Padre Eterno Novena - Español
Padre Eterno Novena - Español
Padre Eterno Novena - Español
Día sexto:
Un corazón sellado por el Padre.
"Ponme cual sello sobre tu corazón, como un sello en tu brazo. Porque es fuerte el amor
como la Muerte, implacable como el seol la pasión. Saetas de fuego, sus saetas, una llama
de Yahveh." Cantares 8: 6.
Dos cosas muy importantes que se contemplan en el versículo tomado del libro de los Cantares,
son precisamente el sello y la conexión que tiene con el corazón. Es de saber que al igual que el
pueblo escogido por el Padre, nosotros hemos sido escogidos también, amados, y por eso,
sellados con la marca de Su amor, un amor que no se apaga, pero que cada uno de nosotros debe
de avivar, enriquecer y fortalecer todos los días. Dios padre nos ha escogido porque se ha fijado
en los corazones sinceros y dóciles que se disponen a Su Voluntad. Tener ese sello no sólo
implica que nosotros estamos en Dios y Dios en nosotros, sino que al colocarlo en nuestro
corazón hemos intimado Su presencia en nuestras vidas y preparados ya para Él, nos hemos
entregado a Su amor verdadero.
“La caridad es el centro que une a la comunidad con Dios y a todos sus miembros entre sí;
contribuye a la unión de los corazones y los vincula indisolublemente a Dios.” -San Vicente de
Paúl.
Gozos
Padre, que Tu y yo seamos uno para que todos vivamos en comunidad, y como creyentes de tu
amor alcancemos la santidad. R/ Padre Eterno, recíbenos en Tu corazón, fuente de luz divina
y llénanos de Tu amor.
Que te busquemos con toda humildad, para que sanados por Tu amor permanezcamos fieles y
libres de maldad. R/ Padre Eterno, recíbenos en Tu corazón, fuente de luz divina y llénanos
de Tu amor.
Tu pueblo somos, oh Padre amado, nunca nos olvides nuestro fiel amparo. Pues a Ti acudimos
corazón glorioso, Padre compasivo, Padre misericordioso. R/ Padre Eterno, recíbenos en Tu
corazón, fuente de luz divina y llénanos de Tu amor.
Porque al llegar la hora en Tu amor nos congregamos, como verdaderos hijos, como verdaderos
hermanos. R/ Padre Eterno, recíbenos en Tu corazón, fuente de luz divina y llénanos de Tu
amor.
Como un buen Padre nos has enseñado, que donde está nuestro tesoro está nuestro corazón,
queremos vivir en tu gracia rodeados de Tu amor. R/ Padre Eterno, recíbenos en Tu corazón,
fuente de luz divina y llénanos de Tu amor.
Has cambiado el corazón insensible por uno lleno de humildad, que Tu gracia siempre anime mi
espíritu y mi voluntad. R/ Padre Eterno, recíbenos en Tu corazón, fuente de luz divina y
llénanos de Tu amor.
Que tus ojos sean mis ojos al momento de mirar, para cultivar en mi corazón aquello que te
agrada de verdad. R/ Padre Eterno, recíbenos en Tu corazón, fuente de luz divina y llénanos
de Tu amor.
Como Tu nos has enseñado ante ti nos hemos congregado, con la confianza en pleno y
vivificados en Tu amor, danos Padre hoy la dicha de servirte en prontitud. R/ Padre Eterno,
recíbenos en Tu corazón, fuente de luz divina y llénanos de Tu amor.
Porque Tus causas siempre son justas guardo yo Tus mandatos, caminando por Tus sendas de Tu
lado no me alejo y confiando siempre en Ti busco ser tu reflejo. R/ Padre Eterno, recíbenos en
Tu corazón, fuente de luz divina y llénanos de Tu amor.
Como un escudo me rodeas, y me salvas del peligro, porque al corazón justo favorece Tu
bondad, yo te amo sin medidas Padre de fidelidad. R/ Padre Eterno, recíbenos en Tu corazón,
fuente de luz divina y llénanos de Tu amor.
Tu reavivas mis fuerzas y das soplo de vida nueva, que tu fuerza me acompañe cada día en mi
andar, que Tu amor sea Padre como el agua del manantial. R/ Padre Eterno, recíbenos en Tu
corazón, fuente de luz divina y llénanos de Tu amor.
Al desierto me has llevado, mas solo nunca he estado, pues Tu corazón de Padre siempre a mi
lado ha estado. R/ Padre Eterno, recíbenos en Tu corazón, fuente de luz divina y llénanos de
Tu amor.
Oración: Padre de bondad, fuente de grandeza y esperanza, te damos gracias hoy por
permitirnos reconocer como una marca en nosotros el sello de vida y amor que nos has regalado.
Te pedimos siempre regar con agua fresca esa semilla que has plantado en nuestro Ser para que
día a día regalemos frutos de dulzura para los demás, y que al haber comprendido la grandeza del
amor como algo más que un sentimiento que nos invade, nos sintamos decididos a entregarte
todo como nuestro Padre amado. Amén.
Amado Padre Eterno, con las llamas de Tu Sagrado Corazón consume nuestras
miserias, nuestra indiferencia, purifica lo que está manchado y enciende toda frialdad.
Toma nuestro corazón de piedra y danos a cambio uno que espere todo de Ti, que te
adore y ame e inunde a otros con Tu amor.
Queremos sanar Tu corazón de las heridas que nuestros pecados y los del mundo
entero te causan a diario, queremos saciar Tu sed de amor siendo
Esclavos de Amor de Tu Corazón Paternal.
Corazón misericordioso que diste y das todo por mí, haz que el fuego de Tu amor
inunde todo mi corazón y sea uno contigo.
Confío en Tu infinita misericordia.
Confío en que eres Todopoderoso y que nada puedo desde mi debilidad, pero todo lo
puedo en Ti.
Confío en Tu protección, que caminas junto a mí y que nunca me dejas solo.
Confío en Tu promesa de felicidad y vida eterna.
Confío en que estas vivo, y que Tu corazón late en fuego eterno de amor por mí.
Corazón Misericordioso del Padre confío el pasado a Tu Misericordia, el presente a
Tu Amor y el futuro a Tu Providencia.
Corazón Paternal de Amor Misericordioso, que me miras con lágrimas de dolor, que te
abajas a lo más profundo de esta humanidad para acercarte a mí para que reaccione
ante Tu llamado. Quiero darte mi amor para que sea como una gota de agua que
apague, por un instante, esa sed infinita de amor que arde como una hoguera
universal, ahí en lo profundo de Tu Sagrado Corazón.
Oh Corazón Misericordioso del Padre, Fuego Abrasador, Amor del Amor haz que mis
latidos sean Tus latidos para que así, fundidos, estemos siempre unidos a los
corazones de Tú amado Hijo Jesucristo, de Tu Hija predilecta, María Santísima y de
San José, Custodio de los Corazones Unidos.
Que veamos que nuestra alma arda quedando toda a Ti consagrada. Amen
“¿Quién podrá separarnos del amor de Dios? Nada ni nadie. Ni los problemas, ni
los sufrimientos, ni las dificultades. Tampoco podrán hacerlo el hambre ni el frío,
ni los peligros, ni la muerte.” Romanos 8: 35-39