SANTIDAD

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Instituto: Dr Alexis Carrel

Profesorado de: Tecnicatura Superior en Gestión y Administración de las


organizaciones ( 1er año)

Asignatura: Teología

Profesor: Rodrigo

TRABAJO PRÁCTICO FINAL INTEGRADOR


DE TEOLOGÍA. (IEFI)

Fecha de entrega: 1º de julio 2019

Alumno: Alejandra Blanke


TRABAJO PRÁCTICO FINAL INTEGRADOR DE TEOLOGÍA

(1er año de Economía)

IEFI

Consignas para el trabajo:

1-¿ Qué es la Santidad? Busca definiciones en la Sagrada Escritura, en el


Catecismo de la Iglesia Católica y en el Magisterio de los últimos Papas ( Juan
Pablo II, Benedicto XVI y Francisco)

2- Elige un santo de la Iglesia Católica y realiza las siguientes consignas:

a) Realiza una Biografía del mismo

b) Comparta algunas frases que lo han caracterizado

c) Desarrolla algunas de sus enseñanzas

d) ¿Cuál fue su compromiso social?

3- Elije una imagen o frase que exprese lo que hayas aprendido con este trabajo y
explícala.

4-Que evaluación personal harías de la materia teología y de este trabajo.


1-¿ Qué es la Santidad? Busca definiciones en la Sagrada Escritura, en el
Catecismo de la Iglesia Católica y en el Magisterio de los últimos Papas
( Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco)

La Santidad es algo que Dios nos pide en su palabra…Vivir en santidad es decir


que debemos esforzarnos cada día para vivir agradecidamente como nos enseña
su palabra. La Santidad es una armadura que nos protege de toda asechanza del
enemigo.

La santidad es para la Iglesia ortodoxa una participación en la vida de Cristo, y los


santos son llamados así en la medida en que son cristóforos, es decir,
suficientemente obedientes a la figura de Cristo como para representar fielmente
su imagen, ser su icono.

Catecismo de la Iglesia Católica. La Santidad de Dios es el hogar inaccesible de


su misterio eterno. Lo que se manifiesta de Él en la creación y en la historia.

En la Sagrada Escritura llaman a la Santidad “Gloria”, la irradiación de su


Majestad (Cf. Sal 8,6). Al crear al hombre “ a su imagen y semejanza” (Gn 1,26);
Dios lo corona de gloria (Sal 8,6) pero al pecar, el hombre queda “privado de la
Gloria de Dios”(Rm3,23). A partir de entonces, Dios manifestará su Santidad,
revelando y dando su Nombre, para restituir al hombre “a la imagen de su
creador”.
La Santidad de la Iglesia es el secreto manantial y la medida infalible de su
laboriosidad apostólica y de su ímpetu misionero (Cl 17,3).

Magisterio del Papa Juan Pablo II. El papa Juan Pablo II enseñó que “la
Santidad no es un privilegio de pocos”, sino que es “la vocación universal del
Pueblo de Dios”. “La santidad es alzar los ojos a los montes, es intimidar con
Dios Padre, que está en los cielos. En esta intimidad vive el hombre conciente de
su camino, de sus límites y de sus dificultades.
La santidad no es algo reservado para algunas almas escogidas; todos, sin
excepción, estamos llamados a la santidad. Para todos están las gracias necesarias
y suficientes; nadie está excluido. La tentación más engañosa y que se repite
siempre, es la de querer mejorar la sociedad, mejorando únicamente las
estructuras externas; dejando de lado la realización espiritual del hombre que es
donde se halla la verdadera felicidad .La Iglesia, más que “reformadores”, tiene
necesidad de santos, porque los santos son los auténticos y más fecundos
reformadores. La humildad es el primer paso hacia la santidad.

La santidad consiste, en vivir con convicción la realidad del amor de Dios, a


pesar de las dificultades de la historia y de la propia vida. El Sermón de la
Montaña es la única escuela para ser santos. Consiste, además, en la vida de
ocultamiento y de humildad: saberse sumergir en el trabajo cotidiano de los
hombres, pero en silencio, sin ruidos crónicos, sin ecos mundanos. La santidad del
hombre es obra de Dios. Nunca será suficiente manifestarle gratitud por esta obra.
Cuando veneramos las obras de Dios, veneramos y adoramos sobre todo a Él
mismo, el Dios Santísimo. Y entre todas las obras de Dios, la más grande es la
santidad de una criatura: la santidad del hombre. ¿Qué es la santidad? Es
precisamente la alegría de hacerla Voluntad de Dios. ¡No tengáis miedo ante esa
palabra! ¡No tengáis miedo ante la realidad de una vida santa!

San Juan Pablo II

Magisterio del Papa Benedicto XVI “La santidad no consiste en realizar


acciones extraordinarias, sino en unirse a Cristo, en vivir sus misterios, en
hacer propias sus actitudes, sus pensamientos y sus comportamientos",
afirmó el papa. La raíz última de la santidad cristiana -subrayó- "no es otra cosa
que la caridad vivida plenamente".
Pero precisó que para que esa caridad crezca en el alma y fructifique en cada fiel
se debe escuchar la palabra de Dios, participar con frecuencia de los sacramentos,
ayudar de manera abnegada a los hermanos y practicar las virtudes.
"Todos estamos llamados a la santidad, es la medida misma de la vida cristiana",
destacó.

En sus casi seis años de Pontificado, Benedicto XVI ha proclamado ya 34 santos


y casi 600 beatos, en su mayoría españoles.
Magisterio del Papa Francisco. Para el papa Francisco la santidad implica la
relación con el prójimo, con los vecinos. “No es sano amar en silencio y rehuir el
encuentro con el otro, desear el descanso y rechazar la actividad, buscar la oración
y

La santidad es la misericordia de la vida cotidiana


Este es el tiempo de la misericordia. Es otra frase de Francisco a menudo
malentendida, como si cayera en la bondad relativista. La misericordia del Señor,
repite el Papa, es infinita, pero si no la aceptamos tomamos la llamada ira de Dios.
Es el infierno, el rechazo del amor de Dios. El Todopoderoso sólo se detiene ante
una cosa: nuestra libertad. Por eso el Papa hace la distinción entre pecadores y
corruptos. Todos somos pecadores, y Francisco se pone en primera línea, pero los
corruptos son los que se sienten justos y no quieren aceptar el perdón de Dios. Los
santos, en cambio, son los que aceptan la misericordia divina en su debilidad y la
derraman sobre los demás. Son pecadores que se dejan elevar continuamente por
el amor gratuito de Dios, que les da la fuerza para gastar su vida por los demás, en
el silencio de la vida cotidiana.

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