesto, durante los juicios de amparo, las dos grandes
compañías involucradas, respaldaron la postura de que toda la información de
las auditorías debía reservarse, por tener relación con sus secretos industriales o
comerciales, pero al final, afortunadamente, no se les secundó.
Conviene dejar que las palabras del Pleno sean las que expliquen dicha contra-
dicción:
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Dos peculiaridades del posicionamiento del Pleno de esa época deben destacar-
se: los derechos reconocidos a las personas jurídicas son derechos fundamen-
Dos peculiaridades del posicio- tales, no derechos humanos; y la titularidad de esos derechos depende de su
namiento del Pleno de esa épo- relación con el funcionamiento de la persona jurídica, por lo que si bien hay
ca deben destacarse: los dere- derechos que no son propios de las personas morales, existen otros que sí, y
chos reconocidos a las personas unos más que requieren de una labor interpretativa que precise su alcance y
jurídicas son derechos funda- límites. Lo cual, de hecho sucedió en la resolución de esta contradicción de tesis,
mentales, no derechos huma- en la que mayoría hizo un ajuste de los derechos de privacidad y protección de
nos; y la titularidad de esos de- datos personales de los que gozan las personas físicas, para convertirlo en el de
rechos depende de su relación protección de la información privada de las personas jurídicas, de documentos e
información suyos que escapan a un conocimiento público.
con el funcionamiento de la per-
sona jurídica.
De nueva cuenta, importa dejar hablar con sus propias palabras al Pleno de la
Corte:
[…]
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sea mantener fuera del conocimiento de los demás, salvo que la per-
sona voluntariamente desee compartirlo, en la medida y con quienes
decida hacerlo. Por lo que, de inicio, no podría atribuirse tal “espacio
íntimo” a personas jurídicas colectivas; sin embargo, ello no se tra-
duce en que, determinada información de esta clase de personas, no
pueda considerarse privada o confidencial y, por ende, negarle pro-
tección constitucional frente a la intromisión de terceros…
Al final de esta contradicción, la mayoría optó por una solución algo rebuscada:
caracterizó a la información y documentación generada en las auditorías am-
bientales por parte de las personas jurídicas, en posesión de las autoridades por-
que ellas se la entregaron, como información pública pero no disponible por sí
misma, en tanto su divulgación puede reservarse por razones de interés público
o porque es confidencial.
Dicho de otro modo, que una persona jurídica no posee las cualidades
propias e inherentes a la persona humana, por la sencilla razón de
que tanto su creación, así como los derechos que pueda poseer tiene
su origen y, por consiguiente, su fundamento o cimiento, exclusiva-
mente en las normas jurídicas y, por ende, esto excluye la posibilidad
de que posea los derechos que sólo puedan ser atribuibles a la perso-
na humana.
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No deja de ser curioso que en los razonamientos del Poder Judicial de la Fede-
ración sobre el tema de la titularidad de los derechos de las personas jurídicas,
aparezca la referencia al artículo 1.2 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, y que inclusive exista un precedente que extienda la protección de ese
tratado internacional para favorecer a tales personas morales, sin importar la
literalidad de esta disposición.
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Con todo, lo más trascendente en relación con el tema de este trabajo quedó
apenas referido en un par de párrafos de esta opinión consultiva que se tienen
Con todo, lo más trascendente que transcribir.
en relación con el tema es que
los Estados, al adoptar medidas 30. Complementariamente, la Corte resalta la circunstancia de que,
necesarias para hacer efectivos conforme lo dispone el artículo 1.1 de la Convención, “[l]os Estado
los derechos humanos, lo deben Partes [de la] Convención se comprometen a respetar los derechos
hacer también con respecto de y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejerci-
personas jurídicas que se en- cio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción”, para lo cual, de
cuentren bajo su jurisdicción, a acuerdo al artículo 2 de la misma, en el evento de que “el ejercicio de
fin de evitar que eventuales ac- los derechos y libertades mencionados en el artículo 1 no estuviere
ciones de ellas puedan compro- ya garantizado por disposiciones legislativas o de otro carácter, los
Estados Partes se comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedi-
meter su responsabilidad inter-
mientos constitucionales y a las disposiciones de [la] Convención, las
nacional en esta materia. medidas legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para
hacer efectivos tales derechos y libertades”.
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Así las cosas, con independencia de que se pueda dar la bienvenida a los criterios
de mayor protección que desde sede interna se pronuncien a fin de favorecer la
titularidad de derechos de las personas jurídicas, mucho más relevante es que
no queden descuidados los medios para asegurar que si ellas afectan derechos
humanos, existirá un medio que remediará la situación y reparará las violaciones
de tales derechos, para de esa manera evitarse una responsabilidad internacio-
nal para México.
Para finalizar este apartado, vale la pena llamar la atención velozmente respecto
de dos criterios muy favorables para las personas jurídicas. El primero, será tema
de otro Cuaderno de esta Serie, por las implicaciones que conlleva para el juicio
de amparo. Se trata de la posibilidad de que las personas morales defiendan de-
rechos humanos bajo la figura del interés colectivo, siempre que su objeto social
sea el adecuado. En buena medida, esta oportunidad ha sido de las mejores no-
ticias en los últimos años para las personas y organizaciones que nos dedicamos
a la defensa de los derechos humanos2.
El segundo, tiene que ver con la ampliación de la suplencia de la queja para que
beneficie también a las personas jurídicas, por ejemplo, cuando son víctimas del
delito.
2 El caso más reciente permitió incluso variar el criterio sobre el combate de omisiones legislativas.
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3 En relación con la suplencia de la queja para personas jurídicas víctimas u ofendidas del delito,
evidencia la estabilidad de tal criterio, el amparo directo en revisión 3135/2015 de la Primera Sala.
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Como sea, aquel punto de partida de los efectos horizontales de los derechos
humanos queda bien reflejado en la jurisprudencia de la Primera Sala que ense-
guida se observa:
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Antes de revisar los precedentes que permiten denunciar esa falta del Poder Ju-
dicial federal, resulta conveniente traer a cuenta un par de tesis más que ayudan
a respaldar la pregunta principal de este apartado: ¿cuál sería el mecanismo de
garantía indicado para solucionar una afectación a un derecho humano causada
por particulares? El razonamiento es simple: (i) los derechos humanos confor-
man la parte más importante de nuestro ordenamiento jurídico; (ii) deben ser
respetados por todo mundo; (iii) sus violaciones deben de poder ser cuestio-
nadas por los medios más efectivos; (iv) si esas violaciones son cometidas por
particulares, necesariamente se debe de ofrecer el mejor medio de garantía para
buscar remediarlas; (v) ese medio es el juicio de amparo.
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Este recuento no puede remontarse muchos años, por la obvia razón de que el
texto del artículo 5 de la Ley de Amparo nos acompaña apenas desde la entrada
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Se tendría que hacer un mínimo Salta a la vista el problema de los criterios adoptados, originado por la conserva-
ción a toda costa del entendimiento tradicional del juicio de amparo, a saber, se
esfuerzo por darle sentido útil al
interpreta la expresión “equivalente” como sinónimo de “idéntico”. Obviamente,
término “equivalentes”, a la par
la diferencia entre unos actos y otros se da al analizar de dónde provienen: (i)
que dilucidar qué tipo de fun- unos actos son realizados por autoridades, y (ii) otros actos son llevados a cabo
ciones a cargo de particulares por particulares. Pero fuera de lo evidente, se tendría que hacer un mínimo es-
pueden determinarse por nor- fuerzo por darle sentido útil al término “equivalentes”, a la par que dilucidar
mas generales, de modo que los qué tipo de funciones a cargo de particulares pueden determinarse por normas
hagan equivalentes a las autori- generales, de modo que los hagan equivalentes a las autoridades, para efectos
dades, para efectos de cuestio- de cuestionar su proceder en la órbita del juicio de amparo.
nar su proceder en la órbita del
juicio de amparo. No hay esfuerzos con esa orientación. Lo que hay es simplemente el copiado y
pegado de los elementos típicos del acto de autoridad para efectos del amparo,
trasladados a la actuación de particulares. El resultado es obvio: los particulares
tendrán la calidad de autoridad responsable en el amparo cuando efectúen ac-
tos iguales a los de autoridad, con sus mismas características de unilateralidad,
No hay esfuerzos con esa orien- imperio y coercitividad, en relaciones de supra a subordinación. Ni siquiera hay
tación. Lo que hay es simple- asomo del impacto que pudiera tener la doctrina de los efectos horizontales de
mente el copiado y pegado de los derechos fundamentales en las relaciones entre particulares. Ningún razo-
los elementos típicos del acto namiento en lo absoluto. Y si eso fue al inicio, poco más adelante empeoró el
de autoridad para efectos del panorama, como se observa en la tesis siguiente:
amparo, trasladados a la actua-
ción de particulares. Época: Décima Época
Registro: 2009613
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 20, Julio de 2015, Tomo II
Materia(s): Común
Tesis: VI.3o.A.6 K (10a.)
Página: 1624
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ción de la autoridad federal que faculte la ley o del titular del Ministe-
rio Público de la entidad federativa correspondiente, podrá autorizar
la intervención de cualquier comunicación privada; que dicha petición
deberá ser por escrito, en la que se funden y motiven las causas lega-
les de la solicitud, expresando el tipo de intervención, los sujetos de la
misma y su duración; y que no se podrán otorgar estas autorizaciones
cuando se trate de materias de carácter electoral, fiscal, mercantil,
civil, laboral o administrativo, ni en el caso de las comunicaciones del
detenido con su defensor. El párrafo décimo de dicho numeral señala
que las intervenciones autorizadas se ajustarán a los requisitos y lími-
tes previstos en las leyes, y que los resultados de las intervenciones
que no cumplan con éstos, carecerán de todo valor probatorio. Ante
ello, debe estimarse que fue voluntad del Poder Revisor de la Consti-
tución establecer como derecho fundamental la inviolabilidad de las
comunicaciones privadas y, en contrapartida, la obligación exigible
tanto a las autoridades como a los gobernados de respetar dicha pre-
rrogativa, lo que da lugar a que si un gobernado realiza la interven-
ción de alguna comunicación privada sin el consentimiento expreso
e irrefutable de los que la entablan, incurrirá en un ilícito constitu-
cional; por ende, si dentro de un juicio civil, en cualquiera de sus es-
pecies, una de las partes ofrece como prueba la grabación de una
comunicación privada que no fue obtenida legalmente, tal probanza
debe estimarse contraria a derecho y, por tanto, no debe admitirse
por el juzgador correspondiente, pues ello implicaría convalidar un
hecho que en sí mismo es ilícito.
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1 Esta contradicción se resolvió con los votos en contra de los Ministros Franco y Aguilar Morales.
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La cuarta oportunidad que tuvo la Segunda Sala en la que pudo aportar algo más
La cuarta oportunidad que tuvo
para interpretar ampliamente los contenidos del artículo 5 de la Ley de Amparo,
la Segunda Sala en la que pudo la ofreció el caso de una compañía de telefonía fija que por alrededor de dieci-
aportar algo más para interpre- séis meses dejó sin servicio a una comunidad indígena Hñähnu, en el Municipio
tar ampliamente los contenidos de Tepeji del Río, Hidalgo.
del artículo 5 de la Ley de Am-
paro, la ofreció el caso de una Este asunto tuvo que sortear varias fases antes de llegar a su decisión definitiva
compañía de telefonía fija que en la Segunda Sala, como amparo en revisión 1242/2015, resuelto el 11 de mayo
dejó sin servicio a una comuni- de 2016. Primero fue atraído por dicha Sala al decidir el expediente de la solici-
dad indígena Hñähnu. tud de ejercicio de la facultad de atracción 377/2013. Luego, avanzó la etapa de
admisibilidad preliminar al no considerarse fundado el medio interpuesto por la
empresa involucrada, que originó el expediente del recurso de queja 23/2014,
para confirmarse así la admisión de la demanda que la tenía como autoridad res-
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ponsable. Y otra vez atraído para pronunciarse sobre la revisión de las quejosas
originales, ello bajo el expediente de la solicitud de ejercicio de la facultad de
atracción 316/2015. Por eso resultó bastante frustrante que en el fallo definitivo,
no se pudiera sumar a este tema.
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Discusiones pendientes
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den a cada una de sus disciplinas deportivas. Por tales motivos, están
determinadas en una norma general que les confiere atribuciones
para actuar como una autoridad del Estado, cuyo ejercicio tiene un
margen de discrecionalidad, en tanto pueden decidir si las ejercen o
no y en qué sentido, aunado a que sus decisiones se encuentran reves-
tidas de un grado de imperatividad, por lo que pueden dictar, ordenar,
ejecutar o tratar de ejecutar algún acto en forma unilateral y obliga-
toria, o bien, omitir actuar en determinado sentido, lo que se traduce
en que, con independencia de que formalmente puedan estar cons-
tituidas como una asociación de carácter civil, puede realizar actos
equivalentes a los de autoridad en los que afecten derechos. Además,
al manejar recursos públicos, las Federaciones Deportivas Mexicanas
cuentan con distintas obligaciones previstas constitucional y legal-
mente y son sujetos de fiscalización y, como tal, de escrutinio en cuan-
to a que el manejo de esos recursos se destine a los propósitos que
fijen las leyes correspondientes, y que todos los actos encaminados a
la custodia y cuidado de los recursos públicos se cumplan cabalmente.
Así, paralelamente a lo anterior, la obligación de esas asociaciones de
observar, entre otros, los principios de transparencia y rendición de
cuentas, abre otra posibilidad para que las Federaciones Deportivas
Mexicanas puedan considerarse particular equiparado a una auto-
ridad para efectos del juicio de amparo, pues tal deber implica que
cualquier persona que cuente con interés legítimo para ello, pueda
exigirles el conocer los términos en que fueron aplicados los recursos
que, aunque en principio sean públicos, forman una unidad con los
obtenidos de otras fuentes. De modo que dichas federaciones tienen
múltiples obligaciones y pueden realizar diversos actos, algunos que
realizan por sí, otros en coordinación con la Comisión Nacional de Cul-
tura Física y Deporte (CONADE) y otros como integrantes del Sistema
Nacional de Cultura Física y Deporte (SINADE), los cuales pueden di-
vidirse enunciativamente en los siguientes grupos: 1) Aquellos en los
que ejercen, por delegación, funciones públicas de carácter adminis-
trativo, actuando en este caso como agentes colaboradores del Go-
bierno Federal, que pueden considerarse como “actos de autoridad”,
porque al llevarlos a cabo u omitir hacerlo se conducen alejadas de su
ámbito privado o particular convencional; 2) Otros actos u omisiones
relacionados con el derecho a la información que reconoce el artículo
6o. constitucional, en relación con los principios de transparencia y
rendición de cuentas, por manejar recursos públicos y tener una ac-
tividad encomendada por la ley que las rige, en relación al derecho a
la práctica del deporte y la cultura física y, que al realizarlos u omi-
tir hacerlo, también se encuentran alejadas de su ámbito privado o
particular convencional y pueden considerarse “actos de autoridad”;
3) Otros actos que, aunque estén obligadas a realizar, no tienen ese
carácter de autoridad, sino que actúan como auxiliares de la adminis-
tración pública, realizando actos que no corresponden a los de autori-
dad, pues no se llevan a cabo de manera unilateral y obligatoria, sino
que se realizan en cumplimiento de lo que prevén las disposiciones
que le ordenan la realización precisamente de esos actos, en donde
actúa en un plano de coordinación o de sometimiento a la autoridad;
y, 4) Otros actos que, son emitidos en el ámbito meramente privado
de sus relaciones con los también particulares, a los que presta un
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Uno de estos días, tendrá que intervenir la Primera Sala de la Suprema Corte.
El campo más propicio para ello, quizá sea el del respeto, protección y garantía
al derecho humano a un medio ambiente sano. Cuando menos eso indican los
criterios siguientes:
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