Padre Eterno Novena - Español

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Novena al Corazón del Padre Eterno

en Reparación de los Pecados de la


Humanidad.
San Gregorio Magno exhortaba: “aprended a conocer el corazón de Dios en las palabras de
Dios”.
El doce, como número, representa en el ámbito bíblico no solo una composición perfecta de las
tribus escogidas y las doce puertas representativas que existen en Jerusalén, sino también, la
eternidad de las cosas concebidas por Dios Padre. Más allá del significado habitual que
acostumbramos a hacer sobre los números, cabe resaltar por qué la novena está representada en
doce días, ya que dentro de su simbología el numero 12 representa bíblicamente aspectos como:
el buen gobierno, el servicio, la potestad, protección, elección de vida e incluso producción y
multiplicación. De igual forma al ampliar su comprensión entendemos que en el número doce
está expresado e interiorizado la perfección de la elección por un camino de vida. Cuando Jesús
escogió, a aquellos escogidos fueron doce, los cuales, amantes y creyentes del plan salvífico de
Dios, los convocó e invitó no solo a servir, sino también a producir, y llegar a los rincones más
lejanos, a las personas más apartadas, a sanar y unir sus corazones al corazón del Padre Eterno.

Acto de contrición al Corazón del Padre


Oh, Dios bueno y eterno, Altísimo Padre, en este día y hora vengo a Ti porque creo en Tu
presencia, creo en Tu bondadoso amor y en Tu santa misericordia, creo en que Tú me acompañas
y me guías cada día de mi vida. Creo en que Tú conoces mi sentir, mis pensamientos y actos,
pues ante tus ojos nada está oculto. Padre, Tú lo conoces todo y aprecias en Tu corazón las veces
que actúo bajo la guía de Tus divinas enseñanzas, pero también sabes y has estado presente en
las ocasiones en las que he caído, que he sido débil y que Te he fallado.
Es por ello que en este día Te pido perdón, Padre. Con un corazón arrepentido vuelvo a Ti y Te
pido que me perdones por todas aquellas faltas que he cometido, por aquel pecado que tanto me
daña, no solo a mí, sino también a las personas que me rodean. Reconozco mi espíritu frágil y
débil, amadísimo Padre, que tu voluntad me alcance cuando la mía ceda ante la instigación y
tentación del enemigo. Reconozco Padre, que si he caído es por mi falta de resistencia, que he
pecado, y que a pesar de saber el porqué de mis acciones hoy reconozco mis culpas, pues
necesito pedirte perdón con claridad y consciencia por haber actuado mal, no solo en mis obras,
sino también en mis pensamientos y omisión.
Perdóname Padre, por aquellas mentiras que han salido de mi boca, por mis malos pensamientos,
porque a veces he sentido odio, envidia o rencor, por sentir celos de la bendición ajena, y por
aquellos deseos que me apartan de Ti, Padre de amor. Te pido perdón de igual forma, por
aquellas personas a las que les he causado dolor o tristeza con mis palabras o con mis actitudes,
por las heridas que les he causado a mis familiares, o amigos.
Te pido perdón Padre, porque sé que en muchas ocasiones no he sido un ejemplo para los demás,
reconozco mi pequeñez, y mis faltas porque sé que desde Tu morada Tu corazón siempre está
dispuesto a perdonar mis pecados. Hoy vengo ante Ti a clamar a Tu misericordia, Padre, porque
sé que Tu bondad no sabe de límites, porque soy consciente de que solo Tú puedes guiar mis
pasos por nuevos caminos.
Perdóname si he faltado a tu nombre y a tus mandatos, perdóname si con mis acciones te he
dicho que no Te amo, es por eso que elevo mi oración, como una forma de decir que te amo, que
he sido consciente de mi culpa y vuelvo a Ti, sin máscaras ni pantallas, pues mi corazón sabe de
Tu infinita misericordia por la cual seré restaurado, porque sé que Tu no me abandonas y al estar
conmigo seré victorioso.
Por eso Padre, en este día, te pido que me des las fuerzas para seguir, para no caer, y si caigo
para levantarme en tu nombre una y otra vez, que tu gracia sea mi fortaleza y tu amor mi aliento.
Yo estoy convencido de que escuchas mis plegarias, de que como Padre estas siempre atento a
nuestras súplicas.
Gracias por tu perdón, porque Tu sabes que mi arrepentimiento es sincero y brota de mi corazón
hacia el Tuyo. Gracias Padre, porque tu misericordia no tiene fin, y por ello solo en Ti todas las
cosas se renuevan. Mírame con amor, a pesar de mi fragilidad y gracias por recibir de nuevo este
corazón que solo quiere amarte y adorarte todos los días de su vida, como un Hijo ama a su fiel
Padre. Amén.
Credo.
Padre nuestro y tres glorias.

Oración para todos los días


Padre de amor, unidos a Ti, y con el corazón dispuesto cual morada Te recibimos para que en
este día regocijados en Tu palabra cultivemos un espíritu de prudencia, esperanza y amor, Señor,
Tú Espíritu clama en nosotros, ¡Abba! ¡Padre! Deposita en mi alma la llama de Tu amor, para
que la llene hasta desbordarla y para que, transformada por la acción de Tu fuego, la convierta en
caridad viva, para irradiar luz y calor a todos los que se me acerquen cada día.
Un propósito especial de esta novena es que de corazón a corazón oremos a Dios Padre con
fervor y docilidad, para que, inundados de Su fuego amoroso, correspondamos a las necesidades
del mundo que clama a gritos un nuevo pacto de reconciliación, de unión, de esperanza, y
sanación. Por eso al recibir Tu corazón en el nuestro, busquemos ser siempre reflejo de Tu Ser
para el mundo y para los demás. Amén.

Día sexto:
Un corazón sellado por el Padre.
"Ponme cual sello sobre tu corazón, como un sello en tu brazo. Porque es fuerte el amor
como la Muerte, implacable como el seol la pasión. Saetas de fuego, sus saetas, una llama
de Yahveh." Cantares 8: 6.
Dos cosas muy importantes que se contemplan en el versículo tomado del libro de los Cantares,
son precisamente el sello y la conexión que tiene con el corazón. Es de saber que al igual que el
pueblo escogido por el Padre, nosotros hemos sido escogidos también, amados, y por eso,
sellados con la marca de Su amor, un amor que no se apaga, pero que cada uno de nosotros debe
de avivar, enriquecer y fortalecer todos los días. Dios padre nos ha escogido porque se ha fijado
en los corazones sinceros y dóciles que se disponen a Su Voluntad. Tener ese sello no sólo
implica que nosotros estamos en Dios y Dios en nosotros, sino que al colocarlo en nuestro
corazón hemos intimado Su presencia en nuestras vidas y preparados ya para Él, nos hemos
entregado a Su amor verdadero.
“La caridad es el centro que une a la comunidad con Dios y a todos sus miembros entre sí;
contribuye a la unión de los corazones y los vincula indisolublemente a Dios.” -San Vicente de
Paúl.

Gozos
Padre, que Tu y yo seamos uno para que todos vivamos en comunidad, y como creyentes de tu
amor alcancemos la santidad. R/ Padre Eterno, recíbenos en Tu corazón, fuente de luz divina
y llénanos de Tu amor.
Que te busquemos con toda humildad, para que sanados por Tu amor permanezcamos fieles y
libres de maldad. R/ Padre Eterno, recíbenos en Tu corazón, fuente de luz divina y llénanos
de Tu amor.
Tu pueblo somos, oh Padre amado, nunca nos olvides nuestro fiel amparo. Pues a Ti acudimos
corazón glorioso, Padre compasivo, Padre misericordioso. R/ Padre Eterno, recíbenos en Tu
corazón, fuente de luz divina y llénanos de Tu amor.
Porque al llegar la hora en Tu amor nos congregamos, como verdaderos hijos, como verdaderos
hermanos. R/ Padre Eterno, recíbenos en Tu corazón, fuente de luz divina y llénanos de Tu
amor.
Como un buen Padre nos has enseñado, que donde está nuestro tesoro está nuestro corazón,
queremos vivir en tu gracia rodeados de Tu amor. R/ Padre Eterno, recíbenos en Tu corazón,
fuente de luz divina y llénanos de Tu amor.
Has cambiado el corazón insensible por uno lleno de humildad, que Tu gracia siempre anime mi
espíritu y mi voluntad. R/ Padre Eterno, recíbenos en Tu corazón, fuente de luz divina y
llénanos de Tu amor.
Que tus ojos sean mis ojos al momento de mirar, para cultivar en mi corazón aquello que te
agrada de verdad. R/ Padre Eterno, recíbenos en Tu corazón, fuente de luz divina y llénanos
de Tu amor.
Como Tu nos has enseñado ante ti nos hemos congregado, con la confianza en pleno y
vivificados en Tu amor, danos Padre hoy la dicha de servirte en prontitud. R/ Padre Eterno,
recíbenos en Tu corazón, fuente de luz divina y llénanos de Tu amor.
Porque Tus causas siempre son justas guardo yo Tus mandatos, caminando por Tus sendas de Tu
lado no me alejo y confiando siempre en Ti busco ser tu reflejo. R/ Padre Eterno, recíbenos en
Tu corazón, fuente de luz divina y llénanos de Tu amor.
Como un escudo me rodeas, y me salvas del peligro, porque al corazón justo favorece Tu
bondad, yo te amo sin medidas Padre de fidelidad. R/ Padre Eterno, recíbenos en Tu corazón,
fuente de luz divina y llénanos de Tu amor.
Tu reavivas mis fuerzas y das soplo de vida nueva, que tu fuerza me acompañe cada día en mi
andar, que Tu amor sea Padre como el agua del manantial. R/ Padre Eterno, recíbenos en Tu
corazón, fuente de luz divina y llénanos de Tu amor.
Al desierto me has llevado, mas solo nunca he estado, pues Tu corazón de Padre siempre a mi
lado ha estado. R/ Padre Eterno, recíbenos en Tu corazón, fuente de luz divina y llénanos de
Tu amor.
Oración: Padre de bondad, fuente de grandeza y esperanza, te damos gracias hoy por
permitirnos reconocer como una marca en nosotros el sello de vida y amor que nos has regalado.
Te pedimos siempre regar con agua fresca esa semilla que has plantado en nuestro Ser para que
día a día regalemos frutos de dulzura para los demás, y que al haber comprendido la grandeza del
amor como algo más que un sentimiento que nos invade, nos sintamos decididos a entregarte
todo como nuestro Padre amado. Amén.

Compromiso: Como un compromiso y ofrenda Padre, en este día, siendo conscientes de Tu


gran y especial amor, dispongo mi espíritu para que, con cada acción, cada persona que me
encuentre en el camino, sea testigo del sello que hay en mí, y que al reconocerlo descubra en su
ser la marca que también, por ser hijos, les has regalado. Te pido Padre que Tu corazón sea
siempre el manantial que alimente mi espíritu, y que desbordado con tu caridad logre romper las
barreras del odio, sembrando el perdón en los demás.

Súplicas al corazón del Padre Eterno


Padre, Jesús te pidió fortaleza en el momento decisivo y fue fiel hasta la muerte, ayúdame a
buscarte cuando mi misión me parezca difícil. R/ Espero en Ti.
Padre, Jesús te pidió por la unidad de la Iglesia a lo largo de todos los siglos, teniendo como
modelo la unión entre Tú y Tu Divino Hijo, escucha la oración de Tu pueblo y ayuda a vencer
toda división entre los cristianos. R/ Espero en Ti.
Corazón Paternal del Padre, hoguera ardiente de amor. R/ Espero en Ti.
Corazón Paternal del Padre, unión perfecta de amor a la humanidad. R/ Espero en Ti.
Corazón Paternal, llama eterna de amor, plenitud de la Divina Voluntad. R/ Espero en Ti.
Corazón Paternal de Dios, que inspira al alma a buscar la santidad. R/ Espero en Ti.
Corazón Paternal de Dios, sendero directo a la eternidad. R/ Espero en Ti.
Corazón Paternal de Dios, cima de cada virtud, refugio y plaza fuerte en quien confío. R/
Espero en Ti.
Corazón amado de Dios, misericordia infinita de compasión. R/ Espero en Ti.
Jesús, María y José, ayúdennos a conocer más el Corazón de Dios, para que crezca así nuestro
amor al Padre y el deseo de ser como Él. R/ Espero en Ti.
Corazón Misericordioso del Padre, que no te fijas en lo externo y lo que cautiva al mundo, sino
que ves la integridad y las intenciones más profundas del corazón. R/ Espero en Ti.
Corazón de Dulzura de Dios, que mi vida sea para Tu gloria, inspirando a muchos para honrarte
y glorificarte, habiendo visto cómo te manifiestas en mí, como un Padre de Amor. R/ Espero en
Ti.
El corazón de ABBA que os ama, bendiciones.

Consagración al Padre Eterno


COMO ESCLAVOS DE AMOR DEL CORAZON DEL PADRE MISERICORDIOSO
“ALIANZA DE AMOR ETERNO”

Amado Padre Eterno, con las llamas de Tu Sagrado Corazón consume nuestras
miserias, nuestra indiferencia, purifica lo que está manchado y enciende toda frialdad.
Toma nuestro corazón de piedra y danos a cambio uno que espere todo de Ti, que te
adore y ame e inunde a otros con Tu amor.
Queremos sanar Tu corazón de las heridas que nuestros pecados y los del mundo
entero te causan a diario, queremos saciar Tu sed de amor siendo
Esclavos de Amor de Tu Corazón Paternal.
Corazón misericordioso que diste y das todo por mí, haz que el fuego de Tu amor
inunde todo mi corazón y sea uno contigo.
Confío en Tu infinita misericordia.
Confío en que eres Todopoderoso y que nada puedo desde mi debilidad, pero todo lo
puedo en Ti.
Confío en Tu protección, que caminas junto a mí y que nunca me dejas solo.
Confío en Tu promesa de felicidad y vida eterna.
Confío en que estas vivo, y que Tu corazón late en fuego eterno de amor por mí.
Corazón Misericordioso del Padre confío el pasado a Tu Misericordia, el presente a
Tu Amor y el futuro a Tu Providencia.
Corazón Paternal de Amor Misericordioso, que me miras con lágrimas de dolor, que te
abajas a lo más profundo de esta humanidad para acercarte a mí para que reaccione
ante Tu llamado. Quiero darte mi amor para que sea como una gota de agua que
apague, por un instante, esa sed infinita de amor que arde como una hoguera
universal, ahí en lo profundo de Tu Sagrado Corazón.
Oh Corazón Misericordioso del Padre, Fuego Abrasador, Amor del Amor haz que mis
latidos sean Tus latidos para que así, fundidos, estemos siempre unidos a los
corazones de Tú amado Hijo Jesucristo, de Tu Hija predilecta, María Santísima y de
San José, Custodio de los Corazones Unidos.
Que veamos que nuestra alma arda quedando toda a Ti consagrada. Amen

“¿Quién podrá separarnos del amor de Dios? Nada ni nadie. Ni los problemas, ni
los sufrimientos, ni las dificultades. Tampoco podrán hacerlo el hambre ni el frío,
ni los peligros, ni la muerte.” Romanos 8: 35-39

“Su oración para dirigirse a su Padre”:


SOY ESCLAVO (A) DEL CORAZON PATERNAL DEL PADRE Y FORMO UNA
CELULA DE AMOR PARA LA SANTIFICACION DE LAS ALMAS, EN UNION DE
LOS CORAZONES UNIDOS DE JESUS, MARIA Y JOSE.

El Fuego del Amor del Padre


Padre Misericordioso, no permitas que mi corazón languidezca por
falta de amor. Padre nuestro, enciende fuego a mi pobre corazón y
mantenlo vivo en las llamas de tu amor porque solo en Ti puede arder
incesantemente sin extinguirse.
Padre amoroso, no permitas que mi corazón quede adormecido por el
arrullo de este mundo cómodo y conformista, aparentemente feliz para
unos, pero penoso y lleno de sufrimientos inútiles para otros.
Despierta mi corazón de la tentación hedonista que este mundo de los
hombres le ofrece e inquiétalo para que arda con la llama de amor con
la que Tu encendiste al mundo.
Padre nuestro, de Tu Corazón Sacratísimo brotan llamaradas de fuego
de amor. Unido al Corazón amadísimo de Tu Hijo Jesucristo, Te ruego,
por medio del Corazón Inmaculado de María y del Corazón Casto y
Justo de San José que envíes chispas de amor al corazón de todos los
seres humanos. Te pido especialmente por el corazón de los míos y el
mío propio. No permitas que caigamos jamás en la tibieza que tanto Te
ofende y lastima. Concédenos gracias especiales para ser capaces de
incendiar el mundo con el fuego de Tu Amor.
Quiero, Padre, hacer la guerra del amor. Esa guerra que Tu propones y
con la que has venido a encender este mundo que vive de espaldas a Ti.
Inquiétame, despiértame, muéveme y contágiame de ese fuego de
amor con el que Tu enciendes al mundo.
Oh, Padre, danos la sabiduría de discernir y de ver la luz que nos
alumbra el camino, a pesar de la lucha diaria que enfrentemos para
poder avanzar firmes y seguros hacia Ti. Amen.

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