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FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES

APORTACIÓN DE LA PSICOLOGÍA AL ANÁLISIS


DE LA CONDUCTA CRIMINAL

Autora: Nuria Najoua Erradi Mesrar

Directora: Isabel Romero Tabares

Madrid

1
Resumen

El presente trabajo se enmarca en las técnicas del estudio de la personalidad como aproximación
al fenómeno criminal, y, en concreto, al fenómeno del asesinato en serie. Para ello, se hace alusión
a las distintas teorías y metodologías surgidas en el marco del FBI para identificar, clasificar y
comprender al asesino en serie a través de la técnica del perfilamiento criminal de este tipo de
individuos. Esta nueva corriente fue desarrollada por Robert Ressler y John Douglas durante sus
años al servicio de la Unidad de Ciencias del Comportamiento (BSU por sus siglas en inglés) del
FBI, en contraposición con la entonces clásica metodología basada en la recogida de pruebas. Para
el estudio y análisis de este trabajo se ha utilizado como principalmente la serie cinematográfica
Mindhunter, que expone el recorrido que realizan los agentes durante su investigación.

Palabras clave: perfil criminal, asesino en serie, FBI

Abstract

This work is framed within the study techniques of personality as an approach to the criminal
phenomenon, and, in particular, the phenomenon of serial murder. For this purpose, we refer to
the different theories and methodologies that emerged in the framework of the FBI, in order to
identify, classify and understand the serial killer through the criminal profiling technique of this
type of individuals. This new trend was developed by Robert Ressler and John Douglas during
their years in the service of the Behavioral Sciences Unit (BSU) of the FBI, as opposed to the then
classical methodology based on the collection of evidence. For the study and analysis of this work
we rely on the cinematographic series Mindhunter, which exposes and traces the performance of
the agents on this research.

Key words: criminal profile, serial killer, FBI

2
Índice

1. Introducción ................................................................................................................................ 4

1.1 Historia y contexto del perfilamiento criminal ......................................................................... 4


1.2 Relevancia y justificación teórica ............................................................................................. 8
1.3 Aproximación conceptual ........................................................................................................ 9
1.4 La serie Mindhunter ............................................................................................................... 11
2. Metodología del estudio............................................................................................................ 12

3. Resultados ................................................................................................................................. 13

3.1 Métodos de investigación en el PICP ..................................................................................... 13


3.2 Resultados del PIPC ............................................................................................................... 16
3.3 Aportación de la investigación a la disciplina ........................................................................ 22
3.4 Aportación de la serie Mindhunter ......................................................................................... 23
4. Discusión................................................................................................................................... 24

5. Bibliografía ............................................................................................................................... 25

3
1. Introducción

1.1 Historia y contexto del perfilamiento criminal

El estudio de la criminalidad es un tema que ha sido estudiado a lo largo de nuestra historia por
diversas escuelas y disciplinas como son la filosofía, la sociología o incluso la biología. Por parte
de la psicología, el estudio de las conductas disruptivas se remonta hasta los inicios de esta ciencia,
y es hoy en día un aspecto especialmente protagonista en la disciplina.

Sin embargo, la psicología como método de apoyo a la criminología (ciencia de referencia del
estudio de la conducta criminal) en cuanto a la investigación criminal es relativamente reciente, ya
que no aparece de forma clara hasta el desarrollo de la criminología moderna a finales del siglo
XX, momento en el que ambas disciplinas se interesan por el punto en común que tienen: el estudio
de las motivaciones y explicaciones de la conducta criminal.

Dentro de esta línea, el FBI ha encabezado durante las últimas décadas los esfuerzos por hallar
métodos de investigación que vayan más allá de la pura criminalística basada principalmente en la
recogida de pruebas forenses (ADN, huellas, testigos, etc.) a través del estudio del crimen desde
una perspectiva que se apoya en la psicología y que utiliza métodos y herramientas que permitan
obtener información sobre el crimen y el criminal, así como elaborar teorías predictivas y
explicativas sobre este tema.

De esta forma, se crea, tras años de una inicial reticencia hacia esta línea de trabajo la Unidad de
Ciencias del Comportamiento (BSU por sus siglas en inglés), que nace a raíz de los logros en
exitosas investigaciones de agentes como Howard Teten y Robert Ressler. El mismo Ressler
explica cómo el y su compañero ayudan a capturar al fugitivo Theodore “Ted” Bundy (asesino en
serie condenado de muerte por al menos 36 asesinatos) gracias al análisis psicológico que hacen
de este asesino durante la investigación de sus crímenes y que les permite obtener un perfil que les
lleva a identificar al asesino, algo que no había sido posible a través de la recogida de pruebas de
la escena del crimen (Ressler, 2012).

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Este avance, sin embargo, no ha resultado sencillo. Como explica Douglas en su obra, la psicología
no gozaba de buena fama en el FBI, que consideraba las Ciencias del Comportamiento como algo
carente de valor y no merecedor de ser estudiado y aplicado al ámbito criminológica.

Esta animadversión hacia las ciencias del comportamiento es algo que veremos claramente
reflejado en la serie Mindhunter durante sus primeros capítulos, y que analizaremos más adelante,
y que también relata Douglas en la obra en la que se basa dicha serie:

“Nadie que tuviera un puesto de autoridad pensaba que lo que se conocería como
elaboración de perfiles podía ser una herramienta válida para resolver crímenes. De
hecho, la expresión «ciencia del comportamiento» se habría considerado un oxímoron
y sus defensores podrían haber abogado también por la brujería o las visiones. Así
que cualquiera que se aventurara en ello lo tenía que hacer de manera informal sin
que quedara registro alguno.” (Douglas, 2017, p. 108)

Sin embargo, esta inicial visión de las ciencias del comportamiento y la psicología irá
evolucionando tras el paso de los años debido a los sucesos que van ocurriendo y ponen en
evidencia los beneficios del uso de las ciencias del comportamiento en la investigación criminal.

En la década de los 70, se suceden numerosos asesinatos en serie que alcanzan una fama
considerable entre la población, hasta el punto de denominarse estos años como la “época del
miedo”. Entre los casos más sonados de este periodo se encuentran los del ya mencionado Ted
Bundy, Charles Manson, líder de la “Familia Manson”, Edmund Kemper, también conocido como
el asesino de las colegialas (primer entrevistado por Douglas como veremos más adelante), o John
Wayne Gracy, también conocido como “el payaso asesino”, condenado a muerte por el asesinato
de 33 jóvenes.

Esta época alcanza su cúspide en la década de 1980, cuando se llegan a registrar más de 700 casos
de asesinatos en serie cuya primera víctima se da esa década (Aamodt, 2016), una cifra jamás vista
hasta este momento y que no se ha vuelto a repetir. El número de asesinatos en serie ha descendido
gradualmente desde entonces. Pese a la clara correlación entre el número asesinos en serie y los
Estados Unidos, a penas se han realizado estudios concluyentes sobre las causas de este aumento
potencial de los asesinatos en serie. Los escasos autores que se han hecho esta pregunta, se centran

5
más en preguntarse el por qué del aumento de asesinatos en éstas décadas, sin entrar a cuestionarse
esta diferencia con el resto de países, y hablan de elementos tanto históricos (como los efectos de
la Segunda Guerra Mundial) como culturales (como la industrialización de la sociedad), sin que
haya teorías fundamentadas que den explicación a este fenómeno.

Asesinatos en serie en EE. UU. por décadas


1000
800
600
400
200
0
1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010

Figura 1. Distribución de los asesinatos en serie en Estados Unidos por décadas. Elaboración propia a partir
de Aamodt, 2016.

Ante la ascendente oleada de asesinatos en serie y crímenes sexuales que acontece en ésta época,
focalizada de manera radical en los Estados Unidos, país con un desorbitante número de asesinatos
en serie con respecto al resto del mundo, el FBI establece la BSU, en 1972, bajo el mando del
agente federal Howard Teten (Robert Ressler se unirá a él unos años más tarde) para afianzar esta
nueva línea de investigación y formar agentes en la metodología que él denomina “criminología
aplicada” (FBI, 2013).

Es aquí donde nos va a situar la serie Mindhunter, mostrándonos desde los primeros capítulos la
lucha interna que los agentes Douglas y Ressler tienen que hacer para lograr ser escuchados por el
FBI, hasta la investigación que llevan a cabo con la doctora Burgess para analizar a los asesinos
en serie.

John Douglas se incorpora en 1976 y, junto a Ressler comienzan el estudio del perfil criminológico
de los asesinos en serie, pese a las reticencias del FBI, institución de perfil tradicional y protocolos
rígidos que, en principio, desconfía del innovador método investigador de los agentes, en el que
se profundizará más adelante. Es así como comienza el que se acabará llamando Proyecto de
Investigación de Personalidad Criminal (PIPC).

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Durante tres años, Douglas y Ressler comienzan a elaborar una base de datos de los asesinos en
serie, a los que van entrevistando, desplazándose por distintos centros penitenciarios de Estados
Unidos. Es así como obtienen información de hasta 36 reclusos condenados por este tipo de
asesinatos a partir de los cuales crearán una base de datos con información detallada de los mismos:
motivos, planificación y detalles de los crímenes, entre otros.

Con la incorporación al equipo de la doctora Ann Wolbert Burgess, se sistematiza la recogida de


información en las entrevistas, de forma que ésta pudiera ser tratada de cara a la investigación de
los perfiles entrevistados, con la intención de poder extraer patrones y teorías que ayuden a la
mejor comprensión del perfil del asesino en serie.

Esta psiquiatra estadounidense, resulta fundamental para el avance y los posteriores


descubrimientos de la investigación, puesto que pone el énfasis en la necesidad de un instrumento
de recogida de información que permita analizar estadísticamente la información recogida en las
entrevistas.

Tras la investigación, la Unidad de Ciencias del Comportamiento se formaliza como equipo de


asesoramiento a los cuerpos de seguridad locales, encargado además de la formación al resto de
perfiladores del FBI. Además, dentro de la Unidad nace el Proyecto de Investigación de
Personalidad Criminal (PIPC): un proyecto encabezado por los mencionados Douglas y Ressler, y
la doctora Burgess, quienes se dedicarán durante años al estudio de patrones en el historial
biográfico y el comportamiento de los asesinos en serie a través de entrevistas con los mismos.
Éste será el eje central del trabajo que se retrata en la serie Mindhunter y en las obras de los agentes
Douglas y Ressler, y sobre el que nos centraremos en el presente trabajo.

Gracias a la representación que la serie hace de estos hechos, podremos analizar el trabajo
elaborado por los investigadores, su metodología y aportaciones al estudio de los asesinos en serie
y la conducta violenta, que son de especial interés para el campo tanto de la psicología como de la
criminología.

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1.2 Relevancia y justificación teórica

En su obra, Asesinos en serie (Barcelona: Ariel Editorial, 2012), Ressler relata la primera
experiencia con un asesinato en serie. Tenía 9 años, cuando en 1946 en un barrio de Chicago, se
sucedieron dos crímenes que la policía atribuye al mismo autor por compartir elementos y detalles
que no fueron publicados en prensa por ser demasiado atroces. Más tarde se sumaría a la lista una
niña pequeña, convirtiéndose en la última víctima de William Hereins, el que sería el asesino en
serie más joven y famoso de la década. Las tres víctimas habían sido agredidas sexualmente,
brutalmente torturadas y asesinadas.

Éste, sin embargo, no fue un caso aislado. Sólo en los Estados Unidos se registraron más de 4,743
asesinos en serie entre 1900 y 2016 (Aamodt, 2016) que suman al menos 13,105 víctimas. Estas
cifras son considerablemente altas, especialmente si tenemos en cuenta que hacen referencia a un
solo país. Cabe destacar que EE. UU. reúne más del 95% de los asesinatos en serie en todo el
mundo. Las causas por las que esto es así difieren según los autores que se han planteado esta
misma pregunta, que argumentan desde la industrialización del país a la estructura socioeconómica
del mismo, sin que se haya logrado llegar a un acuerdo, pese a la evidente certeza de que algo
separa a Estados Unidos del resto de países en cuanto a asesinatos en serie.

Dadas las características de los asesinos en serie, el papel del perfilamiento criminal resulta
fundamental, puesto que permite identificar qué asesinatos han sido cometidos por un asesino en
serie cuando no se encuentran otro tipo de pruebas, como son las pruebas biológicas, para
establecer una vinculación.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que el asesino en serie tiende a continuar con su afán por
asesinar a más víctimas, por lo que resulta primordial recurrir a las herramientas disponibles para
identificar y poder predecir a esta clase de criminal. De nuevo entra el juego el perfilamiento, que
permite conocer al asesino en serie, cuya tendencia a actuar bajo patrones de conducta es analizada
por los perfiladores, resultando posible predecir sus actos, de forma que se pueda encontrar al
asesino, y prevenir así sus futuros crímenes.

La prevención es otro punto de vital importancia, en el crimen en general, y en los asesinos en


serie en particular. Ressler y Douglas pensaron que, si lograban dar con los atributos y variables

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que compartían los asesinos que entrevistaban, podrían establecer qué los llevó a ser así, de forma
que se pudiera identificar, y por lo tanto tratar de forma prematura a aquellos individuos que desde
su infancia presentaran rasgos que fueran señales de alarma para el desarrollo de la conducta
violenta.

Además, dado el interés por el carácter sexual de los crímenes de los asesinos en serie, los
investigadores elaboraron un estudio que nos permite establecer perfiles y entender las causas de
los comportamientos disruptivos no sólo en asesinos en serie, sino en otra clase de crímenes
violentos con o sin componente sexual.

Esta serie de factores, además de las altas cifras de las que hablamos, especialmente en Estados
Unidos, hacen del asesinato en serie un crimen de gran relevancia a la hora de estudiar qué se
esconde detrás, qué mecanismos rigen la conducta esta clase de criminales, cómo se desarrollan y,
especialmente, como prevenirlo.

1.3 Aproximación conceptual

La base de estudio de este trabajo consistirá en la perfilación criminal de asesinos en serie. Para
ello, es necesario una previa aproximación a los conceptos y terminología que trataremos, que nos
permita entender dicha terminología.

Si bien éstos son términos de uso habitual en el lenguaje cotidiano, y la serie permite entender
estos conceptos de manera clara y sencilla, es importante definir a qué nos referimos en cada caso
para evitar cualquier clase de ambigüedad al respecto.

Dado el común uso del término “asesino en serie” en la vida cotidiana, se trata de una expresión
que habitualmente no presenta ninguna dificultad de entendimiento. Generalmente se atribuye a
Robert Ressler el acuñamiento del término “asesino en serie”, si bien esta denominación ya se
popularizó previamente y se había usado en otros contextos, Ressler generalizó el término a través
de su extenso trabajo, definiendo al asesino en serie como todo aquel individuo que asesina a tres
o más víctimas, de forma sucesiva y con periodos de enfriamiento emocional entre las muertes
(Ressler, 1985, mencionado en Alcatraz, 2014).

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Ésta es la definición básica de asesino en serie, que más tarde se ampliará para hablar de la
categorización y tipología de asesinos en serie que los investigadores realizan para el posterior
perfilamiento criminal.

Cabe destacar que, durante la investigación del PICP, los investigadores se refieren de manera
indistinta a los sujetos como asesinos en serie o asesinos sexuales. Eso se debe a que, los 36
asesinos en serie que formaron la investigación tenían como denominador común que sus
asesinatos guardaban un fuerte componente sexual, elemento que los investigadores aprovecharon
para estudiar también los delitos sexuales además de los asesinatos en serie. En este trabajo, si bien
nos apoyaremos en ambas investigaciones, nos centraremos y profundizaremos en el tema
protagonista para Douglas y su ensayo: los asesinos en serie, su perfil criminal y la explicación de
su comportamiento.

Turvey (2008) define la perfilación como la técnica utilizada para inferir características personales
de los responsables de un delito o acto criminal.

En cuanto al perfilamiento criminal, Douglas (1986) distingue entre el perfilamiento psicológico,


utilizado en el ámbito de la salud mental y el crimen; y el perfilamiento criminal, enfocado al
estudio del perfil del individuo de cara a lograr establecer patrones que permitan conocer,
identificar y predecir al actor de un delito, en este caso, de un asesinato en serie.

En la investigación criminal, el perfilamiento consiste en la identificación de características


conductuales y de personalidad de un individuo a través de los crímenes que ha cometido (Douglas,
1986), este análisis, ayudará en la tarea investigadora a identificar al actor de un crimen.

Dado que la perfilación se basa en gran medida en el análisis de la personalidad del sujeto, es
importante especificar qué entendemos por personalidad. Este concepto psicológico, ha recibido
diversas definiciones, según el autor y el campo de trabajo del que hablemos, sin existir hoy en día
una definición universal y consolidada del término. En este caso, nos referimos a la personalidad
como la forma de ser, actuar y sentir de un individuo que es relativamente estable y duradera en el
tiempo.

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1.4 La serie Mindhunter

Como venimos mencionando, una de las principales fuentes de información es la serie de televisión
Mindhunter, creada por el guionista Joe Penhall y producida por la plataforma Netflix en el año
2017.

La serie se compone de diez capítulos de aproximadamente 50 minutos de duración y representa a


los tres principales investigadores a través de tres personajes protagonistas: Holden Ford represen-
tado por Jonathan Groff, que personifica al agente John Douglas, Bill Tech, representado por Holt
McCallany hace referencia al agente Robert Ressler y la doctora Wendy Carr, representada por la
actriz Anna Torv y que simboliza a la doctora Ann Wolbert Burgess.

En ella, se nos muestra cómo los agentes Holden Ford y Bill Tench (que como decimos encarnan
a los agentes Douglas y Ressler respectivamente) se unen en lo que al principio va a ser un pro-
grama de formación que impartirán a cuerpos y fuerzas de seguridad locales del país en temas de
perfilación criminal, en un intento por proporcionar herramientas alternativas de investigación
cuando las meras pruebas forenses no son suficientes.

Elección de la serie Mindhunter como recurso de investigación:

La elección de esta serie cinematográfica responde a una serie de factores que resultan de especial
interés a la hora de trabajar el tema de este estudio. Dado que la serie se basa en una investigación
real de la cual están publicados los resultados, cabría preguntarse por qué recurrimos a este formato
como principal referencia, en lugar de recurrir a los estudios y resultados originales de la investi-
gación, prescindiendo de la versión dramatizada de los mismos.

Esto se debe a que las características de la realización de la serie Mindhunter le aportan un valor
añadido que la convierte en una fuente de especial interés.

Por una parte, nos encontramos con que, frente al auge de series de contenido criminológico como
las conocidas CSI o Mentes Criminales, de carácter más bien superficial, Mindhunter aparece
como la primera serie que se basa en una novela y en investigaciones reales, con contenido cientí-
ficamente avalado. Esto hace que la serie nos permita acercarnos al proceso de la investigación

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criminal, en contraposición al resto de series que nos hablan del resultado de la investigación,
dejando al espectador en una posición en la que tiene que “asumir” los contenidos, análisis y me-
todologías que se siguen, sin necesidad de tener una comprensión real de los mismos.

El mismo John Douglas declaró1 que la serie de Netflix es diferente a lo visto hasta entonces: habla
de cómo en la mayoría de series y películas, la forma en que representan a los asesinos en serie
hace que parezca que algunos de ellos son como magos, extremadamente inteligentes, lo cual con-
sidera una locura. Y lo mismo con los perfiladores.

Por lo tanto, Mindhunter se convierte en la primera serie que nos acerca a una realidad criminoló-
gica y nos permite comprenderla, y lo hace además de una forma que resulta asequible para el
espectador, que no necesita ser un experto en la materia para poder ver y comprender lo que la
serie trata de transmitir.

Lo que se pretende en este trabajo es tomar esta referencia y, apoyándonos en respaldo teórico y
científico de los materiales originales publicados, extraer la aportación que esta investigación en
su totalidad (desde la metodología hasta sus resultados) supone para nuestra disciplina, así como
demostrar el valor que la serie aporta al espectador.

2. Metodología del estudio

Para la realización de este trabajo, se llevó a cabo una recopilación de la información y análisis de
los materiales necesarios a través de dos vías principales:

Por una parte, la visualización del contenido audiovisual que incluye, por una parte, la serie
cinematográfica anteriormente mencionada Mindhunters (2017) de la productora Netflix en la que
se retrata la historia y acontecimientos ocurridos de los agentes Ressler y Douglas, principales
investigadores del proyecto PIPC, durante su trabajo en la BSU. Esta va a ser la referencia base
del trabajo, apoyándose del resto de material descrito a continuación para profundizar en el tema
y avalar su rigor científico.

1
Real “Mindhunter speaks: https://www.philly.com/philly/entertainment/television/mindhunter-netflix-john-
douglas-jonathan-groff-btk-20171019.html

12
Por otra parte se han visualizado y estudiado el documental original de uno de los investigadores
protagonistas de este estudio, Robert Ressler, que versa sobre su trabajo con asesinos en serie The
man who lives with monsters (2001), así como las entrevistas originales cuyo contenido se hizo de
dominio público realizadas a asesinos en serie que formaron parte de la investigación, como son
las entrevistas realizadas a: Ed Kemper, Jerry Brudos y Richard Speck y que son representadas en
la serie Mindhunter.

Por otra parte, se han estudiado las distintas obras de los principales investigadores del proyecto
de ésta investigación, como complemento al material audiovisual, así como los informes
publicados por el FBI sobre los resultados de la investigación que realizaron los agentes y demás
personal implicado. También se ha realizado una búsqueda bibliográfica de artículos y bibliografía
relevante para el caso de distintos autores relacionados con el perfilamiento criminal y los asesinos
en serie a través de la herramienta Google Académico para el contraste de las teorías presentadas,
así como la búsqueda de información sobre la relevancia y prevalencia de los temas estudiados en
este trabajo.

Para la inferencia de datos y estadísticas sobre asesinos en serie, se ha recurrido a la base de datos
de la Universidad de Radford que se referencia en la bibliografía.

3. Resultados

3.1 Métodos de investigación en el PICP

Como ya hemos dicho, Mindhunter nos muestra cómo los agentes Douglas y Ressler comienzan a
entrevistarse con distintos asesinos en serie en su paso por los distintos centros penitenciarios por
los que pasan mientras realizan lo que denominan la road school (escuela de carretera en inglés),
labor en la que se dedican a visitar distintos cuerpos de policía locales para formarles en
perfilamiento criminal.

Como explica Ann Burgess en uno de los estudios publicados tras su investigación (Burgess et al,
1986), la recogida de datos comienza de manera informal, analizando escenas del crimen de casos
sin resolver de los cuerpos de policía locales, que visitaban y realizaban perfiles criminales en base

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a los patrones observados y a la experiencia de los propios agentes, sin un respaldo científico sólido
sobre las hipótesis con las que trabajaban.

Cuando Burgess se une a estudio, se propone un nuevo método de recogida de información, de


manera más formal y estructurada, con la intención de hacer posible el análisis de patrones y
realizar inferencias que dieran, por una parte, un perfil del asesino, y por otra, un modelo
motivacional que tratará de explicar qué lleva a los asesinos en serie a actuar de la forma en que
actúan.

Esto queda claramente reflejado en los primeros capítulos de la serie, en los que podemos ver cómo
los agentes ficticios Ford y Tench investigan de manera completamente informal estos fenómenos,
en el tiempo libre que tienen tras las sesiones formativas con los cuerpos de policía. Vemos como
los agentes a los que forman suelen pedirles su opinión sobre casos complejos de gran violencia y
van formulando hipótesis y estableciendo patrones “sobre la marcha” en función de lo que van
viendo y aprendiendo, y realizan las entrevistas con asesinos de la misma manera: dejándose llevar
por lo que va surgiendo en la entrevista y preguntando por aquellos temas que les van pareciendo
más interesantes.

Hasta el tercer episodio, cuando tienen la entrevista con la doctora Wendy Carr (representando a
la doctora Burgess), no se dan cuenta de la informalidad con la que llevan a cabo su trabajo. Ésta
les insiste en llevar este estudio a tiempo completo, estableciendo una metodología formal de
recogida de información y entrevistas que les permitan “contrastar, comparar y publicar” los
resultados.

Esta recogida de información sigue, por lo tanto, una metodología concreta en la que se forma una
base de datos de cada uno de los 36 entrevistados, formada por dos fuentes principales de
información:

- Informes oficiales, así como los informes psiquiátricos y criminales disponibles,


registros previos al juicio, transcripción del juicio y/o informes de expedientes
carcelarios.

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- Las entrevistas realizadas con los reclusos en los centros penitenciarios por parte
de los agentes federales, para las cuales, según indica Burgess, la mayoría constaba de
un consentimiento escrito.

En su libro Asesinos en Serie, Ressler detalla el arduo trabajo que suponía llevar a cabo las
entrevistas, algo que también podemos observar en la serie. Las entrevistas con criminales
violentos tienen una dificultad añadida dado el perfil a tratar en la entrevista, como nos indica el
autor en su obra:

“Las entrevistas a criminales violentos sólo tienen valor en la medida en que aportan
información útil para la policía sobre su personalidad y sus acciones. Para que el
entrevistador pueda obtener tal información es necesario que el recluso lo tome en
serio y que haya suficiente confianza como para que hable libremente. Eso requiere
ganarse su respeto” (Ressler, 2012, p. 85-86).

No es difícil imaginar la dificultad que conlleva lograr este objetivo. De acuerdo con el autor, su
éxito en las entrevistas y la obtención de información por parte de los criminales se basa en lograr,
en primer lugar, un clima de confianza:

En el segundo episodio se da la primera de estas entrevistas, entre Holden Ford (John Douglas) y
el asesino en serie Ed Kemper. Cuando Ford llega al centro penitenciario, insiste en que le quiten
las esposas y entrevista a Kemper en una sala abierta, ambos sentados en una mesa sin estar
separados por ningún cristal u otro objeto, y en todo momento se dirige a él desde la cercanía y el
respeto.

Robert Ressler en su novela explica cómo al iniciar la entrevista, procura generar respeto en el
recluso, haciéndole saber que ha estudiado su caso, sabe quién es, y se ha preocupado por
informarse antes. Mostrar al recluso que se sabe los detalles de la historia permite que éste pueda
indagar más en la información importante sin perder el tiempo en explicaciones superficiales. Esto
requería varias horas de preparación previas a la entrevista para estudiar detenidamente los
expedientes e informes mencionados anteriormente.

Por último, Ressler recalca la importancia de llevar la entrevista de forma pausada, sin entrar en
preguntas difíciles de forma demasiado brusca o rápida, para evitar que los entrevistados alcen una

15
barrera que ponga fin a la entrevista. Resulta fundamental dedicar tiempo y espacio al recluso para
que éste se sienta cómodo revelando detalles íntimos, algo que muchos agentes federales que
ayudaron con la investigación se vieron incapaces de hacer, bien por no tener la paciencia
necesaria, o bien por implicarse emocionalmente con la entrevista y mostrarse hostiles ante los
criminales que entrevistaban, dado que en la mayoría de los casos se encontraban presos por
crímenes muy violentos.

Todos estos elementos también los podemos identificar claramente en esa primera entrevista del
episodio 2 entre Ford y Kemper. El agente se toma su tiempo para entrar a preguntar por las
cuestiones que le han llevado a esa entrevista, manteniendo una charla primero sobre la estancia
de Kemper en prisión. En la serie, esto se recalca a través de una escena añadida en la que Kemper
insiste a Ford en que se tomen un sándwich antes de comenzar con la entrevista. Una vez
comienzan a hablar de su caso, Ford en todo momento deja claro que sabe quién es Kemper y
cuáles son sus casos.

Algo que sin embargo no observamos en la serie pero que es importante resaltar y que nos cuenta
el agente Robert Ressler en sus escritos es que inmediatamente después de la entrevista, que
llegaba a durar entre 3 y 4 horas, era necesario escribir informes previos para completar el
“protocolo” diseñado para la investigación, que se terminaba de completar con el resto de
información indirecta obtenida a través de los distintos informes y expedientes carcelarios
(Ressler, 2012).

Con toda esta información es con lo que los investigadores trabajarán para elaborar las bases de
datos sobre las que posteriormente extraerán las teorías y modelos motivacionales de los que
hablaremos a continuación.

3.2 Resultados del PIPC

Los descubrimientos realizados por el PICP se pueden subdividir en dos categorías: los detonantes
que construyen durante la infancia especialmente lo que va a ser la personalidad criminal; y los
patrones en la escena del crimen a través de los cuales se puede inferir la personalidad del
perpetrador para un perfilamiento del individuo.

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En la serie, esto se muestra de forma distinta: por una parte, en el episodio 3 la doctora Wendy
Carr, tras escuchar la entrevista del asesino en serie Monte Rissell, se da cuenta de que existen una
serie de elementos a los que denomina “estresores” que detonan la conducta violenta de Rissell.
Esto cobra un valor fundamental de aquí en adelante.

Por otra parte, dado que en la serie no se muestra cómo se estudian las escenas del crimen de los
asesinos a los que interrogan, la serie retrata el estudio de los patrones en la escena del crimen a
través de los casos en los que se van viendo involucrados los agentes como parte de su trabajo, y
en el que aprovechan para aplicar lo que van descubriendo, en muchos casos con éxito.

Las motivaciones de los criminales violentos no eran el objeto inicial de la investigación de


acuerdo con el informe de Burgess et al. (1986). Sin embargo, las fructíferas entrevistas realizadas
dieron una cantidad de datos abundante sobre qué motivó a estos hombres a matar, lo que llevó al
equipo a realizar lo que denominaron el modelo motivacional del homicidio sexual.

Si bien los resultados concretos de la investigación no se muestran en la serie, que se centra más
en mostrarnos el proceso de la investigación y los descubrimientos que se van haciendo, estos
fueron publicados, en un primer momento por el FBI en el Journal of Interpersonal Violence, y
más adelante en el libro Sexual homicide: Patterns and motives publicado por los tres
investigadores principales (los agentes Douglas y Ressler y la doctora Burgess).

a) Los asesinos

En un análisis inicial, se observa que los 36 hombres del estudio tienen un punto de partida con
una vida y una familia relativamente normal: hombres en su mayoría (33) blancos, de inteligencia
media o alta, nacidos en hogares con ambos padres presentes, de clase media y con una economía
relativamente estable.

Sin embargo, pese a que estas familias guardan una aparente funcionalidad, en la mayoría de los
padres existían antecedentes relativos a problemas de: abuso de alcohol (69%), abuso de drogas
(33,3%), psiquiátricos (53,3%), criminales (50%) o sexuales (46.2%). Esto lleva a una primera
observación de que estos sujetos además de no recibir una guía de conducta adecuada por tener
unos padres sumidos en sus propios problemas, son testigos de las conductas desviadas de sus
padres, un elemento clave en su proceso de desarrollo y socialización.

17
b) Indicadores de conducta

En el estudio de la infancia de los sujetos, se elaboró una checklist de conductas a analizar


elaborada a partir de otras pruebas ya existentes con la aportación de ítems observados
frecuentemente por parte de los perfiladores del FBI al estudiar la infancia de los criminales.

Durante la infancia, las conductas más observadas de la lista de 24 ítems son: ensoñaciones (82%),
masturbación (82%), aislamiento (71%), mentira crónica (71%), enuresis (68%), rebeldía (67%),
pesadillas (67%), destrucción de la propiedad (58%), provocar incendios (56%), crueldad hacia
otros niños (54%) e imagen corporal negativa (52%).

La enuresis y la tendencia a provocar incendios junto a la crueldad hacia pequeños animales es lo


que Douglas (2017) dice que va a conocerse como la “triada homicida”, tres elementos que los
perfiladores se encuentran recurrentemente en la infancia de esta clase de criminales y que van a
ser potenciadores predictores de la conducta.

En la serie se pretende hacer alusión a esta triada a través de una serie de escenas en el octavo
episodio, en las que el agente Ford acude a una escuela a explicar a los niños las señales a las que
deben estar atentos para identificar un “comportamiento perturbado” en sus compañeros. El agente
destaca que si un amigo tiene una tendencia a provocar incendios deliberadamente a las cosas o
muestra crueldad hacia los animales.

Durante la adolescencia, las conductas reportadas por los entrevistados más destacadas son:
agresión a adultos (84%), rebeldía (84%), masturbación (82%), hurto (81%), ensoñaciones (81%),
aislamiento (77%), mentira crónica (75%), pesadillas (68%), imagen corporal negativa (63%),
crueldad hacia otros niños (64%), destrucción de la propiedad (62%), enuresis (60%), y provocar
incendios (52%)

Por último, durante la edad adulta que los reclusos manifestaron fueron: agresión a adultos (86%),
ensoñaciones (81%), masturbación (81%), aislamiento (73%), rebeldía (72%), mentira crónica
(68%), imagen corporal negativa (62%), hurto (56%) y pesadillas (52%).

18
c) Modelo motivacional del homicidio sexual

En base a los resultados sobre el historial biográfico de los 36 criminales entrevistados el equipo
del PIPC elabora este modelo que pretende ilustrar las hipótesis elaboradas sobre los factores que
influyen en la formación de la personalidad homicida. De nuevo es importante recordar que
Burgess toma una perspectiva que índice sobre el carácter sexual del homicidio, si bien, como se
verá y argumentará más adelante, el modelo resulta explicativo del homicidio en sí, con un añadido
sobre el carácter sexual de los mismos, por lo que resulta perfectamente ilustrativo del tema aquí
a tratar.

También cabe destacar que los investigadores advierten de la falta de contraste de sus hallazgos
con un grupo control con el que comparar los resultados, lo cual ha de ser tenido en cuenta al
considerar el factor predictivo de los mismos.

Antes de entrar a hablar del modelo que elabora el estudio, es importante recalcar la teoría sobre
el rol de la fantasía en la personalidad de estos individuos, eje sobre el que se construye el modelo.

Las ensoñaciones o fantasías son definidas como cualquier actividad cognitiva que representa un
cambio de atención sobre una tarea (Singer, 1996, mencionado en Burgess et al., 1986) y, en este
caso, de la realidad. Como hemos dicho, los criminales violentos provenían de contextos aversivos
en los que habrían sido especialmente vulnerables durante su infancia. La fantasía, proporciona
una vía de escape a través de la cual se permite evadir la realidad, y construir en la imaginación
una situación sobre la que se pueda ejercer el control y sustituya el estímulo real aversivo. El punto
clave es aquel en el que la fantasía se construye hasta un punto en el que el individuo genera un
nivel de estrés que le lleva a la acción (Schleisnger y Revich, 1980, mencionado en Burgess et al.,
1986).

Resulta lógico, por lo tanto, entender la función que cumple la fantasía en individuos que durante
la infancia viven situaciones desagradables y elaboran esta herramienta que genera un considerable
“alivio” sobre el contexto aversivo. Además, la desconexión con la realidad fomenta el aislamiento
de estos individuos.

Desde aquí es desde donde se va a desarrollar el modelo motivacional de homicidios, compuesto


por cinco elementos clave que explican la creación de la personalidad de los criminales violentos:

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1. Entorno social ineficaz: Burgess et al. afirman que una de las principales funciones de la
familia es lograr una vinculación positiva del niño con su entorno. En el caso de los sujetos
de este estudio, este vínculo no se da o resulta inadecuado.

2. Eventos formativos: los investigadores clasifican tres eventos formativos en el modelo:


exposición a situaciones traumáticas, que además generan una angustia en el niño que en
el contexto del entorno social ineficaz del que venimos hablando no es gestionado por sus
cuidadores, provocando que el trauma se disocie en lugar de ser integrado en la
personalidad del niño. Esto se va a relacionar también con las fantasías. En segundo lugar
los autores hablan de un fracaso en el desarrollo al no establecer el niño un vínculo afectivo
con su cuidador que va a llevar a su vez a un vínculo social negativo, en el que el cuidador
no ejerce influencia alguna sobre el niño. El tercer evento formativo sería un fracaso del
adulto en el ejercicio de actuar como un modelo a seguir para el niño.

3. Respuestas modeladas: hace referencia al patrón de respuestas que establece el individuo,


y que responde a dos factores: por una parte, el desarrollo de rasgos de personalidad
negativos, que se pueden explicar por los dos elementos explicados anteriormente y que
provocan un contacto con el entorno a su vez negativo, fomentando que la fantasía sea la
principal fuente de afecto y excitación emocional. Por otra parte, el mapa cognitivo que el
individuo desarrolla carece de cogniciones que mejoren su contacto con el entorno social
y que se convierten en sustituto de sus relaciones sociales.

4. Acciones contra otros: los investigadores explican cómo las acciones del niño reflejan su
mundo interno, y recalcan que los asesinos entrevistados expresaban un mundo interno en
el que destacaban pensamientos preocupantes y tristes centrados en la dominación del otro,
lo cual se manifiesta en acciones contra los otros enfocados a lograr esta dominación. A
medida que el niño crece, las acciones se vuelven más violentas. Esta evolución se debe a
que las conductas en la infancia se ven reforzadas dado que el individuo logra manifestar
su mundo interno. Además, esta conducta provoca un aislamiento social que hace que el
individuo no desarrolle empatía ni vea sus conductas y pensamientos cuestionadas por
nadie.

5. Filtro de retroalimentación: este filtro hace referencia a la evaluación que el individuo hace
de sus actos. A través de este filtro, el asesino corrige sus errores, hace los ajustes

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necesarios para proteger su fantasía interna y mejora su conocimiento para evitar el castigo.
De esta forma, la fantasía se enriquece y la excitación emocional aumenta, provocando el
desarrollo de las conductas violentas.

Este modelo aporta una hipótesis novedosa, dado que, a diferencia de los estudios que se venían
realizando hasta ahora que tomaban como premisa el trauma en la infancia como detonante de la
conducta violenta, la hipótesis de estos autores es que estos hombres están motivados por la manera
en que construyen sus pensamientos, dando respuesta a la incógnita de por qué no todos los
individuos con infancias traumáticas desarrollan este tipo de conducta.

Los resultados del PIPC en la serie:

De nuevo Mindhunter trata de reflejar en las entrevistas con los asesinos los rasgos más destacados
que luego los investigadores van a tomar como referencia para elaborar la teoría de su estudio,
haciendo llegar al espectador un sutil patrón que manifiestan los asesinos entrevistados con las
características más importantes del Modelo motivacional del homicidio sexual.

El rol de la fantasía: uno de los elementos más importantes del modelo, que establece la base sobre
la que el criminal va a desarrollar su conducta violenta y desencadena los mecanismos que hacen
funcionar el modelo. En la serie lo podemos ver en la mayoría de las entrevistas que realizan los
agentes (cabe recordar que las entrevistas tal y como se muestran en la serie son extremadamente
fieles a la realidad de las entrevistas llevadas a cabo en la investigación en la que se basan).:

Ed Kemper en el tercer episodio habla de cómo en uno de sus asesinatos sus dos mundo chocan
“mi vida de fantasía asesina y ésta (la real)”, lo cual desencadena en él una serie de pensamientos
y reacciones que le llevarán a enterrar cabezas en su jardín.

En el episodio 4, Monte Rissell habla de cómo en su primer asesinato cuando su novia le deja
comienza a tener las fantasías que le llevan al posterior crimen: “la idea se mete en tu cabeza como
un estornudo”, afirma.

También en el episodio 7 el asesino Jerry Brudos al hablar de sus asesinatos los define como
“extensiones de pensamientos que ya tenía, tal vez desde hace tiempo”.

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Es así como se da un rol predominante a la fantasía en todas las entrevistas, logrando que el
espectador vea este elemento como algo común en todos los asesinos de forma previa a sus
crímenes.

Por otra parte, el otro elemento clave junto a la fantasía que va a desencadenar la conducta violenta
es el entorno social ineficaz: primero a través de un apego inadecuado y una negligencia,
generalmente por parte de la figura materna, que posteriormente se traduce en la incapacidad de
establecer una relación adecuada con el entorno.

De nuevo Kemper retrata esto claramente en su entrevista en el episodio 3. En todo momento


Kemper habla de su madre como una persona de la que no recibió afecto, sino todo lo contrario:
“desde que me levantaba me menospreciaba y me humillaba, fui su juguete toda la vida”. Y en su
adolescencia habla también de cómo, al haber estado encerrado la mayor parte de su juventud, era
incapaz de hablar con las mujeres de su edad ni de establecer ninguna clase de relación, lo que era
motivo de frustración para él.

Esto también lo vemos en la entrevista con Rissell (afirma que su madre le culpaba de su divorcio
y que nadie le quería, y dice estar metido en problemas desde los 14 años) y con Brudos (nos habla
de que su madre siempre le decía que quería una chica, y tampoco es capaz de establecer relaciones
sociales).

Una vez más, a través de la serie se observa cómo, si bien todas las entrevistas y casos de los
asesinos difieren, existe una misma línea que reúne los elementos de los que nos hablan los
investigadores en su estudio.

3.3 Aportación de la investigación a la disciplina

Las teorías extraídas por los investigadores han establecido una base sobre la que trabajar y
estudiar la conducta violenta y la de los asesinos en serie. Este tema, que hasta entonces no había
recibido apenas atención por parte de la comunidad científica pasa a ser, gracias a la investigación
del PIPC, una cuestión que se ha seguido trabajando a lo largo de los años, como demuestran las
numerosas publicaciones de los investigadores implicados, hasta la creación de la serie sobre la
que nos hemos apoyado, Mindhunters.

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Por otra parte, esta investigación refuerza una nueva perspectiva en el ámbito de la criminología:
la importancia de estudiar al ser humano en su totalidad para entender el fenómeno criminal, de
forma que no sólo comprendamos el crimen, si no el camino que recorre el individuo hasta
convertirse en asesino, la importancia de la detección precoz y la utilidad en la investigación
forense de herramientas que dejan atrás la criminalística, hasta entonces única protagonista en la
investigación criminal de las fuerzas de seguridad.

Por otra parte, esta investigación refuerza también la relación entre la psicología y la criminología,
mostrando la contribución de la que se pueden beneficiar ambas disciplinas al estudiar el fenómeno
criminal.

3.4 Aportación de la serie Mindhunter

Como se menciona al principio, Mindhunter marca una nueva forma de crear series y películas,
alejadas de la superficialidad y falta de rigor científico de las habituales series policíacas que
destacan en televisión. Con esta nueva clase de contenido, se logra divulgar la realidad científica
que hemos visto que existe tras esta clase de series de temática criminal, de una forma amena y
que logra llegar a una mayoría de la población que no necesita ser experta en la materia para poder
entender y recibir lo que la serie intenta transmitir. En definitiva, nos encontramos ante un nuevo
panorama en el que el rigor científico y el alcance a un público generalizado se logran unir para
aportar un verdadero valor más allá del entretenimiento.

Esta nueva tendencia se observa en las nuevas series que se han creado a posteriori de Mindhunter,
como es el caso de Las cintas de Ted Bundy, una serie documental, también enfocada al público
general que se centra en uno de los asesinos en serie de los que también nos habla Ressler en sus
obras, y que se basa en el contenido original sobre la investigación de sus asesinatos.

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4. Discusión

Como ya hemos comentado, el Proyecto de Investigación de Personalidad Criminal obtuvo como


resultado la elaboración de una serie de teorías que explican qué sucede en el desarrollo de la
personalidad hasta convertirse en la conducta violenta que manifiestan los criminales entrevistados
en la investigación.

Este proyecto tiene como puntos fuertes, en primer lugar el hecho de que se trata de la primera
investigación que trata en ese nivel de profundidad el tema a estudiar: incluye extensas entrevistas
con la muestra estudiada, una muestra que, además, se puede considerar relativamente grande dado
el difícil acceso a asesinos en serie que hay, al tratarse de un bajo porcentaje de la población
criminal.

Gracias a la extensión del trabajo se logra elaborar un modelo detallado y completo que se apoya
en la doctora Burgess, experta en psicología, lo que aporta a las teorías elaboradas un gran valor y
rigor científico. Tras esta investigación, nos encontramos mucho más cerca de comprender un
crimen tan complejo a nivel psicológico como es el asesinato en serie.

Por otra parte, nos encontramos una serie de elementos que si bien no restan valor a la
investigación, son importantes tener en cuenta: primero, la investigación se centra en encontrar
patrones que nos permiten establecer correlaciones entre la historia de vida y la personalidad de
los individuos y la conducta violenta de los mismos. Esto significa que si bien la teoría es muy útil
y certera a la hora de relacionar personalidad y crimen, no podemos hablar de una causalidad
demostrada en las relaciones halladas en la investigación. Esto quiere decir también que los
resultados del estudio son aplicables a la predicción, detección temprana y resolución de casos,
pero no sería válida para su uso en prevención y tratamiento de la conducta violenta, algo que
resulta primordial y en lo que sería necesario incidir de cada a futuras investigaciones.

Por otra parte, si bien resulta fundamental el apoyo de la doctora Burgess a la hora de establecer
teorías psicológicas en la investigación, la falta de formación formal de los investigadores del FBI
en materia de psicología se ve reflejada en su elaboración de perfiles, en ocasiones demasiado
escueta, como es el caso de la categorización que hace Ressler de los asesinos en serie, que se
reduce a: asesinos organizados, y asesinos desorganizados. Ressler observa estos dos patrones y

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clasifica los elementos de crimen en función de estas dos categorías, lo que desde una perspectiva
psicológica resulta algo simplista.

Un elemento más a tener en cuenta es la falta de distinción que se hace entre el factor sexual y el
asesinato: la teoría habla indistintamente de asesinos en serie y asesinos sexuales. Si bien esto se
debe a que los individuos estudiados tienen ambos factores en sus crímenes, son dos elementos
que merecen ser estudiados por separado, aunque luego puedan ponerse en relación, dado que
existen tanto crímenes sexuales que no implican asesinato, como asesinatos en serie en los que no
se da un factor sexual.

Por lo tanto, las líneas de investigación futura que se recomendarían a raíz de este estudio sería,
por una parte, profundizar en la causa de la personalidad del asesino en serie, procurando
demostrar las relaciones que el PIPC establece en su estudio y procurando un rigor en cuanto al
uso de la psicología algo mayor a la hora de elaborar teorías de este estilo.

Por otra parte, sería recomendable ampliar el espectro de estudio para poder distinguir entre los
distintos tipos de asesinatos en serie, tanto sexuales como no, para lograr una comprensión más
clara y transversal de éste fenómeno.

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