19 Salud Mental, Centros Penitenciarios y Estado de Cosas Inconstitucional
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19 Salud Mental, Centros Penitenciarios y Estado de Cosas Inconstitucional
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RESUMEN
MARCO NORMATIVO
Recibido: 02/10/2019
Aprobado: 08/10/2019
INTRODUCCIÓN
A partir del estudio de la sentencia del Tribunal Constitucional, recaída en el Exp. N° 04007-2015-
PHC/TC, de fecha 27 de junio de 2019, el presente texto tiene como objetivos: i) presentar una
breve descripción y análisis de los aspectos jurídicos considerados más relevantes y ii) evidenciar
desde una perspectiva valorativa y crítica los temas ausentes en la argumentación e interpretación
del Tribunal Constitucional en la sentencia con el ánimo de invitar a su lectura, discusión y
reflexión.
En primera y segunda instancia los jueces del Vigésimo Octavo Juzgado Penal de Lima y de la
Cuarta Sala Penal para Procesos con Reos en Cárcel de la Corte Superior de Justicia de Lima,
declaran improcedente la demanda al considerar que: i) no se ha acreditado la amenaza o
vulneración de los derechos fundamentales del interno y ii) que sí recibe atención psiquiátrica en el
establecimiento penitenciario de Lurigancho y de manera externa. Es así que ante la presentación
de un primer Recurso de Agravio Constitucional - RAC, Expediente N° 03519-2013-PHC/TC, el
30 de enero de 2014 el Tribunal Constitucional dispuso: i) revocar las resoluciones de primera y
segunda instancia que declaraban improcedente la demanda y ii) la devolución del expediente.
En razón a dicha decisión, el juez de primera instancia de hábeas corpus dispuso que un perito
médico psiquiatra del Ministerio Público realice un examen psiquiátrico al favorecido, pues existían
diagnósticos médicos contradictorios sobre el estado de salud del interno. El resultado de dicha
pericia fue que el interno se encontraba clínica y mentalmente estable, por lo que no requería
traslado a una institución psiquiátrica. Ello dio lugar a que se declarara infundada la demanda en
primera instancia y su posterior confirmación, así como la presentación de un segundo RAC ante el
Tribunal Constitucional, en el Expediente N° 04007-2015-PHC/TC, que origina la sentencia
materia de análisis.
Este fue un primer aspecto que el Tribunal Constitucional, en adelante TC, tuvo que resolver, ya
que de acuerdo al artículo 5, inciso 5, del Código Procesal Constitucional - CPC, no proceden los
procesos constitucionales (en este caso de hábeas corpus) cuando a la presentación de la demanda
ha cesado la amenaza o violación de un derecho constitucional o se ha convertido en irreparable. Es
decir, cuando se presenta la sustracción de la materia al observarse que la vulneración del derecho
fundamental ya no existe y que, por lo tanto, la materia u objeto de análisis en el proceso no está
presente. Hecho que el Tribunal verificó en otro expediente seguido por la misma persona, Exp. N°
01795-2015-HC/TC, al constatar que el interno ya había cumplido su condena el 7 de junio de
2018.
Sin embargo, el TC decide pronunciarse sobre el fondo de la controversia al considerar que “(…) la
situación en que se ha visto ubicado el favorecido es representativa de todo un grupo de personas
que, estando internadas en alguno de los establecimientos penitenciarios del país, tienen problemas
de salud mental (…)” (fundamento 2) , afirmación que es subsumida en el artículo 1, segundo
párrafo, del CPC, la cual, parafraseando el texto, establece que aun cuando se haya producido la
sustracción de la materia, atendiendo al agravio producido, el juez declarará fundada la demanda
precisando los alcances de su decisión.
Asimismo, el TC justifica su competencia en mérito al artículo 25, inciso 17, del CPC, el cual
señala de manera específica, que el hábeas corpus “procede ante la acción u omisión que amenace o
vulnere el derecho del detenido o recluso a no ser objeto de un tratamiento carente de razonabilidad
y proporcionalidad, respecto de la forma y condiciones en que cumple el mandato de detención o la
pena”, inciso que habilitó la procedencia de lo que se conoce comohábeas corpus correctivo,tal
como lo ha precisado el mismo TC en jurisprudencia reiterada (Exp. N° 00590-2001-HC/TC, Exp.
N° 01019-2010-PHC/TC). Entonces, el hábeas corpus correctivo procede cuando se busca tutelar el
derecho de las personas privadas de libertad a recibir un trato digno mientras cumplen un mandato
de detención o de pena. Por lo tanto, el TC resolvió adecuadamente al aceptar la demanda y
pronunciarse sobre el fondo de la misma. Más aún cuando se trataría de un caso con especial
trascendencia constitucional, considerando i) la gravedad de actos vulneratorios de derechos
fundamentales y ii) el estado de vulnerabilidad en el que se encuentran las personas privadas de
libertad.
III. CONTROVERSIA
Luego, con relación al contenido al derecho a la salud mental, el TC señala que: i) el derecho a la
salud mental es parte integrante del derecho a la salud; ii) se caracteriza por tener como único
titular a la persona humana, y iii) posee como contenido el derecho a disfrutar del mayor nivel
posible de salud mental y de todos aquellos componentes propios del bienestar psicológico y
mental de la persona humana(fundamento 11).
Esto significa que el derecho a la salud mental tiene como contenido elementos como por ejemplo
acceder a los servicios de salud bajo los principios de eficacia, eficiencia, solidaridad y
progresividad, etc. (fundamento 10). No obstante, también reconoce que los titulares de este
derecho pertenecen a un sector de la población altamente vulnerable, que requiere de una visión de
sus derechos fundamentales desde una óptica integral acorde a los estándares internacionales de
protección de los derechos humanos (fundamento 12).
El TC recuerda, además, que el derecho a la salud y la obligación del Estado de proveer asistencia
médica y servicios necesarios para su disfrute se encuentran reconocidos en nuestra Constitución,
en los artículos 7 y 9, y a nivel internacional en la Declaración Universal de Derechos Humanos, en
la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer
(Cedaw), la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación
Racial (Icerd) y la Convención sobre los Derechos del Niño, así como en el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales de los cuales el Perú es parte.
Dado el contexto complejo en el que se desarrollan las controversias del caso, el TC considera
necesario determinar cuáles son las características imprescindibles del servicio de salud, en
específico la salud mental, así recoge los criterios adoptados por el Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, en la Observación General 14, sobre la aplicación del artículo
12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Pidesc), en lo referido a
los elementos esenciales del derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud física y
mental. Estos criterios son cuatro: disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y calidad, de los
cuales, en una versión resumida, explicaré el contenido de 2 de ellos, los cuales fueron más
desarrollados en la sentencia del TC:
2. Accesibilidad.- Los servicios de salud deben ser accesibles a todos, es decir debe garantizarse su
acceso sin discriminación alguna. Así, la accesibilidad presenta cuatro dimensiones superpuestas:
i) No discriminación: los servicios de salud, bienes y establecimientos deben ser accesibles a los
sectores más vulnerables y marginados de la población, sin discriminación alguna por cualquiera de
los motivos prohibidos: por el color de la piel, origen, etnia, sexo, idioma, religión, opinión,
filiación política, discapacidad, enfermedad, orientación sexual, identidad de género, condición
económica, social o de cualquier otra índole[1].
ii) Accesibilidad física: deberán estar al alcance geográfico de todos los sectores de la población,
en especial los grupos vulnerables o marginados.
iii) Accesibilidad económica (asequibilidad): deberán estar al alcance de todos. Los pagos por
servicios de atención de la salud y servicios deberán basarse en el principio de la equidad, a fin de
asegurar que esos servicios, sean públicos o privados, estén al alcance de todos, incluidos los
grupos socialmente desfavorecidos.
iv) Acceso a la información: ese acceso comprende el derecho de solicitar, recibir y difundir
información e ideas acerca de las cuestiones relacionadas con la salud. Además, el acceso a la
información no debe menoscabar el derecho de que los datos personales relativos a la salud sean
tratados con confidencialidad.
b) Existe un médico psiquiatra a nivel nacional que manera itinerante atiende a los 8
establecimientos penitenciarios de la Oficina Regional Lima.
e) El Ministerio de Salud no acepta para su hospitalización a los pacientes con trastornos mentales
provenientes del INPE, incluso existiendo una orden judicial, aduciendo la falta de camas, largas
listas de espera, etc.
Con lo cual, además, el TC reconoce que es responsabilidad del Estado garantizar el derecho a la
salud de quienes se encuentren recluidos en algún centro penitenciario.
En ese sentido, resulta pertinente recordar que el Estado de Cosas Inconstitucional - ECI es una
técnica jurídica (Vásquez Armas, 2010), que implementara la Corte Constitucional de Colombia a
partir de la Sentencia de Unificación N° 559/1997 (STC Exp. N° 2579-2003- HD/TC, f. j. 19),
mediante la cual se extienden “los alcances inter partes de la sentencia a todos aquellos casos en los
que de la realización de un acto u omisión se haya derivado o generado una violación generalizada
de derechos fundamentales de distintas personas” (STC Exp. N° 2579-2003- HD/TC, f. j. 75).
Asimismo, como señala el magistrado Espinosa-Saldaña Barrera, en su fundamento de voto, el TC
se encuentra habilitado para controlar las políticas públicas adoptadas por las entidades
competentes, especialmente cuando estas deben responder a la satisfacción de derechos sociales
(fundamento 2).
Por ello, con la declaración del Estado de cosas inconstitucional se busca la adopción de medidas
que permitan restablecer la capacidad de las instituciones para garantizar el ejercicio del derecho
fundamental vulnerado (fundamento 74), así el TC establece una serie de mandatos al Instituto
Nacional Penitenciario, al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, al Ministerio de Salud e
incluso al Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, que son las entidades vinculadas con la situación
que se busca revertir.
Dichos mandatos ordenan a las instituciones mencionadas: i) diseñar, proponer y ejecutar un plan
de acción pueda asegurar la disponibilidad y accesibilidad del servicio de salud mental de las
personas privadas de su libertad a nivel nacional; ii) elaborar un protocolo para la detección y
tratamiento de un interno que sufre de alguna enfermedad mental;iii) identificar el total de la
población penitenciaria que padece de algún tipo de trastorno mental y iv) asegurar el presupuesto
para la ejecución del plan de acción. Asimismo, ordena al Instituto Nacional Penitenciario que
informe al TC, cada tres meses, del avance de lo dispuesto en la sentencia y precisa que el TC se
encuentra habilitado, desde su publicación de la sentencia, para realizar la supervisión del
cumplimiento de lo se ha ordenado. Ello de cara a garantizar el cumplimiento de lo establecido en
la sentencia.
Ante esta ausencia, el TC no se pronuncia ni llama la atención sobre los casi siete años, desde la
presentación de la demanda en el 2012, que una persona en condición de vulnerabilidad tuvo que
esperar para tener una respuesta del sistema de justicia, contraviniendo al contenido constitucional
de este derecho (Exp. N° 01873-2014-AA/TC, f. j. 5). Situación que se repite para otras personas
en las mismas condiciones, razón por la cual bien se podría declarar otro estado de cosas
inconstitucional con relación al derecho al acceso a la justicia de las personas privadas de libertad.
112.1. En lo que tiene que ver con la carga de la prueba para personas vulnerables en términos
procesales, la Sala estima que esta debe ser asumida directamente por los jueces, en virtud de los
principios de igualdad (compensación de cargas), prevalencia del derecho sustancial (eliminación
de obstáculos para llegar a una decisión justa) y dirección judicial del proceso. (Corte
Constitucional de Colombia, Sentencia C-330/16).
Considerando ello, el TC peruano podría determinar que la carga de prueba sobre el daño o su
ausencia la realice quien esté en mejores condiciones hacerlo. En este caso, por ejemplo, debieron
ser las autoridades del INPE quienes tendrían que haber probado que garantizaban efectivamente el
derecho a la salud mental del interno. Ello resulta más coherente de cara a la situación de
desventaja y sujeción en la que se encuentran, en este caso, las personas privadas de libertad, con lo
cual las personas en situación de vulnerabilidad se encontrarían en mejores condiciones de acceder
a la justicia y obtener una respuesta oportuna.
Referencias
Cabello Silva, A. (s.f.). Barreras en el acceso a la justicia penal que enfrentan las mujeres con
discapacidad en situación de violencia. Portal Jurídico IUS 360. Recuperado a partir de:
http://ius360.com/jornadas/barreras-en-el-acceso-la-justicia-penal-que-enfrentan-las-mujeres-con-
discapacidad-en-situacion-de-violencia-andrea-cabello-silva/.
La Rosa Calle, J. (2009). Acceso a la justicia como condición para una reforma judicial en serio.
En: Revista de Derecho PUCP. N° 62. Lima: Facultad de Derecho PUCP. Recuperado a partir de:
http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/derechopucp.
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. (s.f.). En Plan Nacional de Derechos Humanos 2018-
2021. Lima: Recuperado a partir de:
http://spij.minjus.gob.pe/content/banner_secundario/img/muestra/PLAN-ANUAL.pdf.