Importancia de La Educacion Religiosa
Importancia de La Educacion Religiosa
Importancia de La Educacion Religiosa
Nuestro mundo está pasando por momentos muy difíciles. Preocupa profundamente la aparente
ausencia de virtudes, valores a nivel social,... Esta crisis no es tan novedosa como parece. Esto
significa que como sociedad, como humanidad, todavía tenemos una deuda pendiente en este
aspecto.
Contemplando esta descripción nos encontramos frecuentemente con una visión relativista del
mundo, de la vida sin sentido, del subjetivismo hedonista, de la despersonalización del ser humano
inmerso en estructuras de muerte, de agresión a la biodiversidad de los recursos de la naturaleza,
del flagelo de las drogas, de medios de comunicación masiva que pueden ofrecer formas culturales
alienantes, de tendencias del siglo XXI a excluir a Dios, y abundante información a través de
tecnologías modernas que no logran satisfacer el anhelo de dignidad inscritos en lo más profundo
de la vocación humana.
El ser humano posee, gracias a su condición espiritual, el don de percibir lo sagrado, la capacidad
de captar el fundamento de todas las cosas, su raíz y destino trascendente en cuanto creaturas,
es decir, procedentes de un creador universal. Toda persona busca en su vida la verdad que dé
sentido a su existencia para alcanzar la felicidad. Esta dimensión de profundidad espiritual explica
el fenómeno religioso en la historia de la humanidad pasada y presente. El hecho religioso forma
parte del conjunto de expresiones de lo real como experiencia específica humana, mas allá de la
limitada realidad disponible para el resto de seres del mundo mineral, vegetal y animal.
Por ello, en la educación religiosa, es fundamental y necesario que las personas descubran y
asuman la existencia de un Ser y una Verdad, con el que se han encontrado personalmente, a través
de las personas, la naturaleza, los sacramentos, la Palabra de Dios… por la que toman conciencia de
ser hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza, reconociéndole como quien actúa
providentemente en sus vidas y da sentido a los acontecimientos de la historia humana; y que
aprendan a explicar razonablemente su fe y proyecten su plan de vida como respuesta responsable
al amor de Dios.