Ficha Sentencia de Tutela T-089-20

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FICHA DE ANALISIS DE SENTENCIAS

TUTELA T-089 DEL 2020


UNIVERSIDAD SANTIAGO DE CALI VS ESTUDIANTE HERNÁN DARÍO OSPINA

GENERALIDADES
Nombre Estudiante Diana Marisol Realpe Portilla

Código Estudiantil: A00358948


Materia: Derecho Constitucional II
Profesor: Dr. Carlos Vásquez
Fecha de análisis 11 de febrero del 2021

Corporación 1. Corte Constitucional


2. Corte Suprema de Justicia
3. Consejo de Estado
4. Otra, ¿cuál?
Tipo de Providencia Sentencia de Tutela
No. Providencia T-089/2019
Fecha de la 01 de marzo del 2019
Providencia
Magistrado Ponente Alberto Rojas Ríos
Accionante: Hernán Darío Ospina
Accionado: Universidad Santiago de Cali
DETALLES DE LA SENTENCIA
Problema Jurídico La universidad Santiago de Cali vulneró y afectó los derechos
del estudiante Hernán Darío Ospina, teniendo presente de
acuerdo de proceso disciplinario realizado por la misma
universidad.
Hechos 1. El joven Hernán Darío Ospina Reyes es estudiante de
tercer semestre en la facultad de Derecho de la
Universidad Santiago de Cali.
2. A mediados del año 2017, la institución de educación
superior tomó la determinación de cambiar algunas de
las clases presenciales a sesiones virtuales.
3. El 02/08/2017, el accionante rindió una entrevista para el
noticiero Pacífico Noticias en relación con la decisión
tomada por la Universidad sobre la forma de impartir las
asignaturas. En esa conversación, el actor indicó su
inconformidad frente a las medidas implementadas de la
siguiente manera: “nos estamos manifestando, los
estudiantes estamos mirando la problemática que se
está viviendo acá, con arbitrariedad nos están
imponiendo unas clases virtuales, las cuales deberían
ser presenciales; no solo nos afectan a nivel económico,
sino nos afectan en cuestión de tiempo, habemos (sic)
personas acá que estamos sudándola, por así decirlo,
para estudiar en esta universidad que creemos es de
calidad, pero está disminuyendo total”.
4. Como consecuencia de las declaraciones hechas y
mediante auto de trámite No. 01 del 10 de agosto de
2017, el Consejo de Facultad de la Universidad Santiago
de Cali abrió proceso disciplinario No. 002-2017 en
contra del joven Hernán Darío Ospina Reyes, al
considerar que sus afirmaciones habían afectado el
buen nombre de la Institución.
5. El 19 de septiembre de 2017, el Consejo de Facultad de
la Universidad Santiago de Cali declaró responsable a
Hernán Darío Ospina Reyes, porque, en su concepto, la
declaración que rindió ante los medios de comunicación
significó la consumación dolosa de la falta grave atentar
contra el buen nombre de la Universidad o de cualquiera
de los estamentos y organismos que la conforman,
mediante manifestaciones públicas injuriosas o
calumniosa. En consecuencia, impuso al peticionario
como sanción principal la cancelación de la matrícula
por el término de dos (2) periodos académicos la cual
deberá cumplirse a partir del semestre 2018A y como
castigo accesorio: (i)la interdicción de derechos y
funciones universitarias para acceder a las exenciones,
estímulos y cargos honoríficos establecidos por la
universidad, para ejercer cargos remunerados dentro de
la Universidad e inhabilidad para elegir o ser elegido
hasta un período electoral; y (ii) brindar
acompañamiento psicoterapéutico, a través del área de
Bienestar Universitario de la Universidad Santiago de
Cali, al disciplinado HERNAN DARIO OSPINA REYES.
La Institución educativa sustentó su decisión en el video
que publicó Pazífico Noticias en el portal web
www.youtube.com y en la versión libre que rindió el
disciplinado, el 5 de septiembre de 2017 en la que
aceptó y ratificó las declaraciones hechas ante el canal
de noticias y señaló que actuó en ejercicio de su libertad
de expresión, reconocida en el artículo 20 de la
Constitución Política.

6. El 10 de octubre de 2017, el accionante apeló la


decisión sancionatoria bajo los siguientes argumentos:
(i) las declaraciones hechas al medio de comunicación
fueron en ejercicio de su derecho de la libertad de
expresión, es decir, respaldadas constitucionalmente
por el artículo 20 Superior; (ii) del acervo probatorio no
se puede inferir que las manifestaciones hayan atentado
contra el buen nombre de la universidad y menos que
hubieren sido con dolo; (iii) las inconformidades fueron
expresadas de manera respetuosa; y (iv) la intervención
ante el medio de comunicación no fue injuriosa, ni
calumniosa y no podría asemejarse a los tipos penales,
toda vez que estos no admiten como sujeto pasivo a
una persona jurídica.
7. El 27 de octubre de 2017, el actor interpuso una acción
de tutela, porque, según indicó, la Universidad Santiago
de Cali vulneró sus derechos fundamentales a la libertad
de expresión, a la protesta y a la educación, al iniciar un
procedimiento disciplinario en su contra e impuesto en
primera instancia la sanción de cancelación de matrícula
por la entrevista relatada ante el medio de comunicación
Pazifico Noticias. En dicho escrito de tutela, el joven
Ospina Reyes indicó que se encontraba en un limbo
jurídico, pues el reglamento de la Universidad no define
cuanto tiempo pueden demorarse en resolver [el recurso
de apelación, dejando mi derecho a disposición de la
arbitrariedad del Alma Mater. Por ello, la pretensión
principal fue dejar sin efectos el fallo de primera
instancia proferido el 19 de septiembre de 2017 por el
Consejo de Facultad de la Universidad Santiago de Cali.
8. El 9 de noviembre de 2017, en sentencia de única
instancia, el Juez 31 Penal Municipal con Funciones de
Control de Garantías de Santiago de Cali, Valle del
Cauca, concedió la protección del derecho fundamental
al debido proceso. En efecto, el juez ordenó a la
Universidad que debía informar al accionante qué
órgano tramitaría el recurso de segunda instancia y el
término en que se iba a resolver. Lo anterior, toda vez
que el Reglamento Estudiantil guardaba silencio en esos
aspectos.
9. El 11 de diciembre de 2017, el Consejo Académico de
la Universidad Santiago de Cali confirmó de manera
integral el fallo disciplinario de primera instancia con
sustento en que las declaraciones del estudiante ante el
medio de comunicación constituían una afectación al
buen nombre de la universidad, dado que realizó las
siguientes imputaciones: (i) la institución actuó de
manera arbitraria (ii) sus decisiones afectan
económicamente a los estudiantes a partir del
incremento del costo de la matrícula; y (iii) la medida
entraña la disminución de la calidad del ente
universitario. Sostuvo que esas afirmaciones influían
socialmente, de manera que pueden producir que no se
matriculen nuevos estudiantes, ni que quienes ya se
encontraban matriculados, renueven su contrato
educativo con el plantel, ya que difamar por parte de uno
de sus miembros podría generar duda de su calidad.
Argumentos
1. El Principio de autonomía universitaria y su relación
con el derecho a la educación y al debido proceso
dentro de los asuntos disciplinarios que se llevan a
cabo en los centros educativos. Reiteración de
jurisprudencia, la jurisprudencia de la Corte
Constitucional ha precisado que el artículo 69
superior salvaguarda la autonomía universitaria, al
reconocer que las directivas y estudiantes pueden
darse su reglamento, así como aplicarlo.

No obstante, se ha reconocido que dicha prerrogativa


encuentra un límite en los eventos en que se vulneran
los derechos fundamentales de los estudiantes,
directivas y de todas aquellas personas que se
encuentren vinculadas a la institución, por lo que debe
ser ejercida dentro del marco que determina la
Constitución Política de Colombia, el orden público, el
interés general y el bien común.

El precedente constitucional ha precisado que la


autonomía universitaria implica la libertad de acción de
los centros educativos superiores, por lo que las
restricciones son una excepción que deben fundarse en
los principios, valores y derechos constitucionales,
verbigracia justamente la educación y el debido proceso.

La Corte estableció en la sentencia T-301 de 1996 que


los procesos disciplinarios deben contener como
mínimo las siguientes actuaciones con el fin de
garantizar el debido proceso al disciplinado: (1) la
comunicación formal de la apertura del proceso
disciplinario a la persona a quien se imputan las
conductas pasibles de sanción; (2) la formulación de los
cargos imputados, que puede ser verbal o escrita,
siempre y cuando en ella consten de manera clara y
precisa las conductas, las faltas disciplinarias a que
esas conductas dan lugar (con la indicación de las
normas reglamentarias que consagran las faltas) y la
calificación provisional de las conductas como faltas
disciplinarias; (3) el traslado al imputado de todas y cada
una de las pruebas que fundamentan los cargos
formulados; (4) la indicación de un término durante el
cual el acusado pueda formular sus descargos (de
manera oral o escrita), controvertir las pruebas en su
contra y allegar las que considere necesarias para
sustentar sus descargos; (5) el pronunciamiento
definitivo de las autoridades competentes mediante un
acto motivado y congruente; (6) la imposición de una
sanción proporcional a los hechos que la motivaron; y
la posibilidad de que el encartado pueda controvertir,
mediante los recursos pertinentes, todas y cada una de
las decisiones de las autoridades competentes.

2. Derecho a la Libertad de Expresión. Reiteración de


Jurisprudencia:

El artículo 20 de la Constitución Política consagra la


libertad de expresión como una garantía que tienen las
personas para poder manifestar sus pensamientos y
opiniones sin censura. Igualmente, es un derecho que se
encuentra protegido por las normas internacionales de
los Derechos Humanos, en particular, el artículo 19 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el
artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos los cuales integran el bloque de
constitucionalidad referenciado en el artículo 93 de la
Carta.

Esta Corporación en la sentencia C-442 de 2011 definió


la libertad de expresión en stricto sensu como el derecho
que tienen las personas a expresar y difundir libremente
el propio pensamiento, opiniones, informaciones e ideas,
sin limitación, a través del medio y la forma escogidos
por quien se expresa. Desde esa perspectiva puede ser
entendida como una libertad negativa pues implica el
derecho de su titular a no ser molestado por expresar su
pensamiento, opiniones, informaciones o ideas
personales, y cuenta con una dimensión individual y una
colectiva, pero también como una libertad positiva pues
implica una capacidad de actuar por parte del titular del
derecho y un ejercicio de autodeterminación.

En Sentencia SU-667 de 1998, se protegió la crítica que


enarboló un profesor universitario frente a las políticas
académicas de la Universidad demandada en ese
momento. Se advirtió que la opinión del docente era
legitima, pues se encuentra amparada por la libertad de
expresión, derecho que se amplifica en la Universidad, al
ser un escenario natural y propicio para el libre curso de
las ideas y formación de opiniones. En efecto, concluyó
que la decisión de despido del actor era en exceso
inconstitucional.

ii) En el mismo sentido, en Sentencia T-239 de 2018, se


reprochó que la Universidad de Ibagué restringiera la
libertad de expresión de una profesora, quién fue
desvinculada por manifestar su inconformidad con los
despidos injustos que había realizado la universidad a
las trabajadoras de vigilancia después de denunciar los
maltratos y acosos de los que estaban siendo objeto por
parte de sus supervisores. La Corte indicó que el
mensaje de la docente se encontraba respaldado por la
Constitución, puesto que promovía la protección de
derechos humanos. Además, la opinión se emitió en un
espacio que promueve las ideas y expresiones, el cual
no puede ser lugar para silenciar aquellas que resulten
incomodas al centro educativo.

iii) En contraste, la Sentencia T-550 de 2012 estimó que


no se encontraba dentro del derecho a la libertad de
expresión los insultos de grueso calibre o mensajes
irrespetuosos dirigidos en contra de las directivas de la
Universidad del Rosario. Por eso, consideró que la
sanción impuesta al estudiante por esa conducta y otros
actos se encontraba respaldada en la autonomía
universitaria.
Decisión de la corte: En su decisión reconoce la vulneración de los derechos
fundamentales de la liberta de expresión, a la protesta, a la
educación, a la defensa y el debido proceso invocados por el
ciudadano Hernán Darío Ospina.

Presentando una acción de tutela contra la universidad Santiago


de Cali en donde se tutelaron la vulneración de dichos
derechos.

Se dispone a través de la segunda instancia de la decisión


disciplinaria proferida el 11 de diciembre de 2017 mediante el
cual el consejo académico de la universidad Santiago de Cali
confirmó su decisión el 19 de septiembre del 2017 teniendo
presente este acontecimiento la institución deberá disponer su
reintegro inmediato e implementar a su beneficio los
mecanismos de nivelación académica debido a la vulneración
de sus derechos fundamentales donde este suceso produjo la
afectación.

Advierte a la universidad Santiago de Cali que se abstenga de


restringir de vulnerar el derecho a la libre expresión de los
estudiantes y se limite a la toma de decisiones escudándose en
la aplicación del principio de autónoma universitario

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