Práctica Vi-B Tejido Conectivo Especializado Cartilago
Práctica Vi-B Tejido Conectivo Especializado Cartilago
Práctica Vi-B Tejido Conectivo Especializado Cartilago
El tejido cartilaginoso es una variedad especial de tejido conjuntivo que está constituido
principalmente por la matriz cartilaginosa, semejante a un gel, en la cual sus células, los
condrocitos, se sitúan en pequeñas cavidades denominadas lagunas.
Existen tres tipos de cartílago: hialino, elástico y fibroso, los cuales se diferencian
fundamentalmente por la cantidad de sustancia amorfa que presentan y por el tipo de fibra que
predomina en la matriz cartilaginosa.
Las tres clases de cartílagos presentan, como elementos estructurales, las células
denominadas condroblastos y condrocitos y la matriz cartilaginosa, constituida por fibras y
sustancia amorfa fundamental.
ESTRUCTURA DEL PERICONDRIO.
El pericondrio está constituido por dos capas de tejido conjuntivo. La más externa es rica en fibras
colágenas y capilares, pero escasa en células, mientras que la capa interna presenta abundantes
células y pocas fibras.
NUTRICIÓN
Por carecer el cartílago de vascularización, la nutrición se efectúa mediante la difusión del líquido
tisular a través de la sustancia fundamental, o sea, se nutre a partir de los capilares de la
capa externa del pericondrio. Los cartílagos articulares y el fibrocartílago, que carecen de
pericondrio, se nutren del líquido sinovial.
CRECIMIENTO
El crecimiento del cartílago se efectúa mediante dos tipos de mecanismos: crecimiento por
aposición o exógeno y crecimiento intersticial o endógeno.
CRECIMIENTO INTERSTICIAL
En el crecimiento intersticial los condrocitos suelen reunirse en pequeños grupos, denominados,
grupos isógenos o nidos celulares, constituidos cada uno de ellos por la progenie de un condrocito
que ha pasado por varias divisiones mitóticas.
Una vez que ocurre la constricción del citoplasma en las células que están en procesos de división,
un tabique de sustancia intercelular se desarrolla entre ellas, separando las células hijas. Estas, a
su vez, pueden dar origen a grupos de cuatro células. De esta forma el crecimiento intersticial
desarrolla dos tipos de disposiciones: si la mitosis se efectúa en una sola dirección tenemos un
grupo de condrocitos alineados (grupo isogénico axial), pero si las divisiones se realizan en todos
los sentidos, tenemos un grupo isogénico coronario.
En las líneas epifisarias de los huesos largos la división celular de los condrocitos ocurre en un
plano, dando como resultado el ordenamiento de largas columnas, las cuales son invadidas
posteriormente por el tejido óseo.
La división de los condrocitos y la secreción de una nueva matriz entre las células, da lugar a
una expansión del cartílago desde el interior.
Los condrocitos están incluidos en lagunas en el seno de la matriz que ellos segregan y son células
esféricas, con un núcleo central voluminoso y uno o dos nucleolos. En condiciones de crecimiento
activo los condroblastos poseen las características de las células especializadas en la síntesis de
proteínas: un citoplasma granular fino y generalmente basófilo, debido a la presencia de ribosomas
libres y de RER bien desarrollado, y numerosas mitocondrias alargadas. Los sáculos del Golgi
suelen estar dilatados y se acompañan por un gran número de vacuolas; el citoplasma
contiene además gotas de lipidos y glucógeno.
La matriz del cartílago hialino incluye la sustancia intercelular forme (fibras) y la intercelular
amorfa. La sustancia intercelular forme está representada principalmente por fibras colágenas de
pequeño diámetro, que no se visualizan fácilmente al microscopio optico, ya que
tienen aproximadamente el mismo índice de refracción que la sustancia fundamental amorfa.
El crecimiento del cartílago hialino se efectúa mediante el mecanismo de crecimiento por aposición y
por el intersticial. Este tipo de cartílago se localizan fundamentalmente en cartílagos articulares,
costales y de nariz, laringe y tráquea; también en el esqueleto del feto (en este el cartílago es
posteriormente remplazado por tejido óseo).
CARTÍLAGO ELÁSTICO
Las células del cartílago elástico son similares a las del hialino, tienen la misma forma esférica,
aunque menor cantidad de grasa y glucógeno, y están rodeadas por la matriz territorial, formando
una cápsula gruesa. Las células del cartílago elástico están distribuidas aisladamente o formando
grupos isogénicos de dos o tres células.
La matriz presenta abundantes fibras elásticas, las cuales frecuentemente se ramifican formando
una red tan densa que con la técnica de coloración fucsina-resorcina la sustancia
fundamental se oscurece.
Este tipo de cartílago crece por aposición e intersticialmente, se encuentra principalmente en sitios
donde se necesita apoyo y flexibilidad; por ejemplo, en los cartílagos del pabellón de la oreja, las
trompas de Eustaquio, la epiglotis y en algunos otros cartílagos de la laringe.
El fibrocartílago, como su nombre lo indica contiene numerosos haces paralelos de fibras colágenas
y escasa cantidad de matriz hialina, lo que lo distingue de los otros tipos de cartílago. Se encuentra
en las regiones en que el tejido está sometido a presiones, desplazamiento en sentido lateral y
tracción. En el organismo no se encuentra aislado, sino que se fusiona progresivamente con otros
tejidos, tales como el cartílago hialino vecino o el tejido fibroso denso de los ligamentos y las
cápsulas articulares. El fibrocartílago se localiza en los discos intervertebrales, la sínfisis del pubis,
las zonas de inserción del tendón y los meniscos de articulaciones tipo diartrosis (rodilla).
Otra manifestación regresiva de este tejido es la aparición de fibras gruesas, de aspectos diferentes
a las fibras colágenas, las cuales muestran un aspecto brillante y suelen extenderse en grandes
zonas; a este proceso se le conoce como la transformación de asbesto del cartílago, y puede
ocasionar reblandecimiento de la matriz cartilaginosa. Se trata de una esclerosis por hiperplasia de
la colágena.
REGENERACIÓN CARTILAGINOSA
La capacidad de regeneración del cartílago es muy pobre, debido a que los condrocitos del
cartílago del adulto son in capaces de dividirse; sin embargo, en las lesiones del cartílago próximas
a la superficie sinovial (donde las células de la membrana sinovial no han sido afectadas), puede
ocurrir cierta cicatrización, a expensas de las células sinoviales que proliferan y producen
fibrocartílago.
El tejido óseo, al igual que los demás tejidos conjuntivos está compuesto por células, fibras y
sustancia fundamental amorfa. Sus componentes extra celulares están calcificados, haciendo de él
un tejido duro y resistente, ideal para las funciones de sostén y protección del organismo, esta
característica lo diferencia de los otros tipos de tejidos conjuntivos.
El hueso posee la notable característica de combinar una gran dureza con un alto grado de
plasticidad. La dureza del hueso depende de las sales inorgánicas de que está impregnado, las
cuales representan aproximadamente 2/3 de su peso seco. La plasticidad del hueso por el contrario,
está dada por el componente orgánico de la matriz y, en particular, por las fibras colágenas que le
confieren cierto grado de plasticidad.
COMPOSICIÓN QUÍMICA
El agua representa un 20% del peso total del hueso, proporción relativamente baja si se compara
con la de otros tejidos del organismo.
Los sólidos constituyen el 80% restante. De estos las sales inorgánicas (fosfato de calcio, carbonato
de calcio, fosfato de magnesio y fluoruro de calcio representan 2/3 de su peso seco, en tanto que el
tercio restante corresponde al componente orgánico.
La materia orgánica del hueso incluye las fibras osteocolágenas, similares a las fibras colágenas
que se encuentran en otras variedades del tejido conjuntivo. Las fibras osteocolágenas están unidas
entre sí por una sustancia especial de cemento, la cual está constituida principalmente por
mucopolisacáridos ácidos.
CÉLULAS ÓSEAS
Las células diferenciadas y permanentes del tejido óseo reciben el nombre de osteocitos. Las
células transitorias son los osteoblastos, responsables de la formación del tejido óseo, y los
osteoclastos, encargados de la resorción de dicho tejido.
La formación, el crecimiento y desarrollo del tejido óseo depende necesariamente de un equilibrio
entre la formación y resorción del tejido.
OSTEOBLASTOS
Los osteoblastos se encuentran distribuidos en todas las superficies del hueso donde se deposita la
matriz, ya que estas células son las encargadas de participar en la formación de la matriz (célula
secretora de proteínas no polarizada).
Los osteoblastos tienen una forma irregular, que varía a menudo entre cúbica y piramidal. Con
frecuencia se distribuyen en una capa continua que sugiere un ordenamiento epitelial y poseen un
núcleo grande que generalmente contiene un nucleolo prominente. El citoplasma teñido con H y E
presenta una basofilia intensa, debido a la presencia de abundantes ribosomas que están
relacionados con la síntesis de componentes proteicos de la matriz, como es de suponer su RE
granular es abundante y en ocasiones, las cisternas yuxtanucleares del aparato de Golgi se aprecian
dilatadas y presenta también numerosas mitocondrias.
Los osteoblastos contienen fosfatasa alcalina, que está relacionada con la elaboración de la matriz.
OSTEOCITOS
Son osteoblastos diferenciados que han sido completamente rodeados por la matriz ósea
mineralizada. Su cuerpo celular es fusiforme, con expansiones citoplasmáticas más o menos
alargadas. El núcleo es ovalado y se tiñe intensamente, y su citoplasma contiene los mismos
organitos que los osteoblastos, pero en menor abundancia.
OSTEOCLASTOS
Los osteoclastos se encuentran en asociación íntima con las superficies del hueso donde ocurre su
resorción. Con frecuencia ocupan excavaciones poco profundas, conocidas como lagunas de
Howship. Son células gigantes multinucleadas que varían notablemente, tanto en tamaño como en
número de sus núcleos.
Las células más jóvenes poseen un citoplasma débilmente basófilo, pero a medida que envejecen
se tornan acidófilas. Contienen también abundantes vacuolas lisosómicas y se cree que estas
células se forman a partir de la fusión de un número variable de células mononucleadas
(probablemente osteoblastos).
Las superficies óseas, en relación con los osteoclastos, muestran a menudo desmineralización, lo
cual indica que estas células intervienen en la resorción ósea, aunque el mecanismo de esta
actividad aún no es bien conocido.
La matriz del tejido óseo está constituida por fibras colágenas, sustancia fundamental amorfa y sales
minerales. Las fibras colágenas presentan su aspecto habitual con periodicidad de 64 nm. La
sustancia fundamental amorfa poco abundante contiene mucopolisacáridos ácidos,
fundamentalmente sulfato de condroitina y algunas proteínas. Las sales minerales de la matriz del
tejido óseo son fundamentalmente cristales de hidroxiapatita de calcio y de fosfato.
Las laminillas óseas están formadas por fibras osteocolágenas, unidas entre sí por la sustancia
de cemento. El componente inorgánico de la matriz ósea se encuentra impregnado de sustancia de
cemento, que rodea y une las fibras osteocolágenas.
Las laminillas óseas están atravesadas por finos conductos que parten desde las lagunas en forma
radiada y se continúan con los conductillos de laminillas vecinas, de manera que en los sistemas de
varias laminillas los conductillos hacen posible la comunicación amplia entre todas las lagunas.
Fig. 6 Hueso largo fémur. Epífisis (flecha roja). 2 hueso esponjoso o trabecular. 3 Cavidad medular.
4. hueso compacto. Diáfisis (flecha azul)
Aunque la mayoría de los textos de Histología presentan al hueso compacto como sinónimo de
hueso haversiano y al hueso trabecular como sinónimo de hueso esponjoso, debemos advertir que
no son exactamente equivalentes.
El estudio del hueso compacto de la diáfisis ósea revela la estructura histológica del hueso
haversiano; sin embargo, existe hueso compacto en otras partes del cuerpo, como es el caso de los
huesos de la bóveda del cráneo por ejemplo, cuyo examen histológico no revela una estructura
haversiana. Se trata de un hueso originalmente trabecular en el cual la actividad osteoblástica
continuada en la superficie de las trabéculas las engruesa progresivamente, en tanto que
disminuyen de tamaño las cavidades medulares, adquiriendo finalmente un aspecto compacto.
El estudio histológico del hueso esponjoso revela generalmente una estructura de tipo trabecular.
Durante el desarrollo sin embargo, en las diáfisis óseas se observa hueso esponjoso en las áreas
donde se está formando hueso haversiano, pero en el cual los sistemas de Havers no se han
desarrollado todavía y el predominio de los conductos les confiere el aspecto esponjoso.
El hueso de tipo haversiano está limitado a la diáfisis de los huesos, en tanto que el resto del
esqueleto está formado por hueso trabecular. Según las variedades macroscópicas, encontramos
hueso compacto en las diáfisis óseas, en la cortical de las epífisis y en la cortical de todos los
huesos cortos y planos. El resto de los huesos están formados por hueso esponjoso.
PERIOSTIO
El periostio es una vaina fibrosa que cubre toda la superficie externa del hueso, excepto las caras
articulares en las que se encuentra cartílago hialino. Está constituido por dos capas: externa,
formada por tejido fibroso con una red de vasos sanguíneos, e interna, formada por un tejido
conjuntivo más laxo que contiene células fusiformes con capacidad para transformarse en
osteoblastos.
El periostio interviene en las inserciones tendinosa y ligamentosa del hueso, le aporta vasos
sanguíneos y, en condiciones especiales, proporciona células con capacidad osteogénica que
contribuyen a la reparación de las fracturas.
Gruesos haces de fibras colágenas parten del periostio y penetran directamente en la cortical del
hueso, denominándose fibras de Sharpey. Estas fibras fijan íntimamente el periostio a la superficie
del hueso.
ENDOSTIO
El endostio es una capa delicada que reviste todas las cavidades internas del hueso:
cavidades medulares, sistemas de conductos y canal medular.
Esta capa está constituida por tejido reticular condensado con potencialidades osteogénicas y
hematopoyéticas; sus funciones dependen de dichas potencialidades. En virtud de la actividad
osteogénica del endostio pueden añadirse nuevas laminillas óseas en todas las superficies
internas del hueso. De ahí que el endostio desempeña una función importante en el
mantenimiento de la arquitectura del hueso.
El crecimiento del hueso tiene que efectuarse necesariamente en la superficie, por lo que se plantea
que el tejido óseo crece por aposición. El mecanismo básico de la formación de hueso consiste
en la formación o deposición de nuevas laminillas óseas sobre una superficie, lo cual hemos
considerado con anterioridad. Aunque el mecanismo básico es único, según hemos estudiado,
existen distintos tipos de formación ósea u osificación que son tratadas en la Embriología.
LAS ARTICULACIONES
Los diferentes huesos no están aislados en el organismo sino unidos entre sí, estos lugares donde
se reúnen dos o más componentes del esqueleto, ya sea hueso o cartílago, se denominan
uniones óseas o articulaciones. Las uniones óseas (articulaciones) pueden ser temporales o
permanentes. Las temporales se observan durante el crecimiento, por ejemplo, la epífisis de un
hueso largo, la epífisis de un hueso largo está unidad al hueso de la diáfisis por el cartílago hialino y
el disco epifisario; esta organización desaparece cuando termina el crecimiento y se fusiona la
epífisis con la diáfisis.
La mayoría de las articulaciones son permanentes y pueden clasificarse, según sus características
estructurales, en tres tipos principales: fibrosas, cartilaginosas y sinoviales. Estos tres tipos
presentan diferentes grados de movilidad.
Las uniones fibrosas y cartilaginosas suelen llamarse sinartrosis son, junto y arthron, articulación)
son, articulaciones inmóviles o con muy escaso movimiento; sin embargo las uniones sinoviales
permiten una amplia movilidad y se les denomina diartrosis.
UNIONES FIBROSAS
Se encuentran constituidas por tejido fibroso denso. Si la unión es muy fuerte, la articulación se
llama sutura. Este tipo de unión se observa en el cráneo, donde puede considerarse como una
articulación temporal, ya que en etapas ulteriores de la vida el tejido fibroso denso es sustituido por
hueso. A la unión ósea resultante se denomina sinostosis.
Este tipo de unión puede presentar una cantidad considerablemente mayor de tejido fibroso denso, y
cierto grado de movilidad, denominándosele entonces sindesmosis. El otro tipo de unión fibrosa es
la gonfosis, articulación especializada que se establece entre los dientes y el hueso alveolar de los
maxilares, donde el tejido fibroso de unión es la membrana periodóntica.
UNIONES CARTILAGINOSAS
La sínfisis como la del pubis y la del manubrio del esternón, son ejemplos de articulaciones
cartilaginosas, y difieren de las articulaciones de los discos intervertebrales, en los cuales el centro
de la placa fibrocartilaginosa de unión suele tener una pequeña cavidad; dicha cavidad carece de las
especializaciones de una articulación sinovial.
UNIONES SINOVIALES
En las articulaciones sinoviales los huesos están reunidos por una cápsula articular y sus superficies
opuestas, cubiertas de cartílago articular, están separadas por una cavidad que contiene líquido
sinovial.
El cartílago articular suele ser de tipo hialino, aunque la matriz contiene abundantes fibras
colágenas. En algunas localizaciones como los bordes de la fosa glenoidea de la articulación de la
cadera, el cartílago es fibroso. La capa más profunda del cartílago articular está calcificada y se halla
firmemente adherida al hueso. El cartílago articular no posee fibras nerviosas ni vasos sanguíneos, y
no está recubierto por pericondrio. La cápsula articular que se continúa con el periostio del hueso,
presenta engrosamiento en varios sitios para formar los ligamentos de la articulación. En la
capa interna de la cápsula, la membrana sinovial recubre la cavidad articular, excepto en el
cartílago articular y en los discos intraarticulares, están presentes.
El tejido óseo posee la notable característica física de combinar una gran dureza con un alto grado
de plasticidad. La dureza del hueso depende de las sales inorgánicas de que está impregnado, y la
plasticidad está dada por el componente orgánico de la matriz, en particular de las fibras colágenas.
La calcificación de sus componentes extracelulares hacen del hueso un tejido duro y resistente,
ideal para las funciones de sostén y protección del organismo. La formación de laminillas óseas
es un proceso en el cual las células formadoras de tejido óseo, los osteoblastos, se distribuyen
sobre una superficie donde se sitúan las fibras osteocolágenas y la sustancia especial de cemento.
Los osteoblastos son células encargadas de participar en la formación de la matriz, y
presentan un gran desarrollo de los organitos citoplasmáticos que participan en la síntesis
proteíca. Contienen fosfatasa alcalina, la que también está relacionada con la elaboración
de la matriz. Los osteoclastos participan en la resorción ósea, por lo que contienen
abundantes vacuolas lisosómicas en su citoplasma.
El periostio es una vaina fibrosa que cubre toda la superficie externa del hueso,
excepto las superficies articulares. El periostio aporta los vasos sanguíneos al tejido y en
él se encuentran células con capacidades osteogénicas. El hueso, por su dureza,
presenta sólo crecimiento por aposición